Entre 2015 y 2023, la productividad del sector construcción en Chile cayó un 19 %. Así lo advierte Hernán de Solminihac, presidente del Colegio de Ingenieros y miembro del Comité Ejecutivo de CLAPES UC, quien detalla los desafíos y aprendizajes del rubro, y destaca el rol clave de programas como Construye2025 y el Plan BIM para revertir esta tendencia.
La productividad en la construcción chilena ha mostrado un preocupante retroceso en los últimos años. De acuerdo con estimaciones de CLAPES UC, entre 2015 y 2023 esta cayó un 19%, lo que equivale a una tasa anual promedio de -2,4 %. “Esta caída implica que, utilizando los mismos recursos humanos y de capital, hoy se produce menos, lo que encarece los proyectos, reduce márgenes y limita la competitividad frente a otros mercados”, explica Hernán de Solminihac, presidente del Colegio de Ingenieros y miembro del Comité Ejecutivo de CLAPES UC.
Mientras países como España y Dinamarca experimentaron aumentos de productividad de aproximadamente 3% en el mismo período, Chile enfrenta el desafío de modernizar su industria para revertir esta tendencia. En este contexto, la digitalización y la industrialización se han posicionado como palancas clave para el cambio. Sin embargo, su impacto aún no se evidencia de forma agregada, a juicio del ingeniero. “Iniciativas como el Planbim de Corfo y Construye2025 han impulsado la adopción de herramientas digitales en licitaciones públicas y privadas, pero requieren mayor masificación y articulación para generar efectos visibles en la productividad”, subraya De Solminihac.
El proceso de industrialización, por su parte, mediante sistemas prefabricados y procesos estandarizados, ha enfrentado importantes barreras estructurales, como escalas de producción limitadas, marcos normativos poco adaptados y resistencia cultural al cambio. “La estandarización de diseños aparece como una condición crítica para el despegue de la construcción industrializada”, indica el profesional. Y para muestra, un botón: en regiones como Antofagasta, donde la influencia minera ha promovido métodos más industrializados, los niveles de productividad son considerablemente más altos que el promedio nacional, de acuerdo con estudios de CLAPES UC.
Cómo avanzar
Entre los principales obstáculos para avanzar en productividad, Hernán de Solminihac identifica cuatro: baja adopción de tecnologías digitales y sistemas industrializados, marcos normativos que necesitan mejoras, una cultura reacia a la innovación y una permisología excesivamente lenta y fragmentada. “Tenemos más de 400 trámites distintos y una ruta crítica que supera los 2,7 años, pudiendo incluso extenderse por más de una década”, detalla. Con ello, se dificulta el avance hacia una industria más moderna, integrada y eficiente.
La colaboración entre el sector público, privado y la academia ha sido esencial para trazar una hoja de ruta hacia una industria más eficiente. “Construye2025 y el Planbim son ejemplos de iniciativas que han promovido la digitalización y la industrialización”, insiste. También destaca el trabajo de la Mesa Nacional de Formación en Construcción, integrada por ChileValora, la CChC, entidades públicas y universidades, que ha desarrollado estándares de competencias y validaciones de aprendizaje, fortaleciendo el capital humano.
A pesar de los avances, la adopción masiva de estas soluciones sigue siendo limitada. “Los proyectos piloto han demostrado el potencial de herramientas como BIM e industrialización, pero su escalamiento aún no ocurre. Las rigideces normativas y la fragmentación institucional han impedido que estas soluciones escalen”, confirma.
Para consolidar mejoras, se requiere un paquete cohesionado de medidas: “Masificar BIM e industrialización mediante normas y bases de licitación que incentiven su aplicación, modernizar la permisología con plataformas únicas y silencio administrativo positivo, crear parques industriales de módulos y consolidar normas técnicas que respalden la industrialización”, sugiere, citando como ejemplo exitoso el programa hospitalario del Reino Unido (New Hospital Programme), que ha logrado reducir drásticamente plazos y costos, con un enfoque programático y estandarizado.
Finalmente, el vocero de CLAPES UC enfatiza en el rol fundamental del capital humano: “Sin técnicos capacitados, las tecnologías no generan beneficios”. Y si bien reconoce que se han creado liceos técnicos y centros de formación especializada, así como se han implementado programas de certificación de competencias, es necesario “ampliar y actualizar la oferta formativa, alinear contenidos con estándares internacionales y las necesidades del mercado, e incentivar a las empresas a invertir en capacitación continua”.
“Con una estrategia articulada de desarrollo de capital humano, el sector podrá aprovechar plenamente las oportunidades tecnológicas disponibles”, concluye.
Por Felipe Ossio, director Escuela de Construcción Civil UC
Hace una década, hablar de sostenibilidad, industrialización o economía circular en la construcción era incipiente. Hoy, estos conceptos se han instalado como ejes estratégicos que transforman no solo la forma en que construimos, sino también cómo formamos a quienes lideran esta industria. En este proceso, Construye2025 ha sido un catalizador clave, articulando una visión de largo plazo que une al sector público, privado y académico en torno a una meta común: una construcción más productiva, sustentable y centrada en el bienestar de las personas.
Desde la academia, hemos respondido a este llamado. En la Escuela de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, hemos reformulado nuestro plan de estudios para que nuestros egresados no solo sean líderes en gestión de proyectos, sino también agentes activos en los procesos de cambio que exige el sector. Nuestros estudiantes aprenden hoy sobre construcción circular, carbono incorporado, metodologías BIM, industrialización, gestión integrada de proyectos, liderazgo con propósito y ética profesional. Porque formar profesionales competentes ya no es suficiente: debemos formar ciudadanos comprometidos.
Pero la transformación no termina en el pregrado. La educación continua es hoy una herramienta estratégica para el desarrollo del capital humano en la industria. Las empresas enfrentan nuevos desafíos tecnológicos, regulatorios y ambientales que requieren profesionales actualizados, con competencias que van más allá de su formación inicial. La academia debe asumir un rol más activo en esta actualización permanente, abriendo espacios de formación flexibles, pertinentes y vinculados con la realidad del sector. Esa ha sido también nuestra apuesta desde DECON UC.
