Por Francisca Pedrasa, presidenta de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).
Ya han pasado 14 años desde el 27F, evento en el que como gremio una vez más vimos nuestros diseños estructurales puestos a prueba, debido a una de las amenazas de la naturaleza preponderante en el diseño estructural en Chile, el sismo.
Es así como pudimos apreciar, gracias al compromiso inequívoco de las y los ingenieros frente a la importancia de un evento de esta magnitud, cómo nos pusimos en marcha, trabajando en terreno, apoyando a las autoridades y de la misma manera, analizando y revisando cómo podíamos mejorar nuestras normativas para evitar, aunque el porcentaje fuese menor, el impacto en cada estructura frente a un fenómeno como el sismo.
Fue un trabajo intenso que dio como respuesta a un año del 27F los decretos supremos D.S. N° 117 y 118, que generaron una mejora en la seguridad y funcionamiento de nuestras estructuras, a través de nuestros requerimientos normativos. Sin embargo, estos procesos tienen siempre una segunda mirada de calibración y realidad y con las aguas más tranquilas, a fines del 2011 se efectuaron correcciones derogando estos decretos y generando los decretos, hoy en uso, D.S. 60 y 61, que complementan o reemplazan las normas NCh 433 y NCh430 respectivamente. Estos incorporaron el concepto de confinamiento en las puntas de muros, que producto de las experiencias vividas en eventos sísmicos anteriores y la realidad del estado del arte del momento de la eventos (año 1985, sismo Valparaíso, no existía una edificación masiva en altura y poca esbeltez de muros) nos hizo visible la importancia de este requerimiento, así como fue evidente para el sismo del 27F a las edificaciones existentes.
Es muy tranquilizador saber que los ingenieros civiles estructurales chilenos cuentan con los conocimientos y las capacidades, no sólo en el desarrollo de su profesión, sino que, además, enfrentamos eventos como el 27F, realizamos análisis y actualizaciones normativas y estamos a la vanguardia mundial respecto al desarrollo de la profesión. Es así como el concepto del diseño por desempeño, la actualización de la norma sísmica de estructuras industriales, entre muchos otros, son desafíos que siguen en curso por parte de los profesionales de nuestro gremio.
Estos años, a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Ministerio de Obras Públicas, el Instituto Nacional de Normalización, el Instituto de la Construcción y la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales, entre otros, el país ha continuado generando normativa que ha mejorado la estandarización y asegurando el comportamiento para elementos estructurales que han incrementado su visibilidad en la última década, como son los prefabricados, materiales como madera y los requerimientos para la industrialización de la construcción, así como el uso de los residuos de la construcción, que es parte del hoy respecto a sustentabilidad y el cambio climático.
Como gremio, estamos despertando a una realidad diversa, donde somos uno más de los actores relevantes, pero debemos ser capaces de sumarnos a la inmensa variabilidad existente en nuestros proyectos.
Desde 2010 a la fecha, el cambio climático se ha agudizado y nos ha enfrentado a nuevos y mayores desafíos, nuestras estructuras son parte de un conjunto de proyectos que acompañan a una ciudad y sus habitantes y las amenazas de la naturaleza son cada día más inclementes. En estas nuevas crisis es donde vemos cómo debemos continuar aportando, incorporando a nuestras normativas requerimientos que antes no eran parte del diseño estructural, como son el transitar en requerimiento de proyecto a requerimientos de barrios y éste a urbanización y, posteriormente, a una comuna y a la ciudad.
Estas son conversaciones que ya están transitando en nuestros especialistas y posiblemente veamos cómo en los años venideros habrá requerimientos normativos. Así como está la colindancia entre estructuras para evitar el choque de edificios en un sismo, se incorporará el concepto de distanciamiento a bosques o franja de seguridad incluidas en los drenes de evacuación de aguas lluvias y la definición, además de los ya requeridos estanques de agua de reserva, se exigirá también estanques de mitigación de incendios.
La resiliencia de nuestros proyectos está unida a la resiliencia de la ciudad, ya que probablemente la condición directa que más afecte a la mayor cantidad de estructuras en Chile es el sismo, pero esto no asegura que las amenazas de la naturaleza detengan su efecto frente a eventos de gran magnitud que correlacionan los proyectos y la ciudad, inundaciones, incendios, entre otros.
Esto nos presenta un desafío como profesionales y como gremio, que implica hacernos parte de los equipos y aportar todas nuestras capacidades por el bien de un proyecto y sus habitantes.
Fuente: AICE
Disminuir pérdidas de acero, aminorar los plazos de entrega y evitar sobrecostos, son solo parte de los beneficios que ha visto la oficina chilena Spoerer Ingenieros, al asegurar la integración temprana. Las ventajas de esta forma de trabajar ya la han probado en Chile y en Perú.
Spoerer Ingenieros, oficina de cálculo con más de 30 años de experiencia, nació con una cultura de innovación, gracias al ejemplo de Eduardo Spoerer, quien ya en 1979 trajo a Chile una cinta de computador para realizar análisis tridimensional de edificios.
Para aumentar la productividad, una de las máximas que expresa Rodrigo Pérez, gerente de Proyectos de Spoerer Ingenieros es: “tenemos que hacer las cosas distinto, hay que innovar y para ellos, debemos tener un propósito”. Para él, la motivación es tener la certeza de que “el proyecto siguiente que estoy realizando en la empresa es mejor que el anterior y saber que el que viene es mejor que el actual”.
Con estos valores, tomaron la decisión de incorporar BIM en sus procesos, con el objetivo de mejorar la calidad del proyecto y aumentar la productividad, además de estandarizar los procesos en el área de ingeniería, a raíz del cambio normativo que se produjo a partir de 2010.
¿Cómo lo hicieron? “Tuvimos que innovar, contratando a dos ingenieros estructurales que solamente se dedicaron al proyecto, no en edificios ni estructuras, sino que solamente dedicados a generar desarrollo”, cuenta Pérez.
El proceso fue progresivo, primero comenzaron con un grupo de dibujo, capacitándolos en BIM, para luego avanzar con un segundo grupo y así sucesivamente, lograron hacer el cambio en toda la oficina. “Esto es muy importante, la innovación tiene que ser progresiva, no podemos pretender cambiar, de un día a otro, la forma de trabajar que tenemos desde hace años”, dice el gerente.
En el área de ingeniería, el cambio también fue progresivo. Desde un programa de diseño de fundaciones, pasaron a los muros, vigas y losas. Hoy, “logramos tener una plataforma transversal, que usan todos los ingenieros, que estandariza el proceso de diseño y es una tranquilidad para mí, como socio de la oficina, y también para mis clientes, que el diseño del proyecto no depende de la mano del ingeniero, sino que hay un estándar”, precisa.
Los resultados han sido notorios: “un aumento productivo del 10% en la oficina. Eso lo comprobamos con los metros cuadrados que lográbamos entregar en el año en las ‘horas hombre’ que nos dedicábamos”, explica.
Asimismo, la consecuencia de esta innovación fue instaurar una cultura de innovación en la oficina que se mantiene intacta y es así como crearon BTD “BIM Technology & Design”, un spin-off de su Departamento de Desarrollo, que tomó vida propia. Hoy asesora a otros proyectos que no son necesariamente de Spoerer, a constructoras para aumentar la productividad.
Disminución de sobrecosto
BTD tiene varios casos de éxito, que demuestran las eficiencias que genera el uso de la metodología BIM, con números concretos de aumento de productividad.
“Tenemos este proyecto SERVIU en Arica , en el que participó la constructora Salfa y BTD, nuestro spin-off. Está ubicado en una ladera de cerro y todo lo que se ve en colores, entre los condominios, son muros de contención, rampas, escaleras, que tienen un impacto enorme en el costo de los proyectos con pendiente. A poco de iniciar la obra, la constructora se dio cuenta que la topografía que había utilizado el arquitecto no era la definitiva, nos llamaron, hicimos un levantamiento rápido, presentamos propuestas, nos dimos cuenta de que muros de contención que estaban proyectados de 1m, necesitaban una altura de 4m y así otros muros que estaban proyectados, no se necesitaban”, cuenta el profesional.
