Desde hace cinco años, la constructora ha venido implementando un programa que los ha llevado a resultados cuantificables en materia de sustentabilidad
Breve descripción de la empresa
AXIS Desarrollos Constructivos es una empresa constructora, cuyos pilares son la innovación, la industrialización y la economía circular. En 2018, crearon el desafío de innovación abierta con foco en sustentabilidad, AXIS Open Lab, y como resultado nació la empresa Poliestirec, la que gestiona residuos de la construcción y demolición (RCD).
Para 2020, participaron en documentos técnicos de la CDT y al siguiente año, ganaron el primer lugar en los Premios Cero Basura. Participaron también en la creación de perfiles laborales de Chile Valora. En 2022 crean el cargo de economía circular desde la innovación y se sostiene de manera interna la primera Reunión de Líderes y en 2023, se encuentran implementando el “Plan Reaxiona” a sus proyectos y agregando nuevos centros (oficinas, TCP, bodegas).
Entre sus metas se encuentran: el factor de generación de residuos: NO superar 0,12 m3/m2 y valorizar al menos un 20% de los residuos generados; la aplicación de las 3R (reutilizar, reducir y reciclar) y educar, entregando información más allá de la obra.
Aira Guerra, es constructora civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la profesional en Innovación y Economía Circular de AXIS DC. Guerra nos compartió que en el ADN de su empresa están presentes la búsqueda constante por la innovación y aplicar nuevas tendencias y metodologías en el rubro, para mejorar la productividad y ser una empresa sostenible.
“En este punto, la sostenibilidad es transversal en nuestra organización y, por lo mismo, una forma de trabajar es a través de la economía circular. El gran impulso en economía circular que tuvimos en AXIS, fue el programa de innovación abierta, llamado AxisOpenLab, que desarrollamos el año 2018, en Puerto Montt, que juntó a diversos actores del rubro para generar ideas de economía circular en construcción”.
Desde ese programa, se hizo evidente para AXIS la necesidad de gestionar sus residuos por los impactos que genera el rubro. Y gracias a ello, crearon “nuestro Plan de Gestión de Residuos llamado Reaxiona, que ha tenido grandes resultados, como una reducción de hasta casi un 80% de residuos si comparamos con el factor de generación (m3/m2) a nivel nacional y que ha sido nuestro marco de acción durante más de cinco años”, señaló.
¿La integración de la economía circular ha contribuido a obtener una mayor rentabilidad en su empresa? ¿Cómo?
La economía circular nos ha contribuido a generar mayor rentabilidad gracias a los diversos ahorros que genera. Al aprovechar mejor nuestros recursos, se reducen costos en el traslado y disposición de residuos, además de disminuir las pérdidas de materiales. En este sentido, nuestro foco está en reducir los residuos (que no se generen), analizando los procesos e incorporando, por ejemplo, soluciones industrializadas que permiten tener mayor certeza en plazo , costo y menor generación de residuos. Por otro lado, hay que tener la visión del ciclo de vida de los proyectos, por lo que hemos incorporado materiales más sustentables que generan ahorros en equipamientos, como la lana de oveja que requiere de menos EPP al instalarlo si lo comparamos con una solución tradicional de aislación. También, existen materiales sustentables que permiten disminuir costos de mantención y alargar la vida útil, como es el caso de madera plástica que incorporamos en la zona sur del país en vez de madera tradicional. Asimismo, estos materiales permiten la posibilidad de valorizar posteriormente sus residuos.
¿En qué aspectos ha incorporado la economía circular?
La economía circular aplicada desde terreno: Repensando nuestros procesos constructivos. Una de nuestras formas y pilar de AXIS es incorporar procesos industrializados, que nos permiten estar en ambientes más controlados y aprovechar mejor nuestros recursos. Por ejemplo, una escalera prefabricada de hormigón genera prácticamente cero residuos en terreno. También, buscamos alternativas o nos cuestionamos los métodos más tradicionales de trabajo mediante la innovación. Además, hemos comenzado a realizar cambios en los materiales que utilizamos estableciendo alianzas con nuevos proveedores y atentos a nuevas tecnologías que nos podrían servir. Finalmente, en los residuos que generamos, promovemos la valorización mediante empresas locales dedicadas a esto, como Poliestirec, empresa que recicla poliestireno transformándolo en pinturas y revestimientos, que surgió desde AXIS gracias al programa AXISOpenLab. Todo lo anterior, va de la mano con una herramienta de innovación consolidada en la empresa, llamada Design Thinking y nuestro plan de gestión de residuos, Reaxiona.
¿Cómo han contribuido las prácticas de economía circular en su empresa a nivel social y medio ambiental?
Han contribuido ampliamente debido a que la economía circular se sustenta en el fomento de la colaboración de los distintos actores que son parte de ella. Cuando un proceso o iniciativa deja de ser lineal y adopta un enfoque circular, puede generar beneficios tanto para las comunidades involucradas como para el medio ambiente, al reducir impactos negativos. Un ejemplo destacado de nuestro trabajo fue un proyecto que obtuvo el primer lugar en los Premios Cero Basura 2022 en la categoría Cambio Cultural, en el cual transformamos el proceso tradicional de demolición de veredas en cortes de veredas para crear pastelones en Punta Arenas. Esta iniciativa tuvo un impacto significativo al disminuir los problemas asociados con la demolición, como el ruido y el polvo, lo cual beneficia directamente a la comunidad local. Además, los pastelones obtenidos se donaron a los residentes para que pudieran mejorar los patios de sus viviendas. Lo anterior, se puede resumir en que logramos aprovechar los recursos existentes y convertirlos en productos valiosos, donde se evitó la generación de residuos innecesarios y se contribuye al mejoramiento de las condiciones de vida de los vecinos cercanos. Gracias a la iniciativa anterior, han surgido otras iniciativas similares, como por ejemplo lo que implementamos en un proyecto de Puerto Natales donde capacitamos a los niños de un jardín infantil aledaño y creamos un punto limpio abierto a la comunidad en el cierre perimetral de la obra. Cada vez que comenzamos un proyecto, tenemos este foco de economía circular y en la comunidad para identificar nuevas oportunidades.
¿Cuáles considera que han sido las dificultades y aprendizajes obtenidos a través de esta nueva forma de trabajo?
La mayor dificultad que hemos enfrentado es el aspecto cultural, lo cual es la clave y que hemos podido avanzar para que dentro de nuestra empresa se hayan realizado estás iniciativas. Para nosotros, es fundamental lograr que cada miembro de AXIS interiorice esta nueva forma de trabajar y la considere parte de sus trabajo y de su día a día más allá de lo laboral. Cambiar la mentalidad tradicional no ha sido una tarea fácil, y aunque hemos avanzando, seguimos trabajando para generar este cambio cultural. En cuanto a los aprendizajes, y en relación con lo mencionado anteriormente, hemos encontrado que la implementación de iniciativas o acciones es fundamental para visualizar los beneficios de la economía circular de forma más clara. Entonces, es importante ser constante y mantener el compromiso, donde el mayor de ellos se encuentra por parte de nuestra gerencia, ya que es la única forma que permee hacia todos los niveles de la empresa. Todo lo anterior implica estar abiertos a la innovación, a la mejora continua y a cuestionar los procesos existentes, además de contar con herramientas metódicas para llevar adelante los procesos.
¿Por qué es importante avanzar hacia la economía circular en construcción?
El rubro de la construcción es uno de los pilares para el desarrollo de las ciudades y de la sociedad en general. Pero, a su vez , es el que más impacta en consumo de agua, energía, recursos y generación de residuos a nivel mundial. Entonces si vemos esas dos caras es urgente que nos sumemos a trabajar en economía circular. Tomando en cuenta su gran efecto en reducir el impacto ambiental, como también el ir acompañado de beneficios económicos al aprovechar los recursos de manera más eficiente y maximizar su uso. Asimismo, tiene un impacto social positivo al promover la colaboración con las comunidades, proveedores y toda la cadena de valor involucrada en la construcción. Todo lo anterior, se vincula directamente con la innovación, ya que la economía circular impulsa nuevas oportunidades de desarrollo, nuevas tecnologías y modelos de negocio, donde actualmente nuestro rubro posee numerosas oportunidades de mejora, que serían valiosas e importantes de explorar y aprovechar. Para nosotros es sumamente importante, porque somos una empresa que quiere construir cambios que trascienden para el futuro sostenible de nuestra sociedad.
Fuente: Economía Circular Construcción
El proyecto FONDEF “Desarrollo de un nuevo árido reciclado de hormigón de mejor calidad en base a tratamientos de absorción de CO2”, llevado a cabo por las académicas Viviana Letelier (UFRO), Wendy Franco y Elodie Blanco (Pontificia Universidad Católica de Chile), mostró una mejora en las propiedades de los áridos reciclados de hormigón a los que se les incorporó CO2. Para conocer más, conversamos con Viviana Letelier sobre los avances de esta investigación y sus futuras implicancias.
Uno de los aspectos en el que la industria del hormigón busca disminuir su impacto en el medio ambiente dice relación con adoptar elementos de la denominada Economía Circular en sus procesos. En rigor, el sector busca reemplazar aquellas materias primas que presenten escasez para la producción del material y, para ello, el uso de subproductos tanto de la propia industria de la construcción como de otros sectores productivos resulta esencial.
Sobre esto, la situación de los áridos es particularmente delicada. Ya nos lo mencionaba Carla Salinas Antonietti, asesora de proyectos en Río Claro Ltda., a propósito de la situación de las canteras ubicadas específicamente en la Región Metropolitana, donde el 70% de los pozos legales está en situación crítica, lo que obliga a traer el recurso desde otras regiones, con el consiguiente encarecimiento de éste debido al transporte, entre otra serie de inconvenientes.
Las distintas alternativas que se presentan específicamente si hablamos propiamente del reemplazo de áridos naturales por reciclados o artificiales, son ya probadas en otras partes del mundo, con vasta experiencia tanto a nivel normativo para regular, por ejemplo, aspectos como la granulometría y los porcentajes de reemplazo, como también, investigaciones sobre las propiedades que aportan este tipo de áridos al utilizarse en la producción del hormigón.
Al respecto, Viviana Letelier, académica y directora del Departamento de Ingeniería en Obras Civiles de la Universidad de la Frontera, UFRO, participa en una investigación financiada por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondef, que busca mejorar las propiedades del árido reciclado de residuos de hormigón incorporando procesos químicos que colaboren con la absorción de CO2.
Incorporación de CO2 al árido reciclado
Anteriormente, la profesora ya había comentado a Hormigón al Día sobre cómo países como España o Japón, los que ya tienen elementos normativos que establecen los porcentajes de reemplazo del árido reciclado respecto al árido natural, entre otros aspectos. En nuestro país, se está a la espera que se lance la actualización de la norma chilena “NCh163 Áridos para morteros y hormigones – Requisitos generales”, que incorporará a los áridos reciclados de hormigón y áridos artificiales de subproductos generados por otras industrias, como la siderúrgica.
Mientras se dan las últimas conversaciones sobre la nueva norma, el Fondef en el que participa Viviana Letelier junto a Wendy Franco y Elodie Blanco, estas últimas académicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se desarrolló en dos etapas, en que la primera consistió en una evaluación del “comportamiento tanto del árido reciclado de hormigón como del árido carbonatado en hormigones y el segundo año, esta aplicación de áridos reciclados, pero nivel de base y subbase de carreteras”, comentó Viviana Letelier.
En esa línea, la directora del Departamento de Ingeniería Civil de la UFRO agregó que el objetivo de esta investigación es mejorar las propiedades del árido reciclado de hormigón gracias a la absorción del CO2, un proceso que se da de manera natural en el hormigón ya endurecido.
Para esta investigación, lo que se hizo fue “encapsular CO2 a través de la carbonatación acelerada bajo presión dentro de estos áridos. Esto va muy de la mano con todos los desarrollos que existen actualmente de almacenamiento de CO2, además de ser una alternativa de dónde disponer el carbono aplicándolo en materiales de construcción, que a su vez mejoran sus propiedades gracias a la utilización de estos productos”, explicó Viviana Letelier.
Proyecto en dos etapas
En el primer año de esta investigación, se utilizaron dos métodos para mejorar la capacidad de absorción de CO2 de los áridos reciclados de hormigón. Una forma fue la que comentó la profesora Letelier, de inyectar carbono bajo presión en los áridos. Otra, desarrollada por las académicas de la PUC, consistió en el uso de bacterias para precipitar la formación de calcita y, de esa forma, mejorar esta cualidad del árido reciclado. “En ambos casos, los dos procesos resultaron bastante efectivos”, dijo Viviana Letelier.
En ese sentido, uno de los aspectos interesantes de este Fondef es que permitió incorporar altos porcentajes de árido reciclado de hormigón sin afectar cualidades que son intrínsecas al material, como el comportamiento mecánico y propiedades de durabilidad. “Lo que logramos con la carbonatación fue incorporar grandes cantidades de reemplazo”, subrayó la académica de la UFRO.
El comportamiento de los hormigones con áridos reciclados carbonatados se analizó en laboratorio con la elaboración de probetas, las que se sometieron a diversos ensayos -tanto mecánicos como físicos- para determinar de qué manera este “nuevo tipo” de árido reciclado afecta a los hormigones de prueba.
Los resultados, comentó la académica de la UFRO, resultaron positivos. “Logramos mejorar significativamente el comportamiento del árido reciclado dentro de nuevos hormigones. Es decir que, con altos porcentajes de reemplazo, se logró que no hubiesen pérdidas en el comportamiento mecánico y de durabilidad en los hormigones respecto al hormigón de control. Eso nos tiene muy contentos porque era uno de los objetivos del proyecto, que era capturar CO2”.
