El Instituto de la Construcción realizó su tradicional cóctel de camaradería para cerrar este 2022, junto a representantes de sus empresas y entidades socias, colaboradores y amigos.
Asimismo, se celebraron los 25 años desde la puesta en marcha del Instituto de la Construcción, en 1997 y para conmemorar esta fecha, se elaboró un libro que resume la historia e hitos más importantes de la institución.
Este libro, desarrollado por el Comité de Difusión y Comunicaciones, se puede leer y descargar desde el siguiente LINK.
Ricardo Fernández, presidente del Instituto, agradeció la participación en esta actividad que se realiza desde hace 17 años.
“Este año ha sido especialmente arduo y de intenso trabajo, y en el cual hemos alcanzado logros muy importantes, y también el inicio de nuevos desafíos de los cuales ustedes son parte, especialmente al asumir como Entidad Gestora, por segunda vez, en el tercer y último trienio del Programa Estratégico Contruye2025. Gracias a todos ustedes cumplimos con nuestra labor, de la cual estamos muy contentos y satisfechos”, señaló.
Asimismo, agregó que “gracias a todos quienes colaboran con el Instituto, podemos mirar el 2023 con gran optimismo, después de haber compartido un año de mucho trabajo, aportando desde una mirada multisectorial, diversa y generosa”.
Durante la actividad, se distinguió a las personas que han colaborado, apoyado o trabajado en el Instituto de la Construcción durante los tres últimos años con el propósito de agradecerles su generosidad y esfuerzo.
Este reconocimiento fue para:
Fuente: Instituto de la Construcción
Los principales actores de la industria trabajarán en conjunto por una estrategia sectorial de economía circular, mediante un proceso participativo y colaborativo, que promoverá el desarrollo sustentable del sector.
Conscientes de que la circularidad de la economía se relaciona con la forma en que se crean y operan las ciudades, bajo una mirada sistémica del ciclo de vida, representantes del Instituto de la Construcción (IC), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el programa Construye2025, impulsado por Corfo, valoraron la alianza que les permitirá asumir desafíos como el uso eficiente de los recursos y la gestión de residuos de construcción. “Éstos se reconocen como herramienta de mitigación de los gases de efecto invernadero que produce la actividad y frente a ello, la economía circular representa un cambio que favorece la resiliencia de los sistemas y cadenas de suministro”, destacó el presidente del IC, Miguel Pérez.
En este ámbito, el timonel de la corporación valoró la apertura de nuevas oportunidades de negocio e innovación, tales como diseño libre de residuos, industrialización, prefabricación y digitalización. “Nosotros apadrinamos y nos involucramos en la economía circular desde un principio, porque creemos que es una necesidad imperiosa y su futuro depende de ello. Es una responsabilidad iniciar el lanzamiento de este convenio que convoca a colaborar en la elaboración de la propuesta de una estrategia sectorial para la economía circular de la construcción, con la participación de las principales instituciones del sector”, afirmó.
El convenio -ratificado durante la segunda jornada del Summit Construcción Circular- busca articular los esfuerzos de la cadena de valor para realizar una estrategia sectorial de economía circular en la industria de la construcción, mediante un proceso participativo y colaborativo en todo Chile, que permita promover el desarrollo sustentable del sector, en el contexto de la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular, Chile 2020-2040.
“Este esfuerzo contará con el apoyo de la CDT como entidad facilitadora y ejecutora, acorde a su misión. Los invitamos a participar de forma activa, convencidos de que la economía circular es una oportunidad de desarrollo ineludible que, además, generará muchos empleos de calidad, nuevos modelos y oportunidades de negocio de la mano de un menor impacto en el medioambiente”, explicó Pérez.
Cambio cultural
Asimismo, el presidente del Consejo de Productividad, Innovación y Construcción Sustentable de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Bascou, puso énfasis en que el desafío del cambio climático es tan grande, que no es posible abordarlo si no es en conjunto: actores públicos, privados y academia. “Estamos felices de poder aportar desde el gremio. Las empresas son fundamentales, porque es donde se alberga a muchos trabajadores que ya han iniciado este cambio cultural. Trabajaremos con mucho entusiasmo y compromiso en el desarrollo de esta hoja de ruta”, señaló.
Enseguida, Marcos Brito, gerente de Construye2025, en representación del presidente del Comité Directivo del programa, Vicente Domínguez, y de todos sus integrantes, comentó que este es un cambio de paradigma que no será fácil. “Es una manera distinta de mirar las cosas, de hacer industria, estamos muy entusiasmados de poder colaborar y sacar adelante este trabajo”, dijo.
