Avanzar en la productividad de la construcción es clave para la economía chilena

Por debajo de la productividad nacional ha estado durante las últimas décadas la del sector construcción. Estos son algunos de los factores que entregan los analistas.

Producir más con los mismos recursos o producir lo mismo con menos. Básicamente esa es la premisa detrás de la tan mencionada productividad. En términos más formales, se define como la relación entre la cantidad de productos generados por un sistema y los recursos utilizados en dicho proceso (Idrovo y Serey, 2016).

A nivel país, de acuerdo al Informe Anual 2018 de Productividad, presentado este año por la Comisión Nacional de Productividad (CNP), esta creció en 1,3% tras un largo tiempo de estancamiento. En tanto, al considerar esta cifra sin el sector minero, el aumento alcanzó alrededor del 2,3%.

Si bien esas son buenas noticias, es necesario considerar que durante los últimos 15 años, “la productividad en Chile se ha expandido en torno a 0, hay años en que ha crecido un poquito, hay otro en que ha caído, pero se ha expandido en torno a 0”, señaló Raphael Bergoeing, presidente de la Comisión Nacional de Productividad (CNP), en una entrevista con EMOL. Esto equivale a que “hemos dejado de crecer dos puntos por año, solamente por no tener una productividad que se expanda como en el mundo desarrollado”, agregó.

Sí, porque los países desarrollados expanden su productividad entre 1 a 1,5 al año, lo que impacta proporcionalmente en el crecimiento económico de ellos. “Nosotros deberíamos ser capaces de expandir nuestra productividad a esa tasa y algo más, porque no estamos en la frontera, entonces tenemos espacio para copiar, para empezar a hacer cosas que ellos hacen y que nosotros no hacemos bien, por lo tanto uno esperaría que en un país como Chile la productividad se expanda al 2%; ésos dos puntos porcentuales deberían ser puro crecimiento”, explicó Bergoeing a EMOL.

El sector construcción

¿Qué pasa en el rubro? Este es un mundo aparte. “Se observa claramente que la productividad del sector construcción ha estado por debajo de la productividad nacional”, dice Hernán de Solminihac, director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes UC).

“Hemos ido más perdiendo productividad que ganando. De hecho, en el último quinquenio el sector ha perdido como un punto de productividad y eso es un tema real que está ocurriendo”, comenta Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

Ahora, de acuerdo con Hurtado, es necesario tener en cuenta que a nivel mundial, el sector en general tiene una productividad baja respecto a otros y también avanza poco con respecto a ellos.

En Chile, “puede que sea más baja la productividad aún, pero el que no crezca en el sector construcción es un tema bastante común, en general, a nivel mundial, o que crezca poco o que caiga poco, y en el caso de Chile pasa exactamente lo mismo: es una productividad que está en el margen, cayendo un 1% en promedio y eso es un problema”, añade el gerente de Estudios de la CChC, y menciona que “en el resto de la economía la productividad aumenta y lo hace bastante mejor que lo hace la construcción. Esa es la realidad”.

Clapes UC utiliza dos métricas macroeconómicas para calcular la productividad del sector: la Productividad Media Laboral (PML) y la Productividad Total de Factores (PTF). La primera métrica (PML) corresponde al aporte medio de cada trabajador en el valor agregado de la producción del sector, mientras que la segunda (PTF), busca distinguir las variaciones del PIB debido al progreso técnico de las variaciones explicadas por cambios en la acumulación de los factores productivos primarios (capital y trabajo).

“Debemos distinguir entre ambas productividades. La PTF de la construcción ha presentado disminuciones de forma acumulada de 45,5% en el periodo 1997-2017, mientras que la PTF de la economía creció 0,3% en el mismo periodo”, precisa el ex ministro de Obras Públicas.

En tanto, la PML de la construcción ha presentado un descenso de forma acumulada de -0,3% en el periodo 1997-2018, mientras que la PML de la economía aumentó 1,7% en el mismo periodo.

Las razones

Los factores de la falta de productividad son diversos. Según Bergoeing, hay al menos cuatro razones por las cuales la política pública tiene dificultades para implementar reformas pro productividad.

En la entrevista con EMOL, señaló las siguientes:

“La primera es que mejorar la productividad significa cambiar y no nos gustan los cambios, porque son riesgosos, entonces primero es que los costos son inmediatos, a los gobiernos les empieza a doler la guata tener que hacer políticas, aunque estén acordadas técnicamente”.

“Segundo, los beneficios son esperados, uno nunca sabe si van a funcionar y a largo plazo. Hago reformas hoy que son costosas, para que la gente se enoje y luego le regalo el beneficio a un gobierno futuro”.

“Tercero, no hay una política que sea en sí misma la más importante, no hay una bala de plata, por lo tanto, es poco atractivo para un gobierno decir vamos a hacer un conjunto de cosas, que cada cosa es insignificante individualmente, pero que en su conjunto explican por qué no somos Canadá”.

“Cuarto y final tiene que ver con lo primero. Además de que a nadie le gusta el cambio, hay grupos de interés que muchas veces se benefician por el hecho de que hay distorsiones que permiten que el país no sea productivo, pero que a ellos les genere beneficios”.

Volviendo al sector construcción, Hernán de Solminihac entrega las siguientes aristas:

“Una primera medida tiene relación con la gestión enfocada en la mejora de productividad, facilitando los procesos de toma de decisiones. Un ejemplo de ello son las técnicas que involucran temprana y permanentemente a los principales actores en las fases iniciales del proyecto y se reúnen para optimizar los recursos, procesos y actividades. Un ejemplo de ello es la técnica llamada Integrated Project Delivery (IPD), que ha tenido éxito en el extranjero y en nuestro país”.

“Una segunda medida sería potenciar la capacitación y el conocimiento del capital humano y, a su vez, en determinados escenarios permitir la generalización de funciones. De esa manera, se lograría el desarrollo de personas multitarea que puedan realizar más de una actividad”.

“Una tercera medida involucraría un aumento del desarrollo tecnológico asociado a la industria de la construcción. La tecnología e innovación permitirá disminuir variabilidad y esto se logra con la industrialización y la estandarización de los procesos. La incorporación de este desarrollo tecnológico e innovaciones son parte fundamental para aumentar la productividad, pero deben ser implementadas de forma efectiva, es decir, si por ejemplo utilizaremos una herramienta durante la fase de planificación e invertimos mayor tiempo, esfuerzo y dinero en ello, nos debe servir para la fase de construcción y debemos aprovecharlas, debemos recuperar nuestra inversión y obtener utilidades”.

“Una cuarta medida para aumentar la productividad sería incentivar el uso de la construcción acelerada, que utiliza prefabricados y un sistema de construcción, transporte y montaje que permite adelantar parte de las actividades en una fábrica y por lo tanto disminuir los tiempos de construcción in situ”.

Por último, el director de Clapes UC también destaca que “otorgar seguridad jurídica a los proyectos de construcción permitirá mejorar la productividad, evitando que los proyectos que iniciaron su construcción se paralicen en etapas posteriores”.

Javier Hurtado, por su parte, señala que es necesario considerar tres enfoques distintos: “la productividad a nivel de las empresas particulares y que con algunos cambios puntuales puede mejorar la productividad. Está la productividad del sector que es cómo yo puedo hacer a nivel sectorial que mejore, y a nivel nacional qué cosas tengo que hacer, sobre a todo a nivel de política pública para que mejore la productividad”.

Además, manifiesta que la productividad de la construcción está mucho más influenciada por la laboral. “De hecho, en el PIB de la construcción, el 70-80% se explica por trabajo no por capital, por lo tanto el factor más fuerte del sector es cómo varía o cómo puede cambiar la productividad laboral, ese es un tremendo tema”, afirma Hurtado y confirma que la del capital no ha sido medida, por lo que es un tema que están trabajando desde la CChC.

Hernán de Solminihac también menciona factores como la innovación, el desarrollo del capital humano (capacitación y conocimiento), la incorporación efectiva de nuevas tecnologías e inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I), mejores prácticas organizacionales y de los procesos productivos, mejoras institucionales, claridad en las “reglas del juego” y seguridad jurídica, entre varios otros, que permiten aumentar la productividad desde múltiples enfoques.

