Como una nueva herramienta del Compromiso PRO de la Cámara Chilena de la Construcción, se presentó este documento que busca ofrecer una guía que permita a las empresas de los distintos ámbitos de la cadena de valor implementar acciones concretas que reduzcan el impacto ambiental de sus operaciones y contribuyan a un desarrollo más sostenible.
El pasado jueves 21 de noviembre, se realizó el lanzamiento del Manual de Reducción de residuos de construcción y demolición (RCD), documento cuya elaboración fue liderada por CDT en el marco del Compromiso PRO de la Cámara Chilena de la Construcción, en colaboración con Reduciclo.
El proyecto contempló varias etapas, comenzando con un levantamiento de necesidades relacionadas con la reducción de RCD, seguido del desarrollo del contenido y diseño del manual, validando constantemente la información y la estructura a través de reuniones periódicas con el comité técnico integrado por las empresas coautoras para finalizar con el lanzamiento que se llevó a cabo en el Auditorio del edificio CChC, ubicado en la comuna de Las Condes.
Según se detalla en el documento, su objetivo general es proveer directrices para implementar buenas prácticas que reduzcan los Residuos de Construcción y Demolición (RCD), buscando minimizar los residuos en todas las etapas del proyecto, desde el diseño hasta la ejecución, promoviendo la prevención, reducción y la reutilización de residuos y/o materiales.
“Este Manual es una nueva herramienta de nuestro Compromiso PRO, desarrollado con la participación de empresas socias, lo que le da un sentido de realidad: cómo de verdad ponemos en práctica estas herramientas, hacen sentido y cómo son aplicables. Siempre debemos tener una alianza entre lo público, privado y la academia, para poder construir entre todos”, señaló Marisol Cortez, presidenta de la Comisión de Medioambiente CChC, durante sus palabras de bienvenida, agregando que con este manual se espera ofrecer una guía práctica que permita a las empresas de distintos ámbitos de la cadena de valor, implementar acciones concretas que reduzcan el impacto ambiental de sus operaciones, contribuyendo a un desarrollo más sostenible.
El manual fue posible gracias a la colaboración y participación activa de las empresas: Ebco, RVC, Constructora García, Devisa, Flesan, Euro, Empresas Socovesa, Regemac y CTEC, que validaron el contenido de las secciones, las estrategias propuestas y el formato del documento, además de realizar estrategias piloto en sus proyectos de construcción.
Sobre el Manual
Tras las palabras de Cortez, fue el turno de María José Cobo, coordinadora de proyectos de CDT, quien habló sobre la mirada de sostenibilidad de la CChC, que se materializa en los 7 pilares de sostenibilidad del Compromiso PRO y cómo esta nueva herramienta se alinea con el pilar de medio ambiente. Luego explicó el proceso de desarrollo de la herramienta y la división del Manual que se compone de tres tomos: Diseño, Planificación y Ejecución.
Posteriormente, subió al escenario Lucas Bracho, CEO de Reduciclo, que explicó los objetivos del manual y abordó en detalle los tomos del mismo. “Cada uno en específico, contiene tres cosas: estrategias de cómo reducir, formas de medir y generar indicadores con esas estrategias y capacitación y comunicación”, señaló.
En cuanto al primero de ellos, sobre Diseño, se explicó que tiene como objetivo proporcionar estrategias para integrar prácticas de prevención, reducción y reutilización de residuos desde el diseño inicial de los proyectos de construcción. Las decisiones tomadas durante la fase de diseño de un proyecto tienen un impacto duradero en la cantidad de residuos generados y en la sostenibilidad del mismo. Dentro de las estrategias de este tomo se incluyen: atributos circulares en la selección de materiales, cómo reducir mediante la industrialización de las actividades, optimización en el uso e instalación de materiales y análisis de estructuras pre existentes.
Presentando un caso de éxito de estas estrategias, Hernán Farías, supervisor de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Euro, abordó aquella relacionada a cómo reducir mediante industrialización. En la oportunidad, Farías contó sobre la incidencia en la reducción de residuos en la implementación de encofrado monolítico, lo que trajo como beneficios: una disminución de reprocesos en la generación de hormigón, se dejó de generar entre 0,4 y 0,6 m³ de residuo por pulido y descarachado, se dejó de generar 81 m³ de residuos de madera usados en encintado y huinchas de sacrificio, así como un control de mejor manera en protocolo PREXOR. También se habló sobre la implementación de acero predimensionado en fábrica, cuyos beneficios incluían: disminución de la pérdida del fierro (de un 8% a un 2%), disminución de probabilidad de error en la geometría de los elementos y, al presentarse las cargas listas para su instalación, se elimina el ruido por corte, eliminando el riesgo de incidentes por máquina de doblado. Por último, se mencionó la implementación de prefabricado de tabique yeso cartón, que trajo como beneficios: una disminución de la pérdida de residuos de tabiquería del 24 al 2%, así como una optimización de los tiempos de instalación y reducción de residuos generados por tabiquería.
En cuanto al Tomo II: Planificación, tiene por objetivo proporcionar estrategias para integrar prácticas de prevención, reducción y reutilización de residuos desde la etapa de planificación de los proyectos de construcción. Según explicó Bracho, entre las estrategias para este tomo, se encuentran: identificación de elementos de trabajo reutilizables, integración temprana de colaboradores, comunicación de iniciativas de reducción de RCD, instalación de faena: consejos de optimización y planificación de la deconstrucción.
Para presentar un caso de éxito de estas estrategias, Camila Fuenzalida, jefa de Sostenibilidad de Ebco, habló sobre identificación de elementos de trabajo reutilizables e instalación de faenas y consejos de optimización. Durante su presentación, Fuenzalida explicó que abordaron cuatro iniciativas: búsqueda de materiales en buen estado (donde lo importante era revisar recursos disponibles antes de comprar nuevos), elementos reutilizables (soluciones modulares desarmables para volver a usar), residuos como recursos y sistemas de control para maximizar el uso de los equipos propios y en arriendo.
Por último, el Tomo III: Ejecución, tiene como objetivo proporcionar estrategias para integrar prácticas de prevención, reducción y reutilización de residuos desde la etapa de ejecución de los proyectos de construcción. De acuerdo a Bracho, entre las estrategias para este tomo, se encuentran: almacenamiento y transporte de materiales eficiente, verificación de la adecuada entrega, conservación de elementos reutilizables y metodología de reutilización de residuos in situ.
La presentación del caso de éxito estuvo a cargo de Priscilla Quintana, subgerenta de Prevención de riesgos de RVC, quien se refirió a las estrategias centradas en almacenamiento y transporte de materiales eficiente y en la verificación de la adecuada entrega y recepción de materiales. Para reducir las pérdidas relacionadas con la primera, Quintana explicó que en RVC implementaron acciones como: chequeo de almacenamiento de material, uso de racks, utilización de maquinaria para la carga y descarga, bodegas techadas, optimización de planchas de yeso cartón (modulación) y recuperación de retazos, sistema FIFO y baja rotación de personal, plataformas digitales (IConstruye, ON!Track y Prevn) y revisión de inventario general. En cuanto a la estrategia de verificación de adecuada entrega de materiales, señaló que algunos puntos clave para lograrlo eran: definir criterios de calidad claros, implementar procedimientos de inspección y recepción, realizar auditorías y revisiones periódicas e implementar procedimientos de manejo de hallazgos.
Terminadas las exposiciones, se dio paso a un conversatorio moderado por Katherine Martínez, líder de Sostenibilidad ambiental de CDT, donde tanto el público asistente al evento, como aquellos que seguían la transmisión vía ZOOM, podían realizar sus consultas a los expositores.
Para conocer todo el detalle del Manual de Reducción de residuos de construcción y demolición (RCD), puedes descargarlo aquí: https://www.compromisopro.cl/herramientas
El proyecto ganador, denominado Mueve RCD, fue elegido entre sus contendores por contribuir al desarrollo de una construcción más sostenible, al incluir un importante porcentaje de áridos artificiales, provenientes del procesamiento de residuos de la industria siderúrgica, en la fabricación del hormigón.
Durante la recién pasada edición de Edifica 2024, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) convocó al concurso “Construir Innovando”, que invitaba a empresas de la Región Metropolitana, sin importar que fuesen socios o no de la CChC, a presentar sus proyectos en las áreas de construcción, logística y valorización de residuos.
En ese contexto, Aceros AZA, Polpaico, SalfaCorp y Subcargo crearon una exitosa alianza para dar vida a Mueve RCD, proyecto que se erigió como el ganador del certamen. Su propuesta transforma residuos en áridos artificiales para su utilización en hormigón sostenible. Entre sus principales características, este hormigón cuenta con una viabilidad técnica comprobada por el Instituto de Investigación y Ensayos de Materiales (IDIEM), garantiza el cumplimiento de la normativa vigente y puede aplicarse en diversas estructuras, alcanzado resistencias equivalentes a hormigones GN 25, GN 30 o GN 35.
Para Matías Contreras, gerente general de EcoAZA, filial de Aceros AZA, “el valor de este tipo de proyecto es poder dar a conocer la utilidad del acero verde, que es fabricado en nuestra planta de Aceros AZA, y así, visibilizar los atributos ambientales de los áridos artificiales que estamos produciendo en EcoAZA”.
El menor impacto ambiental que produciría el uso de este hormigón es uno de sus principales atractivos, pues se utiliza 30% de material reciclado para su fabricación, por lo que reduce su huella de carbono en una medida equivalente a la plantación de 10.000 árboles al año.
“La alianza que formamos con las empresas Polpaico Soluciones, EcoAZA, Aceros AZA, SalfaCorp y Subcargo puso a disposición su experiencia, creatividad y conocimientos técnicos para resolver problemas complejos para la industria. Para eso, la colaboración fue clave, así como las instancias de aprendizaje y mentoría que la CChC y OpenBeauchef dispuso para nosotros que nos facilitó el camino”, señaló Mario Recabal, gerente corporativo de innovación en Polpaico Soluciones.