Estudio en elementos de hormigón armado
Otro aspecto que resaltó la directora del Departamento de Ingeniería Civil de la UFRO es que, al incorporar al estudio tesis de pregrado cuyos resultados se probaron en vigas de hormigón armado, se logró testear el comportamiento de los áridos reciclados carbonatados dentro de un elemento estructural. “De alguna forma, también pudimos evaluar cómo es el comportamiento estructural del hormigón que presenta la incorporación de este tipo de árido reciclado y qué tanto difiere del comportamiento estructural de un hormigón sin incorporación de áridos”.
En ese sentido, la profesora Letelier dijo que, en el análisis de las vigas de hormigón armado con incorporación de árido reciclado carbonatado, no existe diferencia en cuanto a su comportamiento estructural. “Porque se lograron resistencias mecánicas similares a las del hormigón de control”, puntualizó.
Al respecto, la académica explicó que a mayor porcentaje de reemplazo de áridos reciclados “sin mejoramiento”, los estudios demuestran que el comportamiento mecánico o de durabilidad se ve afectado disminuyendo a medida que se aumenta el reemplazo.
“Cuando el hormigón trabaja con la armadura en elementos estructurales, esta última también tiene mucha responsabilidad en su comportamiento. Por lo tanto, incluso si el hormigón pudiese presentar menores resistencias que el hormigón de control, en comparación al que incorpora áridos reciclados no carbonatados -hablamos de no más del 10%- se logran comportamientos estructurales similares a los del hormigón de control, ya que en cargas ultimas la armadura es la que juega un rol preponderante, capaz de absorber parte de las diferencias de la resistencia del hormigón”, comentó.
Ensayos sobre porcentajes de reemplazo establecidos en NCh 163
La directora del Departamento de Ingeniería Civil de la UFRO explicó que los distintos ensayos que se llevaron a cabo con tres tasas diversas de reemplazo de árido grueso”.
La decisión de estos porcentajes de reemplazo no fue al azar, dice Letelier, ya que se debía analizar al árido reciclado bajo los parámetros que establecerá la nueva norma chilena NCh163, cuya actualización se encuentra en estudio y su vez se probaron reemplazos más altos. “Por primera vez, se analizó el comportamiento de los áridos reciclados de hormigón, tanto carbonatados como no carbonatado, con las tasas de reemplazo que estipulará la actualización de la normativa chilena”.
Con esto, la académica subrayó que, dependiendo de la calidad tanto del árido reciclado como la del natural, cuánto sería el porcentaje de reemplazo, siempre adecuándose a lo que se estipula en la nueva norma, de modo tal que se cumpla con las tablas de la normativa.
“Lo que logramos fue evaluar el porcentaje estipulado por la normativa, y demostrar que, en esas condiciones, o igualas al hormigón de control o las pérdidas son muy menores y las que existen, como se apreció en el caso de la durabilidad, se encuentran controladas”, dijo.
Gracias a estos ensayos, además, se logró analizar que los hormigones con áridos reciclados de hormigón carbonatados presentan resistencias similares o mejores a los hormigones con áridos naturales.
Este fenómeno, explicó la profesora Letelier, se produjo porque al agregar CO2, “éste reacciona con el hidróxido de calcio que está presente en el mortero del árido reciclado. Entonces, en un ambiente donde existen la humedad y temperatura adecuada, se genera calcita. Esta calcita va rellenando el árido reciclado mejorando considerablemente su microestructura”.
En ese sentido, el árido reciclado que se utilizó para esta investigación se hizo bajo origen controlado, fabricando un hormigón con una de las resistencias más demandadas a nivel nacional, para luego ser chancado a los 28 días de hidratación. Luego del chancado se incorporó a un nuevo hormigón, pero el mortero adherido a los áridos reciclados continuó su proceso de hidratación, “Entonces, este proceso en conjunto con la carbonatación, permitió mejorar las resistencias en comparación al hormigón de control”, comentó la académica.
Etapa dos: Base y subbase de carretera
El proyecto de investigación del que forma parte Viviana Letelier se encuentra en su segunda etapa, que consiste en incorporar estos nuevos áridos reciclados de hormigón tratados con CO2 como base y subbase en un tramo de prueba, en este caso, de la denominada “Carretera de la Fruta”, infraestructura vial que se inicia a la altura de Pelequén, conectando con la Ruta 5, y finaliza en San Antonio, abarcando así a las regiones de Valparaíso, Libertador General Bernardo O’Higgins y Metropolitana.
“Estamos a la espera que la Dirección de Vialidad dé la aprobación para la construcción de este tramo de prueba para transportar todo el material, que ya se tiene, y así incorporar las toda la muestra para evaluar y hacer los análisis correspondientes. Esto debiese ejecutarse, esperamos, en los próximos meses”, dijo la profesora Letelier.
Mientras esto ocurre, aún se trabaja con los nuevos áridos reciclados de hormigón y sobre cómo optimizar el proceso de carbonatación de estos áridos. “La carbonatación se realiza en una cámara cerrada, a una temperatura, humedad y presión dada, de modo que llegamos a carbonatar una parte de la capacidad que tiene el árido para absorber CO2, quedando un remanente en dicha capacidad. Entonces, todavía existen algunos procesos que se pueden ir modificando de esos tres parámetros para maximizar la cantidad de CO2 que se puede incorporar”, destacó.
Además, la directora del Departamento de Ingeniería Civil de la UFRO destacó la colaboración público-privada que se dio para el desarrollo de esta investigación. “Trabajamos muy cercanos, en este caso, a Melón, que tuvo la disposición de disponer de sus materias primas para nuestra investigación y coordinar con nosotros la entrega de éstas los días especificados, con las características requeridas, en una industria que está constantemente con requerimientos, no era fácil, pero resultó todo muy bien”.
¿Facilitará este trabajo la transferencia del nuevo árido reciclado para producción a escala industrial? “Entiendo que muchas hormigoneras están esperando a que se permita el uso de áridos reciclados dentro de los hormigones normativamente, por lo tanto, una vez que esto suceda probablemente será un impulso para incorporar a su vez áridos reciclados mejorados”, comentó.
“Sin embargo -agregó- el sólo hecho que hayamos estudiado el comportamiento de áridos reciclados reales de una empresa específica, con sus propias materias primas y su dosificación, en conjunto con la norma que está por salir, creo que le brinda mucha posibilidad de que parte del estudio al menos sí se pueda aplicar en el corto plazo”.
¿Qué actualizaciones presenta la nueva NCh163?
Una de las palancas que impulsa el uso de áridos reciclados para la producción es la actualización de la norma chilena “NCh163 Áridos para morteros y hormigones – Requisitos Generales”, actual normativa que rige el uso de agregados para la producción de hormigón y que, en el actual proyecto para su modificación, se busca incorporar un porcentaje de árido reciclado como reemplazo al árido natural.
En esa línea, la académica de la Universidad de la Frontera comenta que existen significativos avances al respecto. “Las grandes actualizaciones de la NCh163 tienen relación con la incorporación de nuevos capítulos específicos para el uso de áridos reciclados provenientes del hormigón y para áridos artificiales resultantes de un proceso industrial o subproducto de otro proceso industrial”, explicó.
“En ambos casos -agregó- los porcentajes de utilización vienen limitados por el cumplimiento de las tablas presentes en la normativa. A diferencia de los áridos reciclados de hormigón, donde sólo se permite el reemplazo de la fracción gruesa, los áridos artificiales podrán ser utilizados tanto en su fracción fina como gruesa como reemplazo de áridos naturales”.
Si bien Viviana Letelier puntualiza que los porcentajes de reemplazo que estipulará la actualización de la NCh163 son conservadores, en comparación con normativas extranjeras similares, “se espera que la autorización de porcentaje limitados de uso, permita la abertura de diversos mercados en torno a la revalorización de subproductos de la construcción e industrial”, destacó.
Trabajo con áridos reciclados de hormigón. La experiencia de la UFRO
En la Universidad de la Frontera, como parte del proyecto final de la cátedra “Hormigones Sostenibles” que imparte la profesora Viviana Letelier, se construyó una banca de hormigón que incorporó un 50% de árido reciclado de hormigón en la producción del material.
“Los estudiantes están muy interesados con todo lo que tenga menor impacto ambiental y también, nos pasa mucho que hay muchas cosas que nosotros sabemos que funcionan a nivel de laboratorio y que nos cuesta que la gente vea que, efectivamente, sí funcionan. Entonces, tomamos la decisión de que el proyecto del curso va a ser construir algún elemento incorporando estos subproductos y que después se utilice dentro de la universidad”, explicó Letelier sobre el proyecto.
Respecto al porcentaje de reemplazo, la académica destaca que lo que se busca es demostrar que es posible utilizar estos rangos más altos. “Lo que pasa -comentó- es que si sabes cómo trabajar con áridos reciclados y controlas los principales factores que podrían afectar el comportamiento del hormigón, se puede utilizar más porcentaje”.
Asimismo, agregó que, para este proyecto, se utilizó polvo de ladrillo como aglomerante del hormigón. “En investigaciones que habíamos realizado años atrás, ya habíamos visto que la incorporación de árido reciclado con polvo de ladrillo de residuo se potencia entre sí, ya que los productos de hidratación presentes en el mortero adherido a los áridos reciclados, se van uniendo a los componentes del polvo de ladrillo rico en sílice, generando nuevos gel CSH, permitiendo aumentos en la resistencia. Además, como es más fino, el polvo de ladrillo va sellando los poros del árido reciclado. Entonces, si en conjunto se mezclan, se logran incluso mejores resistencias que en un hormigón de control”, destacó.
Tal como en el caso de esta banca, para el desarrollo del curso se proyectan nuevos trabajos -en este caso, basureros de hormigón- que incorporan otro tipo de subproductos para ir analizando sus propiedades. “La idea es aprovechar esa motivación e ir sacando cosas que sean útiles para la comunidad”, expresó la académica.
Fuente: Hormigón al Día
Con más de 100 constructoras integradas al curso online “Gestión de Residuos en Obras de la Construcción”, IUS Latam y Reviste buscan cambiar la cultura del sector en torno a los residuos, a través de capacitaciones digitales que comenzarán a implementarse en enero de 2023.
Un innovador curso digital es el que lanzaron hace unos meses la agencia de innovación IUS Latam y Reviste, con el patrocinio de Construye2025 y el Instituto de la Construcción. Se trata del programa con código SENCE “Gestión de Residuos en Obras de la Construcción”, que está permitiendo a las empresas capacitar a sus equipos de obra para avanzar hacia la economía circular desde la gestión de los residuos de la construcción y la demolición (RCD). Con ello ahorrarán en recursos y, disminuirán el impacto ambiental de las obras, mejorando su productividad.
“Existe una brecha enorme en la cultura de gestión de residuos en el sector construcción y la pregunta que nos hacíamos era por dónde comenzar. La alta dirección ya ha iniciado conversaciones en torno a la economía circular y la red de proveedores está viendo una oportunidad e iniciando transformaciones. Pero a nivel de jornales y obreros, detectamos que hay muy pocos espacios de capacitación y formación de habilidades”, cuenta Joaquín Cuevas, CEO y cofundador de Reviste.
Si bien hay programas presenciales, para Pedro Mancilla de IUS Latam, “ese es el punto más crítico, ya que el tiempo es clave en la construcción. De ahí surgió la solución de desarrollar un sistema de capacitación digital que se hiciera cargo de una fuerza laboral cada vez más tecnologizada y con disposición a aprender sobre la gestión de residuos”.
De esta manera, esta es una iniciativa que en pocos espacios de tiempo, basándose en pequeñas cápsulas de aprendizaje y en la gamificación, permite mover cambios culturales desde las bases, “y un punto relevante es que gracias a las franquicias SENCE es costo cero para las empresas”, añade Mancilla.
La importancia de este tipo de capacitaciones “está dada por una nueva serie de prácticas en una industria que históricamente ha estado orientada a una producción lineal y donde al final de su ciclo constructivo se observan toneladas de residuos que dan cuenta de ineficiencias en la toma de decisión a nivel de diseño y arquitectura, en los cálculos de compras de materiales y por consecuencia en impactos en productividad y costos”, cree Pedro Mancilla.
“Capacitar al sector de la construcción y principalmente en áreas operativas, de primera línea frente a los residuos es de suma importancia. Es el paso que faltaba para llevar a la acción la gestión de residuos y ayudar a las empresas al cambio cultural hacia una economía circular. Si no contamos con una masa laboral capacitada para enfrentar los nuevos conocimientos y prácticas que se están desarrollando en la industria, no podremos generar cambios reales al interior de la obra”, advierte Cuevas.
Relación con perfiles de ChileValora
Como cuentan los creadores del curso digital, estas capacitaciones están desarrolladas por un equipo de expertos en la gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD). Personas con años de experiencia en obra, que trabajan de cerca con jornales, carpinteros y supervisores, creando protocolos, metodologías de segregación y aplicando planes de gestión de residuos en obra.
“Es por esto que este curso ha sido pensado desde esa experiencia y desde esas observaciones levantadas desde la misma obra, entendiendo las necesidades particulares que surgen en cada puesto de trabajo, donde además de poner a disposición un conocimiento, propone un enfoque organizacional, considerando la gestión de los residuos, de manera jerárquica”, puntualiza Cuevas.
