Gracias al trabajo público-privado, el país contará con lineamientos, metas, responsables e indicadores de seguimiento para fomentar el uso sustentable de los recursos, a lo largo de todo el ciclo de vida de los proyectos.
Debido al impacto que genera la construcción y operación de las edificaciones en el medioambiente, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto de Cemento y Hormigón de Chile (ICH) formaron, en 2018, una mesa público- privada que buscaba definir metodologías de levantamiento de monitoreo reporte y verificación, bases de datos y calculadoras para promover la gestión y reducción de Huella de Carbono en la Construcción.
Con este fin, el Minvu –a través de la Secretaría ejecutiva de Construcción Sustentable de la Ditec- convocó a 10 instituciones del sector construcción, entre ellos, los ministerios de Medio Ambiente, Obras Públicas y Energía, el Instituto de Cemento y Hormigón de Chile (ICH), el Instituto Chileno del Acero (ICHA), Madera21 de Corma y el Instituto de la Construcción, con la participación de Hernán Madrid, jefe de CES, como representante.
El primer año se dedicó a nivelar conocimiento y gestionar acuerdos. Luego, se acordó formalizar una mesa técnica, cuyo fin era definir una visión estratégica y plan de trabajo a mediano plazo, asociado a actividades, productos y estrategia de financiamiento. Así fue como, a mediados de 2019, en el Instituto de la Construcción, se consolidó el Comité de Huella de Carbono del Sector Construcción, como una de las iniciativas del programa de trabajo del Convenio entre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el IC, en el que también participó el jefe de CES.
Uno de los logros de este comité fue el estudio “Estado del arte nacional e internacional de alternativas metodológicas para levantamiento de datos, monitoreo, reporte y verificación y calculadoras de Huella de Carbono”, que permitió conocer el estado del arte nacional e internacional y hoy están disponibles en el sitio web de CES. Como segunda etapa, se definieron objetivos y hoja de ruta para los próximos tres años, lo que llevó a pensar en la implementación de una estrategia a largo plazo para la gestión de la huella de carbono del sector.
Hoy, se desarrolla la “Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción, Chile”, que establecerá lineamientos, metas, responsables e indicadores de seguimiento para fomentar el uso sustentable de los recursos, a través de la gestión eficiente de la huella de carbono del sector a lo largo de todo el ciclo de vida, es decir, incluyendo tanto el carbono incorporado como el carbono operacional.
Los documentos de la estrategia ya están disponibles para consulta en el sitio web de Certificación Edificio Sustentable.
Descarga aquíla Estrategia Nacional Huella de Carbono y la presentación del Minvu.
Marketplace ofrece materiales, subproductos y residuos no peligrosos que pueden valorizarse, para fomentar la economía circular en la industria.
“Mercado Residuo@Recurso” es la nueva plataforma creada por Plataforma Industria Cicular, que impulsará la economía circular en la Región de Valparaíso. En ella, empresas, transportistas, asesores y todos quienes se registren podrán ofrecer y encontrar subproductos y residuos no peligrosos que puedan valorizarse. “La región tiene el potencial de ser un territorio líder en economía circular, en particular en su sector industrial”, afirmó José Tomás Videla, coordinador del proyecto ejecutado por la Universidad de Valparaíso y cofinanciado por el Gobierno Regional de Valparaíso.
Según el investigador, una economía variada y exportadora con ubicación y servicios estratégicos, además de patrones de distribución y coexistencia de diversas industrias favorece la reutilización de materiales, energía e información. Por eso, Plataforma Industria Circular diseñó una plataforma de facilitación y seguimiento de iniciativas de apoyo mutuo, “entendiendo esto como transacciones y reutilización de residuos y subproductos industriales no peligrosos, entre empresas de la región”, señaló por su parte Patricia Martínez, directora del proyecto.
El marketplace permitirá conocer la valorización potencial de subproductos y residuos no peligrosos, y visualizar la oferta y demanda de los mismos, entre otras funcionalidades. Esta iniciativa se integra a su vez al portal plataforma-industria-circular.cl, que cuenta con un directorio de empresas, gestores, asesores y transportistas; y un módulo información, que permite el seguimiento y difusión de información relevante para las empresas e instituciones. “Esperamos que esta herramienta funcione como un bien público para potenciar la simbiosis empresarial y bajar las barreras de la economía circular que hay en la región”, agregó José Tomás Videla.
Junto con generar las condiciones de vinculación y transacción de residuos y recursos, “Mercado Residuo@Recurso” permite generar indicadores de desempeño de triple base y reportes con información relevante para las empresas, impulsando un mercado formal de materiales, subproductos y residuos no peligrosos valorizables.
Cerca de 100 profesionales del sector se conectaron a esta instancia técnica con el objetivo de conocer y conceptualizar de qué forma concebir los proyectos de construcción con una mirada puesta en la sostenibilidad desde su diseño.
El interés por el desarrollo de proyectos cada vez más responsables con el entorno y con las generaciones futuras, provocó que cerca de 100 profesionales del sector construcción se reunieran de manera virtual en la segunda charla abierta de inspiración sobre Estrategias de Diseño Circular que se realizó el pasado martes 5 de enero, como parte de los objetivos de la Estrategia Economía Circular en Construcción, iniciativa promovida por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Instituto de la Construcción (IC) y el programa Construye2025 de Corfo, y que cuenta la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT.
Mirada arquitectónica
La jornada comenzó con la presentación de Ignacio Hernández, Past President de la Asociación de Oficinas de Arquitectos, AOA, quien realizó una introducción respecto de la relevancia de cambiar el paradigma actual y migrar hacia uno más circular. “Toda la evidencia nos dice que este modelo de economía de extracción, producción y desecho está agotado y tenemos que modificarlo, incorporando al ecosistema dentro de nuestra ecuación industrial”, señaló.
Junto con ello, invitó a centrar la mirada en las nuevas generaciones, pues todo lo que hoy se desarrolle, repercutirá en ellos. “El desarrollo que satisface las necesidades del presente, no puede ni debe comprometer la habilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Y esto que parece de Perogrullo, no lo estamos haciendo. Está creciendo esta conciencia, pero a una velocidad mucho menor de lo que aumenta el deterioro de nuestro ambiente”, comentó.
Finalmente, destacó el rol que cumple la digitalización y la industrialización en el desarrollo de proyectos con una mirada de circularidad, modelos que poco a poco se van asimilando en el sector, pero que requiere un convencimiento del profesional. “Es la conciencia del diseñador la que puede hacer la gran diferencia en cómo disponemos y esta estrategia tiene que ver con lo factible, con lo viable, lo deseable y especialmente con lo sostenible. Tenemos que extraer menos, construir menos y reciclar más y eso nos va a facilitar y permitir alcanzar un equilibrio, pues hoy estamos trabajando en desequilibrio”, concluyó.
No más basura
Luego, fue el turno de Macarena Guajardo, directora ejecutiva de Fundación Basura, quien comentó la experiencia de su institución en relación al tratamiento de los residuos y cómo desarrollar proyectos que consideren cero residuos. “Partimos de la premisa de que ‘la basura no existe’ y es que el ser humano decidió crear el concepto de basura, de algo que no sirve, que no quiero tener más en mi cercanía y lo voy alejar lo más posible de mí y no me voy a preocupar de que pasará después con eso. Es uno de los acuerdos sociales más grandes que hemos tomado como humanidad. Y si nos damos cuenta que no existe realmente, tenemos todas las oportunidades para dejar de generarla”, explicó.
De este modo, desarrollan su iniciativa “Basura Cero”, “un paradigma sociopolítico que entiende que todos los actores de la sociedad tienen una responsabilidad compartida en cuanto a residuos se refiere. Y apunta a no seguir con las metas de reciclaje, sino que a no generar más basura. ¡Llegar a basura cero! No es necesario quemarla, por ejemplo, sino que desde el inicio, desde las políticas públicas, empezar a regular, establecer las políticas que permitan que el sector productivo deje de comercializar basura, o generar productos que no se pueden reciclar o compostar”, comentó Macarena Guajardo.