La colaboración intersectorial ha sido esencial. Gracias al trabajo conjunto con Corfo, ANID, ministerios sectoriales, la Cámara Chilena de la Construcción y actores sociales, hemos logrado identificar brechas, pilotar soluciones, y conectar nuestras capacidades con los desafíos del país. La academia ya no es solo observadora: participa activamente en la creación de políticas públicas, en el desarrollo de proyectos innovadores y en el fortalecimiento de una cultura de productividad y sostenibilidad.
En estos diez años, Construye2025 ha generado algo fundamental: un lenguaje común para transformar colectivamente. Y ese lenguaje ha permeado también nuestras aulas, laboratorios y programas. Hoy más que nunca, necesitamos fortalecer este ecosistema de colaboración. Porque formar profesionales competentes ya no basta. Debemos formar líderes comprometidos, capaces de construir un país más justo, más resiliente y más humano.
La transformación del sector construcción será necesariamente intersectorial, pero también será educativa. Y ahí, la academia tiene una responsabilidad ineludible: liderar el cambio desde la formación, la investigación y el vínculo con la sociedad.
Si bien la construcción industrializada gana cada vez más terreno en nuestro país, muchas empresas se han abierto camino mediante un trabajo arduo y sostenido en el tiempo. Es el caso de Martabid, empresa que, en su desarrollo en Chile, encontró una serie de obstáculos que ha sabido superar, y hoy cuenta con la planta más moderna de Latinoamérica.
Corría el año 2018 y la construcción industrializada se erigía como un tema incipiente en Chile. En julio de ese mismo año, Construye2025 publicaba el tema “Industrialización de calidad: la apuesta de Martabid por la mejora continua de sus procesos y viviendas”, como un caso que marcaba la pauta que el programa veía para la industria. Ya en 2017, había impulsado la creación del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), con el objetivo de promover el desarrollo de este tipo de soluciones constructivas.
En esa época, el Holding Martabid debió bogar contra la falta de mano de obra calificada y otros obstáculos que la llevaron a hacerse cargo de toda la cadena de valor, segmentando su negocio en cuatro áreas: inmobiliaria, constructora, arriendo de maquinaria e industrialización de paneles. En esta última, aparece Canada House, que, siete años más tarde, cuenta con la mayor fábrica de casas en Latinoamérica.
Emplazada en Lautaro, región de la Araucanía, la planta de Canada House detenta más de 20.000 metros cuadrados construidos, y la capacidad de construir 30 casas por día, lo que se traduce en 600 viviendas por mes y 7200 por año. Con esta capacidad, se espera un gran impacto en el fortalecimiento del mercado habitacional en las regiones desde Santiago hacia el sur del país, generando soluciones accesibles y de alta calidad en estas zonas de mayor déficit de viviendas.
La respuesta a un desafío
José Miguel Martabid, director ejecutivo de Canada House, advertía en 2018 sobre las carencias de la construcción tradicional: problemas en la realización de controles de calidad, mano de obra no calificada, lentitud y dispersión de las faenas en terreno. En ese marco, el profesional puso énfasis en la mejora continua y estableció alianzas con importantes socios y proveedores, todo con miras a un producto final de excelencia.
El objetivo de Martabid es lograr una vivienda óptima, basado en controles de calidad realizados en fábrica, mediante un proceso constructivo industrializado de los distintos elementos que lo componen, complementado por un sistema de montaje mecanizado en obra que aborda programas masivos de vivienda.
Tras esta definición, realizada hace 17 años, José Miguel Martabid realizó un estudio en aquellos países que cuentan con viviendas industrializadas. Las conclusiones arrojaron la necesidad de adaptar la integración de tecnologías a la realidad del mercado nacional y a los productos disponibles.
En 2018, uno de los problemas importantes a enfrentar era la escasez de proveedores locales, razón que llevó a Martabid a buscar soluciones de alto estándar en el extranjero. Paradójicamente, importaron puertas metálicas prepintadas, con interior de poliuretano inyectado para la aislación térmica, que contenían un bastidor de madera chilena.
Hoy.
Tecnología y sustentabilidad
Muchos años después del desarrollo de Canada House en nuestro país, José Miguel Martabid sostiene que “somos unos convencidos de que la industrialización es el camino para superar el inmenso déficit habitacional en Chile y es muy importante seguir impulsándola, además de mejorar la calidad y tiempo de ejecución de las obras”.
En la actualidad, la megaplanta de la Araucanía dispone de maquinaria importada desde Alemania y un software especializado, que permite una producción automatizada y eficiente. Su implementación de la metodología BIM (Building Information Modeling) asegura trazabilidad, precisión milimétrica y optimización de los recursos en cada proyecto, reduciendo significativamente tanto los residuos como el impacto ambiental. “Estamos desarrollando producciones modulares, con viviendas completamente terminadas, a lo anterior se agrega condominios o mini condominios de tres niveles con industrialización modular”, explica el ejecutivo.
Esta planta promueve la sustentabilidad a través del uso de energía renovables: sistema fotovoltaico, reducción de residuos en el proceso productivo y el empleo de madera como material principal, que se conoce por su bajo impacto ambiental y su capacidad para reducir la huella de carbono. Así, la infraestructura se alinea con las metas globales de sostenibilidad y economía circular.
La gestión de residuos es particularmente destacable. La mejora de las materias primas utilizadas en la nueva planta ha hecho que el material de descarte conserve una calidad altísima, por lo que se han realizado desarrollos con empresas de la región para reutilizar estos residuos y generar insumos que puede usar la misma empresa, tales como marcos de puerta en pino finger joint, reutilización de despuntes de placas, entre otros.
El trabajo desarrollado por Canada House no ha pasado inadvertido, y la empresa fue seleccionada para desarrollar un proyecto enmarcado en el Programa Tecnológico #ConstruyeZero, liderado por el CTEC y apoyado por Corfo, ambos patrocinadores del CCI, “donde desarrollaremos y construiremos un edificio modular industrializado 100% en madera”, detalla el director ejecutivo.