Desde SalfaCorp, Soledad Santelices, gerente de Sostenibilidad, afirmó que “participar en esta iniciativa fue una experiencia de mucho valor para SalfaCorp. Vemos grandes oportunidades en la economía circular y trabajar en conjunto, con un mismo propósito, nos llevó a impulsar un proyecto aterrizado y escalable con mucho potencial para enfrentar los desafíos de la industria”.
El reconocimiento otorgado en Edifica 2024 permitirá que el proyecto Mueve RCD avance a la fase piloto, financiada por la CChC, lo que constituye un hito en la transición hacia un futuro de construcción más circular y sostenible.
C
DUOC UC, reafirmando su compromiso con los desafíos de la industria de la construcción, ha implementado un programa avanzado de capacitación para los docentes de su Escuela de Construcción, enfocado en prácticas sostenibles, gestión de residuos de construcción y demolición (RCD) y gestión hídrica. Este innovador programa, gestionado en alianza con la agencia de innovación IUS Latam, permite a los docentes acceder a una moderna plataforma digital de capacitación, posicionando a DUOC a la vanguardia de los conocimientos aplicados en sostenibilidad en el sector académico.
El programa, liderado por la directora de la Escuela de Construcción, Claudia Rojo, responde a la necesidad de integrar prácticas de economía circular y fomentar la equidad de género dentro de la industria. Con una visión estratégica, Claudia Rojo impulsa este proceso de alineamiento en todas las sedes de DUOC a nivel nacional, unificando la enseñanza y asegurando que los principios de sostenibilidad se apliquen de manera coherente y efectiva en cada campus. Este esfuerzo va en coherencia con el modelo educativo de impacto nacional de DUOC y refuerza el compromiso de cada sede con el desarrollo de una industria de la construcción más sostenible y consciente de su entorno, en línea con la estrategia promovida por el Instituto de la Construcción y Construye2025 desde el eje de formación de la Hoja de Ruta Economía Circular en Construcción 2035.
“La formación de nuestros docentes en prácticas sostenibles es un paso fundamental para mejorar la experiencia de aprendizaje de nuestros estudiantes y responder a las demandas de una industria cada vez más consciente de su impacto ambiental,” señaló Claudia Rojo. La directora destaca el rol de DUOC en la construcción de un futuro sostenible, donde la gestión hídrica y de residuos se integran en la malla curricular de la Escuela de Construcción, en respuesta a los desafíos ambientales actuales de Chile.
Escenario de crisis hídrica
El dato estadístico más evidente de la crisis hídrica en Chile es la reducción del 37% en las precipitaciones a nivel nacional en las últimas décadas, con varias regiones experimentando déficits de hasta un 80% en comparación con los promedios históricos. Además, Chile enfrenta 14 años consecutivos de sequía, y alrededor del 76% del territorio nacional está afectado por la escasez hídrica. Estos datos reflejan la urgencia de adoptar medidas de gestión del agua en todos los sectores, especialmente en industrias intensivas como la construcción y la agricultura, para asegurar la disponibilidad de agua en el futuro.
El balance hídrico, la disponibilidad y los usos del agua en Chile son factores críticos para enfrentar la crisis hídrica que afecta al país. El balance hídrico permite medir la relación entre la disponibilidad de agua (a partir de lluvias, ríos, acuíferos y fuentes superficiales) y el consumo en sectores como la agricultura, la industria y el uso doméstico. Esta evaluación es esencial para planificar el uso sostenible de los recursos hídricos y evitar la sobreexplotación, ya que en muchas regiones la demanda supera la capacidad de recarga natural. Con un manejo adecuado de este balance, Chile puede priorizar el agua para las necesidades esenciales, promover la eficiencia en sectores productivos y asegurar la disponibilidad de agua para las futuras generaciones.
En este escenario, el principal motivador para gestionar el agua en la industria de la construcción es la necesidad de cumplir con las normativas ambientales en un contexto de escasez hídrica cada vez más crítico y de paso reducir costos y mitigar riesgos operativos. La gestión eficiente del agua permite a las empresas disminuir su consumo y dependencia de recursos hídricos, lo cual reduce los costos operativos y el impacto ambiental del proyecto. Además, gestionar el agua adecuadamente ayuda a las constructoras a responder a exigencias regulatorias y a mejorar su reputación, fortaleciendo su compromiso con la sostenibilidad. La inversión en tecnologías y prácticas de reutilización y ahorro de agua no solo asegura la viabilidad de los proyectos a largo plazo, sino que también contribuye a la resiliencia del sector y a la transición hacia una construcción más sostenible en Chile y el mundo.
La formación de capacidades en las nuevas generaciones representa un hito en la educación de la construcción, promoviendo una visión de sostenibilidad que beneficiará tanto a técnicos y profesionales como al sector en general. Este esfuerzo reafirma los compromisos con una educación innovadora, inclusiva y responsable, consolidándose como referente en la preparación de técnicos y profesionales que enfrentarán los desafíos medioambientales y sociales del futuro de la construcción en Chile.
Por Carolina Garafulich, presidenta de Construye2025.
Si bien en el mundo, nuestra industria contribuye al crecimiento económico y es un importante pilar de desarrollo, también es necesario asumir que como sector es uno de los grandes consumidores de materias primas, que genera una alta cantidad de residuos, así como entre 25% y 40% de las emisiones de carbono a nivel global, según datos de la Comisión Europea y el World Economic Forum.
En Chile, no estamos lejos de esta realidad: los residuos de la construcción y demolición (RCD) representan cerca de 34% de los residuos sólidos (Conama, 2010). Sin duda, estamos frente a una situación crítica, si consideramos que actualmente hay regiones de Chile que aún no cuentan con lugares autorizados de disposición de residuos sólidos asimilables, por lo que no hay cobertura nacional para su adecuada disposición ni tampoco inversiones proyectadas para resolver esta problemática o una institucionalidad a nivel nacional encargada de la gestión de los RCD.
Pese a que hemos avanzado desde el lanzamiento de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular 2035, realizado en 2021, todavía debemos avanzar en el uso eficiente de los recursos y la gestión sustentable de los residuos de construcción y demolición.
Es necesario entender que no es sostenible continuar bajo el mismo paradigma de la economía lineal en la fabricación de materiales, el proceso constructivo y su cadena de valor. Por el contrario, el camino a incorporar es el de un modelo circular, donde los recursos son reutilizados, pudiendo ser reintegrados al proceso.
Adoptar la economía circular en el diseño, procesos, sistemas y la cadena de suministros del sector, junto con la posibilidad de generar nuevos negocios a través de innovación y desarrollo tecnológico, permitirá mitigar los daños medioambientales generados por el sector. Ese es nuestro desafío crítico.
A partir del diagnóstico generado por Valparaíso Industria Circular, se establece que menos del 2% de las empresas de la región declara sus residuos, debido a varios factores, como la poca fiscalización, desconocimiento de estrategias de valorización, beneficios de éstas, falta de capacitación, lo que conduce a una inadecuada gestión de estos recursos y, por tanto, mala disposición final, entre otros, por lo que una Hoja de Ruta de Economía Circular para Valparaíso deberá recoger estas brechas para alcanzar el potencial de negocios de significan en recursos sub-utilizados.
Más de 200.000 posibles oportunidades de negocios, a través de la valorización de residuos de las empresas de la región de Valparaíso como materias primas secundarias, determinó el diagnóstico de Valparaíso Industria Circular, que fue difundido en la ceremonia de cierre del proyecto “Conformación y activación del ecosistema regional de economía circular, y bases para una hoja de ruta”, ejecutado por la Universidad de Valparaíso y financiado por el Gobierno de Valparaíso, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad 2022.
Dicha proyección se generó en base a las empresas existentes según la información del Servicio de Impuestos Internos (SII; 2022). Sin embargo, si se consideran sólo a las empresas que declaran sus residuos en RETC, la cifra se reduce drásticamente a sólo 2.380 conexiones.
Hoy, hay un consenso en que “la región ha ido reduciendo año a año su productividad material o tasa metabólica (consumo de recursos per cápita), en gran medida por una economía lineal, lo que ha generado impactos ambientales por la extracción de recursos, producción, y mala gestión de residuos y emisiones. A su vez, esta economía no ha aumentado su productividad ni generación de empleos de calidad”, de acuerdo con Patricia Martínez, directora de Valparaíso Industria Circular.
Pese a ello, persisten brechas como “la poca fiscalización, el bajo nivel de declaración de residuos, mala disposición final, lentitud y contradicción en la tramitación de permisos, además la informalidad del sector del reciclaje dificulta el cumplimiento, y poca claridad de cómo la Ley REP puede afectar los modelos de gestión actuales”, según la investigadora de la Universidad de Valparaíso. Y eso sólo en materia de regulación y fiscalización.
En este contexto, el ecosistema de economía circular de Valparaíso valoró la ceremonia realizada el 10 de septiembre y la difusión que se ha hecho a través de Valparaíso Industria Circular, admitiendo de manera unánime que “en la industria tenemos mucho que desarrollar y este proyecto permite ese acercamiento con una nueva relación con la industria y sus residuos”, como señaló el vicerrector de Vinculación de la Universidad de Valparaíso, Carlos Lara, en representación del rector Osvaldo Corrales, quien también agradeció al Gobierno Regional de Valparaíso.
En ese sentido, Hernán Ramírez, seremi de Medio Ambiente de Valparaíso, aseguró que frente a “los más de veinte millones de toneladas al año de residuos generados, de acuerdo al Reporte del Estado del Medio Ambiente 2023, del Ministerio del Medio Ambiente, que en su mayoría terminan en vertederos, es misión de todos exigir un cambio de conducta y de la forma de hacer negocios. Cómo podemos darle una nueva vida a esos residuos y envases”, haciendo un llamado a todas las industrias de la región.
Por su parte, Camila Bolados, jefa de la División de Fomento e Industria del Gobierno Regional de Valparaíso, reveló que “nunca es fácil decidir qué iniciativas apoyar en términos de inversión, porque las necesidades son múltiples, diversas y complejas”. Sin embargo, añadió que hay proyectos estratégicos para la región y “este es uno de ellos, puesto que la circularidad es una aspiración colectiva, no de un solo territorio sino que de todo el país y global”.
