El documento fue realizado desde abril de 2023 por el Grupo Técnico CCI, con la colaboración de representantes de la Asociación de Oficinas de Arquitectos AOA, la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), el Colegio de Arquitectos de Chile, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el Programa Industrializa.
Hace pocos días, el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), lanzó la “Guía Práctica de Integración Temprana en Construcción Industrializada”, un documento crucial para aumentar la productividad y la sostenibilidad en futuros proyectos de construcción en Chile, en el que representantes del CCI, la Asociación de Oficinas de Arquitectos AOA, la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), el Colegio de Arquitectos de Chile, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el Programa Industrializa trabajaron en conjunto.
“El propósito de la integración temprana para la construcción se enfoca en optimizar el diseño y construcción del proyecto, con el objetivo de incorporar procesos y soluciones industrializadas que permitan incrementar la productividad y sustentabilidad, permitiendo dar un mayor grado de certeza a los diferentes proyectos”, señala Andrea Rossel, directora del CCI y gerente técnico de Socovesa Sur.
En ese contexto, el objetivo de la guía es “dar a conocer herramientas y claves para un trabajo colaborativo que se adopte tempranamente en los proyectos industrializados, de manera de lograr mejorar la competitividad y la productividad de la industria de la construcción, como también generar un mayor valor al cliente y la sociedad en general”, afirma Pabla Ortúzar, vicepresidente del CCI.
Algunos aspectos destacados de esta guía son:
● Historia y contexto: La construcción industrializada en Chile ha experimentado hitos significativos a lo largo de su historia.
● Nueva perspectiva: A pesar de los obstáculos, la creciente demanda de viviendas asequibles ha impulsado un renovado interés en los métodos de construcción industrializados.
● Metodología integral: La guía propone una metodología para integrar sistemas modulares, prefabricados y soluciones industrializadas.
● Casos emblemáticos: Se analizan 13 casos relevantes que ilustran las mejores prácticas y los beneficios de la integración temprana.
El documento ya está disponible y puede ser descargado AQUÍ.
Por Francisca Pedrasa, presidenta de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).
Ya han pasado 14 años desde el 27F, evento en el que como gremio una vez más vimos nuestros diseños estructurales puestos a prueba, debido a una de las amenazas de la naturaleza preponderante en el diseño estructural en Chile, el sismo.
Es así como pudimos apreciar, gracias al compromiso inequívoco de las y los ingenieros frente a la importancia de un evento de esta magnitud, cómo nos pusimos en marcha, trabajando en terreno, apoyando a las autoridades y de la misma manera, analizando y revisando cómo podíamos mejorar nuestras normativas para evitar, aunque el porcentaje fuese menor, el impacto en cada estructura frente a un fenómeno como el sismo.
Fue un trabajo intenso que dio como respuesta a un año del 27F los decretos supremos D.S. N° 117 y 118, que generaron una mejora en la seguridad y funcionamiento de nuestras estructuras, a través de nuestros requerimientos normativos. Sin embargo, estos procesos tienen siempre una segunda mirada de calibración y realidad y con las aguas más tranquilas, a fines del 2011 se efectuaron correcciones derogando estos decretos y generando los decretos, hoy en uso, D.S. 60 y 61, que complementan o reemplazan las normas NCh 433 y NCh430 respectivamente. Estos incorporaron el concepto de confinamiento en las puntas de muros, que producto de las experiencias vividas en eventos sísmicos anteriores y la realidad del estado del arte del momento de la eventos (año 1985, sismo Valparaíso, no existía una edificación masiva en altura y poca esbeltez de muros) nos hizo visible la importancia de este requerimiento, así como fue evidente para el sismo del 27F a las edificaciones existentes.
Es muy tranquilizador saber que los ingenieros civiles estructurales chilenos cuentan con los conocimientos y las capacidades, no sólo en el desarrollo de su profesión, sino que, además, enfrentamos eventos como el 27F, realizamos análisis y actualizaciones normativas y estamos a la vanguardia mundial respecto al desarrollo de la profesión. Es así como el concepto del diseño por desempeño, la actualización de la norma sísmica de estructuras industriales, entre muchos otros, son desafíos que siguen en curso por parte de los profesionales de nuestro gremio.
Estos años, a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Ministerio de Obras Públicas, el Instituto Nacional de Normalización, el Instituto de la Construcción y la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales, entre otros, el país ha continuado generando normativa que ha mejorado la estandarización y asegurando el comportamiento para elementos estructurales que han incrementado su visibilidad en la última década, como son los prefabricados, materiales como madera y los requerimientos para la industrialización de la construcción, así como el uso de los residuos de la construcción, que es parte del hoy respecto a sustentabilidad y el cambio climático.
Como gremio, estamos despertando a una realidad diversa, donde somos uno más de los actores relevantes, pero debemos ser capaces de sumarnos a la inmensa variabilidad existente en nuestros proyectos.
