Un Centro Penitenciario de la región del Maule, un edificio municipal de la región de Atacama, y un hospital de la región de Tarapacá, fueron los ganadores de los Premios CES 2023, destacando por sus estrategias de sustentabilidad, eficiencia energética y confort ambiental para sus usuarios.
Ya se conocen los ganadores de la quinta versión de los Premios CES y la región del Maule obtuvo por tercera vez consecutiva el primer lugar, con el Recinto Modelo Educación y Trabajo Edificios ADE-DEP y ASA-ADI La Laguna, Talca.
Le siguen el Edificio Consistorial de Chañaral, de la región de Atacama, y el Hospital Alto Hospicio, de la región de Atacama, zonas del norte grande del país que por primera vez obtienen galardones en la categoría Edificio Certificado.
Estos tres son los ganadores de un total de 17 edificios que se certificaron en 2022, año en el que también se incorporaron 60 nuevos proyectos al sistema.
Así, con un centenar de asistentes, en el auditorio de la Cámara Chilena de la Construcción, se entregaron galardones en las siguientes categorías: edificio certificado, proyecto precertificado, profesional destacado, empresa destacada y política pública destacada.
“Nos llena de orgullo ver cómo esta iniciativa se ha ido consolidando y transformado en un referente de valoración de proyectos y edificios sustentables a lo largo de todo el país, motivando día a día, mejores logros y alcances”, comentó Paola Molina, presidenta de Certificación Edificio Sustentable (CES).
Y es que “tenemos el objetivo de entregar, a través de la certificación CES, una herramienta acorde a los desafíos a que nos enfrentamos para avanzar hacia un desarrollo sostenible que permita mejorar la productividad y el desempeño de los proyectos que se certifican, desde la perspectiva: social, ambiental y económica; y en todo su ciclo de vida, aportando desde el sector construcción a avanzar hacia la anhelada y comprometida carbono neutralidad al 2050”, añadió.
Marisol Cortez, presidenta de la Comisión de Medioambiente de la Cámara Chilena de la Construcción, destacó el compromiso y el avance. “Dentro del sector de la construcción hay múltiples desafíos, como incorporar tecnología, mejorar procesos, mejorar la productividad; pero todo esto dentro de un contexto de cambio climático que nos recuerda constantemente la necesidad de hacer un cambio en nuestras ciudades y en nuestros edificios”, precisó.
Los ganadores
Como comenta Molina, “los Premios CES, además de ser un reconocimiento al esfuerzo y logro obtenido por los equipos de cada proyecto, son una instancia que celebra el aporte de edificios responsables, que mejoran la calidad de vida de las personas, que son un aporte al cuidado de los recursos, y a la regeneración del medio ambiente; impactando positivamente en nuestra sociedad”.
En el caso del Hospital de Alto Hospicio, Alex Moyá, arquitecto de Bbats Consulting compartió que desarrollar el proyecto con categoría CES fue bastante complicado por la ubicación en medio del desierto, por lo que trabajaron mucho en la sustentabilidad, en que el consumo energético fuera bajo, proyectando unas lamas al perímetro las que le dieron carácter al proyecto, pero a pesar de las dificultades con el trabajo conjunto del equipo lograron un muy buen resultado.
La alcaldesa de Chañaral, Margarita Flores, quien viajó especialmente para recibir este reconocimiento, afirmó que “es muy emotivo y emocionante para mí que ser reconocida como comuna, primero, y luego nuestro edificio sustentable ha sido un orgullo, porque yo lo recibí e inauguré y ahora recibo el reconocimiento de este premio que viene a valorizar mucho más a las personas que trabajamos en este Municipio, a las usuarias, a las trabajadoras y trabajadores del municipio que tienen una mejor calidad de vida, una forma mejor, más agradable de atender a nuestros usuarios y usuarias”.
Asimismo, sostuvo que este “es un edificio que viene a mejorar nuestra calidad de vida. Arreglar, en cierto modo, la visión de la comuna de Chañaral y ser la envidia sana de nuestros vecinos. Es el único edificio que tenemos en la comuna, por tanto, agradecer el estar acá, agradecer a Dios y a todos quienes trabajaron en este proyecto, a la División de Arquitectura, a los ,andantes, y a quienes hacen el proyecto para dejarlo en las condiciones en que está: la verdad, me siento como el primer lugar”.
El primer lugar fue para Edificio Certificado – Recinto Modelo Educación y Trabajo ASA – ADI y ADE – DEP La Laguna, Talca. El inspector operativo subrogante de Gendarmería, Coronel Oscar Luna Mella, también demostró su orgullo “de poder representar a la autoridad ministerial de la institución de Gendarmería de Chile, al recibir este premio, el cual destaca los equipos de trabajo que proyectaron el Recinto de Educación y Trabajo La Laguna y en definitiva, esto provoca tener mejores condiciones de habitabilidad y también, no sólo se circunscribe a la cárcel, también permite generar un apoyo a la seguridad interior, apoyando la reinserción social, los climas laborales de nuestro personal que atiende a quienes son los que están en reclusión”.
Consuelo Larrea de luis vidal + architects, oficina a cargo del diseño de este recinto carcelario también manifestó su orgullo “por el resultado que obtuvimos y el bienestar que puede generar en los usuarios, que podemos pensar, van a obtener una experiencia sustentable también”. Por su parte, “nos parece muy importante que se destaque este tipo de proyectos”, concluyó Juan Carlos Barros, profesional del mismo estudio de arquitectos.
Categoría Proyecto Precertificado
En la categoría proyecto precertificado, los galardones se fueron a las regiones de O’Higgins, que se llevó el tercer lugar, con la Reposición Liceo Claudio Arrau Leon Doñihue, zona que ha sido tan afectada en los últimos meses. El 2° lugar recayó en la región de Valparaíso, con la Reposición Cuartel BICRIM PDI, Villa Alemana.
Y el 1º lugar nuevamente correspondió a la región de La Araucanía, con la Construcción Jardín infantil y Sala Cuna Intercultural Chinkowe. Felipe Barros, arquitecto coordinador de Proyectos-UCMEE-JUNJI Araucanía, señaló que “estamos muy orgullosos, teniendo en cuenta que aquí se conjugan dos cosas: la sustentabilidad y la interculturalidad. Ustedes saben el problema de contaminación que tenemos en Temuco y cómo afecta a los niños, entonces, son estos proyectos los que ayudan a que estos niños tengan una mejor calidad de vida”.
Asimismo, destacó la interculturalidad, “teniendo todos los problemas que existen en la Araucanía. Este es el único jardín intercultural en una capital regional. Esa es la importancia que tiene. Todo nuestro esfuerzo estuvo orientado a crear una arquitectura de calidad, con un alto confort, sustentable para los niños y niñas. Quiero agradecer a todos”, dijo Barros, despidiéndose con unas palabras en mapudungun.
Como ha ocurrido en años anteriores, Hernán Madrid, jefe de CES, contó en el evento que los puntajes han ido aumentando, “lo que habla de una mejora en los estándares de la certificación CES”.
Además, se reconoció como Profesional Destacado CES 2023, a Ricardo Fernández. gerente Técnico & Desarrollo Sostenible en Compañía Industrial El Volcán, quien fue presidente de CES en el periodo 2018-2021 y por su impulso comenzaron los premios CES, y a Teodoro Fernández, renombrado arquitecto chileno, graduado en la Universidad Católica en 1972. Es reconocido por su destacada contribución al mundo de la arquitectura y el diseño. Desde principios de los años 90, Fernández ha sido docente en la Escuela de Arquitectura UC, donde imparte el Taller de Formación y Representación, influyendo en numerosas generaciones de arquitectos talentosos.
“Estoy muy emocionado, no por recibir el premio, sino por quienes pensaron en mi nombre para esto. Realmente ver al equipo que está en CES, me genera sólo gratitud” (…) e invitó a considerar el impacto en las personas, “el cómo generar valor a las comunidades. “Los invito a seguir siempre con esta bandera de la sostenibilidad, que de la certificación -que si bien hoy día es maravilloso lo que vemos aquí- debiera ser mucho más, el mundo privado, sobre todo, está al debe”, añadió.
