La industrialización de viviendas sociales: un paso firme hacia mayor rapidez y calidad en Chile

El Plan de Emergencia Habitacional impulsa sistemas constructivos industrializados que optimizan tiempos y mejoran la calidad. Con más de 6.900 iniciativas en curso y beneficios como la exención de permisos de edificación, Chile avanza hacia una respuesta habitacional más eficiente y sostenible, según Susana Jara del Minvu.

En el contexto del Plan de Emergencia Habitacional, se ha podido ver la consolidación de sistemas constructivos industrializados, que han sido fuertemente promovidos por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu)

Así, las viviendas industrializadas tipo cobran un rol fundamental. Como cuenta Susana Jara, jefa (s) del Departamento de Tecnologías de la Construcción de la DITEC del Minvu, éstas contribuyen en acelerar el PEH, “al considerar sus beneficios como el ahorro de tiempo en el inicio de los proyectos, al no requerir permiso de edificación ni tampoco recepción municipal (Glosa 6), en la revisión de los antecedentes por parte de SERVIU (programa, estructura, fuego, zona térmica, etc.); por el hecho de contar con proyectos previamente aprobados por DITEC y su mayor velocidad de ejecución si se comparada con los sistemas constructivos tradicionales”.

Es así como a la fecha, se cuenta con 18 empresas industrializadoras autorizadas y una cartera de 28 proyectos de Vivienda industrializada Tipo (VIT) ya aprobados por la DITEC, los que no requieren ser revisados nuevamente por el SERVIU, acortando significativamente con eso, los plazos de aprobación de los proyectos habitacionales que se presentan a postulación de subsidio habitacional. 

En este escenario, conversamos con Susana Jara, sobre los avances en este proceso.

¿Cómo ha avanzado el proceso de industrialización de las viviendas sociales?

Hasta hoy, los resultados de la implementación muestran un claro espacio para la mejora, desde la rapidez en los tiempos de ejecución, el cumplimiento de entrega oportuna y coordinada entre empresa constructora e industrializadora, a modo que se genere el engranaje virtuoso que se espera de la industrialización, la productividad con calidad. 

Desde DITEC se continúa capacitando y realizando seguimiento a todo el proceso, en temas de fiscalización técnica, la agilización de la revisión y ajustes a los proyectos para que se encuentren aptos a iniciar obras, entre otros. Como datos reales a nivel nacional, existen 6.933 iniciativas de vivienda industrializada en diferentes estados de avance, entre los que podemos informar 1.060 soluciones habitacionales en ejecución y 1.110 viviendas industrializadas próximas a iniciar obras. 

¿Cuáles han sido los principales cambios en este proceso?

Los cambios en la manera de desarrollar esta política pública, han implicado un cambio de paradigma a las empresas y también al Estado, desde Minvu se han implementado nuevas regulaciones para incorporar la vivienda industrializada, incluyendo en el proceso a las industrializadoras, que, sin duda, requieren partir antes que la obra. A modo de ejemplo, les puedo señalar que al día de hoy en los llamados a postulación a subsidio que dicta la División de Política Habitacional (DPH), se permite otorgar anticipos de hasta un 50% del monto total de la o las partidas determinadas para la fabricación de los paneles o módulos a la industrializadora para proyectos de las líneas programáticas DS N°10 y DS N°49. El anticipo se entrega con cargo a los subsidios asociados al proyecto, y se puede otorgar desde la calificación definitiva del proyecto, ya que se requiere acortar tiempos y claramente este tipo de construcción necesita comenzar de manera previa la ejecución fuera de la obra. Otro de los procesos diferentes es la aplicación de la Glosa 6 como incentivo para impulsar la Vivienda Industrializada Tipo VIT. 

En ese escenario, cuando se implementa una nueva forma de hacer las cosas, se requiere de coordinaciones, mesas de trabajos y monitoreos que desde DITEC se realizan periódicamente, en todas las instancias, con las empresas, con los SERVIU, Seremis de Vivienda y empresas sanitarias entre otros, siempre impulsando esta metodología, a modo que la industrialización en vivienda social se mantenga en el tiempo con calidad, logrando dar una respuesta más ágil y oportuna a las familias que lo requieren.

