Impresión 3D: velocidad, precisión, calidad y sustentabilidad

Las primeras investigaciones para el desarrollo de viviendas sociales están demostrando la factibilidad técnica de la tecnología, su competitividad y el enorme aporte medioambiental, social y económico que puede alcanzar.

Hoy, los nuevos sistemas constructivos y las soluciones arquitectónicas eficientes y sustentables se están robando todas las miradas. La impresión 3D, por ejemplo, está revolucionando la construcción de viviendas sociales gracias a la reducción de los costos, la mayor rapidez en faena y la reducción de desechos en obra, entre otras ventajas.

Marianne Küpfer, socia directora de Proyectos de René Lagos Engineers, y Fernando Marín, director de Proyectos e Iniciativas Globales de la Vicerrectoría de Desarrollo y Gestión de la Universidad Mayor, han sido fieles representantes de la tecnología, que podría cambiarle la cara a las viviendas sociales chilenas, gracias a un proyecto respaldado por Corfo que favorece la impresión 3D de hormigón.

“El principal objetivo del proyecto es crear y validar una metodología que permita que la tecnología de impresión 3D de gran escala (2 o 3 pisos) se pueda desarrollar en Chile, enfrentando nuestras particulares condiciones sísmicas reflejadas en las estrictas normas chilenas. La tecnología ya está desarrollada en varios países del mundo, pero con condiciones sísmicas mucho menos exigentes que las nuestras”, señala el investigador.

La idea de esto sería validar que todas las ventajas de esta nueva manera de construir sean aprovechables en Chile y que las modificaciones estructurales mantengan la tecnología en niveles competitivos, tanto para vivienda social como para otros segmentos de vivienda.

¿Cómo se evaluó la factibilidad de construcción con tecnología H3D para viviendas sociales en Chile? La ingeniera Marianne Küpfer recuerda que el primer paso fue elaborar una propuesta arquitectónica que se ajustara a los estándares Minvu para viviendas sociales y que, al mismo tiempo, se pudiera materializar de manera eficiente con tecnología de impresión 3D. El segundo paso fue verificar la factibilidad técnica de la propuesta en cuanto a un diseño estructural sismorresistente acorde a la normativa chilena; mientras que, el tercero, fue realizar una comparación del prototipo propuesto, con alternativas más tradicionales de construcción en la zona central de Chile, como son la albañilería confinada y el hormigón armado convencional.

Según la especialista de René Lagos Engineers, construir con esta tecnología genera beneficios como la reducción considerable de mano de obra, la eliminación del uso de moldajes, la reducción de residuos de construcción, la ejecución con un alto control de calidad, la versatilidad de formas que se pueden lograr y la flexibilidad de usos que se le puede dar a la tecnología de impresión 3D. Igualmente, Fernando Marín, de la Universidad Mayor, valora la velocidad de construcción y la calidad y precisión de la obra automatizada, lo que permite adelantar en fabrica muchas otras terminaciones que, finalmente, también redundan en los plazos. “Si bien hemos apuntado esta investigación a la vivienda social como objeto de estudio y ya habiendo validado el cumplimiento de la normativa sísmica chilena, la tecnología tiene también muchas otras aplicaciones, tales como paneles, mobiliario urbano y casi cualquier obra de arquitectura de hasta tres pisos por ahora”, argumenta.

Junto con evaluar esta tecnología en su condición actual, los investigadores están trabajando en modificar y mejorar su uso, incorporando en la mezcla de impresión otros materiales como la nanocelulosa, para reducir la cantidad de cemento. “Desde la Universidad Mayor, estamos trabajando ya en ensayos de laboratorios en nuestro Centro de nanotecnología aplicada, para alcanzar esta nueva meta que tributa a los objetivos país en temas medioambientales”, cuenta Fernando Marín.

Si bien los cambios en el rubro de la construcción son difíciles de implementar, toman tiempo y requieren demostrar un beneficio económico, aspectos complementarios como el bajo impacto ambiental y la economía circular han ido abriéndose camino. “El mercado poco a poco va entendiendo lo que esto implica y va exigiendo soluciones habitacionales alineadas con estos aspectos. Para RLE es importante participar en la evaluación de estos nuevos sistemas constructivos, pues la seguridad estructural de las viviendas, ante la alta sismicidad que afecta frecuentemente a nuestro país, debe ser considerada una variable fundamental”, argumenta Marianne Küpfer.

Manufactura aditiva

Para certificar la impresión 3D en hormigón como sistema constructivo no tradicional y masificar su uso en la industria de la construcción, nació el proyecto “Anaquel de manufactura aditiva, hacia un nuevo lenguaje arquitectónico”, que lidera la arquitecta Verónica Arcos. Mediante la fabricación de prototipos arquitectónicos a escala real, se ha ido construyendo un catálogo de piezas que pretende validar la tecnología frente a postulaciones de financiamiento mayores y de más largo aliento.

El proyecto tiene cinco etapas y en este momento están en la segunda. “La meta final del proyecto es certificar la impresión 3D en hormigón como un sistema constructivo no tradicional, para comenzar a masificar su uso en la industria de la construcción, tanto en Chile como en el resto de la región”, señala Verónica Arcos, quien cree que dadas las condiciones de crisis social, sanitaria, económica, política y ambiental, es fundamental operar con sistemas tecnológicos más económicos, sustentables, seguros y eficaces.

La impresión 3D en hormigón, en este sentido, ofrece muchas ventajas que la destacan sobre los métodos convencionales. Por ejemplo, el hecho de que no requiere moldajes, se traduce en la eliminación total de escombros, acelera los tiempos de la obra gruesa y reduce la cantidad de mano de obra en la faena. Además, la arquitecta destaca que el mayor control permite reducir en un porcentaje alto el riesgo como parte del presupuesto y brinda más seguridad a los trabajadores, ya que son los robots los que hacen la faena. “Ofrece una libertad formal nunca antes vista en nuestro campo, dando pie a un nuevo lenguaje arquitectónico: un lenguaje basado en la forma resistente tanto en el proceso de impresión como después del fragüe”, puntualiza Arcos.

Según la especialista, quien es Master of Architecture del Berlage Institute en Rotterdam, la tecnología de punta se traducirá necesariamente en una reducción de costos, procesos más sustentables, mayor rapidez en la faena y en la oportunidad de personalizar las viviendas o edificaciones de los usuarios. “Si se construye un conjunto de 30 viviendas sociales, se podrán tener 30 fachadas distintas, sin alterar los costos de manera significativa. Esos costos serán más bien marginales. Esto permitirá tener barrios más amigables, donde la gente pueda sentirse más identificada con sus casas. Además, pienso que al bajar los costos de construcción, si hablamos de vivienda social, eventualmente se podrían obtener viviendas de mayor superficie que las actuales. Lo que después de la pandemia que estamos viviendo sabemos que es imprescindible”, afirma.

 

Revaloriza: la empresa triple impacto que hará realidad la primera planta de RCD en Valparaíso

La planta de tratamiento y valorización de residuos de la construcción y demolición logró financiarse gracias a Doble Impacto, una plataforma que opera como crowdfunding, pero que pronto podría convertirse en banco para impulsar proyectos con sentido que no encajan en la banca tradicional.

Convencer a otros de financiar proyectos sostenibles es la noble misión de Doble Impacto, la plataforma de inversiones que logró hacer match con Revaloriza, la empresa que instalará la primera planta en Chile que se dedicará a la valorización de residuos de la construcción y demolición (RCD), en la Región de Valparaíso. El proyecto -que lidera Karen Aguilera- pretende reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción y demolición procedentes de la Región de Valparaíso en un plazo de tres años, generando un beneficio económico, social y ambiental.

Revaloriza fue la respuesta de un grupo de empresas constructoras e inmobiliarias que, junto a un equipo multidisciplinario, optó por tomar la iniciativa respecto al manejo de residuos, promoviendo la economía circular en la Región de Valparaíso y la recuperación de pasivos ambientales.

Un terreno de más de 21 mil metros cuadrados, ubicado en el sector industrial de Viña del Mar, fue el elegido para edificar la planta. “Como empresa estudiamos las ciudades que más residuos generan dentro de la región y las que más pasivos ambientales generan son Viña y Concón. Los RCD quedan dispuestos en quebradas y son un peligro por las potenciales remociones en masa”, explica la ingeniera ambiental.

