Cómo las startups están transformando la construcción en Chile

Con modelos escalables, innovación y nuevas tecnologías, las startups están conquistando a la industria que, al aliarse con ellas, ha visto mejoras significativas en su productividad y eficiencia.

Construcción es el sector con menor nivel de madurez y evolución en la incorporación de herramientas y prácticas digitales en empresas y pymes en Chile, según el Índice de Transformación Digital (ITD) nacional para 2019. El estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Santiago, PMG Business Improvement y el Comité de Transformación Digital de Corfo, le asignó a la industria apenas 33 puntos de un total de 100 en el ítem “Transformación cultural y digital”. Sin embargo, las empresas del rubro ya están haciendo algo al respecto.

Si bien, no ha sido fácil incorporar innovación y tecnología en los procesos constructivos, nuevos aliados estratégicos están acelerando la adaptación de la industria a los nuevos tiempos: las startups. A fines de 2018, Corfo lanzó un programa semilla orientado a resolver desafíos en digitalización y economía circular en la construcción, que conformó la potente comunidad de emprendimientos “Construir Innovando”, apoyada por la Cámara Chilena de la Construcción y que tiene a Masisa, Echeverría Izquierdo y Melon como empresas fundadoras.

A mediados del año pasado, se hizo la selección de 17 ideas innovadoras de negocio, que prometían ayudar a las empresas del sector a transformarse y ascender en la escala de digitalización que exige la cuarta revolución industrial. Rodrigo Sánchez, gerente de Planificación y Procesos de Echeverría Izquierdo (EI), ha visto a la comunidad consolidarse y hacer aportes relevantes, por lo que espera que este espacio de vinculación con startups se perpetúe. “Hay soluciones que resuelven variadas problemáticas, algunas basadas en BIM que automatizan ciertos procesos; marketplace para hacer el link con proveedores que arriendan maquinaria; otras orientadas a las ventas”, explica.

Para el ejecutivo, mejorar la productividad de la mano de obra, encontrar oportunidades de trabajo colaborativo y coordinarse son acciones indispensables para la industria, por lo que participa en el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y otras instancias que promueven nuevas tecnologías y nuevas formas de hacer las cosas.

Tecnología de precisión

En el camino a la digitalización, las startups se han convertido en un verdadero puntal para los actores con trayectoria en el rubro. “La empresa tiene un proceso que está corriendo y compromisos que cumplir, entonces no es tan simple pivotar. Una constructora, a lo mejor tiene mucho que decir en construcción industrializada, pero en tecnología una startup puede tener un mejor know-how”, sostiene Rodrigo Sánchez.

En este ámbito, destaca un emprendimiento que logró establecer un sistema de control de maquinaria pesada: un dispositivo GPS se instala en el gancho de las grúas torres, alimenta un software en tiempo real y genera información de posicionamiento y alertas de riesgo. “Al detectar la ubicación precisa del gancho de la grúa, el sistema previene colisiones, ya que permite activar un freno antes de que se produzca un accidente y hoy están viendo cómo medir la productividad que tiene la grúa y evidenciar los tiempos muertos”, detalla el gerente de Planificación y Procesos de EI.

Otra herramienta es BIMetriX, que permite identificar en tiempo real el desempeño y la productividad de los equipos de modeladores, así como detectar automáticamente vicios o errores en modelos y verificar el cumplimiento de los estándares BIM.

Menos residuos

Según Nicolás Behar, director ejecutivo de Recylink, la mayor brecha en la construcción es la cultural. “Hay que cambiar la mentalidad de que las cosas se han hecho así desde siempre, la principal barrera es no atreverse a hacer cambios radicales que impliquen transformar la forma en que trabajan, innovar y dar un giro a la mentalidad de la industria”, enfatiza.

Buscando saldar parte de la deuda que el sector mantiene con el medio ambiente, Behar creó Recylink, cuando el 34% de los residuos del país provenía de la construcción. “El problema era tan grande que sentí que era necesario hacer algo para ayudar a resolverlo, era una responsabilidad ayudar al medio ambiente haciendo algo donde pudiéramos tener un impacto y un aporte significativo”, recuerda.

La recepción en el rubro ha sido buena, pues, el fundador de Recylink logró vincularse con personas que compartían el mismo interés ambiental en distintas empresas constructoras. “Con estas mujeres y hombres sustentables comenzamos a trabajar en la gestión de residuos de diferentes proyectos”, señala. Para ello, la tecnología ha sido fundamental, ya que ha hecho a la plataforma intuitiva y fácil de utilizar. No obstante, el factor clave, según Behar, es que el desarrollo de software es interno, lo que ha permitido mejorar e incluir nuevas prestaciones de forma rápida y dinámica. 

Trazabilidad en la construcción

El control de los procesos constructivos hoy tiene una mano amiga y se llama Nubix PRO, una plataforma integrada que persigue la calidad en cada etapa de uno o varios proyectos. “Puede ser la enfierradura del muro de hormigón, para ver que tenga el diámetro correcto, que tiene las amarras que corresponden, que la altura sea la adecuada, etc. Es como tener todas las listas de chequeo siempre disponibles en terreno, lo que le va dando trazabilidad al control del proceso productivo, permitiendo gestionar en forma oportuna las desviaciones”, explica Roberto Puga, gerente general de Nubix PRO.

El registro de cada proceso queda almacenado en la nube, favoreciendo la trazabilidad para apoyar las estrategias de cada inmobiliaria o constructora. “Antes la información llegaba de manera poco oportuna, porque pasaba del papel a una planilla, para generar un reporte. Luego, había que centralizar ese reporte y podía pasar hasta un mes para vincularlo a la calidad de la obra. Ahora, la información está disponible en cuanto se sincronizan los dispositivos al conectarse a la red wifi. Así, una empresa que tiene 5, 10 o más obras, cuenta con información instantánea para visualizar sus avances”, comenta el fundador de Nubix PRO.

Esta herramienta, que ahorra tiempo y horas hombre destinadas a corregir errores, es fácil de usar e incluso tiene la capacidad de integrarse con BIM. Pero, como la innovación no se detiene, Nubix PRO se prepara para entregar trazabilidad certificada de la calidad de la obra, de los protocolos de seguridad implementados y del cuidado medioambiental. “Manejo de residuos y huella de carbono son indicadores diferenciadores, que van a ser relevantes para los compradores”, señala Roberto Puga, que ya tiene a Blockchain en la mira.