¿Cuál ha sido la evolución de la normativa al respecto?

Las regulaciones para implementar este nuevo modelo se encuentran en pleno desarrollo: aprobación de Vivienda industrializada Tipo (VIT) y de industrializadoras, generación de protocolos para la fiscalización y, aplicación de la Glosa 6, Incentivo que contempla eximir a los proyectos industrializados tipo del permiso de edificación y de la recepción final municipal, en los programas habitacionales del FSEV DS49 y vivienda rural DS10.

¿Qué desafíos quedan en esta materia?

Hasta hoy, los resultados de la implementación muestran un claro espacio para la mejora desde la rapidez en los tiempos de ejecución, los sistemas de fiscalización técnica desde los SERVIU, la agilización de los proyectos aptos para iniciar obras, entre otros. 

Continuamos avanzando en la línea de realizar las coordinaciones con todos los actores, industrializadoras, empresas constructoras y en lo interno avanzando en generar las acciones necesarias en temas tales como generar espacios de conocimiento a SERVIU y SEREMI a nivel nacional; avanzar en estandarización de criterios para la industrialización (evaluación, gestión, fiscalización entre otros), evaluar espacios de apoyo y de mejoras, para lograr las premisas de la industrialización, más viviendas con calidad y en menor tiempo.

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Fotografías gentileza E2E.

Tecno Fast impulsa la construcción modular en madera y proyecta un futuro más sustentable

La empresa presentó los casos de éxito en edificación industrializada en el “VII Seminario de Vivienda Sustentable”, enfatizando la sostenibilidad, la optimización de procesos y el mejoramiento de la calidad de vida de los usuarios.

La urgencia de soluciones habitacionales más rápidas y respetuosas con el medioambiente ha impulsado en Chile un resurgimiento de la construcción industrializada. En este escenario entra Tecno Fast, que con casi tres décadas de trayectoria se ha posicionado a la vanguardia de este cambio en donde combinan estructuras de madera, energías renovables y técnicas de producción automatizadas, proponiendo un modo eficiente para levantar edificaciones a la par que se mejora la calidad de vida de los futuros ocupantes. 

En la actualidad, sus proyectos van desde edificios modulares de gran altura hasta conjuntos de viviendas sociales con las que la empresa busca demostrar que la sostenibilidad y la innovación pueden integrarse de manera realista en el sector, marcando el paso hacia una construcción más consciente y colaborativa.

Durante el mes de noviembre, en una presentación en el contexto del “VII Seminario de Vivienda Sustentable”, Mario Yáñez, gerente de Ingeniería e Innovación de Tecno Fast, subrayó el compromiso de la empresa con el “Programa Habitacional de Emergencia”, impulsado junto a Archiplan, ambas empresas socias del Consejo de Construcción Industrializada (CCI). “Estos dos proyectos han sido icónicos, no sólo por el uso de la madera ni por haberse construido de manera industrializada en Santiago para luego ser transportados al sitio, sino también por ser la primera vez que abordamos, junto a empresas constructoras y arquitectónicas, los desafíos reales de un proyecto de este tipo”, sostuvo Yáñez sobre un par de proyectos. Esta experiencia ha permitido a Tecno Fast consolidar aprendizajes que benefician tanto a la industria como a las familias que recibirán las nuevas viviendas.

Sustentabilidad y tecnología: pilares de la innovación

Uno de los aspectos centrales que destacó Yáñez fue la importancia de la madera como material renovable y capaz de almacenar carbono, lo que ha permitido reducir la huella medioambiental en comparación con el hormigón o el acero, ya que “la madera actúa como almacenamiento de carbono durante toda la vida útil de la construcción”, enfatizó. A ello se suma la inversión en paneles solares sobre las cubiertas de sus plantas, como la de Lampa, donde Tecno Fast genera gran parte de su energía eléctrica y reduce costes en un contexto de alza tarifaria. “Decidimos comprometernos con este desafío hace cinco años, y ha sido un excelente negocio desde el punto de vista de la rentabilidad”, añadió.

