Con avances concretos en gobernanza territorial, innovación tecnológica y estudios de oferta y demanda, y un llamado a acelerar normativas e infraestructura habilitante, la Red ECC presentó su primer balance en un encuentro que reunió a actores clave de la industria, el mundo público, la academia y la sociedad civil.
Con un fuerte llamado a la colaboración multisectorial y la urgencia de destrabar barreras regulatorias, se presentaron los primeros avances del proyecto Red de Economía Circular de la Construcción (Red ECC), una iniciativa público-privada que busca transformar los residuos de obras en recursos y dinamizar la inversión en infraestructura sustentable en la Región Metropolitana.
En el encuentro moderado por Katherine Martínez y realizado en la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), autoridades y representantes del sector destacaron los hitos alcanzados durante el primer año de ejecución de este ambicioso plan financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y liderado por Corfo, Construye2025, CDT, el Gobierno de Santiago y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Marisol Cortez, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la CChC y presidenta de la Red ECC, puso sobre la mesa la urgencia de habilitar infraestructura adecuada. “Los espacios de valorización deben estar disponibles no solo en Santiago, sino en todo el país. La mirada debe ser territorial e integral”. Llamado que obedece al cumplimiento de metas de la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035.
“El año 2018 definimos una hoja de ruta para avanzar hacia una economía circular en el sector. Hoy, la urgencia es mayor, y no basta con buenas intenciones: requerimos del compromiso de todos los actores para construir un nuevo ecosistema productivo”, expresó Francisco Costabal, presidente de Construye2025.
La coordinadora de sustentabilidad del programa, Alejandra Tapia, advirtió sobre los desafíos pendientes, especialmente en materia normativa. “Este proyecto es un piloto con vocación replicable, pero necesitamos certeza jurídica, permisos más ágiles y una reglamentación clara para activar el mercado de valorización de residuos de construcción”, señaló.
Avances para un modelo replicable
Durante la jornada, Bárbara Silva, profesional de la CDT a cargo de la coordinación del proyecto, presentó tres líneas de avance concretas:
1. Gobernanza territorial robusta
2. Plan de innovación con foco en tecnología aplicable
“Estamos facilitando la toma de decisiones al mostrar tecnologías disponibles y casos concretos. Eso ayuda a que más empresas se animen a tratar sus residuos como recursos”, comentó Silva.
3. Estudios de oferta, demanda e inversión
Iván Jensen, constructor civil del área de Acción Climática y Economía Circular de EPB Chile, presentó los hallazgos preliminares de la estimación de RCD y el análisis de la capacidad productiva en la RM.
Para Jensen, el principal reto no está en la generación de residuos, sino en la activación del mercado para los productos valorizados. “Tenemos flujo de RCD suficiente en la región, pero falta demanda e incentivos claros para productos reciclados y compras públicas sustentables”, enfatizó.
Colaboración público-privada: condición indispensable
La jornada incluyó un panel con actores de distintos ámbitos, quienes coincidieron en que el marco normativo y la habilitación de terrenos son barreras críticas.
“Sin terreno, no hay proyecto. Necesitamos definir criterios claros para instalar plantas de valorización en la Región Metropolitana”, enfatizó Paola Cofré, jefa del área de economía circular de la Seremi de Medio Ambiente RM.
Desde el sector privado, Julio Manterola, jefe de Sostenibilidad y Comunicaciones de Eco AZA, destacó que el desarrollo normativo técnico ha sido esencial para validar productos como el árido artificial, pero que ahora el desafío es masificar su uso en el mercado formal, especialmente a través de exigencias en proyectos públicos.
En tanto, Jorge Romero, gerente de Operaciones de MSUR, subrayó el valor estratégico de la red como espacio de conexión entre iniciativas y actores: “Esta red no solo visibiliza lo que se está haciendo, sino que también permite articular soluciones concretas, desde el mundo privado, público y académico. Nos abre la posibilidad de actuar como ecosistema”.
Por su parte, Marisol Cortéz recalcó que muchas empresas del rubro ya están avanzando a través de Acuerdos de Producción Limpia (APL), lo que ha permitido reducir significativamente la generación de residuos y mejorar procesos desde el diseño.
“Queremos reciclar más, pero también generar menos residuos. Esta red nos da la oportunidad de abordar el problema desde todos los frentes”, puntualizó.
Lo que viene: pilotos, plataformas y guía territorial
El proyecto, que culmina en octubre de 2026, contempla:
Innovación: Desarrollo de una plataforma digital para visibilizar soluciones, casos de estudio y proyectos de I+D. También se realizarán capacitaciones para transferir herramientas de diagnóstico y modelos de negocio al sector privado.