Las startups se han convertido en las grandes anclas de la innovación. Por eso, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, comentó el décimo aniversario de, Start-Up Chile, que la política pública ha sido exitosa, ya que ha generado grandes retornos para el país. “Pero, sobre todo, ha logrado impulsar un cambio de mentalidad en los chilenos y les ha permitido creer en sus capacidades, atreverse a innovar, a crear, y a competir en mercados que antes podían parecer inaccesibles. Esta aceleradora nos ha permitido como chilenos soñar en grande y, por eso, creemos que es relevante seguir potenciándola, para que muchos más compatriotas puedan acceder a más oportunidades, confiar en sus talentos, y darle valor agregado a nuestra economía”, argumentó.

De las startups que se encuentran activas, el 73,7% mantiene operaciones en territorio nacional y de esa cifra 43,3% son locales y 56,7% extranjeras. Su existencia es, sin duda, un aporte a la economía local, pues ellas contribuyen de manera importante a la generación de ventas y empleo.

Certificación de Vivienda Sustentable: Mejores viviendas que ponen en valor el bienestar de las personas

Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Minvu.

El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) ha asumido, desde su ámbito, un importante compromiso con el cuidado del medio ambiente, de los recursos naturales y la calidad de vida de los chilenos, y por ello hemos impulsado una serie de políticas y estrategias que consideran la sustentabilidad como eje transversal.

 Estas acciones responden a una agenda sustentable que considera iniciativas, tanto ministeriales como colaborativas, con otros organismos públicos y del sector privado, que buscan optimizar la calidad de la construcción en términos de eficiencia energética y sustentabilidad, con el objetivo de mejorar las condiciones de las viviendas y su entorno, y así cuidar las condiciones de habitabilidad y de salud de las personas que las habitan, sobre todo considerando la situación actual que estamos viviendo a nivel global.

En este contexto, surge la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), iniciativa que hemos presentado al público técnico hace unos días en un evento online organizado por Chile GBC, instancia en la que compartimos con la Certificación Edificio Sustentable (CES), un proyecto homólogo que coincide en sus líneas estratégicas con la CVS.

Ciertamente, agradecemos y valoramos la oportunidad de haber participado con éxito en este webinar que, junto con responder a los desafíos comunicacionales que plantea esta contingencia mundial, tuvo un alcance masivo que nos permitió dar a conocer, no sólo el sistema, sino también sus beneficios y logros a la fecha, además de su preponderancia dentro de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable que hemos estado impulsando.

Creo necesario enfatizar que con la CVS nos hemos propuesto aportar una herramienta que valore los atributos que hacen de una vivienda un espacio amigable, tanto para sus habitantes, como para el ambiente y el entorno en el que se emplaza, y que permita informar de manera fidedigna cuán sostenible es una edificación, considerando todo su ciclo de vida, desde su diseño, hasta su etapa de operación. Estamos apostando a que la ciudadanía, en un futuro cercano, pueda acceder a modelos de viviendas con un mejor estándar y más sustentables en forma masiva, cuyos beneficios se verán reflejados en la reducción de sus gastos y en un incremento en la durabilidad de las viviendas.

Asimismo, debo destacar que, desde el inicio del período de marcha blanca del sistema, que comenzó en febrero del presente año, se han registrado 43 proyectos que están próximos a iniciar su precertificación, lo que se traducirá en la evaluación de más de 8 mil viviendas a nivel nacional. Uno de estos proyectos denominado “Goycolea 100” ya ha logrado la precertificación en nivel Sobresaliente, el máximo que ofrece la certificación, dado que reúne más del 60% de los atributos que la CVS exige.

Junto con lo anterior, y fundamental para para velar por la sustentabilidad de nuestros proyectos, es que estamos trabajando en incorporar esta certificación en el Programa de Integración Social D.S. N° 19, que cumple hasta el 92% de los requerimientos mínimos de la CVS. Esto nos permitirá poner en valor el estándar de sustentabilidad que tiene este programa, y lo importante que es darlo a conocer, pues es una muestra de que las viviendas sociales también pueden ser sustentables.

Creo necesario agradecer a todas las instituciones que han colaborado en la concreción de esta iniciativa, entre ellas, a los ministerios de Energía y de Medio Ambiente, al Colegio de Arquitectos, la Asociación de Oficinas de Arquitectura, el Instituto de la Construcción, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, la Corporación de Desarrollo Tecnológico, la Cámara Chilena de la Construcción y el Centro Tecnológico para la Innovación, entre otras entidades públicas y privadas.

Gracias a su aporte hemos logrado hacer posible este proyecto que nos posiciona en un lugar de liderazgo en materia de certificación de edificación habitacional a nivel latinoamericano, y que contribuye a generar una mejora sustancial en el estándar constructivo nacional, lo que permite finalmente elevar la calidad de vida de las familias de nuestro país.

Sesión plenaria CCI: Hacia un sistema integrado para promover la industrialización

Seguridad y sustentabilidad fueron los principales ejes del último encuentro del Consejo de Construcción Industrializada, en el cual diversos grupos de trabajo expusieron brechas y necesidades en regulación e investigación para mejorar el desempeño del sector. 

La pandemia provocada por el COVID-19 podría ser una oportunidad para la construcción industrializada. Esa fue una de las primeras conclusiones recogidas en la última sesión plenaria del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), realizada el jueves 14 de mayo, en la cual el director Ricardo Fernández, gerente general de la empresa Volcán, afirmó que las restricciones de reunión de grandes grupos de personas acelerarán la penetración de esta forma de construir. 

“Las obras van a tener tiempos muy distintos, y se va a buscar pre construir ciertas cosas. Hoy los sistemas tradicionales se están ralentizando, por lo que creo que es muy relevante lo que se está haciendo en el CCI, que en estos meses ha sido muy productivo: ya hay temas de indicadores, brechas y normas que trabajar, así como entregar el conocimiento a los distintos actores de la industria. En la medida que trabajemos todos juntos, estos sistemas de construcción industrializada deberían penetrar fuertemente”, afirmó Fernández.

Para ello, se hacía necesario el desarrollo de un anteproyecto de norma que entregue definiciones de construcción industrializada. El jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Erwin Navarrete, destacó el interés por sacar adelante este anteproyecto de norma. “El año pasado tuvimos reuniones con el director del Instituto Nacional de Normalización y creo que en el último semestre se agilizaron varias normas, se pudo avanzar”, dijo. 

Por su parte, Yasmila Herrera, ingeniero civil representante del Minvu, valoró la posibilidad de desarrollar un anteproyecto de norma al alero del Instituto de la Construcción, que acoja a la mayor cantidad de integrantes, incluyendo a la academia, las empresas y los proveedores, para sentar las bases de lo que se entiende por industrialización. “Hacer un glosario que permita un entendimiento claro contractual”, puntualizó. 

