Con la conformación del Comité Gestor de Capital Humano, en el que participaron 12 instituciones, el programa impulsado por Corfo comenzó a delinear las actividades para 2025.
En el contexto de la hoja de ruta de Construye2025, se llevó a cabo la primera reunión del Comité Gestor de Capital Humano, en el que quedó conformada esta instancia clave para la transformación del sector.
En la instancia, se discutieron los desafíos y propuestas para enfrentar las brechas en capacitación, certificación y atracción de talento femenino en el sector de la construcción. Este comité, que articula esfuerzos entre el sector público, privado y académico, reafirma su compromiso de mejorar la productividad y sustentabilidad en la industria.
Según los representantes, el sector enfrenta desafíos importantes relacionados con la certificación de competencias laborales y la incorporación de mujeres y jóvenes en roles estratégicos. Un diagnóstico compartido durante la reunión evidenció que la certificación sigue siendo limitada: menos del 1% de los trabajadores cuenta con certificaciones en oficios esenciales, como albañilería y carpintería. Esto, según el análisis, afecta directamente la calidad y productividad del sector.
Además, se subrayó la importancia de diseñar incentivos para que los trabajadores perciban la certificación como un beneficio personal y no solo empresarial. Durante la discusión, se enfatizó que “el trabajador debe sentir que la certificación le otorga ventajas concretas para su desarrollo profesional”, comentó uno de los participantes.
Pilares del cambio
Claudia Petit, del Colegio de Constructores Civiles e Ingenieros Constructores, destacó la necesidad de trabajar en una mayor inclusión femenina y señaló: “Las mujeres aún enfrentan barreras estructurales en la construcción, pero la industrialización está ayudando a superar algunas de ellas, transformando un trabajo tradicionalmente asociado a la fuerza física”. También añadió que para retener a más mujeres, es crucial garantizar condiciones laborales básicas, como infraestructura adecuada en obras y oportunidades de crecimiento profesional.
En paralelo, la atracción de jóvenes al sector sigue siendo un reto. “La construcción debe proyectarse como una industria atractiva y viable para las nuevas generaciones”, se señaló en el comité. La falta de programas sólidos de orientación vocacional y de condiciones laborales comparables con otros sectores, como la minería, se identificó como un factor que desalienta la participación juvenil.
Propuestas para avanzar en 2025
Como parte del plan de acción para el próximo año, el comité se propuso tres líneas estratégicas:
Las instituciones participantes fueron: Cámara Chilena de la Construcción (CChC), ETC, ChileValora, CORFO, SENCE, Colegio de Constructores Civiles e Ingenieros Constructores, OTIC CChC, SIMOC, Mutual de Seguridad, Corporación Mujeres en Construcción (MUCC) y Construye2025.
Nuevos procesos y tecnologías están cambiándole la cara al maestro obrero constructor. Hoy la experiencia debe combinarse con la capacidad de adaptarse a herramientas y formas de trabajo que cambian constantemente.
¿Cómo es hoy el maestro de la construcción en Chile? Con la celebración del Día del Maestro Obrero Constructor, cada 19 de marzo, esta pregunta se vuelve necesaria de revisar. Según Rogelio González, presidente del
(OSCL), si bien muchas veces el trabajador cuenta con experiencia y habilidades base, hoy deben desarrollarse destrezas específicas para lograr transformar materiales en productos de calidad. “La incorporación de nuevas tecnologías, en materiales, productos y procesos ha irrumpido con fuerza en algunas especialidades de la construcción”, señala.
En este sentido, Julián Rodríguez, jefe del Área de Estudios, y Francisca Echeverría, investigadora del Área de Estudios de OTIC CChC, recuerdan el estudio que encargó la Corporación de Capacitación de la Construcción a la Dirección de Estudios Sociales de la Universidad Católica (DESUC), en 2019, para hacer una caracterización del maestro de la construcción desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa. “Este arrojó que es diverso, predominando tendencias como que trabajadores más especializados y jóvenes tienen más años de escolaridad”, afirman.
El estudio da cuenta también de la importancia que tiene el sector como generador de movilidad social, considerando que la mayoría de los trabajadores dice ingresar al rubro sin proyecciones, pero una vez dentro muchos hacen carrera. “Además, quienes tienen cargos de mayor responsabilidad sienten mayor cariño por su trabajo ante la sensación de desarrollo laboral”, explican Rodríguez y Echeverría.