Y es que, precisamente, ésa es otra de las brechas detectadas en el trabajo realizado en cinco territorios durante 15 meses: Rapa Nui, Casablanca, San Antonio, Aconcagua y el Gran Valparaíso: la falta de financiamiento e incentivos, en particular para aumentar la oferta de servicios para la valorización de grandes volúmenes y para residuos complejos de valorizar, e instalar la infraestructura necesaria localmente para ello. Se suma la baja oferta de insumos o materiales con contenido reciclado y bajo nivel de asociatividad. En otros ámbitos, Patricia Martínez mencionó brechas en la baja educación en reciclaje y circularidad, tanto en capacidades técnicas como gerenciales y que superen la resistencia al cambio, y baja difusión de casos destacados y avances, así como en baja capacidad tecnológica para valorizar los residuos, y falta de infraestructura pública, centros de acopia y transferencia, lo que aumenta costos y genera la pérdida de oportunidades.
Por ello, “desde 2017 comenzamos a ser parte de la solución con el desarrollo de Plataforma Industria Circular (PIC), una plataforma de facilitación de la colaboración entre organizaciones para enfrentar este desafío”, afirmó la Dra. Martínez, quien también señaló que todas esas brechas detectadas son insumos para el planteamiento de la Hoja de Ruta en Economía Circular para la región de Valparaíso, que deberá construirse prontamente.
Casos destacados
En el desarrollo del proyecto “Conformación y activación del ecosistema regional de economía circular, y bases para una hoja de ruta”, el equipo de trabajo identificó modelos de trabajo en variados sectores: empresas e instituciones públicas, grandes y pequeños, las que son un ejemplo a seguir para toda la región.
Así, destacan Orito, la planta de reciclaje de la Ilustre Municipalidad de Rapa Nui, construida sobre lo que fue originalmente un vertedero. Hoy trabajan con variados tipos de residuos, acopiando, comprimiendo y gestionando envíos hacia Valparaíso y Santiago (falta de valorización local, o volúmenes muy elevados para ello), además tienen programas de capacitación; Kombu-Life en Aconcagua, que realiza procesos de fermentación para la producción y comercialización de Kombucha, Chukrut y Kimchi. Actualmente con cobertura en Los Andes y comunas aledañas, con un modelo de circularidad para el reuso de envases.
También está Kallvü en el Gran Valparaíso, moda circular de alta gama, con diseño textil en dos líneas: fieltro amasado para abrigos sin costura e impresión botánica, todo a mano, junto con Actitud Vinicyma, empresa con enfoque sostenible a base de la revalorización de residuos bioactivos agroalimentarios de Chile para el mundo y que en la actualidad ocupa los descartes vegetales del proceso de la vinificación para realizar nuevos productos a partir de los orujos (cáscaras y pepitas de las uvas) haciendo con ello economía circular.
En tanto, en Casablanca, destacan CAIMI, que con el lema “Ideas que mejoran al mundo”, no sólo innova en la oferta de recubrimientos técnicos (llamado usualmente cuero sintético), sino que lo hace con gran calidad y pensando siempre en la sostenibilidad, y la Ilustre Municipalidad de Casablanca, donde el equipo de reciclaje trabaja en la gestión de los puntos verdes y la operación y gestión del Centro de Tratamiento Intermedio.
Por último, en la Provincia de San Antonio, se detectó a la Comunidad Logística San Antonio (COLSA), que une a públicos y privados, de forma de promover las buenas prácticas en la industria y están en el proceso de desarrollar un Acuerdo de Producción Limpia con 16 empresas, tanto portuarias como extraportuarias, con metas relacionadas a la medición de la huella de carbono, el reciclaje, la eficiencia energética, educación ambiental, entre otras. Por su parte, Reinventa, es una empresa de gestión de reciclaje de aceite de cocina usado, que acopia y vende el aceite, además de realizar educación ambiental, y Sitrans, empresa logística con más de 40 años de historia, parte de Ultramar. Cuenta con una amplia red de depósitos e instalaciones, prestando apoyo a importadores y exportadores de diversas industrias en todo el país.
En la oportunidad, los asistentes también pudieron conocer más de iniciativas en torno a la economía circular en la región de Valparaíso, como las que está implementando la Municipalidad de Viña del Mar, que genera 410 toneladas de residuos al día, las que se van al relleno sanitario El Molle, por lo que Carolina Redondo, coordinadora de la Ley REP del municipio, aseguró que están ocupándose de esta materia para responder el interés de la ciudadanía por reciclar. A juicio de Redondo, un puntal importante de este trabajo es dar a conocer a la ciudadanía que los recicladores de base son un eslabón primordial de la cadena.
Felipe Ossio, director Escuela de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, comentó el impacto de los residuos de demolición y construcción RCD en Chile y la situación de la disposición de éstos en sitios ilegales.
Asimismo, Javier Mora, coordinador del Programa Territorio Circular de Corfo, Sofofa Hub y Ministerio de Medio Ambiente, entregó los aspectos destacados de la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular 2040, aportando datos locales de la región de Valparaíso.
El Reto Economía Circular (REC), iniciativa de innovación abierta impulsada por Construir Innovando, CDT y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), con la ejecución del centro de innovación y emprendimiento de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile OpenBeauchef, ha dado un importante paso luego de seleccionar las cinco alianzas que avanzan a la gran final de este concurso, el que se desarrollará en la Feria Edifica 2024.
El propósito del REC es congregar a diversos actores del sector de la construcción para fomentar el intercambio de conocimientos, colaboración y asociatividad. Su objetivo final es impulsar la transformación hacia un modelo de construcción más sostenible en el país, promoviendo prácticas de economía circular que minimicen los residuos y optimicen el uso de recursos.
Y es que el impulso a repensar y rediseñar sus modelos de negocio y operaciones hacia una construcción más sostenible y productiva es uno de los objetivos de este Reto, así lo explica Conrad Von Igel, gerente de Sostenibilidad e Innovación de la Cámara Chilena de la Construcción “Queremos que el Reto Economía Circular sea un verdadero motor de cambio para nuestra industria. Las cinco alianzas finalistas representan la fuerza del trabajo colaborativo y la innovación aplicada, y son el resultado de un proceso en el que se han integrado soluciones de economía circular que no solo buscan eficiencia, sino también un impacto positivo en toda la cadena de valor. Estamos muy ansiosos de ver cómo se enfrentarán en la gran final y cómo ayudan a acelerar la transformación de la industria.”
Las alianzas finalistas son:
1.- Axis Desarrollos Constructivos SA, Recylink y Sodimac: “Reutilícelo usted mismo”
Este proyecto propone un enfoque innovador para el reaprovechamiento de materiales de construcción, invitando a los usuarios a participar activamente en la reutilización de recursos.
2.- Kyklos, Refil y Boetsch: “Desmoldante R-I”
Este desarrollo busca crear un desmoldante reutilizable y reciclable que reduzca el impacto ambiental en la construcción, alineándose con los principios de la economía circular.
3.- SalfaCorp, Subcargo, Aceros AZA y Polpaico Soluciones: “Mueve RCD”
El proyecto se centra en la creación de un producto circular a partir de residuos de la construcción, específicamente un hormigón elaborado a partir de residuos del acero, contribuyendo significativamente a la reducción de desechos.
4.- Siena Constructora S.A., Ambipar Environment y Volcán: “Transformando un Nuevo RCD”
Este proyecto busca recuperar y reciclar yeso-cartón con el objetivo de reducir costos, disminuir la saturación de vertederos y fomentar el uso de materiales reciclados en las construcciones.
5.- Grupo Flesan, Regemac, Rebuilding e Innovazero: “Nuevos Modelos de negocio Circulares”
La iniciativa propone un innovador modelo de negocios de economía circular para la gestión de residuos, utilizando tecnología para rentabilizar los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) y generar nuevos subproductos.
Camino a la gran final
Las alianzas finalistas se preparan para la instancia decisiva, mediante un proceso en el cual recibirán mentorías y acompañamiento para afinar sus propuestas y perfeccionar sus presentaciones. Durante el proceso que se desarrollará en Edifica, las alianzas presentarán sus proyectos frente a un jurado especializado, y tras la deliberación, las dos iniciativas seleccionadas recibirán financiamiento para la realización de pilotos, y una de ellas será seleccionada como la gran ganadora, participando en una misión internacional organizada por la CChC en 2025.
Mario Recabal Ramírez, gerente de innovación de Polpaico Soluciones, expresó su entusiasmo por el avance del proyecto “Mueve RCD” asegurando que: “El intercambio de conocimientos, la colaboración y la asociatividad para buscar soluciones innovadoras a los desafíos que están presentes en la construcción es un objetivo que compartimos con las empresas de nuestra alianza, y nos acerca a la meta que tenemos de contribuir a una industria más sostenible a través de modelos de economía circular”.
Por su parte, Javier Rojas Vivar, CEO de ReBuilding, destacó la importancia de su propuesta: “En el Demo Day nuestra alianza presentó nuestro innovador modelo de negocios de economía circular para una nueva gestión de residuos que permite, a través de la tecnología, rentabilizar los RCD y generar la creación de nuevos subproductos que impactarán de manera significativa a nuestro rubro y a todo el país”.
Te invitamos a ser parte de Edifica 2024, instancia donde se escogerán las iniciativas que liderarán el camino hacia un futuro más sostenible para el sector, y que serán parte de las múltiples actividades que se estarán desarrollando en la Plaza de la Innovación, lugar de encuentro que busca visualizar y demostrar cómo se proyecta la innovación en la industria.
Fuente: Edifica
La importancia de potenciar los perfiles de los trabajadores del sector a través de la capacitación y certificación, el enfoque sustentable en la gestión de residuos y el cumplimiento de la norma fueron los ejes centrales de este encuentro, en el que participaron destacados especialistas.
La demanda por incorporar prácticas sustentables en el sector de la construcción dio pie al webinar “Desafíos y Nuevas Competencias Laborales en Economía Circular para Trabajadores y Trabajadoras de la Construcción”, en el que participaron Construye2025, ChileValora, Escuela Tecnológica de la Construcción de la Cámara Chilena de la Construcción, el Organismo Sectorial de Competencias Laborales y ReduCiclo.