La apuesta por la eficiencia industrializada se potencia mediante el uso de BIM (Building Information Modeling). Según el gerente, todos los procesos actuales “usan modelos digitales que la maquinaria automatizada interpreta para generar paneles, pisos y muros con alta precisión”. Este sistema optimiza los recursos y minimiza los desechos, al tiempo que permite cumplir con estándares rigurosos de calidad. “Nuestra capacidad total de producción en las tres plantas es de 260.000 m² al año”, precisó Yáñez, quien destacó además la inminente apertura de una cuarta fábrica en Puerto Montt para expandir la cobertura hacia el sur de Chile.

Proyectos escalables y resultados tangibles

Como muestra de éxito, el ejecutivo presentó el edificio de 6 pisos montado en la cordillera para Anglo American, donde cada módulo fue prefabricado en Lampa y transportado sin contratiempos. “Recuerdo una visita en la que le pregunté a un minero si los pisos hacían ruido o tenían algún problema. Me respondió: ‘Prefiero dormir aquí que en mi casa’”, relató Yáñez, subrayando el confort y la calidad logrados. Ese conocimiento se ha aplicado también al desarrollo de proyectos habitacionales urbanos, pensando en llevar soluciones de vivienda con estándares óptimos a comunas cercanas al centro de Santiago.

Entre las iniciativas más recientes destaca la construcción de 60 departamentos en la comuna de Lo Espejo, un hito que Yáñez describe como un “proyecto emblemático”, pues incorporó módulos ensamblados en fábrica, transportados a una calle estrecha y luego instalados en un plazo aproximado de 42 días. “Aunque no todo salió perfecto, era la primera vez que enfrentábamos un edificio de esta magnitud. ‘Hay que quebrar huevos para hacer una tortilla’, solemos decir”, admitió. Los departamentos incluyen 3 dormitorios, cocina equipada y balcón, ofreciendo una propuesta integral que cumple con exigencias de confort, ahorro energético y cercanía urbana.

El aprendizaje obtenido con Archiplan allanó el camino para refinar los manuales de montaje, planos y protocolos de coordinación, asegurando una instalación rápida y eficiente. Además de los beneficios en tiempos y costos, Yáñez se refirió a la salud y el confort de los futuros usuarios: “Las viviendas con estructura en madera presentan un mejor comportamiento térmico. Hace 20 o 30 años veíamos mucha humedad y hongos en paredes de ladrillo; esto no debería suceder con diseños que integran aislamiento y ventilación adecuados”, recalcó. Según lo relatado por el representante, el compromiso trasciende lo meramente constructivo, involucrando a las familias que habitarán estas viviendas y su experiencia a largo plazo.

Otra arista esencial es la medición continua de la huella de carbono, ya que según Yáñez, la construcción industrializada en madera arrojó unos 0,28 tCO₂/m², cifra menor que la de métodos tradicionales. “No estamos del todo satisfechos con ese valor; nuestro principal desafío es el transporte”, aclaró, aludiendo al costo energético de llevar módulos a distintas zonas del país. Pese a ello, Tecno Fast, como empresa, está decidida a seguir reduciendo emisiones mediante energías limpias y optimización logística, a la vez que colabora con universidades para mejorar los sistemas de cálculo y diseñar soluciones sustentables en proyectos de gran escala.

En la recta final de su presentación, Yáñez adelantó un próximo contrato en Arica, confirmando la proyección de más viviendas modulares unifamiliares para el SERVIU. “Queremos llevar este modelo a otras regiones y tenemos la capacidad para hacer 20 proyectos al año”, afirmó, remarcando que la clave radica en una mayor agilidad en la fase previa de permisos y diseños. Con múltiples iniciativas en carpeta y el respaldo de años de investigación y desarrollo, Tecno Fast avanza hacia un horizonte donde la madera y la construcción industrializada pueden resolver urgencias habitacionales de forma sostenible, rápida y humana.