Un camino de aprendizaje
Uno de los retos más poderosos que debió enfrentar Martabid fue el cambio cultural en los colaboradores. La empresa quiso mantener a su equipo humano en el proceso de evolución que enfrentaba, por lo que debió desarrollar mecanismos e incentivos para trabajar de forma automatizada, controlada y armónica, pensando tanto en el crecimiento de la organización como en el beneficio de sus trabajadores.
La formación de las personas es un pilar fundamental para el éxito de Canada House, que se concentró en capacitar a su equipo en el manejo de las nuevas tecnologías, garantizando que estuvieran en línea con las exigencias de calidad y sostenibilidad de la empresa.
El ejecutivo también destaca la excelente relación comercial establecida en la actualidad con proveedores que también son socios del CCI, que data de varios años. Sin ir más lejos, la construcción de la planta de Lautaro tardó solo 14 meses, y ese tiempo récord fue posible gracias a la colaboración de empresas líderes en soluciones industrializadas, a la altura del desafío de innovación y plazos que representó este proyecto.
Mirando hacia el futuro
Hacia adelante, la empresa tiene el objetivo de abarcar nuevos mercados, como el de las segundas viviendas, surgiendo la línea de construcción modular, además de llegar a más rincones del país, ampliando la zona de operación desde la región de O’Higgins hasta Punta Arenas.
Ni Martabid ni Canada House temen a los desafíos y cambios que pueda depararles el futuro. En materia ambiental, se han anticipado a los cambios normativos, y la planta está preparada para la entrada en vigencia de la nueva norma de cálculo estructural de edificaciones de madera, o para la nueva reglamentación térmica, que contiene una serie de exigencias que llevaron a la empresa a adaptar distintas materialidades para dar cabal cumplimiento a la normativa nacional vigente.
Hoy, Canada House se posiciona como un actor clave en la transición hacia la construcción industrialización en nuestro país. Su capacidad productiva, su tecnología avanzada y enfoque sostenible hacen que esta empresa no solo se perfile como líder en la actualidad, sino también como referente para la construcción industrializada en Chile.
Por Ricardo Flores, gerente de desarrollo de IDIEM
En octubre se realizó la feria Edifica 2024, que reveló una realidad que demanda atención urgente: la industrialización de la construcción en Chile requiere un cambio profundo en su estrategia. Durante los tres días que duró la feria, el espacio estuvo repleto de proveedores nacionales e internacionales, incluyendo empresas chinas que ofrecieron soluciones industrializadas. Sin embargo, en esencia, casi todas estas soluciones son muy similares. Entonces, ¿qué estamos haciendo realmente?
Es hora de dejar de competir y comenzar a dejar de lado las rivalidades. La industrialización y el uso de plataformas digitales en la construcción son negocios que dependen del volumen para sobrevivir. Para lograr eficiencia, las industrias requieren escala. Y hoy, el mercado de la edificación en Chile opera en uno de sus niveles más bajos, amenazando la viabilidad de muchas empresas.
Sin colaboración entre los actores nacionales, prefabricadores, industrializadores y empresas de aplicaciones digitales, nuestra industria está destinada al fracaso. La competencia real no está dentro de nuestras fronteras: la encontramos en los gigantes internacionales, que tienen la ventaja del volumen y la tecnología avanzada.
Un ejemplo claro es la inversión anunciada por Microsoft: 1,3 mil millones de dólares en investigación y desarrollo para los próximos tres años. ¿Cómo puede una empresa chilena competir contra algo así? Solo formando alianzas, fusiones o colaboraciones que nos permitan alcanzar la escala necesaria.
Existen muchos ejemplos de éxito en la unión empresarial. La marca de café colombiano Juan Valdez, que agrupa a miles de pequeños productores, supo competir globalmente al asociarse bajo una identidad común. Las cooperativas agrícolas y lecheras lo hicieron hace años en nuestro país, al igual que las ferreterías locales, que enfrentaron a gigantes internacionales como Home Depot al crear marcas unificadas como Construmart, MTS y Chilemat. Entendieron que el verdadero desafío no estaba en el competidor local, sino en los grandes actores globales, más eficientes y con acceso a tecnologías de punta.
Si no vemos pronto fusiones, adquisiciones o alianzas estratégicas, muchas empresas locales y sus ideas innovadoras desaparecerán. Necesitamos avanzar en la estandarización y en la trazabilidad de la información. Un sello país de construcción industrializada.
Para lograr eficiencia y escala, las soluciones de diferentes empresas deben integrarse y ensamblarse como piezas de LEGO. En Idiem, creemos en la colaboración y, con nuestros laboratorios y profesionales, podemos contribuir a la trazabilidad y el cumplimiento de los estándares. Sin embargo, la alianza principal debe provenir de las propias industrias.
Mi invitación es a que la industria de la construcción en Chile tome una postura estratégica frente a la industrialización. Esto no se logrará con reuniones esporádicas entre amigos, sino con acciones concretas que emulen el éxito a través de la colaboración. La convicción y el alineamiento entre los actores importan más que la estrategia perfecta.
Por Pabla Ortúzar, vicepresidenta del Consejo de Construcción Industrializada y socia de Archiplan.
Mucho hemos escuchado hablar de los conceptos de industrialización y sustentabilidad ligadas a la construcción en el último tiempo. Pero, ¿cuál es el rol de los arquitectos y nuestro quehacer en estas materias?
Hay quienes dicen que los arquitectos somos como directores de orquesta, que no necesariamente sabemos tocar cada instrumento a la perfección, pero que tenemos que conocer sus virtudes, sus sonidos, y en qué momento ellos deben entrar a escena para poder completar una sinfonía. Tradicionalmente, los arquitectos desarrollamos un proyecto y llegado a un determinado nivel de avance, debemos compartirlo con el resto de las especialidades, para luego coordinarlas y conjugarlas, haciendo las modificaciones necesarias al proyecto para que éste tome en cuenta todos sus requerimientos.