A continuación, Sebastián Varas, socio de VMB Ingeniería Estructural y miembro del Grupo Técnico “Brechas, Normativa y Regulación para la Construcción Industrializada” -que, gracias a la gestión de Marcos Brito, gerente de Construye2025, participó en una reunión con autoridades de la Dirección de Arquitectura del MOP- se refirió a la necesidad de “evangelizar” sobre la construcción industrializada, demostrando que ésta logra productos más económicos.

Los énfasis tras la pandemia

¿Por qué industrializar? Esta reflexión fue el centro del Grupo Técnico “Educación, sensibilización e investigación sobre construcción industrializada”, liderado por el coordinador de Innovación de Axis DC, Mikel Fuentes, quien hizo hincapié en el rol de las empresas pioneras en industrialización como promotores ante las demás constructoras. “Consideramos importante planificar de otra forma, con líneas de balance, que uno sepa a diario dónde están los recursos”, recalcó. Además, el profesional apuntó a la necesidad de generar desafíos de innovación abierta e ingeniería de resiliencia, la que podría tener un impacto significativo en medio de la pandemia. 

En Construye2025, existe un eje de innovación y transformación digital en el cual se está poniendo especial énfasis este año, según el gerente del programa impulsado por Corfo, Marcos Brito. “Vamos a incorporar al CCI, a los centros tecnológicos, Construir Innovando y otras entidades que están generando potentes resultados. Tenemos la intención de, por lo menos, congregarlos a todos para tener una mesa de trabajo que nos permita enterarnos qué está haciendo cada uno y cómo podemos potenciarnos”, detalló. 

Para la asesora sectorial en construcción y economía circular de Corfo, Helen Ipinza, un punto relevante para la industrialización -considerada como estrategia de los países desarrollados para lograr la carbono neutralidad- es el diseño. En este ámbito, uno de los temas que puso sobre la mesa es: “cómo a través de la economía circular y del diseño correcto, reducimos la generación de residuos”.

Más tarde, Diego Mellado, gerente general de Tensocret y socio de CCI, pidió abordar más profundamente los KPI de sustentabilidad que, en su opinión, son muy distintos a los de productividad. “Hay muy poco material, es difícil encontrar cosas significativas”, dijo al respecto.

En tanto, para el arquitecto y socio del CCI, Francis Pfenniger, la seguridad tendrá una nueva mirada debido al panorama que impuso el coronavirus. “No solo la forma de construir, también la forma de proyectar y de hacer seguimiento de obras van a sufrir algún cambio a propósito de lo que estamos viviendo. Las casas van a tener que tener una nueva forma de organizarse, para que las personas se puedan sanitizar a la entrada, en lugar de tener que recorrer toda la casa para llegar a un baño que está en el otro lado de la vivienda. Esto debiéramos tenerlo presente en la industrialización”, apuntó.

En tiempos de COVID-19 el regreso a las obras será distinto. En este sentido, reducir la presencia de trabajadores u ordenarlos para garantizar la seguridad de todos será uno de los temas de debate. Por eso, el CCI elaboró una encuesta destinada a recoger las opiniones de los participantes de la sesión plenaria sobre la parrilla de contenidos para los próximos eventos sobre industrialización, tecnología y nuevas formas de producción. 

Comienza trabajo para desarrollo de anteproyecto de norma sobre definiciones de construcción industrializada

Por encargo del Minvu, se iniciará la preparación de un anteproyecto de norma que incorporará las definiciones de la construcción industrializada, con miras a estándares claros que favorezcan su desarrollo.

En el contexto de un nuevo convenio entre el Instituto de la Construcción -institución designada como entidad gestora de Construye2025- y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que actualmente está en la definición de los últimos detalles, se espera comenzar en junio el trabajo para el desarrollo de un anteproyecto de norma sobre definiciones de construcción industrializada, que ha generado mucho interés de distintos representantes de la industria, entre ellos el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y Construye2025, que serán parte del comité que prepare este trabajo.

“El Minvu propuso este año a solicitud del CCI este anteproyecto de norma y nosotros lo acogimos de muy buena manera, nos parece súper bueno que se realice este trabajo”, señala José Pedro Campos, director ejecutivo del IC.

Calidad normativa

Una norma chilena es, según Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), entidad socia del Instituto de la Construcción y del CCI, el soporte técnico de entendimiento común entre los diversos actores que participan en la construcción, entre ellos, diseñadores, proveedores, contratistas, constructores e inspectores, para avanzar desde la construcción tradicional hacia los sistemas de construcción industrializada.

“A principios del año 2020, el CCI conformó el grupo técnico denominado ‘Brechas, Normativa y Regulación CCI’, en el que se identificó la necesidad y el poder de integración de una norma chilena que establezca las definiciones técnicas involucradas en la construcción industrializada”, recuerda Gutiérrez.

Así fue como la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu solicitó al IC su colaboración en el desarrollo de un anteproyecto de norma que incluyera un glosario de definiciones técnicas para la construcción industrializada. “La calidad de un anteproyecto de norma es fundamental para un desarrollo normativo efectivo. Para esto, el Instituto de la Construcción dispone de la experiencia, la capacidad de articulación del conocimiento público – privado y la elaboración de documentos técnicos”, argumenta el director ejecutivo del ICHA.

El desarrollo del anteproyecto de norma es un paso crucial para alcanzar una propuesta de norma que pueda abrirse a consulta pública y la meta del organismo es presentarlo este mismo año, para iniciar el proceso de consulta y conformar un comité técnico. 

Para Marcos Brito, gerente de Construye2025, asumir el desafío en conjunto es urgente, pues la construcción necesita una mejor normativa, con definiciones claras y un estándar para que las nuevas formas de construir aceleradamente se masifiquen, haciendo a la industria chilena más eficiente, productiva y competitiva.

“Avanzar en una normativa que nos ayude a entender a la industrialización desde el diseño de un proyecto, nos ayudará a estandarizar procesos y aumentar la competitividad. La regulación debe abrir el camino para que más empresas construyan de forma industrializada, contribuyendo a un uso más eficiente de los recursos y, con ello, una mayor productividad y sostenibilidad de la edificación”, afirma Brito.

Nuevo miembro del CNNC

En otro ámbito, el Consejo Nacional de Normalización del Sector Construcción (CNNC), que funciona bajo el alero del Instituto de la Construcción articulando la demanda normativa en Chile, invitó al equipo técnico de Construye2025 a trabajar en conjunto para mejorar la productividad y sustentabilidad de la industria. 

