Por Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Productividad (CNP).
La actividad de la construcción puede afectar, en distintas dimensiones, la vida de las personas: la asequibilidad y calidad de la vivienda, disponibilidad de infraestructura pública adecuada, integración urbana, sustentabilidad en la construcción y uso de las obras, son algunos de los aspectos más importantes del desempeño de esta industria de cara a la ciudadanía. Por ello, las políticas públicas que tienen efectos sobre el sector, deben ser examinadas con evidencia dura y desde diversos puntos de vista.
Uno de los ángulos desde donde se puede examinar el desempeño de los actores involucrados, detectar problemas y proponer soluciones para esta industria, es la productividad. Durante los últimos 11 meses, la Comisión Nacional de Productividad (CNP) ha estado investigando en profundidad al sector de la construcción, poniendo foco en la búsqueda de políticas que permitirían mejorar el uso de los recursos productivos, tanto en el sector público como en el privado. Si bien la conexión entre políticas y resultados es más directa, probablemente, cuando se trata del desempeño de nuestro sistema de obras públicas, encontramos problemas sistémicos, que clasificamos en seis categorías:
- Falta de planificación y priorización en la adjudicación de obras públicas: Desde que se concibe una obra hasta que esta se comienza a utilizar, suelen pasar largos períodos de “tiempos muertos”, que prolongan innecesariamente los plazos e introducen complejidades políticas adicionales.
- Ineficiencias del sistema de obras públicas: Chile se compara desfavorablemente con el contexto internacional, en cuanto a los sobrecostos y los incumplimientos de plazos de sus obras de infraestructura. Deficiencias en las bases de licitación y los contratos llevan a múltiples modificaciones, lo que genera demoras innecesarias con elevados costos.
- Deficiencias en regulación requerida para desarrollo de proyectos: La ejecución de obras debe lidiar con procesos ineficientes de expropiación, cambios de servicios y de manejo de hallazgos no previstos, entre otros. Además, existe incertidumbre respecto de la estabilidad de los permisos de construcción, a gran costo para los involucrados.
- Bajos niveles de sostenibilidad: Se estima que el sector de la construcción genera 4,8 millones de metros cúbicos de residuos. Un porcentaje ínfimo de éstos son posteriormente valorizados.
- Deficiente formación de los trabajadores: La fuerza de trabajo de la construcción chilena es, en comparación con estándares internacionales, poco capacitada y especializada. Esto denota deficiencias que ya han sido detectadas en nuestro sistema de generación de competencias laborales.
- Mala gestión y escasa adopción tecnológica: No han penetrado en Chile tecnologías y herramientas de gestión, que sí han generado importantes ganancias de productividad en otros países. En este sentido, destacan la construcción industrializada, y uso de metodología BIM, proceso de generación y gestión de datos del proyecto durante su ciclo de vida, utilizando software dinámico de modelado en tres dimensiones y en tiempo real, para disminuir la pérdida de tiempo y recursos en el diseño y la construcción.
Dentro de los próximos meses, la CNP publicará el informe final de este estudio, describiendo en detalle cada uno de los hallazgos y recomendando una serie de medidas para hacerse cargo de los desafíos enumerados.