Finalmente, la ejecutiva invitó a estrechar mucho más los lazos de cooperación en esta materia, pues, a su juicio, sería el único modo de dar pasos concretos. “Hay una cantidad de estrategias para avanzar hacia la economía circular, pero tenemos que hacerlo con pasos seguros y de manera conjunta. Y eso es lo que nos ha demostrado el proceso social que estamos viviendo hoy en Chile y este tipo de espacios que nos permiten conocernos y poder fortalecer lazos, porque solos, solas, no vamos a lograr ningún tipo de solución impactante”, argumentó.
Próxima charla
El programa de Charlas de inspiración de la Estrategia Economía Circular en Construcción concluirá el próximo 12 de enero de 2021, con el tema: “residuos como recursos”. Ambas instancias se realizarán de manera virtual a través de ZOOM. Las inscripciones se pueden realizar en el siguiente link: http://bit.ly/3oqaTem
Para el próximo año, en el CCI esperamos lograr mayor coordinación temprana, con mejor planificación, mano de obra tecnificada, más tecnología, partidas off-site y más innovación para una industria más competitiva.
Dicen que toda crisis ofrece una oportunidad y, aunque el coronavirus puso al mundo de cabeza, para la construcción industrializada así ha sido, pues, ahora más que nunca, es reconocida por su rol en el aumento de la productividad y en la disminución de los aforos en obra. “Todo esto hace pensar que este año marcará un impulso significativo para la construcción industrializada, la que, sin duda, asumirá un rol preponderante en los próximos años. En este sentido, el 2020 es un año a ser evaluado positivamente”, dice el director del CCI y gerente de estudios de Icafal Ingeniería y Construcción, Fernando Moreno.
En este sentido, el gerente general de la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción, Juan Carlos León, cree que todo lo relacionado con la prefabricación de partes y piezas, se ha convertido en tendencia frente a la necesidad del sector de mejorar la productividad y, sobre todo, de cara a las nuevas condiciones laborales que la pandemia ha establecido. “Esta situación ha sido el gran gatillante para impulsar el interés por parte de las empresas de la construcción”, afirma.
Asimismo, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, reconoce que durante 2020 se valoró aún más la productividad, no solo porque nos permite ejecutar de manera más eficiente las obras, sino porque “dadas las condiciones altamente restringidas de producción, había que aprovechar al máximo las horas con las que se contó para trabajar en obra”. Por eso, invita a cambiar de paradigma, aprendiendo a trabajar de manera mucho más eficiente y sostenible, con mayor coordinación temprana, con mejor planificación, con mano de obra tecnificada, incorporando tecnología, partidas off-site y buscando siempre innovar para ser más competitivos.
Según Priscila Becerra, líder de Innovación de Echeverría Izquierdo (EI), uno de los logros más destacados en industrialización y productividad, fue la conformación de tres comités de trabajo con focos en KPIS de soluciones industrializadas, normativas-regulación y educación. En este contexto, la secretaria ejecutiva del CCI, Katherine Martínez, destaca el trabajo colaborativo de más de 200 profesionales en torno a distintas líneas de trabajo para promover la industrialización. “Muy pronto pondremos a disposición del mercado un Índice de industrialización, con indicadores que permitirán medir aspectos relacionados a plazos, productividad, sustentabilidad, entre otros”, detalla.
Asimismo, desde el CCI se impulsó la creación de un lenguaje común, que irá de la mano de un anteproyecto de norma de industrialización con definiciones y términos generales, guiado por el Instituto de la Construcción, con el apoyo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Esto, sumado a una matriz de roles de industrialización, que permitirá orientar a las empresas respecto al capital humano que requieren para sus proyectos y, al mismo tiempo, informar a las entidades educacionales sobre los perfiles, competencias y habilidades requeridas por el mercado para la formación de futuros profesionales y técnicos. “Adicionalmente, se está trabajando en metodologías de industrialización, que permitan acercar los conceptos a la práctica en proyectos de construcción. Y por último, un trabajo coordinado con BIM Forum Chile, para abordar BIM y estandarización para la industrialización”, complementa Katherine Martínez.
Otro hito clave fue la invitación hecha a la presidenta del CCI, Francisca Cruz, a ser parte del panel de expertos, junto al presidente CChC y al presidente de la CNP, del lanzamiento del Estudio Nacional de Productividad en la construcción, donde su llamado fue enfático: “no hipotequemos el avance en industrialización y en productividad, sin tener una etapa de diseño colaborativo que la habilite”.
Asimismo, Priscila Becerra, valora las líneas de trabajo definidas y los recursos asociados para implementación. “Además de levantar las redes sociales y generar tracción más allá de la Región Metropolitana, llegando a distintas regiones del país”, añade. Como complemento, la secretaria ejecutiva destaca que migrar todas las actividades a formato online permitió dar continuidad al plan de trabajo propuesto para el año y facilitar la participación activa de todos los socios a nivel nacional.
“Esta pandemia ha dejado de manifiesto que la construcción industrializada no es solo una tendencia sino una necesidad imperiosa en nuestro rubro para hacer frente a los desafíos del futuro. Con esta logramos estandarizar procesos y otorgar un mayor nivel de certeza a los procesos constructivos. Sin duda, un rubro más industrializado; disminuiría el nivel de exposición de los trabajadores de la construcción a contagios, ya que entre otros, promueve la prefabricación, la cual permite trasladar la mayor cantidad de partidas desde una obra a una fábrica, que es un ambiente más controlado para el personal”, afirma la presidenta del CCI, Francisca Cruz.
Y es que la industrialización permite subir el estándar del rubro, no solo a los clientes sino también a los trabajadores. “A su vez, sería un tremendo aporte poder contar con un rubro de la construcción industrializada más desarrollado en nuestro país, lo cual nos permitiría poder contar con construcciones para estas emergencias en menor tiempo, estar mejor preparados y tener mejor capacidad de respuesta, lo cual es tan necesario en países como Chile donde sabemos de emergencias cada cierto tiempo”, concluye la presidenta del CCI.
Los planes 2021
Acciones concretas para el levantamiento de brechas y propuestas de tres comités son parte de los deberes que se impuso el CCI para el próximo año. “En el caso de KPIs de soluciones industrializadas, y, por ejemplo, publicar los acuerdos tomados respecto a los criterios en cuanto a indicadores de construcción industrializada y con ello generar un portal donde recopilar data del sector, con la cual las empresas puedan tomar mejores decisiones en sus proyectos desde etapa temprana”, señala Priscila Becerra, líder de Innovación EI.
En el caso del comité de normativa, la apuesta es iniciar el año con el anteproyecto de norma de Industrialización, que permitirá contar con un lenguaje común y consensuado. Asimismo, uno de los grandes desafíos es iniciar una serie de talleres y capacitaciones que permitan fortalecer los conocimientos de profesionales y técnicos a nivel nacional, de la mano con universidades y centros de formación técnica, complementa Katherine Martínez, secretaria ejecutiva CCI.
“Esperamos un 2021 con nuevos socios con el deseo de liderar la transformación de la industria hacia una más tecnológica e industrializada. Además, esperamos contar logros en nuestras tres líneas de acción, pudiendo difundir soluciones y resultados de las implementaciones de acuerdo a los distintos actores de la cadena de valor”, comenta Priscila Becerra.
En tanto, Katherine Martínez aspira a que la construcción en Chile de un gran salto en innovación, productividad y sustentabilidad, a través de la industrialización. “Creemos que seguir trabajando de forma colaborativa nos permitirá alcanzar ese sueño, y ver que una disrupción como la pandemia puede ser catalizador de cambios positivos y duraderos para el sector construcción”, argumenta.