En la oportunidad, se trataron los tipos de competencias laborales relacionadas con la economía circular que requerirán los trabajadores de cara al futuro, haciendo énfasis en el manejo de residuos; y el financiamiento para cursos que ofrece el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence), para que las empresas puedan perfeccionar a sus colaboradores.
La primera intervención estuvo a cargo de Víctor Makrinov, encargado de Gestión y Despliegue de ChileValora, quien explicó la estructura y funcionamiento de los organismos sectoriales de competencias laborales así como los procesos de evaluación y certificación de competencias laborales. El ejecutivo explicó que ChileValora tiene un directorio tripartito, en que participan representantes del sector privado —Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme)—, el sector público (ministerios del Trabajo, Educación y Economía) y de los trabajadores; y que su principal rol es evaluar y certificar las competencias laborales de trabajadores, por medio de un mecanismo que cuenta con fe pública, de carácter transparente y confiable a nivel nacional, para que aquella parte de la fuerza de trabajo que no dispone de un título, sea valorada y reconocida en su saber hacer, “y que los trabajadores tengan sus competencias laborales adquiridas y para eso se produce un sistema de evaluación, para ver que efectivamente se cumpla con el objetivo”, teniendo en cuenta la normativa del directorio tripartito.
A continuación, expuso Matías Donoso, presidente del Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL). Entre otros aspectos, caracterizó los perfiles clave del sector construcción, de acuerdo con los oficios que este sector requiere y las posibilidades de ir haciendo carrera a través de la capacitación y el aprendizaje. “La ruta que la persona puede seguir para su desarrollo laboral hasta llegar a ser capataz o administrador de una obra, todo ese ciclo de vida del trabajador y las competencias en cada uno de los puestos es lo que vamos trabajando desde el Organismo Sectorial, de manera de ir nutriendo a quienes realizan capacitaciones”, señaló.
En tercer lugar, tomó la palabra Alejandro Jaque, jefe de proyectos de la Escuela Tecnológica de la Construcción de la Cámara Chilena de la Construcción, entidad que se encarga de dictar los cursos de capacitación para trabajadores de la construcción. “Nuestra misión es apoyar a los trabajadores, al bienestar de las personas, mediante el desarrollo del capital humano, entregando y facilitando capacitaciones para las empresas y así potenciar las habilidades personales y laborales de cada trabajador”, dijo.
Por su parte, Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, detalló las motivaciones para impulsar la capacitación y certificación en este ámbito, “no solo desde el punto de vista ambiental, sino también desde las distintas temáticas tiene una tremenda incidencia en la productividad”. La arquitecta dio cuenta de los bajos índices de productividad del país, “por tanto, todos los esfuerzos que hagamos como sector en cuanto a un capital humano más capacitado va a traer no solo beneficio a los trabajadores, sino también a las empresas”.
Finalmente y llevando el foco a la importancia de capacitar hacia la gestión de residuos, Lucas Bracho, CEO de ReduCiclo, sostuvo que “por cada 3,85 metros cuadrados construidos se ha generado en promedio un metro cúbico de desperdicio”, de ahí la necesidad de que los distintos trabajadores del sector manejen el proceso desde una mirada integral, que incluya la prevención, reducción y reutilización de los residuos. Para Bracho, es fundamental “ver los errores del inicio, con esto me refiero a no solamente visualizar el residuo, sino que dónde se genera este residuo”.
Durante el webinar también se hizo un llamado a las empresas a conocer las condiciones del Sence para financiar cursos de capacitación, informarse sobre los descuentos tributarios que implican e incluir estas actividades formativas como parte de la rutina de cada compañía.
Revisa el webinar completo en el canal de YouTube de Construye2025.
A partir del diagnóstico generado por Santiago Industria Circular, se establece que menos del 1% de las empresas de la región declara sus residuos, y de ellas la mitad los valoriza, con lo que se pierde información y recursos que podrían generar más de un millón de oportunidades de negocio y un aumento de empleos verdes, entre otros beneficios.
La simbiosis industrial (SI) reduce la generación de residuos y sus costos de gestión, genera nuevas áreas de empleo e ingreso y formación de alianzas comerciales, tal como lo reconoce la hoja de ruta de Economía Circular. Por ello, es un componente esencial para Santiago Industria Circular, iniciativa del Gobierno de Santiago ejecutada por la Universidad de Valparaíso (UV) y financiada a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional, que ha implementado Plataforma Industria Circular, para facilitar y reportar acciones de simbiosis industrial en la región Metropolitana.
De esta manera, sobre la base de un diagnóstico regional, se estima que se podrían generar 12 conexiones por empresa con otros actores de una misma comuna. “Considerando un segmento objetivo compuesto por las pymes y grandes empresas de los rubros primarios y secundarios, esto da un total de casi 1,5 millones de potenciales conexiones en la región”, puntualiza Patricia Martínez, directora de Plataforma Industria Circular.
Cálculos complementarios con enfoque territorial estiman cerca de 1,2 millones de potenciales oportunidades de negocio, considerando un promedio de 23.000 posibles conexiones entre empresas de una misma comuna.
Para lo anterior, se utilizó la base de datos con las 386.160 empresas de la RM, según el registro del Servicio de Impuestos Internos, y se aplicó un algoritmo desarrollado por la UV para calcular los potenciales “match” de simbiosis.
“El análisis muestra también la baja tasa actual de declaración de residuos no peligrosos de las empresas, a pesar de ser obligatorio para las que generan y/o reciben más de 12 toneladas al año, y el bajo nivel de conexión y simbiosis industrial en dicha gestión”, comenta Martínez.
Así, del total de 386.160 empresas, se ha establecido que sólo 1.608 de las compañías generadoras de residuos cuentan con declaración en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC), equivalente a 3,2 millones de Ton. De esta cifra, solo la mitad de las empresas generadoras valorizaron sus residuos en la RM, llegando a 1,28 millones Ton, en base a 1.400 “conexiones” entre generadoras y receptoras o intermediarios.
De acuerdo con José Tomás Videla, codirector de Plataforma Industria Circular, las empresas que sí declararon sus residuos en RETC, generaron, en promedio, unas 2.000 ton al año, con diferencias entre rubros. Por ejemplo, “las del sector construcción declararon, en promedio, 3.700 Ton, sin mayores diferencias según su nivel de ventas. Sin embargo, de las casi 54.000 empresas de construcción en la región, menos del 1% declaró sus residuos. Por su parte, en el rubro manufactura, la generación de residuos depende del nivel de ventas, siendo 90 Ton el promedio en las pymes, hasta superar las 6.000 Ton en las empresas de mayores ventas. No obstante, de las pymes de manufactura en la región, solo un 2% declaró sus residuos, y de las grandes empresas, un 40% lo hizo”, precisa Videla.
“Avanzar en el cumplimiento de la correcta declaración de los residuos industriales no peligrosos no es solo una obligación, es también el primer paso para entender los tipos y ubicación de los recursos sub-utilizados sobre los cuales se pueden construir negocios y redes de simbiosis industrial en la RM”, advierte la directora de Plataforma Industria Circular.
Solución tecnológico a un problema profundo
Chile, en general, y Santiago, en particular, “cuentan con una brecha muy importante en valorización de residuos en comparación con países de similares ingresos y nivel de desarrollo”, precisa Mauricio Fabry, coordinador del Departamento de Medioambiente, Biodiversidad y Cambio Climático del Gobierno de Santiago, quien también expresa el compromiso por el desarrollo de una región más circular, “donde estemos vinculados como en una mesa de cuatro patas, tal como lo menciona el gobernador Claudio Orrego, donde tengamos siempre el sector productivo, el Estado, las organizaciones sociales y la academia vinculados”.
Así por ejemplo, de acuerdo al diagnóstico de potenciales conexiones de simbiosis industrial, en comunas como Buin y Melipilla, existirían entre siete y ocho matches por empresa; sin embargo, en otras como Maipú, San Bernardo y Quilicura, el potencial ya se mueve entre 18 y 22. En los casos de mayor potencial, se encuentran Santiago y Providencia, por la cantidad de empresas registradas, llegando a 65 y 81 potenciales sinergias respectivamente.
Para profundizar, en el sector primario y secundario existe un espacio enorme, donde los esfuerzos están orientados en facilitar la conexión y fortalecer la red de negocios que pueden participar del ecosistema.
“Esto es precisamente lo que ofrece la Plataforma Industria Circular, la herramienta tecnológica abierta y 100% gratuita, dispuesta por Santiago Industria Circular para que las empresas puedan explorar estas potenciales sinergias”, indica Mijail Villagra, coordinador de Santiago Industria Circular. Para ello, las empresas solo deben registrarse en la plataforma, navegar y aprovechar las oportunidades de negocio que ahí puedan surgir. Además, se entrega un asesoramiento a las empresas para que aprendan a utilizar todas las herramientas que ofrece la plataforma, así como también un apoyo permanente en los acercamientos y reuniones de negocios entre las empresas participantes.
“El llamado es a que se registren y activen las potenciales oportunidades de negocio que se pueden encontrar en la plataforma. Mientras más empresas se unan, más posibilidades tienen de establecer relaciones comerciales que beneficien a todas las partes, contribuyendo a resolver la crisis de residuos que existe hoy, y a su vez, generando valor económico, social y ambiental”, señala Villagra.
En este contexto, el Gobierno de Santiago y el equipo de Santiago Industria Circular invitan a todas las empresas al Seminario “Avances, Oportunidades y Desafíos en la transición a la Economía Circular” ♻. Éste se llevará a cabo el 11 de abril de 2024, de 09:00 a 12:30 horas, en el Salón de Honor, Palacio Consistorial, Municipalidad de Santiago. Las inscripciones están disponibles aquí ➡https://plataforma-industria-circular.cl/inscripciones-seminario/
Alrededor de 85.000 toneladas retiradas por el Ministerio de Obras Públicas solo en la primera etapa de la remoción de escombros en la emergencia de los incendios en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, se suman a los grandes volúmenes de residuos generados tras las catástrofes, más de 20 millones de toneladas se generaron para generadas para el 27F, sin considerar otras catástrofes ocurridas en Chile. Un protocolo que ponga de acuerdo a las autoridades, coordine a los funcionarios públicos y capacite a la ciudadanía en el adecuado manejo y gestión de dichos residuos aparece como idea fuerte tras esta última emergencia.