El ámbito laboral

De acuerdo a lo señalado por Javier Hurtado, el estudio realizado por la CNP respecto del sector minero demostró claramente que a nivel del uso de capital, la productividad no es mala y es comparativamente similar a la de otros países. “Pero la del trabajo no, ahí se detectaron las mayores diferencias. Otra cosa que hemos detectado es que cuando las empresas trabajan fuera de Chile, con sus trabajadores, agarran la productividad del otro país inmediatamente y al revés, cuando han venido empresas extranjeras a trabajar a Chile agarran la productividad chilena inmediatamente, o sea, tampoco es un tema directamente relacionado con el trabajador en sí, sino que es mucho más sistémico”, analiza.

Y apunta a que “el medioambiente país de Chile hace que logres una productividad made in Chile y eso tiene mucho que ver con políticas públicas, con prácticas mucho más globales. Por ejemplo, legislación laboral, relaciones sindicales, tiene que ver con ese tipo de cosas más que con la calidad individual de cada trabajador”.

Como señaló el presidente de la CNP a EMOL, hay un consenso en que se debe avanzar hacia un sistema laboral que haga posible “que dependiendo del momento del año, de las necesidades de cada uno y del sector en el que estás, se puedan convenir jornadas que les permitan a todas las partes beneficiarse de alguna manera, pero eso tiene que hacerse en un contexto en el cual la precariedad que muchas veces a los sindicatos asusta, por el hecho de que un dueño de una empresa que mira a los trabajadores en una posición vertical de arriba hacia abajo, con más poder, no abuse de eso”.

Es decir, “esto tiene que venir de la mano de jornadas más flexibles, que eso se haga al mismo tiempo fortaleciendo el rol de los sindicatos, creo que la gente que opina que los sindicatos le hacen mal a la economía no entiende cuál es su rol, por supuesto que un mal sindicato puede perjudicar no solo a la economía, sino que a la empresa en la que está, pero los sindicatos son una herramienta fundamental para que la relación y la negociación entre las partes sea razonablemente balanceada, ese contexto, por ejemplo, permite tener jornadas que puedan adaptarse mejor y de esa manera la gente puede usar mejor su tiempo y pasa a ser más productiva, entre otras cosas”, manifestó Bergoeing.

El impacto en el sector

Como señala el director de Clapes UC, una forma de visualizar el impacto que tiene la productividad de la construcción y cuál sería su impacto si aumenta es con el cálculo de cuánto porcentaje del PIB se dejó de generar por consecuencia de una mejor productividad en el sector. “Si la tasa de crecimiento del PIB del sector construcción fuese igual a la tasa de crecimiento de la PML de la economía, el PIB de Chile hubiese sido en promedio 1,5% mayor cada año entre 1997 y 2017, lo que en 2017 se tradujo en 2.199 miles de millones”, detalla.

“Desde el punto de vista del PIB, representa cerca del 7%; desde el punto de vista de la mano de obra, representa alrededor del 8%, pero si lo miras desde el punto de vista de la inversión, entre el 65-70% de la formación bruta de capital de la economía va a construcción”, da cuenta Javier Hurtado.

Por ello, si se logra aumentar en un punto la productividad, “la inversión que tienes disponible para crecimiento, para hacer actividad, es enorme. Entonces, claramente la productividad en la construcción, que es un fenómeno que en un 70% es la formación de capital, si esa formación de capital la haces con una productividad mayor, obviamente o tienes más capital o tienes mucho más producto que hacer con el capital, lo cual tiene un impacto enorme en la economía”, puntualiza.

En ese sentido, para el gerente de Estudios de la CChC, el desafío de la productividad es fundamental. “Tenemos que comenzar a pensar cómo en Chile somos capaces de producir más usando mejor nuestros recursos y nuestras personas, de hecho, en países como Alemania se trabajan menos horas que en Chile y se produce bastante más. Creo que el desafío a futuro es que la gente pueda trabajar menos horas y producir más, ese es el tema y eso es lo que te da el crecimiento de un país, finalmente”, complementa.

 

Gestión de residuos, hacia una construcción circular

Yves Besançon Prats, arquitecto, Past President de Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y miembro del Consejo Directivo de Construye2025.

Chile recibirá a más de 25.000 personas con motivo de la COP25, Conferencia de las Partes de la ONU, lo que nos lleva a pensar cuál será el aporte del sector construcción en la Conferencia. En efecto, según los indicadores actuales, nuestro sector es una de las actividades económicas que más contamina y, por lo tanto, aporta al factor medioambiental una gran carga de CO2, contribuyendo al cambio climático que vivimos en estos últimos años. Si queremos revertir o al menos detener este negativo aporte de nuestro rubro, tenemos que actuar ahora que ya es tarde.

La participación de todos los actores, partiendo por la enseñanza en las aulas de los colegios, siguiendo por las materias impartidas en nuestras universidades y luego por la actividad privada y las instituciones del Estado, deben asociarse coherentemente en una meta común a mediano plazo para realizar acciones coordinadas en tal sentido. Lo anterior debe formar parte de una transformación cultural para que exista un pronto cambio de mentalidad, partiendo por los más jóvenes.

En la enseñanza básica y secundaria debiera ser una tarea fundamental en el currículum escolar mostrar a los alumnos las simples acciones que pueden hacerse para generar conciencia respecto al comportamiento humano frente a este desafío urgente.

Luego, en las carreras universitarias, reformar o incluir en las mallas curriculares las materias importantes que influirán desde las etapas de diseño y construcción en los proyectos de obras públicas y privadas.

Por supuesto, también los profesionales como arquitectos, ingenieros y constructores tenemos que estar alertas a estos problemas y formarnos continuamente para ser herramientas útiles para un mejor medio ambiente y calidad de vida en nuestras ciudades y barrios.

Para ello hay que necesariamente comenzar desde la etapa del diseño en un trabajo en equipos interdisciplinarios y colaborativos para lograr proyectos sustentables, tanto en el periodo de construcción de los mismos como en su operación posterior, comprometiendo protocolos con los futuros usuarios. Los proyectos, por lo tanto, tendrán que estudiarse acuciosamente, incluyendo los aspectos que puedan ayudar a tener la menor cantidad de residuos durante la construcción, para lo cual los tiempos de estudio y el trabajo comprometido deberán ser razonablemente considerados en los plazos de proyecto y no ser tan acotados como lo son hoy.

El cumplimiento de los Acuerdos de París por parte de nuestro país en materias de cambio climático enmarcan las estrategias que debemos llevar adelante, tanto en la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) como en el programa Construye2025 de Corfo, los que son un imperativo para todo nuestro rubro. Entre otros, el buen manejo de residuos es un factor cada vez más relevante en lograr una construcción circular: esto es un manejo que permita mirar los residuos no como basuras, sino que manejados de manera adecuada, sean considerados como un factor económicamente favorable y no un riesgo de mayores costos para la construcción.

El manejo sustentable de los residuos de la construcción y demolición (RCD), mediante un foco claro y gestionado desde la mirada de economía circular, nos ayudará a comprender que la construcción circular se enmarca en el programa diseñado por Construye2025 de Corfo desde una mirada país, fomentando la creación de una política de Estado en ese sentido.

Eso es lo que debemos mostrar en COP25, un país en el fin del mundo, con la gran variedad de sus climas, geografías, emergencias y la diversidad de su gente, en el que estamos abiertos a ser protagonistas y líderes en América para crear conciencia, que si no cuidamos nosotros nuestro único planeta, no lo hará nadie por nosotros y serán las generaciones futuras las que nos enrrostrarán nuestras omisiones en materias de sustentabilidad y respeto por el medio ambiente.

 

Construye2025 organiza su primer Seminario de Formación en Construcción

La actividad se realizará el 11 de septiembre, con el apoyo de la CChC, Sence y ChileValora.

Las deficiencias de capital humano continúan siendo la brecha número uno en el sector construcción y uno de los factores importantes que afecta directamente la productividad. Por ello, una de las principales labores de Construye2025, programa estratégico de Corfo, es mejorar la productividad, pero no sólo va de la mano de la tecnología y la innovación, sino que de una mejora en la preparación del capital humano de una organización.

En este contexto, Construye2025 está organizando su primer Seminario “Formación en Construcción”, en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y ChileValora, Comisión Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, con el objetivo de presentar el sistema formativo basado en la evaluación de competencias por perfiles ocupacionales, la capacitación para el cierre de brechas y la certificación en oficio e instalar la importancia que tiene para el sector este sistema alineado con el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional.

“Presentar a todos los actores alineados con este sistema y el trabajo realizado hasta la fecha serán clave para generar confianza en el sector privado, que tendría un rol clave en el uso de este sistema por su acceso a la utilización de recursos públicos como franquicia tributaria”, señala Joaquín Díaz, coordinador de formación de Construye2025.