Afortunadamente, gracias a la coordinación BIM, lograron evitar un sobrecosto de 5.600 UF, dos meses de aumento de plazo y 16% del incremento en la partida de muros de contención. “Si bien aquí no se hizo integración temprana, se realizó la coordinación BIM tardía, pero se hizo, hoy la constructora Salfa tiene claro que no puede hacer un proyecto sin integración temprana y sin coordinación BIM”, reflexiona Rodrigo Pérez.
Disminuir las pérdidas de acero
Gracias a que Spoerer pudo incorporar este estándar en el área de ingeniería, les fue posible colocar toda la armadura en el modelo Revit. De esta manera, Imagina, en su proyecto “Mon Amour”, contrató los servicios de BTD y unió todo el proceso de pedido de acero y de despacho con la empresa American Screw, a través de BTD, compañía que coordinaba el proceso.
Entonces, todo se inicia cuando la constructora define los ciclos, le entrega la información a BTD, que revisa los pedidos de fierro y envía, en el lenguaje de la máquina desde el modelo Revit, a la planta de corte de acero. El pedido se prepara, se dobla, se empaqueta, se etiqueta y es llevado a obra. En terreno, “tenemos una persona una persona dedicada sólo a este proceso está esperando los pedidos, los pesa, verifica su completitud y los ordena, hay un tema logístico, dejando los paquetes que primero van a ocupar en la posición superior para evitar horas de grúa”, cuenta Pérez. Y precisamente, “son estos pequeños detalles los que a veces tiran al suelo la innovación, tenemos que preocuparnos de la logística. La constructora hoy está con muchas tareas y necesitamos, aparte de entregarles la tecnología, acompañarlos, por lo menos, en los primeros dos o tres proyectos”, agrega.
Con ello, la constructora pudo disminuir sus pérdidas de acero, que venían en torno a 7% y 8%, a solo 1,1%. Además, este proyecto pudo adelantar el plazo en 25 días. Otro aspecto destacado es que dado que el acero provenía desde Revit, no hubo consultas a cálculo, no hubo atrasos por RDI y lograron rendimientos que son muy buenos para el sector: 2.400 m2 al mes y 160 m3 semanales para un edificio en los últimos cinco pisos.
“Hoy, Imagina ha incorporado esta herramienta en todos sus proyectos y usa este proyecto en comparación con los demás, por los rendimientos que se han alcanzado y así han seguido, en la cultura innovadora, incorporando las mallas electrosoldadas y otro tipo de innovaciones. Así que, creemos que están en el camino correcto”, considera el ingeniero.
Integración temprana
El tercer caso de éxito se relaciona con integración temprana parcial de cálculo. “Es un proyecto que empezamos hace varios años con Boetsch, ellos nos sentaron en una mesa de trabajo donde discutimos, junto a arquitectos y constructores, cómo hacer las cosas de mejor manera. Hoy están dando sus primeros pasos en BIM y esta instancia colaborativa ha sido fantástica”, comenta el gerente de Spoerer.
De esta manera, en una primera etapa de integración temprana, el área de cálculo conversaba con arquitectura, aportando ciertos conceptos que permitían optimizar el proyecto. Por ejemplo, identificar un voladizo que va a generar un sobrecosto o un muro de contención que quizás el arquitecto no había visto. Luego, en una segunda etapa, se incorpora el constructor, profesional que con toda su experiencia de proyectos anteriores, va generando optimizaciones. Finalmente, Spoerer aporta desde su experiencia respecto a la estructura y cómo hacer un edificio más simétrico, más regular, que va a impactar, lógicamente, en el costo total del proyecto.
Gracias a un desarrollo de BTD, tienen la capacidad de diseñar y enfierrar virtualmente un edificio en un par de días. “Con eso, podemos evaluar distintas alternativas de estructuración en una etapa temprana y entregarle al cliente cubicaciones de acero y hormigón, el que puede tomar la mejor decisión en base a estos datos”, enfatiza.
Como señala Rodrigo Pérez, es fundamental realizar la integración temprana en una etapa anterior al desarrollo de la ingeniería de detalle, cuando la arquitectura no esté cerrada, porque si la arquitectura ya está cerrada, no tienen herramientas para buscar innovaciones y aportar una ingeniería de valor.
“Gracias a este proyecto, logramos evaluar en el Conjunto Parque Los Reyes, la torre 1C y 1B con 8 a 10 modelos. Así, en aproximadamente un mes, logramos un ahorro en material de 3.500 UF y en un segundo caso, 2.859 UF. Esto ha sido muy valorado por la inmobiliaria”, cuenta.
Para alcanzar hacer esta integración en todos los proyectos, se necesita que el ingeniero ingrese en la etapa inicial, junto con adelantar un mes el proceso de integración temprana, “de modo que cuando comiencen a hacer los proyectos definitivos, ya exista una optimización”, asegura Pérez.
Contratos colaborativos
El cuarto caso de éxito es el de las Escuelas Bicentenario en Perú, que se convirtió en el primer proyecto en ese país para Spoerer Ingenieros. “Ha sido una muy buena experiencia trabajar con una integración temprana total, bajo el alero de un contrato NEC y con un alto nivel de BIM. La integración temprana se dio desde el día uno, trabajando en una nube colaborativa con todos los demás actores: arquitectos, sanitarios, eléctricos, la constructora, el área de costos de la constructora”, detalla el profesional.
Dado que este proyecto es con precio objetivo, Spoerer iba modelando el hormigón, colocando fierro y los encargados de costos, iban teniendo las primeras cubicaciones y los costos para ir proyectando el precio objetivo.
Posterior a eso, se generaban reuniones semanales con la contraparte de ingeniería: el supervisor, quien generaba las instancias técnicas para garantizar la buena calidad del proyecto.
Pérez comenta sobre los resultados de una de las escuelas del paquete 4, compuesto por 11 colegios. En total, son 100.000 m2 aproximadamente y la escuela tiene 7.800 m2. “Pude ver en terreno cómo lograron construir cinco edificios, de tres y cuatro pisos, en algo más de dos meses, con rendimientos extraordinarios: 350 m3 de hormigón a la semana y 3.100 m2 al mes. Ellos utilizan BIM para planificar todos sus ciclos con una serie de actividades rítmicas con los equipos bastante definidos y lo que me llamó mucho la atención, es que el PEIP (Proyecto Especial de Inversión Pública) iba todas las semanas a visitar la obra y les exigía los KPI. Eso es parte del contrato NEC, es decir, que el mandante esté presente en la obra, pidiéndote resultados, midiendo tu avance, eso me pareció extraordinario”, relata.
Y añade: “esto es integración temprana total, es contrato NEC, es alto nivel de BIM y números exitosos. Entonces, si tres empresas de ingeniería chilenas: Flesán, Difai y Spoerer trabajando en Perú logran estos números. Entonces, ¿por qué no lo podemos hacer acá en Chile? Yo creo que estamos muy cerca de eso”, reflexiona.
Y además, “lograron una disminución de costo de mano de obra de 17% y 20 días de plazo, eso es productividad, porque este tipo de contrato incentiva la innovación”, puntualiza.
Finalmente, señala que “es fundamental incorporar contratos colaborativos como NEC que mejoran la confianza, reparten los riesgos entre contratista y mandante, fomenta la innovación, como lo vimos acá en Escuelas Bicentenario, y además, centra el objetivo en el éxito del proyecto”.
En su 15° Congreso Anual, realizado en Coquimbo, la AICE reunió a sus socios, estudiantes y profesionales afines, para actualizar los conocimientos técnicos e institucionales en torno al manejo de desastres y los cambios que se vienen para la disciplina. En la misma instancia, se entregó el premio Ingeniero del Año 2022.
Luego de dos años de pandemia, la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) volvió a la presencialidad en regiones, en la ciudad de Coquimbo, con su 15° Congreso Anual, realizado en el Enjoy de Coquimbo el 14 y 15 de octubre.