Actualmente, la Región de Valparaíso genera del orden de 896.000 toneladas anuales de estos residuos, lo que la convierte en la segunda región con mayor generación a nivel nacional y, por lo mismo, foco de interés de Revaloriza que quiso tomar un rol proactivo en la solución de ese problema. “Nuestra idea es vincular a todos los actores de la cadena: constructoras, transportistas, recicladores de base, comunidad y autoridades, incluso, a la academia para poder desarrollar nuevos productos e impulsar la innovación regional, buscando ser referentes a nivel nacional”, explica la gerente general de la empresa, Karen Aguilera.

El modelo Revaloriza

En Revaloriza enseñan y capacitan a las constructoras para que logren reducir en 30% el volumen de los desechos que generan, ayudándoles a segregar en origen y a distribuir a plantas de reciclaje. Además, esta pyme ha logrado recuperar antiguos pozos de extracción de áridos (desde 2018) con tierras de excavación que, usualmente, se iban a los fondos de las quebradas.

Con su modelo de negocio triple impacto, la empresa se apega a la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035, que lanzó Construye2025 en 2020 junto a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente y Corfo, y busca solucionar un problema transversal en la industria de la construcción que, además, espera contribuir a la disminución de incendios causados por la presencia de microbasurales clandestinos o mala disposición de residuos.

Algunos de los objetivos de Revaloriza son: fomentar la reutilización de residuos, disminuir el volumen de RCD en puntos de segregación; y, por supuesto, reducir el uso del transporte, el consumo en materias primas, los costos de limpieza y los riesgos laborales. Asimismo, a Karen Aguilera la motiva la disminución de la huella de carbono, lo que espera lograr disminuyendo el tránsito de camiones,  impulsando la valorización de residuos entendidos como recursos, y el uso de materias primas secundarias.

¿Por qué Doble Impacto creyó en Revaloriza? Porque, tal como explica, Gerardo Wijnant, subgerente de Impacto en Doble Impacto, la plataforma de inversiones apuesta por empresas y personas que buscan generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. “Buscamos proyectos con sentido y en el camino nos hemos ido encontrando con diversas iniciativas, de inclusión social, turismo sostenible, eficiencia energética, consumo y producción sostenible, una de ellas fue Revaloriza”, señala el ejecutivo.

Doble Impacto es sinónimo de banca ética, como se conoce a las instituciones financieras que apuestan por una economía centrada en las personas y el planeta. Estas organizaciones se diferencian de la banca tradicional porque invierten en proyectos de economía real y no en instrumentos especulativos, pero también porque sus criterios de inversión se ajustan a los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” definidos por la ONU en 2015.

Por otra parte, la entidad plantea que la mayoría de las las empresas tradicionales se consideran una posición exclusivamente maximizadora de beneficios y con una visión a corto plazo, sin embargo, cada vez más se valora a las que se enfocan en otros modelos de economías que consideren el valor compartido, replanteando el sentido que las empresas tienen en la sociedad y su impacto en el medio ambiente. 

Asimismo, la entidad para asegurar el control de los dineros que reciben, manejan una cuenta en un banco nacional, y no aceptan dinero en efectivo, sino solamente transferencias de cuentas nacionales, dado que la banca chilena está regulada.

Ley de Eficiencia Energética en Edificación 

Por Francisco López, subsecretario de Energía.

En Chile nos hemos puesto la meta de ser un país Carbono Neutral al 2050. Es por eso que estamos impulsando decididamente una serie de iniciativas. 

Entre ellas, están el plan de cierre de centrales a carbón, el fomento de las energías renovables, el desarrollo de una industria de hidrógeno verde, y la electromovilidad. 

Todos estos pilares estratégicos son necesarios y están siendo abordados de manera sistemática por el Ministerio de Energía. Pero sabemos que es la eficiencia energética la que más contribuye a esa meta: representa más de 35% de las reducciones de gases de efecto invernadero proyectadas al 2050. 

A mediados de enero, el presidente Sebastián Piñera promulgó la primera Ley de Eficiencia Energética (N°21.305), que promoverá el uso eficiente de la energía que hoy nos conecta, nos ilumina y nos abriga.

Con su puesta en ejecución, lograremos al 2030 una reducción de la intensidad energética del 10%, un ahorro acumulado de US$15.200 millones y una reducción de 28,6 millones Toneladas de CO2: lo anterior equivale a evitar el recorrido anual de 15,8 millones de vehículos livianos o a la absorción anual de 1,8 millones de hectáreas de bosque nativo. 

Esta ley exigirá a los grandes consumidores que implementen sistemas de gestión de la energía. Con ello, reducirán sus consumos de manera sistemática, bajando también sus costos económicos y aumentando la productividad. 

Se exigirá también nuevos estándares de eficiencia energética para el parque vehicular nuevo, promoviendo la electromovilidad. Esta ley, además, declara al hidrógeno, expresamente como combustible. 

Las edificaciones nuevas tendrán un etiquetado como el que hoy tienen los electrodomésticos o vehículos. ¿Por qué esto es importante? Porque las edificaciones consumen casi un cuarto de la energía total del país, y parte importante de ésta se destina a calefacción. 

De esta manera, la ley de Eficiencia Energética establece que edificaciones nuevas, como viviendas, edificios de uso público, edificios comerciales y edificios de oficinas, cuenten con una Calificación Energética para obtener la recepción final o definitiva.

Esta etiqueta deberá incluirse en toda publicidad de venta que realicen empresas. La norma es aplicable a empresas constructoras e inmobiliarias y a Servicios de Vivienda y Urbanismo. Además, la ley crea el registro de evaluadores, quienes realizarán las calificaciones energéticas de las edificaciones. 

Desde lo práctico, creemos que esta indicación de la ley será muy positiva para las personas, pues este etiquetado -por ejemplo- permitirá a las familias tomar una decisión informada a la hora de comprar una vivienda y así optar por la que represente un mayor confort térmico, que considere por ejemplo el uso de equipos eficientes, o energías renovables no convencionales; permitiendo así un mayor ahorro en calefacción, enfriamiento, iluminación y agua caliente sanitaria.

En concreto, la etiqueta de eficiencia energética mostrará cuál es el porcentaje de ahorro en la demanda de energía para lograr calefacción, enfriamiento e iluminación apropiados para la vivienda, y el nivel de eficiencia energética en función del porcentaje de disminución de la demanda de energía. Gracias a ello, las viviendas contarán con una etiqueta con colores, porcentajes y letras, que van desde la A+ a la G, siendo esta última la menos eficiente, mientras que la letra E representa el estándar actual de construcción.

La Ley de Eficiencia Energética es un gran paso, y nos abre grandes posibilidades de acción a todos para reducir nuestra huella de carbono, para ahorrar en costos económicos, para lograr nuestra meta de carbono neutralidad, y mejorar además de manera considerable nuestra calidad de vida.

Los aprendizajes, experiencias y oportunidades que trajo la pandemia 

La llegada del coronavirus nos dio lecciones a todos, pero también despertó nuestra resiliencia y capacidad de innovación. Mandatada por Construye2025, con apoyo del Instituto de la Construcción, la consultora In-Data dio con cinco soluciones clave para la reactivación y la productividad tras “tomarle el pulso” a la industria.

Cada industria ha experimentado los cambios de manera distinta y ha tenido que vivir sus propios aprendizajes. Con el fin de levantar información y entregar propuestas para el sector construcción, mandatada por Construye2025 y con apoyo del Instituto de la Construcción, la consultora In-Data ha estado trabajando en un completo reporte, que recoge soluciones de corto, mediano y largo plazo.

¿Cómo acercar la empresa al trabajador? ¿Cómo evitar la escasez y/o retraso en la entrega de insumos y productos? ¿Cómo bajar los impactos en los tiempos y productividad en obra? ¿Cómo se incorporan tecnologías e innovaciones en el rubro? Han sido algunas de las preguntas que Cristián Yañez, gerente general, y Eva Sánchez, investigadora de In-Data, buscaron responder mediante su investigación.