¿Qué pasa, entonces, con un proyecto industrializado? Pues bien, debemos estar dispuestos y coordinarnos desde el comienzo con todos quienes en él participan, es decir, lo que llamamos una Integración Temprana. Aquí es fundamental conocer las condiciones del proveedor de soluciones industrializadas con quien sea que vayamos a trabajar. Y ello no sólo se limita a la solución en sí, un proyecto industrializado debe considerar variables de transporte y montaje en su diseño, debe coordinarse con la constructora y debe conocer las condiciones del terreno donde se emplazará. No debemos olvidar que el éxito o fracaso de un proyecto, más allá de la edificación en sí, tiene que ver en cómo la edificación se emplaza en terreno y cómo son las relaciones de ésta con el barrio y sus vecinos. Esto último es una materia fundamental que los arquitectos debemos considerar en todos nuestros proyectos.
Ciertamente un proyecto industrializado tiene ventajas de sustentabilidad frente a un proyecto tradicional. Son proyectos que generan menos residuos, al considerar que la obra se transforma en un montaje más que una construcción. Bien coordinados son proyectos cuyo tiempo de ejecución en terreno es más corto, ya que hay faenas en fábrica y en obra que se traslapan, y permiten manejar un mayor grado de certeza, lo que se traduce en ventajas económicas.
No se trata, entonces, de crear una sinfonía y luego enseñarla a la orquesta y ensayar en conjunto la pieza. Se trata de que la sinfonía la creemos en conjunto, ajustando desde el comienzo los tonos, los tiempos, los silencios y las notas, para que, de este modo, seamos más eficientes, más productivos, y logremos crear proyectos que enriquezcan el barrio donde se insertan y sean un aporte a quienes lo habitan y a sus vecinos, porque nunca debemos olvidar que nuestro trabajo se trata de mejorar la vida de las persona, los barrios y las ciudades.
El equipo de Construye2025 hace una evaluación del documento lanzado en junio de 2022 y del camino que resta ad portas de cumplir 10 años del programa.
A poco más de dos años del lanzamiento de la Hoja de Ruta 2022-2025, el programa creado por Corfo en 2015, continúa acelerando de manera decidida la transformación de la industria y de manera conjunta.
Pese a las complejidades que este trabajo implica, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, reconoce que “tenemos la convicción de estar en el lugar y en el tiempo correcto”, destacando la visión compartida de los actores de la industria, lo que ha permitido proyectar acciones de largo plazo para -en forma estratégica- instalar la competitividad sectorial como una meta que debe y necesita ser más exigente.
Para ello, el apoyo de las instituciones y profesionales que conforman el Consejo Estratégico, es crucial, dado que han estado junto al programa desde el inicio.
“Estamos súper orgullosos de llevar nueve años recorriendo este camino, no ha sido fácil, hemos pasado distintos momentos políticos, administraciones, situaciones y aquí estamos y creemos que todavía podemos seguir aportando. Tenemos que llegar al 2025 con las metas cumplidas pero, todavía queda camino por recorrer”, analizó.
En ese sentido, están en pleno desarrollo compromisos de la hoja de ruta como el Comité Transversal de Instituciones Académicas, que pasó a ser el Comité Gestor Académico, en el eje de Capital Humano, así como el Comité Gestor de Innovación, en el eje del mismo nombre.
En materia de Sustentabilidad, se ha difundido con mayor énfasis los áridos reciclados, a través del Webinar “Avances y tecnologías para el procesamiento y uso de áridos reciclados”, organizado por Universidad de La Frontera, Pontificia Universidad Católica de Chile, Construye2025 y Río Claro y la certificación en los nuevos perfiles de competencias laborales, a través del Webinar “Desafíos y nuevas competencias laborales en economía circular para trabajadores”, organizado por ETC, Reduciclo y Construye2025.
Otra de las acciones cumplidas en este eje ha sido la de “Colaborar en el desarrollo de capacidades que requiere el sector para implementar la medición y reportabilidad de la huella de carbono”, lo que se llevó a cabo a través del Concurso Desafío NetZero2030, culminado en noviembre de 2023, y que entre el 17 y 26 de mayo de 2024 tuvo una gira a la Universidad de Nottingham, Inglaterra, con los ganadores del concurso universitario.
Por otra parte, el equipo de Construye2025 participó en el cierre del primer Acuerdo de Producción Limpia de economía circular de la industria de la construcción, en Valparaíso, lo que, además, forma parte del trabajo de apoyo a la Estrategia de Economía Circular en Construcción 2025, impulsada por la Cámara Chilena de la Construcción, el Instituto de la Construcción y Construye2025, con el apoyo técnico, coordinación y facilitación de la CDT.
En Industrialización, el programa avanza a partir de la presencia en el directorio del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), en el desarrollo de la primera Guía de Constructabilidad, para mejorar la calidad de las obras desde las etapas tempranas de proyecto, la que está pronto a ser lanzada; en fomentar la estandarización de componentes en el proceso constructivo, a través de una Guía de Integración Temprana para la Industrialización, desarrollada por el CCI; levantar la oferta de soluciones constructivas, productos y servicios disponibles a nivel nacional, que permitan facilitar la adopción en la industria; articular actores para despliegue de medición de KPI’s de industrialización y en levantar y difundir casos existentes de industrialización y prefabricación en edificación, para así mostrar experiencias, aprendizajes y sus resultados.
Sin duda, “el impulso de Corfo, el apoyo del Instituto de la Construcción como entidad gestora y el compromiso de la Cámara Chilena de la Construcción, han sido cruciales para poder ser testigos de cómo los temas que impulsamos desde el inicio hoy ya están cada vez más incorporados en los sectores público y privado, así como en la academia y sus mallas curriculares. El cambio de paradigma y la transformación productiva del sector ya han comenzado a ocurrir”, comenta Marcos Brito.
En dependencias de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), sesionó el Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL). Instancia donde se aprobaron nuevos perfiles laborales orientados a los ejes de seguridad, industrialización y economía circular para el sector construcción.