Por la naturaleza de su profesión, los ingenieros estructurales están propensos a vivir catástrofes diversas y deben estar preparados para ellas. Dadas las características de Chile, los mayores desastres naturales se han producido por la alta sismicidad que caracteriza al territorio, “pero también en los últimos años se han intensificado los incendios, inundaciones y otros fenómenos menos usuales, incluyendo vientos y desastres causados por la acción humana, como los actos vandálicos, que han hecho caer varias edificaciones”, comentó Ian Watt, presidente de la AICE.
Por ello, con el lema “Manejo de Desastres en Ingeniería Estructural”, los profesionales se pusieron al día con la gestión de riesgos de desastres, en la misma ciudad que los recibió hace 12 años.
“Es importante que nos sumemos a la investigación, la innovación y la planificación de los riesgos, para lograr mejores resultados en los desastres naturales que ya están ocurriendo hoy y los que vendrán en el futuro. Desde un punto de vista más técnico, es relevante estar actualizados con el nuevo conocimiento que surge”, añadió Watt.
Una de las charlas que apuntaban a esta actualización la dio Rubén Contador, director regional de ONEMI Coquimbo, quien expuso acerca de la nueva legislación de riesgo de desastres en Chile, que parte el 1 de enero de 2023. “Fundamentalmente el hecho que la nueva legislación crea una estructura de coordinación a través de los comités, un sistema nacional y un servicio nacional para enfrentar las emergencias, desastres y catástrofes, y como organismo del Estado que está a cargo de las emergencias, consideramos que la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales debía conocer la legislación para utilizarla en situaciones de emergencia de tipo estructural”, precisó el director regional, refiriéndose al Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SINAPRED) y al Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED). Este cambio implicará la contratación de alrededor de 60 profesionales, que sean capaces de absorber la nueva carga, que consistirá en la revisión de planes que hasta ahora no estaban sometidos a un control de eficacia, de acuerdo con Contador.
Asimismo, basado en una larga experiencia en riesgos geológicos, tanto en Nueva Zelanda como en Chile, Brent V. Alloway, profesor adjunto del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, destacó los hitos comunes que ambos países comparten con respecto a los peligros naturales, así como también se refirió a nuevos desarrollos integradores que simulan y modelan una gran gama de estos peligros, considerando su impacto en las comunidades y en la infraestructura crítica.
Instrumentos para análisis y respuesta
En la segunda jornada del congreso, Claudia Galaz, coordinadora de Preparación para la Respuesta ante desastres del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), abordó los aprendizajes, avances y desafíos en materia de respuesta ante desastres desde el último gran evento ocurrido en Chile el 27 de febrero de 2010, con énfasis en el procedimiento y criterios para la evaluación de daños en viviendas.
“En el último terremoto, nuestros edificios tuvieron una respuesta bastante buena, no así la respuesta institucional ante el desastre y el sector vivienda no estuvo exento de eso; no teníamos una ficha, para que se evaluaran daños por parte del municipio, del Serviu, de las universidades, aseguradoras. Se evaluaron dos, tres, cuatro veces las casas y no salía un catastro de vivienda”, contó Galaz.
Como parte de la nueva institucionalidad que incluye al Minvu, después del resguardo de la vida y salud de las personas, “probablemente la vivienda y la habitabilidad es una de las mayores preocupaciones de quienes han sido afectados por un desastre, es por ello que el Minvu ha definido un Plan de Respuesta Sectorial ante desastres, así como Planes de Respuesta Operativa a nivel regional, con el propósito de atender a la ciudadanía afectada de forma oportuna y pertinente, de modo de comenzar la recuperación y reconstrucción habitacional lo antes posible”, puntualizó la profesional.
De esta forma, la arquitecta destacó el último lineamiento sobre la evaluación de edificaciones en altura afectadas por sismos y el uso de herramientas tecnológicas, tales como aplicaciones móviles, drones, plataformas de gestión de datos y paneles de reportería, que permite contar con información de la evaluación de daños en tiempo real y desde pocas horas o días desde ocurrido un evento destructivo, lo que impactará en que las familias afectadas puedan comenzar a recuperar la habitabilidad de sus viviendas en un tiempo mucho menor.
Por su parte, Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional (CSN), precisó que hoy la red de monitoreo tiene tres componentes: 108 estaciones completas, 128 GNSS para estimación rápida de desplazamientos y 295 acelerógrafos para propósitos de ingeniería civil (instalados por el Minvu y ONEMI), ubicados entre Visviri, por el norte, y Puerto Williams, por el sur. De esta manera, se puede caracterizar el sismo en menos de cinco minutos, que es lo más difícil de hacer.
Así, “más del 95% de los instrumentos de la Red Sismológica Nacional está funcionando correctamente, grabando la información” y “si ocurre un terremoto de magnitud 7 o superior, en cualquier parte del país, tenemos un plazo de 20 días para recoger la información de los acelerógrafos y ponerla a disposición del público, para que puedan analizar esos datos a la brevedad”, sostuvo, agregando que la tarea del CSN en estos momentos es poner estos aparatos en tiempo real, puesto que cuando les fueron entregados, se hizo de manera offline.
“La relación que existe entre la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales y la labor que nosotros realizamos es de mutuo interés. Lo que nosotros podemos proveer como datos y señales para el mejoramiento de la manera de cómo se incorporan las nuevas metodologías al trabajo de la AICE es de beneficio mutuo para ambas partes”, acotó el director del CSN.
A través de la charlas de los ingenieros Ramón Verdugo, Leopoldo Breschi y Mario Lafontaine, se mostraron casos prácticos de desastres observados en distintas industrias: desde el área minera y de infraestructura hasta la edificación, de los cuales, el gremio ha aprendido importantes lecciones, tanto desde el punto de vista técnico como de gestión.
Al cierre del congreso, Felipe Rivera, ingeniero civil en construcción de la Pontificia Universidad Católica de Chile y estudiante de doctorado en la University College London (Reino Unido), puso en carpeta la discusión sobre qué hay más allá de la provisión técnica de seguridad sísmica y de qué manera la ingeniería estructural puede contribuir a desarrollar ciudades más justas. Con su presentación, abordó aspectos multidisciplinarios del desarrollo, aplicabilidad y cumplimiento de las normas de construcción, y las prácticas de gobernanza para la gestión y reducción del riesgo de terremotos y desastres. Con ello, invitó a avanzar hacia una mirada más amplia en la gestión de riesgos, que considere la integración del Estado, de los privados, de la academía y de la comunidad, en pos de tener una respuesta más eficiente y equitativa frente a la ocurrencia de desastres.
Ingeniero del Año 2022
Los socios de AICE eligieron este 2022 como Ingeniero del Año a Gonzalo Santolaya De Pablo, profesional con más de 40 años de experiencia, fundador y gerente general de Santolaya Ingenieros Consultores.
“El futuro no sería posible sin el legado de quienes tanto han aportado en sus carreras profesionales, en particular a quienes son destacados en cada congreso como Ingeniero del Año”, manifestó Ian Watt, antes de dar a conocer este premio.
Gonzalo Santolaya agradeció a la directiva de la AICE. “Debo reconocer que no me lo esperaba y tuve una linda sorpresa con esta noticia”, reflexionó. Y también agradeció “haber sido reconocido por mis pares y que se premie tanto a ingenieros que hemos trabajado toda la vida en ingeniería práctica, en oficinas de proyectos, como a quienes lo hacen en la parte académica e investigativa, con quienes muchas veces tenemos miradas distintas de cómo hacer ingeniería, pero sabemos que todos, cada uno desde su trinchera, colaboramos para engrandecer la ingeniería estructural en nuestro país, lo que hemos logrado con creces, siendo hoy reconocidos mundialmente por ello, como quedó demostrado el 27F, sin duda la mayor prueba que hemos tenido esta generación de ingenieros”. Y agregó: “Este premio lo comparto con todas las oficinas de ingeniería de proyectos, similares a la nuestra”.
