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La urgente necesidad de contar con un protocolo de manejo de residuos de emergencias

Fecha: 28/03/2024

Alrededor de 85.000 toneladas retiradas por el Ministerio de Obras Públicas solo en la primera etapa de la remoción de escombros en la emergencia de los incendios en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, se suman a los grandes volúmenes de residuos generados tras las catástrofes, más de 20 millones de toneladas se generaron para generadas para el 27F, sin considerar otras catástrofes ocurridas en Chile. Un protocolo que ponga de acuerdo a las autoridades, coordine a los funcionarios públicos y capacite a la ciudadanía en el adecuado manejo y gestión de dichos residuos aparece como idea fuerte tras esta última emergencia.

Para fines de febrero, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas (MOP) informaban que se había terminado la primera etapa de remoción de escombros tras los incendios en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. Fueron un total de 85.000 toneladas las recogidas, de acuerdo a lo señalado en Radio Pauta por el seremi del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Valparaíso, Yanino Riquelme. Esta cifra significaba solo el 70% de la tarea total, según datos del gobierno, y fueron destinados el relleno sanitario El Molle.

Más allá de la respuesta que tuvo el MOP y sus direcciones, cabe analizar que, de acuerdo a lo informado, tal cantidad de toneladas equivale a 56.000 buses vertidos en el relleno sanitario. Por ello, es necesario pensar en la necesidad de contar con un protocolo de manejo de residuos de emergencias, sobre todo considerando que en Chile las emergencias son recurrentes: incendios, terremotos, temporales, etc.

De hecho, en 2021, el Ministerio del Medio Ambiente estimó la generación de residuos ocurrida en el terremoto 27F, “llegando a la conclusión que solo por la afectación a vivienda con la información levantada nacional, se pudieron haber generado más de 20 millones de toneladas de residuos derivados del desastre”, precisa Rubén González, profesional de la Oficina de Economía Circular del MMA.

En 2023, la Oficina de Economía Circular del MMA junto con el Departamento de Gestión Interinstitucional de SENAPRED desarrollaron una propuesta de ficha para levantar información sobre residuos en momentos de desastre y catástrofes, que permita a los servicios locales incorporar estos aspectos en las solicitudes de recursos de forma complementaria al formulario ALFA, y así ayudar a identificar situaciones de riesgo con residuos y solicitar apoyo especializado. 

“Este instrumento se encuentra a nivel de borrador a espera de validaciones internas en los servicios para su pilotaje, mejora y luego su instauración como un procedimiento, cuestión que es necesario coordinar con el Ministerio del Interior”, explica González.

Y en la actualidad, el MMA en conjunto con Fundación Chile y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA postulan un fondo GEF para abordar distintos aspectos de economía circular en el sector construcción, fondo que consultará recursos para apoyar el desarrollo de la guía señalada y para desarrollar contenidos de un curso para sensibilizar y educar en estas materias a funcionarios municipales.

Lucas Bracho, CEO de Reduciclo y asesor de Plataforma Industria Circular, cree que es “crucial implementar un protocolo específico para la gestión de residuos derivados de demolición en situaciones de emergencia, como los recientes incendios en la región de Valparaíso”.

La misma opinión tiene Karen Aguilera, fundadora de Revaloriza, empresa de revalorización de residuos de la construcción de la región de Valparaíso: “Sí, es necesario, no tan sólo a raíz de los incendios en particular, sino que basados en los Planes Locales de Cambio Climático, en donde existen variados tipos de emergencias que podemos sufrir. Cada municipio del país debe contar con planes y protocolos que indiquen las forma de actuar ante situaciones que lamentablemente serán más recurrentes, tales como: remociones en masa, derrumbes, demoliciones, incendios, entre otros”, explica.

Aguilera destaca el actuar de la Municipalidad de Quilpué, cuyos profesionales ejecutaron el acopio temporal de residuos en canchas, “al igual que los otros municipios, pero realizando la diferencia entre lo que debe ir a disposición final directamente y lo que sí es posible de valorizar”. 