“Como conclusión, el escenario actual de pandemia dejó una serie de aprendizajes, con foco en ámbitos como recursos humanos y organización; necesidad de planificación y mantención de la cadena de abastecimiento en el rubro; acelerar la implementación de procesos de digitalización y automatización; acelerar soluciones industrializadas en la construcción; y re impulsar la construcción sustentable, tanto en el sector público como privado”, explican los especialistas.

De esta manera, mediante el trabajo participativo de una serie de talleres, In-Data logró priorizar cinco soluciones, que asoció a cinco fichas resumen, que detallan el alcance y/o objetivos específicos a los que responde cada propuesta, el periodo de implementación determinado, el desglose de las actividades específicas requeridas para dar cumplimiento los objetivos y los actores responsables de liderarlas y llevarlas a cabo. Éstas son las cinco propuestas macro:

  1. Registro de competencias y capacidades laborales: desarrollo a mediano y largo plazo (mayor impacto). Se trata de impulsar el rol de los empresarios, en la promoción de competencias laborales de los trabajadores, especialmente enfocando capacitación de mano de obra (o nuevos liderazgos en otras áreas).
  2. Promover una nueva cultura de abastecimiento: desarrollo a mediano y largo plazo (mayor dificultad). Esta solución apunta a crear una cultura “just in time”, que permita instalar un cambio profundo en toda la cadena de abastecimiento, complementada con incentivos y financiamiento. (promover venta de soluciones, no solo de productos)
  3. Desarrollar protocolo BIM: desarrollo a corto plazo (menor dificultad). Estipular la autoría y confidencialidad de la información, para que la maqueta digital pueda ser utilizada como un documento legal.
  4. Premiar y promover la industrialización: desarrollo a corto plazo (mayor impacto). Fomentar la incorporación desde etapas tempranas. Ampliando la perspectiva, esta puede definirse como la organización del proceso sustentado en la racionalización; mecanización o prefabricación; y automatización de métodos y tecnologías.
  5. Acercar sustentabilidad al usuario final: desarrollo a corto, mediano, y largo plazo (menor impacto). Incorporación de la construcción sustentable al proceso de planificación, diseño, construcción y operación de las edificaciones. Esto es, asignar un criterio de calidad en el desarrollo de las obras, optimizando aspectos económicos, ambientales y sociales.

Algunas recomendaciones de In-Data, en el ámbito de las competencias laborales fueron: elaborar una hoja de ruta de capacitación tecnológica, levantar diagnósticos periódicos del estado del capital humano, mirar la experiencia nacional y tomar el desafío de introducir metodologías de innovación a nivel organizacional.

En tanto, en abastecimiento, uno de los consejos clave es considerar el uso de software y aplicaciones móviles para el control de gestión e integración de información terreno. Por el lado del BIM, los consultores invitaron a revisar experiencias internacionales, como el caso del uso de escaneo 3D y modelos BIM, en New Jersey, para reemplazar totalmente el daño causado por un incendio en tiempo récord.

Respecto de la promoción de la industrialización, en In-Data, valoraron las iniciativas desarrolladas por el Consejo de Construcción Industrializada y Construye2025. Mientras que, en el último punto, los consultores apuntaron a la generación de incentivos para el desarrollo de una construcción sustentable.

Comité de Huella de Carbono: controlar y reducir las emisiones de CO2 en la construcción

Conformado en 2019 con el objetivo de definir metodologías para promover la gestión y disminución del CO2 en la industria, hoy ya cuenta con una hoja de ruta proyectada a tres años. ¿Lo más urgente? La implementación de una estrategia a largo plazo que permita combatir y tratar de forma eficiente este tipo de contaminación para lograr la neutralidad de carbono el año 2050.

El reto claramente no era menor: realizar un plan de trabajo a mediano plazo y formalizar una mesa técnica en el Instituto de la Construcción para definir una visión estratégica asociada al impacto de la huella de carbono al llevar a cabo una obra. De esta forma, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto de Cemento y Hormigón de Chile (ICH) conformaron hace tres años una mesa público privada con el propósito de definir procedimientos que apuntan hacia esta meta.

Mediante la convocatoria a diez actores claves (ministerios de Medio Ambiente, Obras Públicas y de Energía, Instituto Chileno del Acero (ICHA), Madera21 de Corma, Compañía Industrial El Volcán, Asociación Gremial Chilena del Vidrio, Aluminio y Pvc (Achival), la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentable (SECS) de la DITEC del Minvu y el mencionado ICH, se realizó una nivelación de conocimiento y alianzas por parte de todas las instituciones y se acordaron actividades, productos y técnicas de financiamiento.

El primer año fue dedicado principalmente a gestionar acuerdos y a la mencionada nivelación de información. Luego, se concertó formalizar una mesa técnica para definir una visión estratégica y un plan de trabajo a mediano plazo asociado a actividades, productos y estrategias de financiamiento.

De esta forma fue como en el Instituto de la Construcción, a mediados de 2019, se consolida el Comité de Huella de Carbono del Sector Construcción como una de las iniciativas del programa de trabajo derivado del convenio entre el mismo Instituto y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (en el cual también participó el jefe de Certificación de Edificio Sustentable (CES)). Paola Valencia, secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, es quien preside esta comisión, la cual invita a expertos que representan a instituciones del sector público y privado y que están interesados en la gestión responsable de las emisiones de CO2 en la construcción. La vicepresidencia del Comité la ocupa en la actualidad Chile Green Building Council.

Para ponerse en marcha, una de las prioridades era marcar directrices de trabajo. Al respecto, se definieron tres puntos clave: el levantamiento de base de datos de huella de carbono para el ciclo completo de la edificación, una metodología de monitoreo, reporte y verificación de la misma y un plan de cálculo para estimar impactos ambientales desde la etapa de diseño de la obra.

Mediante este procedimiento se cubren objetivos primordiales como, por ejemplo, tener una línea base de la realidad nacional para establecer distintos niveles de avance a través de datos validados que aseguren confianza, trazabilidad e interoperabilidad.

Estrategia nacional

Para poner en acción una ruta de trabajo, se requiere previamente de una estrategia que defina los pasos a seguir para ir logrando los macros y micro objetivos de cada ítem. En este lineamiento, se estableció un método a nivel nacional que apunta a la consecución de metas responsables e indicadoras de seguimiento para fomentar que el sector de la construcción gestione de forma sustentable sus recursos y gestione, a su vez, la huella de carbono a lo largo de todo el ciclo de vida (incluyendo tanto el carbono incorporado como el operacional).

Teniendo esto como base para lanzar directrices, se definió trabajar en tres niveles: sectorial, de edificación y de productos. En el primer punto se abarcan todos los antecedentes que sean de utilidad para actores como el gobierno y la academia, considerando los requerimientos de diferentes ministerios y la identificación de la calidad de información necesaria para satisfacerlos. Para comprender mejor, se puede ejemplificar concretamente mediante el Ministerio del Medio Ambiente, el cual necesita información sobre el consumo de energía en la construcción para la elaboración del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero.

El tópico orientado a la edificación, en tanto, comprende la información que sea de utilidad a los entes relacionados al acto mismo de planificar, diseñar, construir, operar y ocupar inmuebles. Éste posee requerimientos asociados al alcance de certificaciones y esquemas para demostrar la sustentabilidad de las obras.

En cuanto al apartado referido a los productos, la dirección va hacia el ecodiseño. Sobre todo teniendo en cuenta que la huella de carbono de los materiales, equipos y sistemas utilizados afecta directamente el carbono incorporado (suma del impacto de todas las emisiones de gases de efecto invernadero atribuidas a un material durante su ciclo de vida), por lo que resulta un desafío sumamente necesario.

Logros del Comité

Es cierto que es temprano como para poder visibilizar una permeabilidad de la industria a partir de las acciones que se han llevado a cabo (pues sólo se lleva un año y medio de funcionamiento). Sin embargo, los logros obtenidos a la fecha corresponden a etapas prematuras relevantes en el camino a poner en marcha una estrategia nacional. Como muestra, hasta el momento se han definido los lineamientos principales de una hoja de ruta y desarrollado un completo estudio de análisis del estado del arte en huella de carbono a nivel nacional e internacional para los tres niveles señalados anteriormente (titulado “Estado del arte nacional e internacional de alternativas metodológicas para levantamiento de datos, monitoreo, reporte, verificación y calculadoras de Huella de Carbono”).