Fuente: AICE
Con el conversatorio “Impacto y futuro de la industrialización”, la AICE y el CCI iniciaron un trabajo conjunto para la difusión de la construcción industrializada, que impacta en la productividad de la industria.
Con integración temprana, desde la etapa de diseño, el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), junto a la Asociación de Ingenieros Estructurales (AICE) están empujando el fortalecimiento de la industrialización, luego de reuniones sostenidas entre la presidenta del CCI, Tatiana Martínez, y su vicepresidente, Milton Vicentelo, y el presidente de AICE, Ian Watt.
De esta manera, la AICE y el CCI organizaron el conversatorio “Impacto y futuro de la industrialización”, que contó con la participación de Karina Díaz, de Axis DC (socia del CCI); Andrés Larraín Contador, de Alfonso Larrain y Asociados Ltda. (socio AICE); Marcos Brito, gerente de Construye2025 y director del CCI, junto a Milton Vicentelo, vicepresidente del CCI y socio de AICE.
Estas acciones de relacionamiento con actores clave de la industria obedecen al impacto que generan las decisiones de diseño en etapas tempranas y su efecto en la eficiencia y la productividad, cuando se incorporan soluciones constructivas industrializadas. “Aún tenemos mucho por hacer e introducir en la industria local, pues la construcción industrializada parte desde la etapa de diseño. Por lo tanto, la vinculación del CCI con estas organizaciones de Chile es fundamental”, afirmó el vicepresidente del CCI, Milton Vicentelo.
Actualmente, el CCI cuenta con la red de construcción industrializada más grande de Latinoamérica en la que se ha logrado una participación transversal de empresas, organizaciones privadas, entidades de gobierno y la academia. “En el CCI estamos trabajando en articular actividades con más gremios y organizaciones de la industria de la construcción, porque estamos convencidos de que industrializar la construcción en Chile se logrará trabajando de manera sintonizada y en conjunto con todos los actores”, añadió Vicentelo.
Reducción de 50% en el plazo
De esta manera, Karina Díaz Cáceres, administradora de obra de AXIS Desarrollos Constructivos, hizo una evaluación de beneficios y consideraciones en el uso de soluciones industrializadas.
AXIS DC es una empresa lleva más de 30 años en el mercado y sus principios son la innovación, la colaboración, la sustentabilidad y las industrializaciones. Comenzaron a utilizar baños prefabricados ante la falta de mano de obra y hoy ya han instalado más de 1.246 PODS a lo largo de Chile y los están incluyendo en la mayoría de los proyectos habitacionales.
También trabajan con vigas prefabricadas, pilares prefabricados, muebles prefabricados que se utilizan en las viviendas, escaleras prefabricadas y puertas precolgadas.
En la urbanización, tienen cámaras prefabricadas que son instaladas con cámaras de válvula, cámaras con banquetas listas. Suman viviendas y edificios prefabricados en Metalcon completamente.
¿La prefabricación es industrialización? “En una construcción tradicional, la prefabricación se ve en un escenario complejo. Mientras que en una construcción industrializada, estaría en un entorno adaptado para su mejor resultado, con procesos eficientes, con flujos continuos, optimización de la mano de obra, nuevas tecnologías, etc., lo que permite una mayor seguridad y, por lo tanto, calidad”, precisó Karina Díaz, quien agregó que “las viviendas se hacen completamente prefabricadas, muros, losas, cerchas, paneles de cubierta, desarrollándolas en las ciudades de Punta Arenas, Puerto Varas y Puerto Montt”.
Todos estos procesos contienen sus mapas de proceso, secuencias constructivas, desarrollos de BIM para la producción de paneles y optimización de materiales. AXIS DC cuenta con un taller centralizado de prefabricado. “En primera instancia, era solo de Metalcon, pero ha ido mutando en el tiempo. Ahora tenemos un segundo taller que abastece las obras de Puerto Natales”, sostuvo la profesional.
La prefabricación les ha permitido una gran reducción de los plazos. En el caso del proyecto de Inacap Temuco, lograron reducir en un 22% el presupuesto inicial y en un 50% el tiempo de plazo. En cada proyecto buscan utilizar nuevas tecnologías: digitalización y automatización de diversos procesos. Asimismo, Díaz contó que han desarrollado una metodología de industrialización, donde van marcando los distintos pasos que deben hacer para lograr optimizar los procesos.
Para finalizar, la administradora de obra señaló que los cuatro pilares fundamentales para lograr la industrialización en la obra son: industrialización de procesos constructivos (analizar el proceso a realizar); logística de bodega (tener un apoyo logístico); Last Planner (procesos de apoyo), y la gestión de residuos, que ayudan a la sustentabilidad de la empresa.
Integración temprana
Andrés Larraín, jefe de proyectos de Alfonso Larraín y Asociados Ltda., expuso sobre integración temprana de soluciones industrializadas en ingeniería estructural.
“La integración temprana está enfocada en la disminución de costos directos e indirectos como reducción de plazos y mano de obra. También permite menores pesos que inciden en la sismicidad de la estructura y su análisis”, afirmó Larraín.
Se refirió a la experiencia de uso de soluciones de mallas dúctiles prefabricadas (A630S) en muros de hormigón armado de edificios, destacando las fortalezas: “solución industrializada que aumenta la productividad de la obra debido a su velocidad de ejecución. Mallas fabricadas en acero dúctil, mallas estandarizadas por ACMA por cuantías más usuales; sin embargo, se pueden hacer a la medida”, sostuvo.
En el marco normativo, existe una discusión en la NCh430 sobre la A630S. Si bien no están prohibidas por el ACI318, existen ciertas restricciones para muros especiales en zona crítica, losas o diafragmas de atrancamiento, donde exista en losas un acoplamiento sísmico de muro, fundaciones donde pudiese haber fluencia por sismo. “No obstante, se pretenden hacer ensayos para levantar estas restricciones”, expuso.
Larraín habló también sobre soluciones de hormigón con uso de fibras para reemplazar mallas de corte (cuantía mínima) en viviendas de hormigón armado, cuyo mercado objetivo son estructuras de 2 pisos de hormigón hasta 5 pisos, que cumplan el decreto DS60. Sobre el Termomuro, muro térmico de hormigón armado, para el diseño de viviendas (Melon-Covintec-Peri), afirmó que “consiste en el producto Covintec enchapado por dos capas de hormigón, entre cuyas fortalezas destacan tener un diseño sísmico y es un aislante térmico”, precisó.
Como criterios de diseño, explicó que en viviendas de 2 pisos, generalmente controlan esfuerzos mínimos en los muros. En mecanismos de falla, aunque sean mínimos, conviene utilizar resguardarlos con malla.
Sobre las Losas alivianadas con sistema de esferas o discos de plástico (Voided Slabs), Andrés Larraín indicó que la ventaja es que “permiten con menor inercia y menor espesor, cubrir luces más grandes. Al tener menos peso la losa, ayuda a que la estructura sísmicamente sea menos vulnerable. No obstante, tenían dudas sísmicas de la aplicación en cuanto al cumplimiento de diafragma de este tipo de losas. También cuenta con aislación térmica y acústica”.
“Tras ensayos de laboratorio, se demuestra que las losas logran transmitir hacia conectores y elementos verticales. Es recomendable identificar losas de altos esfuerzos sísmicos para utilizar losas macizas. El menor peso de la estructura permite un menor costo global, no solo de la losa, sino que de toda la estructura”, concluyó.
Un desafío de productividad
Por su parte, Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo, y director del CCI, afirmó que “se busca una industria más sustentable y competitiva, para mejorar nuestro propio estilo de vida”.
Por ello, hay un desafío en la productividad, basado en la industrialización, planificación y la transformación de la industria de la construcción.
“Construye2025 se basa en el nulo crecimiento de la productividad en la construcción en Chile. Esto se traduce en un ejemplo: con una misma mano de obra, se construye un edificio de 13 pisos, mientras que en un país desarrollado, se construye uno de 19 pisos”, manifestó.