La fundadora de Revaloriza añade que en 1984 “sufrimos en la región de una remoción en masa producto de residuos de construcción dispuestos de manera ilegal en la zona alta del Estero de Reñaca, situación que sigue repitiéndose en varias quebradas de la región, siendo un riesgo latente”. Sobre todo considerando que los incendios han sido reiterativos en la región de Valparaíso desde 2014, y “lamentablemente, con niveles de crudeza altísimos y a esto hay que sumar que somos un país sísmico, en donde no hay que omitir que debemos contar con infraestructura crítica para hacernos cargo de los residuos post desastre”, opina la profesional. 

A su juicio, este incendio evidencia lo que por años ha sido una dura realidad: “ser expertos en implementar planes reactivos y no preventivos. Es necesario que nuestros planes preventivos sean conociendo lo que existe en el territorio y que los protocolos sean claros en cómo actuar para que el nivel de incertidumbre sea mucho menor”.

El protocolo

Para Rubén González, un aspecto clave a entender en el caso de desastres en los que se generan escombros, es que entre ellos existen materiales que pueden ser peligrosos y que se suman a los riesgos ya existentes en la zona afectada, y a situaciones posibles como derrumbes, presencia de cadáveres, hasta de la lucha con delincuentes. 

En palabras simples, “lo que no debería ocurrir es que las personas, sin debida preparación, sin equipamiento de protección personal adecuado comiencen a retirar escombros, a entregarlos a chatarreros o a acumularlos en las calles para comenzar inmediatamente el proceso de reconstrucción sobre las cenizas o escombros húmedos de su antiguo hogar”, advierte el profesional del MMA. 

Al respecto, efectivamente, cree que se hacen necesarios mejorados protocolos de carácter intersectorial que posibiliten dicha diagnosis y es por ello que los distintos agentes del Estado se encuentran promoviendo dicha interacción. 

“Como comenté antes, el Ministerio del Medio Ambiente se encuentra coordinado con SENAPRED, así también se realizaron gestiones con MOP, para asegurar que el retiro de escombros que esa entidad ejecuta considere aspectos específicos referidos a gestión de residuos de demolición. Cabe señalar que la NCh 3727:2021 Gestión de residuos – Consideraciones para la gestión de residuos en obras de demolición y auditorías previas a obras de demolición, ya es un primer protocolo que permite tener consideraciones sobre la gestión de residuos en momentos de desastre o catástrofe”, argumenta. 

Gentileza ATON
Gentileza ATON

Información a la ciudadanía

Dentro de las múltiples imágenes de los incendios en centros urbanos, es posible ver a los habitantes que han perdido sus viviendas y enseres, levantando con sus propias manos los residuos, lo que abre la pregunta de si se requiere difundir contenidos e información sobre riesgos a la ciudadanía.

Para Rubén González está claro que sí: “mientras más información tenga la ciudadanía sobre los potenciales riesgos referidos a su acción en momentos de desastre y sobre cómo proceder ante el desafío de la remoción de escombros y sobre los efectos de determinado tipo de desastres sobre la habitabilidad de los entornos afectados; es mejor”. 

Esto puede ayudar a evitar situaciones en las que la ciudadanía o incluso el personal público o privado, maneje residuos sin adecuados implementos de protección personal, acordes a la peligrosidad de los mismos, así como que se puedan identificar adecuadamente situaciones de riesgo las que se deben notificar a la autoridad.

Lucas Bracho sostiene que “es esencial que se difunda este protocolo entre la ciudadanía para garantizar una respuesta coordinada y eficiente. Crear material educativo, realizar campañas de concientización y organizar talleres comunitarios pueden ser estrategias efectivas para informar a la población sobre lo crucial que es clasificar y desechar apropiadamente los desechos de demolición, reduciendo al mínimo los impactos ambientales y en la salud.

