Rubén González, del MMA, señala que el Estado y el sector privado tienen una gran oportunidad de mejorar la eficiencia de la construcción incorporando economía circular.
La sustentabilidad ha ido abarcando diferentes sectores productivos de Chile. Es así como hoy es posible observar el desarrollo de diferentes iniciativas tendientes a conseguir un país más sostenible y productivo. Y en la industria de la construcción, también hay preocupación por la materia.
“El mundo de la construcción se ha dado cuenta de que la aplicación de sustentabilidad en construcción puede ser una forma de aumentar o mejorar la productividad y rentabilidad de esa industria”, señala Rubén González, encargado de RCD de la Oficina de Economía Circular en el Ministerio del Medio Ambiente.
Si bien a juicio de González, “la sustentabilidad es un concepto amplio, de variada discusión y sobre el que existen muchas definiciones, una manera de dar bajada práctica a ello es a través el concepto de economía circular”.
En el Convenio Interministerial de Construcción Sustentable en el que participa la cartera ambiental, se señala que la construcción sustentable es: “un modo de concebir el diseño arquitectónico y urbanístico, que se refiere a la incorporación del concepto de sustentabilidad en el proceso de planificación, diseño, construcción y operación de las edificaciones y su entorno, que busca optimizar los recursos naturales y los sistemas de edificación, de tal modo que minimicen el impacto sobre el medio ambiente y la salud de las personas”.
Desde la mirada del MMA, la sustentabilidad en la construcción “supone todo el ámbito de mejoras en la edificación e infraestructura que permita elevar los estándares ambientales de las obras, reduciendo su impacto y maximizando los beneficios ambientales y sociales de la actividad de construcción, para los ciudadanos y las ciudades, y que a la vez incorpora un enfoque de economía circular”, este último es “un enfoque y tendencia que promueve principios que permiten hacer más sustentable las actividades económicas, con el objetivo de reducir el consumo de recursos naturales, garantizar la perdurabilidad de su uso en los ciclos de la economía, garantizando su productividad como recursos; desde el diseño de los materiales, de los productos u obras, de los procesos productivos, mediante nuevos modelos de negocios, inclusive reconceptualizando los bienes como servicios”.
Gestión sustentable de materiales y residuos
Rubén González reconoce que entre los desafíos a enfrentar, “uno de los principales, es la gestión sustentable de los residuos de construcción y demolición (RCD) y su incorporación como recursos a los ciclos de la economía”.
González considera que en la actualidad se hace necesario “mejorar procedimientos en obra y coordinar a los agentes en el mercado, pero también mejorar los instrumentos normativos para que sea más simple la valorización de los residuos de construcción y para que se regule ámbitos que no están regulados”. A ello se suma otro desafío, que “es erradicar los pasivos ambientales que estos residuos dejan cuando son dispuestos en bienes nacionales administrados por municipios; mitigar sus impactos y eliminar, mediante fiscalización, las prácticas que conducen a esas situaciones”, un punto de partida sería “cuantificar el gasto público actualmente destinado a estas materias por los municipios, pero también por otros servicios públicos”.
Y agrega: “En la actualidad los RCD, cuando no son bien manejados generan impactos importantes al medio ambiente, alterando cauces de ríos, desviando quebradas, rellenando humedales, causando problemas sanitarios cuando forman vertederos ilegales o basurales, provocando riesgos aluvionales, inundaciones, afectando infraestructuras, generando afectaciones al patrimonio arqueológico, paisajístico, a la flora y fauna de los sectores afectados, entre muchas otros efectos. Teniendo eso en vista, es fundamental reducir la generación de RCD (prevención), fomentar su valorización y hacer una buena disposición final, si es que no hay opción de mantenerlos en el ciclo de la economía”.
Desafíos pendientes
Para el ejecutivo, “el impulso de estrategias de economía circular en construcción garantizaría un aporte importante a la sustentabilidad del rubro, de la mano con un aumento en su productividad y economía. El medio construido es, además, en un mundo urbanizado, la escuela civilizatoria de nuestras sociedades, por tanto la construcción de edificios e infraestructura es un espacio que tiene mucho que aportar a la construcción de un mundo sustentable”.