Mientras que Teodoro Fernández, “más que recibir felicitaciones, me corresponde felicitar a CES”, compartió, “porque nos ha ido alivianando el trabajo pues, fundamentalmente, ha establecido un estándar, una hoja de ruta o -para nosotros- una especie de guía de diseño, de manera de poder ir elaborando o trabajando con respecto a estos temas”.
Este año, además, se entregó un nuevo reconocimiento, para destacar el trabajo que realiza el sector privado en la construcción sustentable. De esta manera, el primer galardón recayó en la empresa Tánica Inmobiliaria, por su gran aporte al diseño y construcción sustentable en Chile, al ser uno de los pioneros en incorporar en sus proyectos altos estándares de eficiencia energética, tecnología y diseño sustentable. “Estamos muy orgullosos de tener el honor de estar acá. Replicamos la certificación de ese primer edificio piloto corporativo Transoceánica, en otros edificios y proyectos”, señaló Matías Poblete, gerente de Tánica.
El último premio a entregar fue a la Política Pública, que lo obtuvo el Ministerio de Obras Públicas, por la incorporación de la certificación voluntaria CES en la gran mayoría de sus licitaciones. La Dirección de Arquitectura MOP estuvo a cargo como unidad técnica de cinco de los edificios premiados.
“El 96% de los proyectos que ejecuta el Ministerio de Obras Públicas, que son más de dos mil contratos en todo Chile, lo realizan las empresas constructoras y las consultoras con las cuales estamos trabajando, vale decir, el desarrollo de la infraestructura y la edificación pública en el país la hacemos de manera conjunta entre el mundo público y el mundo privado. Por lo tanto, estas alianzas son muy naturales para nosotros y nos parecen además que son virtuosas del punto de vista de la edificación pública que hacemos para las personas”, afirmó Boris Olguin, director general de Obras Públicas.
Por su parte, Loreto Wahr, directora nacional de Arquitectura del MOP, reconoció “un sentimiento de mucho orgullo y de reconocimiento, sobre todo del esfuerzo que hacen las regiones. Este premio es bien relevante para nosotros porque demuestra y da cuenta de la consolidación de una política pública que llevamos impulsando por muchos años desde la Dirección de Arquitectura. Es la consolidación de una trayectoria y el esfuerzo permanente que se ha hecho porque se incorporen criterios de sostenibilidad en la edificación pública y que tengamos cinco de seis premios, de alguna manera, dan cuenta de ese esfuerzo”.
Una pasantía en la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, será el premio que reciba el equipo que logre el primer lugar en el Desafío NetZero 2030.
Con la invitación a imaginar el futuro que queremos construir, se realizó el webinar de lanzamiento del Desafío NetZero 2030, concurso que invita a estudiantes de pregrado de arquitectura y carreras de la construcción a diseñar un proyecto de vivienda social sustentable y que aborde los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara al 2030.
Este llamado, liderado por Construye2025 y el Colegio de Arquitectos de Chile, y en el que participaron autoridades de gobierno, junto con representantes de la industria y el mundo académico, busca que estudiantes de todo el país desarrollen, a través de un diseño integrado, una solución habitacional innovadora, que incluya el consumo neto de energía, emisiones netas de CO2, la economía circular y la industrialización como sus pilares fundamentales.
“Más que un concurso, esto es un desafío a los estudiantes y profesionales del sector a aportar no sólo a la crisis climática que enfrentamos, sino que también a la emergencia habitacional que vivimos. Mejorar los prototipos de vivienda social, en base a estos cuatro pilares, nos permitirá avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible, comprometidos por el Estado, y a mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes”, sostuvo Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo y administrado por el Instituto de la Construcción.
Cabe señalar que hoy 1 de cada 10 personas necesitan de una vivienda, calculando el déficit en más de 650 mil a nivel nacional, junto a nuevas exigencias que desafían a diseñar con nuevos y mejores estándares de sustentabilidad y habitabilidad, “por lo que es indispensable vincular a las autoridades, la industria, los gremios, pero -por sobre todo- a los profesionales que tendrán a cargo el desarrollo futuro”, añadió.
Brito, junto con Natalie Mollenhauer, arquitecta y directora del concurso, dieron a conocer las bases técnicas y administrativas, además de los premios que recibirán los equipos ganadores, que incluyen una pasantía en la Universidad de Nottingham en el Reino Unido. “Creemos que es un aporte para los futuros profesionales y sus profesores que desarrollen proyectos de este tipo, con una metodología que se ajusta a cómo se trabaja en el campo laboral diario, en zonas específicas del país, y que tengan la posibilidad de conocer experiencias internacionales y presentar el proyecto ganador en el extranjero. En esta oportunidad, será Guillermo Guzmán, destacado arquitecto, profesor de la universidad de Nottingham, quien los reciba y los oriente en esta pasantía”, enfatizó Mollenhauer.
Guzmán -radicado por más de 20 años y académico de esta universidad- realizó una charla magistral, en la que destacó este tipo de iniciativas, “sobre todo cuando las autoridades, gremios, industrias y la sociedad civil se unen, ya que otorgan garantías de viabilidad de los proyectos. De verdad, para un joven que estudie arquitectura, imaginar y diseñar dónde podrían vivir las familias chilenas en un mediano plazo debe ser un sueño”.
Asimismo, hizo hincapié en que la industria no puede seguir viendo la lucha contra el cambio climático, a través de la carbono neutralidad o la economía circular, en el minimizar o disminuir la calidad de las construcciones, “esto es un llamado a optimizar todos los recursos, como parte del desafío que tenemos como sociedad”, sentenció.
Por último, destacó el diseño colaborativo que incluye este concurso, con la conformación de equipos que incluyan profesionales, estudiantes de arquitectos y otros de la construcción desde el diseño del proyecto. De acuerdo al académico, esto permite obtener soluciones integrales, sin tener que corregir errores en la marcha y minimizando fallos en el proceso. “La vivienda debe verse como un sistema, con una visión de la sociedad inclusiva, donde el confort y la calidad de vida de sus habitantes sean parte de sus derechos fundamentales”, concluyó.
Así, el llamado de los organizadores es a atreverse y que estudiantes y universidades se sumen a este desafío. “Los equipos recibirán charlas y capacitaciones que los ayuden a lograr proyectos innovadores, pero también viables. Este será un proceso de colaboración, aprendizaje, integración y aporte al desarrollo social del país”, sostuvo Paola Molina, representante del Colegio de Arquitectos de Chile, presidenta de CES y del Comité de Economía Circular del Instituto de la Construcción, al finalizar el evento.
Luego de este lanzamiento, los estudiantes que quieran participar podrán inscribirse, contando con el patrocinio de su universidad, CFT o IP, en el sitio web del Desafío hasta marzo de 2023, para la preparación del anteproyecto que deberá ser presentado en junio. Sólo cinco equipos pasarán a la segunda etapa, donde en conjunto con alguna oficina de arquitectura o construcción patrocinante, deberán desarrollar el proyecto a presentar en noviembre cuando se realice la premiación.
Para más información, revisa https://desafionetzero2030.cl/# y síguelos en redes sociales.
Desafío NetZero 2030 cuenta con el patrocinio de ACESOL, Chile GBC, Achival, CCI, Instituto de la Construcción, CDT, ILAPH ( Instituto Latinoamericano de Passivhaus), ICH Instituto del Cemento y del Hormigón de Chile (prefabricados), Colegio de Ingenieros de Chile, Architects Declare Chile y Carbon Leadership Forum LATAM.
A la fecha, el Desafío Net Zero 2030 ha conseguido el compromiso de participación de 21 entidades de educación superior: Universidad Mayor, UTEM, Universidad de La Frontera, Universidad del Bío-Bío, Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Universidad Santo Tomás, Universidad de La Serena, Universidad del Desarrollo, Universidad de Talca, Universidad Católica del Norte, Universidad Católica de Temuco, IP Virginio Gómez, Universidad de Santiago, Universidad de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad de Los Andes, Universidad de Las Américas, UNIACC y DUOC UC.