De hecho, el profesional proveniente de la región de Valparaíso que ha desarrollado una carrera en torno a la gestión y valorización de residuos de la construcción y demolición, entrega algunos tips para una situación de emergencia:

  • Separación inmediata: Es esencial clasificar los desechos en distintas categorías como madera, metal, plástico y escombros, inmediatamente después de la emergencia. Esto hará más fácil la gestión y el reciclaje en el futuro.
  • Zonas de acopio temporal: Asegurar que las áreas designadas para la disposición temporal de residuos estén ubicadas lejos de fuentes de agua y áreas sensibles.
  • Colaboración con recicladores: Promover la colaboración con recicladores locales para aumentar al máximo la recolección de materiales reciclables. Designar lugares concretos para la entrega de los artículos.
  • Monitoreo de sustancias peligrosas: Es importante identificar y manejar correctamente los desechos que podrían contener sustancias dañinas, como productos químicos del hogar o materiales de construcción tóxicos.

Con todo ello, el consultor de Plataforma Industria Circular, señala que el manejo de desechos se vuelve fundamental para la recuperación y reconstrucción sostenible en este tipo de emergencias. “Es esencial promover una cultura de responsabilidad ambiental en la comunidad, aparte de llevar a cabo medidas prácticas. La clave para enfrentar los desafíos ambientales y sociales derivados de la emergencia será la colaboración entre autoridades locales, organizaciones no gubernamentales y la ciudadanía”, piensa, así como también ve como fundamental “tener una planificación a largo plazo, brindar educación continua y fomentar la participación de la sociedad para construir una comunidad más resiliente y sostenible en el futuro”.

Por último, en cuanto a la educación de la ciudadanía, la coordinadora de sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, sostiene que una de las acciones claves a implementar en catástrofes en el manejo de residuos, es proveer a los habitantes de información para la identificación de residuos peligrosos y la protección personal para evitar daños a la salud de las personas.

Uno de los materiales peligrosos que se encuentran en general en las demoliciones de construcciones previas al 2001 es el asbesto, que en caso de encontrarse friable, es decir, en condiciones de desmenuzarse, es altamente peligroso debido a que al respirar sus fibras puede producir enfermedades respiratorias, incluso cáncer. Cabe señalar que el asbesto es un material cuyo uso se prohibió en Chile en el año 2001. Este se puede encontrar presente en cañerías, material aislante, pegamento de palmetas de piso vinílico, entre otros, pero lo más común en nuestro país son las planchas de  revestimiento para techumbre. 

La arquitecta recomienda revisar el video que se realizó para el manejo de residuos de la demolición, basado en la NCh3727:2021 donde se explican estos aspectos.

2021 abre con un hito en economía circular: así será la primera planta de valorización de residuos de la construcción en Chile

Fecha: 06/01/2021

La empresa Revaloriza marcará un hito en la industria cuando este año inaugure el primer centro tratamiento y valorización de RCD del país. Proyectada en el sector industrial de Viña del Mar, la estructura pretende reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción y demolición procedentes de la Región de Valparaíso al año 2023. El proyecto -gracias al cual Revaloriza se adjudicó recientemente el Reconocimiento en Innovación Ambiental, otorgado por la Cámara Chileno-Británica de Comercio- tendrá tecnología del Reino Unido y se alinea con las metas de la Hoja de Ruta RCD de Economía Circular en la Construcción. La empresa, de esta manera, brinda una respuesta a la meta de tener infraestructura sostenible para procesar RCD en todas las regiones del país a 2035.

El año que recién acabó no fue pródigo en buenaventuras, pero al menos la empresa Revaloriza le supo sacar partido, ya que pudo focalizar los esfuerzos en su proyecto estrella: la primera planta de tratamiento y valorización de los residuos de la construcción y demolición (RCD) en Chile y en la Región de Valparaíso, que dará impulso a la economía circular en un área industrial que, se calcula, genera siete millones de toneladas de residuos anuales en nuestro país y representa el 35% de los residuos producidos a nivel mundial.

La pyme Revaloriza -cuyo objetivo es gestionar de forma sustentable los residuos inertes que producen las obras de construcción, para fomentar la economía circular en esa región (ver video promocional aquí)– pretende terminar de construir y echar a andar esta pionera planta el presente 2021, supeditado, por cierto, al contexto de incertidumbre que se vive por el alza de contagios por el covid-19.