La actividad estuvo enmarcada por la elección de la nueva presidencia del organismo, la cual fue asumida por Matías Donoso, subgerente de formación de la CChC, y la aprobación por parte de sus miembros de nuevos perfiles laborales para la industria, que serán incorporados al catálogo de perfiles actualizados de ChileValora.
Resumen de nuevos perfiles laborales para el sector construcción:
El Organismo Sectorial de Competencias Laborales de la Construcción (OSCL), es un organismo tripartito en el que participan representantes del Estado (Minvu, MOP), trabajadores (SIMOC) y privados (CChC), teniendo como principal función levantar nuevos estándares laborales en todos los subsectores productivos de la construcción. Este sesiona cada tres o cuatro meses y la agenda se acomoda en función de las necesidades del sector.
Fuente: Consejo de Formación
La Semana de la Productividad nació hace tres años como una forma de enfrentar una de las dificultades que tiene la construcción en esta materia.
Los últimos antecedentes dan cuenta de un bajo crecimiento en materia de productividad en la construcción. La CChC ha impulsado la implementación de herramientas concretas que aporten a crecer en este aspecto, haciendo un esfuerzo para que esas prácticas estén presentes desde el diseño de los proyectos hasta su entrega.
En la apertura estuvo presente el ministro de Economía Nicolás Grau, quien destacó el encuentro. “Primero que todo quiero celebrar a la Cámara Chilena de la Construcción por este espacio de conversación sobre cómo aumentamos la productividad de este sector y, por supuesto, de la economía en general. Hemos tenido muy buenos años de trabajo con la Cámara, identificando justamente cuáles son los distintos desafíos que está teniendo este sector, que es clave para la economía. La construcción genera dinamismo en la economía, genera empleo, tiene que ver con cómo se dinamiza justamente una economía y, de esa manera, apuntala de forma correcta el crecimiento” aseguró.
En tanto, el vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Alfredo Echavarría, destacó la mesa de trabajo que está en funcionamiento con el ministerio, la que ha permitido poder plantear una serie de proposiciones e ir avanzando en los problemas de permisología que afectan a los proyectos. A esto, Echavarría agregó que “Nosotros queremos agregarle a esto de la permisología una palabra adicional, que es la “tramitología”. Hay numerosos contratos públicos que se ven afectados por ejemplo por hallazgos arqueológicos, que terminan retrasando e incluso paralizando los proyectos”. A juicio de Echavarría, una vez que un proyecto supera los permisos, viene el fenómeno de la tramitología, que también retrasa la entrega de las obras.
Con su exposición “Permiso para construir: cómo mejorar la regulación”, el presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, Raphael Bergoeing, hizo una revisión del último informe que releva los principales nudos críticos en los permisos y su tramitación para proyectos de inversión en el país, asegurando que el actual sistema de permisos es ineficiente, incierto e inestable. “Si no se resuelve ahora, esto se va acumulando en el tiempo. esto es algo que es de una magnitud relevante y que no se va a resolver solo” aseguró.
Para profundizar en los desafíos aún pendientes en esta materia se realizó un panel de conversación en que participaron, el jefe de la División de Fomentos del Ministerio de Economía, Nicolás Marshall, el presidente de la Comisión de Productividad de la CChC Francisco Costabal y Raphael Bergoeing.
La Semana de la Productividad se realizará hasta el jueves 06 de diciembre y profundizará en varias dimensiones de la productividad, tanto de lo que necesitamos como país; una segunda bajada sobre cómo ser más productivo en la industria de la construcción y finalmente, cómo se implementan medidas para mejorar en este aspecto en las empresas. Tres aristas que juntas diseñan este mix necesario para avanzar y salir adelante.
Además, contará con la presencia de varios referentes del mundo en esta materia, entre ellos, Marissa Stenning, directora asociada en Turner & Townsend Alinea, quien es una de las autoras del manual de productividad Trust and Productivity del Reino Unido y Jaimie Johnson, MBE director de la junta directiva y jefe de sistemas globales de Bryden Wood y líder de diseño del Centro de Innovación en la construcción del Reino Unido, quien lideró el diseño de la transformación digital en este país.
Fuente: CChC
Conectando Construcción 2023 vuelve el 16 de noviembre, organizada por Construye2025, para reunir a proveedores de servicios de digitalización, de industrialización, de sustentabilidad y startups tecnológicas de construcción.
Con su cuarta versión, vuelve el 16 de noviembre de este año la Ronda de Negocios Conectando Construcción, organizada Construye2025, la cual se plantea como una rueda de negocios virtual. El evento es un punto de encuentro y colaboración, donde la innovación y las nuevas tecnologías se vuelven el centro.
Al igual que todos los años, Conectando Construcción 2023 contará con una plataforma virtual y asistencia en línea, para así dar cuerpo a su rueda de negocios, durante toda la jornada, para impulsar la innovación en la industria de la construcción.
En esta versión, Conectando Construcción busca reunir en la ronda de negocios tanto a empresas como ejecutivos, con interés en la tecnología e innovación de vanguardia. En el encuentro, junto a patrocinadores y asociados, se exhibirán, además, las últimas tendencias mundiales y nacionales del sector.
El año pasado, se inscribieron 287 vendedores: incluyendo startups, empresas que ofrecen soluciones innovadoras y otros emprendimientos tecnológicos que se quieren vincular con empresas ligadas al rubro de la construcción. Y como compradores se inscribieron 87 empresas. Entre ellos, se llevaron a cabo 207 reuniones efectivas en formato “speed date”. Para este 2023 se esperan aún más inscritos y reuniones de negocio.
Por ejemplo, Nawi participará como vendedor. Nawi es una empresa de tecnologías de monitoreo de calidad de las aguas automáticas y de bajo costo en una plataforma online sencilla de entender. Su fundadora y directora ejecutiva, Nicol Norel, espera ampliar el número de clientes, para seguir disminuyendo los impactos y conflictos con los vecinos.