“Queremos iniciar la convergencia de la colaboración entre el Construye2025 y el Instituto de la Construcción, para que en algún momento de los próximos años el programa se integre derechamente al IC. En ese contexto, algunas de las iniciativas que está abordando Construye2025 tienen que ver con la necesidad de algunos reglamentos y normas, por lo que se hacía natural la invitación al CNNC, en cuanto el objetivo central de este Consejo es la articulación de los requerimientos normativos sectoriales”, comenta José Pedro Campos, director ejecutivo del IC.

De esta manera, se tendrá una visibilidad mayor de todas las iniciativas que lidera el programa estratégico de Corfo, sus grupos de trabajo técnico y los requerimientos que puedan surgir que requieran desarrollos desde el ámbito normativo.

Fotografía gentileza E2E.

Construye2025 publica respuestas a observaciones hechas en Consulta Pública de la Hoja de Ruta RCD

El Comité Consultivo Público RCD revisó 226 observaciones, provenientes principalmente del sector privado.

Un total de 226 observaciones recibidas para el documento Hoja de Ruta para la Gestión Sustentable de los recursos y residuos, RCD, para una Economía Circular en Construcción”, son las que ha revisado el Comité Consultivo Público RCD -conformado por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y Construye2025-, luego de la consulta pública realizada entre el 1 de octubre y el 21 de noviembre de 2019. 

“La etapa de revisión de las observaciones resultó muy interesante, porque tuvimos una buena participación y todas fueron muy constructivas, lo cual enriquece el proceso, además de la representación de regiones”, señala Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025. 

La totalidad de las observaciones se concentró en 20 respuestas correspondientes a profesionales de las siguientes instituciones: EstudioVE8 Arquitectura & Construcción, Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (Apeco), Pontificia Universidad Católica de Chile, Aparcadero Custodias Nacionales, Seremi MOP Región de Coquimbo, Madera21 de Corma, Ebco S.A., Aceros AZA S.A, Polpaico, Constructora Aísla BioBio Ltda, Inversiones Manacor SPA, Construcciones Héctor Aquilino San Martín Valenzuela EIRL, Echeverría Izquierdo Ingeniería y Construcción, Renova2 Servicios e Inversiones SpA, Lepanto, Economía del Bien Común Valparaíso, Invitta, Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción (CTeC), Universidad de Valparaíso y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

Las instituciones participantes representan a seis regiones (Valparaíso, Atacama, Metropolitana, Coquimbo, Ñuble y del Biobío) y siete ciudades (Santiago, La Serena, Chillán, Viña del Mar, Valparaíso, Los Ángeles y Copiapó).

El sector privado fue el que más participó en esta consulta pública, con 16 respuestas, continuando con dos respuestas desde la academia, una del sector público y otra de la sociedad civil.

 

En relación con la profesión/especialidad de quienes respondieron, se encuentran cinco constructores civiles y tres ingenieros civiles, dos arquitectos, dos gestores de residuos, entre otras, las que se concentran construcción y montaje y cadena de suministro, proveedor, en la etapa de cadena de valor.

“Estamos contentos con la participación de diferentes actores de la cadena de valor, lo que demuestra que la gestión de los residuos de la construcción y demolición y la economía circular, son temas transversales y de interés multisectorial”, considera Tapia.

La coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025 comenta que las observaciones correspondían en su mayoría a la implementación y a las metas que se plantearon en el documento, “las que se consideraban poco ambiciosas, por lo que las revisamos y las bajamos de 2045 a 2035, lo que de todas maneras se deberá trabajar en los planes sectoriales de cada ministerio”.

Además, se demuestra en las observaciones que hay una gran preocupación por el cambio climático y el impacto del sector. Y por último, “nos queda la conclusión de que debemos generar una gobernanza para la implementación de esta Hoja de Ruta. En cuanto a los avances, un fruto temprano ha sido la formación de una mesa pública para el desarrollo de un reglamento sanitario para el manejo de los RCD, valorización y disposición final, liderado el Ministerio de Salud, más la participación de la Subdere y el Comité Consultivo Público, conformado por MOP, Minvu, MMA, Corfo y Construye2025”, precisa.

Se espera que el lanzamiento de esta Hoja de Ruta se realice en julio, lo que dependerá de la contingencia sanitaria, con la presencia del sector público, privado y la academia, junto con las instituciones que lideran esta iniciativa.

Las respuestas pueden ser descargadas aquí: http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/

Fotografía gentileza Plataforma Industria Circular y Viconsa.

Dom en línea: MÁS DIGITALIZACIÓN DEL ESTADO, menos gastos paras las CONSTRUCTORAS

Es la plataforma gestionada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) que en un año de operación ha logrado reducir en cerca de un 80% los plazos de emisión de certificados, al contar con una base catastral que emite de forma asistida y semi automática los certificados solicitados por las empresas.

Para conocer más sobre esta plataforma “Revista Negocio & Construcción” conversó con Liliane Etcheberrigaray, coordinadora nacional de DOM en Línea, quien contó todos los detalles de esta iniciativa, destacando los beneficios que tiene para las empresas constructoras. En el escenario actual donde la digitalización de procesos hace indispensables plataformas como DOM en Líne; ¿Cuál es el mensaje a la ciudadanía y a los grupos de interés que hacen uso de DOM en Línea?

DOM en Línea es un proyecto estratégico de transformación digital y cultural que combina innovación, tecnología y desarrollo sustentable. Corresponde a una Plataforma Digital Supervisada que permitirá realizar en línea los trámites que se realizan en las Direcciones de Obras Municipales. El proyecto es liderado por el Ministerio de Vivienda a través de la División de Desarrollo Urbano, y se enmarca dentro de la Modernización del Estado y el enfoque de Ciudades Inteligentes, que utilizan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida en las ciudades, orientando el desarrollo urbano en la sostenibilidad, la eficiencia y el bienestar social.

Puedes leer la entrevista completa AQUÍ.

El MERCADO está CAMBIANDO y Construye2025 TIENE COMO ROL articular y estimular EL ECOSISTEMA

Marcos Brito, gerente de “Construye2025”, comenta a “Revista Negocio & Construcción” su visión respecto de la construcción industrializada y prefabricación en el contexto de la contingencia que vivimos, y los cambios forzados que ha generado en el rubro de la construcción.

L a construcción industrializada no es algo nuevo. Existe desde hace décadas, pero se ha venido perfeccionando con los años, ampliando su concepto hacia nuevas tecnologías y herramientas que hoy disponemos. La promoción de este concepto y sus beneficios ha sido fundamental a la hora de materializar en mayor medida sus ventajas, ya que se requiere de encadenamientos productivos afines y sinergias que los distintos agentes pueden solo en conjunto lograr. Esto es, ganancias en productividad asociadas a diseño integrado de proyectos, coordinación de especialidades, cadenas logísticas integradas, coordinación con proveedores de prefabricados, coordinación modular, involucramiento de socios inmobiliarios, entre otras tantas. Con todo, lo que ganamos es una mayor productividad, especialmente en obra, y una mejor entrega al cliente, con mayor calidad.