Y es que el desarrollo del capital humano “es una de las principales herramienta con la que la empresa puede mejorar la capacidad productiva de sus colaboradores, junto con motivarlos y estimularlos a lograr su mejor rendimiento, sentando el compromiso e interés mutuo en las bases de la relación laboral”, afirma Díaz.

El Seminario Formación en Construcción contará con la participación de Patricio Donoso, presidente de la CChC; Francisco Silva, director ejecutivo de ChileValora; Juan Manuel Santa Cruz, director de Sence; y Martín Contreras, gerente general de Sigdo Koppers Capacitación, entre otros.

La actividad se llevará a cabo el miércoles 11 de septiembre, en el Auditorio de la CChC (Av. Apoquindo 6750, Las Condes), a partir de las 8:30 horas.

Inscripciones aquí.

 

Consejo Directivo de Construye2025 analiza propuesta de cambios y priorización de objetivos de su hoja de ruta

Entendiendo que la productividad está directamente relacionada con la sostenibilidad, se analizó la reformulación de los ejes estratégicos del programa impulsado por Corfo.

Con la mirada puesta en ser una industria más sustentable, productiva y competitiva, Construye2025 realizó el pasado viernes 26 de julio el segundo taller de Consejo Directivo ampliado, donde se analizaron los resultados del primer taller sobre la revisión de la hoja de ruta del programa impulsado por Corfo y de toma de decisiones.

Asimismo, en esta instancia se dio la bienvenida a la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), que se integró al Consejo Directivo de Construye2025. En esta ocasión, participó el director Ian Watt.

Luego de una intensa primera jornada de trabajo, llevada a cabo en el Consejo Directivo del 28 de junio, el equipo ejecutivo del programa generó una propuesta para reformular los pilares estratégicos, los que fueron presentados durante la actividad del viernes recién pasado.

“Hoy es el segundo encuentro para definir nuestra hoja de ruta para los próximos años, es bien clave lo que presentamos la última vez, en el sentido de que hay una segunda etapa”, señaló Vicente Domínguez, presidente del Consejo Directivo de Construye2025, al dar la bienvenida a los asistentes.

“La idea es llegar a ciertos acuerdos que necesitamos para la revisión de nuestra hoja de ruta, tomar decisiones sobre cómo priorizamos nuestras iniciativas y sincerar un poco de qué somos capaces de hacernos cargo con este programa, o qué cosas tenemos que empujar para que otros nos ayuden a llevar a cabo ”, manifestó Marcos Brito, gerente de Construye2025.

Este análisis se da en el contexto en que este 2019 Construye2025 está dando fin al tercer año de la primera etapa de implementación del programa, y se propuso cambios a la gobernanza, los ejes estratégicos, los indicadores y metas del programa impulsado por Corfo.

Marcos Brito explicó este nuevo modelo: “la principal diferencia del trabajo que se ha realizado hasta ahora es que con este nuevo modelo tendremos indicadores de proceso que permitan medir y controlar resultados de mediano plazo para las siguientes etapas del programa estratégico, con miras a lograr las ambiciosas metas definidas para el año. Así, se podrá “medir” el trabajo que realiza el programa y el aporte real al sector”.

Miradas diversas
En la sesión del viernes 26 de julio se planteó que el trabajo de Construye2025 fuera reformulado bajo cuatro nuevos ejes: Construcción Industrializada, Construcción Sustentable, Innovación y Mejora Continua y Construcción 4.0.

Además, se propuso focalizar las iniciativas para concentrar los esfuerzos. De las 16 iniciativas iniciales, se propuso poner foco a 10 de ellas para trabajar con objetivos y métricas definidas.

Para Helen Ipinza, sectorialista de Construcción y Economía Circular de Corfo, es necesario “no perder de vista que si bien las iniciativas son las que nos permiten concretar, el tema del capital social, de lo que es el Consejo Directivo, sus comités gestores, su Comité Directivo, todas las instancias que configuran el programa per se, tienen un valor de articulación, tanto para la concreción de las iniciativas, como para nuevas contingencias que nos pudiéramos ver obligados a abordar en algún minuto, porque tengan que ver con tecnología o los ejes de trabajo. Quisiera relevar que el capital social es uno de los ejes más preciados de este programa”.

Desde los asistentes se pidió realizar algunos cambios. Por ejemplo, José Pedro Campos, director ejecutivo del Instituto de la Construcción, solicitó añadir las razones para dejar afuera algunas iniciativas y poner un estado del arte de ellas, para saber cómo se están cubriendo desde otras instituciones.

Carlos Bascou, presidente del Consejo de Productividad, Innovación, y Construcción Sustentable de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), considera que hay conciencia bastante transversal de la urgente necesidad de la profunda transformación que están tratados en los 16 puntos, ya sea o no que se agrupan. “El tema acá es que se necesita una gobernanza, no necesariamente una que esté haciendo algo, pero que esté claro cuáles son todos los temas, porque hoy hay muchas iniciativas en paralelo que son lo mismo”, precisó.

Para Marcos Brito, “la idea es no sobreponernos a iniciativas que ya están en marcha. Y ahí está el valor del capital humano, nosotros tenemos la suerte de sentarnos con todos ustedes y más gente todavía, tenemos muy bien mapeado qué está haciendo quién, aunque eso no está precisamente estructurado en una gran hoja de ruta nacional país, entonces tenemos que convivir con la información que está disponible y el objetivo es que podamos accionar en lo que seamos más eficientes”.

En ese sentido, José Pedro Campos mencionó que es importante trabajar desde las diversas instancias de la industria y en empresas distintas para conseguir un propósito común y mayor, como lo fue en su momento llegar a la Luna, a propósito del 50º aniversario de la llegada del hombre a la Luna. “Pensar una cosa así a mí me hace sentido, es un propósito de verdad potente que se alinee a la industria nacional, y es una de las cosas que nos falta, para dónde vamos, la cima, la meta (la Luna) y qué cosas nos faltan para llegar a eso”, añadió.

Por su parte, Enrique Loeser, gerente general de AXIS Desarrollos Constructivos y representante de la CChC en el Consejo Directivo de Construye2025, opinó -por el contrario- que “hay que disminuir nuestros objetivos inmediatos y ponerle mucha más fuerza y energía a los que sabemos que podemos tener resultados más rápido y donde tenemos una brecha amplísima. Comparto con Vicente que la brecha es tan grande que casi no es necesario medir para darse cuenta de que si yo pongo un recurso en ese punto voy a obtener un beneficio de inmediato, como por ejemplo, el tema de la gestión de los residuos de la construcción”.

Y añadió: “así como estas iniciativas que estarían en segundo término ya están siendo abordadas por varias otras instituciones o instancias, sería un despropósito que nosotros aquí las incorporáramos. Entonces creo que incluso de las iniciativas iniciales podríamos reducir algo, claramente hoy hay que concentrarse y mostrar resultados, hace ya un buen tiempo venimos hablando a nivel nacional de la trampa del ingreso medio y estamos realmente empantanados, y eso es porque uno no tiene resultados y este programa, una de las gracias que tuvo, desde su inicio y lo que se planteó era obtener resultados claros. No estamos en un momento para seguir buscando ampliar nuestro foco, sino que al revés, concentrarlo”.

Por votación, todos los asistentes estuvieron de acuerdo en que el programa debe replantear su ámbito de acción operativo. En relación con los ejes estratégicos, los participantes plantearon distintas visiones acerca de la Innovación y Mejora Continua, y la mayoría decidió que este eje fuera considerado desde una visión vertical y no transversal, como era la opinión de algunos.

Por último, el Consejo Directivo tiene la tarea de pensar en las metas que planteará Construye2025 en torno a cada una de las iniciativas. Por su parte, el equipo ejecutivo de Construye2025, realizará el levantamiento de todos los comentarios de los asistentes, para entregar una propuesta final en el Consejo que se realizará en septiembre.

 

La certificación como herramienta para empresas y trabajadores

Implementar un sistema de certificación que se adapte a la realidad nacional y represente a los trabajadores de la construcción es un desafío pendiente a juicio de Miguel Frías.

Comprender los beneficios que entrega la certificación, más allá de los conocimientos que adquieren los maestros de la construcción, es una tarea pendiente de las empresas, así lo manifiesta Miguel Frías, director del Centro de Evaluación de Certificación de Competencias Laborales de SIMOC.

