Un 31% de los usuarios de la Plataforma de Gestión del Conocimiento de la Construcción, www.cdt.cl, indicó que aumentar los planes de formación de los trabajadores representa un factor relevante para mejorar la eficiencia de la Industria.
Mejorar la productividad del sector Construcción ha sido un objetivo que, en el último tiempo, ha movilizado a diversos actores de la Industria. Y es que, de acuerdo a datos del “Estudio de productividad: impulsar la productividad de la industria de la construcción en Chile a estándares mundiales”, realizado por Matrix Consulting (OCDE; análisis Matrix Consulting), entre 2000 y 2018, el incremento de la productividad laboral de la economía chilena aumentó en un 20%, en cambio, la de la construcción prácticamente no experimentó variación.
Este escenario ha obligado a la industria a explorar profundamente diversas soluciones que impliquen estrechar las brechas en términos productivos y elevar su competitividad. Es por ello que la industrialización, las nuevas tecnologías, la innovación, la digitalización, entre otras, se presentan como caminos claves para lograr dicho objetivo.
En este contexto, es que en octubre pasado, la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT, a través de su Plataforma de Gestión del Conocimiento de la Construcción (www.cdt.cl), realizó un sondeo online que preguntó respecto de cuál sería la mejor estrategia para potenciar la Productividad en el Sector Construcción. Así, con cerca de 500 respuestas, un 31% de los usuarios indicó que una mayor capacitación sería la principal estrategia para elevar y potenciar los índices de productividad en la Industria.
Esta opción coincidiría con una de las nueve palancas que propone el estudio de Matrix en materias de mejoramiento de la productividad. Se trata del “Desarrollo de competencias claves”, que hace referencia al hecho que la creación de un nuevo modelo operativo, más integrado, digital y eficiente, requiere de personas que cuenten con ciertas capacidades técnicas y de gestión que permitan aprovechar su potencial.
Tecnologías y más industrialización
En el segundo lugar de las preferencias, con un 21% se ubicó la adopción y aplicación de nuevas tecnologías. Una alternativa que también se condice con la propuesta de Matrix, pues, en relación a la “adopción de tecnología y desarrollo de proveedores, los esfuerzos a nivel sectorial deben apuntar a acercar a constructoras y mandantes, con proveedores y la Academia, para que estos últimos desarrollen soluciones que se ajusten a los dolores reales de la industria”, se explica en el documento.
La industrialización, por su parte, sigue presente como una de las principales soluciones para fortalecer la productividad en el sector. En esta línea, un 18% se inclinó por esta opción, dando cuenta que esta es una palanca que permitiría obtener más control sobre los procesos, con diversos mecanismos de optimización y ejecución de metodologías que apunten al diseño integrado y colaborativo.
Finalmente, la integración temprana, con un 17% y los contratos colaborativos, con un 13%, se ubicaron en la cuarta y quinta posición, respectivamente. Dos factores relevantes en términos de una participación más entrelazada entre mandantes, diseñadores, contratistas y proveedores. Estas prácticas harían frente al alto nivel de fragmentación de la cadena productiva y, para que sean más efectivas, la integración debe comenzar lo más temprano posible, idealmente, desde la concepción del diseño. Así, se podrían tomar decisiones que, de acuerdo al estudio de Matrix, busquen optimizar “un resultado global, en lugar de maximizar partes independientemente, lo cual limita el potencial de productividad”.
Para más información visita la Plataforma de Gestión del Conocimiento de la Construcción en www.cdt.cl, revisa el contenido y participa de los diversos sondeos que se publican periódicamente.
Cuatro especialistas estudiaron el manejo de los residuos de construcción y demolición e hicieron propuestas orientadas a la construcción sustentable, en línea con los desafíos actuales.
Para elevar los estándares ambientales y favorecer una construcción centrada en el medio ambiente, cuatro investigadores se unieron para trabajar en el capítulo IX del Concurso de Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica “Políticas municipales estandarizadas para el manejo sustentable de residuos de construcción y demolición”.
Felipe Ossio y Juan Molina de la Escuela de Construcción Civil; Homero Larraín de la Escuela de Ingeniería y Cristián Schmidt de la Escuela de Arquitectura fueron los responsables de abordar la problemática de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD), desde un enfoque interdisciplinario, considerando sus impactos ambientales, sociales y económicos.
“Nos dimos cuenta que la alta generación de RCD y su inadecuada disposición final es un problema multifactorial, que involucra a todos los actores en el ciclo de vida del proyecto y al cuadro normativo, regulatorio y legal respectivo. Sin embargo, este último se encuentra atomizado y fragmentado, lo que puede apreciarse en la cantidad de instrumentos asociados a diferentes actores”, explica Felipe Ossio.
De hecho, para el caso específico de los RCD existen más de 20 tipos de normativas dependientes de diferentes organismos públicos. Según el estudio, lo anterior dificultaría su conocimiento y aplicación, dejando al Estado una capacidad limitada de fiscalización en materias sanitarias y ambientales, algo que agudiza el problema. En efecto, el 60% de las empresas constructoras en Chile declara no conocer leyes, reglamentos, normativas ni manuales sobre gestión de residuos.
El equipo interdisciplinario de la UC se propuso contribuir proponiendo una política pública que lleve a las municipalidades a ser un agente de cambio y aportar al cumplimiento reglamentario ante las instituciones de nivel regional y nacional. Al mismo tiempo, su trabajo apuntó a elevar los estándares ambientales y permitir así una construcción centrada en el medio ambiente que responda a los desafíos que hoy exige la humanidad.
Disparidad normativa
El estudio reveló que los municipios en Chile presentan un dispar nivel de exigencias en materia de gestión de RCD, desde la nula consideración hasta una serie de normativas no necesariamente bien enfocadas. “Pero, principalmente, pudimos identificar comunas generadoras y receptoras de RCD. Las primeras se caracterizan por generar una alta proporción de los residuos a nivel de su región y no poseen sitios de disposición legal de residuos. Por su parte, las receptoras no producen una gran proporción de RCD a nivel regional y, en general, son comunas que poseen sitios de disposición final legal en su jurisdicción y/o deben hacer frente a sitios de disposición ilegal como micro basurales o vertederos ilegales”, detalla Ossio.
Luego de que el estudio reconociera dos tipos de comunas: generadoras y receptoras de RCD, los investigadores establecieron recomendaciones de acción que, si bien son vinculadas a un tipo de comuna, no son excluyentes para las otras. Asimismo, hicieron sugerencias generales que toda comuna, independiente de si es generadora o receptora de RCD, debería adoptar. “Estas 15 propuestas tienen por objetivo avanzar en la minimización de la generación de RCD y la disminución de sus impactos socioambientales, basados en los principios de la justicia ambiental (Hervé, 2010) y siguiendo la jerarquía de manejo de los residuos”, acota el profesor de la Escuela de Construcción Civil de la UC.
De este modo, las propuestas para las comunas generadoras se asociarán a los primeros eslabones de esta jerarquía, es decir, se centrarán en reducir la generación de RCD en origen y fomentar la valorización de los RCD mediante su reutilización, recuperación o aprovechamiento para otras aplicaciones. Mientras que las propuestas asociadas a las comunas receptoras buscarán asegurar el correcto destino de los residuos no valorizados que son llevados a un botadero.
Y es que, según la investigación, las municipalidades son actores clave dentro de la cadena de instituciones encargadas, tanto en la definición de reglas para la adecuada disposición de RCD como en la supervisión de su cumplimiento en el territorio comunal.
El estudio puede ser descargado desde AQUÍ.
Fotografía gentileza Plataforma Industria Circular + Viconsa.