Como segunda etapa de este mismo trabajo, se definió el objetivo general, los objetivos específicos, el alcance y el trazado de los próximos tres años para este Comité. Entre ellos, por supuesto, aparece como primera necesidad el desarrollo e implementación de un método a largo plazo para la gestión de la huella de carbono del sector.

Destaca, también, la puesta a disposición de documentos correspondientes al proyecto, como el “Manual para la Implementación de Declaraciones Ambientales de Productos de Construcción”, el “Resumen para Tomadores de Decisiones” y la “Hoja de Ruta Comité Huella de Carbono Sector Construcción”.

En base a estos productos, en la actualidad se desarrolla una consultoría para elaborar la primera versión de la estrategia, la cual esperan esté lista para finales de 2021. Ésta, incluso, será sometida a consulta para ajustar su contenido durante el segundo semestre del presente año. De hecho, las instituciones que participan (provenientes de los sectores público, privado y de la academia), han demostrado su preocupación y su real compromiso para lograr la neutralidad del carbono en 2050, disponiendo de profesionales expertos que asisten bimensualmente a sesiones de trabajo para definir ese camino.

Fuente: Madera21

Normativa de aislación térmica: gran aliada para mejorar la calidad de vida de las personas

En el área de la construcción están sucediendo notables avances en relación con la eficiencia energética, que de alcanzarse todos, mejorarán considerablemente en nuestro país la calidad de vida de las personas en sus viviendas, lugares de estudio y trabajo, aportando también ahorros.

Por: Paola Molina, directora y presidenta del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción (IC).

Con el sustento de destacadas competencias técnicas en algunas unidades del Estado y la academia, que aportan una visión de objetivos clara frente a los desafíos a mediano y largo plazo, y también con la creciente colaboración de la industria y distintas instituciones público-privadas que empiezan a avanzar y aportar en los desafíos que tenemos por delante; estamos frente a un escenario muy positivo que necesitamos consolidar frente a las actuales demandas sociales, económicas y ambientales.

Actualización de la Reglamentación Térmica (RT) 2021

A fines del año pasado, el Minvu hizo una consulta pública para actualizar la Reglamentación Térmica (RT) vigente desde el 2007, cuya base de actualización se sacó de un estudio desarrollado para el Minvu en el año 2013.

La RT del 2007 considera aislación en complejos de techumbre, muros, pisos ventilados y ventanas con estándares bastante básicos que han colaborado a la industria a introducir gradualmente parámetros de eficiencia energética en gran parte de la envolvente y en mitigar las patologías y la inconfortabilidad térmica. Pero la propuesta de actualización sube las exigencias, agrega componentes de puertas, sobrecimientos, superficies de ventana, orientación, infiltraciones, ventilación y condensación, lo que augura mejoras cuantificables en los resultados.

Hoy se espera su pronta aprobación después de 14 años, para poder garantizar, sobre todo en estos tiempos, condiciones positivas de habitabilidad para las viviendas nuevas de nuestro país, algo fundamental para subsanar a futuro la pobreza energética, lo que significa muchas horas al año sin un confort térmico, patologías en las murallas, enfermedades y altos costos en calefacción.

Pendiente queda para futuras etapas, abarcar las viviendas para paulatinamente ser actualizadas mejorando también sus estándares.

Es importante destacar que, en la actualización, además de viviendas, se incorpora edificios de salud y educación. Por su parte, los edificios de uso público gestionados por la Dirección de Arquitectura del MOP, ya cuentan con muy buenos estándares y resultados para la envolvente detallados en los TDR que exigen para sus licitaciones.

PPDA: Planes de Prevención y/o Descontaminación Ambiental

En el año 2015, el Ministerio del Medio Ambiente, ante la creciente problemática de la calidad del aire en muchas ciudades desde O´Higgins al sur y con colaboración del Minvu, ocupó el estudio elaborado en el Minvu el 2013, para aplicarlos como una medida efectiva para las ciudades con necesidad de descontaminación ambiental, creando los PPDA.

Los PPDA, al aplicar las exigencias de la propuesta de Actualización de la RT 2021, validan la capacidad de la industria y del mercado para asumir las nuevas exigencias a nivel de todo el país a través de la actualización de la RT. Además, año a año se incluyen más localidades, permitiendo avanzar hacia la descontaminación de cada lugar.

Ley de Eficiencia Energética

Por otra parte, en enero pasado salió la Ley de Eficiencia Energética la cual en aproximadamente 24 meses más, obligará a empresas constructoras e inmobiliarias y los servicios de Vivienda y Urbanismo, a través de sus artículos 3 y 4, a usar la Calificación Energética en todos los proyectos nuevos, inicialmente de viviendas (CEV) y en 48 meses se incorporarán los edificios de uso público, comerciales y de oficina a través de un sello que actualmente se encuentra en desarrollo, que será la Calificación Energética de Edificios de uso público (no residenciales).

La Calificación Energética es una etiqueta parecida a la de los electrodoméstico que muestra cómo se comporta la edificación energéticamente, destacándola con una letra y mostrando un porcentaje de ahorro frente a la misma vivienda, comparándola con las exigencias vigentes de la actual RT. Las letras van desde la A+ hasta la G; en la letra G se encuentran todas las viviendas construidas sin ninguna exigencia térmica, que son las construidas antes del año 2000, en la letra F están las que cumplen solamente con las exigencias de complejos de techumbre, y en la letra E las que cumplen con la actual Reglamentación Térmica. Las viviendas que cumplan con la futura actualización de la RT estarán cercanas a las letras C y D que ya garantizan un adecuado ahorro y calidad del ambiente interior, desde la letra B hacia arriba, se consideran viviendas con un alto propósito de eficiencia energética y con un poco de más de costos asociados para lograr dicho propósito.

Lo importante de esto es que en 24 meses más, gran parte de las personas que vayan a comprar una vivienda, podrán tener un sello objetivo a la vista, que les permita comparar y ver cuál de las opciones de compra es la más conveniente en relación a su eficiencia energética desde el diseño y de sus equipos de clima, destacando el ahorro energético que implica viviendas con una mejor letra y mejor porcentaje de ahorro, influyendo positivamente en la decisión de compra.

Es importante comentar que para que la actual Ley de Eficiencia Energética logré cumplir su propósito de impulsar adecuados estándares en todas las edificaciones a nivel nacional, es fundamental que se tramite pronto la Actualización de la Reglamentación Térmica 2021, sino el piso con la actual reglamentación será muy bajo para avanzar hacia mejores estándares de calidad de vida y ahorro de energía.

Fuente: Preservar

Contratos colaborativos, verdades y dificultades

Por Ricardo Nicolau del Roure, presidente del Instituto de Ingenieros y miembro del Consejo Directivo de Construye2025.

En la actualidad, en la mayoría de los proyectos de inversión cuando éstos llegan a su fase de materialización, la alternativa contractual más utilizada para la construcción es del tipo confrontacional, situación donde mandantes y contratistas resguardan celosamente sus intereses comerciales y donde, además, procuran protegerse   de los riesgos que, en general, no son correctamente asignados a las partes que intervienen en el contrato. Esta evidente falta de alineamiento entre los intereses de las partes y los objetivos del proyecto traen como resultado incrementos en los costos, alargamiento de los plazos e impactos en la calidad y la seguridad de las obras.

Como consecuencia de este repetido escenario, se ha vuelto evidente que los dueños o mandantes de proyectos debiesen considerar formas alternativas de relacionamiento con sus contratistas, abandonando las prácticas contractuales confrontacionales.  Como una salida a estos escenarios que, por lo general, desembocan en situaciones en que “todos pierden”, se han desarrollado, principalmente en el mundo anglosajón, sistemas contractuales denominados genéricamente “contratos colaborativos”, que involucran conceptos, tales como alianzas o “partnering”, y también, la integración temprana, total o parcial, de los participantes en un proyecto (léase: dueños, proyectistas, contratistas y proveedores principales). 

Dentro de estos marcos contractuales colaborativos, existe una variada gama o niveles de colaboración, desde tibios acercamientos tempranos con proveedores y contratistas con el dueño y su equipo de diseño, hasta los denominados Contratos IPD (Integrated Project Delivery), en los cuales los participantes trabajan, desde muy temprano, integrados en un solo contrato. Estos esquemas han probado ser exitosos en los últimos años, en proyectos complejos en países como Australia y USA,  donde las estadísticas muestran mejoras en costos y plazos del orden del 15 al 20%, respecto de esquemas tradicionales.