Para fines de febrero, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas (MOP) informaban que se había terminado la primera etapa de remoción de escombros tras los incendios en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. Fueron un total de 85.000 toneladas las recogidas, de acuerdo a lo señalado en Radio Pauta por el seremi del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Valparaíso, Yanino Riquelme. Esta cifra significaba solo el 70% de la tarea total, según datos del gobierno, y fueron destinados el relleno sanitario El Molle.
Más allá de la respuesta que tuvo el MOP y sus direcciones, cabe analizar que, de acuerdo a lo informado, tal cantidad de toneladas equivale a 56.000 buses vertidos en el relleno sanitario. Por ello, es necesario pensar en la necesidad de contar con un protocolo de manejo de residuos de emergencias, sobre todo considerando que en Chile las emergencias son recurrentes: incendios, terremotos, temporales, etc.
De hecho, en 2021, el Ministerio del Medio Ambiente estimó la generación de residuos ocurrida en el terremoto 27F, “llegando a la conclusión que solo por la afectación a vivienda con la información levantada nacional, se pudieron haber generado más de 20 millones de toneladas de residuos derivados del desastre”, precisa Rubén González, profesional de la Oficina de Economía Circular del MMA.
En 2023, la Oficina de Economía Circular del MMA junto con el Departamento de Gestión Interinstitucional de SENAPRED desarrollaron una propuesta de ficha para levantar información sobre residuos en momentos de desastre y catástrofes, que permita a los servicios locales incorporar estos aspectos en las solicitudes de recursos de forma complementaria al formulario ALFA, y así ayudar a identificar situaciones de riesgo con residuos y solicitar apoyo especializado.
“Este instrumento se encuentra a nivel de borrador a espera de validaciones internas en los servicios para su pilotaje, mejora y luego su instauración como un procedimiento, cuestión que es necesario coordinar con el Ministerio del Interior”, explica González.
Y en la actualidad, el MMA en conjunto con Fundación Chile y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA postulan un fondo GEF para abordar distintos aspectos de economía circular en el sector construcción, fondo que consultará recursos para apoyar el desarrollo de la guía señalada y para desarrollar contenidos de un curso para sensibilizar y educar en estas materias a funcionarios municipales.
Lucas Bracho, CEO de Reduciclo y asesor de Plataforma Industria Circular, cree que es “crucial implementar un protocolo específico para la gestión de residuos derivados de demolición en situaciones de emergencia, como los recientes incendios en la región de Valparaíso”.
La misma opinión tiene Karen Aguilera, fundadora de Revaloriza, empresa de revalorización de residuos de la construcción de la región de Valparaíso: “Sí, es necesario, no tan sólo a raíz de los incendios en particular, sino que basados en los Planes Locales de Cambio Climático, en donde existen variados tipos de emergencias que podemos sufrir. Cada municipio del país debe contar con planes y protocolos que indiquen las forma de actuar ante situaciones que lamentablemente serán más recurrentes, tales como: remociones en masa, derrumbes, demoliciones, incendios, entre otros”, explica.
Aguilera destaca el actuar de la Municipalidad de Quilpué, cuyos profesionales ejecutaron el acopio temporal de residuos en canchas, “al igual que los otros municipios, pero realizando la diferencia entre lo que debe ir a disposición final directamente y lo que sí es posible de valorizar”.
La fundadora de Revaloriza añade que en 1984 “sufrimos en la región de una remoción en masa producto de residuos de construcción dispuestos de manera ilegal en la zona alta del Estero de Reñaca, situación que sigue repitiéndose en varias quebradas de la región, siendo un riesgo latente”. Sobre todo considerando que los incendios han sido reiterativos en la región de Valparaíso desde 2014, y “lamentablemente, con niveles de crudeza altísimos y a esto hay que sumar que somos un país sísmico, en donde no hay que omitir que debemos contar con infraestructura crítica para hacernos cargo de los residuos post desastre”, opina la profesional.
A su juicio, este incendio evidencia lo que por años ha sido una dura realidad: “ser expertos en implementar planes reactivos y no preventivos. Es necesario que nuestros planes preventivos sean conociendo lo que existe en el territorio y que los protocolos sean claros en cómo actuar para que el nivel de incertidumbre sea mucho menor”.
El protocolo
Para Rubén González, un aspecto clave a entender en el caso de desastres en los que se generan escombros, es que entre ellos existen materiales que pueden ser peligrosos y que se suman a los riesgos ya existentes en la zona afectada, y a situaciones posibles como derrumbes, presencia de cadáveres, hasta de la lucha con delincuentes.
En palabras simples, “lo que no debería ocurrir es que las personas, sin debida preparación, sin equipamiento de protección personal adecuado comiencen a retirar escombros, a entregarlos a chatarreros o a acumularlos en las calles para comenzar inmediatamente el proceso de reconstrucción sobre las cenizas o escombros húmedos de su antiguo hogar”, advierte el profesional del MMA.
Al respecto, efectivamente, cree que se hacen necesarios mejorados protocolos de carácter intersectorial que posibiliten dicha diagnosis y es por ello que los distintos agentes del Estado se encuentran promoviendo dicha interacción.
“Como comenté antes, el Ministerio del Medio Ambiente se encuentra coordinado con SENAPRED, así también se realizaron gestiones con MOP, para asegurar que el retiro de escombros que esa entidad ejecuta considere aspectos específicos referidos a gestión de residuos de demolición. Cabe señalar que la NCh 3727:2021 Gestión de residuos – Consideraciones para la gestión de residuos en obras de demolición y auditorías previas a obras de demolición, ya es un primer protocolo que permite tener consideraciones sobre la gestión de residuos en momentos de desastre o catástrofe”, argumenta.
Información a la ciudadanía
Dentro de las múltiples imágenes de los incendios en centros urbanos, es posible ver a los habitantes que han perdido sus viviendas y enseres, levantando con sus propias manos los residuos, lo que abre la pregunta de si se requiere difundir contenidos e información sobre riesgos a la ciudadanía.
Para Rubén González está claro que sí: “mientras más información tenga la ciudadanía sobre los potenciales riesgos referidos a su acción en momentos de desastre y sobre cómo proceder ante el desafío de la remoción de escombros y sobre los efectos de determinado tipo de desastres sobre la habitabilidad de los entornos afectados; es mejor”.
Esto puede ayudar a evitar situaciones en las que la ciudadanía o incluso el personal público o privado, maneje residuos sin adecuados implementos de protección personal, acordes a la peligrosidad de los mismos, así como que se puedan identificar adecuadamente situaciones de riesgo las que se deben notificar a la autoridad.
Lucas Bracho sostiene que “es esencial que se difunda este protocolo entre la ciudadanía para garantizar una respuesta coordinada y eficiente. Crear material educativo, realizar campañas de concientización y organizar talleres comunitarios pueden ser estrategias efectivas para informar a la población sobre lo crucial que es clasificar y desechar apropiadamente los desechos de demolición, reduciendo al mínimo los impactos ambientales y en la salud.
De hecho, el profesional proveniente de la región de Valparaíso que ha desarrollado una carrera en torno a la gestión y valorización de residuos de la construcción y demolición, entrega algunos tips para una situación de emergencia:
Con todo ello, el consultor de Plataforma Industria Circular, señala que el manejo de desechos se vuelve fundamental para la recuperación y reconstrucción sostenible en este tipo de emergencias. “Es esencial promover una cultura de responsabilidad ambiental en la comunidad, aparte de llevar a cabo medidas prácticas. La clave para enfrentar los desafíos ambientales y sociales derivados de la emergencia será la colaboración entre autoridades locales, organizaciones no gubernamentales y la ciudadanía”, piensa, así como también ve como fundamental “tener una planificación a largo plazo, brindar educación continua y fomentar la participación de la sociedad para construir una comunidad más resiliente y sostenible en el futuro”.
Por último, en cuanto a la educación de la ciudadanía, la coordinadora de sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, sostiene que una de las acciones claves a implementar en catástrofes en el manejo de residuos, es proveer a los habitantes de información para la identificación de residuos peligrosos y la protección personal para evitar daños a la salud de las personas.
Uno de los materiales peligrosos que se encuentran en general en las demoliciones de construcciones previas al 2001 es el asbesto, que en caso de encontrarse friable, es decir, en condiciones de desmenuzarse, es altamente peligroso debido a que al respirar sus fibras puede producir enfermedades respiratorias, incluso cáncer. Cabe señalar que el asbesto es un material cuyo uso se prohibió en Chile en el año 2001. Este se puede encontrar presente en cañerías, material aislante, pegamento de palmetas de piso vinílico, entre otros, pero lo más común en nuestro país son las planchas de revestimiento para techumbre.
La arquitecta recomienda revisar el video que se realizó para el manejo de residuos de la demolición, basado en la NCh3727:2021 donde se explican estos aspectos.
El proyecto de la Universidad de Valparaíso (UV) implementó cambios a nivel tecnológico que permitirán fortalecer la conexión entre las empresas para hacer transacciones con sus residuos-recursos en todo Chile. Asimismo, introdujo un módulo especial dirigido a gobiernos regionales y locales para que puedan informarse acerca de la naturaleza de las empresas de su territorio, conocer qué residuos generan, entre otros aspectos.
Nacida como solución tecnológica en 2021, Plataforma Industria Circular (PIC) es un proyecto de la Universidad de Valparaíso (UV), en su origen financiado por el GORE Valparaíso, cuyo objetivo era fomentar la economía circular en la región. El radio de acción de Plataforma Industria Circular se amplió y ahora abarca, además de la Región de Valparaíso, a la Región Metropolitana.