A su juicio, hoy las principales brechas en el sector son la baja coordinación de los distintos agentes: “cada eslabón de la cadena hace su parte y se pasa al siguiente”, el bajo nivel de capacitación y certificación, un marco regulatorio y normativo por mejorar, y que la industrialización y prefabricación de productos es baja.
“En este esquema, el programa desarrolló en el 2016 el Plan de Industrialización “Construcción Limpia”, que agrupaba brechas y soluciones, y una de las principales recomendaciones era crear un grupo de trabajo que pudiera hacerse cargo de esto”, dijo.
De esta manera, se creó el Consejo de Construcción Industrializada, que hoy cuenta con tres grupos técnicos de trabajo.
“La industrialización no es solo fabricar, sino que también hay que tener todo un sistema para que este modelo funcione”, ratificó, puesto que el objetivo es pasar de un país actual “artesanal” a un país más ordenado y estandarizado, tal como se fabrican los autos.
“Con esto se busca mejorar el tiempo y productividad, valor y calidad y también mejorar en los ámbitos de seguridad y de generación de residuos, que nos ha costado años modificar”, precisó Brito.
En ese sentido, comentó que Chile está avanzando rápido en la masificación de la construcción industrializada. “En el CCI estamos trabajando en cuantificar la representación de la construcción prefabricada en el sector y cuáles son las ganancias que se están teniendo. La idea es conocer al detalle qué es lo que se gana y cómo cambia el modelo económico para poder invertir en esto y así poder, por un lado, solucionar el déficit habitacional, y por el otro, romper con el estancamiento de la productividad y lograr ser el sector más productivo de Chile como se han propuesto”, señaló.
Fuente: AICE
El 15° Congreso Anual de AICE se realizará el 14 y 15 de octubre, de manera híbrida, con un énfasis en el manejo de desastres en ingeniería estructural.
Estar al día en los avances técnicos y científicos, en las políticas estatales de reducción de riesgo, así cómo entender los puntos vulnerables dentro del diseño estructural, permiten tener una mirada integral del tema y una respuesta más eficaz ante los desafíos a los que la sociedad se enfrenta día a día. Con ese fin, la AICE está organizando su 15° Congreso Anual, enfocado en el manejo de desastres en ingeniería estructural.
Esta temática “obedece a la necesidad de abordar todos aquellos aspectos referentes al manejo de desastres que son importantes de conocer para lograr un mejor desarrollo de nuestra disciplina”, dice Marianne Küpfer, directora de AICE.
Y es que ante la ocurrencia de un desastre se pueden ver afectadas obras de infraestructura y edificaciones que albergan distintos servicios, industrias o personas. “Esto conlleva un problema para toda la sociedad, pues implica costos por reparación, por habilitación de albergues, por pérdida de capacidad productiva, por pérdida de conectividad, por interrupción de servicios, entre otros. Por ello, la ingeniería estructural juega un rol importante al buscar en forma permanente mejorar la respuesta de las edificaciones en casos de ocurrencia de estos desastres”, explica la profesional a cargo del congreso.
Precisamente en Chile, esta temática se vuelve relevante frente a las distintas emergencias que se han vivido en todo el territorio nacional. “Legalmente, los ingenieros estructurales deben responder por sus diseños y, por lo tanto, por los daños que se pueden presentar, incluido el colapso parcial o total de una estructura”, dice Küpfer.
En ese sentido, un desastre puede desatarse no solo por un fenómeno de la naturaleza, sino también por el ser humano. “De ahí la importancia del cuidado que se ha de tener al realizar un diseño, tanto desde el punto de vista del cumplimiento normativo, de aplicar buenas prácticas, de estar atentos al estado del arte y a la calidad de ejecución de los proyectos”, precisa la profesional.
Dada las características de Chile, los mayores desastres naturales se han producido por la alta sismicidad que caracteriza a nuestro territorio, pero también en los últimos años se han intensificado los incendios, inundaciones y otros fenómenos menos usuales. “No por nada Chile se encuentra catalogado dentro de los países más peligrosos del planeta en cuanto a desastres naturales. Respecto de la acción humana se deben tener en cuenta incluso aspectos poco usuales como la gestión de la calidad, los actos vandálicos y la autoconstrucción”, enfatiza.
Por ello, “todas las charlas del congreso se desarrollarán en torno a este hilo conductor del manejo de desastres en ingeniería, y cada una de ellas nos irá mostrando distintos aspectos, hasta llevarnos a la charla de cierre en donde todas ellas se integrarán con una visión de futuro”, añade.
En el programa, destacan las charlas magistrales “Understanding and responding to natural hazards: a trans-Pacific perspective”, de Brent Alloway, y “Gobernanza del Riesgo Sísmico: una Mirada más Holística del Rol de la Ingeniería Estructural”, de Felipe Rivera.
En tanto, en el ámbito nacional, Rubén Contador, director regional de la ONEMI de Coquimbo, abrirá el congreso con la charla “La Nueva Legislación para la GRD en Chile (Gestión de Riesgos de Desastre)”, y profesionales locales mostrarán casos de estudio, como “Experiencia en Chile sobre un Puente Basculante (¿Sólo un Problema de ingeniería?)” y “Falla en Edificación en Altura”.
El especialista Ramón Verdugo se referirá a “Licuefacción – Potenciales Catastróficas Consecuencias”, Claudia Galaz de la DITEC del Minvu se referirá a los “Avances en la evaluación de daños post desastres en el sector vivienda, un aprendizaje continuo desde el terremoto del 27/F de 2010”, mientras que Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional, contará los avances en la Red Sismológica Nacional.
El 15° Congreso Anual de AICE se realizará el 14 y 15 de octubre en formato híbrido (presencial en el Hotel Enjoy de Coquimbo, y vía Zoom).
Las inscripciones están disponibles AQUÍ.
Más de 17 expositores, nacionales e internacionales, entregaron herramientas para avanzar a un futuro sostenible, de mayor productividad y consciente con las futuras generaciones, en la versión 14º del Congreso Anual de AICE.
El mundo cambió y se hace necesario que la ingeniería estructural esté a la altura de los desafíos que hoy se exigen a la profesión. Por supuesto, manteniendo los estándares de seguridad y calidad que caracterizan a las estructuras chilenas, pero también logrando que éstas se vuelvan más resilientes y sostenibles, ayudando a revertir o desacelerar los fenómenos ambientales que están afectando hoy al planeta y mejorando la productividad del rubro, la que se encuentra fuertemente rezagada respecto de otras industrias.
“La emisión de contaminantes a la atmósfera y de residuos en los cursos de agua, la deforestación, la diseminación poco controlada de material de desecho, el aumento exponencial de la población, son algunos de los factores que han contribuido a deteriorar nuestro hábitat y nuestras estructuras sociales”, señala Marianne Küpfer, directora de AICE.
De esta manera, el 14º Congreso Anual se enfocó en temas como la transición energética y el desarrollo sostenible, los desafíos para una construcción más productiva y sustentable, arquitectura post-pandemia, el modelo chileno de hormigón con madera, desafíos del diseño y construcción de las líneas del Metro de Santiago, transformación digital en la construcción de proyectos mineros, sustentabilidad en el diseño estructural de hospitales, innovación y desarrollo de proyectos con losas pretensadas, también la actualización de la norma NCh2369 y las Nuevas consideraciones de la ACI 318-19 y su impacto en Chile; el Diseño al Corte en Muros de Hormigón Armado, Deformaciones por flexión en vigas y losas, y los planes actuales de ACI 318-25, incluyendo sostenibilidad, entre otros.
Un ejemplo de ello fue la charla del gerente de Construye2025, Marcos Brito, quien especificó las iniciativas estratégicas para mejorar la productividad y sustentabilidad de la construcción y el planteamiento de los desafíos del sector para lograr metas de largo plazo.
En tanto, la presidenta de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), Mónica Álvarez de Oro, puso énfasis en la necesidad de proyectar a futuro desde el punto de vista de una arquitectura flexible, permitiendo la multifuncionalidad en la edificación, ajustándose y evolucionando de la mano de las transformaciones tecnológicas y socioeconómicas emergentes.