La empresa Revaloriza marcará un hito en la industria cuando este año inaugure el primer centro tratamiento y valorización de RCD del país. Proyectada en el sector industrial de Viña del Mar, la estructura pretende reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción y demolición procedentes de la Región de Valparaíso al año 2023. El proyecto -gracias al cual Revaloriza se adjudicó recientemente el Reconocimiento en Innovación Ambiental, otorgado por la Cámara Chileno-Británica de Comercio- tendrá tecnología del Reino Unido y se alinea con las metas de la Hoja de Ruta RCD de Economía Circular en la Construcción. La empresa, de esta manera, brinda una respuesta a la meta de tener infraestructura sostenible para procesar RCD en todas las regiones del país a 2035.
El año que recién acabó no fue pródigo en buenaventuras, pero al menos la empresa Revaloriza le supo sacar partido, ya que pudo focalizar los esfuerzos en su proyecto estrella: la primera planta de tratamiento y valorización de los residuos de la construcción y demolición (RCD) en Chile y en la Región de Valparaíso, que dará impulso a la economía circular en un área industrial que, se calcula, genera siete millones de toneladas de residuos anuales en nuestro país y representa el 35% de los residuos producidos a nivel mundial.
La pyme Revaloriza -cuyo objetivo es gestionar de forma sustentable los residuos inertes que producen las obras de construcción, para fomentar la economía circular en esa región (ver video promocional aquí)– pretende terminar de construir y echar a andar esta pionera planta el presente 2021, supeditado, por cierto, al contexto de incertidumbre que se vive por el alza de contagios por el covid-19.
Por de pronto, Revaloriza adquirió un terreno de 21.115 metros cuadrados en un lugar estratégico del sector industrial de Viña del Mar para edificar la planta. “Como empresa nosotros estudiamos las ciudades que más residuos generan dentro de la región y las que más pasivos ambientales generan: son Viña y Concón. Los RCD quedan dispuestos en quebradas y son un peligro por el tema de las remociones en masa”, explica Karen Aguilera, ingeniera ambiental y gerenta general de Revaloriza.
El objetivo, a futuro, es implementar un Plan de Cambio Climático con la Municipalidad de Viña del Mar, cuya finalidad será disminuir en conjunto los pasivos ambientales que provoca la industria de la construcción y, de paso, contribuir al triple impacto social, económico y ambiental. Una vez suscrito el convenio, dicen en la empresa, la meta es revalorizar el 40 por ciento de los RCD generados en la Ciudad Jardín.
Sin perjuicio de ello, la planta no solo abarcará los RCD generados en Viña, sino que en toda la Región de Valparaíso. Es más, dentro de las métricas por alcanzar de Revaloriza, se incluye la meta de reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción al año 2023 en todo el territorio regional.
A Aguilera le sirvió sobremanera conocer las experiencias de otras plantas de valorización de RCD en una gira que la llevó a Europa. De hecho, el centro que comenzará a operar en Viña del Mar tendrá tecnología procedente del Reino Unido porque “tiene que ser lo suficientemente robusta para este tipo de residuos” y también buscará financiamiento a través de las políticas del Reino Unido. “En Europa llevan 60 años reciclando los residuos de la construcción”, agrega.
“A través de la Cámara Chileno-Británica de Comercio estamos buscando más nexos con empresas del Reino Unido porque vimos que esto requería esfuerzos privados. Hay una posibilidad de ver opciones de financiamiento de políticas que el RU tiene y Chile no. En nuestro país hablar con un banco sobre una planta de valorización es muy extraño, porque hablas de algo que aún no existe. Si al banco le hablas de otro negocio, no hay problema”, comenta, algo perpleja, Karen Aguilera.
La operación de la planta y un premio
Dentro de los objetivos específicos del centro de valorización se cuenta unir a todos los actores de la cadena para que el proyecto sea exitoso: transportistas, constructoras, recicladores y recicladores de base y la academia. Solo de esta manera se creará un ecosistema circular que responderá a los objetivos planteados por la organización sobre reducir los impactos ambientales que la industria genera.
En rigor, la planta, en una primera parte, separará los materiales contenidos en los RCD hasta llegar al hormigón, transformarlo en árido reciclado y reinsertarlo en un nuevo ciclo constructivo “no en la estructura en sí, sino como base estabilizada o en infraestructura donde no se necesita gran resistencia como el mobiliario urbano”, aclara Aguilera.
Otra sección de la obra se encargará de separar el plástico, el cartón y los metales de los RCD. Con la madera se genera una trituración para que sea reincorporada a otros ciclos productivos. Para Karen Aguilera, hacer el proceso completo a nivel regional permitirá disminuir “los incendios, microbasurales clandestinos y remociones en masa que se producen por la mala disposición de los residuos de la construcción”.
Para la gerenta general de Revaloriza, el proyecto de la planta cobra sentido porque viene a llenar un vacío de infraestructura sostenible en Chile. Aguilera percibe una contradicción entre, por ejemplo, el proyecto de modificación del Reglamento Sanitario sobre Manejo de Residuos Peligrosos, coordinado por el Ministerio de Salud, y la falta de infraestructura para procesar esos residuos. “Si bien es un borrador, habla de fomentar la valorización a través de plantas, pero no existen en Chile. Tenemos una autoridad que dice ‘valoricemos’, pero ¿cómo vamos a valorizar si no hay infraestructura”, se pregunta Aguilera, cuya empresa pretende sumar a 25 constructoras al proceso en 2022.
Aparte de dar cumplimiento a siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, este proyecto le granjeó a Revaloriza un prestigioso premio: la empresa fue una de las dos galardonadas en la categoría pyme de la novena versión del Reconocimiento en Innovación Ambiental, otorgado por el Comité de Sustentabilidad de la Cámara Chileno-Británica de Comercio (Britcham), institución que se ha convertido en una provechosa aliada para Revaloriza. La otra empresa que se adjudicó el premio en categoría pyme fue O2 Company. En la categoría grandes empresas los ganadores fueron dos proyectos: uno de Colbún y otro de Esval.
“Si bien en un principio el foco del premio era huella de carbono, y luego agua y energía, nos invitaron a participar como gestor de residuos. Para nosotros es muy importante: nos da visibilidad y nos sirve para generar redes”, opina al respecto Karen Aguilera.
La concordancia con la Hoja de Ruta RCD
La importancia del proyecto radica en que brinda respuesta a los ejes reseñados en la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción, un documento presentado en agosto de 2020 y que procura ser una especie de guía hacia la sustentabilidad en la industria de la construcción. Liderada por el Comité Consultivo de la Estrategia RCD -conformado por los ministerios de Vivienda, Medio Ambiente y Obras Públicas, más Corfo y su programa Construye2025-, el informe traza metas a cumplir con el horizonte en 2025 y 2035.
“Tener un centro de valorización de RCD era un sueño desde un principio. Estamos muy contentos porque es un proyecto que apunta a cerrar muchas brechas que se identificaron y muchas soluciones que identifica la Hoja de Ruta”, cuenta la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, quien participó de la gira a Europa para chequear las experiencias de otras plantas de valorización de RCD.
Una de las metas más relevantes que contribuye a cumplir el proyecto, según Tapia, tiene que ver con el eje 1: allí se menciona que, al año 2035, “el país cuenta con infraestructura para la valorización, plantas y estaciones de transferencia de RCD en todas sus regiones”.
“Es un gran hito. En la Quinta Región se ha desarrollado un ecosistema circular muy interesante que será pionero en este tema. Esto es consecuencia del trabajo colaborativo. Revaloriza es un actor muy importante en incorporar materias primas secundarias en nuevos ciclos productivos”, añade Alejandra Tapia.
Sobre el trabajo colaborativo e intersectorial, otro de los objetivos específicos del proyecto de planta de Revaloriza se alinea con algunas metas del eje 3 de la Hoja de Ruta RCD. La meta planteada por el documento indica que “al menos 40% de las universidades del país tienen programas de investigación de economía circular en construcción”. Revaloriza propone avanzar al respecto una vez que la planta sea inaugurada: promete trabajar con al menos tres de las principales universidades de la región en el desarrollo de nuevos productos reciclados a partir de RCD.