Y Mancilla añade que “esta misma lógica es con la cual se desarrollan los perfiles ambientales para la construcción en ChileValora. Una lógica de entregar herramientas a las personas para que se desarrollen dentro de sus puestos de trabajo, utilizando la experiencia en obra para entender la forma más eficiente de funcionamiento dentro un proyecto en construcción”. Además, los perfiles se desarrollan bajo una metodología y una estructura particular, para entregar los conocimientos y esta es la misma que se considera en el desarrollo del curso, siempre de menos a más.
Por otra parte, para los organizadores es importante entender que estos conocimientos son considerados un cambio cultural dentro de la obra, y que la forma en que se comunican las diversas acciones, con enfoque en la gestión de residuos, tanto en los perfiles de ChileValora como en el curso, es una forma sencilla, cercana y amable al entendimiento de las personas que lo estudian, con la idea de que estos conocimientos sean rápidamente entendidos, pero que también provoquen cambios positivos en los hábitos en el funcionamiento logístico de la empresa.
Avances y desafíos
A la fecha, la iniciativa lleva dos años de desarrollo y a partir de 2022, han logrado diseñar, programar y tener operativo el curso de gestión de residuos en una plataforma digital a la cual pueden acceder los usuarios y realizar su proceso de aprendizaje. “Comenzamos en 2022 con las primeras experiencias piloto y lanzamos en “Edifica” la posibilidad de que las empresas interesadas se sumaran al desafío de capacitar a sus dotaciones, invitación a la cual se han integrado más de 100 constructoras y con quienes hemos estado trabajando en la preparación de las capacitaciones digitales para enero de 2023”, afirma Joaquín Cuevas.
De estas conversaciones, “las mismas empresas revelaron un alto porcentaje de trabajadores migrantes, especialmente desde Haití, los que nos llevó a desarrollar una versión del curso en lenguaje creole, ampliando el alcance del proceso de capacitación en las obras y generando un proceso mucho más inclusivo para todos los trabajadores y trabajadoras”, cuenta Pedro Mancilla.
Entre los desafíos que se vienen, están seguir avanzando en la introducción de la cultura digital para abrir espacios de desarrollo en las obras. “En ese sentido, el valor de la plataforma que hemos desarrollado es que admite gran diversidad de contenidos y con ello la posibilidad de que la industria de la construcción acceda a nuevos aprendizajes. También representa un salto en la forma de capacitar, sentando las bases de un nuevo estándar de capacitación que incluye la interacción digital y con ello, la capacidad de levantar datos en tiempo real, monitorear el proceso de capacitación lo que permite tomar mejores decisiones en ese ámbito”, precisan los profesionales.
A corto plazo, ambos quieren ir sintonizando con la cultura de cada empresa, las necesidades de la industria y convertir al formato digital de aprendizaje, ampliando la oferta de capacitación para lograr introducir la economía circular en la industria.
Otro de los desafíos tiene que ver con el alcance de este proyecto. “Queremos lograr un curso de gran calidad en sus conocimientos y en la forma de comunicar estos, para que estos provoquen emoción en quienes lo estudian, que sea la nueva forma de generar cambios conductuales en las personas. De esta manera, poder traccionar y acelerar un cambio cultural dentro de las obras, que consideramos urgente”, comenta Mancilla, mientras que Cuevas cree que “debemos ser capaces de sembrar en tierra fértil la semilla de la sostenibilidad para que esta crezca fuerte, sana y se multiplique por todas las obras y hogares del país”.
La meta de cero emisiones de efecto invernadero de aquí a 2050 parece un poco más alcanzable cuando se conocen iniciativas como la de la Universidad Católica del Norte que utiliza los residuos de la industria acuícola en la elaboración de materiales de construcción.
Cuando el lugar escogido para descansar es la costa chilena, más de algún turista que no desea pasar las horas en el mar, se dedica a caminar por la playa recogiendo conchas para llevar a casa, atraído por sus colores, formas y texturas. Sin embargo, cuando éstas se acumulan en toneladas de residuos, el paisaje no parece ser tan idílico. Pero hay un grupo de investigadores en Chile que descubrió algo más en los residuos acuícolas, como las conchas de mejillones, machas, ostiones y locos, que podrían ser aprovechadas para disminuir el impacto medioambiental de la industria de la construcción, a través de la utilización de materiales más circulares.
Esta forma innovadora de aportar a la disminución de gases de efecto invernadero (GEI) la descubrieron docentes y estudiantes de la Escuela de Prevención de Riesgos y Medioambiente de la Universidad Católica del Norte (UCN), liderados por su directora Begoña Peceño Capilla. Con el apoyo del Gobierno Regional de Coquimbo y el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), crearon un ecopanel que aprovecha hasta un 70% de los desechos de la industria acuícola chilena.
De ahí que organizaciones como Invertec Ostim, Transforma MÁSMAR, “Mejillón de Chile”, Cámara Chilena de la Construcción, Cooperativa M31 y la Caleta de San Pedro de La Serena, se sumarán a una idea con gran potencial de mercado, que contribuye a la integración territorial y el desarrollo social. De lograr comercializarse a nivel masivo, el impacto desde la región de Coquimbo hasta Los Lagos sería enorme, donde Construye2025 tiene una importante tarea en la promover este nuevo producto.
Este ecopanel toma un residuo para convertirlo en un material de construcción similar al yeso cartón, que funciona como un muro cortafuego resistente, diseñado y certificado que reduce la velocidad de propagación del fuego en caso de incendio. Para explicar su característica ignífuga, la investigadora Begoña Peceño explicó cómo se utiliza el yeso-cartón en la industria, donde popularmente se conoce como volcanita. “Cuando hay un incendio los paneles generan una reacción exotérmica que lo que hace es retirar calor del ambiente y, por lo tanto, bajan las temperaturas”, dijo.
Las conchas marinas constituidas en un 95% por carbonato cálcico, incluso, aportan protección a otros materiales como el acero o la madera. “En un edificio no protegido, el fuego arrasaría en siete minutos, pero, con esta innovación ese proceso se retrasa hasta en 25 minutos”, detalló la investigadora. E incluso, podría aumentar dependiendo del espesor de la placa.
Tierra hay una sola
Pensar en nuevas formas de construir no es antojadizo. El derretimiento de los polos y la consecuente subida del nivel del mar; la presencia de fenómenos meteorológicos extremos como las tormentas, huracanes y las olas de calor, que dan paso a megaincendios que lo destruyen todo; las migraciones masivas y la extinción acelerada de especies lo requieren.
Según el Banco Mundial, la pérdida de los ecosistemas es una problemática propia del desarrollo “ya que entre el 60 % y el 70 % de los ecosistemas del mundo se están degradando más rápido de lo que pueden recuperarse”, argumentó la académica de la UCN. Entre tanto, se ven afectados, principalmente, los países más pobres, justamente en zonas donde la agricultura, la silvicultura y la pesca son esenciales.
“Más de la mitad del PIB mundial se genera en sectores que dependen en gran medida o moderadamente de los servicios de los ecosistemas, como la polinización, la filtración de agua y las materias primas. Más de 3000 millones de personas dependen de la biodiversidad costera y marina para su ingesta de proteínas y medios de sustento. Tres cuartas partes”, afirmó Begoña Paceño.
Y es que si no actuamos ahora, “la exposición a aire contaminado aumentará en un 50% en esta década, mientras que los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para 2040”. Por este motivo la ONU apuesta por una vida sostenible, incentivando a la industria a tomar acciones.
A la fecha, Chile es uno de los tres países con mejores acciones desarrolladas para enfrentar la problemática medioambiental según el Ranking de Desempeño frente al Cambio Climático, logro que fue atribuido a la promulgación -en mayo pasado- de la Ley 21.455 o Ley Marco de Cambio Climático. La iniciativa #NetZero, incluida en el texto de la normativa, busca alcanzar y mantener la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero al año 2050, mediante instrumentos de gestión a nivel nacional, regional y local.
Adicionalmente, en nuestro país se generó el Sistema Nacional de Acceso a la Información y Participación Ciudadana sobre Cambio Climático que será administrado y coordinado por el Ministerio del Medio Ambiente con apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para avanzar en esta línea.
¿Construcción ecofriendly?
Respetar el medioambiente o ser catalogado como ecofriendly es una meta a la que muchos empresarios quieren llegar, pero pocos lo logran. No porque la voluntad no exista, sino -muchas veces- por desconocimiento o por costos. Pero, los datos son alarmantes. La Cámara Chilena de la Construcción reconoció, en 2019, que en Chile no existen cifras oficiales sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). El documento titulado “El Sector de la Construcción ante el Desafío Climático Global”, escrito para la COP25, explica que “debido a la metodología utilizada (estándares internacionales) y a la falta de reporte de datos del sector, no hay un catastro oficial y directo de emisiones de GEI” y que “una de las principales fuentes de emisión de CO2 corresponde a la producción industrial de insumo como cemento, hierro, acero, vidrio y alquitrán”.
Por lo anterior, innovaciones como las desarrolladas por el equipo liderado por Begoña Peceño, donde los residuos acuícolas demuestran que la economía circular es posible, constituyen un aporte al planeta que no podemos pasar por alto.
1. CONTEXTO Y CARACTERIZACIÓN DEL SECTOR CONSTRUCCIÓN
A nivel mundial, la industria de la construcción es un sector que contribuye al crecimiento de la economía y consiste en un importante pilar de desarrollo. En 2017, alcanzó los US$10,6 billones y se espera que aumente a US$12,7 billones en 2022 (Global Construction Outlook to 2022, 2018). El mercado formal de la construcción en Chile tiene una participación por sobre el 7,1% del Producto Interno Bruto (PIB) y del 8,5% de los empleos a nivel nacional (CChC, 2017), con 30 mil empresas relacionadas, en las que trabajan más de 700 mil personas. De ellas, un 98% corresponde a pymes, que crean el 81% de los puestos de trabajo en el sector y aportan el 34% de la facturación (Construye2025, 2015).
La construcción es el mayor consumidor de materias primas y otros recursos, utilizando alrededor del 50% de la producción mundial de acero y más de 3 mil millones de toneladas de materias primas. Uno de los materiales más utilizados en la construcción es el hormigón, y los áridos representan entre un 65% y 75% del volumen total de éste (Ministerio Obras Publicas, 2015). A nivel mundial, los residuos de la construcción y demolición (RCD) representan cerca del 35% de los residuos sólidos y en Chile, el 34% (Conama, 2010).
La contribución económica del sector construcción se basa en una economía lineal, en la que se extrae, fabrica y construye; luego se desecha y demuele. Sin embargo, los nuevos desafíos globales vinculados a la disponibilidad de materias primas, agua y energía, movilizan a las empresas hacia un cambio de paradigma, en el que la economía circular es una clara oportunidad de creación de valor, nuevos negocios y oportunidades de crecimiento económico, desacoplando la histórica dependencia de la extracción de recursos renovables y no renovables.
La economía circular se basa en tres principios, según se establece en la Hoja de Ruta para un Chile Circular 2040.
Principio 1: Eliminar los residuos y la contaminación desde el diseño: Para la economía circular, los residuos son un error de diseño. Además, se relaciona con la jerarquía en el manejo de residuos, que establece que reducir es mejor que reutilizar, reutilizar es mejor que reciclar, y reciclar es mejor que desechar.
Principio 2: Mantener productos y materiales en uso: Una vez que un recurso ya ha ingresado a la economía, se debe hacer todo lo posible por evitar que disminuya o pierda totalmente su valor, conservar los materiales, la energía, y los recursos que se encuentran incorporados en estos.
Principio 3: Regenerar los sistemas naturales: Más allá de la conservación, el sistema económico debe buscar la regeneración del capital natural y de la biodiversidad de los territorios.
Los fundamentos de la economía circular y el desacoplamiento del crecimiento económico respecto a la extracción de recursos, así como las evidencias de daño ambiental, desperdicios de materias primas y afectación al bienestar y calidad de vida de las personas, hacen que sea urgente un cambio de paradigma en el sector construcción, incorporando las tecnologías existentes, la investigación, el desarrollo e innovación para el desarrollo de nuevos modelos de negocios y mercados.
En Chile, el desarrollo de una Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035 (http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/) surge de la necesidad de abordar desde el Estado, la reducción de extracción de materias primas y generación de residuos de la construcción y demolición (RCD), a partir del uso eficiente de los recursos, y el manejo jerarquizado y ambientalmente racional de los residuos, fomentando la economía circular y la disminución de emisiones del sector construcción.
Para ello, se reúnen los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente, Corfo y Construye2025, y se formula un sueño en común: “un país que gestiona sus recursos en forma eficiente, impactando positivamente en los ámbitos social, ambiental y económico”, con la representación de actores públicos, privados y la academia. Para alcanzarlo, se definen cinco ejes estratégicos que impulsan la economía circular en construcción: el ordenamiento y planificación sustentable del territorio; la coordinación y articulación pública; ecosistemas y cadenas de valor sustentables y circulares; la necesidad de desarrollar y fortalecer plataformas de datos que entreguen información para el diseño de políticas públicas y creación de nuevos mercados en torno a la economía circular, y la remediación ambiental para los impactos resultantes de la extracción de áridos y disposición inadecuada de los residuos de construcción y demolición (RCD).
Si bien la hoja de ruta plantea lineamientos y acciones para cada etapa de la cadena de valor en su vida útil, y para sus distintos actores, Chile se encuentra muy atrasado en materia de gestión de residuos de la construcción y demolición, por tanto, se ha dado prioridad a la gestión de residuos. Una de las razones es que el costo de eliminar y demoler es bajo, consecuencia de falencias en la regulación y fiscalización de este tipo de residuos y de su inadecuada gestión. Actualmente, siete regiones de Chile no cuentan con lugares para disposición autorizada de residuos sólidos asimilables, por tanto, no hay cobertura nacional para su adecuada disposición ni tampoco una institucionalidad a cargo.