“La plataforma busca conectar a las empresas en torno a la economía circular y responde al objetivo de que hay un mercado para que una serie de residuos no peligrosos puedan ser considerados recursos por las empresas del mismo rubro o de otro rubro”, explica José Tomás Videla, coordinador de PIC.
En palabras sencillas, la Plataforma permite que -por ejemplo- una empresa constructora que tenga residuos pueda usarlos para abastecer a otra constructora que los valorice; o bien, ser ocupados como recursos por una empresa de otra industria. A eso se le conoce conceptualmente como “simbiosis industrial”. Así se impulsa la factibilidad de hacer negocios entre las propias industrias, con participación de gestores, transportistas, recicladores de base y todos los actores y actoras del ecosistema circular.
Los grandes cambios de Plataforma Industria Circular
El corazón del proyecto PIC descansa en un marketplace que básicamente era una vitrina para las empresas que se registraban en la plataforma, y que ofrecían o requerían los recursos subutilizados. Ese marketplace permitía generar un “match” automático que los cerebros detrás de PIC crearon merced a un algoritmo. “Le decimos el Tinder de los residuos industriales”, comenta, entre risas, José Tomás Videla.
A través del marketplace, Plataforma Industria Circular hacía “cálculos de reducción de impacto ambiental e indicadores sociales, por medio del análisis del ciclo de vida, que es la metodología más robusta”, añade Videla. “Eso se mantiene, pero ahora potenciamos el marketplace”, complementa. Hasta ahora, han logrado valorizar 5.395,1 toneladas de residuos.
Videla explica que el marketplace georreferenciado despliega la información en un mapa, en el que el transporte y la distancia pasa a cumplir un rol importante, así como también la normativa que rige para cada región y comuna. En tal sentido, se agiliza el flujo de la navegación por PIC porque el “match” automático no es solo para las empresas que se registran, sino para todas las empresas interesadas en los residuos-recursos de otra firma. Esto le permite a PIC alcanzar una gran cobertura a nivel país.
Al respecto, la directora de PIC, Patricia Martínez comenta que “la inclusión de empresas no registradas en nuestra búsqueda, amplía las oportunidades para nuestros usuarios y promueve una mayor conectividad y acceso a una gama más vasta de recursos”.
El otro elemento innovador obedece a un nuevo módulo, ya que en el equipo gestor de Plataforma Industria Circular advirtió que el marketplace agilizaba ciertos negocios, pero “hay negocios que ocurren por fuera de nuestra plataforma”. A ese grupo de empresas está dirigido este módulo, cuya finalidad es darle trazabilidad al proceso de envío/adquisición de residuos-recursos. “Este módulo habilita la declaración de gestión de residuos y la valorización de estas empresas, de manera tal que les sirva como un gestor de datos y puedan ellas mismas tener indicadores de impacto social y ambiental”, agrega José Tomás Videla.
Una tercera herramienta interesante, realizada con el Gobierno Regional de Santiago, es otro módulo llamado “análisis territorial”, que está orientado exclusivamente a los gobiernos locales o regionales. “Esto les permitirá ver qué empresas están registradas en el Servicio de Impuestos Internos, qué residuos generan y qué posibles negocios se podrían propiciar en cuanto a simbiosis industrial en el territorio, además de ayudarles a tomar decisiones de inversión y fiscalizar”, subraya el co-director de PIC.
“Esto es importante porque los municipios, a partir de normativas como la Ley REP, tienen que ser mucho más proactivos en la gestión de residuos”, agrega Videla.
Al margen de estas actualizaciones, Videla también deja constancia de que el proceso de registro, que antes sólo recaía en las empresas, ahora está abierto a personas naturales: “Ahora se dinamiza más el marketplace considerando que, además, los recicladores de base están formalizándose aún. Hay un mercado en proceso de maduración, por lo que PIC se abre a considerar a las personas”.
Respecto de si esto podría redundar en menos empresas inscribiéndose en la plataforma, Videla lo descarta. “Hemos ido sumando empresas y ya somos varias. Es un proceso lento, pero mientras más empresas se encuentren en el marketplace, más empresas deberían registrarse también”, dice Videla, para quien la plataforma, con estos cambios, definitivamente debería facilitar la transición de las empresas a la economía circular.
Fuente: País Circular
Con 76 puntos alcanzados en la certificación CES, equivalente a nivel Sobresaliente, el recinto educacional destacó por reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción. La constructora a cargo del proyecto cuenta cómo alcanzaron este alto porcentaje.
El liceo B-15 Jorge Teillier ubicado en el sector norte de la comuna de Lautaro, en la región de la Araucanía, cuenta con una infraestructura de 9.215 metros cuadrados y corresponde a la mayor inversión realizada en el ámbito de la educación en el sur de Chile, con un monto que supera los $15.600 millones de pesos.
En mayo de este año logró la certificación CES con 76 puntos, alcanzando un nivel sobresaliente. Postula, además, al requerimiento 21 Manejo de Residuos durante la construcción de la versión 1 y logra reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción.
El inmueble se encuentra terminado. Se trata de un largo anhelo de la población de Lautaro y, según afirmó el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, comenzará su uso prontamente en el próximo año escolar.
La construcción del proyecto estuvo a cargo de la Constructora Wörner. El ingeniero Cristián Pereira estuvo a cargo de la reposición de la infraestructura del liceo y comparte que el proyecto adjudicado al MOP de Temuco tenía un estudio preliminar de certificación preaprobado, producto de ello, una vez adjudicado, se debió proceder con las gestiones de asesoría para llevar a cabo y planificar la certificación del proyecto desde su inicio, como lo solicita la entidad certificadora.
A su juicio, los elementos diferenciadores en la etapa construcción sobre reciclaje y reutilización de materiales fueron que, en primera instancia, se recicló todo el material de poliestireno de despunte utilizado en la etapa de las fundaciones y fue enviado a una empresa local, que recibe parte de los desechos de este material para volver a utilizarlo en su producción. “Esta situación se fue repitiendo constantemente hasta el término de las partidas que utilizaban dicho material. Lo mismo se hizo con los escombros y despuntes de acero que fueron enviados a empresas de reciclaje para su posterior utilización”, comenta el profesional.
En ese sentido y habiendo logrado reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción, Pereira opina que “incorporar el requerimiento CES a un proyecto le da un mayor estándar a toda la construcción, partiendo con la planificación previa para llevar el control de las actividades o partidas que son parte de los requerimientos CES”. Luego, “el control y monitoreo debe ser específico, el seguimiento constante, de tal forma de lograr traspasar a todos los subcontratos involucrados que cualquier cambio de materialidad debe ser previamente aprobado por el certificador, según el modelo previo, el cual no debe variar en puntuación, de manera de no afectar la puntuación inicial aprobada en la etapa de precalificación”, aconseja. Según el ingeniero, “eso hace que un proyecto con requerimiento CES tenga un serie de aristas más a controlar e identificar según el informe de eficiencia y todos los antecedentes del contrato, lo que lo hace más complejo pero más entretenido a la vez”.
Tras esta experiencia, Cristián Pereira asegura que “trabajar en un proyecto de certificación CES le da una plusvalía diferente a la ejecución del proyecto, principalmente porque es una variable que debe ser monitoreada todas las semanas y debe asignar personal a cargo para hacer un seguimiento de los compromisos preestablecidos”.
Pese a que esto se debe hacer con todos los parámetros que comprenden la construcción de un proyecto normal, cree que la diferencia está en que esto funciona en un carril paralelo. “Si bien uno siempre busca estrategias para lograr avanzar con mayor rapidez, al ser un proyecto CES, esto genera mayores restricciones y situaciones a tener en consideración, además de evaluar con el asesor y con los subcontratos involucrados en dichos trabajos, dado que no siempre las alternativas están dentro de lo permitido”, precisa.
De esta forma, se va revisando si los cambios propuestos permiten mantener la puntuación de la precalificación de inicio del proyecto hasta llegar a la etapa de término.
Finalmente, “con la entidad evaluadora todo el trabajo realizado en el desarrollo del proyecto se pone a prueba para obtener la respectiva certificación, sin duda, una gran y enriquecedora experiencia”, asegura Pereira.
Fuente: CES
Nuevamente con aportes del Gobierno Regional de Valparaíso, se realizó el lanzamiento del proyecto, que en esta fase buscará la conformación y activación del ecosistema regional de economía circular, así como las bases para el desarrollo de una hoja de ruta regional de economía circular.
Como una de las ocho propuestas que fueron adjudicadas en 2022 con recursos del Gobierno de Valparaíso, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad de dicho año, se realizó el lanzamiento de la segunda fase de Valparaíso Industria Circular, con el proyecto denominado “Conformación y activación del ecosistema regional de economía circular y bases para una hoja de ruta regional”, código BIP 40049038.
“Es importante destacar que esta iniciativa es coherente con los ejes de la Estrategia Regional de Innovación y con los enfoques transversales vinculados en la Estrategia de Adaptación al Cambio Climático, el fomento de la mediana empresa e integración territorial”, comentó Macarena Erazo, representando a la División de Fomento e Industria (DIFOI) del Gobierno Regional de Valparaíso.
A través de un diagnóstico regional llevado a cabo por la Universidad de Valparaíso, entidad ejecutora de esta iniciativa, se da cuenta de un gran potencial de la región de Valparaíso para la economía circular y, en particular de la simbiosis industrial, es decir, el intercambio de recursos subutilizados entre empresas. Sin embargo, también identifica empresas que no han logrado mantenerse en el tiempo y barreras tecnológicas que han impedido guardar estas innovaciones. “Se ha observado que el esfuerzo de muchas empresas en la valoración y la sinergia no está alcanzando, no está escalando ni replicándose, ya sea por parte de la información, por los precios, los costes de transacción, la normativa, la reglamentación, opciones de insumos, materiales, entre otros”, precisó Erazo.
Por ello, en esta segunda fase, el objetivo de este proyecto serán las micro, pequeñas y medianas empresas que conforman la cadena de valorización de los residuos de sus productos industriales.