De la misma manera, para Frías es imperante fortalecer el rol de los organismos sectoriales, para potenciar las certificaciones, ya que como representantes de trabajadores y empleadores pueden trabajar para eliminar las barreras que existen en relación con la disminución de productividad durante las horas de certificación, migración de los trabajadores de la empresa luego de ser certificados y aumento de remuneraciones por contar con trabajadores certificados.

¿Cómo cree que la herramienta de la certificación podría favorecer una mejor relación con la empresa?
La certificación es la única herramienta con la que cuenta el trabajador para demostrar que sabe hacer cierto trabajo, por lo que debería ser un puente para tener una relación armónica entre trabajadores y empleadores, permitiendo que se fortalezcan las confianzas y se establezcan alianzas entre las partes. En este sentido, me parece fundamental que el empleador reconozca y fortalezca los conocimientos de los trabajadores, de modo que se cree un sentido de pertinencia propiciado por la evaluación y certificación de competencias laborales.
¿Por qué cree que al sector privado le ha costado utilizar más masivamente la herramienta de la certificación?
Existe desconocimiento del funcionamiento del Sistema Nacional de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales, en ámbitos laborales y empresariales. Por tanto, se requieren mayores esfuerzos referidos al posicionamiento de ChileValora, con objeto de proporcionar confianza a los interesados en obtener la certificación.

¿Cómo beneficia la certificación a los trabajadores de la construcción?
Los trabajadores son principalmente beneficiados en su movilidad laboral y reconocimiento de su saber hacer por parte de los empleadores, ya que, por medio de la certificación, el dinamismo propio del rubro deja de ser un obstáculo, puesto que los trabajadores pueden demostrar sus competencias en todo el territorio nacional, sin distinguir la obra constructiva en la cual se vayan a desempeñar.
De la misma manera, los empleadores son beneficiados por la confianza en la productividad y calidad de los trabajadores que ejecutan las labores constructivas, debido a que existe mayor certeza respecto al cumplimiento de metas y plazos comprometidos durante el proceso constructivo.

Desde su visión, ¿qué habría que mejorar para que la certificación sea más atractiva para los trabajadores y las empresas?
Los aumentos de productividad y la capacidad para innovar desarrollando y transfiriendo nuevas tecnologías se ven fuertemente condicionados por las destrezas, aptitudes y habilidades de la fuerza laboral. Conocido, difundido y conscientes de esto es que la certificación debe tomar la fuerza necesaria para hacerla atractiva.
Actualmente, si un trabajador quiere acceder a la certificación de forma particular, el financiamiento resulta elevado si se considera el sueldo que éste recibe, razón por la cual automáticamente disminuye el interés por acceder a ella.
Por parte de las empresas, existiría mayor interés si el financiamiento de la certificación vía franquicia tributaria cubriera el 100% del valor UCL determinado por SENCE. Además, es importante que este valor incorpore el factor de complejidad del subsector que se está evaluando, ya que actualmente la franquicia tributaria no contempla este aspecto.

¿Cuáles serían, a su juicio, los casos de éxito de certificación que se podrían replicar en el país? ¿De qué modelos tenemos que aprender?
Es importante implementar un sistema de certificación que contemple la realidad nacional, ya que históricamente existe un sinnúmero de casos donde se replica un modelo extranjero que no resuelve las problemáticas propias de nuestro país. Por tanto, bajo mi perspectiva, considero fundamental fortalecer el rol de los organismos sectoriales, ya que como representantes de trabajadores y empleadores pueden trabajar para eliminar creencias y prejuicios relacionados con la “disminución de productividad durante las horas de certificación”, “migración de los trabajadores de la empresa luego de ser certificados”, y “aumento de remuneraciones por contar con trabajadores certificados”.

 

 

EL IMPACTO DE LOS MATERIALES SUSTENTABLES EN LA CONSTRUCCIÓN

Hoy en día existen diversos instrumentos y certificaciones que permiten determinar si un material cuenta con atributos sustentables o no, apuntando a una construcción ecoamigable.

Un estudio liderado por Gerardo Araya, director de Investigación de la Escuela de Construcción Civil de la UC, evaluó el uso de un peculiar material como fibra natural: pelos de cerdo. Un desecho masivo generado por la industria alimentaria, que puede ser utilizado como refuerzo del adobe y otras mezclas para la construcción.

Basado en los resultados de esta investigación, Araya y su equipo determinaron que es recomendable el uso de este residuo ‘para mejorar el desempeño de las mezclas de tierra para la construcción’, según se lee en el informe que constituye apenas un ejemplo de cómo incorporar nuevos materiales en proyectos que apuntan hacia la construcción ecoamigable, por los beneficios que aporta y también como una manera de aprovechar lo que otras industrias desechan. Soledad Vargas, gerente de Arkenergia, destaca la importancia del uso de materiales con atributos sustentables en esta estrategia. ‘En un mercado donde la construcción es altamente contaminante, el uso y disposición de los materiales, aquellos con bajo contenido contaminante, y los protocolos de cuidado medioambiental cumplen un rol fundamental’, dice.

Certificación LEED

El Leadership in Energy and Environmental Design (LEED) es un sistema de certificación de edificios sostenibles, desarrollado por el US Green Building Council (USGBC), compuesto por normas sobre la utilización de estrategias encaminadas a la sostenibilidad en todo tipo de edificaciones. Según la guía de referencia del USGBC, la categoría de ‘Materiales y Recursos’ se enfoca en ‘minimizar la energía incorporada y otros impactos asociados con la extracción, procesamiento, transporte, mantenimiento y eliminación de materiales de construcción’.

María Fernanda Aguirre, directora ejecutiva (CEO) de Chile Green Building Council (GBC), destaca que ‘hoy en día se puede medir el impacto del desarrollo de materiales sustentables en el proyecto final, a través del análisis de ciclo de vida (ACV)’. Así, explica, se pueden considerar todos los impactos ambientales que generan los productos manufacturados a lo largo de las distintas etapas de su existencia.

En Chile GBC han desarrollado una plataforma llamada Portal Verde, que permite a profesionales de la industria de la construcción acceder a información técnica y comercial sobre materiales, productos y servicios que, por sus características sustentables, pueden contribuir a los procesos de Certificación LEED y Certificación Edificio Sustentable (CES).

‘Los materiales han sido una de las mayores dificultades en términos de certificación de los edificios’, dice Alfonso Barroilhet, gerente de Desarrollo de Negocios, Innovación y Sustentabilidad en Sencorp. Esto se debe, dice, a que la industria chilena hasta hace poco no estaba tan desarrollada y el acceso era más restringido. ‘Sin embargo, desde que comenzamos con nuestra primera certificación LEED con la Torre Titanium, la industria ha mejorado mucho sus estándares y la cantidad y calidad de materiales que están trayendo, también’, acota.

EJEMPLOS INTERESANTES

Films, madera y pintura elaborada con material reciclado son algunos de los materiales que la industria local ya está incorporando en la línea de la sostenibilidad.

Euroglass es una de las empresas que ha puesto en marcha proyectos de este tipo en la construcción. Maurizio Biseo, socio de la empresa, cuenta que con este fin han recurrido a los films para vidrios que actúan como aislantes, aportando al ahorro energético y a la disminución de la huella de carbono. ‘Son productos de fácil acceso y a un costo bajo, considerando el ahorro que generan’, añade. Otro caso similar es el de Idea-Tec, empresa que desarrolló una pintura fabricada sobre la base de poliestireno expandido reciclado, mejor conocido como plumavit, un producto ‘muy competitivo’, dice Marcos Brito, gerente del Programa Estratégico Construye2025 de Corfo.

Otro ejemplo que menciona el ejecutivo es lo que en inglés se conoce como Cross-laminated Timber (CLT), una innovación que utiliza paneles conformados por capas de madera maciza contralaminadas y pegadas a presión, con espesores de varias pulgadas, constituyendo muros estructurales en sí mismos y de ‘excelentes’ prestaciones térmico-acústicas, sin necesidad de otros refuerzos.

Brito explica que esto ‘da pie a un sistema constructivo en madera con características estructurales, que permite levantar edificios por sobre los 20 pisos’. A su juicio, representa una gran oportunidad para la industria chilena. Sin embargo, a modo general observa que ‘falta mayor madurez en el mercado, con una mayor confianza en este tipo de productos, para incrementar su adopción por parte de los compradores y especificadores de proyectos’.

Recuadro
Hoy se puede medir el impacto del desarrollo de materiales sustentables en el proyecto final, a través del análisis de ciclo de vida (ACV).