Puedes leer la entrevista completa AQUÍ.

 

 

Ingeniería y digitalización: la dupla de oro en la construcción 

La incorporación de tecnología en planificación, diseño, edificación y operación está llevando a la industria chilena a otro nivel. Por eso, los ingenieros chilenos están a la vanguardia, avanzando hacia una construcción cada vez más sustentable y productiva.

La transformación digital es mucho más que conversión de datos. La información requiere estudio y, por supuesto, una aplicación práctica para generar buenos resultados. Según Cristián Delporte, gerente general de Delporte Ingenieros, para poder analizar los proyectos de construcción, es importante dividir el proceso en fases, ya que la transformación digital no está presente en todas o, al menos, no en el lugar que merece. “En un proyecto de construcción podemos distinguir cuatro fases principales: planificación, diseño, construcción y operación. Nuestro ámbito de acción, como empresa de ingeniería, claramente está en el diseño, donde a mi entender y, por la naturaleza de nuestro trabajo, la digitalización ha penetrado desde hace bastante tiempo”, afirma el ejecutivo. 

De hecho, en Delporte Ingenieros ya se utilizan planos CAD, además de un centenar de softwares de diseño que han facilitado y agilizado todos los procesos. Junto con esto, la firma de ingeniería ha hecho esfuerzos para trabajar la interoperatividad, creando sus propios sistemas para generar un mejor flujo de información. Pero, lejos de conformarse, el también Past President de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) piensa en una infinidad de cosas por hacer. “Cada vez que avanzamos se abren nuevas oportunidades. En nuestra oficina estamos constantemente pensando en qué debemos hacer para mejorar nuestros procesos, y con ello me refiero a qué sistema nuevo debemos crear”, explica.

Según Delporte, en la fase de construcción aún existen muchos procesos manuales, tanto en el control de las obras como en la planificación. Sin embargo, cree que en este ámbito falta capacitación, compromiso y, por sobre todo, inversión en nuevos procesos digitales. A pesar de ello, el ingeniero destaca el gran esfuerzo que ha hecho Chile en la ejecución de Planbim, que impulsa una verdadera digitalización de la industria. “BIM ha sido la estrella del último tiempo, pero no es solo hacer un modelo virtual para decir que trabajamos en BIM. Esto es mucho más que eso. La ‘I’ de información es fundamental, y ella debe fluir entre los participantes del proyecto. Modelar prácticamente todo el ciclo de vida de una obra y, además, reunir toda la información, facilitará el desarrollo y el manejo de la misma”, detalla.

En este contexto, Ian Watt, gerente general de VMB Ingeniería Estructural y director de AICE, afirma que la irrupción de soluciones industrializadas en hormigón armado ha desplazado a otras alternativas tradicionalmente más económicas, como la albañilería, reemplazándolas por soluciones que, según dice, son mucho más confiables, de mejor desempeño y con mejores prestaciones. “Estas soluciones industrializadas también han minimizado la intervención en obra de instalaciones de diferentes especialidades, ya que en muchos casos, las instalaciones vienen resueltas, mediante tecnología BIM y ya en embebidas en los muros”, agrega.

Las tendencias “hot”

La utilización de drones para levantamientos en terreno o en obras facilita el manejo y la comunicación de datos. Asimismo, la realidad virtual, la realidad aumentada y los sensores han ganado terreno. Estos últimos han sido especialmente útiles en la detección de daño o deterioro temprano de infraestructura y en el control de vibraciones provenientes de usuarios, maquinarias, sismos y explosiones. “Hoy, durante el proceso constructivo es posible ubicar diminutos sensores en la estructura que ayudan -durante la construcción y su vida útil- a establecer su desempeño. Estos sensores son la base con la que construiremos una infraestructura inteligente, capaz de identificar lo que le está ocurriendo, cómo está respondiendo ante la acción y hoy en día informar en forma rápida y efectiva si algo se sale de lo normal”, afirma Rubén Boroschek, profesor titular de la Universidad de Chile y CEO de RBA-Global.

Igualmente, la robótica ha hecho su aporte a la construcción. “Obras básicas pueden ser construidas por robots, utilizando materiales tradicionales. En el futuro, podrán utilizarse materiales que no sufran daño o que se autoreparen. Por ahora, lo que se está aplicando, por ejemplo, en sismos, es el uso de dispositivos que evitan que estos ingresen a una estructura (aislamiento sísmico) o dispositivos que una vez que entra la energía del sismo a la estructura la sacan en forma rápida y muchas veces sin generar daño (disipadores de energía)”, comenta Boroschek.

La incorporación de modelos 3D también está cambiando la forma de entender los proyectos, ayudando a visualizar mejor las estructuras para tomar decisiones. “Hoy es posible tener una mejor visualización de lo que desea el arquitecto y comprender la estructura en su conjunto, cosa que antes se debía hacer con maquetas físicas”, complementa Cristián Delporte. 

Pero el camino por recorrer es largo. La información debe llegar a la obra en forma digital y la obra debería usarla, según el ingeniero. “Los datos digitales deben ser leídos por las máquinas de corte y doblado de forma automática y no como se hace ahora, con una persona traduciendo los planos para que las máquinas los entiendan. Con esa misma información es posible hacer la trazabilidad completa de las barras, desde que salen de la fábrica hasta su instalación”, añade Delporte.

En un mundo competitivo y complejo, no pensar en innovación y mejora continua, sería suicida, porque la construcción es unos de los centros de desarrollo más importantes del país, según el académico de la Universidad de Chile, Rubén Boroschek, y en ella confluye un gran número de personas con conocimientos y experiencias muy distintas, pero con un objetivo común: la creación de nueva infraestructura. “Estamos en un ambiente que nos presenta muchas oportunidades, pero, a su vez desafíos: ¿Cómo realizamos la construcción con las limitaciones de movilidad, presencia de personal en obra, restricciones en los suministros y transporte? ¿Qué ocurrirá en el futuro con el cambio climático y la sequía? y ¿Cómo incorporaremos nuevas técnicas para el desarrollo y la protección de nuestra infraestructura?”, plantea el profesor y CEO de RBA-Global, que considera indispensable la incorporación de procedimientos que permitan actuar antes. 