Desde las oportunidades, “otro desafío es abordar el enorme espacio que, el mundo de la construcción tiene, para la industria del reciclaje de materiales originados en otros sectores económicos”, analiza González. Entre ellos, menciona al plástico generado como residuo de envases y embalajes o juguetes, que puede ser utilizado para la fabricación de pinturas, ventanas, productos de terminaciones, distanciadores para procedimientos de obras, madera plástica para el desarrollo de herramientas, entre muchos otros usos. “El reciclaje de metales con origen en electrodomésticos, automóviles y maquinaria, ya se usa para fabricar barras o perfiles de acero para construcción; los neumáticos para aislación acústica, a la vibración, césped sintético, entre otros muchos ejemplos”, menciona.
A ello se suma que “la economía circular aplicada al sector de la construcción es una oportunidad tremenda para dar durabilidad al uso de los materiales, puesto que el ciclo de vida de edificios e infraestructuras es largo. Bajo el concepto de “obras como bancos de materiales” se tiene la oportunidad de utilizar a las ciudades y sus infraestructuras como reservas de materiales para el futuro”, sostiene el profesional.
En la actualidad, Joaquín Cuevas, jefe del Departamento de Manejo de Residuos y Medio Ambiente de Viconsa, se encuentra en España realizando una misión tecnológica extendida. “Junto a dos instituciones claves como el Instituto Eduardo Torroja y la Asociación de RCD española, estoy elaborando un diagnóstico de la situación española y europea en torno a los RCD, para posteriormente llegar a unas conclusiones que permitan generar una propuesta de modelo de negocio, para poder instalar la primera planta de RCD en Chile, con miras a que este modelo pueda ser replicado en todo el país a través de las municipalidades, dando así paso al desarrollo de un nuevo mercado o industria, la cual existe en Europa hace más de 30 años”, explica Cuevas.
El Congreso Internacional de Reciclaje de Residuos de Construcción y Demolición RCD, a través de su Comité Organizador, convocó a las empresas a presentar sus proyectos de gestión de residuos en obra, con el fin de promover la sana competencia y destacar las mejores iniciativas.
Por lo pronto, la cartera ya presenta algunos proyectos de economía circular que muestran un positivo impacto en su implementación, como los tres casos de éxito mostrados por Walter Kaempfe Rossi, jefe del Departamento de Proyectos de la División de Infraestructura Aeroportuaria de la Dirección de Aeropuertos, relacionados con la reutilización de pavimentos: dos de Iquique y uno de Arica.
soluciones con bajo presupuesto, por eso se nos ocurrió reutilizar los materiales que iban quedando en los recintos de vialidad y creamos soluciones de contención y ensanchamiento de calzada. Con eso, además de impactar positivamente en la sociedad, mejoramos la imagen de la gestión pública y dignificamos la labor del trabajador de vialidad local”, explicó Parrini.
Y es que la seguridad “apunta a una condición mínima que es que el trabajador llegue sano a la obra y regrese sano a su hogar”, a juicio de Jacqueline Galvez, gerente general de la empresa Gestión Urbana y vicepresidenta del Comité de Vivienda de la CChC.
Por el contrario, “los procesos industrializados en ambientes controlados disminuyen los recursos asociados a este tema por la especialización de los trabajadores, generando espacios más seguros y de confianza que mejoran sus rendimientos y motivación, lo que finalmente mejora el desempeño de los procesos”, opina Saavedra.
Mejorar el orden y el aseo de las áreas de trabajo y con ello los flujos de circulación de todo el proyecto son elementos que permite manejar la gestión de residuos valorados y no valorados. Con ello se aumenta el estándar, se evita la cercanía de los equipos pesados con los trabajadores, se disminuyen los riesgos de caída al mismo nivel, cortes y punzamientos, además de no bloquear señaléticas de seguridad y equipos de emergencia, según enumera el jefe del Departamento de Prevención de Riesgos de Siena.