José Pedro Campos: “El sector público ha entendido plenamente los beneficios de incorporar condiciones ambientales adecuadas”

Durante 27 años fue director ejecutivo del Instituto de la Construcción, y como tal, trabajó arduamente en impulsar el mejoramiento de las condiciones de confort ambiental y de la eficiencia energética en los espacios habitables, desde la Reglamentación Térmica hasta CES. En esta entrevista, nos comenta sobre su trayectoria y los desafíos que aún se mantienen en el sector.

En un contexto donde la sustentabilidad y la eficiencia energética se han convertido en prioridades globales, Chile tiene mucho camino por delante. A días de dejar el Instituto de la Construcción, luego de 27 años de ser su director ejecutivo, José Pedro Campos, compartió su experiencia, los desafíos enfrentados en más de cuatro décadas de trabajo, y las oportunidades que aún existen para consolidar un futuro más sostenible. 

Si pudieras destacar algo de tu trayectoria relacionada a la sustentabilidad, ¿qué es lo primero que recuerdas?

En 1991, junto con Gabriel Rodríguez, desarrollamos el Programa de Incentivo al Acondicionamiento Térmico – PIAT, en la Municipalidad de La Florida. Ese proyecto fue, modestamente, una primera certificación en Chile, y probablemente una de las primeras en el mundo. Desde entonces, tuve el interés de desarrollar una certificación más amplia en nuestro país. Gracias a ese programa postulé a una pasantía en Suecia, la que hicimos  Gabriel Rodríguez (IDIEM), Daniel Zúnico (MINVU) y yo, en enero de 1993, y aprovechando el viaje a Europa conocimos la Certificación Qualitel en Francia. Ahí tuve la oportunidad de hacerme amigo del director de Qualitel, y desde entonces quedé fascinado con la idea de las certificaciones.

En abril de 1993 ingresé al Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y planteé la propuesta de desarrollar en Chile un sistema de certificación similar y gracias a un programa de cooperación técnica con Francia, tuve la oportunidad de capacitarme en Qualitel Desde entonces han pasado muchos años y realizamos varios proyectos que no resultaron como esperábamos. Un tiempo después, en 2007, Verónica Serrano, quien era directora Nacional de Arquitectura en el MOP (Ministerio de Obras Públicas), desde el comité ejecutivo comentó la política del MOP para hacer más eficiente la inversión pública en edificaciones, tanto en otorgar adecuadas condiciones ambientales, como ahorrar energía y recursos, siendo las escuelas y hospitales un claro ejemplo de ello, edificaciones que requieren muy adecuadas condiciones ambientales y que consumen mucho energía y recursos 

Ella mencionó que en las regiones de Los Lagos y Los Ríos se estaban haciendo iniciativas interesantes y que sería bueno verificar el cumplimiento de estas políticas. En ese mismo año, transformamos ese interés en un primer estudio, el cual mencionaste. Evaluamos 10 edificios y, aunque inicialmente no tuvimos éxito con CORFO, en 2012 logramos avanzar gracias a un segundo proyecto Innova Chile.

Finalmente, con el apoyo de José Tomás Videla, logramos operacionalizar el sistema mediante un convenio entre el MOP, la Cámara Chilena de la Construcción, el Colegio de Arquitectos y otras instituciones clave. Fue un proceso largo, pero muy gratificante.

Por lo que cuentas, esto comenzó muchos años antes. ¿Cuáles fueron los principales desafíos para llegar a implementar CES?

Los principales desafíos estuvieron en la poca comprensión que existía en su momento sobre el valor de incorporar estándares de calidad ambiental y eficiencia energética en los edificios. Había mucha resistencia, especialmente de algunos sectores empresariales, que veían estas medidas como un costo adicional en lugar de un beneficio.

Era un problema similar al que enfrentamos históricamente con la reglamentación térmica. Para muchos, esto parecía más un gasto que una inversión con impacto positivo; sin embargo, con el tiempo, empezamos a encontrar aliados estratégicos. Fue clave cuando desde el gobierno, y en particular Verónica Serrano, se expresó claramente que era de interés público implementar estas medidas.