Tras la ratificación del acuerdo tripartito, en el segundo día del Summit Construcción Circular, en el que se habló de la cadena de valor y nuevos modelos de negocio, se desarrolló el panel “Oportunidades de economía circular en la construcción”, en el que participaron Guillermo Molina, gerente de MÁSMAR; Marisol Saavedra, subgerente de Gestión de Calidad e Innovación de Desarrollos Constructivos Axis; Karen Aguilera, gerente general de Revaloriza; Patricia Martínez, académica de la Escuela de Ingeniería en Construcción de la Universidad de Valparaíso.
Posteriormente, Carlos Bascou de la CChC, compartió los alcances del estudio “El sector construcción ante el desafío climático global”, que plantea los retos para las empresas del sector de la construcción en los ejes de mitigación y adaptación al cambio climático.
En diciembre de 2019, el Instituto de la Construcción asumió como entidad gestora del programa Construye2025, impulsado por Corfo.
Para ello, el organismo se ha ido involucrando en el quehacer del programa con el objetivo de, en un mediano plazo, tener injerencia en sus lineamientos y desafíos -tanto técnicos como de gestión-, de manera de alinearlos con los del IC y así optimizar los recursos disponibles.
Gustavo Cortés, jefe de Proyecto de Construye2025, señala que “nuestro objetivo es colaborar en el desarrollo del programa, participando en la planificación estratégica, en la elaboración de futuros planes de acción, y en lograr mejoras organizacionales y de gestión”.
En definitiva, se trata de propiciar la integración y colaboración entre ambas instituciones que representan al sector. “Construye2025 tiene una estructura en la que participan más de 20 entidades, muchas de ellas también socias del IC y nuestra idea es que ambas estén alineadas y trabajen en forma convergente”, añade Gustavo Cortés.
Para el período 2020-2022, Construye2025 trabajará en cuatro ejes estratégicos que son:
Fuente: Instituto de la Construcción
Expertos y representantes del mundo público y privado trabajan en un sistema que se integrará a las certificaciones existentes (CES y CVS), considerando todas las emisiones de gases de efecto invernadero, en el ciclo de vida completo de la edificación.
Hace casi un año se instauró la Mesa Huella de Carbono Sector Construcción, gracias al convenio de colaboración entre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto de la Construcción, con la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, Paola Valencia, a la cabeza. En primera instancia, un comité conformado por expertos de carácter técnico y representantes directivos del sector público y privado, definió ciertos aspectos básicos, previos al desarrollo de una estrategia nacional, tales como objetivos, alcance, actividades necesarias, plazos disponibles, actores, posibles fuentes de financiamiento y resultados esperados.
Esa primera fase terminó a fines de abril de este año, con significativos avances, según Rodrigo Narváez Sotomayor, secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, quien explicó que la mesa organizó a las instituciones públicas y privadas, buscando consensos en favor de la creación, desarrollo y fortalecimiento de una base de datos, línea base, calculadora simplificada de huella de carbono y metodología de monitoreo, revisión y verificación, para el ciclo de vida completo de la edificación, en línea con normativas internacionales.
Paola Valencia, encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentabie del Minvu, enfatiza que “el trabajo de levantamiento de información sobre los impactos del sector que se desarrolla a través de este comité es crucial, ya que hay escases de estos datos en el país y, por sobre todo, porque sabemos que gestionar la huella nos va a permitir reducir impactos ambientales, hacer más eficientes los procesos y utilizar menos recursos naturales, lo que traerá, además, beneficios para productividad del sector, el medioambiente y la calidad de vida de las personas”.
El trabajo mancomunado permitió establecer un plan de trabajo a tres años para el proyecto “Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción”. En esta etapa, el grupo definió las bases técnicas para el estudio sobre estado del arte nacional e internacional de alternativas metodológicas para levantamiento de datos, monitoreo, reporte y verificación y calculadoras de huella de carbono.
“A partir del trabajo desarrollado por el comité, en 2019, se definieron lineamientos básicos para la Estrategia Nacional de Huella de Carbono para el sector construcción. Esta deberá ser profundizada y terminada durante 2020 en el comité constituido en el Instituto de la Construcción por mandato del Minvu”, explica Rodrigo Narváez.