Dirigido a estudiantes de pregrado de arquitectura y carreras afines, el concurso impulsará el desarrollo de iniciativas innovadoras para abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara al 2030.
La construcción a nivel internacional genera un 35% de residuos, consume igual porcentaje de energía, además de un 20% de agua dulce, como si fuera poco un 38% de gases de efecto invernadero son producto de esta actividad. Por otro lado, en Chile el déficit de viviendas es de 650 mil, es decir hogares que no tienen acceso a vivienda, lo que hace urgente avanzar en esta materia. Con estos antecedentes Construye2025 y el Colegio de Arquitectos de Chile lanzaron el Desafío Net Zero 2030, con la presencia de participantes de universidades e institutos técnicos de todo el país.
El concurso está dirigido a estudiantes de pregrado tanto de universidades como de institutos profesionales, que cursen carreras afines al área de la construcción. En este contexto, los jóvenes deberán formar equipos de cinco personas para desarrollar un diseño de prototipo de viviendas innovadoras y sustentables.
De esta manera, ambas instituciones buscan avanzar hacia el desarrollo sostenible, poniendo énfasis en la innovación para que la arquitectura y la construcción alcancen los objetivos de desarrollo sostenible que se esperan a 2030. El certamen aspira a contribuir al logro de la carbono neutralidad que Chile espera para 2050.
Durante el lanzamiento, Jadille Baza, presidenta del Colegio de Arquitectos, recordó la obligatoriedad de la Calificación Energética a contar del próximo año. Además, hizo hincapié en la Ley Marco de Cambio Climático que apunta al cumplimiento de las metas a 2025, que están establecidas en la estrategia climática de largo plazo y a dar soluciones al urgente déficit habitacional.
Por su parte, Pablo Ivelic, presidente de Construye2025, puso énfasis en la urgencia de transformar a la industria de la construcción en una más productiva, y más sustentable. “Llevamos seis años de vida y mediante diferentes acciones hemos entendido que la principal manera de abordar este desafío es desde el diseño de la infraestructura”, afirmó.
El líder del programa impulsado por Corfo, expresó también su absoluta convicción de que a través de esta iniciativa “se pueden generar quiebres relevantes para cambiar en nuestro país, para hacer esta industria más productiva, más sustentable y generar un aporte de verdad”.
Asimismo, indicó que desde el proceso inicial de conceptualización de los proyectos quienes son parte de Construye2025 quisieron buscar un espacio para aportar a la formación de nuevos profesionales, para que la economía circular, el concepto de “cero emisiones” y la sustentabilidad sean parte de los parámetros de diseño.
La convocatoria
De esta manera, el llamado quedó abierto para que las casas de estudio patrocinen el evento, se inscriban en él y den las facilidades a sus estudiantes para ser parte del desafío. La meta es llegar a recibir un centenar de ideas de proyectos, apoyando a los equipos con cursos y capacitaciones relacionados con los cuatro pilares a evaluar: consumo neto de energía, emisiones netas de CO2, industrialización y economía circular.
“Construye2025 y la Cámara, han hecho varios estudios para detectar cuáles son las brechas que frenan la transformación de Chile como país más sustentable y productivo. El 40% de la brecha está en el diseño”, comentó el excoordinador de Innovación de Construye2025, Ignacio Peña.
Los equipos deberán integrarlos cinco estudiantes de los cuales, al menos, dos deben cursar Arquitectura. Además, todos los integrantes deben tener un avance de más del 50% de sus carreras. Del total de iniciativas que se inscriban en una etapa posterior se elegirá a las cinco mejores y de ahí saldrán los tres proyectos ganadores.
La recompensa para el equipo que logre el primer lugar será una pasantía de una semana -con todos los gastos pagados- en la Universidad de Nottingham, premio avaluado en cerca de 15 millones de pesos. En tanto, el equipo que obtenga el segundo lugar recibirá un premio en dinero de un millón y medio de pesos; y, el que se adjudique el tercer puesto, obtendrá un incentivo de un millón de pesos.
A la fecha, el Desafío Net Zero 2030 ha conseguido el compromiso de participación de 21 entidades de educación superior: Universidad Mayor, UTEM, Universidad de La Frontera, Universidad del Bío-Bío, Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Universidad Santo Tomás, Universidad de La Serena, Universidad del Desarrollo, Universidad de Talca, Universidad Católica del Norte, Universidad Católica de Temuco, IP Virginio Gómez, Universidad de Santiago, Universidad de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad de Los Andes, Universidad de Las Américas, UNIACC y DUOC UC.
El edificio ahorra un promedio de un 36% de energía anual en todos los usos del edificio: sistema de calefacción, refrigeración, ventilación, motores, iluminación artificial, equipamiento interior, entre otros.
Con la presencia de autoridades de la zona, el nuevo Hospital Biprovincial Quillota Petorca fue certificado como el primer Hospital sustentable en Chile por parte del CES, sistema de certificación desarrollado en Chile, que busca mejorar la calidad de vida de quienes habitan edificios de uso público, tanto de financiamiento público como privado.
En un sencillo acto, se desplegó una placa que acredita la categoría de sustentable, luego las autoridades asistentes hicieron un recorrido por las dependencias del Hospital, para conocer las distintas características que lo convierten en un recinto de esta índole.
El edificio ahorra un 36% de energía anual respecto de uno similar, con un estándar de consumo anual de energía en todos los usos del edificio: sistema de calefacción, refrigeración, ventilación, motores, iluminación artificial, equipamiento interior, entre otros.
Estrategias de ahorro energético:
El Hospital considera las siguientes estrategias para el ahorro energético: activas entre ellas: equipos de alta eficiencia en tecnología led que permiten un ahorro significativo de electricidad y alto estándar de iluminación; central térmica para climatización y calentamiento de agua con equipos de alta eficiencia, tales como intercambiadores de calor y calderas eléctricas; colectores solares para calentamiento de agua, iluminación exterior alimentadas mediante placas solares. Y estrategias pasivas que consideran: envolvente térmica de alta eficiencia, cristales de control solar, cubiertas verdes y placas quiebra- sol.
Factores y características que fueron resaltados por el Subsecretario de Redes Asistenciales Fernando Araos Dattoli quien comentó que “este es sin duda un gran hito para nuestra red asistencial, y es un ejemplo de cómo tenemos que empezar a mirar nuestras construcciones a futuro, ya que además de construir con infraestructura moderna y con buena tecnología, puede ser de manera sustentable, con respeto y cuidado del Medioambiente, tema que hoy es urgente y también fundamental para nosotros como Gobierno”.
Al respecto, Haroldo Faúndez Romero, Director (S) SSVQ, señaló: “Es un hito para nosotros, ya que es súper importante que este Hospital sea el primero en el país en ser certificado como autosustentable. La idea de esto es que el impacto que tengan en el medio ambiente sea minimizado, racionalizado, que ese es el objetivo y también con ahorro de energía sin generar mayores externalidades. Pero esto también tiene una mirada al interior, en beneficio de nuestros usuarios, ya que este edificio autosustentable, sin duda, genera un valor a la atención que le presentamos a nuestros usuarios, y también a nuestros funcionarios, pues el trabajar, desempeñarse, en este tipo de infraestructura genera un adecuado clima y mejor servicio”
Paola Molina O’Ryan, presidenta del Directorio de CES destaca: “ Este edificio fue trabajado desde la certificación y logró un nivel de destacado, esto requiere mucho esfuerzo por parte del diseño para poder lograr estos estándares y lo que esperamos desde la certificación, es que este sea el primer Hospital que se certifique dentro de muchos más que vengan, para que puedan aportar a la sociedad, en lugares que van a brindar una mejor calidad de vida y que a la vez, van a permitir que estas instalaciones ocupen menos recursos de los que se ocupan normalmente y que eso pueda ser redestinado en mejorar la infraestructura en otras partes del país y por último, también con la responsabilidad que esto requiere en estos tiempos en temas medioambientales, porque vamos a cuidar un bajo consumo de energía, vamos a generar pocas emisiones, vamos a lograr poco consumo de agua y vamos a generar pocos residuos”.