Según un informe interno del Ministerio de Medio Ambiente, al utilizar un factor realista de generación de 0,26 m3/m2, la generación de RCD anual asciende a 7,1 millones de toneladas de residuos de la construcción. Cerca del 70% de estos residuos corresponde a inertes, por lo cual, según la estimación anterior, se generarían cerca de 5 millones de toneladas de residuos inertes al año, los que son totalmente valorizables para la producción de áridos reciclados, haciendo uso de las tecnologías existentes y con un mercado ampliamente desarrollado en Europa, donde su uso como bases y subbases de caminos está ya validado con una vasta experiencia. Por otra parte, la demanda de áridos se estima en cerca de 11 millones de metros cúbicos al año, de los cuales las plantas formales solo tienen capacidad para 4 millones, por tanto, se presume que 7 millones de toneladas serían de extracción ilegal (IC, 2017).
En cuanto a las oportunidades de crecimiento en el sector respecto al reciclaje de residuos inertes de la construcción y demolición, según las cifras citadas anteriormente, si se considera que el 50% de residuos inertes son valorizables, estos convertidos a metros cúbicos (densidad 800 Kg/m3), con un volumen de 2 millones de m3, a un valor comercial de $7.000 el m3 (base estabilizadora) podrían generar ventas anuales por cerca de MM$14.000, equivalente a casi UF 1.000.000 y cerca de 2.000 empleos, considerando su cadena de manejo.
En el ámbito nacional, existe experiencia muy exitosa en el reciclaje de pavimentos en proyectos MOP, de la Dirección de Aeropuertos. Particularmente, el caso del aeródromo de Tobalaba obtuvo los siguientes beneficios: reducción del volumen de áridos naturales vírgenes en un 70%, el plazo de ejecución en un 10%, un ahorro del 45% del costo final respecto a lo presupuestado. Y finalmente, se redujo la cantidad de camiones en un 74%.
Dadas las oportunidades de crecimiento económico que ofrece la economía circular, se requiere avanzar en destrabar barreras regulatorias, de mercado, financiamiento y técnicas, para propiciar la inversión por parte de empresas para la oferta de productos y servicios, creación de nuevos nichos y modelos de negocios, y la generación de nuevos empleos.
Estos y otros antecedentes indican el enorme potencial de crecimiento con impactos positivos en lo ambiental y social que tiene la valorización aplicada a pavimentos.
Caso: “Solución sustentable de rodadura para caminos de tierra a partir de reciclado de desechos de pavimentos asfálticos antiguos”
Un caso de uso eficiente de los recursos en la gestión del Estado, son las experiencias de la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas de la Región de Valparaíso, que ha desarrollado un proyecto de innovación llamado “Solución sustentable de rodadura para caminos de tierra a partir del reciclado de desechos de pavimentos asfálticos antiguos”. El Departamento Regional de Conservación por Administración Directa, utilizando sus propios recursos, trabajadores, maquinarias y presupuesto limitado, tiene a su cargo la mantención de una red de caminos interiores de tierra y ripio, los cuales presentan problemas de transitabilidad para las comunidades en el invierno por el barro y los baches dejados por las aguas lluvias, y en el verano, por la generación de polvo, afectando la calidad de vida de su entorno.
Problemática
En Chile hay 3.800 km de doble vía concesionada, cada km genera cerca de 40 m3 de residuos de asfalto producto del fresado por la conservación mayor de estos pavimentos, por lo que se estima un total nacional estimado de 150.000 m3 de residuos asfálticos al año. Según valores de mercado, cada m3 de árido virgen cuesta entre U$12 y U$15, por lo que representa un desperdicio equivalente de U$2.000.000 al año.
Si se utilizara todo este material en caminos vecinales, se podría lograr pavimentar cerca de 250 km de caminos, callejones y pasajes de comunidades locales y aledañas a las vías concesionadas.
Propuesta de valor
Se propuso utilizar un material proveniente del mejoramiento de vías concesionadas -como carreteras, en este caso en particular de la ruta 68 que une Santiago y Valparaíso-, donde se eliminaban toneladas de residuos generados por el fresado de la carpeta asfáltica. Al respecto, se visualizó que podía ser utilizado como agregado, para hacer un tipo de carpeta y como solución básica para caminos de bajo tránsito. Para evaluar su comportamiento, se realizaron distintas pruebas en el laboratorio de control de calidad regional.
Investigación en laboratorio
Se realizaron ensayos del RAP (Reclaimed Asphalt Pavement), término dado a materiales de pavimento conformados por cemento asfáltico y agregados pétreos, con el fin de conocer su comportamiento en laboratorio con distintos tipos de ligantes asfálticos, para poder determinar la dosificación de los ligantes. Luego, se obtuvieron resultados adecuados y resistentes para ser aplicados en caminos de bajo tránsito, con un muy bajo costo, ya que solo se requería la emulsión, puesto que el asfalto es reciclado a partir de los residuos del fresado de la concesión.
En cuanto a las pruebas, se realizó la pavimentación de un estacionamiento en el recinto fiscal de Pangal, en la zona de Limache, una zona de estacionamiento de maquinaria pesada, de 500 m2, con 50 m3 de desecho asfáltico, a modo de piloto, para evaluar su comportamiento en terreno bajo solicitaciones. Con los aprendizajes de la prueba piloto, se tomó la decisión, en 2019, de pavimentar un tramo de 300 m en el Callejón Los Barrera, comuna de Casablanca, con tan excelentes resultados, que finalmente se extendió la pavimentación a 1,1 km. También se pavimentó el Callejón Los Salas en la misma zona, en una longitud de 1 km.
Junto con los resultados técnicos, que fueron muy buenos en todas las experiencias, es necesario destacar que también hubo un importante impacto en las comunidades, donde se mejoró la calidad de vida de los vecinos.
Minimizar la generación de residuos, promover la reutilización de materiales en la obra e incentivar la recuperación para reciclaje son los principales objetivos de la empresa que opera en La Araucanía.
Con soluciones innovadoras para los residuos que se generan en las distintas etapas de la obra, TOL Pucón espera ir más allá de asegurar la trazabilidad. Su meta es implementar acciones que contribuyan al ahorro de materiales y minimicen las pérdidas, para evitar que se transformen en escombros y terminen en botaderos clandestinos, sitios eriazos, quebradas u orillas de lagos y ríos.
En este contexto, la empresa hizo suya la misión de medir volúmenes de materiales valorizables y, gracias a su metodología, ha logrado reducir hasta en 40% los residuos que terminan en escombreras. “En el Hospital de Villarrica nos creyeron. Allí subimos los indicadores de la gestión y volúmenes de los distintos plásticos, madera, materiales que segregamos para reciclaje y para reutilización”, relata la directora de Gestión de Residuos de TOL Pucón, Francisca Díaz.
Efectivamente, en el establecimiento hospitalario construido por Sacyr Chile, se logró la segregación de hasta un 46% de los residuos con un ahorro mensual estimado de seis millones de pesos. Algo similar sucedió con la obra Parque Pinares de Constructora Ambienta, donde la empresa logró segregar 30% de los residuos con un ahorro mensual estimado de un millón y medio.
Nuevo material
En la Araucanía, TOL Pucón comenzó también a buscar soluciones para la transformación de los materiales. Así nació POCK, que hoy convierte residuos plásticos en “madera plástica”. “Este material, que es 100% plástico reciclado, es un material de construcción que se puede usar para infraestructura y construcción de mobiliario”, detalla Francisca Díaz.
Según la ingeniera en Recursos Naturales, la sustentabilidad aporta a la rentabilidad del negocio y, en este ámbito, mejora los procesos y genera ahorros considerables. “Ahora, con la pandemia, los materiales están mucho más caros. Por eso, hay que visibilizar todo lo que se bota. Al comprar material gastas también en transporte y luego en botar el sobrante. Pero, si reduces tus pérdidas, reduces todos los costos”, señala.
Para lograr lo anterior, TOL Pucón se incorpora en el diseño del plan de gestión reconociendo las partidas más incidentes y los porcentajes de pérdidas asignados.“Puedes modificar los medidas de materiales que te permitan minimizar la pérdida según el diseño, por ejemplo poner una palmeta de 60 en vez de una de 40”. Eso tiene un costo que se puede calcular. En el tema de los residuos, nosotros generamos la estadística y se puede segregar o disminuir un 30% de los residuos en obra como mínimo”, comenta Francisca Díaz.
La nueva propuesta de TOL Pucón es la valorización de los residuos plásticos y comercializar proyectos de economía circular, en los que incluye el retiro de los residuos y su transformación, es decir, el plástico que antaño se desechaba hoy pasa a convertirse en bancas y separadores viales, por ejemplo. “La idea es que la misma empresa visibilice la gestión que hizo en la construcción con este mobiliario o infraestructura, logrando un círculo perfecto. Estamos trabajando también con otras industrias y organizaciones como municipios, donde también se generan residuos plásticos”, dice la ingeniera.
Los perfiles POCK de diversos tamaños ofrecen cien años de garantía, al convertirse en plástico compactado. “En el sur se pudre todo y tiene una vejez muy rápida. Pero este material no se pudre, no se astilla, tiene buena apariencia, no necesita mantención, no necesita pintura ni barniz y la durabilidad es enorme. Por eso, es ideal para climas húmedos en el sur de Chile y para climas salinos en la costa”, explica Francisca Díaz.
El trabajo conjunto de dos empresas ha hecho posible que los residuos inertes de demolición se valoricen en Tiltil, donde se procesan para dar origen a áridos reciclados.
Un total de 12 mil toneladas de áridos artificiales y reciclados al mes pueden procesarse mensualmente en la planta que Río Claro administra en Rungue, Tiltil. De ese volumen, al menos siete mil toneladas son de áridos reciclados. Una de las empresas que ha confiado en el servicio es Flesan, donde -producto de las demoliciones de infraestructura que realizan- tenían mucho hormigón disponible para valorizar.
“Generamos demasiados residuos de construcción y demolición. En el proceso, hemos visto un aumento en el valor de las disposiciones finales, el transporte y otras variables. Así es que buscamos alternativas y nos encontramos con Río Claro, donde trabajan de manera correcta en cuanto a normativa y tienen lo que estamos buscando, que es darle un sentido al residuo de demolición”, explica María Eugenia Ubilla, gerenta de Medio Ambiente de Flesan.
Así, al tomar una losa de hormigón armado, en Río Claro extraen el fierro que conforma la estructura, para su reutilización; mientras que el resto del material inerte -una vez limpio- va a la chancadora. “Comenzamos con una muestra pequeña de 20 toneladas y Río Claro se encargó de caracterizar las obras, para evaluar las partidas que podían reciclarse. Ojalá ese sea el camino para una mayor cantidad de residuos de demolición y construcción”, dice la ejecutiva.
Según Carla Salinas, asesora de Proyectos de Río Claro, el proceso implica un tratamiento previo en las zonas de acopio de los residuos y del hormigón endurecido, para luego pasar a planta con el material. “No demora más de un día generar 600 toneladas de árido de distinta granulometría, de acuerdo a la norma NCh163. “Nuestra planta funciona de acuerdo a todos los estándares de seguridad y también alineada con lo que exige la Seremi de Salud”, explica.
Desde 2016, Río Claro ha estado trabajando con escoria negra para hacer un árido artificial y hoy, gracias a un proyecto aprobado por la Seremi de Salud, la empresa puede generar más de siete mil toneladas por mes de árido reciclado de hormigón endurecido o bien, árido producto del procesamiento de escorias.
La labor realizada en la planta de Rungue en Tiltil le cayó como anillo al dedo a Flesan, pues luego de una demolición se genera mucha pérdida de material. “La gente piensa que yo recibo una casa y la demuelo inmediatamente. Pero hay todo un proceso de desmantelamiento: quincallería, baños, pisos, ventanas. Todo tiene una segunda vida; y, luego, nos abocamos a los temas reciclables: madera, fierro, plástico, obviamente, por cada tipo de obra. Siempre ha sido un dolor el escombro”, comenta María Eugenia Ubilla.
Futuro sostenible
Según la gerente de Medio Ambiente de Flesan, la economía circular llegó para quedarse. Pero no se trata solo de tomar el escombro de demolición y utilizarlo en un camino o hacer material para sub bases. “Tengo que asegurarme de que el residuo no venga contaminado, tomar una responsabilidad en base a los residuos si los quiero convertir en un material. Eso ya la gente lo sabe, se rompió la barrera del conocimiento y ahora estamos en una etapa mucho más importante. Ahora, tenemos que evidenciarlo, para que la gente quiera participar y unirse”, señala.
En este contexto, la especialista espera que la gestión de los residuos de construcción y demolición se potencie. “Que se entienda el concepto de residuos de construcción y demolición y, en base a eso, que la ignorancia no sea un arma de doble filo, sino sea que sea algo que le permita a los demás buscar alternativas que nos lleven hacia la protección del medio ambiente porque claramente los recursos naturales no son infinitos y eso lo sabemos desde hace muchos años”, concluye María Eugenia Ubilla.
La filial de la productora de acero AZA, genera coproductos que se convierten en prácticos insumos para la construcción, que podrían contribuir sustancialmente al desarrollo de la economía circular.
En una planta ubicada en Til Til se reciclan materiales que por mucho tiempo eran considerados residuos. Hasta ahí llegan las escorias desde Aceros AZA.
