José Pablo Undurraga, gerente del Programa Madera Alto Valor de Corfo.
Vivimos una etapa de cambios en el mundo, donde cada vez es más recurrente escuchar los conceptos de habitabilidad y espacios amigables para compartir, que nos llevan a repensar una mejora en los estándares de una oferta que ha disminuido su desempeño en los últimos años, y que tiene un desafío creciente por demanda de: viviendas, postas, escuelas, jardines, sedes sociales, cuarteles de bomberos, brigadas de incendios, entre otras obras de infraestructura que atiendan el crecimiento de la población, la mejora en calidad de vida y evitar la migración a las grandes ciudades.
Este escenario se alinea con la tendencia mundial del reposicionamiento de la madera en la construcción, por sus atributos en: secuestro de carbono, menor impacto en el ciclo de vida de los materiales y su disposición final. Asimismo, los profesionales de la arquitectura, diseño, ingeniería y especialidades ya lo advierten, y sólo esperan ver qué más viene en sistemas constructivos avanzados, de rápido montaje, y alto desempeño.
Producto de lo anterior, se advierte un cambio de percepción en los profesionales cada vez más sensibilizados: a algunos los mueve “la pasión por la madera”, junto a la nueva tendencia del desempeño y la calidad, en tanto, a otros los mueve “la razón por la madera” cuando evalúan costo-desempeño. Este “trade off” llegó para quedarse en la mente de los arquitectos, y está permeando a las personas que buscan vivir la experiencia de la madera en sus espacios.
Esta es la oportunidad que venimos impulsando desde Corfo por medio de sus programas integrados: Madera Alto Valor, Construye2025 y Plan BIM, a través de los cuales se ha pretendido activar el ecosistema de la madera en la construcción vía industrialización mediante: inversión en obras icónicas, normativa en madera, e incentivar la inversión pública para edificación en madera –viviendas sociales, jardines infantiles, escuelas modulares, y la última decisión, apoyar el diseño de un edificio de cinco y más pisos en madera. Esto viene acompañado de la activación de la industria “aguas arriba” para que la cadena productiva pueda agregar valor desde el bosque hasta la prefabricación y montaje de viviendas o infraestructura, donde las Pymes sean protagonistas.
Sólo falta hacer esfuerzo público-privado para incentivar encadenamientos productivos por zonas y garantizar abastecimiento de madera estructural (desafío para la pyme maderera en alianza con la gran empresa), que permitan cumplir con la exigencia y estándar para los sistemas constructivos intensivos en madera.
El cambio de percepción al uso de la madera y su nexo con la sustentabilidad es el concepto que la autoridad debe leer, y reactivar la economía desde lo local, a territorial y regional, escalando una suma de negocios de nicho para un mercado en crecimiento.
En esta oportunidad, la seguiremos apoyando de la mano del programa Transforma Madera Alto Valor con el liderazgo del mundo público, privado y academia que desde 2016 mueven los negocios del sector donde la construcción tiene un espacio relevante. Los invitamos a ser parte de esta nueva etapa que estamos construyendo para reposicionar la madera en la construcción, en la cual Corfo por medio de sus programas Transforma está haciendo una invitación real para la industria.