Finalmente, Omar Ogalde Bahamondes, Director (S) Hospital Biprovincial Quillota Petorca señaló: “Es un honor ser el primer Hospital en Chile en tener esta certificación. Esta certificación es una metodología de trabajo de ser mucho más eficientes con las energías renovables y eso requiere tener mayor empatía respecto a nuestro medio ambiente. Nos involucra, en nuestro quehacer diario, tener la conciencia y la perspectiva de cuidar nuestro medio ambiente”.
A la fecha, más de 400 edificios de todo Chile están trabajando con CES, impulsado por los Ministerios de Obras Públicas, de Vivienda y Urbanismo y de Energía, la Cámara Chilena de la Construcción y el Colegio de Arquitectos y el Instituto de la Construcción. Los beneficios de certificarse son, entre otros: edificios y ambientes construidos más sustentables, mejorar la calidad ambiental para los usuarios y la reducción de gastos, reducción de consumo de recursos naturales no renovables: energía, agua, materiales.
Fuente: CES
En enero del 2021 se aprobó la Ley de Eficiencia Energética que obliga a las inmobiliarias, constructoras y a proyectos de vivienda pública, a usar la Calificación Energética de Vivienda (CEV) y deja consignado un plazo de 4 años para que se desarrolle y entre en operación la Calificación Energética de Edificios de Uso Público (CEEUP).
Esta ley establece la obligatoriedad de etiquetado energético de viviendas a partir del año 2023 y de edificios de uso público, comercial y oficinas a partir del año 2025.
En este sentido, el Instituto de la Construcción (IC) ha liderado el desarrollo de los estudios que permitirán la creación de ésta última calificación de edificios, coordinada e integrada a la Certificación Edificio Sustentable (CES), a través de un trabajo colaborativo en base a un comité técnico conformado por profesionales de los ministerios de Vivienda, Energía y Obras Públicas.
Yoselin Rozas, profesional de la Unidad Edificación y Ciudades de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía, señala que “la colaboración del IC junto a los ministerios en este tipo de estudios permite una mirada que integra los ámbitos público y privado, además de la colaboración con la academia, consultores, y actores relacionados”.
Paola Molina, presidenta del Comité de Economía Circular del IC y presidenta del Directorio de la Certificación CES, señala que la Certificación CES -administrada por el IC- considera dentro de sus variados requerimientos, la demanda de energía, por lo que se vuelve muy necesario el desarrollo de una Calificación Energética de Edificios de Uso Público que permita estandarizar y visibilizar en el sector, la demanda energética de dichos edificios.
”En el proceso de formulación de la CEEUP, ha sido relevante la colaboración desde CES porque ha sido posible traspasar la experiencia y conocimientos de los edificios de uso público adquirida durante los años de funcionamiento, y de esta manera se han incorporado algunas de las condiciones base para la evaluación de edificios, tales como cargas internas, ocupación, desagregación por tipo de uso, entre otras”.
Por otra parte, la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), liderada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), y administrada por CTeC, contribuye a la labor que desarrolla la Calificación Energética de Vivienda (CEV), fomentando este sistema como herramienta de evaluación de los aspectos de eficiencia energética de las viviendas en Chile.
Allan Ubilla, coordinador de proyectos de CTeC, señala que la CEV, además de ser por sí sola una herramienta de evaluación energética de viviendas, es el único instrumento de evaluación de los requerimientos de confort térmico pasivo y de reducción de demanda térmica de la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), los cuales, a su vez, son requerimientos obligatorios para acceder a cualquiera de los 3 niveles de certificación que ofrece la CVS. Y esto aplica para las 3 macrozonas que diferencia el sistema CVS.
“Hasta ahora esta calificación es voluntaria, pero con la nueva Ley de Eficiencia Energética ya promulgada y que entrará en vigencia prontamente, se hace obligatorio que las edificaciones, incluyendo viviendas, cuenten con una calificación energética y su etiquetado para obtener la recepción final, por lo que las empresas tendrán prontamente la obligación de calificar sus proyectos”.
Certificaciones nacionales
Las Certificación Edificio Sustentable CES y la Certificación de Vivienda Sustentable CVS incluyen varios aspectos para su análisis como energía, agua, confort, residuos, etc., y las calificaciones energéticas CEV y la futura CEEUP, se enfocan específicamente en el requerimiento de energía y las emisiones que este genera, de manera más detallada, sirviendo para validar este punto con mayor precisión en las certificaciones antes mencionadas.
“Hoy tenemos que estar orgullosos con las herramientas que se han y están levantando en nuestro país, porque están adaptadas a los requerimientos locales y permiten disponer de los recursos necesarios para avanzar en la industria de manera asertiva y pertinente a todos los desafíos que hoy se le plantean para el sector tanto a nivel nacional como mundial. El hacerlo oportunamente, permite una máxima eficiencia y costo, además de una óptima calidad de vida para los usuarios finales”, indica Paola Molina.
Yoselin Rozas, señala que “la Calificación Energética de Viviendas y Edificios formará parte de ambas certificaciones, permitiendo acreditar el ítem de energía, es decir, cuando un mandante decide certificar un proyecto, como parte del proceso de certificación obtendrá también la calificación energética. De esta manera, la contribución de CES y CVS a la calificación es directa”.
“Hay varios beneficios para los usuarios finales de viviendas calificadas y/o certificadas. Primero, al fomentar mejoras en las viviendas en pos de la eficiencia energética a través de la CEV y CVS, el confort térmico al interior debería mejorar ostensiblemente en comparación con una vivienda con los estándares mínimos que establece la OGUC. Asimismo, los gastos operacionales de los usuarios, posiblemente, se verán reducidos por requerir menos energía para calefacción y enfriamiento. Por otro lado, hay algunos instrumentos crediticios para aquellos proyectos que tengan CEV o CVS, lo que ayuda a la ciudadanía a acceder a proyectos más eficientes y sustentables”, agrega Allan Ubilla.
Desafíos
Paola Molina, presidenta del Comité de Economía Circular del IC y presidenta del Directorio de CES, señala que el principal desafío hoy es levantar los estándares mínimos de la Calificación Energética de Vivienda, ya que la letra menor de acuerdo con nuestra actual reglamentación térmica para viviendas es la E, la cual es bastante deficiente en términos de lograr una calidad ambiental térmica interior.
“Con la esperada pronta actualización de la Reglamentación Térmica, este estándar debiese subir a la letra C y D como mínimo, lo que implica lograr estándares valorados internacionalmente que permitan una adecuada calidad térmica del ambiente interior para todas las personas, lo que tiene un gran impacto positivo en el ámbito social y ambiental”.
Sin embargo, también es importante que todo el sector releve esta herramienta de manera oportuna para hacer las adaptaciones necesarias y lograr los mejores resultados. “Tratar de asimilar esto a presión y contra el tiempo, puede conducir a malos resultados, que perjudiquen a inmobiliarias, constructoras, usuarios finales y al país”, agrega Paola Molina.
Allan Ubilla, coordinador de proyectos de CTeC, comenta que este año 2022 se comenzará a trabajar en conjunto con el Minvu para extender la CVS a viviendas existentes y, “más adelante, esperamos también integrar la certificación de la etapa operacional de las viviendas. Si bien se trata de una certificación nueva, a la fecha ya cuenta con 105 proyectos registrados correspondientes a 17 mil unidades de vivienda con una cobertura en 11 regiones; 4 proyectos precertificados y 2 certificados.
Por su parte, en CES también se encuentran trabajando en la versión de edificios existentes y en sumar la versión de CES Aeropuertos a las ya existentes.