Desde 2010 a la fecha, el cambio climático se ha agudizado y nos ha enfrentado a nuevos y mayores desafíos, nuestras estructuras son parte de un conjunto de proyectos que acompañan a una ciudad y sus habitantes y las amenazas de la naturaleza son cada día más inclementes. En estas nuevas crisis es donde vemos cómo debemos continuar aportando, incorporando a nuestras normativas requerimientos que antes no eran parte del diseño estructural, como son el transitar en requerimiento de proyecto a requerimientos de barrios y éste a urbanización y, posteriormente, a una comuna y a la ciudad.
Estas son conversaciones que ya están transitando en nuestros especialistas y posiblemente veamos cómo en los años venideros habrá requerimientos normativos. Así como está la colindancia entre estructuras para evitar el choque de edificios en un sismo, se incorporará el concepto de distanciamiento a bosques o franja de seguridad incluidas en los drenes de evacuación de aguas lluvias y la definición, además de los ya requeridos estanques de agua de reserva, se exigirá también estanques de mitigación de incendios.
La resiliencia de nuestros proyectos está unida a la resiliencia de la ciudad, ya que probablemente la condición directa que más afecte a la mayor cantidad de estructuras en Chile es el sismo, pero esto no asegura que las amenazas de la naturaleza detengan su efecto frente a eventos de gran magnitud que correlacionan los proyectos y la ciudad, inundaciones, incendios, entre otros.
Esto nos presenta un desafío como profesionales y como gremio, que implica hacernos parte de los equipos y aportar todas nuestras capacidades por el bien de un proyecto y sus habitantes.
Fuente: AICE
Con la primera presidenta de AICE, el gremio de los ingenieros estructurales avanza en difundir el rol de las mujeres en esta disciplina. Se trata de Francisca Pedrasa, quien busca promover la sustentabilidad en el rubro de la construcción y la colaboración con otras instituciones.
Justo en el año de su aniversario número 25, la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) eligió por primera vez en su historia a una presidenta. Se trata de Francisca Pedrasa, ingeniera civil mención Estructuras y Construcción de la Universidad de Chile.
La profesional, con más de trece años de experiencia en el diseño estructural y gerenciamiento de proyectos de edificaciones hospitalarias, habitacionales y comerciales en Chile, y en dirección de equipos de trabajo, es socia de AICE desde 2011 y desde 2018 ha participado activamente en subcomités como AICE Mujer, que tiene como objetivo difundir la ingeniería civil como carrera de interés para niñas y adolescentes.
En 2022 asumió como directora, “con gran alegría de colaborar activamente en el fortalecimiento de la institucionalidad de nuestra asociación como, por ejemplo, impulsando la certificación ISO 9001 que estamos ad-portas de cumplir”, comenta Pedrasa.
Paralelamente, la ingeniera señala que “seguiremos fomentando la mejora continua en el equipo de administración, en busca de lograr una asociación robusta, que permita asegurar su continuidad”.
Dentro de los desafíos para este nuevo periodo, la primera presidenta de AICE señala que “hoy la sostenibilidad es primordial y nos brinda una gran oportunidad para promover la colaboración entre instituciones a través de convenios formales, como las que mantenemos con CCI e IC, entre otros. Éstas son parte de las actividades que seguiremos promoviendo el 2023. Asimismo, junto al subcomité gremial, consideramos aumentar nuestro aporte y estrechar relación con instituciones de primera relevancia, tales como MINVU, MOP y Construye2025”.
Antes de Francisca Pedrasa, la ingeniera estructural María Jesús Aguilar marcó un hito al convertirse en la primera mujer en ingresar al directorio de AICE, en 2019; y Marianne Küpfer, actual vicepresidenta, fue la segunda mujer directora y la primera en recibir el Premio Ingeniero del Año, en 2020.
Por Lucio Ricke G., Past President de AICE.
Recurrentemente, nos preguntan si Chile está preparado para volver a vivir un terremoto de la magnitud del que sucedió en 2010. Desde el punto de vista normativo, inmediatamente después del 27F, se reaccionó modificando la normativa de diseño sísmico de edificios mediante decretos emitidos por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en base a las primeras conclusiones del comportamiento de las estructuras en el sismo. Posteriormente, con conclusiones más robustas disponibles, se ha actualizado y/o se están actualizando las normas de cálculo sísmico de edificios y de estructuras industriales, así como las de diseño de los distintos materiales que se utilizan en la construcción, ya sea, hormigón, acero, madera, etc.
Además, se han ido incorporando con mayor fuerza los conceptos de edificios y/o infraestructura resiliente, lo cual ha influido directamente en los diseños y también en la incorporación de dispositivos de aislación basal y/o de disipación de la energía que recibe la estructura, lo cual ha requerido actualizar la normativa vigente y las soluciones técnicas a utilizar.
Por otro lado, en base a la experiencia vivida el 27F, donde varios edificios no sufrieron daños estructurales, pero sí muchos daños de sus componentes internos, como tabiques, cielos falsos, etc., se ha mejorado el diseño de estos componentes y sistemas no estructurales que contiene una estructura, para lo cual el año 2015 el Instituto Nacional de Normalización (INN) publicó una norma y esperamos que pronto sea norma oficial de la República.