Tiene toda la lógica, porque si el Estado invierte en construir escuelas, lo mínimo es que estas funcionen adecuadamente. Esto significa que los estudiantes deben escuchar bien, no pasar frío ni calor, y tener un ambiente óptimo para estudiar. Además, en términos operativos, es fundamental que estos edificios tengan el menor costo de mantenimiento posible, ya que se trata de una inversión pública.

Cuando vimos esa oportunidad, nos comprometimos por completo. Sabíamos que no sería sencillo, pero era el momento para que este proyecto avanzara.

Más de tres décadas

En 2024, Campos recibió el Premio CES al Profesional Destacado, un reconocimiento a la trayectoria de los profesionales. Junto con destacar el rol que tuvo José Pedro Campos, como director ejecutivo del Instituto de la Construcción durante 27 años, también hace hincapié en la capacidad técnica y los esfuerzos del arquitecto por el impulso de la eficiencia energética, especialmente en la vivienda en Chile, a través de las distintas versiones de la Reglamentación Térmica.

¿Cómo evalúas el estado actual de estos temas en Chile?

Hace 30 años me tocó  elaborar el Programa de Reglamentación Térmica de Viviendas en Chile. En ese entonces, establecimos tres etapas, y ahora estamos en la segunda, aunque quizás un poco más avanzados. Puede parecer que vamos lento, pero lo importante es que se está avanzando.

Es cierto que los gobiernos y las prioridades cambian, y eso influye en el ritmo de los proyectos, pero todavía enfrentamos la percepción de que la calidad ambiental y la eficiencia energética son caras o poco rentables. Incluso, todavía hay quienes aún creen que en invierno hay que pasar frío y en verano, soportar el calor.

Sin embargo, creo firmemente que la clave está en ser persistente, creativo y aprovechar las oportunidades que surgen. En este momento, por ejemplo, salud y educación ya están incorporados en las normativas y estándares, lo que es coherente con la experiencia mundial. Estos son sectores que requieren condiciones óptimas, como los hospitales con sus pabellones, salas de recuperación y su alto consumo energético.

De hecho, en el programa de La Florida de 1991 ya habíamos incorporado certificaciones para establecimientos de educación y salud. Incluso se certificó un colegio en esa época, lo que muestra que la idea no es nueva. Me alegra que estas áreas ahora sean prioridad, porque es un avance lógico y necesario.

En ese sentido, ¿qué crees que falta desde el punto de vista de la reglamentación térmica?

Creo que hay un tema fundamental que siempre he señalado, la calefacción intradomiciliaria. Estamos en un mundo hiperconectado globalmente, con acceso a redes sociales e internet, pero seguimos teniendo estufas a parafina o a gas licuado con llama abierta dentro de las casas. A mi juicio, eso es completamente inaceptable, es como si todavía viviéramos en las cavernas, y no se condice con la modernidad que decimos tener como sociedad.

Además, hoy se exige hermeticidad en las viviendas, lo que incluye pruebas específicas para garantizar este estándar. Si tienes una vivienda bien sellada pero usas calefacción a parafina o gas licuado, los contaminantes que se generan pueden tener consecuencias gravísimas, incluso fatales. Esto es algo de lo que hemos hablado tanto con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, como con el Ministerio de Medio Ambiente, y espero que se tomen medidas al respecto.

Otro tema importante es la regulación del manejo de residuos. Estamos muy atrasados en comparación con otros países, incluso dentro de nuestra región, que ya tienen reglamentación específica para los residuos en general, incluyendo los de construcción. Esto también está vinculado a la rentabilidad social de estos cambios y a los beneficios que generan para la población.

Finalmente, creo que falta mucha difusión sobre estos temas. La importancia de mejorar la reglamentación térmica en esta segunda etapa es enorme, pero a nivel poblacional hay muy poco conocimiento sobre sus beneficios sociales y económicos. Es necesario informar mejor a la ciudadanía.

Y, en términos generales de sustentabilidad, ¿qué desafíos crees que aún tenemos?