Finalmente, Yoselin Rozas comenta que la implementación de la Calificación Energética de Edificaciones tiene importantes desafíos para su masificación “entre ellos, el fortalecimiento de las herramientas que permitirán su correcta implementación una vez que sea obligatoria; la educación y difusión a consumidores y actores relacionados; la gestión de los datos para el cumplimiento de los compromisos internacionales; y un punto que nos parece muy relevante es el reconocimiento a nivel nacional de la Calificación Energética de Edificaciones como un referente de herramienta de medición de la eficiencia energética de las edificaciones”.
Fuente: Instituto de la Construcción
El trabajo colaborativo permitió establecer seis ejes para una estrategia que guiará el tránsito de la industria de la construcción hacia una nueva cultura, más sostenible tanto en los aspectos económicos como en los sociales y ambientales.
Con la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), el programa Construye2025, la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción lanzaron la “Estrategia de Economía Circular 2025”, que promoverá el desarrollo social, ambiental y económico de la industria. Todo esto, con la visión de establecer una cultura de economía circular.
En el proceso de co-construcción participaron más de 800 profesionales que identificaron las iniciativas prioritarias a 2025. De esta manera, nació una estrategia basada en seis ejes que generará herramientas habilitantes para la innovación, el avance en la reducción de impactos ambientales y la mejora en la productividad.
“Esta es una poderosa aliada, que abre múltiples oportunidades de innovación y nuevos modelos de negocio para todos los sectores productivos, permitiendo un uso más eficaz de los recursos y minimizando los residuos e impactos ambientales”, comentó Pedro Plaza, vicepresidente de la CChC y presidente del Consejo de Sostenibilidad del gremio, quien agregó que la sostenibilidad es “creación de valor”.
En tanto, el presidente del Instituto de la Construcción (IC), Ricardo Fernández, recordó que al firmarse el convenio para iniciar la elaboración de la estrategia -en agosto de 2020- se planteó el desafío de utilizar los recursos de manera más eficiente y de validar la circularidad como principio de diseño. “La transformación desde una economía lineal a una circular requiere inversiones, cambios regulatorios y conductuales y el convencimiento de que es imprescindible el cuidado y buen uso de los recursos naturales”, afirmó.
En este ámbito, Ricardo Fernández, destacó también el trabajo del Instituto de la Construcción en la elaboración, implementación y administración de la Certificación Edificio Sustentable (CES); y la colaboración con Certificación Vivienda Sustentable (CVS).
“Estamos frente a una oportunidad única para impulsar un cambio en la industria, que favorezca el mejoramiento de los procesos de producción, hacia una circularidad en nuestras obras y un manejo responsable de residuos durante la operación y demolición de edificios”, enfatizó el presidente del IC.
Impacto medioambiental
Por su parte, el presidente de Construye2025, Pablo Ivelic, afirmó que obtener una ganancia no puede significar un impacto negativo en el entorno. Por el contrario, hizo hincapié en que “debe convivir el beneficio económico con el beneficio social y medioambiental”.
Además, el máximo representante del programa impulsado por Corfo hizo una dura observación: el rubro se comporta mal. “El 40% de las materias primas que se generan son consumidas por la industria de la construcción y, al mismo tiempo, el 35% de los residuos que se generan a nivel mundial provienen de la construcción y demolición de infraestructura. En adición, el 30% de los gases de efecto invernadero son producidos por nuestra industria”, sostuvo.
Por lo anterior, Pablo Ivelic, llamó a transformar a la industria para llevarla a pasar desde la economía lineal hacia la economía circular. “A partir de hoy tenemos una hoja de ruta para esta transición”, dijo.
Enseguida, la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, se refirió al rol del programa en la aceleración de la transformación de la construcción. “Para ello hemos trabajado promoviendo la innovación, acercando soluciones circulares a las empresas para facilitar la incorporación de nuevos modelos de negocios, lo que se hizo a través de un estudio que desarrolló tres modelos con su factibilidad económica y técnica”, afirmó.
Además, la ejecutiva recordó que Corfo hizo un gran esfuerzo al apoyar la economía circular en construcción llamando a un reto al sector a disminuir la pérdida de recursos a través de soluciones tecnológicas, en una convocatoria donde resultaron ganadores ocho proyectos. Junto con ello, adelantó que se está trabajando en un reglamento al alero de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 para generar un marco jurídico con énfasis en valorización y foco en economía circular.
Finalmente, Paola Molina, presidenta del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción, recordó que la estrategia incluye a todo el ecosistema de la industria de la construcción. “Mientras más representantes tengamos, tendremos una visión más amplia para levantar todas estas acciones. En el comité hemos podido ver cómo el trabajo colaborativo genera el impulso para poder desarrollar esto de manera acelerada y poder responder a todos los desafíos que tenemos por delante”, dijo.
Los ejes de la estrategia
La Estrategia de Economía Circular en Construcción está disponible para su descarga AQUÍ.
En el marco de la hoja de ruta nacional definida por el Ministerio de Medio Ambiente, la construcción lidera las acciones del sector privado promoviendo cambios que servirán de referencia para otros sectores y gremios.
La Cámara Chilena de la Construcción, el Instituto de la Construcción y el programa Construye2025 de Corfo, guiados por la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), lanzaron hoy la Estrategia de Economía Circular en Construcción, que presenta los lineamientos para el tránsito hacia una nueva cultura del sector.
El propósito es avanzar hacia el desarrollo sostenible, social, ambiental y económico de la industria, a través del apoyo a iniciativas que involucran a los sectores público, privado y académico.
En el lanzamiento de la Estrategia de Economía Circular en Construcción, el ministro de Medio Ambiente Javier Naranjo relevó que el sector de la construcción es uno de los de mayor potencial para la circularidad. Felicitó la iniciativa e invitó al trabajo colaborativo para avanzar en innovación y nuevos modelos de negocio para la reactivación verde.
Pedro Plaza, vicepresidente de la CChC y presidente del Consejo de Sostenibilidad del gremio, destacó que esta Estrategia es “una poderosa aliada, que abre múltiples oportunidades de innovación y nuevos modelos de negocio para todos los sectores productivos, permitiendo un uso más eficaz de los recursos y minimizando los residuos e impactos ambientales”.
Pedro Plaza dijo que el país es pionero en el mundo al contar con una Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040. Señaló que la economía circular y la reducción de residuos de construcción son el foco del pilar Medio Ambiente de la estrategia que promueve el Consejo de Sostenibilidad Empresarial de la CChC.
En tanto, Pablo Ivelic, presidente del Consejo Directivo de Construye2025, destacó que si al realizar una actividad se obtiene una ganancia, esta no puede ser a expensas de generar un impacto negativo en el entorno. Por ello, apuntó a la necesidad del desarrollo sostenible, en el que debe convivir el beneficio económico con el beneficio social y medioambiental. “Es bueno preguntarse cómo se comporta nuestro rubro y la respuesta es mal: el 40% de las materias primas que se generan son consumidas por la industria de la construcción y, al mismo tiempo, el 35% de los residuos que se generan a nivel mundial provienen de la construcción y demolición de infraestructura. En adición, el 30% de los gases de efecto invernadero son producidos por nuestra industria”, sostuvo.
Por eso, hizo un llamado a “transformar nuestra industria desde la economía lineal hacia una economía circular y a partir de hoy tenemos una hoja de ruta para esta transición”.
Ricardo Fernández, presidente del Instituto de la Construcción, señaló que la transformación desde una economía lineal a una circular requiere inversiones, cambios regulatorios y conductuales y el convencimiento de que es imprescindible el cuidado y buen uso de los recursos naturales.
“Quiero destacar el gran trabajo que ha hecho y está haciendo el Subcomité de Economía Circular del Instituto, conformado en noviembre de 2020. A la fecha, son 29 las instituciones que participan activamente en este Subcomité, que ha trabajado durante este primer año, en generar bajadas concretas dentro de las 37 acciones planteadas por la estrategia, para que las instituciones participantes puedan proponer y concretar acciones libremente y de acuerdo con sus capacidades”.