A ello se suma que los edificios habitacionales o de oficinas son verificados, de acuerdo con la normativa vigente, cada vez que son modificados estructuralmente o se cambia el uso del inmueble, especialmente cuando las cargas que afectan a la estructura son modificadas. Por otro lado, las estructuras industriales son verificadas cada vez que su propietario lo requiere, habitualmente por un cambio en los procesos productivos que alberga la estructura. En ambos casos, se verifica la estructura para que resista las nuevas solicitaciones de acuerdo con la normativa vigente en el momento de su modificación.
No debemos olvidar que la normativa de diseño estructural en nuestro país es mundialmente reconocida por sus buenos resultados estructurales en los grandes terremotos que nos ha tocado vivir. Hoy se podría decir que tiene un buen estándar técnico para los tipos de estructuras que históricamente se han diseñado en Chile y para los terremotos de subducción que principalmente nos afectan.
En base a lo ya expuesto, creo que estamos mejor preparados para un gran terremoto, aunque no debemos olvidar que todavía tenemos mucho que aprender de estos fenómenos de la naturaleza, y que es necesario seguir estudiando y desarrollando nuevas tecnologías en base a las evidencias que día a día nos revelan los terremotos que se producen en distintas partes del mundo, para estar mejor preparado día a día.
Pero sí se quiere innovar en las tipologías estructurales y/o lograr mejores comportamientos estructurales. Es necesario perfeccionar el proceso de actualización de la normativa en todos sus ámbitos, construyendo una instancia que disponga de recursos económicos y dirija un proceso periódico de actualización de las normas y, además, hay que incorporar instrumentos en las estructuras que permitan obtener datos del comportamiento estructural que respalde dicho proceso de actualización periódica de las normas.
En el encuentro desarrollado de manera virtual se organizaron los grupos técnicos que trabajarán este año, junto con la entrega de un informe sobre las actividades que se realizarán, además de los avances ya obtenidos.
Con el objetivo de informar los planes para el 2023, dar a conocer el calendario de actividades y los avances alcanzados hasta la fecha, el 26 de enero se realizó de manera virtual el primer Plenario de Socios CCI de este 2023.
“Qué lindo comenzar el año con la participación activa de todos ustedes”, saludó Tatiana Martínez, presidenta del Consejo de Construcción Industrializada, para dar inicio al encuentro. La arquitecta afirmó que “a pesar de cómo pintan este año, tengo muchas expectativas, nosotros vamos a poner nuestro granito de arena en la reactivación económica, en las soluciones en la construcción, vamos a seguir impulsando la transformación de la construcción a través de la industrialización, del aporte de la digitalización y de todos los profesionales de este ecosistema”.
A su juicio, este 2023 se continuará por una buena senda, fruto de un trabajo bien hecho durante los últimos años y del compromiso de los socios. “Ver los resultados del 2022 nos llena de satisfacción y el de los grupos técnicos que han avanzado mucho. No solo al Directorio, sino a cada uno de los participantes de nuestro CCI, tiene que llenarnos de alegría, porque lo que estamos haciendo va a impactar en todos los profesionales de nuestro rubro y la industria va a cambiar”, sostuvo.
Subrayando la invitación a los socios a participar, compartiendo sus experiencias y consultas; se destacó por qué es relevante ser socio del CCI y qué significa serlo, teniendo la oportunidad de conectarse con actores claves de la industrialización en Chile; de acceder a información técnica y ser protagonista activo de la transformación de la construcción en nuestro país.
Se destacó el valor de conectarse de forma virtual, el poder compartir elementos, de contactarse con los socios de regiones, entre otros. En esa línea, se abrió el grupo Telegram CCI HUB, una plataforma en la que se busca fortalecer el trabajo colaborativo y promover el intercambio entre los socios de conocimiento sobre la construcción industrializada, con una participación opcional.
A la fecha, el grupo cuenta con 32 miembros y entre ellos surgieron iniciativas para colaborar con los incendios forestales, sumados al esperado intercambio de información sobre próximos eventos, libros técnicos, etcétera.
Vinculación con AOA y AICE
A continuación, Leonardo Caamaño, coordinador técnico de la Secretaría Ejecutiva del CCI, anunció que se firmaron dos acuerdos de vinculación con la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y la Asociación de Ingenieros Civiles y Estructurales (AICE). Con AICE se acordó que sus socios cuenten con un descuento para entrar al CCI y así poder ampliar la red de ingenieros del Consejo, con la intención de que en etapas tempranas de diseño podamos contar con una mayor integración de la industrialización. Se trabajará de manera colaborativa con ambas asociaciones, las que nombrarán un representante.
“Con ambos directorios -de AICE y AOA- teníamos muy claro que este año, junto con los desafíos, teníamos muchísimas oportunidades para potenciarnos entre las tres miradas y también descubrimos que compartíamos esa energía para aportar desde el lugar en el que nos ubicamos en la construcción en Chile”, destacó Martínez.