Por su parte, GreenBricks, participará como comprador. Su fundador y CEO, Erwin Uribe Rojas, comenta que su principal aspiración es establecer conexiones con empresas que estén interesadas en incorporar soluciones como la de Greenbricks en sus procesos.
Conectando Construcción está dirigida a proveedores de servicios de digitalización, industrialización, startups o sustentabilidad para potenciar la innovación e integración de la industria.
Si eres comprador, inscríbete AQUÍ.
Si eres vendedor, inscríbete AQUÍ.
Asimismo, el 13 de noviembre a las 18:00 horas, podrás acceder a una Capacitación en el uso para la plataforma de networking y recibirás tips para generar reuniones efectivas. Inscríbete AQUÍ.
El sondeo elaborado por Madeco by Nexans en alianza con el Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTEC), mostró que la mayoría de los encuestados considera que los recursos clave para innovar pasan por atributos de las personas.
El estudio fue presentado en el evento Innovación para construir el futuro, donde participaron la gerenta general de la CChC, Paula Urenda; el CEO de Echeverría Izquierdo, Pablo Ivelic; y el académico UC y especialista en eficiencia energética y diseño sustentable, Felipe Victorero.
Madeco by Nexans presentó los resultados de su primer estudio “Desafíos sobre el futuro de la construcción”, que busca identificar las principales brechas y oportunidades en el sector. De acuerdo con sus resultados, los principales desafíos percibidos por los encuestados son la productividad (37,3%) y la industrialización (38,7%).
Consultados sobre los recursos necesarios para innovar en la construcción, la gran mayoría de los encuestados apuntó a atributos de las personas: un 64% señaló que el recurso fundamental es formación y conocimiento, seguido por las personas y talentos (62,7%). Mientras, los recursos económicos y técnicos figuran mucho más abajo en la lista de prioridades (21,3% y 17,3%), respectivamente.
“En la industria de la construcción, los principales desafíos percibidos de acuerdo a nuestro estudio pasan por la innovación, cuyas ventajas son múltiples, desde la eficiencia y productividad a incluso mayor seguridad tanto en los procesos de construcción como en la vivienda misma”, aseguró Camilo Elton, gerente general de Madeco by Nexans, durante el evento Innovación para construir el futuro, donde participaron la gerenta general de la Cámara Chilena de la Construcción, Paula Urenda; el CEO de Echeverría Izquierdo, Pablo Ivelic; y el académico UC especialista en eficiencia energética y diseño sustentable, Felipe Victorero.
Un dato preocupante es que 54,7% de los encuestados considera que la situación económica de las empresas del sector es regular, un 40% afirma que es mala y apenas un 5,3% plantea que es buena.
“Es la primera versión de este sondeo, que esperamos permita generar conversaciones en el mundo público y privado sobre los desafíos que tiene la industria de la construcción para plantearse de cara a un futuro sostenible y accesible”, agregó Elton.
Otra conclusión relevante del sondeo es que para innovar no se puede estar solo, hay que conectarse con los integrantes del ecosistema. Así, frente a la pregunta sobre qué se requiere para avanzar en innovación en construcción, un 53,3% respondió una “Red de colaboración dentro de los actores del sector”, seguida de una “Mayor conexión con entidades académicas de investigación”, con un 45,3%. Interesante también es constatar que con igual cantidad de porcentajes (37,3%) los encuestados consideran necesaria la “Incorporación de nuevos actores al ecosistema de la construcción (startups)”, y contar con “Incentivos por parte del Estado” para avanzar en la innovación en el sector.
Carolina Briones, directora ejecutiva de CTEC, destaca que “la innovación es un proceso de aprendizaje y crecimiento para todos los actores involucrados en un proyecto, ya que nos impulsa a ir más allá de los límites tradicionales. La innovación abierta en particular, que es lo que estamos desarrollando en CTEC a través del Parque de Innovación, ha permitido que empresas que en un contexto normal son competencia, colaboren y levanten soluciones con un alto componente innovador generando mayor impacto. Gracias a este enfoque, las empresas se vuelven más atractivas y, por ende, más competitivas, lo que se traduce en una aceleración del proceso de innovación”.
La gerenta general de la CChC, Paula Urenda, aseguró que lo más importante para incentivar la innovación es el cambio cultural. “Lo que hemos hecho desde la CChC, en este sentido es, reconocer la innovación como un tema muy relevante y como un eje estratégico de la Cámara, creando una gerencia de innovación. Y partimos por dar el ejemplo, con un programa interno de innovación que se llama Cámara Lab. Si le pedimos al sector que innove, lo primero es partir nosotros”, dijo.
Mientras, el CEO de Echeverría Izquierdo, Pablo Ivelic, planteó que los resultados de este sondeo son una fuente de información valiosa para enfrentar los desafíos actuales y futuros con una perspectiva sostenible. El ejecutivo concuerda en que los principales retos de la industria pasan por la innovación. “Nuestro rubro tiene desafíos pendientes como la productividad, las necesidades presentes como la sostenibilidad ambiental y la reducción de la huella de carbono. Tenemos que transformar la industria y este esfuerzo lo debemos co-construir como gremio, de manera colaborativa. Valoro que Madeco by Nexans contribuya con este estudio y lo disponibilice para todos los actores de la construcción. Hoy, la innovación es una variable transversal que está en acción y desarrollo, y con estos esfuerzos podemos potenciarla desde nuestras empresas juntos como ecosistema”.
La encuesta también revela una señal positiva en materia de sustentabilidad. Aunque un 42,7% de las empresas sostiene que sus clientes les han requerido tener indicadores de sustentabilidad, el porcentaje que declara tenerlos considerados es mucho mayor: 60%.
Fuente: CTEC
En el Seminario “NETZERO y Manufactura Avanzada”, diversos expositores dieron cuenta de los avances hacia la carbono neutralidad en la construcción, con iniciativas como Desafío Net Zero 2030, Pasaporte de Materiales y la Hoja de Ruta 2022-20225 de Construye2025.