Asimismo, agregó que “estamos frente a una oportunidad única para impulsar un cambio en la industria, que favorezca el mejoramiento de los procesos de producción, hacia una circularidad en nuestras obras y un manejo responsable de residuos durante la operación y demolición de edificios. Los instamos a seguir trabajando para su implementación y desarrollo, lo que sin duda traerá innumerables y beneficios para toda la sociedad”.
Ejes de la estrategia
En la actividad participaron también Miguel Pérez, líder del Pilar de Medio Ambiente del Consejo de Sostenibilidad CChC y la subgerenta de Desarrollo de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), Katherine Martínez; y, quienes dieron a conocer el detalle de la Estrategia, que consta de seis ejes:
Colaboración: Crear espacios de encuentro, intercambio de conocimientos, colaboración y construcción de confianza para producir sinergia entre los distintos actores de la cadena de valor de la construcción e industrias relacionadas.
Formación: Contar con profesionales, técnicos y operarios capacitados para realizar proyectos que incorporen la economía circular en el sector construcción.
Marco Normativo: Resolver asimetrías de información respecto al marco normativo y fortalecer la colaboración entre el sector público y privado para el desarrollo normativo.
Benchmarking y Difusión: Disponibilizar casos, datos e indicadores para fomentar la incorporación de conceptos de Economía Circular tanto en la cadena de suministros/ aprovisionamiento, como en etapas tempranas de diseño, construcción y operación.
Innovación: Generar instancias de vinculación entre empresas, academia y ecosistema emprendedor para favorecer la innovación en economía circular.
Incentivos: Generar incentivos que permitan promover que el sector privado cultive una cultura de Economía Circular.
“Hoy, junto con presentar la Estrategia, damos a conocer los frutos tempranos y el despliegue territorial que la CChC ha iniciado, donde destacamos el Acuerdo de Producción Limpia de la región de Valparaíso, y la creación de una mesa interregional para que esta iniciativa exista en el norte y sur de Chile”, mencionó Katherine Martínez, subgerenta de Desarrollo de la CDT.
Por su parte, Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, explicó que esta estrategia ha sido el fruto de un gran trabajo colaborativo de distintas personas e instituciones “donde hemos tenido que coordinar y alinear muchos focos de trabajo”.
A su vez, especificó que “como Construye2025, estamos para colaborar en acelerar la transformación de la construcción y para ello hemos trabajado promoviendo la innovación, acercando soluciones circulares a las empresas para facilitar la incorporación de nuevos modelos de negocios, lo que se hizo a través de un estudio que desarrolló tres modelos con su factibilidad económica y técnica y también Corfo realizó un tremendo esfuerzo en apoyar la economía circular en construcción al llamar al sector a disminuir la pérdida de recursos a través de soluciones tecnológicas, donde ganaron ocho proyectos”.
A ello se suma un segundo ámbito de colaboración, para generar las capacidades para que se desarrollen estos modelos de negocios y mercados circulares. “Para esto nos encontramos trabajando en un reglamento al alero de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 para generar un marco jurídico con énfasis en valorización y foco en economía circular”, precisó.
Finalmente, Paola Molina, presidenta del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción, indicó que hay una gran esperanza puesta en esta estrategia porque generará un impulso para avanzar de manera temprana hacia una economía circular.
“Esta estrategia incluye a todo el ecosistema de la industria de la construcción. Mientras más representantes tengamos, tendremos una visión más amplia para levantar todas estas acciones. En el comité hemos podido ver cómo el trabajo colaborativo genera el impulso para poder desarrollar esto de manera acelerada y poder responder a todos los desafíos que tenemos por delante”, dijo.
Descargar Estrategia: https://construye2025.cl/documentos/estudios/
Sitio: https://economiacircularconstruccion.cl/
Por Paola Molina y Felipe Ossio, Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción.
Todos ya hemos percibido el innegable cambio climático que nos afecta y hemos podido vislumbrar como no solo deberemos trabajar desde todos los sectores de desarrollo en mitigar sus consecuencias, sino también en planificar y desarrollar la adaptación para generar un futuro posible a través de un desarrollo sostenible en que sea viable una sana convivencia entre el ser humano y el medio ambiente que lo rodea de manera que se facilite nuestra existencia.
Frente a estos y otros desafíos, el sector de la construcción tiene mucho que repensar, actuar y aportar.
De lo primero que debemos tomar conciencia es que no podemos seguir con el desarrollo de un modelo lineal, en que extraemos, procesamos, usamos, demolemos y por último botamos los desechos a un vertedero (ojalá legal). Esto no es viable en un sistema finito como nuestro planeta en que estamos agotando los recursos y afectando gravemente al ecosistema y su capacidad de regeneración, lo que ya nos comienza a afectar en el desarrollo de nuestro sector.
La solución está en un cambio de paradigma pasando de un modelo lineal a uno sistémico donde se mantienen los recursos circulando a su máximo valor el mayor tiempo posible.
Este cambio de paradigma no es solo una idea novedosa y creativa, sino que es una propuesta eficiente, rentable y realmente viable. El no comenzar a migrar a una transición hacia un modelo circular puede ser un costo muy alto para pagar en el futuro, no solo por el planeta sino también por la propia empresa u organización.
Al abordar la economía circular en su organización, esta le permitirá disminuir los costos de producción, permitiéndole acceder a nuevas fuentes de ingresos y generar nuevos modelos de negocio.
También le permitirá estar preparado frente a un inminente aumento futuro de la demanda y el consumo de recursos. La velocidad de aumento de la demanda y las frecuentes fluctuaciones de precio a corto plazo (del acero, por ejemplo), podrían llevar a precios más altos a largo plazo y a una mayor inseguridad del suministro. Esta pandemia nos dejó ver una pequeña ventana de lo que esto implica en el futuro.
El beneficio de la circularidad radica justamente en la seguridad mejorada del suministro de recursos y energía, permitiendo a las organizaciones una resiliencia mayor en momentos de crisis.
Además de lo anterior, la economía circular genera:
Como se aprecia, la economía circular en el sector construcción tiene un gran potencial; a lo anterior además debemos agregar que según proyecciones de Global Status Report (GABC) el parque construido a nivel mundial se duplicará al 2060, por lo que hay una gran responsabilidad del sector de asumir estos desafíos a la brevedad, para minimizar los impactos de la construcción.
La economía circular ya comenzó a desarrollarse en nuestro país y cada uno debe sumarse y empezar, preguntándose ¿cómo podríamos hacer hoy más circulares nuestras empresas, diseños y construcciones?
En la categoría Certificado, la Piscina Temperada de Talca obtuvo el primer lugar; mientras que como Precertificado, fue reconocido el proyecto Sala Cuna y Jardín Infantil Pinocho de Temuco.
En un país altamente vulnerable al cambio climático, que requiere incorporar estrategias de sustentabilidad en sus edificaciones, la Certificación Edificio Sustentable (CES) reconoce anualmente a edificios que las han incorporado, de modo de poner en valor las mejores prácticas sustentables y el esfuerzo de certificarlas.
Este jueves 9 de septiembre, se realizó la ceremonia de la tercera versión del Premio CES 2021, donde fueron reconocidas las edificaciones con mejores puntajes en las categorías Certificado y Precertificado.
“Nos llena de orgullo contar con más de 400 proyectos trabajando con CES de los cuales 74 se encuentran certificados, 238 precertificados y el resto en proceso de asesoría. CES, además de ser un reconocimiento al esfuerzo y logro obtenido por cada equipo en cada proyecto, acredita el aporte a mejorar la calidad de vida de las personas en sus ambientes de trabajo, atención, servicios, deporte, esparcimiento y estudio, donde pasan gran parte del día, impactando positivamente en nuestra sociedad”, comentó la presidenta de CES, Paola Molina.
Este año, el primer lugar se quedó en la Región del Maule, donde la Piscina Temperada de Talca, mandatada por el Gobierno Regional y el Instituto Nacional del Deporte, logró un aumento significativo del confort térmico pasivo, una reducción de las demandas de energía para climatización e iluminación superior al 29% y una reducción del consumo de agua de más del 49%.