Tras esta noticia, se presentó el calendario de actividades 2023. Se destacó del mismo, un encuentro con la Asociación de Desarrolladores de Viviendas Sociales, con el objetivo de fortalecer la colaboración y la incorporación de la construcción industrializada a proyectos de viviendas sociales. Este se realizará el próximo jueves 9 de marzo entre las 8:30 y 13:00 hrs., de forma presencial en los salones de CDT (piso 22 de edificios CChC) y con cupos limitados solo para los Socios CCI.
Grupos Técnicos 2023
Tras ello, se habló sobre los Grupos Técnicos, presentando su historial desde 2021 y sus productos. Se indicaron los temas que quedaron pendientes o con interés de ser tratados, con la idea de que los propios socios del CCI decidieran, a través de votación, los temas que más le interesaban trabajar. Para ello, se partió por recordar los pilares de los grupos técnicos: Difusión y formación / Vinculación con el medio/ Productividad y sustentabilidad; y se presentaron los avances. Además, se le dará continuidad y seguimiento a los grupos del 2022: metodología, KPIs y directorio digital.
De esta manera, las propuestas para 2023 se dividieron en cinco grandes temas:
• Integración temprana
• Estándar de producción industrializada
• Vivienda social industrializada
• Digitalización en construcción industrializada
• Constructabilidad
Con los resultados de la encuesta realizada, se concluyó que los temas a trabajar serán los siguientes:
1. Integración temprana, director líder Milton Vicentelo, socio líder: Eric Lizana/Mikel Fuentes.
2. Constructabilidad, director líder Marcos Brito, socio líder Mikel Fuentes/Pablo Pulgar.
3. Vivienda social industrializada, directores líderes: Felipe Montes/Cristian Vanni, socio líder Pabla Ortúzar/Rafael de la Rivera.
Un cuarto tema -en carpeta- se definirá en los próximos días y los cuatro se presentarán a los socios en el próximo plenario del 23 de marzo. Desde ya, la invitación está abierta a participar en cada grupo técnico.
Fuente: CCI
En su 15° Congreso Anual, realizado en Coquimbo, la AICE reunió a sus socios, estudiantes y profesionales afines, para actualizar los conocimientos técnicos e institucionales en torno al manejo de desastres y los cambios que se vienen para la disciplina. En la misma instancia, se entregó el premio Ingeniero del Año 2022.
Luego de dos años de pandemia, la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) volvió a la presencialidad en regiones, en la ciudad de Coquimbo, con su 15° Congreso Anual, realizado en el Enjoy de Coquimbo el 14 y 15 de octubre.
Por la naturaleza de su profesión, los ingenieros estructurales están propensos a vivir catástrofes diversas y deben estar preparados para ellas. Dadas las características de Chile, los mayores desastres naturales se han producido por la alta sismicidad que caracteriza al territorio, “pero también en los últimos años se han intensificado los incendios, inundaciones y otros fenómenos menos usuales, incluyendo vientos y desastres causados por la acción humana, como los actos vandálicos, que han hecho caer varias edificaciones”, comentó Ian Watt, presidente de la AICE.
Por ello, con el lema “Manejo de Desastres en Ingeniería Estructural”, los profesionales se pusieron al día con la gestión de riesgos de desastres, en la misma ciudad que los recibió hace 12 años.
“Es importante que nos sumemos a la investigación, la innovación y la planificación de los riesgos, para lograr mejores resultados en los desastres naturales que ya están ocurriendo hoy y los que vendrán en el futuro. Desde un punto de vista más técnico, es relevante estar actualizados con el nuevo conocimiento que surge”, añadió Watt.
Una de las charlas que apuntaban a esta actualización la dio Rubén Contador, director regional de ONEMI Coquimbo, quien expuso acerca de la nueva legislación de riesgo de desastres en Chile, que parte el 1 de enero de 2023. “Fundamentalmente el hecho que la nueva legislación crea una estructura de coordinación a través de los comités, un sistema nacional y un servicio nacional para enfrentar las emergencias, desastres y catástrofes, y como organismo del Estado que está a cargo de las emergencias, consideramos que la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales debía conocer la legislación para utilizarla en situaciones de emergencia de tipo estructural”, precisó el director regional, refiriéndose al Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SINAPRED) y al Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED). Este cambio implicará la contratación de alrededor de 60 profesionales, que sean capaces de absorber la nueva carga, que consistirá en la revisión de planes que hasta ahora no estaban sometidos a un control de eficacia, de acuerdo con Contador.
Asimismo, basado en una larga experiencia en riesgos geológicos, tanto en Nueva Zelanda como en Chile, Brent V. Alloway, profesor adjunto del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, destacó los hitos comunes que ambos países comparten con respecto a los peligros naturales, así como también se refirió a nuevos desarrollos integradores que simulan y modelan una gran gama de estos peligros, considerando su impacto en las comunidades y en la infraestructura crítica.