Por último, Cristián Delporte, afirma que un entorno de trabajo estandarizado en conceptos, prácticas y criterios, como el que proponen las metodologías BIM, además de un conjunto importante de obras digitalizadas adecuadamente, ayudaría a construir una base de datos común. Esto, sumado a técnicas de Inteligencia Artificial optimizaría un sinfín de aspectos del proceso constructivo: predicción de tiempos de ejecución y de costos y optimización del uso de recursos, por citar algunos.

Más sustentabilidad

La doctora en Ingeniería de Materiales, de Aguas y del Terreno y académica de la Universidad de La Frontera (UFRO), Viviana Letelier, lleva mucho tiempo investigando sobre áridos reciclados y mitigación de impactos ambientales. Por ello, puede decir con propiedad que la construcción sustentable no es algo nuevo. Sin embargo, el camino no ha sido fácil. “Al inicio había bastantes trabas, pues la gente pensaba que sustentable era igual a débil, pero creo que de a poco se han ido incorporando nuevos procesos, nuevas formas de gestión y nuevos materiales. De todas maneras, el desafío todavía es enorme y tengo la convicción de que podemos hacer una construcción totalmente sustentable, porque las capacidades y el conocimiento están”, dice la ingeniera. 

Al menos en el ámbito académico, la colaboración se ha hecho mucho más estrecha en la construcción. Y es que los investigadores entienden que unir sus fuerzas es el secreto para lograr mejores resultados y en menos tiempo. “No sacamos nada con repetir esfuerzos, sino más bien tenemos que trabajar las necesidades en conjunto. A nivel gubernamental, se está trabajando directamente con algunos ministerios, municipalidades y otros organismos que toman decisiones. Lo que está un poco más atrasado es el tema con las empresas”, afirma Viviana Letelier. 

En este aspecto, la académica de la Ufro esperaría que para impulsar la innovación fueran las mismas empresas las que se acercaran a los investigadores para pedirla, pero ese anhelo aún se ve algo lejano. “Tenemos que estarlos buscando y convenciéndolos de que algo nuevo puede funcionar mucho mejor”, señala la especialista.

 

Fotografía: gentileza Delporte Ingenieros.

La capacitación es esencial para masificar la industrialización en nuestro sector

Las nuevas tecnologías asociadas a la construcción 4.0 están transformando la forma de concebir la industria, desde que se planea cualquier proyecto constructivo hasta que la obra finaliza y se entrega, e incluso durante su operación.

Con un mercado más exigente respecto a plazos de ejecución, calidad de los proyectos, costos y escasez de mano de obra calificada, se hace imperioso desarrollar distintos métodos de trabajo que entreguen mayores certezas y disminuyan sus riesgos, y es ahí donde la industrialización juega un rol clave.

En Chile se están desarrollando diversas iniciativas para promover su incorporación, como por ejemplo el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), iniciativa impulsada por el programa Construye 2025 de Corfo, con el fin de promover la industrialización como una estrategia que permita apoyar el desarrollo de la industria de la construcción nacional, propiciando su avance en productividad y sustentabilidad.

Para conocer en qué consiste esta nueva forma de construir y cómo ha sido el proceso de implementación en Chile, conversamos con Ian Watt, gerente general de VMB Ingeniería Estructural, empresa socia del Consejo de Construcción Idustrializada (CCI), y director de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).

¿Qué es la construcción industrializada y qué la diferencia de los métodos de construcción tradicionales?

El Consejo de Construcción Industrializada define ese concepto refiriéndose a cualquier parte del edificio que esté hecha fuera del sitio de construcción mismo del edificio. Como construcción industrializada se entiende tanto la prefabricación como la construcción fuera del sitio.

¿Cuáles han sido las principales brechas detectadas a la hora de implementar la industrialización en nuestro país?

Se han detectado varias, pero las más relevantes creemos que son la falta de integración temprana de proyectistas capaces de influir en elegir las opciones industrializadas desde la etapa conceptual. También hay una tarea de difusión importante que realizar, para que los casos de éxito nacionales se hagan visibles. Finalmente, hay que mejorar la articulación entre el mundo público y privado, para reducir las prohibiciones a soluciones que pueden traer beneficios importantes.

¿Cuáles son a tu parecer, los principales beneficios obtenidos versus la construcción tradicional?

Los principales beneficios son la velocidad de ejecución, reducción de residuos y los aumentos de calidad y trazabilidad asociados a la fabricación industrializada.

Hablando en términos normativos ¿están reguladas este tipo de construcciones? ¿Requieren de alguna normativa particular o puede desarrollarse con los actuales códigos?. Por ejemplo, ¿qué sucede con las características sismorresistentes de las construcciones?

Desde el punto de vista de la ingeniería estructural, hay normativa vigente que cubre el uso de estos métodos de construcción. Falta desarrollar mayor conocimiento generalizado, para que más proyectistas puedan considerarlo como una alternativa válida, y, por ende, no descartar su uso simplemente por desconocer cómo desarrollar proyectos de manera práctica de este método. El tema de sismorresistencia es la principal preocupación, pero normativamente hay soluciones para esto.

¿Qué incentivos existen a nivel gubernamental para promover su uso?

En el mundo de la vialidad, la construcción industrializada ya es una realidad, pero falta que otros ministerios, además del MOP, empiecen a incentivar su uso. En Chile, aún hay bases de diseño que prohíben estos métodos, pero hay que dar un paso más, y definir su aplicabilidad explícitamente, para que no sean descartados a priori por los diseñadores.

Respecto a la fuerza laboral ¿Están los trabajadores capacitados para esta nueva forma de trabajo? ¿Las empresas están promoviendo la capacitación en nuevas tecnologías? y finalmente, ¿qué tan clave es este punto para una implementación masiva y exitosa?

En Chile hay iniciativas para fortalecer la capacitación, que es esencial para masificar esta solución constructiva. Ya hay trabajadores muy capacitados y productivos usando estos métodos, pero esencialmente aún falta llegar a una masa crítica de trabajadores capacitados. Pero creo que lo primero es generar la demanda, y la oferta se resolverá rápidamente.

 

Fuente: CTeC

Construye2025 publica respuestas a observaciones hechas en Consulta Pública de la Hoja de Ruta RCD

El Comité Consultivo Público RCD revisó 226 observaciones, provenientes principalmente del sector privado.

Un total de 226 observaciones recibidas para el documento Hoja de Ruta para la Gestión Sustentable de los recursos y residuos, RCD, para una Economía Circular en Construcción”, son las que ha revisado el Comité Consultivo Público RCD -conformado por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y Construye2025-, luego de la consulta pública realizada entre el 1 de octubre y el 21 de noviembre de 2019. 