El pasado 22 de agosto, se llevó a cabo el Seminario “NETZERO y Manufactura Avanzada”, en la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), donde la carrera de Ingeniería Civil en Obras Civiles acogió a expositores del tema NETZERO, quienes además se refirieron al desafío que lleva el mismo nombre.
La bienvenida al encuentro la dio Víctor Hugo Poblete, decano de la Facultad de Ciencias de la Construcción y Ordenamiento Territorial, quien destacó la relevancia de divulgar el concurso Desafío Net Zero 2030 y dar a conocer qué es el net zero, refiriéndose a la búsqueda de una neutralidad de carbono en la construcción, que se consigue a través de un sistema de gestión medioambiental o de sostenibilidad. Si bien llegar al cero es imposible, se busca reducir las emisiones al máximo.
Por su parte, Marcos Brito, gerente de Construye2025, se refirió a la Hoja de Ruta 2022-2025 del programa y dio una caracterización del sector, con datos relevantes, como que -según información de la CChC- la construcción cayó un 11,3% el 2020 y logró recuperarse para el 2021, llegando a 12,8% de crecimiento. Habiendo sido parte importante de esta recuperación los proyectos del MOP, cuando se proyectaba además un -3% para 2022, debido a un alza de materiales de hasta 31% y la escasez de mano de obra de entonces, que llegó a un estimado de 70.000 trabajadores.
Brito destacó la importancia de presentarles Construye2025 a los alumnos de ingeniería, porque serán ellos quienes harán los cambios necesarios para mejorar nuestra calidad de vida y acelerar el proceso de transformación. “El programa quiere que eso pase antes, acelerando el proceso. Nosotros posicionamos temas, como el que hoy nos convoca acá; también articulamos actores y coordinamos que se realicen las acciones”, explicó.
“Un desafío que nos planteamos es que las próximas generaciones se enfrenten a los futuros cambios, vale decir, de aquí al 2030, van a empezar a pasar cosas bastante radicales. Chile ha asumido compromisos como país en el que se comprometió -en definitiva- a ser carbono neutral al 2050 y para eso tenemos que recorrer un camino. Creo que nos estamos moviendo poco y, por lo mismo, lo que queremos es desafiar a la próxima generación de profesionales, a los alumnos de distintas carreras de construcción, a diseñar viviendas sociales con atributos de net zero, que contribuyan a la carbono neutralidad”, concluyó.
El Desafío Net Zero 2030 se hizo específicamente por este sentido de urgencia, y sumando a las empresas. De los 34 proyectos que se presentaron, se eligieron cinco finalistas, los que tendrán ahora que aliarse con empresas profesionales, para que los anteproyectos se transformen en proyectos formales y puedan, incluso, llegar a ser construidos.
Le siguió María Fernanda Aguirre, quien es graduada de la UTEM, directora ejecutiva de Chile GBC y CEO de Pasaporte de Materiales y Activos Sostenibles, un proyecto pionero en Latinoamérica, que nace de una alianza entre CTEC y Chile Green Building Council. El objetivo principal del Pasaporte de Materiales es proporcionar una mayor transparencia y trazabilidad en toda la cadena de suministro, desde la extracción de los materiales hasta la fabricación, uso y reciclaje. Esto permite a las empresas tomar decisiones más informadas sobre cómo utilizar los recursos de manera más eficiente y reducir el impacto ambiental, creando una economía circular de materiales de construcción al alargar su ciclo de vida útil. “Estamos solicitando indicadores de impacto ambiental, de toxicidad, de circularidad (materias primas y residuos y valorización) e información química del componente”, indicó Aguirre, quien además fue juez en el concurso Desafío Net Zero 2030.
También participaron del seminario Erwin Navarrete, director de la Escuela Ingeniería en Construcción de la Universidad Autónoma sede Temuco, quien se refirió a los desafíos de la academia; José Luis Jiménez, de la CDT; Pablo Pulgar de la UTEM, y Enrique Figueras, coordinador BIM de Desarrollos Constructivos Axis, presentando el desarrollo del Índice de Industrialización de Axis desarrollado entre Axis y UTEM, así como el tema BIM al servicio de la industrialización.
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Con un importante foco en la eficiencia energética, los proyectos finalistas del Desafío NetZero2030 entran en la etapa final para conocer el prototipo de vivienda social sustentable del Chile del mañana.
Viviendas con “doble piel” para reducir la calefacción artificial, otras configuradas con menos elementos constructivos, espacios comunes y posibilidad de ampliación desde los 52 a los 90 mts2, y otras que aprovechan el aire frío y caliente que se produce en un hogar para la distribución de sus espacios y la calefacción interior, son algunas de las iniciativas finalistas propuestas para convertirse en las viviendas sociales del futuro en el concurso Desafío NetZero 2030.
Dos equipos representantes de la Pontificia Universidad Católica, dos de la Universidad del Desarrollo y uno de la Universidad Autónoma, sede Temuco, son los cinco equipos finalistas que se dieron a conocer en un evento realizado en el edificio de CChC en Temuco. En esta ciudad es donde los participantes debieron desarrollar sus proyectos, considerando las características propias de la zona y el alto índice de contaminación atmosférica que impacta al territorio, buscaron soluciones para el consumo neto de energía, emisiones netas de CO2, industrialización y la economía circular como sus pilares fundamentales.
Al evento asistieron autoridades locales, entre las que se encontraron Nelson Curimir, seremi de Economía, Fomento y Turismo; Juan Burgos, subdirector de Corfo Araucanía; Patricia Urzúa, de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas regional, además de Guillermo Guzmán, arquitecto y académico de la Universidad de Nottingham (UK). También asistieron los representantes de las instituciones de educación que apoyaron el desafío y fueron parte del proyecto Viraliza, junto con los representantes de Construye2025 y el Colegio de Arquitectos, organizadores del concurso.
“Nos hemos encontrado con muy buenas ideas, buenos planteamientos, que consideran las directrices fundamentales del concurso pero, por sobre todo, estudiantes comprometidos y que creen que apuntar, a través de la construcción industrializada, a la carbono neutralidad y consumos netzero ayudarán a construir de una manera mucho más eficiente y sustentable”, expresó Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo y administrado por el Instituto de la Construcción.