Instrumentos para análisis y respuesta
En la segunda jornada del congreso, Claudia Galaz, coordinadora de Preparación para la Respuesta ante desastres del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), abordó los aprendizajes, avances y desafíos en materia de respuesta ante desastres desde el último gran evento ocurrido en Chile el 27 de febrero de 2010, con énfasis en el procedimiento y criterios para la evaluación de daños en viviendas.
“En el último terremoto, nuestros edificios tuvieron una respuesta bastante buena, no así la respuesta institucional ante el desastre y el sector vivienda no estuvo exento de eso; no teníamos una ficha, para que se evaluaran daños por parte del municipio, del Serviu, de las universidades, aseguradoras. Se evaluaron dos, tres, cuatro veces las casas y no salía un catastro de vivienda”, contó Galaz.
Como parte de la nueva institucionalidad que incluye al Minvu, después del resguardo de la vida y salud de las personas, “probablemente la vivienda y la habitabilidad es una de las mayores preocupaciones de quienes han sido afectados por un desastre, es por ello que el Minvu ha definido un Plan de Respuesta Sectorial ante desastres, así como Planes de Respuesta Operativa a nivel regional, con el propósito de atender a la ciudadanía afectada de forma oportuna y pertinente, de modo de comenzar la recuperación y reconstrucción habitacional lo antes posible”, puntualizó la profesional.
De esta forma, la arquitecta destacó el último lineamiento sobre la evaluación de edificaciones en altura afectadas por sismos y el uso de herramientas tecnológicas, tales como aplicaciones móviles, drones, plataformas de gestión de datos y paneles de reportería, que permite contar con información de la evaluación de daños en tiempo real y desde pocas horas o días desde ocurrido un evento destructivo, lo que impactará en que las familias afectadas puedan comenzar a recuperar la habitabilidad de sus viviendas en un tiempo mucho menor.
Por su parte, Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional (CSN), precisó que hoy la red de monitoreo tiene tres componentes: 108 estaciones completas, 128 GNSS para estimación rápida de desplazamientos y 295 acelerógrafos para propósitos de ingeniería civil (instalados por el Minvu y ONEMI), ubicados entre Visviri, por el norte, y Puerto Williams, por el sur. De esta manera, se puede caracterizar el sismo en menos de cinco minutos, que es lo más difícil de hacer.
Así, “más del 95% de los instrumentos de la Red Sismológica Nacional está funcionando correctamente, grabando la información” y “si ocurre un terremoto de magnitud 7 o superior, en cualquier parte del país, tenemos un plazo de 20 días para recoger la información de los acelerógrafos y ponerla a disposición del público, para que puedan analizar esos datos a la brevedad”, sostuvo, agregando que la tarea del CSN en estos momentos es poner estos aparatos en tiempo real, puesto que cuando les fueron entregados, se hizo de manera offline.
“La relación que existe entre la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales y la labor que nosotros realizamos es de mutuo interés. Lo que nosotros podemos proveer como datos y señales para el mejoramiento de la manera de cómo se incorporan las nuevas metodologías al trabajo de la AICE es de beneficio mutuo para ambas partes”, acotó el director del CSN.
A través de la charlas de los ingenieros Ramón Verdugo, Leopoldo Breschi y Mario Lafontaine, se mostraron casos prácticos de desastres observados en distintas industrias: desde el área minera y de infraestructura hasta la edificación, de los cuales, el gremio ha aprendido importantes lecciones, tanto desde el punto de vista técnico como de gestión.
Al cierre del congreso, Felipe Rivera, ingeniero civil en construcción de la Pontificia Universidad Católica de Chile y estudiante de doctorado en la University College London (Reino Unido), puso en carpeta la discusión sobre qué hay más allá de la provisión técnica de seguridad sísmica y de qué manera la ingeniería estructural puede contribuir a desarrollar ciudades más justas. Con su presentación, abordó aspectos multidisciplinarios del desarrollo, aplicabilidad y cumplimiento de las normas de construcción, y las prácticas de gobernanza para la gestión y reducción del riesgo de terremotos y desastres. Con ello, invitó a avanzar hacia una mirada más amplia en la gestión de riesgos, que considere la integración del Estado, de los privados, de la academía y de la comunidad, en pos de tener una respuesta más eficiente y equitativa frente a la ocurrencia de desastres.
Ingeniero del Año 2022
Los socios de AICE eligieron este 2022 como Ingeniero del Año a Gonzalo Santolaya De Pablo, profesional con más de 40 años de experiencia, fundador y gerente general de Santolaya Ingenieros Consultores.
“El futuro no sería posible sin el legado de quienes tanto han aportado en sus carreras profesionales, en particular a quienes son destacados en cada congreso como Ingeniero del Año”, manifestó Ian Watt, antes de dar a conocer este premio.