“La etapa de revisión de las observaciones resultó muy interesante, porque tuvimos una buena participación y todas fueron muy constructivas, lo cual enriquece el proceso, además de la representación de regiones”, señala Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025. 

La totalidad de las observaciones se concentró en 20 respuestas correspondientes a profesionales de las siguientes instituciones: EstudioVE8 Arquitectura & Construcción, Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (Apeco), Pontificia Universidad Católica de Chile, Aparcadero Custodias Nacionales, Seremi MOP Región de Coquimbo, Madera21 de Corma, Ebco S.A., Aceros AZA S.A, Polpaico, Constructora Aísla BioBio Ltda, Inversiones Manacor SPA, Construcciones Héctor Aquilino San Martín Valenzuela EIRL, Echeverría Izquierdo Ingeniería y Construcción, Renova2 Servicios e Inversiones SpA, Lepanto, Economía del Bien Común Valparaíso, Invitta, Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción (CTeC), Universidad de Valparaíso y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

Las instituciones participantes representan a seis regiones (Valparaíso, Atacama, Metropolitana, Coquimbo, Ñuble y del Biobío) y siete ciudades (Santiago, La Serena, Chillán, Viña del Mar, Valparaíso, Los Ángeles y Copiapó).

 

El sector privado fue el que más participó en esta consulta pública, con 16 respuestas, continuando con dos respuestas desde la academia, una del sector público y otra de la sociedad civil.

En relación con la profesión/especialidad de quienes respondieron, se encuentran cinco constructores civiles y tres ingenieros civiles, dos arquitectos, dos gestores de residuos, entre otras, las que se concentran construcción y montaje y cadena de suministro, proveedor, en la etapa de cadena de valor.

“Estamos contentos con la participación de diferentes actores de la cadena de valor, lo que demuestra que la gestión de los residuos de la construcción y demolición y la economía circular, son temas transversales y de interés multisectorial”, considera Tapia.

Se espera que el lanzamiento de esta Hoja de Ruta se realice en julio, lo que dependerá de la contingencia sanitaria, con la presencia del sector público, privado y la academia, junto con las instituciones que lideran esta iniciativa.

Las respuestas pueden ser descargadas aquí: http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/

Aportes para un estándar constructivo nacional más sustentable

Por Erwin Navarrete Saldivia, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Minvu.

Las circunstancias actuales nos han puesto a prueba como sociedad. Estamos frente a una de las mayores crisis que hemos vivido mundialmente en la era de la globalización, lo que ha dejado de manifiesto las vulnerabilidades que tiene nuestro sistema de vida. 

Problemáticas globales como la migración a zonas urbanas y, por ende, la planificación de esas zonas, entre muchas otras, se han traducido en factores que han favorecido que el mundo se vea impactado hoy por una pandemia de estas características, por lo que vale preguntarse ¿cómo podemos aportar desde el sector construcción a mejorar las condiciones futuras de vida para que esto no se repita?

Como ministerio nos preocupa el impacto ambiental que tienen las edificaciones a lo largo de su ciclo de vida, ya que consumen grandes porcentajes de energía y agua, y generan altos índices de residuos y contaminación ambiental en las ciudades, entre otras externalidades negativas. 

En respuesta a lo anterior, hemos asumido en nuestro quehacer un compromiso fundamental con el medioambiente y la calidad de vida de los ciudadanos, por esta razón, hace más de una década hemos incorporado la sustentabilidad como una herramienta central para desarrollar nuestra labor, es así que hemos desarrollado políticas y programas que permitan incorporar estándares de sustentabilidad en la industria de la construcción, que han permitido mejorar la calidad constructiva, así como del ambiente interior de las viviendas, impulsando diversas acciones que buscan reducir el impacto de las edificaciones en el medioambiente y en la vida de las personas. 

Una de estas iniciativas es la Certificación Edificio Sustentable (CES), administrada por el Instituto de la Construcción (IC), que está enfocada en incentivar la construcción sustentable en edificios de uso público. La CES comparte una misma línea estratégica con la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) que lidera el Minvu, y que es parte de las iniciativas de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable para fomentar la incorporación de sustentabilidad en la edificación. 

Dado lo anterior, hemos propiciado generar sinergias entre las dos iniciativas, participando mutuamente, tanto en los comités directivos como en los técnicos de ambas certificaciones. Asimismo, hemos intencionado un trabajo conjunto para alinear otros aspectos en estas iniciativas, como la homologación de conceptos, con el fin de que compartan un lenguaje común y la misma lógica de trabajo, y con ello facilitar la masificación en el uso de ambos instrumentos en el mercado. 

Todos estos esfuerzos apuntan a un objetivo común, que es optimizar las condiciones de vida de las familias chilenas, teniendo directo impacto en la salud de las personas a través de estrategias que privilegien metodologías de trabajo, diseños, materialidades y comportamientos de uso de viviendas, espacios comunes y medio urbano.

Fuente: Certificación Edificio Sustentable

Seminario PITS: construcción industrializada y economía circular 

Industrialización y digitalización son importantes para la sostenibilidad de los negocios en la construcción, concepto que lleva impreso en su ADN tanto la eficiencia en el uso eficiente de los recursos, como la gestión sustentable de sus residuos.

Cuatro profesionales participaron en el cuarto seminario “PITS: productividad, innovación, tecnología y sustentabilidad, organizado por el Centro de Extensionismo Tecnológico de la Zona Sur Austral (CET) -de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT). El primero de ellos fue el director del CET, José Luis Jiménez, quien expuso las brechas en el nivel de digitalización y las debilidades de la industria.

Además, el ejecutivo expuso las oportunidades que la construcción debe tomar para ser más productiva y sostenible, de la mano de la eficiencia en sus procesos. En este aspecto, Sebastián Fourcade, vicepresidente del CCI y director ejecutivo de Fourcade & Co, resaltó que la industrialización no solo se da en una fábrica, sino que también en la planificación de las tareas repetitivas que se ejecutan en la construcción industrializada, de principio a fin. “Cada una de las etapas debe ser pensada y planificada industrialmente. Se requieren planes de producción y controles de calidad”, explicó. 

Igualmente, la autoridad de CCI destacó las ventajas medioambientales que ofrece la construcción industrializada, ya que genera menos residuos que la construcción tradicional. Esto sumado al beneficio que implica llevar un mayor control de los costos y a la baja tasa de accidentabilidad que presenta esta actividad productiva. 