Sin embargo, a pesar de los éxitos obtenidos a la fecha, la adopción de estos marcos contractuales ha sido lenta, debido a factores tales como: falta de conocimiento y experiencia de los dueños en cómo llevar adelante esquemas de estas características; falta de “socios” dispuestos a aventurarse y sortear los riesgos de algo desconocido. Por otro lado, las instituciones financieras que normalmente concurren a financiar los proyectos, tampoco se sienten cómodas en un ambiente relativamente incierto donde deberán asumir ciertos riesgos, distintos a los que asumen en contratos a suma alzada. Y cuando se trata de mandantes públicos, la dificultad es prácticamente insalvable, pues están obligados a licitar todas las etapas de un proyecto y adjudicarlas al postor con el menor valor, que cumpla técnicamente. Con esto, cualquier tipo de colaboración queda fuera del depurado.

Afortunadamente, tal como lo señalamos, existen muchos matices y niveles de colaboración posibles, por lo que no estamos frente a una situación de “todo o nada”, y hay numerosas buenas prácticas de colaboración que es posible adaptar de los contratos IPD u otros similares, que han sido utilizadas para conseguir alinear los intereses y objetivos de los participantes en un proyecto.

Ahora bien, para ser disruptivos en estas materias y adoptar contratos más colaborativos, es necesario que los dueños o mandantes comiencen por entender cabalmente los elementos que hacen “colaborativo” a un contrato y el amplio rango que esa colaboración puede abarcar. Enseguida, deben evaluar sus propias capacidades y la preparación de su personal y cuadros técnicos para enfrentar el desafío. El paso siguiente, es la cuidadosa y trascendental elección de los “socios” que le acompañaran. Finalmente, una tarea esencial a cumplir muy temprano, es desarrollar una descripción completa y detallada del proyecto, sus objetivos y sus restricciones.

Reflexiones finales:

+ Los contratos colaborativos o del tipo IPD no son aptos para todos los mandantes. No obstante, la adopción de prácticas colaborativas mejorarán los resultados.

+ Transitar desde marcos contractuales confrontacionales a modelos colaborativos no es tarea sencilla y requiere, necesariamente, construir y mantener relaciones de confianza y colaboración para superar las dificultades.

+La llave para abrir la puerta a “Contratos Colaborativos” la tienen los dueños de los proyectos, y será su decisión si estas modernas prácticas contractuales tienen un futuro en el país. 

Hacia una ingeniería estructural sustentable

Por Ian Watt, presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).

El llamado a un mundo sustentable es cada vez más fuerte en todos los ámbitos y el rubro de la construcción no es una excepción. Como una de las industrias motoras de la economía nacional, es de vital importancia que reduzcamos lo más posible el impacto de nuestra actividad sobre el medio ambiente.

Hasta ahora, nuestro rol principal como ingenieros ha sido buscar estructuras seguras, resistentes y funcionales, haciendo un uso eficiente de los recursos. Y nuestra misión no ha variado con el tiempo, sino que ahora tenemos que agregarle  el reto de incorporar nuevos materiales, procesos y tecnologías para enfrentar este singular desafío. En un mundo con recursos naturales finitos, debemos considerar la sustentabilidad económica, social y ambiental de nuestros proyectos dentro de las variables de diseño.

Es tiempo de analizar cómo podemos impactar en cada una de las etapas del ciclo de vida de un proyecto, impulsando una transformación conceptual de cómo enfrentamos estos desafíos. Ya no podemos concentrarnos solo en el costo inicial, sino que debemos incorporar todos los otros costos asociados. Por ejemplo, en el caso de puentes, los presupuestos de mantención y demolición pueden exceder muchas veces el costo de construcción inicial, pero esto muy pocas veces se toma en consideración. Asimismo, es importante que aumentemos el uso de sistemas de protección sísmica como la aislación basal y la disipación de energía, de manera de reducir el potencial de daños frente a una de las fuentes principales de amenaza a nuestras  estructuras, como son los terremotos.

Es un desafío también que como especialistas nos abramos a nuevas tecnologías de materiales. Chile cuenta con el potencial de ser un experto en el diseño y construcción en madera, un material sustentable por esencia. El hormigón del futuro será desarrollado principalmente con materiales reciclados, pilar básico de una economía circular, y nuestro país ya cuenta con varias iniciativas explorando estas soluciones. Y con constantes avances en investigación de materiales, no sabemos qué nuevas maravillas tecnológicas estarán a nuestra disposición en las próximas décadas.

Pero la ingeniería sustentable no solo involucra nuevas estructuras, sino que también debemos trabajar en cuidar las construcciones existentes. Y para ello es necesario estudiar  cómo mantenemos y reforzamos lo previamente construido, protegiendo nuestro patrimonio. Podemos aportar a la sustentabilidad directamente al aumentar la vida útil de las estructuras existentes, ayudando a darles nuevos usos, aprovechando de repararlas y reforzarlas. Nuestros edificios e industrias, en muchos casos, no requieren ser demolidos, ya que contamos con las herramientas, tecnologías y conocimientos necesarios para que perduren en el tiempo.

Y aún tenemos otros desafíos. Si queremos ser activos partícipes de esta revolución ambiental, es necesario que eduquemos al país sobre la realidad de nuestra práctica. Hasta la fecha, nuestros proyectos están basados en diseños prescriptivos, que no pueden garantizar el desempeño de nuestras construcciones. Actualmente, nuestra filosofía de diseño busca que estas tengan daños limitados para sismos moderados, y que no colapsen en eventos severos. Pero no hemos transmitido esta realidad a los usuarios finales y las nuevas demandas de la sociedad están enfocadas en que tengamos desempeños aún superiores a los que históricamente hemos alcanzado. Es por eso que es esencial impulsar el diseño por desempeño y educar a la ciudadanía sobre el resultado real que pueden esperar. Debe quedar claro para nuestros mandantes el nivel de riesgo al que quieren optar. Existen ya los conocimientos para que estas técnicas se apliquen en el día a día.

No podemos desconocer que el trabajo realizado en el pasado y presente nos ha permitido ser líderes en el diseño sismorresistente, pero debemos seguir avanzando hacia un mejor futuro, está en nuestras manos como ingenieros estructurales tomar el desafío de ser líderes en el diseño sustentable.

El futuro de la construcción

Por Sergio Contreras A., representante del Colegio de Ingenieros de Chile en el Consejo Directivo de Construye2025.

Sólo cuando construimos el futuro tenemos derecho a juzgar el pasado

Nietzsche

Esta es una certeza del mundo que hoy vivimos. Estamos destinados a enfrentar un escenario complejo y esencialmente distinto. El mundo y nosotros sus habitantes, nos enfrentamos a una condición distinta a lo conocido en todos los últimos tiempos. Un virus mortal ha modificado la condición más íntima del ser humano y de su entorno, y este entorno incluye todas las actividades que puede abarcar, sociales, familiares y económicas.

La construcción, ligada íntimamente a los seres humanos y a su vida, se inserta también en el quehacer del homo faber y, por lo tanto, en el mundo global, es en este sentido en el cual debe avanzar con paso tranquilo, pero seguro, en los desafíos que plantea el mundo actual.

Estos desafíos incorporan nuevas técnicas, no solamente para mejorar la construcción de de las obras, sino también para incorporar al ser humano como entidad fundamental en ellas. Sin embargo en este último tiempo una variable nueva y altamente disruptiva ha aparecido en la faz de la tierra, una pandemia que ha cambiado la interacción entre los seres humanos y, por lo tanto, su manera de actuar y la manera de ejecutar las obras. La interacción entre los seres humanos se ha centrado de manera generalizada en los computadores con softwares dedicados: pero la construcción es esencialmente material, por lo tanto, una parte importante de ella necesariamente ha de llevarse a cabo in situ, sin mediar tecnologías intangibles. Es en este ámbito entonces, donde debemos encontrar un punto de equilibrio adecuado a la necesidad planteada. Las obras de construcción son variadas; podemos tener edificios, obras industriales, obras viales y todas ellas presentan desafíos y características distintas, por lo tanto su futuro debe considerar, como una cuestión fundamental, su planificación, con conceptos y herramientas que salven de manera definitiva las brechas que se presentan.