Fuente: Diario Financiero

HACIA EL LOGRO DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

Además del desarrollo de tecnologías que ayudan a concretar este objetivo, el sector está utilizando metodologías y estándares que también apuntan a este norte.

El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) ha definido siete áreas que se deben considerar para minimizar el impacto negativo que el sector de la construcción puede tener en el medio ambiente y en la salud de las personas, entre las que destacan energía; materiales; planificación territorial, y agua y residuos.

En ese sentido, y de cara a una construcción sustentable, el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Minvu, Erwin Navarrete, plantea que son relevantes el desarrollo de medidas de eficiencia energética, ‘particularmente con subsidios para el mejoramiento de la envolvente térmica de las viviendas’, junto con el financiamiento de programas para implementar el uso de energías renovables en diferentes tipos de edificios, y programas de monitoreo de energía y emisiones.

Lograr eficiencia energética es clave a la hora de hablar de sustentabilidad. Y al respecto, la jefa del área de Proyectos Comerciales en efizity, Tamara Quiroz, subraya las innovaciones que se han introducido en los últimos tres años, destacando la tecnología LED en luminarias, los chiller magnéticos en los sistemas de clima, ‘que logran eficiencias 30% mayores a las convencionales’, y los sistemas de recuperación de calor que aprovechan las temperaturas ‘residuales’ de rechazo por refrigeración, con objetivo de calefacción, explica.

A todo ello, el arquitecto del equipo Filtro Vivo de Hidrosym, Gustavo Zamorano, añade el sistema de ‘muro y techo verde’ que, además de su atractivo visual, ‘tiene una gran eficiencia energitérmica, al mejorar las propiedades aislantes de los muros’.

Estándares y metodologías

La gerente de Arkenergia, Soledad Vargas, plantea que como metodología, el diseño y construcción sustentable podría dividirse en cuatro etapas: la recopilación de datos y los estándares de diseño sustentable; la medición del nivel de sustentabilidad a través de herramientas de simulación; las estrategias de mejoras y su implementación, y seguimiento.

‘Para que la construcción sustentable perdure y sea exitosa, no basta con diseñar, sino también realizar seguimientos, junto con actualizaciones y mantenciones si es necesario’, sostiene.

La presidenta del Comité de Sustentabilidad y Energía del Colegio de Arquitectos, Paola Molina, hace mención a Passivhaus, una metodología que ‘permite una adecuada renovación de aire, sin perder rango de confort en la temperatura interior’. Se trata de un ‘estándar científico de construcción internacional’, que apunta a disminuir el consumo energético de las viviendas a través de la aplicación de principios pasivos, ‘con el fin de alcanzar estándares de eficiencia y reducción de emisiones’, explica el director de Capacitación de Fundación Instituto Passivhaus Chile, Roberto Urzúa.

BIM (Building Information Modeling) es otra metodología que ayuda a que ‘el impacto ambiental de las obras no sólo esté mejor controlado, sino que sea completamente predecible y mitigable: todo lo que no se utilizará en materiales y componentes constructivos queda cuidadosamente calculado’, acota Marcos Brito, gerente del programa ‘Construye2025’, impulsado por Corfo.

En esa línea, Urzúa plantea que la única forma de asegurar que un proyecto va a cumplir con el estándar de eficiencia esperado, es a través de un sistema de modelación previa. Por eso, la Fundación Instituto Passivhaus Chile está elaborando una alianza con la empresa 5di Ingeniería, ‘que se vinculó a la coordinación del primer edificio habitacional en proceso de certificación Passivhaus en Chile’.

Fuente: Diario Financiero

EL CAMINO HACIA CIUDADES AMIGABLES CON EL MEDIO AMBIENTE

La edificación con criterios de sustentabilidad está creciendo en el país. El desarrollo de normativas, las mayores exigencias del mercado internacional y las certificaciones, están empujando este carro.

La construcción con criterios eficientes y de menor impacto medioambiental está creciendo en Chile. Variables como la optimización de la energía utilizada, con menor consumo de agua, con manejo eficiente de los residuos, la incorporación de tecnologías y diseños para un mayor confort ambiental y de salud y hasta un manejo eficiente de la operación, son criterios que se están masificando para contar con proyectos sustentables.

‘El sector privado ha avanzado, movido por el mercado internacional y las certificaciones. Exportar productos o tener edificios con un estándar reconocido internacionalmente, le da un valor agregado’, explica Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).

Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable del Instituto de la Construcción, acota, sin embargo, que si bien la evolución ha sido paulatina y con mayor intensidad los últimos cuatro años, si el país se compara a nivel OCDE, ‘se está bastante por debajo de otros países, en exigencias (reglamentos) y compromiso por parte de los mandantes’.

María Fernanda Aguirre, directora ejecutiva de Chile Green Building Council, añade que estamos en tercer lugar a nivel latinoamericano, después de Brasil y México, en cantidad de proyectos registrados y certificados LEED®, ‘pero cuarto después de Brasil, México y Colombia en cantidad de metros2 registrados y certificados’.

Comentan, eso sí, que la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable, creada en 2013 y coordinada por el Minvu, sentó una ruta común y se transformó en una guía para avanzar.

Reducción de costos

‘Una construcción sustentable trata de disminuir al máximo la huella de carbono e incorpora estrategias de diseño bioclimático para disminuir los costos operativos del edificio’, explica el gerente de proyectos de Hidrosym, Miguel Fernández, sobre el impacto de construir bajo estos parámetros. El gerente de Desarrollo de Negocios de Sencorp, Alfonso Barroilhet, coincide y añade que también se producen ‘mejoras en eficiencia energética, una vida útil más extensa y mayor plusvalía’.

Los impactos son cuantificables. Al respecto, María Fernanda Aguirre indica que estudios del World Green Building Council, arrojan que los ‘costos reales de diseño y construcción se han documentado en el rango de -0,42% y 12,5%, siendo este último valor el correspondiente a un proyecto de emisión cero’. Mientras que un proyecto comercial certificado LEED® Oro (la de mayor logro) en Chile, consumirá en promedio 35% menos de energía que uno similar, gracias a ahorros en agua y energía, espacios saludables, mayores caudales de ventilación, mejor desempeño acústico y lumínico, entre otros.

Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad del Programa Estratégico Construye2025, de Corfo, añade que, en el marco de ese programa, están gestionando los residuos en las obras, segregando los materiales y valorizándolos. ‘Han reducido entre 25% y 50% los costos de disposición final, aunque falta desarrollar proveedores que los valoricen’, sostiene.

Las oficinas y el sector residencial son los segmentos con mayor desarrollo de edificaciones sustentables, este último impulsado ‘a partir de la calificación energética de vivienda’, dice la gerente de Arkenergia, Soledad Vargas.

Con todo, se hace necesario seguir avanzando en esta área. ‘Hay que lograr una edificación cero emisión a 2050, también resolver el problema de la gestión sustentable de residuos de construcción y demolición y, por último, la gestión del agua, que es un recurso escaso en gran parte del país, y la construcción tiene bastante que aportar en esto’, argumenta Erwin Navarrete, del Minvu, acerca de los desafíos que quedan.

Fuente: Diario Financiero

BauMax: la startup que quiere cambiar la forma de construir en Chile

Alexis sentía que el rubro de la construcción estaba estancado. Renunció a su trabajo y se topó con una tecnología que mezcla la robótica y la impresión 3D enfocada al hormigón. Junto a sus socios, instaló una planta gigante en Lampa y hoy, BauMax espera facturar US$15,6 millones en 2019.

“La industria ha innovado muy poco en los últimos 30 años”. Con esa opinión en la mente, el arquitecto Alexis Berczely renunció hace unos seis años a la empresa donde trabajaba para intentar cambiar este rubro. Hoy, BauMax posee una planta de 40.000m2 donde se dedican a la construcción robotizada y de impresión 3D en hormigón, con una tecnología única en América Latina. Suena extraño, pero los números avalan la decisión: esta startup cuenta con 35 proyectos entregados, 420 casas construidas y 580 departamentos. Además, proyectan facturar US$15,6 millones este año.

Pero volvamos a 2013. Alexis estaba buscando un sistema constructivo diferente y un día, luego de un partido de hockey, su amigo Sebastián Lüders (arquitecto) le contó que conocía a un alemán que tenía la representación de un sistema de construcción robotizado. Lo vieron y les gustó. Empezaron a buscar financiamiento. Había que construir una planta e implementar la tecnología. Fue cuando llegó un tercer compañero de hockey, el ingeniero Pablo Külenthal, quien trabajaba en el área de private equity del grupo Corso (familia Solari). La meta era lograr levantar US$45 millones en dos fases.