Economía circular

Junto con sus frutos, la construcción industrializada arroja residuos que deben gestionarse y disponerse de la mejor manera posible, en línea con la crisis climática que enfrenta el mundo. Éste fue el tema que expuso Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad del programa Construye2025 impulsado por Corfo, quien explicó que el residuo no solo acusa la forma de construir, sino también la de proyectar. “Los residuos de construcción son un síntoma de problemas de productividad”, enfatizó.

En este ámbito, la especialista lamentó que se haya perpetuado en el tiempo una economía lineal en la que las industrias extraen los recursos, los utilizan y, luego, los desechan. Para 2030, las cifras no son muy alentadoras en este sentido, ya que se proyectan anualmente residuos de la construcción del tamaño de 5,2 cerros Santa Lucía. Esto, sumado a que en menos de 10 años Chile podría sumar 3,5 millones de habitantes a los que ya registra ¡1,5 millones de hogares más!

Como desafío pendiente, la profesional de Construye2025, puso en el debate al marco regulatorio chileno, donde solo existe la figura del “generador de residuos”, a diferencia de lo que sucede en España, donde también se le atribuye una responsabilidad a quien “posee” los residuos. Por último, resaltó que no se trata solo de un problema de “residuos”, sino en la eficiencia que le damos a los “recursos”.

Hacia el cierre del seminario PITS, Carolina Tapia, subgerente de Gestión de Proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), quien presentó un estudio de los beneficios de la integración temprana de proveedores, ejecutado por CDT e Idiem, valoró el trabajo colaborativo de las empresas constructoras, las inmobiliarias y las empresas de suministros, que, con una adecuada coordinación técnica, pueden optimizar tempranamente sus proyectos, poniendo el foco en la productividad. 

Y, por último, doctor en Sistemas de Optimización de Reciclaje, Perry Austin Holt de la empresa Rockster, conectado desde Texas, Estados Unidos, contó su experiencia en el desarrollo de tecnologías para reciclar áridos y residuos orgánicos, maquinarias de menor tamaño y mayor eficacia, y mostró algunas de las soluciones aplicadas al manejo de residuos de la construcción y demolición que están siendo utilizadas en el mundo.

Ley de Eficiencia Energética: un mundo de posibilidades para la gestión

El proyecto que ya se encuentra en su tercer trámite en el Senado pasará de haber instalado el concepto de eficiencia energética, a un proceso de mejora continua inherente a la excelencia operacional.

La Ley de Eficiencia Energética -que podría ser promulgada este semestre- incorpora una serie de medidas que irán en directo beneficio de la sociedad y el medioambiente. Los Sistemas de Gestión de Energía (SGE), por ejemplo, traerán consigo ahorros que podrían incentivar todavía más a las empresas que aún están pensando en hacer cambios en esta materia.

A ello se suma que, tal como señala Ignacio Santelices, director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), la nueva ley cambia la forma en que vemos y hacemos eficiencia energética. “Primero, la institucionaliza a nivel de políticas públicas, haciendo que no sea solamente competencia del Ministerio de Energía, sino que a través de planes de cinco años, participen activamente el Ministerio de Transporte, de Vivienda, de Medioambiente, de Obras Públicas, de manera que la eficiencia energética esté incorporada en sus acciones”, explica.

Esto abre infinitas posibilidades y nuevos escenarios. A nivel industrial, la nueva ley vendrá a instalar el concepto más allá de las acciones individuales, como las renovaciones de equipos. Ahora, pasaremos a vivir en un proceso de mejora permanente, donde la eficiencia energética será parte de la gestión y la excelencia operacional de las empresas de la construcción y otros rubros.

“En la Agencia ya llevamos varios años empujando este concepto, a través del cofinanciamiento para la implementación y certificación de Sistemas de Gestión de la Energía (SGE), acompañado, además, de una serie de iniciativas que buscan apoyar al sector productivo en el uso eficiente y sostenible de la energía”, detalla Santelices.

Asimismo, “las grandes industrias productoras presentan avances dispares entre sí, ya que la mayor parte ha desarrollado proyectos aislados de eficiencia energética. Afortunadamente, en 2019 se produjo un incremento en los SGE, ya que permiten identificar de manera sistemática las mejoras energéticas que se deben implementar. Por eso, vemos con optimismo los avances que podremos lograr en 2020”, afirma Héctor Arellano, gerente comercial de Efizity, especialista en gestión energética.

Consumo térmico

A nivel de las personas, un eje clave será informar a la población respecto de la eficiencia energética en las viviendas. “Esta es la principal compra que hace una persona durante su vida y el mayor consumo de energía a nivel residencial está justamente en los consumos térmicos que están muy vinculados con cómo está construida la vivienda. Por lo mismo, es sumamente relevante que las viviendas nuevas informen cómo es el consumo de energía para que la gente, cuando compre, vaya a tomar una buena decisión, bien informada”, añade el director ejecutivo de la AgenciaSE.

Según Héctor Arellano, de Efizity, en Chile existe experiencia relevante en las distintas tecnologías que se pueden aplicar a la eficiencia energética y las metodologías de gestión asociadas, como recambios tecnológicos, control automático de procesos y mejoras en contratos de suministro, entre otros. “Cada condición es distinta, pero, en general, las empresas están dispuestas a invertir en mejoras si estas consiguen un retorno de su inversión en torno a los tres años”, comenta.

En este aspecto, el especialista refuerza que la nueva ley exigirá a las empresas con altos consumos de energía implementar un sistema bajo una norma (ISO 50001) que dé soporte a sus actividades de gestión de energía, con objetivos, metas e indicadores de cumplimiento. Además, estas empresas deberán informar, anualmente, a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles sobre sus planes relacionados.

¿Cómo prepararse para estos cambios? Al menos con un diagnóstico que identifique y cuantifique las brechas que la empresa posee. “Es un ejercicio muy práctico y rápido, que permite contar con una carta Gantt para diseñar e implementar un sistema de gestión específico, junto a los costos iniciales y recurrentes de operación, que puede corresponder a costos de inversión en equipos de medición, recambio de tecnología y horas de trabajo gerencial y operativo”, sostiene el profesional de Efizity.

En este sentido, conviene mirar -desde ya- a los SGE como un aliado en el camino a la neutralidad, necesario no solo para el medioambiente, sino también para mejorar la productividad, la competitividad económica y la calidad de vida de las personas. En la construcción, si bien los responsables de las edificaciones ya se están preocupando más profundamente del consumo de energía, ahora tendrán que hacerlo mucho más, pues no sólo contarán con una etiqueta y un informe de eficiencia energética, sino que en la mayoría de los casos deberán presentar esta información a la Dirección de Obras Municipales para obtener la recepción final de la obra.

 

Fuente: Certificación Edificio Sustentable