El organismo de las Naciones Unidas eligió la prefabricación para el edificio norte ubicado en Vitacura, donde la implementación de BIM permitirá la coexistencia integrada y anticipada de múltiples especialidades.
Luego de más de un siglo de historia, el edificio sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), necesitaba renovarse. Unos 2.600 m2 de superficie interior con espacios de oficinas y áreas comunes para cerca de 145 funcionarios exhibirán un nuevo diseño, que considera una moderna y eficiente metodología de construcción.
“Dadas las características del edificio existente a desmantelar y la modulación del diseño arquitectónico propuesto, el desarrollo de obras se perfila con características propias de un montaje industrializado como optimización a las de un proceso tradicional de edificación”, explica el arquitecto Andrés Venegas Hunt, quien lidera el proyecto.
Según el profesional, la prefabricación será clave en todo el perímetro de la edificación. “Se proyecta una segunda fachada en madera laminada, constituida de pórticos iguales con uniones mecanizadas. Su ensamblaje y tratamiento superficial puede ser realizado completamente fuera de la obra, para posteriormente ser montados en terreno”, comenta.
La segunda piel del edificio es, además, el soporte para una superestructura de vigas de acero estereométricas, que constituyen una superficie en cubierta para instalar una planta solar fotovoltaica. “Dichas vigas son, igualmente, elementos iguales y repetitivos, cuya fabricación será externa al sitio de construcción, para posteriormente ser montadas sobre dispositivos estructurales dispuestos en la estructura modular de madera laminada”, detalla Andrés Venegas.
Para el arquitecto, uno de los principales impactos de la industrialización, que considera la adopción de prefabricación es la disminución del impacto ambiental de las obras. “La construcción es una de las principales productoras de gases de efecto invernadero de entre todos los rubros económicos y los pasos a seguir deben ser decisivos, para avanzar en su descarbonización, mediante la adopción de procesos eficientes, propios de la industrialización y la mínima generación de residuos”, afirma.
BIM de principio a fin
Una de las complejidades del proyecto de renovación del edificio norte de la CEPAL es que implica intervenir una estructura preexistente. Además, se incorporarán tecnologías adicionales e innovadoras que no se encuentran en proyecto tradicional de este tipo. Por eso, la implementación de BIM es clave, según Venegas, ya que así se podrá abordar de forma integrada y anticipada la coexistencia de múltiples especialidades.
“El uso de BIM, desde las primeras etapas del diseño, se pretende extender hacia la etapa de construcción e, incluso, a la posterior operación del edificio, siempre teniendo como objetivo la integración de los sistemas, en un modelo cuyo objetivo es la eficiencia en el consumo y la sostenibilidad en la operación”, afirma el arquitecto.
Igualmente, el proyecto pone énfasis en la economía circular, entendiendo el ciclo de vida completo de los materiales. “Una sistematización en las faenas de retiro y clasificación de elementos constructivos tendrá como prioridad la reutilización o reciclaje, para que solo en última instancia se deba realizar una disposición final en depósitos de residuos autorizados”, detalla Andrés Venegas.
En este ámbito, el plan de reciclaje considera mecanismos de trazabilidad que permitirán llevar un registro de las posibilidades de reutilización. Además, para apoyar a pequeños productores y proveedores, el proyecto contempla la utilización puntual de revestimientos sustentables artesanales locales y el uso de materias primas provenientes de elementos vegetales.
El nuevo Edificio Norte de la CEPAL es una oportunidad para mostrar las ventajas del modelo de desarrollo sostenible en la construcción, pues considera producción de energías limpias, innovación y otros elementos que responden a la crisis climática. “Para el medio local, CEPAL ofrece su proyecto como modelo de estudio para la transición hacia proyectos públicos o privados de Energía Neta Cero”, sostiene el arquitecto encargado del proyecto.
Por lo anterior, el organismo ha colaborado con organizaciones y programas como Construye2025, Planbim, la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) y Mujeres en Construcción, entre otras, para -de manera mancomunada- avanzar en la concreción de un proyecto que aspira a ser un referente en la sostenibilidad como modelo de desarrollo.