“A muchos inversionistas les gustaba el proyecto, pero decían que era mucha plata. Con Corso nos pasó lo contrario. Estaban acostumbrados a montos mayores en razón del tiempo que tenían que dedicarle. Sin embargo, ellos nos contactaron con Inmobiliaria Manquehue, donde tenían participación”, cuenta Alexis. En la primera reunión con Manquehue también estaría presente un ejecutivo de Casas Geo, una importante empresa mexicana que estaba ocupando una tecnología similar a la que querían implementar los tres chilenos. “Mientras iba en el auto a la reunión me enteré de que Casas Geo había quebrado. Entonces, quedamos solo nosotros en la ecuación”.

A mediados de 2015 firmaron contrato con la inmobiliaria, se creó BauMax y comenzaron a diseñar la planta y contratar a las personas que necesitaban. Recibieron capital por cerca de US$28 millones, no sólo de Manquehue. Sino también de Juan Lyon, el grupo Pilasi, Manuel Sarasúa, el papá de Alexis y otros inversionistas minoritarios. El 12 de diciembre de 2016 se inauguró la planta que está en el sector de Noviciado, en Lampa. El corte de cinta lo hizo la misma Presidenta Michelle Bachelet para lanzar la iniciativa Construye2025. De hecho, Corfo aportó un capital adicional de $1.000 millones.

El sistema de Baumax permite producir hasta 1.000m2 de elementos de hormigón armado en un día, gracias a una tecnología que instala elementos de hormigón a través de un robot que dimensiona directamente desde un plataforma BIM (Building Information Modeling). “Fue clave capacitar a ciertas personas, pero la ventaja es que a pesar de ser una tecnología compleja, es muy sencilla de operar y entender”, explica Alexis.

La planta se hizo con los parámetros alemanes, pero adaptadas a la realidad local. “Debido a las normas de construcción antisísmicas de Chile, el recinto es bastante diferente a los que se hacen en Europa. Por ejemplo, se requiere de mucho más enfierradura”, comenta Alexis desde el interior del galpón principal, una estructura de 7.000m2, donde los trabajadores alistan las piezas de hormigón. Entre ellos destaca el robot que trabaja paralelamente, gracias a los planos específicos cargados en su software. Más tarde, las piezas -de precisión milimétrica- son montadas en terreno.

Los primeros proyectos fueron instalados en Colina y si bien 2017 fue para poner todo en marcha, oficialmente fue el 2018 el primer año de producción, el que cerraron con US$5 millones de facturación. Hoy no sólo tienen como cliente a Manquehue. Por ejemplo están con Flesan en un proyecto de 25 edificios en Talca y Linares; Fortaleza (3 edificios) y con 400 casas de dos pisos en Casablanca (DS19), además de otros proyectos menores. “Estamos migrando cada vez más en enfocarnos sólo en edificios”, dice Alexis.

Según su gerente comercial, el éxito de esta startup pasa por la solución de varios dolores a las inmobiliarias y constructoras. “Ofrecemos certeza en el plazo, algo tremendamente importante para esta industria y el principal desafío de las constructoras. Incluso, en nuestro contrato está estipulado un monto, que no se cambia, aunque la obra se atrase. Otra ventaja es la facilidad de instalación. Donde una constructora necesita 50 personas para armar un edificio, nosotros lo hacemos con 11”, dice seguro el fundador de BauMax, que, a pesar de haber recibido ofertas para expandirse a Argentina, Perú y Panamá, por el momento prefiere concentrarse sólo en nuestro país. Desde Coquimbo a Concepción. “Hay mucho por hacer en Chile. Pero se debe aprender a caminar antes de correr. Nosotros estamos recién gateando”.

Fuente: La Tercera / Pulso

Marcos Brito expuso sobre Construcción Industrializada en ASIMET

Con el objetivo de dar a conocer los beneficios que aportan a la productividad la industrialización y la prefabricación, el pasado martes 9 de julio, Marcos Brito, gerente de Construye2025, fue invitado por la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (ASIMET) a realizar la charla “Construcción industrializada, desafíos para edificación”, dirigida a los socios de la entidad.

La presentación estuvo enfocada en promover la implementación de tecnologías e innovaciones del sector construcción, para mejorar la productividad y sustentabilidad. En ese sentido, Brito fue enfático en señalar que “es necesario entender la edificación como un sistema constructivo que debe industrializarse, para hacer un proceso de edificación más rápido, eficiente y productivo”.

Asimismo, contó que el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, trabajará sobre tres áreas: productividad, vinculación con el medio y difusión y formación.

A la actividad asistieron más de 20 socios de ASIMET y también contó con la presencia de Nancy Díaz, presidenta del Comité de Construcción y subgerente general de Acerline y María Julia Bravo Maturana, la vicepresidenta del comité.

AICE ingresa al Consejo Directivo de Construye2025

Los representantes de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales serán presentados formalmente en el próximo Consejo Directivo que se realizará el 26 de julio.

Construye2025, programa impulsado por Corfo, aceptó la solicitud de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales de Chile (AICE), para ser parte de su Consejo Directivo. El representante titular de la organización será su past president Cristián Delporte, mientras que el director Ian Watt, estará como suplente.

Ambos ejecutivos tuvieron la oportunidad de participar en el Taller “Estrategias para un Diseño Circular en Construcción”, organizado por el programa y la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), el pasado 27 de junio.

Marcos Brito, gerente de Construye2025, celebró la incorporación de la AICE, destacando la importancia que Construye2025 sea un programa heterogéneo y que pueda articular a todos los actores del sector, “estamos felices de recibir a Cristián Delporte e Ian Watt en nuestro Consejo Directivo, nuestro objetivo es llegar a todos los actores del sector y lograr cumplir con nuestros objetivos de sustentabilidad y productividad”.

Por su parte, Ian Watt, director de AICE cree que este es un paso más en cumplir con la misión de la AICE como actor relevante en el mundo de la construcción. “Participar con la mirada de los que están directamente en el desarrollo de proyectos permitirá añadir un punto de vista más a esta valiosa iniciativa. Mejorar la sustentabilidad y productividad es tarea de todos, y desde la AICE esperamos aportar con lo nuestro”, manifiesta.

Los ejecutivos serán presentados formalmente en el próximo Consejo Directivo del programa que se realizará el 26 de julio, donde se discutirán las próximas iniciativas para incorporar a sus ejes de trabajo la economía circular a la cadena de valor y la transformación digital.

Chile necesita reforzar sus lazos con la construcción industrializada

La entrega del Imacec (abril 2019) muestra cifras que continúan siendo preocupantes. Particularmente en construcción, según reciente publicación de CLAPES-UC, el déficit en productividad del sector le resta 1,5% al PIB nacional.

Se vuelve urgente acelerar procesos de cambio y mejora para la industria, echando mano a soluciones que de otro modo sería más difícil adoptar, buscando así alternativas más eficientes de trabajo, de menor riesgo y con resultados a la vista en economías industrializadas.

Construcción industrializada
La construcción industrializada, cuya masificación está entre las iniciativas estratégicas de Construye2025, aparece como una buena idea desde el momento en que se consideran sus beneficios. A saber, en 2018 el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) creado por este programa estratégico de Corfo, desarrolló un estudio que analizó tres obras. Dos de ellas eran prefabricadas -con tecnología de paneles de hormigón y madera, respectivamente- versus una hecha con albañilería tradicional. Fue ahí que vimos que hay beneficios importantes en relación con el efectivo cumplimiento de plazos, además de calidad y mayor eficiencia en la mano de obra.

Las cifras son contundentes y hablan por sí solas. Al comparar, en las obras que utilizaron la construcción industrializada hubo un 92% de reducción de horas hombre de ajustes de calidad, 76% menos en tiempo efectivo para la construcción y 13% menos en costos directos de fabricación de obra gruesa. Para coronar esto, hubo tres veces menos generación de residuos.

Durante mayo, se realizó una misión tecnológica a Oceanía, organizada por la CDT, en la que pudimos observar en directo -junto con importantes empresarios y ejecutivosobras de construcción industrializada, así como plantas industriales de edificación, e interactuar con asociaciones de construcción modular. En resumen, aprendimos que la edificación puede ser todavía más rápida, versátil, eficiente y de mayor calidad de lo que conocíamos, que la industrialización de este sector va a ocurrir en Chile y es mucho mejor ser parte del cambio de paradigma que observarlo desde fuera como espectador. Los beneficios son muchos y el alcance es global.