La actual pandemia nos ha mostrado, de manera abrupta, un escenario nuevo y distinto donde la construcción ha de llevar a cabo su cometido. Es aquí donde esa planificación finamente elaborada debe cumplir un papel fundamental en el desarrollo de las obras, no podemos dejar al azar la realización de las tareas normales en una faena, por nimias que ellas parezcan. Aquí las técnicas y herramientas actuales tienen un papel preponderante, como los entornos BIM que pueden predecir con claridad y certeza la representación virtual de los elementos físicos, incluso con su desarrollo en el tiempo.

Todas las nuevas tecnologías deben estar debidamente incorporadas en la ejecución de los nuevos proyectos para avanzar con paso definido en la inserción en una nueva realidad hacia la cual avanzamos con una velocidad mayor a la esperada, impulsada por la realidad despiadada que hoy invade nuestro entorno universal. En ella es también evidente que la estandarización y la construcción industrializada juegan un papel primordial en el desarrollo.

En este entorno, la participación público privada en todos los ámbitos de la construcción es de gran importancia, de esta manera el aporte del Colegio de Ingenieros y Construye2025  a los procesos actuales, tiene una validez y un valor que no es sustituible.

Minvu da inicio al Diálogo Nacional por la Vivienda y la Ciudad

En una iniciativa que resultará fundamental para la generación de una nueva política urbano-habitacional para el país, esta mañana el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward, junto al subsecretario de la cartera, Guillermo Rolando, dieron inicio al “Diálogo Nacional por la Vivienda y la Ciudad”, instancia de trabajo que reúne a cerca de 30 representantes de universidades y centros de estudios, Congreso, asociaciones gremiales, Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, municipios, sociedad civil y fundaciones, dirigentes y consultores, con el fin de abordar en los próximos 60 días medidas concretas para enfrentar las urgencias en materia habitacional y urbana.

En efecto, esta mesa de trabajo estableció tres objetivos principales: Generar un Diálogo Nacional por Vivienda y la Ciudad; Aplicar medidas concretas a corto plazo para favorecer el acceso a la vivienda y resolver el hacinamiento y los campamentos; y, Establecer una agenda de largo plazo para asegurar continuidad y sostenibilidad en el desarrollo de la vivienda y de la ciudad.

Sobre esto, el Ministro Felipe Ward destacó que “creo que en momentos como los que vive nuestro país es más importante que nunca sentarse a conversar. Lo que queremos hacer es convocar a un diálogo por la vivienda y la ciudad que, obviamente tiene diferentes propósitos, objetivos de corto plazo de forma de entregar un producto que pueda ser abordado por el Minvu, por las diferentes organizaciones que hoy día nos acompañan para poder colaborar a solucionar lo que hoy día existe como problemática en materia urbano-habitacional. Vamos a tener una conversación abierta”.

La autoridad ministerial añadió que “agradezco de corazón la confianza de quienes nos acompañan. Yo sé que se han impulsado iniciativas parecidas en el pasado y obviamente que, tomando esos insumos, tomando las buenas experiencias, replicando los buenos ejemplos y evitando lo que no ha resultado también, esperamos concluir esta primera etapa en estos 60 días para seguir conversando más ampliamente respecto a política pública”.

Por parte del mundo académico, el arquitecto Pablo Allard destacó que “vamos a construir puentes de confianza entre el sector privado, el sector público, y las comunidades para que efectivamente los acuerdos que se tomen en esta mesa se implementen y podamos cumplir ese sueño de ser el primer país en el sur global en garantizar el acceso universal a la vivienda en esta década”.

Por su parte, Iván Poduje señaló que “el desafío de la Integración que plantea el ministro tiene que tener una respuesta muy concreta y es que las personas se puedan quedar en sus territorios y creo que el rol que han hecho las dirigentas para visibilizar esto y para trabajar en los comités, es fundamental”.

A sus palabras se sumó Alejandro Aravena, de Elemental, quien indicó que “este es un grupo de gente muy diversa, que piensa distinto y viene de distintos lugares, y tenemos que asegurarnos que, a pesar de esa diversidad, todos aquellos que no estuvieron representados, ver la manera en que puedan estar presentes en las discusiones que tengamos”.

El sector privado estuvo presente a través de la Cámara Chilena de la Construcción, cuyo presidente, Antonio Errázuriz, afirmó que “estamos aquí para ser partícipes de este gran proyecto que apunta a mejorar la calidad de vida de los chilenos. Como CChC tenemos la misión de ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes viven en nuestro país”.

En representación de la sociedad civil participó la Fundación Techo. Para su director ejecutivo, Sebastián Bowen, “este es, por sobre todo, un mandato que hoy surge de la ciudadanía, es un mandato que surge de 600.000 familias, como han dicho el Ministro y el Subsecretario, que hoy están viviendo sin acceso a una vivienda digna, justa, adecuada”. A sus palabras se sumó la dirigenta social Karla Urzúa, quien señaló que “son súper valientes, porque lo que están planteando hoy día hacer es tremendamente difícil” e hizo un llamado: “hagámoslo, pero hagámoslo juntos, construyamos Chile juntos de nuevo”.

Por último, el Congreso también es parte de esta mesa y fue el senador David Sandoval quien afirmó que “para el Senado es, sin duda, un motivo de especial satisfacción de que el llamado transversal que se hizo el miércoles recién pasado, hoy abramos espacio para iniciar este diálogo y ojalá un compromiso para que el sueño de la casa propia sea un sueño realizable en calidad y forma en el menor tiempo posible”.

Por su parte, el presidente del directorio de la Asociación Chilena de Municipalidades, Mario Olavarría, indicó que “los gobiernos locales somos los que tenemos que implementar las políticas públicas en materia de vivienda y es por eso que felicito al Ministro y al Ministerio por esta iniciativa para poder, de alguna vez, poner en la discusión temas tan importantes y tan acuciantes para todos los chilenos que es el tema de la vivienda”.

Serán 60 días de trabajo para generar las propuestas, donde se realizarán ocho sesiones -una semanal- con todos los integrantes. Los principales ejes que abordarán serán Acceso a la Vivienda, Integración Social y Urbana, Equidad Territorial, Sustentabilidad y Planificación Urbana.

Los integrantes de la mesa de trabajo son:

Karla Urzúa (dirigentes sociales Antupirén), Ruth Collao (dirigentes sociales campamentos de Atacama), Érika González (dirigentes sociales Glosa 12), Sergio Baeriswyl (CNDU), Alejandro Aravena (Elemental), Juan Pablo Urrutia (FAU), Beatriz Maturana (FAU), Slaven Razmilic (Escuela de Gobierno e IEUT PUC), Luis Eduardo Bresciani (Arquitectura PUC), Pablo Allard (Arquitectura UDD), Francisco Vergara (CPE UDLA), David Sandoval (presidente de la comisión de Vivienda del Senado), Carlos Montes (Vivienda del Senado), Fidel Espinoza (presidente de la comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados), Antonio Errázuriz (CChC), Mauricio Varela (Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios), Jadille Baza (Colegio de Arquitectos), Mónica Álvarez de Oro (Asociación de Oficinas de Arquitectos), Yuri Rodríguez (Asociación de Directores de Obra), Pilar Jiménez (CNDU), Mario Olavarría (AMUCh), Fernando Paredes (AChM), Cristián Balmaceda (AMUR), Sebastián Bowen (Techo), Loreto Wahr (Techo), Pilar Goycoolea (Urbanismo Social), Pablo Ivelic (Construye2025), Iván Poduje (Atisba).

Carrera de Ingeniería en Construcción UVM lanza proyecto con financiamiento Corfo enfocado a las MiPES

Con el propósito de reimpulsar a las Micro y Pequeñas Empresas (MiPES), la Universidad Viña del Mar (UVM) hizo el lanzamiento oficial del programa “Transformando Construyo”, financiamiento proveniente de Corfo a través de la línea “Viraliza” y que cuenta con el apoyo de la Cámara Chilena de la Construcción, la Corporación de Desarrollo Tecnológico y el programa Construye 2025 de la misma entidad estatal.

Dicho proyecto que seleccionó a 100 emprendedores y empresas de la construcción a nivel nacional, con el objetivo de brindarles herramientas de aceleración en emprendimiento, innovación y digitalización.