Del mismo modo, Revaloriza apuesta a “desarrollar progresivamente al 2030 nuevos puestos de trabajo basados en la segregación y reciclaje de RCD que impulsen la creación e innovación de nuevas actividades que promuevan el trabajo de hombres, mujeres, jóvenes y personas”. Esto se ensambla con uno de los principios del eje 2 de la Hoja de Ruta, que a 2025 aspira a la existencia de “instrumentos e iniciativas públicas para la creación de nuevos empleos e inclusión, relacionados a la economía circular y gestión de RCD”.
Entre los objetivos de Revaloriza está el fomento de áridos reciclados para la construcción para evitar que grandes masas de terreno sean removidas y pongan en peligro a la población por las crecidas de los ríos. En eso entra a tallar Construye2025, ya que una de sus tareas es traccionar la demanda de áridos reciclados para una gestión sustentable de residuos en obras públicas.
Alejandra Tapia dice que estos pasos sustantivos que está dando Revaloriza en torno a su planta ayuda a cumplir una de las metas más ambiciosas planteadas en el eje 2 de la Hoja de Ruta: que todas las licitaciones públicas de edificación e infraestructura nueva, aplica herramientas y metodologías para la implementación de criterios de economía circular y gestión sustentable de los recursos en la etapa de diseño de los proyectos.
De cualquier forma, Revaloriza piensa seguir creciendo y estima que hay una necesidad de construir unas cinco plantas para cubrir todos los requerimientos de la Región de Valparaíso, debido a la construcción del megapuerto en San Antonio. Y con respecto a otras plantas en la región, Karen Aguilera cree que “la primera planta es lo que más ha costado, ha sido difícil, pero pienso que la segunda y la tercera deberían estar listas dos años después de la primera”.
Como una forma de incentivar el desarrollo de proyectos sustentables en beneficio de la comunidad, la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) liderada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y administrada por el Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTeC), lanzó este lunes 4 de enero y hasta el 15 del mismo mes, una campaña que invita a los desarrolladores inmobiliarios a registrar de forma gratuita sus proyectos e iniciar el proceso para obtener la certificación CVS.
¿Quiénes pueden postular?
Todos aquellos proyectos que incorporen en su desarrollo criterios de sustentabilidad, considerando características como: alto desempeño ambiental y energético, como calidad del aire; temperatura confortable; iluminación natural; sistemas de climatización eficientes; sellos contra infiltraciones; artefactos sanitarios eficientes; sistemas de riego; relación con el medio ambiente; uso eficiente de los materiales; manejo de los residuos generados por la construcción; manejo de los residuos generados por los usuarios; conectividad con transporte y servicios, entre muchas otras variables.
El proceso de precertificación y/o certificación consta de 6 pasos:
La Certificación de Vivienda Sustentable CVS es un sistema voluntario de certificación ambiental que evalúa el desempeño de los proyectos residenciales a nivel nacional. Es aplicable a cualquier tipo de vivienda nueva, ya sea pública o privada, y busca incentivar la mejora de la calidad, a través de la verificación de la correcta implementación de buenas prácticas de diseño y construcción, que permiten, entre otras ventajas, reducir los costos de operación y mantenimiento de los hogares, cuidar el medio ambiente, y mejorar la calidad de vida de las personas.
La aplicación de la certificación ayuda a reducir los costos de operación y mantención de las viviendas, particularmente en temas de consumo energético y de agua. Por otro lado, permite reducir los impactos ambientales relacionados con el cambio climático.
La CVS es liderada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, con apoyo de los ministerios de Energía y del Medio Ambiente, además de la colaboración del Colegio de Arquitectos, la Asociación de Oficinas de Arquitectura, el Instituto de la Construcción, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, la Corporación de Desarrollo Tecnológico, la Cámara Chilena de la Construcción y el Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción, entre otras entidades públicas y privadas.
Construye2025 ha logrado importantes avances al lado de la entidad gestora que respalda Corfo, en una modalidad de trabajo fluida y coordinada que apunta a un gran objetivo común: mejorar la productividad y sostenibilidad de la industria.
Como un año de importantes avances califica el director ejecutivo del Instituto de la Construcción (IC), José Pedro Campos, los primeros 12 meses junto al programa Construye2025 impulsado por Corfo. Aunque la pandemia quiso frenar algunos planes, el rol del IC como entidad gestora y la experiencia de Gustavo Cortés, que ejerce la jefatura de proyecto, han sido un aporte que va más allá de lo administrativo, según Campos.
Además, el director ejecutivo del IC, valora las reuniones que están realizando los equipos del Construye2025 y del Instituto de la Construcción (IC), las que han permitido profundizar el conocimiento de los programas de trabajo de ambas instituciones e ir identificando oportunidades de colaboración y de coordinación, con el fin de optimizar los recursos.
“Creo que hemos podido aportar nuestra experiencia de trabajo de colaboración transversal y nuestra visión sobre oportunidades con los diferentes actores, ya que llevamos trabajando con ellos varios años. Asimismo, creo que hemos aportado en ámbitos de gobernanza y organización, dado que somos una institución que debe cumplir con ciertas formalidades en dichos ámbitos, con ya cuatro reformas a los estatutos, que han sido avances importantes en mejorar y modernizar la institución, particularmente, perfeccionando la representación y participación de nuestros socios en la corporación”, afirma José Pedro Campos.
Al mismo tiempo, el ejecutivo destaca la mirada fresca y ambiciosa sobre algunos temas relevantes para el sector, como la presencia en los medios de comunicación que, según dice, el programa ha logrado de manera sobresaliente, y las conversaciones sectoriales que han marcado la pauta, como es el caso de la Gestión de Residuos de Construcción y Demolición. “Ya no son tres o siete, sino diez personas mirando lo que hace el programa y lo que hace el Instituto, aprovechando experiencias y capacidades”, puntualiza.
En este sentido, la sectorialista de Construcción y Economía Circular de la Gerencia de Capacidades Tecnológicas de Corfo, Helen Ipinza, considera un gran acierto que el IC asumiera como entidad gestora del programa estratégico Construye2025, ya que junto a su labor en términos administrativos y financieros, ha sido un aporte en términos técnicos y también en redes sectoriales. “El Instituto ha aportado con apalancamiento de recursos, con capacidades técnicas y con el posicionamiento del programa y de sus temas. Se observa un gran compromiso del Instituto y de sus socios en relación a Construye2025”, señala.
Una mirada al futuro
Para el segundo año de trabajo conjunto, Helen Ipinza, cree que la relación debiera perfeccionarse y aumentar las sinergias en temas de industrialización, economía circular, innovación y transformación digital. “Así también debiera intensificarse la capacidad de apalancamiento de recursos pecuniarios, para poder avanzar más rápido en los ejes señalados, en favor de la competitividad, mejorándose la productividad tan rezagada que todos reconocemos”, dice.
En este contexto, la ejecutiva de la Gerencia de Capacidades Tecnológicas de Corfo espera ver, en 2021, una estrategia de economía circular del sector construcción definida y, por ende, otro espacio de máxima sinergia, de cara al desarrollo sostenible, asumiendo el desafío de la carbono neutralidad para 2050. “Se ha generado una alianza muy potente entre Construye2025, Corfo y el Instituto de la Construcción, juntos podemos realmente hacer la transformación del sector construcción y lograr, con menos recursos, hacer más infraestructura y edificaciones para generar mayor bienestar a nuestra ciudadanía”, afirma.
Por su parte, el director ejecutivo del Instituto de la Construcción, José Pedro Campos, espera seguir fortaleciendo la colaboración y coordinación entre ambos equipos para continuar avanzando como uno solo, que trabaja fluida y coordinadamente. “Esto conlleva, por ejemplo, profundizar oportunidades de colaboración técnica, como lo son aportar en la elaboración de anteproyectos de normas o reglamentos, como lo estamos ya haciendo hoy, y también ahora en la gobernanza, que es un tema sobre el cual nos comprometimos”, comenta.