“La eficiencia energética de CES se nota en el comportamiento interior de los edificios, en el confort. No sientes ni frío ni calor, es un confort muy especial. Si vas a la piscina lo vas a sentir”, afirmó el director regional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas Maule, Ervin Castillo.
El edificio -que cuenta con más de 1.900 metros cuadrados de superficie construida total- obtuvo 70 puntos de un total de 100 durante 2020, lo que le permitió alcanzar el nivel de Certificación Sobresaliente. “La certificación CES ha sido un tremendo paso en la calidad, el confort y la eficiencia de muchos proyectos. Nos pone muy contentos ser parte de esta misión, porque las nuevas generaciones tienen que vivir en edificaciones que no impacten en el planeta”, comentó José Antonio Espinoza, arquitecto de EBP Chile, entidad evaluadora CES.
Cambio climático
Durante la ceremonia de premiación, la presidenta del Colegio de Arquitectos, Jadille Baza, valoró el aporte de la certificación en la búsqueda de estándares de sustentabilidad en todas las edificaciones de uso público y el papel que cumplen los arquitectos en el proceso, incorporando las estrategias de sustentabilidad en los diseños. “Del registro de asesores CES más del 80% son arquitectos o arquitectas y en el caso de las evaluadoras CES el porcentaje llega a 70%. Esas cifras nos llenan de orgullo, pero también nos entregan una responsabilidad enorme. Celebramos a quienes se han acreditado y a quienes no lo han hecho, nos gustaría incentivarlos porque solo así podremos lograr edificios viables para los próximos 50 años”, señaló.
Según Jadille Baza, el cambio climático nos obliga -desde este momento y a 2030- a tener estándares que cumplan con lo necesario para poder mitigarlo. “En esa dirección, CES es una herramienta importantísima. Como Colegio de Arquitectos seguiremos comprometidos en visibilizar la certificación que refleja parte de la bella y compleja identidad climática y geográfica de nuestro país”, dijo.
En tanto, Gabriel Prudencio, jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía, ratificó el compromiso de seguir colaborando con la certificación CES y poder levantar edificaciones sostenibles en Chile, ya que son en estas donde las personas pasan la mayor parte de su vida.
El segundo lugar en la categoría Certificado se lo llevó la Escuela Los Troncos de Teodoro Schmidt, Región de La Araucanía, un proyecto de 360 m2, que destacó por su envolvente y diseño pasivo capaz de soportar los requerimientos climáticos del lugar. En tanto, el tercer puesto, lo obtuvo la Subcomisaría de Nonguén, ubicada en la Región del Biobío, logró que un 89% de la superficie tuviera condiciones para funcionar solo con iluminación natural.
Los mejores precertificados
El primer lugar en la categoría Precertificado, con 75 puntos, fue para la Sala Cuna y Jardín Infantil Pinocho de Temuco, proyecto mandatado por la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji). “Los educadores y los niños van a poder realizar sus actividades en espacios de óptima calidad ambiental interior, es decir, con alto estándar de luz natural, confort térmico, acústico y calidad del aire”, explicó Rodrigo Escobar, asesor CES de Serrago Consultores.
Para el arquitecto Fabián Morales, de Arquiferreira, el trabajo coordinado en este proyecto fue fundamental. “Sin las indicaciones de nuestro asesor en eficiencia energética y sin la relación tanto de la arquitectura como del resto de las especialidades no se logra llevar a cabo un proyecto que sea coordinado, que sea eficiente y que cumpla con todos los requisitos del sistema de precertificación CES”, afirmó.
Según Juan Pablo Orlandini, director regional de Junji Araucanía, contar con un espacio certificado a nivel sustentable, permite no solo asegurar que los niños asistan a establecimientos libres de contaminación, sino que, además, les brinda un confort térmico y ambiental acorde a sus necesidades y, desde, la educación inicial les ayuda a generar conciencia respecto del cuidado del medioambiente.
El segundo lugar en Precertificación se lo adjudicó el Centro Limnológico Araucanía de la Dirección General de Aguas; mientras que el tercer premio CES en esta categoría se lo llevó la Escuela Manzanar de Lumaco en la misma región.
La lista con los ganadores está disponible AQUÍ.
Por Paola Molina, presidenta de Certificación Edificio Sustentable (CES).
Hoy, con miras a poder seguir viviendo adecuadamente al 2050, en medio del innegable escenario de cambio climático, debemos no solo trabajar en mitigar sus consecuencias, sino también en planificar y desarrollar la adaptación a futuros escenarios, desde el sector de la construcción. Arquitectos, ingenieros, constructores, técnicos y operarios tenemos mucho que repensar y aportar a este gran desafío.
Nuestra industria representa el 40% del consumo de las materias primas a nivel mundial y es responsable del 34% del total de los residuos sólidos generados en el país. Asimismo, consume aproximadamente un 30% aprox. de la energía, pero, en el mundo, un 36%. A nivel local, genera un 30% de Gases de Efecto Invernadero (GEI), pero a nivel mundial, las emisiones de CO2 son equivalentes a un 39%. Además, el sector consume el 16% del agua del planeta.
Hasta hace poco estas crudas cifras no eran visibles. Pero, ahora que lo son, tenemos la obligación de mitigar el cambio climático, adaptarnos y mejorar la calidad de vida. Hasta ahora, generábamos externalidades con edificaciones que promedian temperaturas interiores fuera de los rangos de confort (19°- 26°C) en épocas de frío y calor, obligando a los usuarios a depender de equipos de calefacción y refrigeración cuando existen los recursos necesarios, y cuando no, obligan a transitar por la pobreza energética. Lo anterior, con un clima que en gran parte de nuestro país es bastante benigno, con una demanda de energía fácil de controlar, si ejecutamos un diseño que logre buenos estándares de calidad de ambiente interior.
Como arquitectos, debemos hacernos cargo de todas las externalidades al momento de diseñar y de disminuir la demanda de energía de la nueva construcción en al menos un 50% con miras a 2030 y del 50% de las emisiones de CO2 de todo el parque edificado para 2035.
Hoy contamos con herramientas como BIM, que facilitan la visualización de las externalidades y la integración de especialidades en fases tempranas de diseño; también con certificaciones nacionales e internacionales, que exponen los aportes en cada uno de estos aspectos; y otros que nos ayudan a mitigar y adaptar nuestros edificios al cambio climático, para mejorar la calidad de vida de sus usuarios.
Aprovechemos los beneficios de contar con Certificación Edificio Sustentable (CES), Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) y Calificación Energética de Vivienda (CVS); y, próximamente, de la Calificación Energética de Edificios de Uso Público (CEEUP), es decir, para edificios no residenciales. Adicionalmente, los Planes de Descontaminación Atmosférica (PDA) ya aplican la futura actualización a la Reglamentación Térmica en varias localidades y está vigente ya la Ley de Eficiencia Energética, que hará obligatorias las calificaciones energéticas.
Hagamos propio el Plan Nacional de Eficiencia Energética del Ministerio de Energía y la Estrategia de Economía Circular de la Construcción impulsada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Construye2025 y el Instituto de la Construcción (IC), con la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) como facilitador. Tomemos créditos verdes con tasas preferenciales para proyectos con certificaciones nacionales hoy ya existentes en el mercado.
Necesitamos acelerar y acrecentar la voluntad y determinación de los profesionales, técnicos y operarios del área, para avanzar con la mayor premura en la resolución de este desafío. No podemos seguir diseñando como si nuestros recursos naturales fueran infinitos. Tenemos una gran responsabilidad como arquitectos. Debemos tomarla ahora.
Conquistar al mundo privado, transmitir el valor de la herramienta y contribuir a la meta de la carbono neutralidad que se propone Chile serán los principales retos para la arquitecta durante su gestión como presidenta de CES.