Creo que los desafíos son los mismos que hemos estado mencionando. Primero, el manejo de residuos, que es un área en la que estamos muy atrasados, tanto en la gestión general como en la de residuos de construcción. Luego, la falta de rentabilidad social percibida, la escasa difusión de los beneficios de estas medidas, y, por supuesto, los sistemas de calefacción intradomiciliaria.

Cuando hablo de calefacción intradomiciliaria, me refiero no solo a las viviendas, sino también a las oficinas. Recuerdo que cuando trabajaba en el Ministerio (de Vivienda), las estufas que se usaban eran a parafina o gas, y eso me parece completamente desactualizado.

Por otro lado, el mundo privado también tiene que asumir su parte. Como mencionaba antes, las condiciones ambientales afectan directamente el rendimiento de las personas. Si alguien pasa frío o calor mientras trabaja, no va a tener ganas de trabajar ni lo hará con eficiencia. Esto tiene un impacto directo en la productividad y en los resultados.

Por eso, diría que la sociedad en general, tanto el sector público como el privado, aún tiene un largo camino por recorrer en términos de sustentabilidad.

¿Qué mensaje le darías al sector de la construcción?

Agradezco los esfuerzos del Estado en esta materia, y, mi recomendación sería persistir, no bajar los brazos. Este es el camino correcto, aunque enfrentemos dificultades, como las que hemos vivido durante todos estos años, hay que ser creativos, arriesgarse y resistir. Las cosas suceden con trabajo constante y creativo.

Marcos Brito asume doble desafío liderando Construye2025 y el Instituto de la Construcción

Con una sólida trayectoria en sustentabilidad y productividad, Marcos Brito asumió la dirección ejecutiva interina del Instituto de la Construcción, sumando este desafío a su rol como gerente de Construye2025. Su liderazgo será clave para articular iniciativas que impulsen una construcción más eficiente y sostenible en Chile.

En diciembre de 2024, Marcos Brito Alcayaga, ingeniero civil industrial de la Universidad Adolfo Ibáñez y Master of Science de la Universidad de Bremerhaven, Alemania, asumió el cargo de director ejecutivo interino del Instituto de la Construcción, manteniendo su rol como gerente de Construye2025, el cual mantiene desde 2015.

Con más de 20 años de experiencia en áreas como energía, productividad, sustentabilidad y tecnología, Brito ha liderado el impulso de iniciativas clave de la hoja de ruta de Construye2025, como los centros tecnológicos CIPYCS y CTeC, el Consejo de Construcción Industrializada, la plataforma DOM en Línea y Planbim, entre otros. Su enfoque ha sido impulsar la transformación del sector construcción, a través de la articulación, hacia una mayor eficiencia y sostenibilidad.

Su llegada al Instituto de la Construcción coincide con un momento crucial para el sector, enfrentando desafíos como la implementación de estrategias de economía circular y avances normativos que promuevan edificaciones más sostenibles y de mayor calidad. La combinación de ambos roles posiciona a Brito como un actor clave para articular esfuerzos entre los sectores público, privado y académico.

Brito, se refiere a su llegada al IC señalando que “estoy inmensamente agradecido y honrado de haber sido escogido para liderar este importante proceso de cambio en el Instituto de la Construcción. Este es un organismo que ha venido acompañando administrativamente a Construye2025 desde hace algunos años y ha contribuido significativamente en su gobernanza, pero que ahora se busca que pueda integrar en sus operaciones al programa estratégico que Corfo ha impulsado”. En este contexto, agrega además que “Con el apoyo del directorio del IC, estamos buscando que podamos lograr la mayor sinergia posible, junto a Construye2025, integrando temáticas hasta ahora no abordadas por el IC y buscando además robustecer la articulación entre el MINVU, el MOP y la CChC, junto con el apoyo de todos sus socios y colaboradores. En definitiva, lograr consolidar al IC como el principal articulador de instancias de colaboración público-privada y académica, del sector de la construcción en Chile”.