El proceso de economía circular impulsado por la empresa implica procesar para segregar metales que se vuelven a reciclar en AZA, entre ellos las escorias siderúrgicas. “En la medida que AZA recicla productos de acero o chatarra, se generan materiales como las escorias siderúrgicas que representan el 80/20 de estos coproductos”, señala el jefe de Medioambiente de AZA, Matías Contreras.
Después de un exhaustivo estudio, la compañía observó con interés un ejemplo alemán, donde utilizaban un modelo de gestión de escorias y así fue como en 2020, se compraron los activos de una de las plantas procesadoras de escorias que antes le prestaba el servicio. “Antes pagábamos a un tercero para que la gestionara de manera adecuada; después, se fueron creando redes técnicas; y se internalizó el modelo”, comenta Contreras.
De esta manera, se resolvía un problema latente: la imposibilidad de que el proveedor retirara en tiempo y cantidad la escoria disponible desde AZA, la empresa madre dedicada a la comercialización de acero. “Tenemos ciertos volúmenes de acopio dentro de la planta que tienen que ir saliendo, entonces hay un tema de continuidad operacional. Ahora, desde el punto de vista de control interno es mucho más eficiente para poder hacer gestión; hay evidentemente un beneficio en costo, pero también hay un tema ambiental que a nosotros nos motivó”, recuerda Matías Contreras.
En Alemania, la experiencia había sido exitosa. De hecho, había carreteras y muros hechos con escoria e, incluso, exportaciones a países cercanos. “La compañía tenía un dolor del que había que hacerse cargo y al ver las aplicaciones que había en Europa, principalmente, en líneas férreas, autopistas, parques y paredes, se tomó la decisión de comenzar a procesar y buscar las validaciones técnicas para usar el material e ir cambiando la figura de residuo a coproducto”, detalla el gerente general de EcoAZA, Francisco Esser.
Barreras
Sin embargo, a pesar de ser un modelo sustentable, el camino no ha estado libre de obstáculos. En este aspecto, las principales barreras radican en que este tipo de materiales no están categorizados como materia prima, sino que llevan la etiqueta de residuo. Por eso, los permisos son el foco para avanzar junto a los esfuerzos por demostrar la inocuidad.
Pero con caracterizaciones, ensayos, pilotos y convicción, EcoAZA se enfrenta a la regulación que, a veces, parece tan lejana a la de otros países. “En México, por ejemplo, se había entregado y coordinado la venta de un volumen importante de escoria para poder ampliar una autopista: dos vías por carril. Lamentablemente, acá todavía no podemos porque hay otras barreras que de alguna forma impiden eso; también hay una empresa española ocupando los áridos siderúrgicos para alguna aplicación con asfalto. Nosotros hemos tratado de validar que este árido cumple ciertas características, que permiten reemplazar o sustituir entre 10% y 30% de un árido natural. Este material puede entrar al mundo de la construcción, entonces se genera una circularidad”, añade Francisco Esser.
Para derribar las barreras, en EcoAZA se están estudiando normas chilenas como la NCh163 y la NCh170, además del Manual de Carreteras, que son normas técnicas para primero validar aplicaciones, “Este material bajo 4,75 mm es considerado arena y es utilizado para un tipo de aplicaciones; si es más grande como gravilla es para otro tipo de aplicación; entonces, le vamos dando un poco la forma y la granulometría correcta”, señala el gerente general de la empresa, quien garantiza la trazabilidad que tan relevante es para la gestión residuos.
Cadena de valor integral
Hoy, la sinergia está y las proyecciones son ambiciosas pues, lo que partió como una valorización interna de productos, podría convertirse en una solución integral de gran alcance. “Existe harto know how detrás de la compañía que se puede traspasar y transmitir a otros rubros. Ser sostenible es clave en el mundo de ahora y, dentro de cinco años, esperamos poder desarrollar otras soluciones para otros residuos y lograr que Aceros AZA sea cero residuo y que todo sea valorizado y utilizado en la misma cadena de la construcción”, afirma el gerente general de EcoAZA, Francisco Esser.
Así, una vez que la regulación se adapte, EcoAZA podría no solo agregar valor a la industria con sus escorias siderúrgicas, sino también reprocesar estos mismos materiales para que el objetivo “cero residuo” sea una meta compartida.
Aprovechando un desecho recurrente en la industria de la construcción y acuícola, un emprendimiento de la Región de Los Lagos logró fabricar recubrimientos y pinturas, entregando valor al residuo, sumándose a la tendencia de economía circular.
La historia de Poliestirec comenzó con su participación en un concurso de innovación abierta que hizo Axis Desarrollos Constructivos, mientras buscaba la reducción de los contaminantes de la construcción y de la industria acuícola para impactar positivamente en la región. Entonces, se hicieron cuatro talleres para aterrizar ideas y Poliestirec, que tomó el poliestireno expandido, “plumavit”, para transformarlo en resina para hacer pinturas, quedó finalista.
Hoy, la empresa de economía circular gestiona y trata los RCD en la línea del poliestireno expandido residual (plumavit), transformándolo en recubrimientos y pinturas, entregando valor a este residuo y logrando así reducir grandes cantidades de desechos. En un principio, el foco de la empresa era el reciclaje. Pero, ahora, la venta de pintura es su objetivo principal.
Poliestirec es una empresa que vende pintura para poder reciclar, porque sin lo primero, no es posible lo segundo. Además, existe una segunda línea de negocios: asesorías de gestión de residuos; y una tercera: gestión del EPS, que consiste en recibir este insumo en la planta.
“Tenemos la capacidad de hacer reciclaje local, significa que no gastamos grandes cantidades de carbono en poder generar este tratamiento del residuo, transformándolo normalmente en un producto con un valor agregado. Es decir, que nosotros -desde el residuo- que se genera en el espacio, en la zona, y en el mismo lugar nosotros lo tratamos y vendemos el producto. Entonces, tenemos una economía de reciclaje local que nos permite tener una diferenciación con respecto al modelo, que es mucho menos amigable con el medio ambiente”, comenta Antonio Vial, gerente general de Poliestirec.
Educando nuevas generaciones
Otra de las acciones que está haciendo brillar a este emprendimiento es el conocimiento y experiencia que sus líderes están traspasando a las nuevas generaciones. Hoy, la empresa está en la última etapa de trabajo con un colegio donde han tenido contacto directo con los niños, a quienes han podido explicarles que el lugar donde estudian está siendo pintado con “productos reciclajados”. “Esa enseñanza va a quedar para todos los niños de todas las generaciones por el resto de la historia de ese colegio. Va a trascender. Y para los padres de los niños también, va a ser un ícono muy importante para nosotros”, afirma Vial.
Asimismo, la empresa fue proveedora de un estacionamiento cuya techumbre tiene poliestireno expandido. “Lo gracioso de ese proceso es que van a pintar sobre el elemento que nosotros utilizamos para generar la resina para hacer la base de la pintura. Entonces, técnicamente hablando, se está logrando tener un producto que, una vez terminado, no daña el material que se diluyó para hacer el producto”, acota el gerente general.
Pero de todos los proyectos, el proyecto más interesante ha sido el del colegio porque además se ha incluido la participación de los niños, el que más les apasionan, tanto a Vial como al gerente de Operaciones, Carlos Santibañez. Según dicen, debido a que incorporan elementos sociales y culturales. “Además, se trabaja con los colores con sentido, es decir, no se pinta solo blanco y amarillo, sino que cada sala tiene un color específico que busca cierto novel sensorial de los niños según su ciclo de educación. Entonces es un desafío y un entrenamiento técnico y de aprendizaje para nosotros, como empresa que también diseña colores”, señala el gerente de Poliestirec.
Con sus máquinas, la empresa puede utilizar tanto el poliestireno expandido que viene con residuos, adherido a un bloque de hormigón, como el que viene con paneles SIP, junto a la madera y con pegamento. Al obtener la materia prima, la empresa puede fabricar desde esmaltes al agua hasta una gama de látex, además de recubrimientos técnicos, como sellos de piso, que son solventes.
El público objetivo de Poliestirec son las constructoras, principalmente, aunque los productos también están disponibles para particulares en poliestirec.cl. “Las empresas salmoneras también compran, pero de a poquito nos estamos metiendo en ese rubro”, explica Antonio Vial, quien también trabaja con algunos contratistas especializados en la aplicación de sus productos.
El proceso completo de Poliestirec fue diseñado para no generar residuos. De hecho, en dos años, solo se ha llenado un tambor y medio de residuos líquidos, cuya capacidad es de 200 litros. “De todos los miles de litros, hemos tenido eso porque tratamos de no tener residuos. ¿Cómo lo hacemos? Uno: por ejemplo, la resina tiene otros fines, otros usos. Con la resina uno puede hacer moldes, distintas cosas. Y, lo otro, es que la pintura que va sobrando la vamos juntando. Generalmente, el blanco es el que manda en el mercado de las pinturas. Entonces, vamos juntando y llega gente que necesita pintar un muro de su casa, toma, aquí te regalamos una pintura”, detalla Vial.
La planta de tratamiento y valorización de residuos de la construcción y demolición logró financiarse gracias a Doble Impacto, una plataforma que opera como crowdfunding, pero que pronto podría convertirse en banco para impulsar proyectos con sentido que no encajan en la banca tradicional.
Convencer a otros de financiar proyectos sostenibles es la noble misión de Doble Impacto, la plataforma de inversiones que logró hacer match con Revaloriza, la empresa que instalará la primera planta en Chile que se dedicará a la valorización de residuos de la construcción y demolición (RCD), en la Región de Valparaíso. El proyecto -que lidera Karen Aguilera- pretende reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción y demolición procedentes de la Región de Valparaíso en un plazo de tres años, generando un beneficio económico, social y ambiental.
Revaloriza fue la respuesta de un grupo de empresas constructoras e inmobiliarias que, junto a un equipo multidisciplinario, optó por tomar la iniciativa respecto al manejo de residuos, promoviendo la economía circular en la Región de Valparaíso y la recuperación de pasivos ambientales.
Un terreno de más de 21 mil metros cuadrados, ubicado en el sector industrial de Viña del Mar, fue el elegido para edificar la planta. “Como empresa estudiamos las ciudades que más residuos generan dentro de la región y las que más pasivos ambientales generan son Viña y Concón. Los RCD quedan dispuestos en quebradas y son un peligro por las potenciales remociones en masa”, explica la ingeniera ambiental.
Actualmente, la Región de Valparaíso genera del orden de 896.000 toneladas anuales de estos residuos, lo que la convierte en la segunda región con mayor generación a nivel nacional y, por lo mismo, foco de interés de Revaloriza que quiso tomar un rol proactivo en la solución de ese problema. “Nuestra idea es vincular a todos los actores de la cadena: constructoras, transportistas, recicladores de base, comunidad y autoridades, incluso, a la academia para poder desarrollar nuevos productos e impulsar la innovación regional, buscando ser referentes a nivel nacional”, explica la gerente general de la empresa, Karen Aguilera.
El modelo Revaloriza
En Revaloriza enseñan y capacitan a las constructoras para que logren reducir en 30% el volumen de los desechos que generan, ayudándoles a segregar en origen y a distribuir a plantas de reciclaje. Además, esta pyme ha logrado recuperar antiguos pozos de extracción de áridos (desde 2018) con tierras de excavación que, usualmente, se iban a los fondos de las quebradas.
Con su modelo de negocio triple impacto, la empresa se apega a la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035, que lanzó Construye2025 en 2020 junto a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente y Corfo, y busca solucionar un problema transversal en la industria de la construcción que, además, espera contribuir a la disminución de incendios causados por la presencia de microbasurales clandestinos o mala disposición de residuos.
Algunos de los objetivos de Revaloriza son: fomentar la reutilización de residuos, disminuir el volumen de RCD en puntos de segregación; y, por supuesto, reducir el uso del transporte, el consumo en materias primas, los costos de limpieza y los riesgos laborales. Asimismo, a Karen Aguilera la motiva la disminución de la huella de carbono, lo que espera lograr disminuyendo el tránsito de camiones, impulsando la valorización de residuos entendidos como recursos, y el uso de materias primas secundarias.
¿Por qué Doble Impacto creyó en Revaloriza? Porque, tal como explica, Gerardo Wijnant, subgerente de Impacto en Doble Impacto, la plataforma de inversiones apuesta por empresas y personas que buscan generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. “Buscamos proyectos con sentido y en el camino nos hemos ido encontrando con diversas iniciativas, de inclusión social, turismo sostenible, eficiencia energética, consumo y producción sostenible, una de ellas fue Revaloriza”, señala el ejecutivo.
Doble Impacto es sinónimo de banca ética, como se conoce a las instituciones financieras que apuestan por una economía centrada en las personas y el planeta. Estas organizaciones se diferencian de la banca tradicional porque invierten en proyectos de economía real y no en instrumentos especulativos, pero también porque sus criterios de inversión se ajustan a los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” definidos por la ONU en 2015.
Por otra parte, la entidad plantea que la mayoría de las las empresas tradicionales se consideran una posición exclusivamente maximizadora de beneficios y con una visión a corto plazo, sin embargo, cada vez más se valora a las que se enfocan en otros modelos de economías que consideren el valor compartido, replanteando el sentido que las empresas tienen en la sociedad y su impacto en el medio ambiente.
Asimismo, la entidad para asegurar el control de los dineros que reciben, manejan una cuenta en un banco nacional, y no aceptan dinero en efectivo, sino solamente transferencias de cuentas nacionales, dado que la banca chilena está regulada.