La arquitecta Paola Molina, que ha formado parte del Comité Directo CES desde 2016, asume a partir de julio la presidencia de la Certificación Edificio Sustentable (CES), en representación del Colegio de Arquitectos, entidad a la que le corresponde este liderazgo durante el período 2021-2023.
Este es un desafío que -según dice la profesional- asume con un alto grado de compromiso. “Conozco la certificación desde antes de que naciera. He visto todas sus etapas y procesos a la fecha y creo que es una herramienta súper valiosa a nivel nacional, que permite levantar competencias vinculadas a la sustentabilidad, un tema puesto en la palestra tanto por la calidad de vida como de cara al cambio climático”, señala la nueva presidenta de CES.
Para Molina, quien también preside el subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción (IC), los mayores retos que enfrenta CES son lograr que se levanten edificios Net Zero y conquistar al sector privado. “Que entiendan que CES es una herramienta muy valiosa, que permite -desde el diseño- disminuir considerablemente las demandas de energía y mejorar la calidad de ambiente interior”, comenta.
Arquitectura y diseño van de la mano, a la hora de responder a las condicionantes relacionadas con el cliente, el clima y otros elementos importantes cuando se toma la decisión de levantar un muro, hacer una ventana o un techo. Paola Molina lo sabe bien y, en este sentido, espera que la reglamentación continúe actualizándose.
Mirando los estándares térmicos a nivel internacional, en todas las ciudades de Chile, se han impulsado planes de descontaminación que buscan generar una cultura sustentable, para desarrollar mejores soluciones constructivas. “CES es una manera de validar esas mejoras, de poder mostrarlas. La calidad del ambiente o la iluminación no son factores tan en la conciencia del usuario, ni las posibilidades que ofrece el diseño para manejar eso. Antes se privilegiaban más las terminaciones, pero no la calidad de ambiente interior”, explica la arquitecta.
Ahora, el objetivo es responder con la herramienta CES promoviendo las condiciones que se necesitan para avanzar hacia la carbono neutralidad, valorizando los edificios con balance energético. “La certificación tiene que ir abordando los incentivos, para que se vaya moviendo toda la industria”, señala Paola Molina.
Si bien las certificaciones internacionales han sido valiosas, en este sentido, al ir poniendo temas de sustentabilidad sobre la mesa, los estados de desarrollo de los países que los generan son diferentes. “Los climas son distintos, eso va generando barreras para lograr la eficiencia esperada. En cambio, las certificaciones nacionales están considerando parámetros sociales, ambientales, etc., a nivel local”, acota la nueva presidenta de CES, quien valora poder contar con un directorio que representa a todo el espectro público-privado, a la academia e industria, lo que aporta una visión amplia y vinculada a la realidad país. “Necesitamos certificaciones como CES, que ayudan con eso”, concluye.
En el área de la construcción están sucediendo notables avances en relación con la eficiencia energética, que de alcanzarse todos, mejorarán considerablemente en nuestro país la calidad de vida de las personas en sus viviendas, lugares de estudio y trabajo, aportando también ahorros.
Por: Paola Molina, directora y presidenta del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción (IC).
Con el sustento de destacadas competencias técnicas en algunas unidades del Estado y la academia, que aportan una visión de objetivos clara frente a los desafíos a mediano y largo plazo, y también con la creciente colaboración de la industria y distintas instituciones público-privadas que empiezan a avanzar y aportar en los desafíos que tenemos por delante; estamos frente a un escenario muy positivo que necesitamos consolidar frente a las actuales demandas sociales, económicas y ambientales.
Actualización de la Reglamentación Térmica (RT) 2021
A fines del año pasado, el Minvu hizo una consulta pública para actualizar la Reglamentación Térmica (RT) vigente desde el 2007, cuya base de actualización se sacó de un estudio desarrollado para el Minvu en el año 2013.
La RT del 2007 considera aislación en complejos de techumbre, muros, pisos ventilados y ventanas con estándares bastante básicos que han colaborado a la industria a introducir gradualmente parámetros de eficiencia energética en gran parte de la envolvente y en mitigar las patologías y la inconfortabilidad térmica. Pero la propuesta de actualización sube las exigencias, agrega componentes de puertas, sobrecimientos, superficies de ventana, orientación, infiltraciones, ventilación y condensación, lo que augura mejoras cuantificables en los resultados.
Hoy se espera su pronta aprobación después de 14 años, para poder garantizar, sobre todo en estos tiempos, condiciones positivas de habitabilidad para las viviendas nuevas de nuestro país, algo fundamental para subsanar a futuro la pobreza energética, lo que significa muchas horas al año sin un confort térmico, patologías en las murallas, enfermedades y altos costos en calefacción.
Pendiente queda para futuras etapas, abarcar las viviendas para paulatinamente ser actualizadas mejorando también sus estándares.
Es importante destacar que, en la actualización, además de viviendas, se incorpora edificios de salud y educación. Por su parte, los edificios de uso público gestionados por la Dirección de Arquitectura del MOP, ya cuentan con muy buenos estándares y resultados para la envolvente detallados en los TDR que exigen para sus licitaciones.
PPDA: Planes de Prevención y/o Descontaminación Ambiental
En el año 2015, el Ministerio del Medio Ambiente, ante la creciente problemática de la calidad del aire en muchas ciudades desde O´Higgins al sur y con colaboración del Minvu, ocupó el estudio elaborado en el Minvu el 2013, para aplicarlos como una medida efectiva para las ciudades con necesidad de descontaminación ambiental, creando los PPDA.
Los PPDA, al aplicar las exigencias de la propuesta de Actualización de la RT 2021, validan la capacidad de la industria y del mercado para asumir las nuevas exigencias a nivel de todo el país a través de la actualización de la RT. Además, año a año se incluyen más localidades, permitiendo avanzar hacia la descontaminación de cada lugar.
Ley de Eficiencia Energética
Por otra parte, en enero pasado salió la Ley de Eficiencia Energética la cual en aproximadamente 24 meses más, obligará a empresas constructoras e inmobiliarias y los servicios de Vivienda y Urbanismo, a través de sus artículos 3 y 4, a usar la Calificación Energética en todos los proyectos nuevos, inicialmente de viviendas (CEV) y en 48 meses se incorporarán los edificios de uso público, comerciales y de oficina a través de un sello que actualmente se encuentra en desarrollo, que será la Calificación Energética de Edificios de uso público (no residenciales).
La Calificación Energética es una etiqueta parecida a la de los electrodoméstico que muestra cómo se comporta la edificación energéticamente, destacándola con una letra y mostrando un porcentaje de ahorro frente a la misma vivienda, comparándola con las exigencias vigentes de la actual RT. Las letras van desde la A+ hasta la G; en la letra G se encuentran todas las viviendas construidas sin ninguna exigencia térmica, que son las construidas antes del año 2000, en la letra F están las que cumplen solamente con las exigencias de complejos de techumbre, y en la letra E las que cumplen con la actual Reglamentación Térmica. Las viviendas que cumplan con la futura actualización de la RT estarán cercanas a las letras C y D que ya garantizan un adecuado ahorro y calidad del ambiente interior, desde la letra B hacia arriba, se consideran viviendas con un alto propósito de eficiencia energética y con un poco de más de costos asociados para lograr dicho propósito.
Lo importante de esto es que en 24 meses más, gran parte de las personas que vayan a comprar una vivienda, podrán tener un sello objetivo a la vista, que les permita comparar y ver cuál de las opciones de compra es la más conveniente en relación a su eficiencia energética desde el diseño y de sus equipos de clima, destacando el ahorro energético que implica viviendas con una mejor letra y mejor porcentaje de ahorro, influyendo positivamente en la decisión de compra.
Es importante comentar que para que la actual Ley de Eficiencia Energética logré cumplir su propósito de impulsar adecuados estándares en todas las edificaciones a nivel nacional, es fundamental que se tramite pronto la Actualización de la Reglamentación Térmica 2021, sino el piso con la actual reglamentación será muy bajo para avanzar hacia mejores estándares de calidad de vida y ahorro de energía.
Fuente: Preservar