“Para el Gobierno Regional de Valparaíso, hay efectos de esta iniciativa que nos gustaría relevar primero, la intervención en cinco áreas territoriales para realizar el análisis de posibles redes y servicio industrial en función de las vocaciones productivas de los territorios; se considera el área metropolitana de Valparaíso, el Valle de Casablanca, la provincia de San Antonio y Rapa Nui”, precisó la representante del gobierno regional.
Por su parte, Hernán Ramírez, seremi de Medio Ambiente de Valparaíso, aseguró que la economía circular es de gran importancia para el ministerio, con una hoja de ruta nacional trazada al 2040, y que “este proyecto viene también a trabajar y a aportar en la concreción de la hoja de ruta regional, puesto que Valparaíso juega un rol fundamental”.
El seremi habló de las iniciativas que ya están en marcha en las industrias de envases y embalajes y neumáticos; sin embargo, hizo un llamado al sector de la construcción, que “aún está al debe, entonces el poder ir avanzando en esa área es algo fundamental y que la región de Valparaíso se destaque como proponente de políticas de orientaciones, indudablemente va a permitir tener ayuda adicional para enfrentar este problema que es una problemática desde Arica a Punta Arenas”.
Trabajo en conjunto
Desde la Universidad de Valparaíso, el decano de la Facultad de Ingeniería, Esteban Sefair, destacó la cantidad de organizaciones que apoyan esta iniciativa, lo que le hace ver que van por el camino correcto. “Quiero felicitar la convocatoria, porque podemos tener todas las plataformas, pero si no están las voluntades, las políticas y los mecanismos para que quienes generan residuos o subproductos se encuentren con mercados para valorizar, va a ser complicado”.
El lanzamiento de esta segunda fase de Valparaíso Industria Circular, se apalanca en el trabajo de varios años del equipo de la Plataforma Industria Circular, una herramienta digital para facilitar el componente de la simbiosis industrial de la economía circular, cuyo desarrollo ha estado liderado por la ingeniera y académica de la UV Patricia Martínez Ramírez.
La profesional coincidió con las autoridades, en que “estos problemas y desafíos que tenemos actualmente sólo los podemos resolver de manera conjunta”. Y es que como recordó: “estamos siendo bastante ineficientes en el consumo de los recursos que hoy empleamos para sostener nuestros sistemas de vida, lo que nos hace vulnerables en varios sentidos y esa vulnerabilidad la hemos recogido en distintos instrumentos que tenemos a nivel nacional e internacional”.
De hecho, Martínez mostró la evolución de la relación entre el PIB y el consumo interno de materiales en el país, concluyendo que “Chile consume 40 toneladas de recursos per cápita y la media de los países OCDE es de 14,6 toneladas per cápita, por lo tanto consumimos mucho más que los países con los que nos deberíamos estar comparando, y está ineficiencia ha ido aumentando en el tiempo”, explicó.
Y otro dato alarmante es que la productividad material de esos recursos extraídos permite que Chile genere por cada kilo de material extraído 0,6 dólares, mientras que el promedio de los países OCDE, se generan 4 dólares por cada kilo de material que extraen, “por lo tanto ahí tenemos dos indicadores que nos permiten ver de manera concreta cuán improductivos somos”, sostuvo.
En ese sentido, la investigadora de la UV señaló que “debemos salir de la economía lineal para avanzar no solo en el reciclaje, porque el reciclaje es una de las cosas que tenemos que abordar, sino que implementar de manera real lo que es la economía circular”.
En números, el Programa de Desarrollo Económico de la Comunidad Europea basado sólo en estrategias de ecología industrial y economía circular, ha establecido rendimientos económicos cercanos a los 320 millones de euros para el horizonte del 2025, es decir, “estamos en esto por los beneficios que podría generar la implementación de la economía circular. Pero, para avanzar necesitamos un cambio sistémico, lo que nos permitirá construir resiliencia de largo plazo, residencia territorial, por ende, impactos locales y generar oportunidades económicas y de negocios, proporcionando en el proceso beneficios ambientales y sociales”.
En este contexto, la directora de Valparaíso Industria Circular, comentó que el proyecto trabaja en el ámbito de la simbiosis industrial, equivalente a un enfoque colectivo para generar ventajas competitivas entre empresas y sectores productivos que intercambian recursos entre ellos: energía, agua, subproductos industriales, así como servicios o infraestructuras, contribuyendo, entonces, al principal desafío: la transición hacia la economía circular.
Para finalizar este lanzamiento de Valparaíso Industria Circular, se realizó el conversatorio “Colaboración y desafíos para la economía circular en la industria”, con la participación de Macarena Erazo, representando al Gobierno Regional de Valparaíso; Cristian Fuentes, representante de la Seremi de Medio Ambiente, Iván Lazo, director de la Dirección de Gestión Medioambiental (DIGEMA) de la Ilustre Municipalidad de Casablanca; Felipe Ahumada Barrales, coordinador del programa Territorio Circular de Corfo; Javier Torrejón, presidente de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP) y Cristian Garín Stuardo, representante de la Cámara Chilena de la Construcción de Valparaíso.
Con la visión de acelerar la transición hacia una economía circular en el sector de la construcción, IUS Latam y Gestrash se unen en una alianza estratégica orientada a la gestión sostenible de los residuos de esta industria.
Esta colaboración se centrará en una de las regiones con mayores problemas en relación a los residuos dado el aumento del desarrollo inmobiliario, con el propósito de implementar prácticas más sustentables en la gestión de residuos de construcción y demolición (RCD), potenciando así el desarrollo de la industria local y promoviendo un cambio de paradigma hacia la economía circular en el sector de la construcción.
Esta alianza busca contribuir a la Estrategia de Economía Circular en Construcción 2025 liderada por la Cámara Chilena de la Construcción, el Instituto de la Construcción y Construye2025 desde el eje de Formación y la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035.
Sobre Gestrash
Gestrash, fundada en Concepción, se ha destacado por su compromiso de impulsar una cultura de construcción pensando en ciudades sostenibles y generar cambios favorables en la sostenibilidad territorial. Liderado por Karen Flores, ingeniera constructora experta en economía circular y gestión de residuos, Gestrash trabaja desde los Objetivos de Desarrollo Sostenible y une a diversas entidades, desde constructoras e inmobiliarias hasta ministerios y centros de innovación, en un modelo de “simbiosis colaborativa” que busca aprovechar la economía circular para generar valor ecológico, social y económico.
El Reto
La Región del Biobío enfrenta desafíos importantes en la gestión de residuos, situación que destaca la importancia de que los actores del sistema público y privado trabajen en alianza, y pensando de manera ecosistémica en el diseño de los proyectos. Un notable desafío es la situación de los rellenos sanitarios en la región, que están alcanzando su capacidad máxima de acopio.
En este escenario, la gestión adecuada de los residuos de construcción y demolición (RCD) se vuelve crucial. Según estimaciones de Gestrash, por cada metro cuadrado construido se genera aproximadamente 0,3 m³ de residuos, representando cerca del 1,5% del costo en el presupuesto de una obra. Esta situación resalta la urgencia de buscar soluciones alternativas y sostenibles, lo que incluye también la gestión de residuos de construcción y demolición (RCD), y pone en relevancia la alianza entre IUS Latam y Gestrash para trabajar hacia una gestión más sostenible en la industria de la construcción en la Región del Biobío.
Objetivos de la Alianza
Esta alianza busca transformar la manera en que se manejan los residuos de construcción en la Región del Biobío, a través de la implementación del curso “Gestión de Residuos en Obras de la Construcción y Demolición (RCD)” y de la expertise en terreno de Gestrash en Gestión RCD. Esta colaboración promoverá la creación de una cultura integral entre todos los colaboradores involucrados y fomentará la recuperación efectiva de desechos de construcción, apuntando a la reutilización y transformación de los residuos en materias primas secundarias. De esta manera, ambas organizaciones se comprometen a trabajar conjuntamente para hacer de la gestión de RCD una práctica más sostenible y eficiente, contribuyendo al avance hacia una economía circular en la Región del Biobío.
Una Oportunidad para la Innovación y Colaboración
IUS Latam y Gestrash invitan a las empresas de la construcción de la Región del Biobío a capacitar a los trabajadores para hacer de la economía circular una realidad en la industria. Mediante la capacitación, la colaboración y la innovación, podemos contribuir a la creación de un futuro más sostenible para la ciudadanía de la región.
Fuente: IUS Latam
Bajo el compromiso de llevar las actividades a los territorios, el lunes 6 de noviembre en el Centro El Canelo de Nos de San Bernardo, se llevó a cabo el encuentro en el que participaron empresas y emprendimientos de distintos puntos de la Región Metropolitana.
En el Centro El Canelo de Nos de San Bernardo se realizó un nuevo Taller de Facilitación de Sinergias de Santiago Industria Circular, iniciativa realizada por el Gobierno de Santiago en conjunto con la Universidad de Valparaíso y financiada a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional. En la oportunidad, los énfasis estuvieron dirigidos a las comunas de San Bernardo, Buin y Puente Alto y el centro El Canelo de Nos fue el lugar preciso, ya que dicho centro busca contribuir a la construcción de una sociedad social y ambientalmente más sustentable, entendida ésta desde una visión integral.
Mijail Villagra, coordinador de Santiago Industria Circular, explicó que el “Taller de Facilitación de Sinergias” busca ser una plataforma de promoción y facilitación de simbiosis industrial para avanzar hacia la economía circular en la Región Metropolitana, permitiendo a los participantes interiorizarse en la Plataforma Industria Circular, conocer la experiencia de otras empresas y también hacer sinergias con ellas. Asimismo, presentó la tecnología y las realidades de las tres comunas, comentando los resultados de los talleres en otros sectores de la capital.
Comenzando con el caso de San Bernardo, Villagra mostró en el mapa que la comuna tiene una gran potencial sinergia industrial; concentrándose principalmente en las actividades de comercio (26%), servicios (22%), construcción e inmobiliario (16%). En la comuna hay 7.632 empresas registradas en el SII y de ellas, 160 empresas tienen declaración en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) por 47.404 toneladas. De las cuales se logró valorizar el 13%, pero solamente un 2% se hizo en la comuna, lo que corresponde a 6.211 toneladas.