Gonzalo Santolaya agradeció a la directiva de la AICE. “Debo reconocer que no me lo esperaba y tuve una linda sorpresa con esta noticia”, reflexionó. Y también agradeció “haber sido reconocido por mis pares y que se premie tanto a ingenieros que hemos trabajado toda la vida en ingeniería práctica, en oficinas de proyectos, como a quienes lo hacen en la parte académica e investigativa, con quienes muchas veces tenemos miradas distintas de cómo hacer ingeniería, pero sabemos que todos, cada uno desde su trinchera, colaboramos para engrandecer la ingeniería estructural en nuestro país, lo que hemos logrado con creces, siendo hoy reconocidos mundialmente por ello, como quedó demostrado el 27F, sin duda la mayor prueba que hemos tenido esta generación de ingenieros”. Y agregó: “Este premio lo comparto con todas las oficinas de ingeniería de proyectos, similares a la nuestra”.
Fuente: AICE
Con el conversatorio “Impacto y futuro de la industrialización”, la AICE y el CCI iniciaron un trabajo conjunto para la difusión de la construcción industrializada, que impacta en la productividad de la industria.
Con integración temprana, desde la etapa de diseño, el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), junto a la Asociación de Ingenieros Estructurales (AICE) están empujando el fortalecimiento de la industrialización, luego de reuniones sostenidas entre la presidenta del CCI, Tatiana Martínez, y su vicepresidente, Milton Vicentelo, y el presidente de AICE, Ian Watt.
De esta manera, la AICE y el CCI organizaron el conversatorio “Impacto y futuro de la industrialización”, que contó con la participación de Karina Díaz, de Axis DC (socia del CCI); Andrés Larraín Contador, de Alfonso Larrain y Asociados Ltda. (socio AICE); Marcos Brito, gerente de Construye2025 y director del CCI, junto a Milton Vicentelo, vicepresidente del CCI y socio de AICE.
Estas acciones de relacionamiento con actores clave de la industria obedecen al impacto que generan las decisiones de diseño en etapas tempranas y su efecto en la eficiencia y la productividad, cuando se incorporan soluciones constructivas industrializadas. “Aún tenemos mucho por hacer e introducir en la industria local, pues la construcción industrializada parte desde la etapa de diseño. Por lo tanto, la vinculación del CCI con estas organizaciones de Chile es fundamental”, afirmó el vicepresidente del CCI, Milton Vicentelo.
Actualmente, el CCI cuenta con la red de construcción industrializada más grande de Latinoamérica en la que se ha logrado una participación transversal de empresas, organizaciones privadas, entidades de gobierno y la academia. “En el CCI estamos trabajando en articular actividades con más gremios y organizaciones de la industria de la construcción, porque estamos convencidos de que industrializar la construcción en Chile se logrará trabajando de manera sintonizada y en conjunto con todos los actores”, añadió Vicentelo.
Reducción de 50% en el plazo
De esta manera, Karina Díaz Cáceres, administradora de obra de AXIS Desarrollos Constructivos, hizo una evaluación de beneficios y consideraciones en el uso de soluciones industrializadas.
AXIS DC es una empresa lleva más de 30 años en el mercado y sus principios son la innovación, la colaboración, la sustentabilidad y las industrializaciones. Comenzaron a utilizar baños prefabricados ante la falta de mano de obra y hoy ya han instalado más de 1.246 PODS a lo largo de Chile y los están incluyendo en la mayoría de los proyectos habitacionales.
También trabajan con vigas prefabricadas, pilares prefabricados, muebles prefabricados que se utilizan en las viviendas, escaleras prefabricadas y puertas precolgadas.
En la urbanización, tienen cámaras prefabricadas que son instaladas con cámaras de válvula, cámaras con banquetas listas. Suman viviendas y edificios prefabricados en Metalcon completamente.
¿La prefabricación es industrialización? “En una construcción tradicional, la prefabricación se ve en un escenario complejo. Mientras que en una construcción industrializada, estaría en un entorno adaptado para su mejor resultado, con procesos eficientes, con flujos continuos, optimización de la mano de obra, nuevas tecnologías, etc., lo que permite una mayor seguridad y, por lo tanto, calidad”, precisó Karina Díaz, quien agregó que “las viviendas se hacen completamente prefabricadas, muros, losas, cerchas, paneles de cubierta, desarrollándolas en las ciudades de Punta Arenas, Puerto Varas y Puerto Montt”.
Todos estos procesos contienen sus mapas de proceso, secuencias constructivas, desarrollos de BIM para la producción de paneles y optimización de materiales. AXIS DC cuenta con un taller centralizado de prefabricado. “En primera instancia, era solo de Metalcon, pero ha ido mutando en el tiempo. Ahora tenemos un segundo taller que abastece las obras de Puerto Natales”, sostuvo la profesional.
La prefabricación les ha permitido una gran reducción de los plazos. En el caso del proyecto de Inacap Temuco, lograron reducir en un 22% el presupuesto inicial y en un 50% el tiempo de plazo. En cada proyecto buscan utilizar nuevas tecnologías: digitalización y automatización de diversos procesos. Asimismo, Díaz contó que han desarrollado una metodología de industrialización, donde van marcando los distintos pasos que deben hacer para lograr optimizar los procesos.