Por de pronto, Revaloriza adquirió un terreno de 21.115 metros cuadrados en un lugar estratégico del sector industrial de Viña del Mar para edificar la planta. “Como empresa nosotros estudiamos las ciudades que más residuos generan dentro de la región y las que más pasivos ambientales generan: son Viña y Concón. Los RCD quedan dispuestos en quebradas y son un peligro por el tema de las remociones en masa”, explica Karen Aguilera, ingeniera ambiental y gerenta general de Revaloriza.

El objetivo, a futuro, es implementar un Plan de Cambio Climático con la Municipalidad de Viña del Mar, cuya finalidad será disminuir en conjunto los pasivos ambientales que provoca la industria de la construcción y, de paso, contribuir al triple impacto social, económico y ambiental. Una vez suscrito el convenio, dicen en la empresa, la meta es revalorizar el 40 por ciento de los RCD generados en la Ciudad Jardín.

Sin perjuicio de ello, la planta no solo abarcará los RCD generados en Viña, sino que en toda la Región de Valparaíso. Es más, dentro de las métricas por alcanzar de Revaloriza, se incluye la meta de reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción al año 2023 en todo el territorio regional.

A Aguilera le sirvió sobremanera conocer las experiencias de otras plantas de valorización de RCD en una gira que la llevó a Europa. De hecho, el centro que comenzará a operar en Viña del Mar tendrá tecnología procedente del Reino Unido porque “tiene que ser lo suficientemente robusta para este tipo de residuos” y también buscará financiamiento a través de las políticas del Reino Unido. “En Europa llevan 60 años reciclando los residuos de la construcción”, agrega.

“A través de la Cámara Chileno-Británica de Comercio estamos buscando más nexos con empresas del Reino Unido porque vimos que esto requería esfuerzos privados. Hay una posibilidad de ver opciones de financiamiento de políticas que el RU tiene y Chile no. En nuestro país hablar con un banco sobre una planta de valorización es muy extraño, porque hablas de algo que aún no existe. Si al banco le hablas de otro negocio, no hay problema”, comenta, algo perpleja, Karen Aguilera.

La operación de la planta y un premio

Dentro de los objetivos específicos del centro de valorización se cuenta unir a todos los actores de la cadena para que el proyecto sea exitoso: transportistas, constructoras, recicladores y recicladores de base y la academia. Solo de esta manera se creará un ecosistema circular que responderá a los objetivos planteados por la organización sobre reducir los impactos ambientales que la industria genera.

En rigor, la planta, en una primera parte, separará los materiales contenidos en los RCD hasta llegar al hormigón, transformarlo en árido reciclado y reinsertarlo en un nuevo ciclo constructivo “no en la estructura en sí, sino como base estabilizada o en infraestructura donde no se necesita gran resistencia como el mobiliario urbano”, aclara Aguilera.

Otra sección de la obra se encargará de separar el plástico, el cartón y los metales de los RCD. Con la madera se genera una trituración para que sea reincorporada a otros ciclos productivos. Para Karen Aguilera, hacer el proceso completo a nivel regional permitirá disminuir “los incendios, microbasurales clandestinos y remociones en masa que se producen por la mala disposición de los residuos de la construcción”.

Para la gerenta general de Revaloriza, el proyecto de la planta cobra sentido porque viene a llenar un vacío de infraestructura sostenible en Chile. Aguilera percibe una contradicción entre, por ejemplo, el proyecto de modificación del Reglamento Sanitario sobre Manejo de Residuos Peligrosos, coordinado por el Ministerio de Salud, y la falta de infraestructura para procesar esos residuos. “Si bien es un borrador, habla de fomentar la valorización a través de plantas, pero no existen en Chile. Tenemos una autoridad que dice ‘valoricemos’, pero ¿cómo vamos a valorizar si no hay infraestructura”, se pregunta Aguilera, cuya empresa pretende sumar a 25 constructoras al proceso en 2022.

Aparte de dar cumplimiento a siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, este proyecto le granjeó a Revaloriza un prestigioso premio: la empresa fue una de las dos galardonadas en la categoría pyme de la novena versión del Reconocimiento en Innovación Ambiental, otorgado por el Comité de Sustentabilidad de la Cámara Chileno-Británica de Comercio (Britcham), institución que se ha convertido en una provechosa aliada para Revaloriza. La otra empresa que se adjudicó el premio en categoría pyme fue O2 Company. En la categoría grandes empresas los ganadores fueron dos proyectos: uno de Colbún y otro de Esval.