Es tomando en cuenta seriamente estos datos que la industria puede considerar hoy la debilidad económica del país como una oportunidad para dar un golpe de timón y cambiar el paradigma actual, el mismo que la mantiene con una productividad de la edificación que lleva estancada dos décadas. Algo que, si logra igualar la tasa de crecimiento agregada de la economía local, traería enormes resultados positivos tal como el aumentar el PIB nacional, como señala CLAPES-UC.

Ciertamente, no se trata de un salto fácil de dar. Esto, debido a que aún se suele equiparar la idea de construcción industrializada con viviendas prefabricadas de emergencia, minimizando así su verdadero alcance y potencial. Es por eso que el trabajo al que Construye2025 dio pie en 2016 con su “Plan de Industrialización y Construcción Limpia”, se hace tan importante hoy. El país necesita reforzar sus lazos con este sistema constructivo, fomentando el desarrollo y utilización de soluciones industrializadas en la edificación local, a través de la estandarización de componentes, además de la especialización del capital humano y la siempre urgente necesidad de bajar los niveles de generación de residuos de la construcción.

Finalmente, esto trae bondades tanto económicas, de eficiencia, calidad y de menor impacto ambiental, como de abrazar la innovación y lo que implica eso en términos de mejor productividad y reputación para el sector.

Fuente: Revista EMB Construcción

Miguel Pérez Covarrubias es el nuevo presidente del Instituto de la Construcción

El ingeniero asume sus funciones a partir de este mes.

Por unanimidad, Miguel Pérez Covarrubias, fue elegido como el nuevo presidente del Instituto de la Construcción para el periodo 2019 – 2021 y su proclamación fue realizada durante la 23° Asamblea Ordinaria de Socios que se llevó a cabo el 27 de junio.

La candidatura de Pérez fue presentada por la Cámara Chilena de la Construcción y su elección se efectuó en la 71° Reunión Extraordinaria de Directorio, realizada el pasado 6 de junio.

Entre los objetivos del nuevo presidente del IC se encuentran proyectar el accionar de la institución a través del fortalecimiento de la discusión sobre innovación y productividad, además de elevar su participación de manera estratégica, como articulador y soporte de temáticas relevantes susceptibles de transformarse en políticas de Estado.

“Desde aquí surgen ideas importantes para mejorar y debemos propender a que su labor trascienda y se extienda a más actores en todo el país, que más profesionales conozcan al IC, de manera de promover nuevas ideas y trabajarlas desde una matriz intersectorial, para generar propuestas consensuadas”, comenta.

El sucesor de Verónica Serrano, al recibir el cargo, solo tuvo palabras de elogio para su antecesora y se mostró motivado por el nuevo rol que ejercerá en la institución: “Mi objetivo como presidente será seguir adelante con la senda que ya se ha trazado en estos más de veinte años de existencia, con énfasis en hacer al IC más relevante aún en el quehacer de la actividad y el sector” señaló.

Miguel Pérez Covarrubias es ingeniero civil formado en la Universidad Técnica Federico Santa María e ingresó a la Cámara Chilena de la Construcción el año 1996. En la institución ha sido miembro del Comité Inmobiliario de CChC Valparaíso, consejero nacional y vicepresidente por la Zona Centro del Comité Inmobiliario y presidente de la CChC Valparaíso. En 2017 fue parte de la Mesa Directiva CChC ocupando el cargo de vicepresidente. Como parte de su ejercicio profesional, es socio de inmobiliaria IPEC y constructora IPEC Ltda.

Fuente: Instituto de la Construcción

Consejo Directivo de Construye2025 incorpora la economía circular y la transformación digital en su hoja de ruta

Con la participación de miembros del Consejo Directivo e invitados del sector construcción, se revisaron los logros, avances y desafíos para reformular la Hoja de Ruta de Construye2025 y enfrentar con éxito el siguiente período.

Con el objetivo de analizar y revisar la hoja de ruta de Construye2025, el pasado viernes 28 de junio se reunió el Consejo Directivo de programa impulsado por Corfo junto a invitados del sector, quienes vieron también la forma de incorporar dos pilares que hoy son fundamentales para avanzar hacia un sector más productivo y sustentable: la transformación digital y la economía circular.

Marcos Brito, gerente del programa, dio la bienvenida agradeciendo la asistencia de los cerca de 30 invitados, incentivándolos a  trabajar en conjunto para seguir avanzando en la hoja de ruta: “Todos estamos acá porque nos interesa avanzar, la invitación es a hacernos cargo de los desafíos que tenemos por delante. Este es un camino largo que debemos recorrer, ya dimos el primer paso, ahora es tiempo de cosechar y concretar lo que comenzamos hace unos meses atrás”. Asimismo, destacó la necesidad de que los miembros del Consejo Directivo tomen protagonismo en la gobernanza del programa, invitándolos a “informar el trabajo que realiza Construye2025 a sus  instituciones, para que conozcan sus objetivos, su labor y los desafíos que tiene”.

En la instancia, los miembros del Consejo Directivo e invitados externos trabajaron en la priorización de los objetivos del programa, bajo cinco pilares principales: Construcción Industrializada, Economía Circular, Capital Humano, Transformación Digital e Innovación, para luego presentar sus propuestas y visiones para avanzar en las iniciativas de Construye2025.

En Economía Circular, el grupo se enfocó en  los objetivos de mejorar la competitividad, integración y coordinación de toda la cadena de valor para aumentar la productividad a través de la gestión eficiente de los recursos y reducir los impactos de la construcción, en cuanto a las propuestas de los participantes, resaltó la creación de una institucionalidad pública-privada que incluya a la academia, y que represente y regule el manejo de residuos de la construcción, que hoy no existe, y que permita avanzar hacia una economía circular.

“El sistema está atomizado con muchos actores, normas y leyes que confunden, más que apoyar”, explicó Joaquín Cuevas, jefe de Manejo de Residuos y Medio Ambiente de Constructora Viconsa. La formalización de esta institucionalidad y conseguir financiamiento facilitará un programa de trabajo con metas y objetivos específicos, creando una alianza público/privado, que debe considerar la institucionalidad. Por otra parte, Margarita Cordaro, jefa del Subdepartamento de Eficiencia Energética de la División de Edificación Pública de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), e Yves Besançon, Past President de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), destacaron la importancia de la conformación de alianzas entre los sectores público, privado y academia para la implementación de iniciativas y nuevas normativas en esta temática.

El grupo que trabajó en esta línea cree que, de esta manera, existirá un estándar para todo el país, significando un beneficio económico, para ambos sectores, con foco en apoyar y gatillar el levantamiento de iniciativas relacionadas a economía circular. 

Por su parte, la mesa de Innovación y Mejora Continua enfatizó en la importancia de crear un  marco jurídico para hacer la investigación y certificación de productos nuevos, ya que hoy es complejo poder certificar nuevos materiales y productos para instalar en el mercado. Así lo explicó Helen Ipinza, sectorialista de Construcción y Economía Circular de la Dirección de Redes y Colaboración de Corfo: “Hoy no se puede incentivar y estimular la creación de nuevos productos, si no se puede saber bien cómo podemos certificar para usarlos en todas las obras que hay en el mercado. Esta es la piedra angular para avanzar hacia la innovación en el sector, desde este punto en adelante se  puede difundir, transferir la tecnología o vender la licencia, etc.”.

Como solución, se propuso crear una mesa de trabajo al respecto y ver el mapa de actores que puedan incidir en los cambios necesarios para generar un marco jurídico que permita dar garantías respecto a la certificación de un producto para ser colocado en el mercado. Todo esto con el objetivo de estimular la industria nacional, aumentar fuentes de trabajo, activar la cadena de valor, junto con mejorar la productividad y sustentabilidad propia del sector. 

En Transformación Digital (DOM en Línea), según expuso José Pedro Campos, -en un contexto de restricción presupuestaria- se planteó fortalecer la ejecución del programa para que cumpla sus objetivos, acercando aún más el trabajo que actualmente desarrolla la DDU Minvu con la Mesa Directiva del proyecto. Objetivos que plantean incrementar la productividad y facilidad para homologar requerimientos, pasar de una atención presencial y física a una digital y remota, aumentar la productividad del sector a partir de facilitar la gestión de proyectos de construcción, mejorando los tiempos de aprobación y recepciones de proyectos. Junto con ello, estandarizar los procesos para las gestiones municipales a nivel nacional, así como los criterios de aprobación de un permiso o un proyecto, permitiendo la trazabilidad y seguimiento en línea de las gestiones de las direcciones, disminuyendo la sobredemanda de revisiones por parte de las direcciones de obras y protegiendo la propiedad intelectual de los proyectos al utilizar bases digitales. Entre los desafíos más relevantes, está planificar con anticipación para así integrar el trabajo que se hace con DOM en línea y la futura integración con Plan BIM.