Finalmente, Campos destaca la voluntad, la generosidad y el compromiso de Marcos Brito, Alejandra Tapia e Ignacio Peña, para abordar las acciones de colaboración y coordinación con el equipo del IC. “Lo agradezco y valoro enormemente”, concluye.
Durante las últimas semanas de 2020, tuvo lugar la Semana de la Productividad, en la que se presentaron públicamente los resultados de dos contundentes diagnósticos, elaborados por la Comisión Nacional de Productividad (CNP) y Matrix Consulting, por encargo de Presidencia y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), respectivamente. Ambos coincidentes en su diagnóstico y muy alineados en cuanto a sus recomendaciones, que, además, vienen a ratificar y reforzar lo ya desarrollado en 2015, en el marco de la construcción de la hoja de ruta de Construye2025.
El lado amargo es que todos los diagnósticos, incluyendo otros anteriores de McKinsey, UAI y Clapes-UC, coinciden en que hay estancamiento de productividad, desde hace unos 25 años, lo que fue recientemente cuantificado por Matrix Consulting: Si lográramos el potencial pleno de productividad laboral en la construcción chilena, podríamos generar U$13 billones adicionales de PIB para el país, de los que U$7.500 millones corresponderían a edificación (en base al PIB de construcción 2019, de U$19.760 millones). Hoy, esto se vincula al impacto de la masiva paralización de obras, que se ha proyectado en un déficit de inversión de U$3.680 millones (CChC, 2020), la mitad de dicho potencial en edificación, bajo condiciones productivas normales. ¡Lo que nos estamos perdiendo es enorme!
La gran pregunta es cómo salir de este estancamiento y lograr el tan ansiado PIB adicional, que podría dar valiosas cifras de crecimiento para un país que ansía salir de las vías del desarrollo para lograr ser un país desarrollado. No hay una receta única.
La hoja de ruta de Construye2025 constituyó un esfuerzo sin precedentes en plantearnos una estrategia de largo plazo (10 años) para lograr mejoras en la competitividad sectorial, por medio de mejorar su productividad y sustentabilidad. Se indicaron inicialmente 15 iniciativas, diversas entre sí, para lograr metas que hoy sabemos fueron ambiciosas, pero eran las que teníamos que plantearnos. Hoy, estas son la base de las recomendaciones que los diagnósticos de CNP y Matrix nos ratifican y refuerzan, ya con bastantes más datos e información de referencia nacional e internacional.
El lado bueno es que somos varios organismos colaborando en la articulación de iniciativas que reviertan esta situación y nos ayuden a crecer. Construye2025 ha sido un referente en plantear temas críticos a resolver, pero hay instituciones que, hoy más que nunca, están llamadas a generar los cambios: CChC, CDT, Instituto de la Construcción, Minvu, MOP, Planbim, ICHA, ICH, Madera21, CTeC, Cipycs y tantos otros… Durante 2021, la misión de Construye2025 incluirá revisar su hoja de ruta e incorporar estos importantes nuevos diagnósticos, para así seguir sumando esfuerzos desde los privados, el Estado y la academia.
Finalmente, la industrialización del sector y sus procesos productivos, la masificación de tecnología digital (encabezado por el BIM), la consolidación de la innovación para la competitividad, el fortalecimiento del capital humano a todo nivel, el cambio de paradigma hacia la economía circular, el desarrollo de modelos contractuales integrados y la optimización de los procesos de licitación pública, parecen encabezar como las principales vías a revertir esta larga situación de estancamiento. No obstante, son bastante más las iniciativas que hace falta llevar a cabo.
Por lo mismo, es tarea de muchos (o todos) trabajar y colaborar en la transformación de este importante sector, por el bien de todos y el de un Chile que necesita -con urgencia- crecer y lograr una mejor calidad de vida en pos de una mayor equidad.
La conversación giró en torno al diagnóstico sobre la productividad, que lideraron la CNP y la CChC, y las proyecciones a medida que surjan cambios a nivel tecnológico y regulatorio.
El pasado viernes 11 de diciembre se realizó el Consejo Directivo número 35 de Construye2025, en el que participaron los diversos actores que buscan una industria de la construcción más tecnológica, productiva y sustentable, entre ellos, Jadille Baza Apud, nueva presidenta del Colegio de Arquitectos.
“Pese a las dificultades de este 2020, el año ha abierto muchas oportunidades de innovación y nuevas formas de trabajo, incremento a la digitalización en todos los procesos, en prefabricación, diseño con BIM, etc.”, comentó Vicente Domínguez, presidente del Consejo Directivo de Construye2025, al abrir la jornada.
En la sesión, la secretaria ejecutiva del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Katherine Martínez, dio cuenta de los avances del año, tanto en las actividades desarrolladas como por parte de los grupos de trabajo internos que han ido avanzando para fortalecer los ejes estratégicos del programa.
Asimismo, la directora ejecutiva de Planbim, Carolina Soto, destacó la incorporación de BIM en los permisos de edificación. “Hay dos proyectos de subsidios DS19 que salieron con el Minvu, para más de 500 viviendas, donde la incorporación de BIM fue un requisito voluntario para los proveedores. Allí, el 95% de las propuestas incorporaron el BIM”, explicó.
Asimismo, la ejecutiva valoró las 1.137 viviendas de la Villa Panamericana. Este proyecto y los dos anteriores lograron abarcar el 18% de las viviendas en terreno Serviu de este año. “En la Dirección de Arquitectura MOP, hemos tenido un aumento en el requerimiento de BIM, que hoy se pide en el 19% de los proyectos. En la etapa de diseño, que es donde se recomienda comenzar con BIM, el 38% de los proyectos salieron con BIM, pero si hablamos de la inversión es el 53%”, comentó Carolina Soto.
A continuación el profesional de apoyo de Construye2025, Ignacio Peña, detalló el trabajo del Comité Gestor de I+D y la participación del programa en Construye Innovando; Construye Futuro; Inacap; y Chile Creativo, con el que se hizo un evento que abordó tecnologías como la realidad virtual y aumentada. “El I+D es una de las puertas importantes por abrir. Por eso se creó el comité que ya va en su séptima reunión, en el que participan los centros tecnológicos Cipycs y CTeC; el IDIEM, el Centro de Innovación en Madera; Brinca, que ha realizado proyectos I+D en construcción; Corfo Conecta; y la Dirección General de Obras Públicas del MOP”, detalló el ejecutivo.
Dicho comité logró diagnosticar a 360 proyectos, identificando a los actores relevantes, los desafíos y en qué regiones se hace más I+D, lo que ha permitido elaborar un plan de trabajo para aumentar el I+D en la construcción. Asimismo, en el encuentro del Consejo Directivo se presentaron los avances del Cipycs en la construcción de laboratorios, donde se han tenido que considerar las restricciones producto de la pandemia. En este aspecto, la gerente del Cipycs, Tania Romero, destacó el impacto de las experiencias virtuales en la generación de herramientas que usan la realidad virtual para mejorar la productividad.
Plan de Trabajo 2021
Adelantándose al futuro, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, rescató la revisión de los diagnósticos de la Comisión Nacional de Productividad y Matrix Consulting, que permitieron detectar qué falta por hacer y ver cómo aquello se incorpora a la hoja de ruta. “El próximo año queremos contar con una nueva consultoría para actualizar nuestra hoja de ruta. No queremos impactar en indicadores de productividad porque sí, sino porque esto mueve grandes cifras de ingreso para el país, lo que hoy es más importante que nunca”, enfatizó.
Posteriormente, expusieron Juan Domingo Pau, Sebastián Valenzuela y Javier Bosch del equipo de Matrix Consulting, para profundizar sobre los resultados del estudio que se realizó junto a la Cámara de la Construcción y que se lanzó en la Semana de la Productividad. (Ver nota relacionada).