Para finalizar, la administradora de obra señaló que los cuatro pilares fundamentales para lograr la industrialización en la obra son: industrialización de procesos constructivos (analizar el proceso a realizar); logística de bodega (tener un apoyo logístico); Last Planner (procesos de apoyo), y la gestión de residuos, que ayudan a la sustentabilidad de la empresa.
Integración temprana
Andrés Larraín, jefe de proyectos de Alfonso Larraín y Asociados Ltda., expuso sobre integración temprana de soluciones industrializadas en ingeniería estructural.
“La integración temprana está enfocada en la disminución de costos directos e indirectos como reducción de plazos y mano de obra. También permite menores pesos que inciden en la sismicidad de la estructura y su análisis”, afirmó Larraín.
Se refirió a la experiencia de uso de soluciones de mallas dúctiles prefabricadas (A630S) en muros de hormigón armado de edificios, destacando las fortalezas: “solución industrializada que aumenta la productividad de la obra debido a su velocidad de ejecución. Mallas fabricadas en acero dúctil, mallas estandarizadas por ACMA por cuantías más usuales; sin embargo, se pueden hacer a la medida”, sostuvo.
En el marco normativo, existe una discusión en la NCh430 sobre la A630S. Si bien no están prohibidas por el ACI318, existen ciertas restricciones para muros especiales en zona crítica, losas o diafragmas de atrancamiento, donde exista en losas un acoplamiento sísmico de muro, fundaciones donde pudiese haber fluencia por sismo. “No obstante, se pretenden hacer ensayos para levantar estas restricciones”, expuso.
Larraín habló también sobre soluciones de hormigón con uso de fibras para reemplazar mallas de corte (cuantía mínima) en viviendas de hormigón armado, cuyo mercado objetivo son estructuras de 2 pisos de hormigón hasta 5 pisos, que cumplan el decreto DS60. Sobre el Termomuro, muro térmico de hormigón armado, para el diseño de viviendas (Melon-Covintec-Peri), afirmó que “consiste en el producto Covintec enchapado por dos capas de hormigón, entre cuyas fortalezas destacan tener un diseño sísmico y es un aislante térmico”, precisó.
Como criterios de diseño, explicó que en viviendas de 2 pisos, generalmente controlan esfuerzos mínimos en los muros. En mecanismos de falla, aunque sean mínimos, conviene utilizar resguardarlos con malla.
Sobre las Losas alivianadas con sistema de esferas o discos de plástico (Voided Slabs), Andrés Larraín indicó que la ventaja es que “permiten con menor inercia y menor espesor, cubrir luces más grandes. Al tener menos peso la losa, ayuda a que la estructura sísmicamente sea menos vulnerable. No obstante, tenían dudas sísmicas de la aplicación en cuanto al cumplimiento de diafragma de este tipo de losas. También cuenta con aislación térmica y acústica”.
“Tras ensayos de laboratorio, se demuestra que las losas logran transmitir hacia conectores y elementos verticales. Es recomendable identificar losas de altos esfuerzos sísmicos para utilizar losas macizas. El menor peso de la estructura permite un menor costo global, no solo de la losa, sino que de toda la estructura”, concluyó.
Un desafío de productividad
Por su parte, Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo, y director del CCI, afirmó que “se busca una industria más sustentable y competitiva, para mejorar nuestro propio estilo de vida”.
Por ello, hay un desafío en la productividad, basado en la industrialización, planificación y la transformación de la industria de la construcción.
“Construye2025 se basa en el nulo crecimiento de la productividad en la construcción en Chile. Esto se traduce en un ejemplo: con una misma mano de obra, se construye un edificio de 13 pisos, mientras que en un país desarrollado, se construye uno de 19 pisos”, manifestó.
A su juicio, hoy las principales brechas en el sector son la baja coordinación de los distintos agentes: “cada eslabón de la cadena hace su parte y se pasa al siguiente”, el bajo nivel de capacitación y certificación, un marco regulatorio y normativo por mejorar, y que la industrialización y prefabricación de productos es baja.
“En este esquema, el programa desarrolló en el 2016 el Plan de Industrialización “Construcción Limpia”, que agrupaba brechas y soluciones, y una de las principales recomendaciones era crear un grupo de trabajo que pudiera hacerse cargo de esto”, dijo.
De esta manera, se creó el Consejo de Construcción Industrializada, que hoy cuenta con tres grupos técnicos de trabajo.
“La industrialización no es solo fabricar, sino que también hay que tener todo un sistema para que este modelo funcione”, ratificó, puesto que el objetivo es pasar de un país actual “artesanal” a un país más ordenado y estandarizado, tal como se fabrican los autos.
“Con esto se busca mejorar el tiempo y productividad, valor y calidad y también mejorar en los ámbitos de seguridad y de generación de residuos, que nos ha costado años modificar”, precisó Brito.