Concluyendo que existe un potencial de sinergias y negocios en San Bernardo, tomando las 7.632 empresas en la comuna, al excluir aquellas empresas del rubro de servicios, comercio, almacenamiento y microempresas, se llega a 645 empresas. A este número se aplica el algoritmo de potenciales sinergias, detectando 11.702 casos. El economista continuó con el caso de Puente Alto, donde realizando el mismo ejercicio académico se detectaron 4.447 casos. Las relaciones con más casos son construcción-construcción, construcción-manufactura, suministro de agua y alcantarillado-transporte, y transporte-manufactura.
Por último, para el caso de Buin, se consideran 3.353 empresas y al excluir las de los rubros de servicios, comercio, almacenamiento y microempresas; se llega a 157 empresas, con 1.183 potenciales sinergias donde destacan las relaciones en construcción, transporte, manufactura y productos de alimentos.
Resultados del taller
Uno de los asistentes, el vecino de Buin Nelson Bizama, comentó el caso de su emprendimiento de desechos orgánicos Comercial Dellwi Oil, el cual le da valor al desecho orgánico de las ferias libres del sector, produciendo con éste humus de lombriz, bio fertilizante orgánico y aceite de lombriz, el cual tiene uso estético y terapéutico. Se han adjudicado financiamiento de Sercotec, como el Capital Semilla y Crece, así como Semilla Expande de Corfo. Además, fueron ganadores del “Premio Industria, Innovación e Infraestructura” de los Premios Iniciativas Sustentables 2022, que realiza el HUB Sustentabilidad de LT-PULSO. Pese a ello, Bizama se encuentra hace largo tiempo en la búsqueda sin éxito de un terreno a través del Gobierno de Santiago y Bienes Nacionales. En el taller obtuvo feedback de los organizadores y también de los asistentes. Asimismo, se le dieron contactos para avanzar con su cometido. En tanto, Patricia Martínez, directora de Plataforma Industria Circular, le entregó directrices, le agradeció que tocase el tema de los residuos orgánicos y aconsejó llevar la instancia a la oficina de residuos del Gobierno de Santiago.
Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, también se sumó a este caso y dio a conocer las Mesas Ejecutivas para Productividad, una instancia de coordinación del Ministerio de Economía. De esta manera, el caso de Comercial Dellwi Oil fue un ejemplo de lo que son estos talleres y lo que se puede aportar a los participantes. En ellos, se produce una vinculación entre las empresas y la exposición de casos transversales. Por ello, “Encontré mucho apoyo, me entregaron correos, vamos a tener reuniones. Me siento muy conforme”, compartió Bizama.
Por su parte, Virginia Pérez tiene un emprendimiento de transformación con telas de mezclilla en desuso y es de San Bernardo: “Me pareció muy interesante, porque me pude relacionar e informar de otras organizaciones. En este caso, voy aprendiendo hasta dónde puedo llegar con lo que realizo y el aporte que genero a la comunidad”, acotó.
Entre las empresas participantes se encontraba SKC representada por Osvaldo Pardo, ingeniero de desarrollo a cargo del proyecto de SKC Circular, el que distribuye maquinaria destinada a industrializar procesos de reciclaje y segregación. Pardo afirmó que se va del taller con muy buenos resultados y que le fue muy fructífero.
Igual fue el caso de Gestión Ambiental Pañiwe, representada por su director César Castro. Pañiwe es una empresa nacional que entrega soluciones integrales en gestión y valorización autorizada de residuos eléctricos y electrónicos. A su director le pareció muy interesante, sobre todo el poder interactuar con empresas, con el municipio y la diversidad que se dio en la ronda de negocios.
Y de la comuna anfitriona, Amalia Olmedo, encargada del Departamento de Desarrollo Local Sustentable, destacó lo interesante de la instancia, ya que en ella se generan muchas oportunidades, de gran valor, “en especial el hacer grupos en la rueda de negocio a través de la entrega de ejemplos concretos”.
Al finalizar, Alejandra Tapia, de Construye2025, aseguró que la instancia fue muy valiosa y permite llevar la economía circular a los distintos territorios, así como ver su potencial de desarrollo: “Hoy hemos conversado con gestores, con empresas proveedoras y de distintas escalas también y vemos cómo se pueden producir las conexiones, las colaboraciones y redes entre las distintas empresas para impulsar la economía circular”.
Al finalizar el taller, los asistentes firmaron actas para explotar las potenciales sinergias con las empresas participantes, así como también hacer uso de la Plataforma Industria Circular para la gestión de sus residuos.
A través de un proceso de Design Thinking, la constructora decidió convertir un proyecto de demolición de veredas en uno que aportara valor a la comunidad, evitando que cerca de 300 m3 de residuos fueran al vertedero, así como ahorros asociados al pago del traslado y disposición de cerca de 2.000 m2 de veredas que fueron reutilizadas.
Tradicionalmente, un proyecto de reposición de aceras y veredas se ejecuta demoliendo los elementos y luego re pavimentando. Ante la oportunidad de un proyecto de este tipo en Punta Arenas – y como es habitual cada vez que inician un nuevo trabajo- en la empresa Desarrollos Constructivos Axis realizan reuniones de innovación bajo la metodología Design Thinking, para detectar desafíos, las que se llevan a cabo en cinco etapas: empatizar, definir, idear, prototipar y testear.
Y en este caso, evidenciaron grandes desafíos, como cuenta Mikel Fuentes, líder de Innovación y Economía Circular de la compañía. “Si ejecutábamos el proceso de manera tradicional, la demolición de veredas terminaría en un vertedero, junto con todos los problemas asociados a la ejecución, como ruido, polvo, maquinaria, camiones en tránsito y costos de disposición final. Junto con esto, detectamos que las viviendas colindantes al proyecto presentaban barro en sus entradas, debido a la falta de radier o pastelones en el patio de sus casas”, señala.
Es así como “considerando los ‘dolores’ detectados en la etapa de empatizar, nos planteamos el desafío de repensar el proceso de reposición de veredas para generar menos residuos y aportar valor en el entorno”, sostiene el profesional.
De esta manera, generaron ideas de manera colaborativa, con la participación de Gerencia, el área de Innovación de Axis y el equipo del proyecto. “Surgieron diversas ideas y una fue la ganadora: en vez de demoler, cortar las veredas para transformarlas en pastelones, útiles para los vecinos y para nuestras propias instalaciones”, dice Fuentes.
Fue así como “transformamos un residuo en un producto en el marco de la economía circular. Realizamos prototipos de los pastelones e involucramos a la comunidad, la que validó la solución y recibió estos pastelones, junto con un tríptico informativo sobre el cuidado del medioambiente y nuestro plan de gestión de residuos. Transformamos un proceso de demolición, que genera inconvenientes y malos ratos para los vecinos, en un proceso que aporta y entrega valor a la comunidad”, precisa el líder de Innovación y Economía Circular de Axis.
Beneficios para todos
Mikel Fuentes comenta que no tuvieron inconvenientes desde el punto de vista normativo, puesto que su idea estuvo enfocada en la R de Reusar, es decir, “darle un uso similar a las veredas, pero en formatos más pequeños y no como materia prima para otro proceso productivo (Reciclar)”.
Al ser consultado por los resultados, el constructor civil sostiene que en términos medioambientales, los beneficios son claros, ya que al cortar las veredas y reusarlas, evitaron que aproximadamente 300 m3 de residuos terminaran en un vertedero. “Esto equivale a cerca de 2.000 m2 de veredas reutilizadas. Lo anterior se traduce en menores costos para la empresa, pues evitamos el pago asociado al traslado y disposición de estos cerca de 300 m3 de residuo. Cabe destacar que el proceso fue pensado para que los pastelones fueran cortados cerca de los vecinos que finalmente recibirían el producto, por lo que los costos de traslado fueron prácticamente cero”, añade.
Sobre los beneficios sociales, a su juicio, éstos son más bien cualitativos, “pero todo se traduce en que nos transformamos en un buen vecino. Dimos solución a una necesidad en la comunidad y aprovechamos de generar conciencia en los trabajadores y los vecinos con respecto al cuidado del medioambiente, mediante un ejemplo concreto y práctico de economía circular. Además, si consideramos camiones de 8m3, disminuimos la circulación de cerca de 38 camiones por el barrio”.
Dado el éxito de esta idea y gracias al impulso de haber ganado el Premio Cero Basura 2022, en la categoría Cambio Cultural, la empresa ha replicado esta práctica en los nuevos proyectos que están construyendo. Por ejemplo, en Puerto Natales, en un proyecto de construcción de una plaza, “reutilizamos el pavimento existente en formatos de pastelones más grandes que los que ya habíamos utilizado, además de reusar cerca de 300 m2 de pasto sintético para la comunidad”, cuenta. Por su parte, en un proyecto que está comenzando en Puerto Varas, “estamos prototipando medidas aún más grandes, en formatos de 2x2m, para poder reutilizar el pavimento en nuestras instalaciones de faenas y en el entorno, creando un producto izable, montable y reutilizable, en el marco de la industrialización de nuestros procesos”, asegura Fuentes.
Y así, cada vez son más las iniciativas que Axis está desarrollando en la línea de economía circular, “ya que estamos convencidos de que es el camino”, declara el profesional. Por lo mismo, un hito importante en Axis fue crear el cargo “Profesional de Innovación y Economía Circular”, para poner foco e impulsar aún más la innovación y el trabajo colaborativo en torno a este importante tema. “Es así como seguimos desarrollando iniciativas que buscan transformar los residuos en recurso y agregar valor en la comunidad. Por ejemplo, en un proyecto que involucra el roce de árboles, transformaremos dichos residuos en compostaje”, añade.
La constructora pretende continuar por esta vía, puesto que “la economía circular nos invita a cuestionar y repensar los procesos tradicionales. Es una gran oportunidad para innovar y generar cambios que aporten al cuidado del medioambiente. Vivimos en un mundo donde los recursos son limitados, pero nuestra creatividad no. De manera colaborativa debemos avanzar para tener un futuro sostenible”, concluye.