Iniciativa pionera busca -en línea con los principios de la economía circular- lograr un retiro minucioso y óptimo de la mayor cantidad de los materiales que componen un inmueble, reduciendo residuos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Reciclaje, reutilización, revalorización son conceptos que cada vez están más presentes en la sociedad y los distintos sectores de la economía, pues existe conciencia de que detrás de ello existe generación de valor económico y medioambiental.
Por ello, Demoliciones H y L decidió estar a la vanguardia, incorporando el concepto de deconstrucción a sus procesos, de manera de valorizar y dar trazabilidad a los residuos de una demolición. Todo con un objetivo claro: añadir una mirada verde a los procesos, para agregar valor al derribamiento de inmuebles.
“Con la guía de Nicolás Behar de Recylink, en Demoliciones H y L vimos una posibilidad de trabajar con una visión verde, en el sentido de realizar ciertas modificaciones en los procesos de demoliciones para incorporar conceptos de economía circular”, afirma Felipe Lira, ingeniero constructor y gerente Técnico y de Administración de Proyectos en Demoliciones H y L.
Si bien la deconstrucción es un proceso que demora y encarece un poco la ejecución de demolición convencional, sus beneficios son claros: reutilizar la mayor cantidad de material posible (y certificar con Recylink, para así asociar a una reducción de CO2 y, con ello, el impacto ambiental), considerando que en Chile no existe una normativa que facilite la comercialización de escombros sólidos reciclados asociados al proceso de demolición.
Así, en la actualidad, el análisis de qué materiales son susceptibles de recuperar y reutilizar es “caso a caso”. En esta labor, la trazabilidad es clave, pues es la única forma de cuantificar dónde y qué tipo de residuos genera una demolición y en qué lugar serán dispuestos.
El proceso comienza con una auditoría de predemolición, que identifica qué componentes tiene un inmueble que se demolerá, lo que permite armar un plan de gestión ambiental. Para el éxito del proceso, explica Nicolás Behar, constructor civil asesor en este proyecto de Demoliciones H y L y CEO de Recylink, generaron una estrategia con cuatro aristas: una estructura de deconstrucción, un plan de gestión ambiental, procedimiento y programa de educación ambiental. “Todo debe ser firmado por las partes, porque establece objetivos, cómo se lograrán, quiénes estarán involucrados en cada parte del proceso”, comenta el especialista.
Este material –manuales, fichas técnicas hasta certificados de faenas y autorizaciones- son ingresados a una plataforma que guarda todo el historial del proyecto, lo que facilita encontrar la información y procesos a seguir, así como ver en gráficas los aportes de la deconstrucción.
Cómo opera
En un proyecto realizado en La Florida y que dio el “vamos” a esta nueva mirada, por ejemplo, un punto relevante era dar nueva vida a los árboles que estaban en los terrenos. Ello se logró gracias a una máquina chipeadora, que permite procesar material de diferentes diámetros, reduciendo los desechos y entregando como resultado chips de madera, los cuales fueron valorizados y reutilizados).
En este proyecto, cerca de 50 metros cúbicos de madera/ramas se convirtieron en 6 metros cúbicos de chips, que fueron entregados a un vivero de la comuna de La Reina para su reutilización en compost. Los troncos de pinos, en tanto, fueron cortados y entregados como insumos para la fabricación de tablas para piso. El mismo proceso se realizó con otros componentes como plástico, puertas, ventanas, fierro y cobre, que fueron entregados en distintos depósitos o bien, entregados directamente a personas para su reutilización.
Por ejemplo, las cerchas fueron entregadas a una persona que estaba ampliando su casa y las botellas plásticas a puntos de reciclaje específicos. “Así lo tratamos de hacer con todos aquellos materiales a los que se le pudiera dar una segunda vida. Lamentablemente, en Chile no está aún la tecnología ni la reglamentación para procesar los escombros inertes y haber obtenido un producto final comercializable nuevo, porque con eso, no me cabe la menor duda, de que del 100% de los escombros, se podría haber llegado a un 60% o 70% adicional al 20% que se valorizó”, agregó Felipe Lira.
Impacto en cifras
Con la gestión de residuos plásticos, madera, metales, vidrios, papeles y cartones entre otros materiales, se espera minimizar al máximo la generación de residuos, bajar las emisiones de C02 y contribuir al desarrollo sostenible. En este desafío la UACh se alinea con “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035”, estrategia multisectorial implementada a nivel país.
Se estima que un tercio del total de los residuos generados en Chile corresponde a residuos de construcción y demolición, tendencia que también se aprecia a nivel mundial, posicionando a la industria de la construcción como una de las más contaminantes del planeta donde impera el modelo de economía lineal de “extraer, usar y botar”.
Exigir a las constructoras que gestionen sus residuos es un tema que recién se está impulsando en el país y que muy pocas empresas constructoras —en su mayoría de Santiago— han adoptado implementando acciones de manejo de residuos de obra en la actualidad.
Publicada en junio de 2019, la Norma Chilena 3562 establece una clasificación para residuos de construcción y demolición (RCD), contempla las consideraciones mínimas para la gestión de RCD no peligrosos que se generan en obras de construcción y demolición y los contenidos de un plan de gestión de RCD.
Adelantándose a estos lineamientos regulatorios generales la Dirección de Infraestructura y Desarrollo Físico (DIDF) de la UACh exige a los contratistas el manejo de los residuos desde el año 2017, buenas prácticas que decidió incrementar en un plan piloto a partir del 2020. “Uno de los problemas que existe en Chile y el mundo en el manejo de los residuos en la construcción es la falta de implementación; falta llevarlo a la práctica, por lo que como Universidad y como mandantes decidimos dar el primer paso desarrollando un plan más exhaustivo y ambicioso para cooperar con nuestra sociedad y el planeta que tanto lo necesita”, dice Wilson Aravena, director de la DIDF.
Con visión de futuro, la estrategia de la UACh es un enorme paso para avanzar de manera efectiva hacia una economía circular al mejorar la gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD), mediante un uso más eficiente de recursos donde prima la reducción de los elementos. “Este modelo apunta a minimizar la producción al mínimo indispensable, y cuando es necesario hacer uso de un producto, priorizar la reutilización de los elementos que por sus propiedades no pueden volver al medio ambiente”, explica.
Pero esta iniciativa va aún más allá en la búsqueda de una sociedad más sostenible. En esa dirección aspira a contribuir en la formación de los estudiantes desde una perspectiva más vivencial. “Las instituciones de educación superior también necesitan mucha infraestructura, lo bueno es que nuestros estudiantes pueden ver el esfuerzo que se realiza por liderar estos cambios. La teoría se aplica y pueden verlo in situ, complementando el trabajo que realiza la Unidad de Gestión Ambiental con fuerte participación en la academia y en el área operativa”, indica Aravena destacando los fundamentos de la Política de Sustentabilidad que guían a esta institución.
RCD en las bases técnicas de licitación
“Que mejor que liderar el cambio desde la perspectiva del mandante”, sostiene Wilson Aravena, convencido de que estas acciones irán permeando gradualmente en la sociedad. Con ese norte, los profesionales de esta Dirección diseñaron un modelo que, plasmado en el primer Plan de Residuos de la Construcción y Demolición (RCD), se incorporó a las bases técnicas de licitación que deben cumplir las empresas constructoras.
Para llevar a la práctica el Plan RCD fue elegido el Proyecto Pabellón Docente, edificio que está construyéndose en el Campus Isla Teja desde noviembre del 2020. Esta infraestructura fue sometida a altos estándares de sustentabilidad y espera obtener la certificación CES (Certificación Edificio Sustentable), tanto en diseño como en construcción.
“La implementación de la gestión y manejo sustentable de los RCD en el Pabellón Docente, Campus Isla Teja, marca un tremendo hito en los casos a nivel nacional al ser un ejemplo para las distintas instituciones educacionales y otras, en cuanto a implementar políticas de sustentabilidad”, indica Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.
“Esta iniciativa liderara por la Dirección de Infraestructura y Desarrollo Físico de la UACh, implica un gran esfuerzo para salir de la zona de confort, y de la inercia de cómo se hacen habitualmente las cosas, a través del cambio hacia una cultura sostenible en la forma de construir y en el impacto que esto conlleva. Lo más difícil es generar el cambio, y el mandante, tiene un inmenso potencial para realizarlo”, destaca Alejandra Tapia.
Refiriéndose a los beneficios de implementar planes RCD, fue enfática en señalar que éstos no solo son ambientales. “A corto plazo, las constructoras se dan cuenta que al medir y controlar sus residuos comienzan también a ver beneficios económicos al disminuir el volumen a disponer y las pérdidas de materiales, así como también mejoran la seguridad de los trabajadores”, señala.
Acota que “sin duda, la gestión de este proyecto ha generado un sinnúmero de aprendizajes, tanto para la constructora como para el mandante, este último a través de la gestión del conocimiento, podrá enriquecer los aprendizajes de los propios estudiantes a partir de su experiencia”.
Uso eficiente de recursos
Fiel a los procedimientos del Plan RCD y al modelo de economía circular, los materiales que se consideraban residuos (o desperdicios de un proceso) y se destinaban a vertedero, ahora son valorizados a través de la reutilización y/o el reciclaje. Ver video Economía Circular en Construcción
Comprender este nuevo paradigma no es fácil y su aplicación es de largo aliento, tiempo precioso si se piensa en la emergencia climática y en las problemáticas sociales que estamos viviendo. “Todos sabemos que los cambios son difíciles y a las empresas les cuesta tomar iniciativas sin conocer resultados, por ende, es mejor que la RCD sea parte de las exigencias del mandante, de las bases especiales de licitación y del contrato”, precisó Aravena.
¿Pero cómo llevar a terreno estos conceptos? “Como es algo cultural del día a día en las obras, lo mejor es tener a un experto a tiempo completo junto a equipos multidisciplinarios que entreguen conocimiento y luego fiscalicen el cambio. Como son temáticas nuevas a nivel mundial se debe ser un evangelizador para el éxito de estas buenas prácticas” indica.
Para tal efecto, Luis Romero, ingeniero civil ambiental de la empresa constructora que ejecuta la construcción del Edificio Pabellón Docente trabaja desde el inicio de esta obra implementando acciones orientadas a la reducción de residuos que contempla el Manual informativo y de procedimientos de gestión de residuos de la construcción y demolición desarrollado por la Dirección de Infraestructura y Desarrollo Físico de la UACh, junto a la NCh 3562:2019.
La separación o segregación de los residuos es una medida fundamental, por eso la disposición de contenedores es uno de los primeros cambios en el “paisaje de la obra”. Para fierros y metales, por ejemplo, la gestión de residuos tiene un reporte económico favorable para la constructora y para el mandante.
Al respecto, Romero describe el procedimiento, “internamente en la obra hay punto de acopio para metales en general y otro para fierros y latas; acopiamos chatarra, despuntes de fierro, alambres de cobre, restos de tubos de aluminio y de lo que se encontró en el terreno antes de empezar la obra de construcción. Los retira una empresa que se encarga de reciclar materiales metálicos y los valoriza de acuerdo con el tipo de metal”.
Con una dinámica parecida son tratados los residuos de madera, plástico, papel y cartón, botellas plásticas y de vidrio, escombros de hormigón y residuos orgánicos de origen vegetal. Datos preliminares indican que hasta mediados del mes de enero se habían manejado 109 kilos de plásticos; 66 kg de papel y cartón; 405 kg de madera y 3 kg de orgánicos, por citar algunos.
“Estas cifras nos tienen muy contentos como Universidad, ya que aun cuando son cantidades menores, podemos ver que el plan de RCD ha tenido efectos importantes en la obra, reduciendo al máximo los residuos generados”, dice el director de la DIDF. Como bajar los impactos ambientales es uno de los principales objetivos, actualmente se trabaja en los indicadores locales que permitirán organizar una potente base de datos para enfrentar proyectos en el futuro.
Cabe señalar que el plan piloto de la UACh también tiene una dimensión social que considera a los trabajadores como beneficiarios directos de ciertas acciones que van más allá de aumentar las plazas de trabajo en la región, ya que muchos materiales son donados para que puedan ser usados en sus propias viviendas y reciben capacitación en forma constante.
Hoja de Ruta RCD
Con objetivos similares avanza a nivel país “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035”, iniciativa multisectorial que lidera el Comité Consultivo de la Estrategia RCD, conformado por los ministerios de Vivienda, Medio Ambiente y Obras Públicas, más Corfo y su programa Construye2025.
El documento, presentado en agosto de 2020, busca fomentar y promover la gestión sustentable de los residuos de construcción y demolición, bajo el foco de Economía Circular. “Una de sus grandes fortalezas es la articulación del sector público, privado y la academia y en ese contexto plantea metas compartidas, que dependen de la coordinación y compromiso de diferentes actores. Es en este punto donde destaca el compromiso de la Universidad Austral de Chile, ya que es imposible cumplir las metas en forma individual, por ejemplo, alcanzar al menos el 70% de valorización de los RCD al 2035”, dice la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.
Asimismo, valora el interés por avanzar en la inserción de la sustentabilidad en el currículum. Al respecto dijo, “existen enormes desafíos, en cómo incorporar la economía circular en las mallas curriculares, y desde el diseño de los proyectos -integrando a arquitectos, ingenieros, diseñadores, ingenieros constructores, entre otras especialidades- disminuir los residuos, desarrollar y utilizar sistemas constructivos y materiales más sustentables”.
“Existen muchas oportunidades en investigación, desarrollo e innovación para explorar en nuevos proyectos, y comenzar por la gestión sustentable de los residuos, es un gran paso”, afirma la profesional.