Carbono neutralidad 2050
Para que el sector construcción tienda a la carbono neutralidad, con miras a 2050, se identificaron tres niveles de trabajo:
a) Sectorial: información de utilidad para actores como el gobierno y la academia. Se consideran los requerimientos de diferentes ministerios y la identificación de la calidad de información necesaria para satisfacer sus requerimientos.
b) Edificación (Certificaciones): información de utilidad para los actores relacionados con acciones de planificación, diseño, construcción, operación y ocupación de edificaciones (residenciales, no residenciales) e infraestructura. El sector tiene requerimientos de información asociados al alcance de certificaciones de edificios y esquemas para demostrar la sustentabilidad de los proyectos en su ciclo completo o parcial. De esta manera, se espera que se integre con CES y CVS, fortaleciendo la línea de huella de carbono en las certificaciones nacionales.
c) Productos (Ecodiseño): la huella de carbono de los materiales, productos, equipos y sistemas utilizados en el sector construcción afecta directamente el carbono incorporado a las construcciones.
Finalmente, se establecieron tres ejes de trabajo:
a. Levantamiento de base de datos de huella para el ciclo completo de la edificación, definiendo sistemas constructivos y tipologías de edificios a evaluar.
b. Una metodología de monitoreo, reporte y verificación de huella de carbono para el ciclo de vida completo de la edificación.
c. Definición de una metodología para calculadora de huella de carbono para estimar impactos desde la etapa de diseño.
Según el secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, la construcción es clave en la reducción de la huella de carbono del país, en alianza con otros sectores económicos. Sin embargo, no existe hasta ahora un sistema de certificación de huella de carbono de productos (incluyendo edificios) que considere todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el ciclo de vida completo de la edificación, que permita levantar información sobre la huella del sector.
Por eso, a nivel macro, los sistemas para la medición de la huella de carbono cubiertos en esta revisión conjunta tienen dos grandes objetivos: el análisis de las decisiones de diseño para apoyar el diseño más sustentable de edificaciones y la certificación del desempeño ambiental de un producto de construcción o una edificación en su ciclo completo o parte de él.
Hoja de ruta
Para gestionar de forma efectiva la huella de carbono en el ciclo de vida de la edificación e infraestructura nacional, la mesa de trabajo propuso ocho acciones críticas:
Entre las instituciones participantes en la mesa se cuentan: el Minvu, el MOP, el Ministerio de Energía, el Ministerio de Medio Ambiente, Chile Green Building Council, ADDERE – International EPD System, la Asociación Chilena del Vidrio y Aluminio, la Cámara Chilena de la Construcción, Certificación Edificio Sustentable, la Corporación Chilena de la Madera, la consultora ECOEd, EDGE Chile, el Instituto del Cemento y del Hormigón, la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Andrés Bello, la Universidad de Chile, Volcán, WSP Chile y, por supuesto, el Instituto de la Construcción.
Fuente: CES
Por encargo del Minvu, se iniciará la preparación de un anteproyecto de norma que incorporará las definiciones de la construcción industrializada, con miras a estándares claros que favorezcan su desarrollo.
En el contexto de un nuevo convenio entre el Instituto de la Construcción -institución designada como entidad gestora de Construye2025- y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que actualmente está en la definición de los últimos detalles, se espera comenzar en junio el trabajo para el desarrollo de un anteproyecto de norma sobre definiciones de construcción industrializada, que ha generado mucho interés de distintos representantes de la industria, entre ellos el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y Construye2025, que serán parte del comité que prepare este trabajo.
“El Minvu propuso este año a solicitud del CCI este anteproyecto de norma y nosotros lo acogimos de muy buena manera, nos parece súper bueno que se realice este trabajo”, señala José Pedro Campos, director ejecutivo del IC.
Calidad normativa
Una norma chilena es, según Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), entidad socia del Instituto de la Construcción y del CCI, el soporte técnico de entendimiento común entre los diversos actores que participan en la construcción, entre ellos, diseñadores, proveedores, contratistas, constructores e inspectores, para avanzar desde la construcción tradicional hacia los sistemas de construcción industrializada.
“A principios del año 2020, el CCI conformó el grupo técnico denominado ‘Brechas, Normativa y Regulación CCI’, en el que se identificó la necesidad y el poder de integración de una norma chilena que establezca las definiciones técnicas involucradas en la construcción industrializada”, recuerda Gutiérrez.
Así fue como la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu solicitó al IC su colaboración en el desarrollo de un anteproyecto de norma que incluyera un glosario de definiciones técnicas para la construcción industrializada. “La calidad de un anteproyecto de norma es fundamental para un desarrollo normativo efectivo. Para esto, el Instituto de la Construcción dispone de la experiencia, la capacidad de articulación del conocimiento público – privado y la elaboración de documentos técnicos”, argumenta el director ejecutivo del ICHA.