Desde la materialidad, Pablo Guindos, director académico del Centro UC de Innovación en Madera, mostró un modelo de edificio chileno que combina hormigón con madera como una alternativa más sustentable en el segmento de proyectos habitacionales, sin producir un cambio radical en la forma que hoy se diseñan y construyen los edificios chilenos.
“La ingeniería estructural es un actor fundamental dentro del rubro de la construcción, el cual, a su vez, es un ente impulsor de importantes transformaciones tecnológicas, económicas, ambientales y sociales”, señala Küpfer, por lo que la disciplina tiene un rol dentro del desarrollo sostenible, cuyo objetivo es satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las posibilidades de desarrollo de las generaciones futuras.
Charlas magistrales
En la primera jornada del Congreso, Mark Waggoner, Senior Project Manager de Walterpmoore, se refirió al diseño del estadio más grande de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), en una zona de alta sismicidad y de sobrevuelos a baja altura. Se trata del SoFi Stadium, el nuevo hogar de Los Angeles Rams and Chargers en Inglewood, California, EE. UU. Posee un techo de 115.000 m2 y una plaza circundante y se asienta sobre los aisladores sísmicos más grandes utilizados en los Estados Unidos. Para mantener el techo por debajo del límite de altura requerido por la proximidad a LAX, el estadio se hundió 30 metros en el suelo. La excavación profunda es una de las más grandes jamás logradas cerca de una falla activa, y se logra a través de un muro de Tierra Estabilizada Mecánicamente (MSE) especialmente diseñado. Así, no solo se tuvo la oportunidad de conocer los detalles de un proyecto de alta complejidad, sino también de entender cómo se logró integrarlo a un entorno ya existente, sin generar impactos que alteren la funcionalidad de las edificaciones vecinas.
El segundo día, Nancy Pérez, gerente de Excelencia en Proyectos de Codelco, se refirió a la transformación digital en la construcción de proyectos mineros, mostrando que uno de los grandes desafíos para las empresas de hoy es entender que para dar respuesta a las demandas socio-ambientales y económicas no solo se requieren cambios tecnológicos, sino que estos deben venir acompañados de cambios en cultura corporativa.
En tanto, en la tercera jornada y final, se presentó un panel de expertos, que centró sus presentaciones en las nuevas consideraciones de la ACI 318-25 y su impacto en Chile.
Para ello, Leonardo Massone, profesor titular de la Universidad de Chile en el Departamento de Ingeniería Civil, habló sobre el diseño al corte en muros de hormigón armado. Matías Hube, investigador en el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) presentó sobre las deformaciones por flexión en vigas y losas, y para finalizar el doctor Andrew Taylor, Director Técnico de KPFF Consulting Engineers, se refirió sobre la sostenibilidad en el código ACI 318: Planes para la edición 2025.
Ingeniero del Año 2021
En la última jornada de este Congreso Anual, se anunció al ganador del premio Ingeniero del Año, reconocimiento que es entregado desde 2003 por los socios de AICE, al profesional más destacado. De esta manera, el ingeniero civil Ramón Montecinos se sumó a los 17 premiados anteriores.
El profesional tiene más de 40 años de experiencia en el mundo del diseño de estructuras y más de 10 dedicados exclusivamente a la revisión estructural de proyectos del área industrial y minera. Es reconocido por importantes empresas mineras (Codelco, Barrick, etc.), de celulosa (Arauco, CMPC, etc.), y energía (Abastible, Copec, etc.).
“Es un gran honor y quiero agradecerlo, porque el mayor premio es el que otorgan los pares, los que conocen el trabajo en toda su extensión, con sus dificultades y sorpresas”, señaló el galardonado.
A su vez, agradeció a “todas y todos los que me han premiado, a los que me formaron y los que me han acompañado en la profesión y en la vida”, junto con reconocer a “cuatro profesores que han marcado mi vida y nuestra disciplina, disciplina en que el respeto a los mayores es una constante”, refiriéndose a Tomás Guendelman, por su generosidad, siempre disponible y siempre sabio; a Rodolfo Saragoni, quien “con un elevado nivel técnico y que nos enseñó a pensar las estructuras con libertad crítica, desafiante en el análisis y prudente en el diseño”; a Pedro Hidalgo, “el profesor que no tuve, pero con el que he vivido algo del oficio de la revisión, que me ha permitido compartir mucho más tiempo que el que habría tenido si sólo hubiera sido mi profesor”, y a Rodrigo Flores, “por haber sido el Sócrates de todos nosotros”.
Temas nacionales
Los expositores nacionales demostraron un estado general del país en materia de temas de diseño y medioambientales. De esta manera, a los ya mencionados anteriormente, se sumaron Gabriel Prudencio, jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía; Tatiana Martínez, gerente general de Hormipret; José Herrera, subgerente de Túneles y Estructuras de la Gerencia Corporativa de Ingeniería del Metro de Santiago; Milton Vicentelo, director de Operaciones Internacionales de René Lagos Engineers; el ingeniero civil Eduardo Santos; Dania Valdivia socia de EQCO, y Marcela Radovic, fundadora y ex vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Derecho de la Construcción.
El 14º Congreso Anual de AICE contó con el patrocinio de Construye2025, la Universidad de Los Andes, el Instituto Chileno del Acero (ICHA), BIM Forum Chile, el Instituto de Ingenieros Estructurales de Argentina, la Sociedad Chilena de Geotecnia (Sochige), el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile y el Instituto de la Construcción.
Fuente: AICE
El 14º Congreso Anual de AICE se realizará el 16, 17 y 18 de noviembre, vía Zoom, con un llamado a contribuir a un futuro más amable para las generaciones futuras.
La actividad humana ha sido un factor incidente en fenómenos como el cambio climático y las migraciones por desastres naturales. Si bien la naturaleza se encuentra en un estado permanente de dinamismo y cambio, los procesos naturales se han visto alterados desde el inicio de la revolución industrial, a comienzos del siglo XIX, por la aceleración de estos procesos.
La emisión de contaminantes a la atmósfera y de residuos en los cursos de agua, la deforestación, la diseminación poco controlada de material de desecho, el aumento exponencial de la población, son algunos de los factores que han contribuido a deteriorar nuestro hábitat y nuestras estructuras sociales. Es en este contexto que la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) ha decidido abordar estos temas desde un punto de vista profesional, y ver cómo desde la ingeniería estructural se puede aportar a revertir, o al menos a desacelerar, estos fenómenos tan dañinos para el planeta.
“La ingeniería estructural es un actor fundamental dentro del rubro de la construcción, el cual, a su vez, es un ente impulsor de importantes transformaciones tecnológicas, económicas, ambientales y sociales”, señala Marianne Küpfer, directora de AICE.
Por ello, esta disciplina tiene un rol dentro del desarrollo sostenible, cuyo objetivo es satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las posibilidades de desarrollo de las generaciones futuras.
“Aspectos como el análisis del ciclo de vida del proyecto, la utilización de materiales que provengan de recursos naturales renovables, la planificación de los procesos constructivos que minimicen la generación de residuos y maximicen la reutilización de componentes, la implementación de criterios de sostenibilidad en las nuevas normativas, son posibles de abordar desde la mirada del diseño estructural, dentro de un contexto multidisciplinario, tal como se hace con los objetivos de costo, plazo y calidad”, explica.
La directora de AICE invita a sumarse a este nuevo desafío, “que nos ofrece la posibilidad de contribuir a un futuro más amable para las generaciones que nos sucederán y a poner todo nuestro ingenio al servicio de la humanidad. En el 14º Congreso AICE tendremos una gran oportunidad para conversar y explorar un poco más acerca de estos interesantes temas”.