Por: Pablo Ibáñez González, Departamento de Medio Ambiente y Territorio Dirección de Vialidad
La economía circular es un modelo de gestión que tiene por objetivo reducir tanto la utilización de materiales vírgenes, como la producción de desechos.
Artículo publicado en Revista Obras PúblicasN° 54 Octubre – Noviembre – Diciembre 2020
Introducción
El término “economía circular” se utilizó por primera vez por Pearce y Turner (1990), en su libro “Economics of Natural Resources and the Environment”, para describir un sistema cerrado de interacciones entre economía y medio ambiente.
En algunos países como Alemania y Japón, la interpretación de la economía circular está basada en el manejo de los residuos a través de la Reducción, Reutilización y Reciclaje (3R), pero usualmente el modelo va más allá de eso y se establece como la contraparte a la denominada economía lineal, donde el flujo de materiales relaciona recursos-producto-residuo.
De esta manera, el modelo aboga por utilizar la mayor parte posible de materiales biodegradables en la fabricación de bienes de consumo, los cuales son catalogados como “nutrientes biológicos” y cuyo fin es que estos materiales puedan volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales al agotar su vida útil.
Asimismo, para el caso que no sea posible utilizar materiales eco-amigables, la idea es utilizar “nutrientes técnicos”, vale decir, componentes que faciliten su reutilización o reciclaje, reincorporándolos al ciclo de producción o la elaboración de nuevos elementos.
En Chile, a partir de la creación del Ministerio de Medio Ambiente, se profundiza la idea de desarrollo sustentable, elaborándose una serie de políticas públicas y regulaciones, dentro de las cuales se cuenta el D.S. N° 1/2013 MMA, que establece la economía circular es un modelo de gestión que tiene por objetivo reducir tanto la utilización de materiales vírgenes, como la producción de desechos. entre otros aspectos, el reporte de información y generación de residuos peligrosos y no peligrosos, la Ley 20.920/2016, que establece el marco para la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor y el fomento al reciclaje y la Norma Chilena 3562/19 que establece la clasificación y la gestión de Residuos de Construcción y Demolición (RCD).
Debe mencionarse que en estos se encuentra tramitando una modificación a la NCh 163 “Áridos para morteros y hormigones”, que incorporará los áridos reciclados. De esta manera, la legislación chilena ha ido incorporando nuevos aspectos a considerar en la producción de bienes y servicios y en el manejo de los residuos que se generan producto de la realización de éstos.
En sintonía con lo anterior, el Ministerio de Obras Públicas ha elaborado lineamientos y políticas específicas, tendientes a incorporar los principios de la economía circular en sus proyectos, dentro de los cuales destaca la Política de Sustentabilidad Ambiental del MOP (2016) y la participación en la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción, 2035”.
La Dirección de Vialidad no se encuentra ajena a este proceso y a partir del año 2017, se encuentra en un proceso de actualización del Vol. 9 del Manual de Carreteras que incorporará la sustentabilidad y establecerá criterios de economía circular en el desarrollo de las obras, ya sea como buenas prácticas o a través de requisitos normativos.
Uno de los lineamientos que se incorporará a la nueva versión del MCV9, corresponde a la “Reducción de Residuos”, para lo cual se contempla como primer paso, conocer cuáles serán los residuos que se generarán, sus cantidades y los sitios específicos dónde éstos se producirán, con el fin de aplicar medidas de minimización y gestión, determinando el costo de las mismas. Lo anterior tiene relación con la reducción en origen y es parte de la denominada “tecnología limpia”.
Adicionalmente, el MC solicitará implementar medidas de recuperación, reutilización y/o reciclaje, con lo cual se pretende lograr una reducción de los residuos y generar obras más amigables con el medio ambiente. Lo indicado en el Manual de Carreteras, se traducirá en requerimientos a los contratistas y se incluirá en las Bases de Licitación de las Obras.
Asimismo, se espera que a partir del año 2021, todas las obras MOP incorporen un Plan de Manejo para RCD, de acuerdo a la NCh 3562.
Insumos y Residuos en Proyectos Viales
Para la ejecución de un proyecto vial se requiere de una serie de insumos de construcción, los cuales dependerán de la tipología del proyecto. Los insumos directos, son fácilmente identificables a través del análisis de las partidas que conforman los requisitos y cubicaciones expuestas en las Bases de Licitación o en los proyectos de conservación.
Uno de los principales insumos de la construcción vial corresponde a los áridos, los cuales representan aproximadamente el 80% del hormigón y el 95% de los morteros y aglomerados asfálticos. En general en Chile, gran parte de los áridos utilizados para la construcción de obras viales, corresponden a áridos vírgenes, lo que implica la habilitación de pozos o extracción desde cursos de agua.
Otros insumos necesarios para la realización de proyectos viales, corresponden a imprimantes, asfalto, cemento, acero, estructuras prefabricadas, tubos de acero corrugado, HPDE, alambre, madera, pintura, señales, tachas, geotextil, etc.
Debe mencionarse que muchas veces, los materiales poseen embalajes, lo que determina la llegada a la obra de cartón, plumavit, poliestileno, madera, plástico, metal y otros tipos de envases. Por otro lado, dentro de los insumos necesarios para la ejecución de un proyecto, se cuentan todos los elementos propios del proceso constructivo, vale decir los materiales y elementos que permiten el funcionamiento de la maquinaria (aceite, petróleo, baterías, neumáticos, filtros, etc.) y el trabajo de operarios, administrativos y profesionales (comida, ropa de trabajo, EPP, agua, papel, etc.), los cuales también, en muchos casos, llegan con embalajes específicos.
Teniendo a la vista lo anterior, se entiende que se generarán excedentes de los insumos, además elementos de embalaje, que eventualmente pueden transformarse en Residuos de Construcción y Demolición (RCD).
De acuerdo a la NCh 3562:2019, los RCD provienen de la construcción de nuevos proyectos, de la rehabilitación, reparación y reacondicionamiento de obras existentes, de los procesos de preparación de terrenos y de la demolición de obras que han perdido su valor de uso o demoliciones que se generan por situaciones de catástrofe. Para el caso de los proyectos viales, el listado de residuos dependerá del tipo de obra y de sus características, atendiendo además si se trata de un proyecto de construcción, ampliación, mejoramiento o conservación. En general, las partidas relacionadas con la remoción de elementos, tendrán como resultado una serie de residuos de los materiales específicos que componen dichos elementos (cercos, defensas, aceras, obras de arte, señalización, etc.).
Asimismo, otras partidas como despeje y limpieza de faja, la excavación de escarpe, remoción de material inadecuado, excavación TNC, excavación en roca, etc., tienen como resultado principal, materiales inertes naturales y rastrojos vegetales, entre otros. Adicionalmente a lo indicado, se encuentran todos aquellos residuos, que derivan del proceso de construcción mismo, vale decir embalajes, despuntes de madera y metal, basura doméstica, baterías, neumáticos, hormigón, aceites, telas, geotextiles, restos de asfalto, etc.
La clasificación y codificación de los residuos de construcción y demolición, puede observarse en el Anexo A de la Norma Chilena NCh3562. De acuerdo a dicha clasificación y a las características de los proyectos viales, puede visualizarse que muchos de estos residuos, son elementos que pueden ser revalorados con tecnologías disponibles y que no requieren demasiado trabajo para ello, siendo fundamental la selección y clasificación para su posterior recolección y uso.
Lineamientos para la implementación de la Economía Circular en la Dirección de Vialidad
Teniendo a la vista que la economía circular nace como una alternativa al sistema lineal de producción y se plantea como una forma de atacar los problemas de una manera económicamente viable, se reconoce que la aplicación de ésta, generará nuevas dinámicas sociales y técnicas, desarrollando una producción y consumo responsable. De esta manera el sistema conserva y optimiza el uso de los recursos utilizados en cada proceso y cada etapa de vida del material (Fundación Basura 2017).
De acuerdo a la Fundación Hellen MacArthur (citada en CORFO, 2020), existen tres principios en la Economía Circular.
Principio 1: Preservar y mejorar el capital natural, controlando las existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables.
Principio 2: Optimizar los rendimientos de los recursos, haciendo circular productos, componentes y materiales en uso con la mayor utilidad en todo momento, tanto en ciclos técnicos como biológicos.
Principio 3: Fomentar la efectividad del sistema al revelar y diseñar externalidades negativas, al agua, el aire, el suelo y la contaminación acústica, cambio climático, toxinas congestión, y efectos negativos para la salud relacionados con el uso de recursos.
Estos principios generales de la economía circular, pueden resumirse en dos grandes lineamientos tendientes a la incorporación de la economía circular en los proyectos de la Dirección de Vialidad.
1. Diseño ecoeficiente: Corresponde al diseño del proyecto propiamente tal, el cual puede incorporar desde su concepción, materias primas recicladas (pavimento, acero, neumáticos, etc.) además de trazados que minimicen la necesidad de áridos u otros elementos.
2. Gestión de Residuos: Conocer y cuantificar los insumos y residuos que generará un proyecto, permitiendo minimizar los insumos y embalajes o clasificarlos de manera efectiva, segregando los que pueden ser reutilizados en la obra y seleccionando los que pueden ser reciclados para otros usos.
Estos dos grandes lineamientos engloban una serie de actividades pre-constructivas (diseño) y constructivas, estableciendo aspectos a considerar en el desarrollo de éstas, lo que implica la incorporación de requisitos de sustentabilidad en las bases de concurso y bases de licitación de los contratos.
Debe mencionarse que el año 2020, se publicó la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción, 2035”, la cual establece una serie de Ejes Estratégicos, dentro de los cuales se cuenta el Eje 2, que pretende Fomentar en Licitaciones Públicas la Gestión Sustentable de los RCD con foco en Economía Circular en Construcción.
Específicamente dentro de las acciones de dicho eje estratégico se cuenta la acción 6, que promueve el “uso de áridos reciclados en obras viales rurales y urbanas, así como en infraestructura y edificación.” Cabe destacar que las técnicas de reciclaje de pavimentos (asfalto espumado, pavimentos con caucho reciclado y RAP), se encuentran incorporadas dentro del Manual de Carreteras desde los años 2002, 2015 y 2017, respectivamente, por lo que son técnicas validadas técnicamente en estos momentos.
De acuerdo a lo indicado, en la actualidad se encuentran los elementos necesarios, para comenzar un trabajo sistemático que permita desarrollar diseños más amigables y gestionar adecuadamente los residuos de las obras.
Esto permitirá realizar un esfuerzo guiado y coordinado, pasando desde los proyectos piloto y buenas prácticas, generadas hasta la fecha, a un trabajo sistemático, tendiente a generar proyectos más sustentables.
Ejemplo de Buenas Prácticas
A continuación se presentan algunos proyectos desarrollados por la Dirección de Vialidad, donde se han implementado medidas asociadas a Economía Circular. Si bien a la fecha el reciclaje de pavimento y embalajes, la reutilización de elementos en desuso y otras medidas propias de la economía circular, no forman parte aún de una política nacional de la Dirección de Vialidad que privilegie esta visión, en los siguientes ejemplos se demuestra cómo a través de diversas iniciativas (proyectos piloto, gestiones internas, proyectos de conservación e iniciativas de contratistas, entre otras), se han logrado implementar soluciones innovadoras, que han mejorado la gestión ambiental y disminuido la generación de RCD.
a) Reciclaje de Pavimento Diversas obras de la Dirección de Vialidad han efectuado reciclaje de pavimento (pavimento espumado, mejoramiento de base).
En la Región de Antofagasta el año 2011 se efectuó la reposición de la Ruta 5 entre los Km. 1.059 al 1.307, mediante reciclado del pavimento existente con asfalto espumado y una nueva carpeta de asfalto.
En la Región de Valparaíso, el año 2019 se reutilizaron materiales de los procesos de conservación de la Ruta 68, en la pavimentación de caminos secundarios. Otros proyectos de conservación donde se ha efectuado reciclaje de mezcla asfáltica y estabilización con asfalto espumado, son los siguientes:
● Conservación Camino Básico Ruta A-31 Km. 25 al Km. 47, por Sectores, Provincia de Arica, Región de Arica y Parinacota, 2020 (en desarrollo)
● Conservación Camino Básico Ruta A-31 Km. 47 al Km. 77, por Sectores, Provincia de Arica, Región de Arica y Parinacota 2020 (en desarrollo)
Conservación Red Vial, Conservación Periódica Ruta A-27, Sector San Miguel de Azapa Punta de Cabuza, por sectores, Provincia de Arica, Región de Arica y Parinacota (2018)
● Conservación de la Red Vial Comunal Ruta 90 por Sectores, Comuna de Marchigue, Provincia de Cardenal Caro, Región de O’Higgins. (2018)
● Conservación de la Red Vial Comunal Ruta I-62-G, Por Sectores Comuna de Litueche, Provincia de Cardenal Caro, Región de O’Higgins. (2018)
● Conservación Ruta A-665, Sector la Huayca -Pica, Dm. 30,000 al Dm. 53,330, Provincia del Tamarugal, Región de Tarapacá. (2017)
Para el caso de mezclas asfálticas que incorporan RAP (pavimento de asfalto reciclado), se cuentan los siguientes proyectos asesorados por el LNV:
● Mantenimiento de Pavimentos Concesión Camino Santiago – Colina – Los Andes
● Concesión Américo Vespucio Oriente, Tramo: Avda. El Salto – Príncipe de Gales
● Concesión Sistema Oriente Poniente – Prolongación Costanera Norte, entre Puente La Dehesa y calle Padre Arteaga (Obra PLD-PA) – Etapa 2 del Programa Santiago Centro Oriente.
b) Uso de neumáticos en desuso (caucho) en Mezclas Asfálticas
En algunas obras de la Dirección de Vialidad se han incorporado tramos de prueba de 500 m, para observar el comportamiento de las mezclas asfálticas con caucho.