Quienes permanecen en el rubro suelen asociarse a personas responsables, trabajadores, principalmente de carácter fuerte y que están dispuestos a enfrentar un trabajo arduo. No obstante, según la investigación de la OTIC CChC, hay un grupo de personas más indecisas, representado por jóvenes y migrantes, quienes suelen estar entrando y saliendo del rubro. Para los primeros, con enseñanza media completa, es más factible encontrar trabajo en otros sectores productivos; mientras que los migrantes se encuentran en búsqueda de oportunidades, lo cual es posibilitado por la oferta laboral de la construcción.
Nuevas tecnologías
Actualmente, hay empresas liderando un cambio en las competencias de los trabajadores, lo que se acentuará debido a las nuevas tecnologías y al escenario laboral que plantea la cuarta revolución industrial. Así lo creen Julián Rodríguez y Francisca Echeverría de la OTIC CChC, que destacan dos aspectos en el cambio de perfil: el fenómeno migratorio y la creciente inserción de la mujer al mercado laboral.
Respecto a la incorporación de trabajadores extranjeros, los desafíos tienen que ver con temáticas que van más allá del aspecto técnico, como por ejemplo comprender las ventajas que la interculturalidad puede traer a los espacios de trabajo, con la comunicación efectiva desde los liderazgos y con hacer frente a posibles situaciones de discriminación en las obras. Frente a la inserción femenina están los estereotipos de género y el reto de que ellas también puedan ocupar cargos de liderazgo.
Muchos procesos constructivos incorporan tecnologías nuevas, principalmente, en las partidas de:
Lo anterior, según Rogelio González, explica la diferencia entre la cantidad de mano de obra y horas hombre en las distintas partidas, que se ve reflejada en la calidad del producto final, en viviendas, edificios y otros, donde las “no conformidades” están principalmente en las terminaciones e impactan en los procesos de postventa.
“Ahora, los muchachos tienen mucha voz y voto dentro del proceso constructivo, pero la construcción ladrillo sobre ladrillo prácticamente no existe. Hoy todo es más modular, más preciso y más técnico”, añade Raúl Letelier, tesorero de SIMOC, sobre el nuevo perfil del “maestro de la construcción”.
Debido a la velocidad de los cambios tecnológicos, es probable que un trabajador de la construcción sea partícipe, a lo menos dos veces durante su vida laboral, de cambios de paradigma en los procesos constructivos, materiales, herramientas, equipos, afirma Rogelio González, quien enfatiza: “los maestros más exitosos serán los que desarrollen la capacidad de aprender y cambiar, ya sea de modo independiente o a través de cursos de capacitación en el rubro”.
Obras industrializadas
Las faenas de construcción tradicional difieren del trabajo que se ejecuta en obras industrializadas, principalmente, en el grado de control sobre las variables que inciden en los costos, los plazos, la calidad y cuidado al medio ambiente. “En las obras industrializadas, para la transformación de los materiales en productos constructivos, el control de las etapas asegura la calidad y la homogeneidad, entre otras. Lo anterior es más complejo de controlar en una obra tradicional”, explica Rogelio González.
En este sentido, las competencias laborales del maestro en proyectos industrializados son similares a las de un trabajador de la industria fabril, que para transformar los materiales en productos utiliza las nuevas herramientas y tecnología. Por lo tanto, el trabajador tradicional debe poder adaptarse para entrar a los mecanismos industrializados.
Las grandes empresas se preocupan de capacitar día a día a sus maestros obreros constructores, pero para las pymes, este ítem tan importante en la mejora de la producción, puede hacerse cuesta arriba. Sin embargo, Rogelio González, comenta que existe una amplia oferta de capacitaciones en diversos organismos, disponibles para ellas: Organismo Sectorial, Sence, ChileValora, Corfo, OTIC, ONGs, OTECs, CFTs, IPs y universidades cuentan con planes de formación para los antiguos y nuevos maestros de la construcción, que les ayudan a adaptarse a las nuevas exigencias que trae la industrialización, donde se tiende a estandarizar para mejorar la calidad y la productividad.
El desafío, en este contexto, es la trazabilidad, algo que se complejiza considerando que, en Sence, por ejemplo, existen más de 800 perfiles de construcción distintos, según Raúl Letelier. En cuanto a la seguridad, dice que falta fiscalización en la obra. “La CChC debiera crear observadores en terreno. Eso dio muy buenos resultado en la minería”, concluye el representante de SIMOC.
En tanto, los especialistas de la OTIC CChC rescatan el espacio del Organismo Sectorial de la Construcción (OSCL), instancia tripartita que dio vida al Marco de Cualificación Técnico Profesional, una herramienta estratégica que vincula la educación formal e informal con el mundo del trabajo y que permite que las personas -los trabajadores y trabajadoras de la construcción- puedan transitar por un camino que busca mejorar su formación, empleabilidad y remuneraciones.
Fotografía gentileza E2E.