El Instituto de la Construcción agradeció y reconoció, en el marco de su cóctel de camaradería 2024,  el legado del arquitecto José Pedro Campos, quien dejó una base sólida tras 27 años de contribución.

Arquitectura y género: contribuyendo a una ciudad más inclusiva

Por Loreto Wahr Rivas, Directora Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas

En el contexto del Desarrollo Humano Sostenible que conforma la Agenda 2030, debemos y queremos avanzar en proveer arquitectura pública con altos estándares de sustentabilidad, participación ciudadana, enfoque de género, inclusión y seguridad. Entendemos que no son variables que se adicionan, sino que convergen en una perspectiva sobre cómo hacer nuestra gestión pública.

En ese escenario para poner en valor e implementar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, sobre “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, se reconocen los cambios y avances en temas de género en nuestra sociedad. Parte de estos son el aumento de las jefaturas de hogar femenina ascendiendo en casi la mitad; y el incremento en la incorporación de las mujeres al mercado laboral, formal y/o informal. Si bien estos trabajos implican una mayor autonomía, son procesos de transformación que han mantenido las brechas de género. Por una parte, nuevos roles se han asumido por las mujeres, pero se adicionan a las responsabilidades domésticas y/o de cuidados. Esto se observa tanto en mujeres jóvenes, adultas y también en aquellas adultas mayores que se encuentran activas. Sin embargo, puede aumentar los niveles de rezago, pudiendo ser aún más si es que esas mujeres poseen alguna condición de discapacidad, de proveniencia migrante o de pueblos originarios, de identidad diversa o de ruralidad, entre otras discriminaciones. 

Ante lo expuesto, existe convergencia que la planificación y diseño urbano, así como en la arquitectura pública, deben contribuir de forma cotidiana en la provisión de suficientes redes de apoyo para el cuidado y el trabajo doméstico en las diferentes escalas. 

Es en esta línea desde la cual la Dirección de Arquitectura del MOP se ha propuesto contribuir en la materia, elaborando Guías orientadoras para el diseño en la edificación pública, en el año 2009 y en 2016. Actualmente estamos desarrollando un nuevo documento que actualiza las orientaciones de diseño que amplíen un enfoque de derechos, profundizando una perspectiva de género e interseccional en respuesta a las necesidades de mayor inclusión, igualdad y sustentabilidad. 

Este nuevo documento, busca ser una oportunidad para avanzar en el diálogo, para comprender y acoger la diversidad desde una nueva mirada, que contribuya a una arquitectura acorde con los cambios y demandas actuales. Es así como se continúa avanzando en más y mejor acceso a servicios de salas cunas, jardines infantiles y establecimientos educacionales con jornada escolar presencial completa y en horarios no diferidos. Lo anterior, haciendo hincapié en que estos dispositivos espaciales diseñados para la corresponsabilidad y el cuidado deben adecuarse a las particularidades del territorio y a las necesidades propias de la comunidad local, en las cuales se aplique un enfoque de género pertinente, evitando caer en soluciones estándar.

La arquitectura y el diseño de la ciudad, en sus diversas formas y escalas, no son neutrales, sino que responden a un contexto histórico, social y político, por ello, cada vez se hace más necesario incorporar la perspectiva de género en la planificación y construcción de espacios urbanos.

A través de políticas públicas que se consoliden en una construcción de espacios y lugares con enfoque de género, el sector público puede incidir directamente en la creación de espacios más seguros, amables, accesibles y justos. La transformación de nuestras ciudades no es un proceso sencillo ni inmediato, pero es urgente y cada construcción y espacio que consolidamos es un paso decidido hacia mayores transformaciones. El rol del Estado es crucial en este camino, pues a través de la acción política y el compromiso con los derechos humanos, puede garantizar que las ciudades sean espacios donde todas las personas puedan vivir y desarrollarse con dignidad, seguridad y libertad.

La Red de Economía Circular de la Construcción avanza con taller para consolidar su Gobernanza Territorial

Representantes clave del sector público, privado, academia y sociedad civil participaron en un taller para fortalecer la colaboración y garantizar el éxito del modelo territorial de economía circular en la construcción.