● Reposición RUTA G-184, sector el Noviciado, tramo Km. 0,007 al Km. 5,400 Comuna de Pudahuel, Provincia de Santiago, Región Metropolitana.
● Mejoramiento Ruta F-50, Lo Orozco Quilpué, Km 17.578 al Km 29.498, Región de Valparaíso
● Reposición Ruta E-46, Catapilco – La Laguna, Región de Valparaíso
c) Uso de barreras metálicas y prefabricadas de hormigón en desuso para la construcción de muros de contención
Esta iniciativa desarrollada por la Dirección de Vialidad de la Región de Valparaíso, consistió en evaluar los materiales en desuso y buscarle nuevas alternativas de uso, con lo cual pudieron efectuarse una serie de obras que redujeron significativamente los costos de inversión. De esta manera, las defensas camineras metálicas y de hormigón, fueron utilizadas para fines distintos a los originales, manteniendo un funcionamiento adecuado.
d) Reciclaje de Cartones (embalajes)
En el contrato “Diseño y Construcción Puente Chacao” actualmente en ejecución, el Contratista (Consorcio Puente Chacao) ha implementado un procedimiento de selección de los cartones de embalaje de diferentes materiales de construcción, de oficina y alimentos, con el fin de reducir la generación de residuos y sus efectos ambientales.
En este caso, los cartones son entregados a una empresa dedicada al reciclaje, que cuenta con resolución sanitaria y cuya misión es reducir la cantidad de residuos y reutilizar dichos materiales.
e) Reciclaje de acero
En la Región de Los Lagos, en el año 2007, durante la reposición del Puente Pilmaiquén, se efectuó la demolición del antiguo puente ferroviario, el cual incluyó el rescate de las enfierraduras y su posterior venta. Por su parte en el contrato “Diseño y Construcción Puente Chacao”, el contratista efectúa la recolección de los despuntes de acero, señales en mal estado, alambres, etc., los cuales son tratados como chatarra y ofrecidos a recicladores de la zona. Con esto se dinamiza la economía, se disminuyen los RCD y se obtienen beneficios económicos del manejo adecuado de los Residuos.
f) Alternativas Pavimentos en Estudios de Ingeniería Para los Estudios de Ingeniería que se refieren a reposición de pavimento y que no implican cambios de trazados importantes, en varios casos se ha efectuado un análisis de alternativas de pavimento que incluye el reciclado de éstos. Si bien esta medida, no se efectúa para todos los proyectos, en los casos donde se ha visto la posibilidad de realizar un rescate de los áridos o pavimentos, se ha solicitado a los consultores, efectuar los análisis respectivos.
Conclusiones
Actualmente, la Dirección de Vialidad se encuentra avanzando hacia la incorporación de la Economía Circular en sus obras, para lo cual ha implementado una serie de iniciativas, las cuales han tenido buenos resultados y han contribuido con un adecuado manejo ambiental. Buena parte de estas iniciativas provienen del mundo de la Conservación, lo cual ha permitido a esta área de vialidad, avanzar de manera más rápida que otras, implementando innovaciones tendientes al reciclaje de pavimentos y áridos.
Por otra parte, para el caso de los proyectos de construcción, los avances se han centrados en la realización de tramos piloto y en las condiciones operativas de la ejecución de las obras, vale decir en la reducción y manejo adecuado de los residuos de construcción y demolición.
De esta manera se establece, que si bien la Dirección de Vialidad ha avanzado en la incorporación de los conceptos de Economía Circular en sus proyectos, esto aún no se transforma en una política nacional que abarque la totalidad del ciclo de vida de los proyectos.
Se espera que con la nueva versión del MCV9 y Bases de Licitación, esta temática pueda transformarse en un esfuerzo sistemático, que asegure el adecuado manejo de los RCD y contribuya a la generación de proyectos más sustentables.
Esto permitirá favorecer la implementación de técnicas de reciclaje ya incluidas en las actuales versiones del MC, permitiendo su incorporación a las diferentes fases del ciclo de vida de los proyectos viales.
Fuente: Revista Obras Públicas
Más de 228 mil kilos de madera, 32 mil kilos de cartón y más de 1.000 kilos entre latas y botellas plásticas, son algunas de las impactantes cifras de reciclaje que ha logrado el consorcio a cargo de la ampliación del principal terminal aéreo del país.
Junto con proponer un diseño basado en BIM, que favoreció el trabajo colaborativo en una mega obra de ingeniería como es el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, el consorcio Vinci Construction Grands Projets – Astaldi, complementó su oferta con un completo programa de gestión de residuos en obra. Mandatado por el Ministerio de Obras Públicas, el proyecto de más de 250.000 m², no solo duplicaría la capacidad de acoger pasajeros, también generaría una gran cantidad de residuos en su construcción, pero CJV tenía un plan preparado desde el inicio.
En su Resolución de Calificación Ambiental, el consorcio presentó un programa de gestión sustentable que aplicaría a la empresa y a todas las contratistas durante la construcción del proyecto, con la visión de reducir las emisiones directas de carbono en 40% antes de 2030, respecto al 2018. En una entusiasta conversación con Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, la encargada de medioambiente de Vinci Construction Grands Projets – Astaldi, Carolina Véliz, explicó el camino recorrido en la gestión de residuos del aeropuerto.
La propuesta de economía circular de Vinci Construction Grands Projets – Astaldi buscaba proteger los recursos, reforzando la oferta de materiales reciclados y valorizando los residuos, en un contexto de respeto al medio ambiente, reduciendo el consumo de agua, previniendo la contaminación acústica y con un enfoque de cero pérdidas netas.
“En residuos, hacemos la gestión para el reciclaje de algunos elementos como metales; madera, con acopios en varios puntos de la obra, la que se utiliza para la generación de energía; reciclaje de cartón, que se retira mensualmente de la obra; y puntos de acopio para reciclaje de latas, botellas y polietileno expandido que una empresa usa para generar pintura vial”, explica Carolina Véliz.
Mejor segregación, más reciclaje
Han sido cerca de dos años trabajando fuertemente, no solo en estas acciones, sino también en la concientización sobre la adecuada gestión de residuos. De hecho, en septiembre, hicieron una serie de charlas para incentivar el reciclaje y mejorar la segregación de residuos. Además, en una jornada dedicada al medio ambiente, la empresa dispuso un buzón de ideas, para que los trabajadores pudieran presentar soluciones susceptibles de ejecutar en la obra. De ellas, se preseleccionaron alrededor de 40, que están en evaluación.
“Con gestión del cambio, reforzamos los mensajes para que la gente se de cuenta del impacto que genera no segregar y que no solo se aplica esto en una obra, sino que también se puede aplicar en el futuro”, señala Stephane Chaing, gerente de Logística & Lean de Vinci Construction Grands Projets – Astaldi. La importancia de gestionar los residuos, según el profesional, radica en la presión que imponen los accionistas para cumplir con el Acuerdo de París y en tener que llegar, a 2050, con una generación de CO2 que sea igual a cero, compensado. “Este año hay un concurso en todas las filiales de Vinci para incentivar nuevas ideas que sean replicables en varias obras”, dice. Junto con los resultados económicos, en CJV, valorizan la reducción de la huella de carbono como un criterio más. “Tenemos la ambición de que sea parte del ADN”, explica Chaing.
Gracias a los grandes volúmenes de material, destinados a reciclaje -en una obra en la que priman el hormigón y el metal- se calcula una reducción de 230 toneladas de CO2, es decir, “un 3,1% del total de emisiones generadas solo por residuos”, comenta la encargada de medio ambiente del consorcio. Lograr la segregación en obra ha sido un desafío diario, donde el cambio de mentalidad ha sido fundamental.
“Quizá los protocolos han tenido que adaptarlos a la realidad chilena. Eso lo veo súper positivo, porque no son procesos de tecnología grande sino de cambio de mentalidad. Aportan una visión, una política de reducción de huella de carbono. El aeropuerto es un espacio gigante, con varias áreas y se destaca el orden, se ve un despeje del área”, destaca Joaquín Cuevas, especialista en el manejo de Residuos y Medio Ambiente, quien apoyó a la empresa en las jornadas.
Según Cuevas, el futuro -en este ámbito- es prometedor, pues la gestión del residuo en Chile debiera generar nuevos puestos de trabajo. “Las empresas, así como tienen prevencionista de riesgos, debieran tener un jornal de aseo y reciclaje”, enfatiza.
En un taller de la Escuela de Arquitectura UC, un grupo de tesistas investigó los potenciales proyectuales de la reducción de residuos en edificios, considerando las etapas de construcción, ocupación y demolición. En él vieron que la independencia total de las capas constructivas evita una generación de residuos innecesarios, entre otras conclusiones.
El sector construcción es el mayor generador de residuos, con una participación que varía entre el 23% y el 34% en el período 2000-2009 respecto al total de residuos generados por el país (fig. 1), unas 5.7 millones de toneladas de las 16.9 millones de toneladas generadas en total (Conama, 2010).
Figura 1. “Producción de residuos por sector”. En base a MMA, 2012. Cap. 3: Residuos.
Al mismo tiempo, en la tríada Reducción, Reutilización y Reciclaje de materiales, componentes y residuos de la construcción, la prioridad conceptual de las estrategias de Reducción y Reutilización se ve opacada por el predominio de las estrategias de Reciclaje, tanto en la investigación académica como en la práctica (fig. 2). Sin embargo, dentro del proceso de producción es la etapa de diseño la que permite abordar la reducción de residuos de la manera más integral, considerando todas las etapas del ciclo de vida.
Figura 2. Jerarquía de procesos de Prevención de Residuos
La lógica misma de la construcción ofrece un abanico lo bastante amplio de alternativas que van desde la recuperación de barrios y la reutilización de edificios en desuso, la recuperación de ruinas, hasta el reciclaje de materiales o escombros para ser incorporados nuevamente en un ciclo de producción de materiales de construcción.
En el Taller de Investigación y Proyecto “Reducción por Diseño: Eliminación de Residuos y Potenciales de Proyecto”, un grupo de tesistas del Magister en Arquitectura Sustentable y Energía (MASE) de la Escuela de Arquitectura UC, supervisados por los profesores Renato D’Alençon y Macarena Burdiles, investigaron los potenciales proyectuales de la reducción de residuos en edificios considerando las etapas de construcción, ocupación y demolición. Los conceptos de economía circular y las herramientas de análisis de ciclo de vida fueron el marco conceptual en la investigación y en la elaboración de una propuesta de proyecto, para definir estrategias, evaluar el desempeño y elaborar el diseño. El grupo de tesistas estuvo integrado por Marjorie Barros, Keren Codriansky, Luciano Lizana, Andrea Pérez candidatos a Título de Arquitecto y Grado de Magíster, y Elizabeth Zegarra candidata a Grado de Magíster.
Los trabajos investigaron la correspondencia de las estrategias de Reducción de Residuos de la Construcción y la etapa de Diseño Arquitectónico como concepto central para discutir críticamente y elaborar proyectualmente el rol de la arquitectura en este escenario, considerando todas las etapas que componen el ciclo de vida: diseño, construcción, ocupación y desmantelamiento.
La investigación “Flexibilidad y Deconstrucción para la Reducción de Residuos de Construcción: Capas Constructivas de los Sistemas en Madera” de Keren Codriansky apuntó a estudiar el impacto que tiene el diseño de un proyecto de arquitectura a partir de su sistema constructivo en la generación de residuos, analizado dentro de una escala temporal.
El estudio analiza el impacto que tienen los diferentes ciclos de vida de las capas constructivas de un edificio y su relación con la generación de residuos en todas las etapas de su existencia: construcción, uso y demolición para sistemas constructivos en madera. Con este objetivo, se cubican los residuos generados en cada etapa del edificio de un modelo base, diseñado según parámetros estándares de construcción en madera, analizando las capas que mayor cantidad producen y las causas de esta problemática, que incluyen uniones, durabilidad material, interferencia de ciclos de vida, entre otros.
Las conclusiones apuntan a que la independencia total de las capas constructivas evita una generación de residuos innecesarios, aumentando la flexibilidad de la construcción tanto estructural como programática, prolongando los ciclos de vida de sus partes y piezas, y permitiendo el desarmado parcial o total de la construcción.
La investigación “DECONSTRUCCIÓN Y REUTILIZACIÓN DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL: Diseño de módulos de albañilería para reutilización off-site en Nuevo Barrio Yungay” de Andrea Pérez explora los límites de la reutilización material en edificios existentes con riesgo de demolición con el fin de reducir los residuos generados en la construcción, buscando mediante diferentes prototipos de deconstrucción incluir su material dentro de una economía circular y rescatando no solamente el material, sino que también la comprensión de técnicas pasadas para poder preservarlas.
Específicamente se analiza la deconstrucción del patrimonio industrial en torno al Ex Ferrocarril Circunvalación Santiago, mediante el diseño de prototipos de desmantelamiento en un sistema constructivo de albañilería confinada.
La investigación explora diferentes hipótesis de desmontaje y prototipos para el desmantelamiento de edificios industriales, buscando la posibilidad de diseñar módulos de fácil montaje y desmontaje, y la aplicación de estos módulos en la rehabilitación de otros edificios existentes, con el fin de rescatar patrimonio industrial de alto valor local y poner en práctica el uso de los prototipos propuestos para diferente aplicaciones: muros exteriores, divisiones internas y fachada.