Las charlas estarán enfocadas en temas como transición energética y desarrollo sostenible, los desafíos para una construcción más productiva y sustentable, arquitectura post-pandemia, el modelo chileno de hormigón con madera, desafíos del diseño y construcción de las líneas del Metro de Santiago, transformación digital en la construcción de proyectos mineros, sustentabilidad en el diseño estructural de hospitales, innovación y desarrollo de proyectos con losas pretensadas, también la actualización de la norma NCh2369 y las Nuevas consideraciones de la ACI 318-19 y su impacto en Chile; el Diseño al Corte en Muros de Hormigón Armado, Deformaciones por flexión en vigas y losas, y los planes actuales de ACI 318-25, incluyendo sostenibilidad, entre otros.
Asimismo, destacan expositores nacionales, como Gabriel Prudencio, Marcos Brito, Mónica Álvarez de Oro, Pablo Guindos, Tatiana Martínez, Héctor González y José Herrera, Minton Vicentelo, Nancy Pérez, Eduardo Santos, Dania Valdivia, Marcela Radovic, Leonardo Massone y Matías Hube. En tanto, los expositores internacionales son Mark Waggoner, de Walterpmoore, y Andrew Taylor, Chair en ACI 318 Building Code Committee.
El 14º Congreso Anual de AICE tiene como patrocinadores al programa Construye2025, la Universidad de Los Andes, el Instituto Chileno del Acero (ICHA), BIM Forum Chile, el Instituto de Ingenieros Estructurales de Argentina, la Sociedad Chilena de Geotecnia (Sochige), el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile y el Instituto de la Construcción.
Programa
El día 1 del Congreso, Marcos Brito, gerente de Construye2025, presentará los desafíos para una construcción más productiva y sustentable en Chile.
Las inscripciones están disponibles AQUÍ.
Como un ejercicio constante y necesario definen el trabajo en innovación y desarrollo las empresas que están rompiendo paradigmas en productividad. Eso es, precisamente, lo que se logra con I+D: mejorar la competitividad y hacer más sustentable la industria de la construcción.
En René Lagos Engineers, innovación no es una palabra nueva. De hecho, la han hecho parte de su ADN. Tanto así, que la declaran en la visión de la empresa, porque creen que para la sustentabilidad y marcar tendencia, invertir en I+D es crítico. “Tenemos un área dedicada especialmente a explorar nuevas metodologías y herramientas que potencian la productividad, y a la vez, estamos analizando nuevas tecnologías que nos permitan acercar las soluciones del futuro a nuestros clientes de la industria de la construcción”, señala Claudio Gahona, gerente general de René Lagos Engineers.
En la empresa, el ejercicio es constante. Además de dedicar entre 3% y 5% del presupuesto y de contar con personal dedicado, existe una organización de apoyo que testea y valida las iniciativas que se desarrollan. “Hemos tomado la práctica de postular, frecuentemente, a fuentes de financiamiento a través de los instrumentos de Corfo existentes para ello”, comenta el ejecutivo.
Gracias a esta constante búsqueda, René Lagos Engineers ha podido desarrollar tanto servicios como herramientas y metodologías productivas. “Entre éstos se considera -desde hace varios años- el servicio de gerenciamiento BIM de proyectos, que es complementario a la especialidad y que hoy en día es un área con presupuesto propio dentro de la empresa”, indica Claudio Gahona.
Asimismo, la empresa ha desarrollado servicios de diseño sísmico basados en desempeño (PBSD) y análisis de pérdida máxima esperada, considerando costo y tiempo de reparación de la edificación existente, ante un evento de sismo severo. “Estos se han convertido en servicios de exportación en la región y otros países del mundo”, detalla el gerente general de la compañía.
Igualmente, en René Lagos Engineers han desarrollado una serie de metodologías y herramientas que ayudan en el día a día, para detallar las barras de refuerzo en la estructura de concreto utilizando metodologías BIM, con el fin de entregar información oportuna a los clientes, procurando una estimación temprana de cuantías de obra gruesa.
“Toda empresa que quiera trascender y seguir siendo competitiva debe invertir en I+D, si no lo hacen corren el riesgo de terminar gastando el capital generado de su servicio o producto estrella para luego desaparecer de la industria”, afirma Claudio Gahona. En ese sentido, él ingeniero considera clave alinear a toda organización para que la inversión realizada en I+D sea provechosa, desde el directorio hasta los colaboradores que no están directamente involucrados en dichos proyectos.
Además, el ejecutivo invita a buscar mecanismos estructurados en detección de nuevas oportunidades y, al mismo tiempo, participar de las distintas iniciativas relacionadas a nivel nacional e internacional. “Este es el camino que tomamos de la mano de nuestro fundador y será el que continuaremos cultivando con mucha pasión en lo que hacemos”, comenta.
Innovación en SIRVE
Para Carlos Arriagada, gerente del área de I+D de SIRVE, la innovación también es indispensable y lo es tanto en proyectos tradicionales como en los más complejos y especiales. “Ella está presente en el día a día como una forma cotidiana de enfrentar cada proyecto, donde la mirada es hacer procesos de mejor manera más eficientes, más robustos y entendiendo que cada dificultad y complejidad es una oportunidad de mejora y de diferenciación. Nuestro objetivo es contribuir a resolver innovadoramente los problemas de la ingeniería estructural y sísmica, desarrollando tecnología y proporcionando soluciones integrales en un amplio espectro de la ingeniería”, señala.
De esta manera, en la empresa mejoran significativamente el desempeño de las estructuras frente a los terremotos, la calidad de la construcción, el desempeño, pero también la seguridad y calidad de vida de las personas. Con ese fin, en SIRVE invierten del orden de 10% de todas las horas hombre de ingeniería, en algún tipo de desarrollo o innovación, lo que se traduce en unos 260 millones de pesos anuales.
Así, han nacido patentes de productos de protección sísmica en Chile y en el mundo, una serie toolbox de herramientas de productividad internas para el desarrollo de servicios, productos de protección sísmica de la empresa subsidiaria NuYuntek y mucho más. Según Carlos Arriagada, el I+D, en general, puede tener distintas miradas por parte de las empresas y existen muchos mitos y desconocimiento aún acerca del I+D y su real importancia. “Estas miradas pueden ir desde una simple herramienta de marketing, hasta potentes áreas de innovación y creación de ideas en que se basan sus modelos de negocios”, comenta.
Por eso, el incentivo primario por el cual una empresa debe invertir en I+D es la creación o desarrollo de nuevas técnicas o conocimientos. Así, al ser aplicados a los productos o servicios, debería traducirse en algo más atractivo y de menores costos. “Adicionalmente, el hecho de invertir en I+D permite generar una serie de ventajas relativas respecto a la competencia para ser más competitivos, además absorber de manera más eficiente la dinámica en el mercado y las tendencias tecnologías a lo largo de los años, evitando quedar obsoletos por empresas que sí invierten fuertemente en I+D”, afirma Carlos Arriagada.
En este sentido, el ejecutivo es concluyente: “no invertir en I+D a corto y mediano plazo es una desventaja competitiva extremadamente importante y a largo plazo una sentencia anunciada para quedar obsoleto y fuera del mercado”.
Por Ian Watt, presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).
El llamado a un mundo sustentable es cada vez más fuerte en todos los ámbitos y el rubro de la construcción no es una excepción. Como una de las industrias motoras de la economía nacional, es de vital importancia que reduzcamos lo más posible el impacto de nuestra actividad sobre el medio ambiente.
Hasta ahora, nuestro rol principal como ingenieros ha sido buscar estructuras seguras, resistentes y funcionales, haciendo un uso eficiente de los recursos. Y nuestra misión no ha variado con el tiempo, sino que ahora tenemos que agregarle el reto de incorporar nuevos materiales, procesos y tecnologías para enfrentar este singular desafío. En un mundo con recursos naturales finitos, debemos considerar la sustentabilidad económica, social y ambiental de nuestros proyectos dentro de las variables de diseño.