Al respecto el director (s) de Corfo, Héctor Leiva, en la ceremonia de lanzamiento expuso que “estamos en una alianza público-privada y la academia, siendo esto una situación virtuosa porque vemos a la empresa por un lado, al Estado y sus entes públicos y la academia con su conocimiento buscando soluciones a los problemas que puedan aquejar a una determinada industria”.

Por su parte el rector de la UVM, Carlos Isaac, indicó que “hemos caminado poco a poco hacia fortalecer nuestra capacidad para vincularnos con nuestro entorno relevante, para generar conocimiento e innovación, y para apoyar la generación de emprendimiento desde la formación de profesionales hasta la vinculación con el territorio, entregando herramientas e instrumentos a emprendedores y emprendedoras de la Región de Valparaíso”, sostuvo.

 

Fuente: EMOL

Nuevos presidente y vicepresidenta comparten su visión del Consejo de Construcción Industrializada

Con Sebastián Fourcade a la cabeza y Tatiana Martínez como vicepresidenta, el CCI continuará impulsando el trabajo colaborativo para acortar las brechas en capital humano, tecnología y normativa, que ayudarán a las soluciones constructivas.

Apasionado por la construcción industrializada, Sebastián Fourcade, asumió feliz la presidencia del directorio del CCI, para hacer frente múltiples desafíos de corto y largo plazo. “Creo que la primera tarea era difundir correctamente lo que significa construcción industrializada. Esto educa y, además, siembra curiosidad por la innovación. Luego, habrá que preocuparse de asesorar y apoyar a todos aquellos que quieran sumarse. Pero, es importante que estos intentos no sean opacados por los fracasos (que siempre hay)”, dijo.

Y es que el proceso de industrialización no es binario, sino de una mejora constante, según el nuevo presidente del CCI. Además, Fourcade considera necesario crear las bases en el mercado, es decir, eliminar barreras preestablecidas para este tipo de construcciones, crear alianzas con instituciones educacionales, que ayuden a formar/capacitar, entre otras. Por último, aspira a generar las herramientas y/o índices que permitan validar cada mejora en el proceso de industrialización, lo cual facilita la claridad y alcance de los objetivos. 

En este sentido, en 2021 los comités continuarán trabajando en varios proyectos para resolver desafíos diversos. Asimismo, el CCI seguirá convocando socios motivados que se sientan desafiados a pensar “fuera de la caja” , tal como plantea el nuevo titular del Consejo.

Por su parte, Tatiana Martínez, recién electa vicepresidenta del CCI, aspira a fomentar la confianza para trabajar de forma colaborativa en equipos multidisciplinarios, con el fin de evolucionar en el ámbito constructivo. “Es indispensable pensar como equipo, para que todos quieran navegar por la zona de aprendizaje en nuevas metodologías de trabajo, gestión de proyectos, implementación de tecnología y que estén preparados para aprender sobre industrialización y desaprender algunas cosas”, dice.

A romper paradigmas

Según la vicepresidenta del CCI, la construcción industrializada en Chile tiene un gran potencial de crecimiento. No obstante, éste dependerá, principalmente, de quienes toman decisiones al interior de las empresas que construyen cualquier tipo de edificación o instituciones que licitan proyectos de infraestructura pública, vivienda u obras civiles; ya que para hacer que las cosas pasen, los líderes tienen la responsabilidad de romper viejos paradigmas, acortar las brechas, levantar restricciones y estar abiertos al cambio, visualizando siempre que el objetivo común es el desarrollo sostenible de las ciudades, para el bienestar de las personas que las habitan. “Creo que el CCI tiene mucho donde aportar”, comentó.

  En este contexto, Tatiana Martínez destacó el liderazgo, profesionalismo y la calidad humana de la presidenta saliente del CCI, Francisca Cruz, quien logró posicionar al Consejo en eventos nacionales e internacionales. “Sin duda, su forma de transmitir desde la experiencia en el desarrollo de proyectos, la importancia que tuvo la industrialización en el logro de mejores resultados en productividad; ayudó a evidenciar la necesidad de impulsar la implementación y medición de indicadores en obra que permitan visualizar las ventajas de realizar importantes cambios en la forma tradicional de construir. Participar en el directorio liderado por Francisca fue una experiencia muy enriquecedora en estos años y estamos muy agradecidos por la dedicación y el empuje que le dio al consejo en diversos ámbitos”, afirmó.

Para este año junto a los socios del CCI, la nueva vicepresidenta espera continuar trabajando en los grupos de técnicos y comités, donde la activa participación ha permitido avanzar en el posicionamiento de la industrialización en el sector construcción. “En muy poco tiempo ya pondremos a disposición los trabajos y la documentación que permitirá acortar las brechas que existen en normativa, desarrollo del capital humano, implementación de metodologías y también se podrá contar con indicadores de medición de soluciones constructivas industrializadas”, aseguró.

De esta manera, 2021 será un año para convocar a más profesionales de la construcción a participar de encuentros técnicos, seminarios y otras actividades que para interactuar, levantar inquietudes y analizar proyectos destacados por las soluciones utilizadas, mediante casos que sirvan de referencia en nuevos proyectos o inversiones futuras. “Es importante destacar el crecimiento que ha tenido el CCI en este último año, ya que se han asociado diversos profesionales y empresas de distintas regiones del país, que tanto individual como colectivamente son un gran aporte y ponen de manifiesto la necesidad de trabajar de forma colaborativa para co-construir un ecosistema que permita el desarrollo de la construcción industrializada en Chile”, concluyó Tatiana Martínez.

Medallas AOA 2021 fueron entregadas a profesionales destacados de la arquitectura nacional

Raimundo Lira, Cristián Izquierdo, la Dirección de Arquitectura de la Municipalidad de Santiago, José Rozas y el grupo Elemental fueron distinguidos con las Medallas AOA 2021, un reconocimiento bianual que destaca a profesionales, oficinas y entidades públicas o privadas que han sido relevantes para el desarrollo de la arquitectura nacional.

La ceremonia de entrega de los reconocimientos se realizó en el marco de la Asamblea Anual de la Asociación de Oficinas de Arquitectos, donde se proclamó a los nuevos directores e instancia en la cual la presidenta, Mónica Álvarez de Oro, realizó una cuenta de su primer año de mandato.

Medalla AOA al Arquitecto Joven Destacado: Cristián Izquierdo

Arquitecto titulado con Distinción Máxima en la Universidad Católica de Chile, recibiendo también el Premio Excelencia Académica y la distinción al Mejor Proyecto de Título de su promoción el año 2009. Máster en Diseño Arquitectónico Avanzado en la Universidad de Columbia, recibiendo el Honor Award for Excellence in Design y Lucille Smyser Lowenfish Memorial Prize el año 2014.

En 2010 obtuvo el primer lugar en el concurso para la Casa del Peregrino del Templo Votivo de Maipú. Desde ese año trabaja de manera independiente en proyectos de distintos tamaños y programas, públicos y privados. En 2012 se integró como tercer socio de Izquierdo Lehmann Arquitectos.

Destaca además el desarrollo de su carrera en el diseño y el uso de la madera, que comenzó como una búsqueda más bien estética y a la cual se fueron sumando otros motivos que lo fueron convenciendo aún más: la huella de carbono, la importancia de colaborar en el tema energético, la construcción seca, entre otros.

Sus proyectos han sido publicados y expuestos en Chile y el extranjero, entre ellos en el MoMA de Nueva York (Young Architect Program, 2015) y en la Exposición “Extra-Ordinary” del CFA de Nueva York (2016).

En 2015, su proyecto Casa en Futrono fue destacado en la XIX Bienal de Arquitectura de Chile.

En 2017, la Casa en Morrillos fue finalista del Architectural Review House Awards y galardonada como House of the Year por la revista Hise. Es profesor de teoría y proyectos en la Universidad Católica de Chile.

Agradeciendo la distinción, Izquierdo agregó que “es un honor y una responsabilidad ser distinguido por los colegas, lo asumo con alegría y con ganas de hacerme cargo de este desafío”. El arquitecto además tuvo palabras de gratitud para sus socios: “A quienes conozco desde que nací, por hacerme un espacio en su oficina y darme todas las oportunidades e incentivos para crecer como arquitecto, conversar con ellos o incluso disentir si fuera necesario. Su generosidad para mí no ha conocido límites”. Asimismo, dedicó un reconocimiento a sus colaboradores y a todos los miembros de la oficina, agregando que “lo mejor está por venir”.