Según Marcos Brito, en este ámbito, hay mucho que estudiar, entender y adoptar, mientras que Yves Besançon, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y representante en el Consejo Directivo de Construye2025, valoró la existencia de un estudio que permita orientar las decisiones. “El I+D está faltando para que las empresas se direccionen y vean la mejor forma de aplicar la tecnología. Eso es lo que hoy está haciendo el Consejo de Construcción Industrializada. Hay que educar a las personas”, dijo.
Finalmente, el gerente de Construye2025, invitó a los asistentes a seguir aprendiendo y a hacerse cargo de los desafíos, trabajando para lograr la productividad deseada para Chile.
Productos, servicios y tecnologías, además de charlas, talleres y ruedas de negocios fueron parte del encuentro que expuso las tendencias y experiencias relacionadas con la pandemia.
Durante tres días, los asistentes a ExpoSoluciones 2020 pudieron conocer instrumentos de testeo y facilitación de procesos de trazabilidad, además de elementos para sanitización de materiales y equipos. La feria virtual de acceso gratuito, impulsada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), contó con el apoyo de Construye2025, Corfo, la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) y también de la Mutual de Seguridad, iF Chile, Start-Up Chile, la Asociación de Municipalidades de Chile, SociaLab y Caja Los Andes.
“Esta feria se suma al conjunto de herramientas, que están transformando nuestra industria para el bienestar, especialmente, de los trabajadores y son fundamentales para que la construcción siga siendo una industria segura y reactivadora”, comentó el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Antonio Errázuriz.
Asimismo, Fernando Hentzschel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, valoró el rol de las tecnologías para una reactivación económica sostenible y responsable, que permita retomar las obras de construcción, con todas las medidas necesarias para resguardar la salud de los trabajadores.
“Este evento es una gran alternativa para las empresas, negocios y emprendedores que pronto deberán reforzar sus condiciones sanitarias ante un inminente segundo brote de coronavirus en Chile. Hoy más que nunca la salud y la seguridad de los trabajadores y sus familias son imperantes para cualquier tipo de industria, sobre todo en una con la necesaria asistencia a espacios físicos como ocurre en la construcción”, dijo Alejandra Mustakis, presidenta de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) y socia fundadora de iF Chile.
En la ExpoSoluciones, distintas ruedas de negocios, charlas y workshops contribuyeron a la generación y fortalecimiento de redes, a fomentar las reflexiones sobre el actual contexto sanitario y a generar nuevos espacios para reactivar la economía. “Mientras el desempleo sube y la competitividad se hace más compleja, debemos plantearnos dónde poner el foco del fomento productivo. En Start-Up Chile estamos convencidos de que una alternativa es potenciar a empresas innovadoras con potencial de crecimiento acelerado”, señaló María de los Ángeles Romo, gerente Start-Up Chile. Asimismo, la ejecutiva destacó el papel de las startups en la resolución de problemáticas locales y globales y la generación de empleo.
En total, en ExpoSoluciones se presentaron 50 stands con productos y servicios disponibles para la gestión sanitaria, en un espacio 100% virtual y gratuito.
Construye2025 fue parte de la jornada en la que representantes de la industria se reunieron con startups que buscan llevar a cabo ideas destinadas a mejorar el desempeño de la industria.
A mediados de diciembre se realizó uno de los encuentros más valorados por emprendedores y fundadores de startups vinculados al I+D en la construcción, como antesala a las rondas bilaterales entre empresas y representantes de la industria. Con expositores del Centro de Tecnologías de la Innovación (CTeC), del Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (Cipycs), del Centro de Innovación e Madera (CIM-UC), de Corfo y del Ministerio de Vivienda se realizó el evento CorfoConecta “Innovando en el Sector de la Construcción”.
Dicha actividad buscó tanto propiciar y generar redes, como aumentar los niveles de conocimiento y adquisición de herramientas para aumentar las probabilidades de éxito de los proyectos. Para Corfo, organizar este tipo de reuniones entre partners y beneficiarios es una tarea constante, debido al impacto que las vinculaciones generan en los emprendimientos.
La transformación digital fue una de las temáticas clave del encuentro en el que participó Ignacio Peña, coordinador de I+D de Construye2025, quien se refirió a los desafíos y tendencias que está abordando el programa. El director de programas estratégicos de Corfo, Carlos Ladrix, dio la bienvenida a la jornada destacando el foco de nuestra industria hacia la industrialización, la digitalización y la sustentabilidad.
Al menos cuatro son los desafíos en los que se centran empresas de base tecnológica para potenciar a la industria:
1. Construcción digital: hacia una industria basada en datos
Mejoramiento de la capacidad de levantamiento, gestión, predicción y gobernanza de datos en la industria, digitalización e interconectividad de áreas y procesos, e implementación de tecnologías existentes.
2. Nuevas tecnologías para la industrialización
Tecnologías para mejorar la colaboración entre áreas de diseño, arquitectura, inmobiliaria y proveedores, reducción de tiempo y costo a lo largo de la cadena de valor de la industria.
3. Construcción sostenible: futuro y evolución
Soluciones que permitan medir, impulsar y adoptar el uso de nuevos materiales que disminuyan el impacto ambiental, mejoramiento de la gestión de residuos y la visibilización de indicadores de impacto ambiental y ciclo de vida del producto.
4. La construcción como motor de desarrollo social
Soluciones que reduzcan el impacto en las comunidades (ruidos, polvo, residuos) y nuevos mecanismos de medición de impacto social – ambiental.
El Instituto Nacional de Normalización (INN), en conjunto con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y el Chile Green Building Council (Chile GBC) han desarrollado el proyecto INNOVA-CORFO Herramientas normativas para la planificación de la vida útil en edificaciones – Método de cálculo y planificación’ (18BPE-93896). El proyecto, que se inició el segundo semestre del año 2018 y tuvo como resultado la elaboración de 8 normas técnicas orientadas a proporcionar un marco de normas técnicas que especifiquen una metodología para la determinación de la vida útil de elementos y componentes de edificaciones, lo cual permita facilitar el desarrollo de edificaciones sostenibles a partir de la comprensión de su ciclo de vida.
La industria de la construcción es un sector que contribuye al crecimiento de la economía y un importante pilar de desarrollo. Según el Informe de Productividad en el Sector de la Construcción (Comisión Nacional de Productividad, CNP), el sector de la construcción representa cerca de un 7% del PIB de la economía (2019), alcanzando 19.500 millones de dólares, distribuyéndose en servicios anexos (31%), obras de ingeniería (34%) y edificación (35%). En términos de empleo corresponde a un 8,3%
La construcción es el mayor consumidor de materias primas y otros recursos, utilizando alrededor del 50% de la producción mundial de acero y más de 3 mil millones de toneladas de materias primas. Por otra parte, se desperdician millones de toneladas de residuos de la construcción año a año, en el caso de Chile para el año 2023, se proyecta que la generación de residuos sea de 7.455.602 toneladas anuales, sólo considerando vivienda (Minvu 2019)
Por lo anterior, la industria de la construcción está basada en un marcado concepto de economía lineal, en la que se extrae, fabrica y construye; luego se desecha y demuele. Sin embargo, los nuevos desafíos globales vinculados a la disponibilidad de materias primas, agua y energía, movilizan a las empresas hacia un cambio de paradigma, en el que la economía circular es una clara oportunidad de creación de valor. Este enfoque de circularidad y la incorporación de estrategias de sostenibilidad en los distintos procesos vinculados a la construcción es fundamental si se desea abordar en forma eficiente, tanto los desafíos ambientales que enfrenta el planeta, como contribuir al desarrollo de las comunidades en lo social y lo económico a través de una visión orientada hacia bienestar de las personas y al cuidado del entorno.
En Chile, a partir de los acuerdos y compromisos logrados en el marco de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable, se han desarrollado e implementado una serie de iniciativas, con el objetivo de reducir los impactos generados por la construcción y sus procesos, mejorando la productividad del sector; fomentando el desarrollo sostenible de nuestro país además de fortalecer el marco regulatorio que ha sido una de las brechas detectadas como parte de los procesos de levantamiento del Programa Estratégico de CORFO CONSTRUYE 2025.