Es tiempo de analizar cómo podemos impactar en cada una de las etapas del ciclo de vida de un proyecto, impulsando una transformación conceptual de cómo enfrentamos estos desafíos. Ya no podemos concentrarnos solo en el costo inicial, sino que debemos incorporar todos los otros costos asociados. Por ejemplo, en el caso de puentes, los presupuestos de mantención y demolición pueden exceder muchas veces el costo de construcción inicial, pero esto muy pocas veces se toma en consideración. Asimismo, es importante que aumentemos el uso de sistemas de protección sísmica como la aislación basal y la disipación de energía, de manera de reducir el potencial de daños frente a una de las fuentes principales de amenaza a nuestras estructuras, como son los terremotos.
Es un desafío también que como especialistas nos abramos a nuevas tecnologías de materiales. Chile cuenta con el potencial de ser un experto en el diseño y construcción en madera, un material sustentable por esencia. El hormigón del futuro será desarrollado principalmente con materiales reciclados, pilar básico de una economía circular, y nuestro país ya cuenta con varias iniciativas explorando estas soluciones. Y con constantes avances en investigación de materiales, no sabemos qué nuevas maravillas tecnológicas estarán a nuestra disposición en las próximas décadas.
Pero la ingeniería sustentable no solo involucra nuevas estructuras, sino que también debemos trabajar en cuidar las construcciones existentes. Y para ello es necesario estudiar cómo mantenemos y reforzamos lo previamente construido, protegiendo nuestro patrimonio. Podemos aportar a la sustentabilidad directamente al aumentar la vida útil de las estructuras existentes, ayudando a darles nuevos usos, aprovechando de repararlas y reforzarlas. Nuestros edificios e industrias, en muchos casos, no requieren ser demolidos, ya que contamos con las herramientas, tecnologías y conocimientos necesarios para que perduren en el tiempo.
Y aún tenemos otros desafíos. Si queremos ser activos partícipes de esta revolución ambiental, es necesario que eduquemos al país sobre la realidad de nuestra práctica. Hasta la fecha, nuestros proyectos están basados en diseños prescriptivos, que no pueden garantizar el desempeño de nuestras construcciones. Actualmente, nuestra filosofía de diseño busca que estas tengan daños limitados para sismos moderados, y que no colapsen en eventos severos. Pero no hemos transmitido esta realidad a los usuarios finales y las nuevas demandas de la sociedad están enfocadas en que tengamos desempeños aún superiores a los que históricamente hemos alcanzado. Es por eso que es esencial impulsar el diseño por desempeño y educar a la ciudadanía sobre el resultado real que pueden esperar. Debe quedar claro para nuestros mandantes el nivel de riesgo al que quieren optar. Existen ya los conocimientos para que estas técnicas se apliquen en el día a día.
No podemos desconocer que el trabajo realizado en el pasado y presente nos ha permitido ser líderes en el diseño sismorresistente, pero debemos seguir avanzando hacia un mejor futuro, está en nuestras manos como ingenieros estructurales tomar el desafío de ser líderes en el diseño sustentable.
Por Ian Watt, presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).
Si bien la ingeniería estructural hoy está visibilizada, tanto dentro como fuera de Chile y hemos dado grandes pasos en los últimos años, es necesario seguir trabajando en ello. Somos un eslabón importante dentro de la cadena de valor, al diseñar los proyectos que más tarde verán la luz y, en ese sentido, tenemos que ponernos en sintonía con las nuevas necesidades que va pidiendo el mercado y también las que van impulsando instancias en las que participamos, como el Construye2025, el Instituto de la Construcción, el Consejo de Construcción Industrializada y BIM Forum Chile.
Desde fuera de nuestro país somos destacados por el nivel de nuestra ingeniería. Pero si queremos mantener esa posición, necesitamos avanzar en temas tan relevantes como el diseño por desempeño, así como acelerar la periodicidad con que se revisa nuestra normativa. A más de 10 años de ocurrido el último gran terremoto en Chile, aún no contamos con la normativa actualizada, si bien se han hecho grandes esfuerzos con los decretos y otras normas.
Otro punto pendiente como país es dar un paso sostenido hacia la instrumentación de nuestros edificios, si contamos con un laboratorio natural, estamos desaprovechando información valiosísima que nos podría permitir mejorar cada vez más nuestros diseños y con ello, posicionarnos de una vez por todas, en Chile y el mundo, con el nivel que hemos trabajado por tener y que ha llevado a algunos grandes ingenieros nacionales a salir a otros países y continentes con su trabajo e ideas.
Pero no podemos quedarnos en eso, tenemos que seguir apuntando a mejorar y para ello, solo la unión y el apoyo de todos los profesionales que estamos involucrados en la ingeniería estructural, podemos avanzar.
Por Lucio Ricke G., presidente de AICE.
Desde hace tiempo, se ha estado discutiendo en relación con los bajos índices de productividad que tiene la industria de la construcción en Chile, a lo cual se suman las complejidades operacionales que ha traído esta pandemia y, en ambos sentidos, la idea de industrializar los procesos constructivos parece una buena solución, considerando que se asume que tiene virtudes como optimización de procesos y uso de recursos, aumento de calidad y disminución de plazos.
Pasos importantes se han dado con el surgimiento del hormigón premezclado, las armaduras fabricadas en maestranzas, entre otros, todos procesos que han aumentado la productividad y también la calidad de las obras, porque tienen mayores controles de fabricación, considerando la normativa de cada material utilizado.
Pero cuando hoy hablamos de industrialización de la construcción, estamos pensando en el proceso completo, desde su diseño hasta el término de la obra, y para ello se requiere avanzar en planificación temprana de las obras, incorporando a todos los profesionales que intervienen en el proyecto, en capacitación de mano de obra y en definición de protocolos y normativa que establezca estándares mínimos para toda la cadena productiva que interviene en el proceso y así alcanzar la eficiencia que se está buscando.
Por ello, es muy importante la incorporación de las tecnologías BIM en la administración de los proyectos, pero aquí también es necesario avanzar en normativa que estandarice su uso y definiciones, para lograr mayor transversalidad y amplitud de aplicación.
En este sentido, es muy importante el trabajo que se está realizando en el Instituto de la Construcción, a solicitud del Minvu, en el comité que está desarrollando el “Anteproyecto de norma industrialización – Principios y definiciones generales”, donde participa una amplia gama de instituciones que aportan sus distintas miradas en la redacción de un documento que establecerá los conceptos mínimos que requiere una innovación tan importante como esta para nuestra industria.
Ahora, en nuestro caso, de manera muy especial, se requiere la incorporación del ingeniero estructural en las etapas de anteproyecto, para que desde el principio pueda aportar soluciones estructurales acordes a las demandas propias de la naturaleza de nuestro entorno y que sean eficientes en el proceso industrial de construcción.
Adicionalmente, cuando la industrialización de la construcción también alcanza elementos estructurales de una obra, se requiere que dichos elementos tengan comportamiento sísmico certificado y compatible con los requerimientos de la estructura y que sus patentes comerciales permitan al ingeniero responsable y al revisor independiente de cálculo, si es que corresponde, validar estos elementos de acuerdo a las responsabilidades que la ley exige al ingeniero estructural responsable, temas que también deben ser parte del desarrollo normativo pendiente.
En este sentido, es una muy buena noticia que recientemente el MOP oficializara la norma NCh 3417 Requisitos para Proyectos de Cálculo Estructural, que define los alcances y complejidades de los servicios profesionales de cálculo estructural, la estandarización de los procesos para quienes ejercen la profesión, indicando el estándar de servicio y la forma en que se relacionan las distintas subespecialidades o áreas de especialización del cálculo estructural, e incluye expresamente los conceptos de elementos estructurales con ingeniería previa, que serían todos los elementos que una industria externa puede proveer a la estructura resistente.
Desde la ingeniería estructural, consideramos que las estructuras en Chile han tenido un muy buen comportamiento frente a los requerimientos de sus usuarios y la naturaleza, y eso se debe a buenos procedimientos de diseño y construcción, lo cual debemos cuidar y avanzar en productividad y eficiencia, sin sacrificar en lo más mínimo la calidad y respuesta dúctil de las estructuras.
Fuente: Instituto de la Construcción