“Si bien en un principio el foco del premio era huella de carbono, y luego agua y energía, nos invitaron a participar como gestor de residuos. Para nosotros es muy importante: nos da visibilidad y nos sirve para generar redes”, opina al respecto Karen Aguilera.

La concordancia con la Hoja de Ruta RCD

La importancia del proyecto radica en que brinda respuesta a los ejes reseñados en la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción, un documento presentado en agosto de 2020 y que procura ser una especie de guía hacia la sustentabilidad en la industria de la construcción. Liderada por el Comité Consultivo de la Estrategia RCD -conformado por los ministerios de Vivienda, Medio Ambiente y Obras Públicas, más Corfo y su programa Construye2025-, el informe traza metas a cumplir con el horizonte en 2025 y 2035.

“Tener un centro de valorización de RCD era un sueño desde un principio. Estamos muy contentos porque es un proyecto que apunta a cerrar muchas brechas que se identificaron y muchas soluciones que identifica la Hoja de Ruta”, cuenta la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, quien participó de la gira a Europa para chequear las experiencias de otras plantas de valorización de RCD.

Una de las metas más relevantes que contribuye a cumplir el proyecto, según Tapia, tiene que ver con el eje 1: allí se menciona que, al año 2035, “el país cuenta con infraestructura para la valorización, plantas y estaciones de transferencia de RCD en todas sus regiones”.

“Es un gran hito. En la Quinta Región se ha desarrollado un ecosistema circular muy interesante que será pionero en este tema. Esto es consecuencia del trabajo colaborativo. Revaloriza es un actor muy importante en incorporar materias primas secundarias en nuevos ciclos productivos”, añade Alejandra Tapia.

Sobre el trabajo colaborativo e intersectorial, otro de los objetivos específicos del proyecto de planta de Revaloriza se alinea con algunas metas del eje 3 de la Hoja de Ruta RCD. La meta planteada por el documento indica que “al menos 40% de las universidades del país tienen programas de investigación de economía circular en construcción”. Revaloriza propone avanzar al respecto una vez que la planta sea inaugurada: promete trabajar con al menos tres de las principales universidades de la región en el desarrollo de nuevos productos reciclados a partir de RCD.

Del mismo modo, Revaloriza apuesta a “desarrollar progresivamente al 2030 nuevos puestos de trabajo basados en la segregación y reciclaje de RCD que impulsen la creación e innovación de nuevas actividades que promuevan el trabajo de hombres, mujeres, jóvenes y personas”. Esto se ensambla con uno de los principios del eje 2 de la Hoja de Ruta, que a 2025 aspira a la existencia de “instrumentos e iniciativas públicas para la creación de nuevos empleos e inclusión, relacionados a la economía circular y gestión de RCD”.

Entre los objetivos de Revaloriza está el fomento de áridos reciclados para la construcción para evitar que grandes masas de terreno sean removidas y pongan en peligro a la población por las crecidas de los ríos. En eso entra a tallar Construye2025, ya que una de sus tareas es traccionar la demanda de áridos reciclados para una gestión sustentable de residuos en obras públicas.

Alejandra Tapia dice que estos pasos sustantivos que está dando Revaloriza en torno a su planta ayuda a cumplir una de las metas más ambiciosas planteadas en el eje 2 de la Hoja de Ruta: que todas las licitaciones públicas de edificación e infraestructura nueva, aplica herramientas y metodologías para la implementación de criterios de economía circular y gestión sustentable de los recursos en la etapa de diseño de los proyectos.

De cualquier forma, Revaloriza piensa seguir creciendo y estima que hay una necesidad de construir unas cinco plantas para cubrir todos los requerimientos de la Región de Valparaíso, debido a la construcción del megapuerto en San Antonio. Y con respecto a otras plantas en la región, Karen Aguilera cree que “la primera planta es lo que más ha costado, ha sido difícil, pero pienso que la segunda y la tercera deberían estar listas dos años después de la primera”.

 

Fuente: País Circular