Por su parte, Beatriz Buccicardi , presidenta del Colegio de Arquitectos, añadió que “el Desafío Net Zero 2030 nos permite generar un ecosistema que ayude a los futuros profesionales de la arquitectura, para enfrentar el desafío que nos impone el cambio climático, a la academia para la investigación y los proveedores que deben avanzar hacia materiales cada vez más sustentables y a la industria, que pueda tener profesionales que hagan diseños net zero”, haciendo hincapié en la importancia de esta relación con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas.
Los finalistas
Isidora Díaz y Paula Barrios son las capitanas de los dos equipos finalistas representantes de la Universidad del Desarrollo que, junto a Thiare Villagra y Lucas Soler, líderes de los equipos de la Universidad Católica, y Sebastián Maureira, capitán del equipo de la Universidad Autónoma, serán los encargados de entregar los prototipos finales de las viviendas sociales sostenibles que se desarrollarían en la región de La Araucanía.
Asimismo, el concurso quiso distinguir a dos grupos con el Premio a la Innovación. El primero corresponde al equipo de la Universidad de Santiago, liderado por Javier Carrasco, debido a su propuesta que generaba áreas habitables comunes (como cocina, comedor, estar y logia), dejando los dormitorios en zonas privadas; y el equipo de la Universidad Católica, con Lucas Soler como su capitán, por la pertinencia frente al clima de vivienda continua en subconjuntos con un patio común protegido y de fuente energética y lumínica para el conjunto.
Ahora el concurso entra en su recta final. En noviembre se conocerá al equipo ganador que obtendrá una pasantía en la Universidad de Nottingham (Reino Unido), premio que entregará una experiencia profesional inolvidable a los participantes, mientras que el segundo y tercer lugar obtendrán premios de 1,5 y un millón de pesos, respectivamente.
El consorcio CINTAXIS conformado por CINTAC, la constructora Desarrollos Constructivos AXIS y la Entidad Patrocinante Consolida fue el ganador del concurso organizado por la Cámara Chilena de la Construcción.
Hace algunas semanas se conoció el ganador del Reto de Vivienda Industrializada, organizado por la Cámara Chilena de la Construcción, que buscaba prototipos que coincidieran con los montos de los programas habitacionales del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y que permitiesen generar economías de escala. Se trata del consorcio CINTAXIS, conformado por CINTAC, la constructora Desarrollos Constructivos AXIS, empresas socias del Consejo de Construcción Industrializada, más la Entidad Patrocinante Consolida, que presentó una solución correspondiente a un edificio de acero galvanizado de tres departamentos de 55 metros cuadrados cada uno, y que puede ser montado en 10 días, gracias a la utilización del sistema de construcción industrializada.
Por parte de AXIS Desarrollos Constructivos, se realizó el trabajo colaborativo necesario y clave para el desarrollo del proyecto. De esta manera, se conjugó la experiencia de AXIS en edificación en altura y en procesos constructivos industrializados, la capacidad técnica de CINTAC y el conocimiento en gestión de pequeños condominios de Consolida. Como resultado, se obtuvo una vivienda híbrida de construcción modular y panelizada, que permite fácil transporte y rápido montaje. Y con plazos de fabricación menores que una construcción tradicional.
Ignacio Peña, subgerente de Innovación e Industrialización de Axis, destaca que el sistema constructivo utilizado es la optimización del que actualmente ocupa Axis para construir su edificio “Alta Vista” en metalcon con 4 pisos de altura en la zona de Puerto Montt, por lo que este proceso es una mejora de desarrollos que como constructora llevan desarrollando para hacer más industrializadas sus obras.
El representante de Axis agrega que el proyecto fue desarrollado bajo la metodología de Design Thinking, lo que permitió integrar los equipos y generar un proyecto resultado de una colaboración entre empresas y personas en un ambiente totalmente horizontal de trabajo.
Ariel Vidal, subgerente de Transformación Digital e Innovación Corporativo de Grupo CINTAC, señaló que el radier de la vivienda es el único elemento húmedo de la obra y todo el resto llega prefabricado en un módulo central que concentra cocina, baño y logia y en paneles de Metalcon, listo para ser instalado, lo que explica lo reducido del tiempo para su construcción.
El ejecutivo agrega que, además la construcción en acero y partes dimensionadas, genera prácticamente cero residuos, por lo que es un sistema muy amigable con el medioambiente. Este material también es sismorresistente y cumple con la normativa de resistencia al fuego. Vidal señala que el prototipo de esta vivienda está inspirado en la tipología de Consolida, inscrita en la DITEC del Minvu y que, en un futuro, la idea es que pueda ser aplicada por cualquier empresa constructora.
La solución planteada por CINTAXIS incorpora otras características novedosas, como la utilización de lana de oveja para la aislación térmica. Vidal señala que la lana de oveja entrega características similares a otros aislantes, pero como es un elemento natural, es biodegradable y su obtención tiene mucho menos impacto ambiental.
Gabriel Lagos, director ejecutivo de Consolida, comentó a El Mercurio que los receptores de los edificios pasan a ser verdaderos socios del proyecto, ya que ellos son los que aportan el terreno y que el proyecto no tendrá demanda si éste no logra cautivar y quedará sólo como un prototipo.
CINTAXIS ahora deberá construir un piloto de dos departamentos en un terreno gestionado por la CChC, obra que partirá en octubre de este 2023. Los departamentos son de tres pisos y gracias a la industrialización, se logra que en 15 días un piso esté listo para montar y entregar una vez escalado el proyecto.
En planta, se prefabrica en 20 días, sumando un total de 35. Además, destaca el gran control de calidad que ello permite, la limpieza en terreno y disminución de desechos; la disminución de mano de obra, de accidentalidad y de consumo de energía. Se lograron reunir las mejores cualidades de la construcción 2D y 3D y su calificación energética es clase C, lo que ayuda a las familias a disminuir su gasto.