En respuesta a las brechas detectadas por el Programa Estratégico de CORFO, CONSTRUYE 2025, diversos proyectos se han originado, es en este contexto que en el año 2018 el Instituto Nacional de Normalización, en conjunto con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y Chile Green Building Council (ChileGBC), el primero en calidad de ‘Beneficiario’ y los dos últimos en calidad de ‘Mandante’ y ‘Coejecutor’, respectivamente, postularon a la línea de financiamiento de CORFO ‘Bienes Públicos Para la Competitividad’, siendo adjudicado el financiamiento, para la elaboración de normativa técnica para un set de normas técnicas que definan la directrices para una metodología para la determinación de la vida útil de elementos y componentes de edificaciones, como aspecto relevante para el desarrollo de edificaciones sostenibles a partir de la comprensión de su ciclo de vida, impactos y desempeños.
Este proyecto INNOVA-CORFO, viene a dar continuidad al Proyecto Herramientas Normativas para el desarrollo de la evaluación de la sostenibilidad en la construcción’ (15BP-45415), desarrollado entre los años 2015 al 2017 y que tuvo como resultado la elaboración de 6 normas técnicas orientados a proporcionar y definir los principios generales y pautas de indicadores de sostenibilidad relacionados con obras de construcción, elementos y componentes (Ver Tabla 1).
En el actual proyecto ‘Herramientas normativas para la planificación de la vida útil en edificaciones – Método de cálculo y planificación’ (18BPE-93896)’ se desarrollaron normas que promueven el uso del concepto de planificación de la vida útil a lo largo del ciclo de vida, con el objetivo de entregar mayor certeza que la vida útil estimada cumplirá o excederá la vida útil de diseño. Esta serie de normas, basadas en la serie de normas ISO15686, enfatiza el principio de transparencia mediante procedimientos estandarizados para el uso, captura y verificación de datos e información disponible de la vida útil, registros de desempeño de elementos y componentes. Esta serie de normas son de particular relevancia para evaluar y gestionar la sostenibilidad en las obras de construcción a través de sus materiales, dado que genera entradas para establecer vida útil de referencia y vida útil estimadas, requeridos en el análisis de ciclo de vida de productos, según ISO21930. Por lo anterior, este proyecto deja a disposición las herramientas metodológicas para la declaración del desempeño técnico y funcional de los productos de construcción.
En la Tabla 2, se entrega un breve detalle de cada una de las normas.
Finalmente con este proyecto, se pone a disposición un lenguaje común y metodología estandarizada, que con el esfuerzo colectivo de los distintos actores de la cadena de valor de la industria de la construcción permita avanzar en introducir criterios de sostenibilidad y a fortalecer la infraestructura de la calidad en el ámbito de la normalización.
Más de 90 profesionales del sector participaron de esta instancia en la que se presentaron tres experiencias de emprendimiento e intraemprendimiento que emplean un modelo circular en sus negocios.
Con el objetivo de mostrar casos de éxito en la aplicación de modelos de economía circular en la industria, se desarrolló el pasado 15 de diciembre, la primera Charla abierta de inspiración sobre Modelos de Negocios Circulares, de la Estrategia Economía Circular en Construcción, iniciativa promovida por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Instituto de la Construcción (IC) y el programa Construye2025 de Corfo, que cuenta la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT.
De este modo, más de 90 profesionales del sector se reunieron de manera telemática para escuchar las experiencias de tres empresas del sector construcción que han aplicado modelos de economía circular en sus negocios. La colaboración, la innovación y el convencimiento de ser un agente activo del cambio, son elementos clave para el desarrollo de estas iniciativas, afirmaron.
Modelo sobre la base de la gestión de residuos
La primera charla de inspiración estuvo a cargo de Nicolás Behar, cofundador y director ejecutivo de RECYLINK, emprendimiento que funciona a través de una plataforma tecnológica, que surgió como respuesta a la necesidad de muchas organizaciones que requerían gestores de residuos, junto con responder así, a la actual necesidad medioambiental de controlar los desechos que están generando.
Hoy RECYLINK trabaja con más de 130 empresas, con 35 generadores de residuos, 50 valorizadores, 49 transportistas. Llevan a la fecha más de 10 mil toneladas tratadas y más de 1.700 operaciones en 3 años. “Esto ha significado, 745 toneladas valorizadas y hemos ayudado al planeta a disminuir más de 1.573 toneladas de CO2 equivalentes. Eso nos llena de orgullo, son muchas las empresas que están disminuyendo su impacto ambiental”, comentó Behar.
Junto con ello, también mostró el primer caso de deconstrucción de una demolición 100% registrada. “Esto significa que asesoramos el proceso de lo que podríamos llamar una demolición verde, donde ayudamos a la empresa constructora y de demolición, a valorizar la mayor cantidad de residuos durante el proceso de demolición. Valorizamos casi un 20% de lo que estaba en el terreno. Esto es algo nuevo, experimental. Conocíamos experiencia fuera de Chile y nos dijimos, si se hace afuera por qué no lo podemos hacer nosotros y nos lanzamos. Logramos valorizar 8 residuos diferentes, el 20% del volumen. Todo esto fue gracias a una experimentación y colaboración entre todos los actores involucrados”, explicó.
Modelo sobre la base de la innovación
Tras la primera presentación, fue el turno de conocer experiencias desde las empresas constructoras. Para ello, Marisol Saavedra, subgerente de Gestión de Innovación y Calidad de AXIS DC, expuso el caso de éxito de “Reaxiona” proyecto de gestión de residuos que nació como iniciativa de AxisOpenLab, un proceso de innovación interna de la empresa. “A partir de los desafíos que nos planteamos en AxisOpenLab, generamos un plan de gestión de residuos en nuestras obras. Hicimos un plan de acción, un trabajo colaborativo entre todos los administradores de obra y los profesionales de la zona sur, y empezamos a hacer un plan de gestión que probamos en dos obras. Comenzamos con un entrenamiento, porque había que hacer un cambio cultural. Acá nos apoyó la CDT con su programa CONSentido, que fue muy bueno. En concientizar a los trabajadores que el residuo no es basura, sino que puede ser un producto”, comentó Marisol Saavedra.
Respeto de los resultados de la experiencia, la profesional destacó que han ido modificando su modelo de negocio a través de la industrialización y gestión de residuos en sus obras obteniendo importantes beneficios. “Hemos obtenido mayor productividad, menores pérdidas, ahorro en traslado de residuos, prefabricación de elementos, mayor seguridad, compromiso de todo el equipo. Se sienten muy comprometidos porque ven los resultados rápidamente”, afirmó.
Así, por ejemplo, añadió Saavedra, “en una obra normal de 5.950 m2 construidos, se generarían 1.544,4 m3 de residuos (0,26 m3/m2). Nosotros generamos, 288,4 m3 de residuos (0,049 m3/m2). Fue un tremendo ahorro. Además reciclamos más del 50% de los residuos. La economía circular nos ha traído puros beneficios”, concluyó.
Modelo sobre la base del reciclaje
Finalmente, Carlos Santibáñez, gerente de Operaciones y Socio Fundador de Poliestirec, presentó su caso de innovación y emprendimiento. Se trata de Poliestirec, una empresa que nació como una iniciativa de AxisOpenLab, modelo de negocio que desarrolla pinturas a partir de residuos de poliestireno expandido (EPS). “Nace de una invitación a atreverse a cambiar la realidad que vive la construcción hoy, de una forma responsable, innovadora y sostenible, donde se nos brindó un espacio colectivo y fraterno para poder cambiar el mundo de la construcción. Reciclar de forma industrializada y competitiva, permite romper un prejuicio muy importante que es que el reciclaje es algo artesanal y a pequeña escala. Nosotros queríamos demostrar, que se puede a gran escala y con gran calidad”, comentó Santibáñez.