En Capital Humano, la mesa de trabajo relevó el rol prioritario de la formación, de la que forman parte la certificación y la capacitación, identificando el potencial de ésta para lograr mejoras en la calidad de vida y satisfacción de los trabajadores del sector y, por ende, en la productividad de la industria. En este contexto, para Raúl Letelier, gerente técnico del Centro de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales (CECC SIMOC), es importante tener en cuenta que el interés en el oficio ha ido decayendo, medición de satisfacción de los mismos trabajadores y certificaciones.

En el grupo de Construcción Industrializada, se conversó sobre cómo poder ampliar el uso de soluciones industrializadas, para así mejorar la calidad de la construcción y sus procesos productivos, mediante desarrollo de normas y estándares de construcción que habiliten la industrialización, así como protocolos de certificación para los productos que ingresen al país. Asimismo, se discutió sobre el uso y masificación de indicadores como el de Constructabilidad.

Por su parte, a través de la modernización de Marcos Contractuales -también abordados en esta mesa- se presentó cómo se pueden ver beneficios tales como la disminución de los conflictos contractuales, lo que aumenta directamente la productividad de los proyectos, al no haber retrasos asociados. Para ello se trabaja actualmente en el desarrollo de un glosario y manual de contratos de edificación, de los que Construye2025 debiese hacer seguimiento en su uso a futuro.

Esta actividad es la primera de dos jornadas, que buscan ajustar el trabajo del equipo de Construye2025 en pos de objetivos priorizados de su hoja de ruta, con indicadores de proceso que permitan medir y controlar resultados de mediano plazo para las siguientes etapas del programa estratégico, con miras a lograr las ambiciosas metas definidas para el año 2025.

Construye2025 y AOA impulsan el diseño circular en la construcción

En taller organizado por Construye2025 y AOA, se reunieron alrededor de 30 profesionales para analizar estrategias para el diseño circular en la construcción.

Comprometidos con buscar nuevas estrategias y soluciones para aumentar la productividad y sustentabilidad del sector de la construcción, la Asociación de Oficinas de Arquitectura (AOA), en conjunto con Construye2025, programa impulsado por Corfo, en el marco de la Estrategia Sustentable RCD  realizaron el taller denominado “Estrategias para un Diseño Circular en Construcción”.

En esta instancia participaron los principales actores de la cadena de valor de la construcción: arquitectos, ingenieros, constructoras, proveedores de materiales y representantes de la academia, quienes trabajaron de forma integrada y colaborativa en ideas para incorporar el diseño circular al sector.

De esta manera y con el apoyo de Fundación Basura e Innovación Urbana Sustentable (IUS), todos los participantes pudieron aportar desde su área de expertise sobre cómo trabajar para ser un sector más sostenible, generando menos residuos y gestionando los que inevitablemente genera una obra. Alejandra Tapia, coordinadora técnica de Construye2025, comentó que “necesitamos identificar iniciativas para la prevención de los residuos a partir de la etapa de diseño y así ser más eficientes con nuestros recursos, mejorar la productividad de los proyectos  y avanzar hacia una economía circular”.

Sobre el mismo tema, Renato D’Alençon, jefe de Programa en Arquitectura Sustentable y Energía, MASE de la Pontificia Universidad Católica de Chile, especificó que “debemos considerar el ciclo completo de vida de una obra, no sólo hasta la entrega, ya que muchas veces se generan residuos en las mantenciones y remodelaciones”.

Yves Besançon, Past President de la AOA,  destacó la necesidad de crear conciencia y dar a conocer los beneficios que implica prevenir y reducir los residuos.

Por su parte, Carlos Bascou, presidente  del Consejo de Productividad, Innovación, y Construcción Sustentable de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), declaró que “como resultado esperado claramente necesitamos bajar la cantidad de residuos y generar una transformación cultural en la industria, que permita incorporar en el ADN de los profesionales y de todos los que integran la cadena de valor un mejor manejo de residuos, reciclaje y construcción sustentable”.

En cuanto a las opiniones de los participantes sobre en qué ámbitos de la etapa de diseño faltan soluciones prácticas que permitan prevenir y reducir los residuos a partir de la etapa del diseño, más de un 33% coincidió en que faltan soluciones en el ámbito de las metodologías de trabajo integrado entre distintas disciplinas y cerca de un 16% sobre la necesidad de materiales de construcción más sustentables. También se destacó la importancia de la formación académica y el marco regulatorio de la construcción.

La importancia de la capacitación a la hora de gestionar los residuos y ser más productivos, fue uno de los puntos en los que hubo más acuerdo. De hecho, el Premio Nacional de Arquitectura 2004 y Medalla AOA a la Trayectoria Arquitectónica, Luis Izquierdo, explicó que “mejorar los oficios y la productividad es fundamental para avanzar hacia un sector más sustentable, ya que la calidad de la mano de obra ha tendido a disminuir”.

Definición de brechas

En cerca de cuatro horas de duración, los participantes identificaron las siguientes brechas:

  • La falta de integración de las especialidades en la etapa de diseño.
  • La influencia arquitectónica en la propuesta de diseño no considera el impacto en la generación de residuos.
  • La necesidad de incorporar acciones de ecodiseño para generar beneficios sustentables.
  • El diseño de edificaciones y otras construcciones no considera los procesos constructivos, la estandarización de medidas y componentes, la industrialización, prefabricación ni el uso de nuevas tecnologías.
  • Falta mayor conocimiento de sistemas constructivos que reduzcan la generación de residuos.
  • La relevancia de trabajar en un plan de certificación y capacitación para los involucrados en las obras para disminuir la generación de residuos.

Como conclusión de la actividad, se reconoció la necesidad de trabajar de manera colaborativa entre todos los actores del sector, y que existe una intención de mejorar y avanzar hacia un país más sustentable y productivo en la construcción. Además, se destacó la importancia de realizar un cambio de cultura e integrar la economía circular a la cadena de valor.

Por último, los asistentes valoraron  este tipo de actividades multidisciplinarias, donde se puede evaluar y trabajar en conjunto para una solución que traerá beneficios a todos los involucrados.  

Los temas e iniciativas levantados durante la jornada de trabajo serán sistematizados en un documento que permitirá definir líneas de trabajo entre actores de los sectores público, privado y academia.

Los participantes a este taller fueron:

  • Ian Watt, gerente general de VMB Ingeniería Estructural y director AICE Chile.
  • Cristián Delporte, gerente general de Delporte Ingenieros past president AICE Chile.
  • Alfonso Larraín, socio de Alfonso Larraín Vial y Asoc. (AICE Chile).
  • Carlos Bascou, presidente Consejo de Productividad, Innovación y Construcción Sustentable de la CChC.
  • Carlos López, CDT.
  • Carlos Sepúlveda, gerente técnico de Santolaya Ingenieros (AICE Chile).
  • Francisca Vidal, product manager MK.
  • Ignacio Hernández, presidente AOA.
  • Joaquín Cuevas, jefe de Manejo de Residuos y Medioambiente de Viconsa.
  • Marisol Saavedra, subgerente en Gestión de Calidad e Innovación de AXIS DC.
  • Pablo Maragaño, jefe de Ingeniería y Desarrollo de Acma.
  • Pablo Maturana, director de la Escuela de Construcción Civil PUC.
  • Patricio Morelli, socio de Alemparte Morelli.
  • Renato D’Alencon, académico PUC.
  • Rodrigo Bastías, jefe Departamento de Prevención de Pocuro.
  • Rodrigo Pérez, socio de Spoerer Ingenieros (AICE Chile).
  • Rodrigo Tonda, gerente de Pasiva.
  • Valeria Carbonell, de Badia y Soffia.
  • Yves Besançon, de ABWB, past president de la AOA
  • Juan David Restreto, de Archiplan.
  • Luis Izquierdo, socio de Izquierdo y Lehmann.
  • Roger Saintard, PUC.
  • José Gabriel Alemparte, Alemparte Morelli.
  • Claudio Olguín, asesor de Pocuro.
  • Gonzalo Mut, Pasiva.
  • Fernanda Aguilera, EBCO.
  • Isabel Quadri, jefe Departamento de Arquitectura Budnik.