El desarrollo del anteproyecto de norma es un paso crucial para alcanzar una propuesta de norma que pueda abrirse a consulta pública y la meta del organismo es presentarlo este mismo año, para iniciar el proceso de consulta y conformar un comité técnico.
Para Marcos Brito, gerente de Construye2025, asumir el desafío en conjunto es urgente, pues la construcción necesita una mejor normativa, con definiciones claras y un estándar para que las nuevas formas de construir aceleradamente se masifiquen, haciendo a la industria chilena más eficiente, productiva y competitiva.
“Avanzar en una normativa que nos ayude a entender a la industrialización desde el diseño de un proyecto, nos ayudará a estandarizar procesos y aumentar la competitividad. La regulación debe abrir el camino para que más empresas construyan de forma industrializada, contribuyendo a un uso más eficiente de los recursos y, con ello, una mayor productividad y sostenibilidad de la edificación”, afirma Brito.
Nuevo miembro del CNNC
En otro ámbito, el Consejo Nacional de Normalización del Sector Construcción (CNNC), que funciona bajo el alero del Instituto de la Construcción articulando la demanda normativa en Chile, invitó al equipo técnico de Construye2025 a trabajar en conjunto para mejorar la productividad y sustentabilidad de la industria.
“Queremos iniciar la convergencia de la colaboración entre el Construye2025 y el Instituto de la Construcción, para que en algún momento de los próximos años el programa se integre derechamente al IC. En ese contexto, algunas de las iniciativas que está abordando Construye2025 tienen que ver con la necesidad de algunos reglamentos y normas, por lo que se hacía natural la invitación al CNNC, en cuanto el objetivo central de este Consejo es la articulación de los requerimientos normativos sectoriales”, comenta José Pedro Campos, director ejecutivo del IC.
De esta manera, se tendrá una visibilidad mayor de todas las iniciativas que lidera el programa estratégico de Corfo, sus grupos de trabajo técnico y los requerimientos que puedan surgir que requieran desarrollos desde el ámbito normativo.
Fotografía gentileza E2E.
Son diez las acciones que contempla esta instancia cuyo trabajo está programado se extienda por al menos la primera mitad del 2020.
Fue en junio de 2019 cuando Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y José Pedro Campos, director ejecutivo del Instituto de la Construcción, firmaron el Plan de Trabajo Minvu – IC 2019 y que a la fecha desarrolla iniciativas relacionadas con anteproyectos de norma, estudios técnicos y el Código Modelo Sísmico Regional para América Latina y el Caribe.
Los comités de este Plan de Trabajo, que está asociado al convenio de Colaboración vigente entre ambas instituciones desde 2017, comenzaron a sesionar en los meses de julio y agosto de 2019 y cuentan con las secretarías técnicas de Gustavo Cortés y Nicol Díaz.
Estado de Avance de las iniciativas
La primera reunión del comité, presidido por Paola Valencia del Minvu, fue el 21 de agosto y cuenta con la participación de profesionales del Minvu, Volcán, el Instituto Chileno del Cemento y del Hormigón de Chile, el Instituto Chileno del Acero, la Corporación Chilena de la Madera, la Asociación Chilena del Vidrio y Aluminio, los ministerios de: Obras Públicas, Energía, Medio Ambiente, Certificación Edificio Sustentable, el Chile GBC, ADDERE – International EPD System, Edge Chile, ECOEd, consultores independientes, WSP, Universidad Andrés Bello, AZA, la Corporación de Desarrollo Tecnológico y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile. La secretaria técnica es Nicol Díaz. A la fecha el comité ha definido el objetivo general y específicos del perfil de proyecto y ha concluido los Términos de Referencia relacionados con la contratación de un estudio sobre el estado del arte nacional e internacional de metodologías de levantamiento de datos.
También forman parte de estas iniciativas los anteproyectos de norma denominados: Actualización NCh146 Placa de yeso-cartón – Requisitos y ensayos (partes 1 y 2) y Criterios de asimilación para estimar la resistencia al fuego de soluciones constructivas considerando ensayos realizados en el extranjero y con norma extranjera.
Por otro lado, existen tres iniciativas que tienen directa relación con el desarrollo del proyecto DOM en Línea y estos son:
La iniciativa es presidida por Yuri Rodriguez, de la ADOM, la vicepresidencia está a cargo de Patricia Riveros del Minvu y la secretaria técnica es Nicol Díaz.