Medalla AOA al Aporte Institucional a la Arquitectura: Dirección de Arquitectura de la Municipalidad de Santiago

Representada por su director, Miguel Saavedra, es una repartición pública que durante su larga vida ha sido dirigida con gran estabilidad por pocos Directores de Obras que han entregado un gran prestigio a la Institución.

Miguel Saavedra Arquitecto de la Universidad Católica de Chile y ha sido director de Obras por largos años en la Municipalidad de Santiago, imprimiéndole un sello de rigor y espíritu de servicio.

Su impronta se basa en su formación universitaria y en sus múltiples viajes de formación a Europa, y concretamente a Francia, en donde ha podido conocer la realidad de siglos en el manejo de las ciudades y las normas regulatorias. En París se ha relacionado con sus autoridades destacando sus contactos con Anne Hidalgo, hoy alcaldesa de la ciudad luz.

Todo este conocimiento y experiencia es lo que ha caracterizado su labor y su bajo perfil en la Municipalidad de Santiago a cargo de la Dirección de Obras que hoy destaca como un ejemplo de manejo profesional y abnegado trabajo en un servicio público, conformando un gran equipo junto a sus colaboradores.

“Con mucha satisfacción quiero agradecer, a nombre de todos mis colaboradores que por más de treinta años hemos trabajado en pro de una mejor ciudad, de un respeto y de una integración entre la arquitectura tradicional y las nuevas expresiones del arte”, señaló Miguel Saavedra al recibir el galardón, relevando la importancia de un premio para una labor, en general, poco reconocida.

Medalla AOA a la Trayectoria Académica: José Rosas

Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile, cuenta con una maestría en Planificación Urbano Regional del Instituto de Estudios Urbanos en la misma casa de estudios y es doctor de la Escuela Técnica Superior de Barcelona en Universidad Politécnica de Cataluña.

Como arquitecto de libre ejercicio profesional, dirige diversos proyectos entre los que destacan Plan Regulador de Las Condes, Planes Reguladores del Alto Aconcagua, Plan Maestro del Zanjón de la Aguada, Plan Regulador Intercomunal de Copiapó.

Es profesor titular de la Escuela de Arquitectura y del Instituto de Estudios Urbanos y se ha desempeñado como director de la Escuela de Arquitectura de la PUC (1997 y 2000), director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela (2000 y 2002), director de Extensión y Servicios Externos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la PUC (2004 y 2005) y decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la PUC (2005-2012). Es director del programa de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos UC, desde el 2016 a la fecha.

Como investigador se ha estado centrado en problemas relacionados a la teoría y forma urbana y orientados al tema del proyecto. Entre ellas destacan las vinculadas al Centro de Santiago de Chile y su transformación durante el Siglo XX, y de diversos proyectos Fondecyt y Conicyt.

Recalcando lo emocionante para él que es este reconocimiento, Rosas comenzó agradeciendo a la presidenta de AOA y a todo el directorio y miembros de la asociación, agregando: “En particular siento una especial gratitud hacia mi alma mater, la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde por más de cuarenta años he tenido el privilegio de enseñar a investigar, además de colaborar en la gestión académica. Gracias a todos los profesores, a los administrativos y muy especialmente a los estudiantes. Por supuesto también a mi familia, que siempre me ha regalado el tiempo para dedicarme a la universidad, que ha sido mi modo de vida”.

Medalla AOA a la Trayectoria Arquitectónica: Grupo Elemental

Elemental es un Do Tank creado en 2001, dirigido por el ganador del premio Pritzker Alejandro Aravena y sus socios, Gonzalo Arteaga, Juan Cerda, Victor Oddó y Diego Torres.

Su trabajo aborda proyectos que van desde las viviendas sociales al espacio público, desde objetos a edificios, cubriendo un amplio rango de intereses.

El trabajo de Elemental se ha exhibido en diferentes lugares del MoMA en 2010 (Small Scale, Big Change) a la Venice Architecture Biennale (2008, 2012, 2018) entre otros. Además, de ser Director de la 15° Exhibición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia (2016). En octubre de 2018 se inauguró una retrospectiva de Elemental en el Museo de Arte de Louisiana en Dinamarca. Su trabajo también forma parte de la colección permanente del Centro Pompidou.

La oficina ha recibido el León de Plata por los proyectos de vivienda social en la Bienal de Arquitectura de Venecia (2008), el Premio de la Corporación Marcus por trayectoria (2009), el Brit Insurance Design Awards en la categoría arquitectura (2010), Medalla de Plata por el PRES de Constitución en los Holcim Awards for Sustainable Construction (2011), el Primer Premio en los Zumtobel Group Award en la categoría Diseño Urbano (2014), el Diseño del Año por el London’s Design Museum (2015), y el Premio Gotemburgo por Desarrollo Sustentable (2017). En el año 2016, Elemental participó activamente en la curaduría de la XV Bienal de Arquitectura de Venecia.

Recibió el precio Alejandro Aravena, arquitecto de la PUC, quien en 2016 fue nombrado curador de la XV Bienal de Arquitectura de Venecia y recibió el Premio Pritzker de Arquitectura, en tanto que a partir de 2020 fue nombrado presidente del Jurado del Premio Pritzker.

Además de agradecer a nombre de todo el equipo por el reconocimiento, Alejandro Aravena relevó el particular momento que vive Chile, donde se están reescribiendo las reglas del juego que rigen la convivencia y es momento de repensar las ciudades y las viviendas no solo abordando la emergencia de los campamentos y allegados, sino también de aquella urbe que quedó obsoleta y que hoy es escenario de conflicto y fricción.

“La emergencia es la oportunidad para cambiar cosas que en circunstancias normales nunca se hubieran podido modificar, de dar golpes de innovación porque tenemos preguntas distintas y nuevas”, sostuvo, añadiendo que la urgencia entrega la ocasión de dar el ejemplo y lograr que personas de distintas procedencias antepongan el bien común al interés particular: “La ciudad, la vivienda, el territorio y la arquitectura son de los pocos ámbitos donde podríamos encontrar soluciones transversales para resolver conflictos mucho más profundos de la sociedad”.

Gran Medalla AOA: Raimundo Lira

Estudió arquitectura en la Universidad Católica de Valparaíso, diseño y luego arquitectura en la PUC. También tiene formación en la Escuela Moderna de Música.

Ha sido profesor en las Universidades Andrés Bello y Universidad Católica de Santiago en las carreras de Arquitectura y Diseño. Actualmente es socio director de Lira Arquitectos Asociados.

Ha trabajado asociado con diversos arquitectos como José Domingo Peñafiel, Antonia Lehmann, Luis Izquierdo y Tomás Fontecilla, en tanto se ha reunido en proyectos de Diseño con el Diseñador Alberto Dittborn.

Fue cofundador en 1998 de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de la que ha sido director, vicepresidente y presidente, en tanto participó de la Revista AOA como director y miembro del comité editorial. Además, fue presidente de la Corporación para la protección del medio ambiente del Archipiélago de las Guaitecas o Isla Kent.

En el Colegio de Arquitectos, fue miembro del Tribunal de Apelaciones y del Tribunal de Ética y es asesor del Monasterio Benedictino Santísima Trinidad de Las Condes en Plan General de Área Verde, desde Abril de 2008 hasta la fecha.

Haciendo un repaso de su trayectoria en AOA, Lira resaltó el compromiso de los directorios y participantes de la asociación, junto con reconocer a la revista AOA como una carta de presentación a lo largo de su historia. Además, destacó: “Uno de los principales logros de la asociación, fue el de haber podido conocernos entre los arquitectos, apoyarnos y confiar entre nosotros, compartir experiencias, darnos soporte gremialmente y consolidar relaciones intergeneracionales”. Asimismo, dedicó un especial agradecimiento a los miembros de su oficina, a sus socios por haberle permitido dedicar tiempo y energía a la actividad gremial. “Fue un privilegio haber participado en el inicio de AOA, estoy orgulloso de quienes hoy la representan”, finalizó.

Fuente: AOA