En el contexto del proyecto “Red de Economía Circular de la Construcción”, se llevó a cabo un exitoso primer taller para la presentación del mapa de actores y aliados, con el objetivo central de avanzar en la conformación de la gobernanza territorial. Esta iniciativa es un paso clave para impulsar la transición hacia una economía circular en el sector de la construcción, promoviendo la valorización de residuos y la creación de sinergias productivas en la Región Metropolitana.

El taller, realizado en la CDT, con la participación activa de representantes del sector público, privado, academia y sociedad civil, permitió identificar y priorizar actores estratégicos para una gobernanza efectiva. El equipo técnico trabajó en la categorización de cerca de 500 actores relevantes, seleccionando a los 40 más influyentes. Así, los participantes trabajaron sobre esta base para formar parte de una red colaborativa orientada al desarrollo sostenible.

“Es muy importante la participación de todos los actores de la cadena de valor y ecosistemas relacionados a la economía circular, más allá de la cadena de valor de la construcción, es clave incluir a actores relacionados a las finanzas sostenibles, la innovación, I+D, emprendedores y startup, entre otros”, agrega la coordinadora de sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia.

Resultados del taller 

Entre los logros destacados de la jornada, se identificaron nuevos aliados estratégicos, incluyendo gremios, consultoras y asociaciones internacionales. Además, se discutió la importancia de incorporar representantes del sector financiero y fortalecer la participación de actores clave en la toma de decisiones.

El taller marcó el inicio de un plan de acción dinámico que incluirá la organización de nuevos encuentros y la implementación de proyectos piloto para validar el modelo territorial en la Región Metropolitana. En los próximos dos meses, se trabajará en robustecer el mapa de actores para conformar la gobernanza territorial y aliados estratégicos, luego se diseñará un modelo de gobernanza que permita la participación activa e inclusiva de sus actores, actividades que son parte del primer componente Modelo de Gobernanza Territorial.

En esta ocasión, participaron Hernán Madrid, de CES; María Fernanda Aguirre, de Chile GBC; Sergio Díaz, de la Cámara Chilena de la Construcción; Paola Molina, del Instituto de la Construcción; Guillermo Silva de Achival; Solange Fuentes, de Banco Itaú; Benjamín Ramírez, de Greenrec Lepanto; Maria Renee Oliva de CIPYCS; Paola Valencia y Matías Dueñas de EBP Chile; Danae Haase de la Pontificia Universidad Católica de Chile; Karla Llanos del área de Residuos de la Municipalidad de Independencia; Natalia Reyes de CTEC. La facilitación estuvo a cargo de Antonio Iturra de Ematris; Francisca Díaz, María José Cobo y Salomé Muñoz, de la CDT.

En tanto, del equipo técnico estuvieron presentes: Sergio Diaz (CChC), Alejandra Tapia (Construye2025), Edelmira Dote (Corfo), Katherine Martínez (CDT), Carolina Manríquez (Gobierno de Santiago), Sergio Díaz (CChC) y Bárbara Silva (CDT), coordinadora del proyecto.

El proyecto, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y liderado por instituciones como Corfo, Construye2025, el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago y la Cámara Chilena de la Construcción, reafirma su compromiso de transformar la industria de la construcción hacia un modelo circular y sostenible.

Cinco componentes 

El proyecto “Red de Economía Circular de la Construcción” se articula en torno a cinco pilares fundamentales:

  • Gobernanza Territorial: Establecer un modelo participativo y estratégico que garantice la sostenibilidad del proyecto.
  • Gestión de Oferta y Demanda: Identificar residuos valorizables y oportunidades para su reincorporación en nuevos ciclos productivos.
  • Inversión y Operación: Desarrollar modelos de negocio que promuevan la inversión privada y pública en infraestructura circular.
  • Innovación Circular: Fomentar soluciones tecnológicas y nuevos modelos de negocio para la valorización de residuos.
  • Medidas Habilitantes: Superar barreras normativas y regulatorias para consolidar un ecosistema circular.