Finalmente, el trabajo de la iniciativa permanente, Código Modelo Sísmico para América Latina y El Caribe, sigue su avance y desarrollo. Durante este año, se realizaron dos jornadas de trabajo, en Guatemala y Panamá en marzo y agosto, respectivamente.
Fue en la instancia de Panamá donde se constituyó la Comisión Permanente del Código Modelo Sísmico de América Latina y El Caribe, a través de un Convenio de Cooperación considerando la necesidad de avanzar en la formalización e institucionalidad de este proyecto de alcance regional.
La Comisión está conformada por entidades públicas, privadas y mixtas de América Latina y El Caribe, todas relacionadas con la elaboración, aprobación, promulgación, promoción, implementación, investigación y verificación de leyes, reglamentos, códigos y normas relacionadas al diseño sísmico de las estructuras de obras y su verificación y su presidente es el ingeniero chileno Rodolfo Saragoni, mientras que el Instituto de la Construcción fue elegido como Secretaría General.
Al mismo tiempo, los subcomités chilenos: Desarrollo Índice y Contenidos CMS AL&EC y Objetivos de Desempeño para edificaciones de América Latina y El Caribe, continúan con sesiones de trabajo. El primero, presidido por Ian Watt, avanza en la planificación del comité y coordinación con el comité ampliado, así como definió las próximas sesiones del comité que están orientadas la revisión de metodología afín, y la preparación de la 5° Jornada de Trabajo que se realizará en Bucaramanga, Colombia en abril de 2020.
Por su lado, el otro subcomité, presidio por Jorge Carvallo ha acordado ampliar el alcance de su trabajo y abordar el análisis lineal/no lineal de forma conceptual, vinculado a los objetivos de desempeño.
En instancias de reuniones internacionales, José Pedro Campos se reunió con profesionales españoles y se iniciaron las gestiones para lograr un Convenio de Colaboración, entre la Comisión Permanente y la Asociación Española de Normalización – UNE y Hernán Madrid tuvo la oportunidad de presentar la experiencia del Código ante representantes del Banco Interamericano de Desarrollo en su sede de Washington D.C.
De acuerdo a lo estimado y concertado por el Minvu y el Instituto de la Construcción se estima que el desarrollo de las iniciativas se extienda durante los primeros meses del año 2020.
Fuente: Instituto de la Construcción
Por Miguel Pérez, presidente del Instituto de la Construcción
Sabido es que la construcción en Chile se encuentra ante un gran desafío: adoptar nuevas formas de trabajar, incorporando tecnología e innovación y promoviendo un cambio cultural y formativo en todas las capas de un sector tradicional, cuyas formas de operar se han mantenido por décadas. Más aún si se considera el escenario actual, con escasez de recursos naturales y una emergencia climática, donde el mandato es generar una industria mucho más limpia y sustentable.
Uno de los pilares relevantes en la modernización de la construcción a nivel mundial es, sin duda, la industrialización de muchas de las partes involucradas en un proceso de construcción. Lo anterior tiene un sin número de efectos positivos que se traducen en calidad, trazabilidad y -fundamentalmente- productividad.
También se debe destacar que al incrementar la industrialización muchas de las externalidades o impactos negativos que se producen en el periodo de construcción disminuyen sustancialmente, como por ejemplo, la cantidad de residuos, ruido, polución y plazos de ejecución, aspectos que afectan directamente al entorno del lugar donde se levanta algún proyecto de construcción.
Es muy difícil que algún actor en particular pueda hacer efectivamente un cambio significativo de modernización de la industria de la construcción; tal vez puedan resultar situaciones puntuales exitosas. Para que efectivamente exista un cambio de tendencia importante en el sector, deben participar comprometida articulada y coordinadamente todos los actores de esta industria. Con todos me refiero al menos a representantes del sector público, privado y la academia.
Sin lugar a dudas, el programa Construye2025 es un esfuerzo pionero en materia de modernización de esta industria. Apunta a aspectos relevantes para mejorar la Productividad y Sostenibilidad del sector, también se basa en la participación de prácticamente todo el espectro de los actores involucrado en estas materias.
Creo que esta iniciativa debe continuar, sobrepasando la meta temporal del año 2025, lo que requerirá reunir más recursos con el propósito de dotar de mayor influencia al programa, para así acelerar la innovación y que, desde esta plataforma, surjan entre otros avances políticas públicas consensuadas con el objetivo de aportar efectivamente a la productividad y sostenibilidad de un sector que es clave para el desarrollo del país. Esto, sin duda, se traducirá en un aporte relevante para mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro país.