Durante el desarrollo del proyecto, sus responsables notaron que el EPS se podía diluir, lo que representó una importante oportunidad para ellos. “Nos permitió tratar a gran escala un pasivo industrial que daña al medioambiente. Así obtuvimos una gran materia prima”, comentó el profesional.
“Hay que tener en cuenta que en el poliestireno expandido, solo el 2% es materia prima y el otro 98% es aire. Esto nos llevó a tomar el volumen de 1 m3 de este material a un 7%, una vez tratado. Es decir que de cada 1.000 litros, nosotros transformamos eso en 60 litros cuando lo reciclamos.
Esta resina es muy versátil nos daba muchas opciones de análisis para llevarla a un producto. Es por ello que nos pareció que la pintura nos presentaba una buena perspectiva comercial, para generar un producto masivo y de una calidad cuantificable y que se hace cargo de grandes volúmenes de residuos”.
Respecto de los resultados que han obtenido, Carlos Santibáñez comentó que su planta tiene la capacidad de producir 40.000 litros de pintura al mes, equivalente a 4.500 kg de EPS o 225 m3, disminuyendo la huella de carbono en más de 14 mil toneladas de CO2 equivalente al mes. “Respecto de la gestión, contamos con la capacidad de gestionar 280 m3 EPS al mes, equivalente a 480 camiones al año, 5,7 toneladas de EPS y 18,05 toneladas de carbono equivalente restadas de la huella de carbono, solo en la gestión del residuo”, concluyó.
De este modo, finalizó esta primera charla de inspiración en Economía Circular, con casos de éxito que dan cuenta que el pensar circular es posible y se pueden hacer negocios de una manera responsable, cambiando los paradigmas.
Talleres
A continuación de la charla de inspiración, 35 representantes de la cadena de valor se reunieron en una jornada de colaboración e inteligencia colectiva para generar las primeras propuestas de iniciativas que darán forma a la “Estrategia de Economía Circular en Construcción”.
Próximas Fechas
El programa de Charlas de inspiración de la Estrategia Economía Circular en Construcción considera dos jornadas más que se realizarán el próximo 05 y 12 de enero de 2021, revisando “las estrategias de diseño circular” y los “residuos como recursos”. Ambas instancias se realizarán de manera virtual a través de ZOOM.
Para la Segunda Charla del próximo 05 de enero, las inscripciones se pueden realizar en el siguiente link: http://bit.ly/3nJi9BJ
Para más información e inscripciones a este ciclo de charlas, contactarse a economiacircular@cdt.cl
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Sobre la Estrategia Economía Circular en Construcción
La Estrategia de Economía Circular en la Construcción, es una iniciativa promovida por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Instituto de la Construcción (IC) y el programa Construye2025 de Corfo, que cuenta la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT y pretende establecer en Chile la cultura de construcción circular, viéndola como un desafío y al mismo tiempo como una oportunidad que permita el desarrollo sostenible, social, ambiental y económico de la industria, a través del incentivo de iniciativas coordinadas entre el sector público, privado, academia y la validación ciudadana.
Este proyecto es de carácter nacional y busca impulsar medidas que disminuyan la demanda de recursos, lograr menor impacto ambiental, la regeneración del medio ambiente y protección del patrimonio ambiental, junto con la mejora de la calidad de vida de las personas. Sumado a esto, también instala la oportunidad de innovación y nuevos modelos de negocio circulares, para generar una reactivación económica verde posterior al escenario de pandemia por Coronavirus al que nos hemos enfrentado este 2020.
La Estrategia contará con diferentes pilares de acción, buscando potenciar la colaboración entre los diferentes actores de la cadena de valor del sector construcción, fortaleciendo alianzas que permitan co-crear la estrategia de Economía Circular en Construcción y ponerla en práctica.
Por Dr. Rodrigo García Alvarado, depto. Arquitectura, Universidad del Bío-Bío.
La construcción impresa-3D es una avanzada tecnología que permite realizar elementos constructivos sin moldajes y con gran rapidez, reduciendo drásticamente los plazos y costos. Al disminuir accesorios y faenas, permite reducir también el transporte y los residuos, mejorando la sustentabilidad y seguridad de las obras. Además, otorga un completo control digital del diseño y la ejecución, y la introducción de nuevos materiales y componentes, lo que ayuda a realizar formas y soluciones muy variadas.
En distintas partes del mundo se están ejecutando viviendas y edificios completos para probar esta tecnología, pero aún hay bastante que experimentar. En Chile tenemos importantes desafíos de productividad e industrialización en la construcción que se pueden impulsar con esta tecnología, y liderar su introducción en Latinoamérica, para exportar nuevos servicios y productos.
En la Universidad del Bío-Bío, en Concepción, a través de la iniciativa CIPYCS, se está instalando un gran robot industrial de 2,5 m de alcance, con un riel de siete metros y bomba de hormigonado para promover la construcción impresa-3D en Chile, y otras tecnologías de automatización en la edificación. Con el apoyo de CBB (Cementos Bio-Bío) y SIKA, un equipo multidisciplinario de la UBB, bajo la dirección de la Dra. Claudia Muñoz del Depto. Ciencias de la Construcción, ha logrado, primeramente, elaborar un diseño de mezclas cementicias para imprimir, que ya cuenta con registro de invención y protección intelectual, por lo que se puede utilizar en diferentes aplicaciones. También se están realizando pruebas de arrecifes artificiales, en colaboración con el Programa de Ecología Marina de la UCSC, debido a la necesidad de instalar en las costas de elementos de formas variadas para el asentamiento de especies oceánicas. Y se está avanzando en pruebas de impresión de muros con enfierraduras integradas para lograr capacidades resistentes sísmicas, que es un desafío esencial para construir en Chile, y no se ha desarrollado todavía en el mundo.
Asimismo, se ha experimentado con impresión en tierra, en colaboración con especialistas del área, para aprovechar la capacidad de esta tecnología de usar materiales locales, y actualmente se prepara un proyecto internacional con la U. Plymouth, Reino Unido, sobre este tema.
Un avance sustancial se ha realizado también en la modelación BIM de elementos impresos, a través del Laboratorio de Diseño Integrado que lidera el Dr. Eric Forcael de la Facultad de Ingeniería, para gestionar soluciones optimizadas y controlar la impresión directamente, con el fin de evaluar anticipadamente los diseños y retroalimentar en tiempo real la planificación de obra, maquinarias e insumos durante el proceso de construcción, desarrollando la programación de diferentes formas arquitectónicas, que han sido verificadas con muestras impresas a escala y en tamaño real. Como también, se están preparando análisis térmicos de muros y viviendas impresas, para impulsar un desempeño sustentable de esta nueva tecnología mediante ensayes los laboratorios certificados de la U. del Bío-Bío, para la definición de materiales y diseños con menor impacto ambiental, mejor habitabilidad y mayor recuperación en su ciclo de vida.
La instalación del robot para construcción impresa-3D en la Universidad del Bío-Bío, en Concepción, constituye una oportunidad única de innovación y desarrollo de una tecnología avanzada para desarrollar nuevos sistemas constructivos y soluciones arquitectónicas ecoeficientes y sustentables, estando disponible para colaboraciones industriales, desarrollo de tesis e investigaciones universitarias, como para también para emprendimientos en nuevos productos o servicios para la construcción.
Durante las 12 ediciones de la revista Negocio&Construcción, entregamos contenido, compartiendo las últimas novedades de la industria y en esta oportunidad en que finaliza el año, la publicación conversó con nuestro gerente Marcos Brito, quien compartió su visión de este 2020, lo que se viene para el 2021 y hasta le escribió una carta al viejito pascuero.
“El 2021 será un año en que revisaremos nuestra hoja de ruta, construida en 2015, a la luz del Informe de Productividad en Construcción de la Comisión Nacional de Productividad y el informe preparado por Matrix a la CChC”, señaló Brito.