En ese sentido, comentó que Chile está avanzando rápido en la masificación de la construcción industrializada. “En el CCI estamos trabajando en cuantificar la representación de la construcción prefabricada en el sector y cuáles son las ganancias que se están teniendo. La idea es conocer al detalle qué es lo que se gana y cómo cambia el modelo económico para poder invertir en esto y así poder, por un lado, solucionar el déficit habitacional, y por el otro, romper con el estancamiento de la productividad y lograr ser el sector más productivo de Chile como se han propuesto”, señaló.
Fuente: AICE
El 15° Congreso Anual de AICE se realizará el 14 y 15 de octubre, de manera híbrida, con un énfasis en el manejo de desastres en ingeniería estructural.
Estar al día en los avances técnicos y científicos, en las políticas estatales de reducción de riesgo, así cómo entender los puntos vulnerables dentro del diseño estructural, permiten tener una mirada integral del tema y una respuesta más eficaz ante los desafíos a los que la sociedad se enfrenta día a día. Con ese fin, la AICE está organizando su 15° Congreso Anual, enfocado en el manejo de desastres en ingeniería estructural.
Esta temática “obedece a la necesidad de abordar todos aquellos aspectos referentes al manejo de desastres que son importantes de conocer para lograr un mejor desarrollo de nuestra disciplina”, dice Marianne Küpfer, directora de AICE.
Y es que ante la ocurrencia de un desastre se pueden ver afectadas obras de infraestructura y edificaciones que albergan distintos servicios, industrias o personas. “Esto conlleva un problema para toda la sociedad, pues implica costos por reparación, por habilitación de albergues, por pérdida de capacidad productiva, por pérdida de conectividad, por interrupción de servicios, entre otros. Por ello, la ingeniería estructural juega un rol importante al buscar en forma permanente mejorar la respuesta de las edificaciones en casos de ocurrencia de estos desastres”, explica la profesional a cargo del congreso.
Precisamente en Chile, esta temática se vuelve relevante frente a las distintas emergencias que se han vivido en todo el territorio nacional. “Legalmente, los ingenieros estructurales deben responder por sus diseños y, por lo tanto, por los daños que se pueden presentar, incluido el colapso parcial o total de una estructura”, dice Küpfer.
En ese sentido, un desastre puede desatarse no solo por un fenómeno de la naturaleza, sino también por el ser humano. “De ahí la importancia del cuidado que se ha de tener al realizar un diseño, tanto desde el punto de vista del cumplimiento normativo, de aplicar buenas prácticas, de estar atentos al estado del arte y a la calidad de ejecución de los proyectos”, precisa la profesional.
Dada las características de Chile, los mayores desastres naturales se han producido por la alta sismicidad que caracteriza a nuestro territorio, pero también en los últimos años se han intensificado los incendios, inundaciones y otros fenómenos menos usuales. “No por nada Chile se encuentra catalogado dentro de los países más peligrosos del planeta en cuanto a desastres naturales. Respecto de la acción humana se deben tener en cuenta incluso aspectos poco usuales como la gestión de la calidad, los actos vandálicos y la autoconstrucción”, enfatiza.
Por ello, “todas las charlas del congreso se desarrollarán en torno a este hilo conductor del manejo de desastres en ingeniería, y cada una de ellas nos irá mostrando distintos aspectos, hasta llevarnos a la charla de cierre en donde todas ellas se integrarán con una visión de futuro”, añade.
En el programa, destacan las charlas magistrales “Understanding and responding to natural hazards: a trans-Pacific perspective”, de Brent Alloway, y “Gobernanza del Riesgo Sísmico: una Mirada más Holística del Rol de la Ingeniería Estructural”, de Felipe Rivera.
En tanto, en el ámbito nacional, Rubén Contador, director regional de la ONEMI de Coquimbo, abrirá el congreso con la charla “La Nueva Legislación para la GRD en Chile (Gestión de Riesgos de Desastre)”, y profesionales locales mostrarán casos de estudio, como “Experiencia en Chile sobre un Puente Basculante (¿Sólo un Problema de ingeniería?)” y “Falla en Edificación en Altura”.
El especialista Ramón Verdugo se referirá a “Licuefacción – Potenciales Catastróficas Consecuencias”, Claudia Galaz de la DITEC del Minvu se referirá a los “Avances en la evaluación de daños post desastres en el sector vivienda, un aprendizaje continuo desde el terremoto del 27/F de 2010”, mientras que Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional, contará los avances en la Red Sismológica Nacional.
El 15° Congreso Anual de AICE se realizará el 14 y 15 de octubre en formato híbrido (presencial en el Hotel Enjoy de Coquimbo, y vía Zoom).
Las inscripciones están disponibles AQUÍ.
Por Marianne Küpfer, directora de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE)
El conocimiento humano, adquirido a lo largo de los siglos y transmitido de generación en generación, es el fruto de la constante observación, la interpretación y la experimentación, a través de lo cual podemos entender un sin número de fenómenos y crear nuevas experiencias que contribuirán a acrecentar este continuo saber. Es a través de la ciencia que todo este conocimiento, tanto del mundo natural, físico o tecnológico, se sistematiza y se pone al servicio de la humanidad.
¿Y qué tan cercanas están las mujeres a la ciencia? Pues creo que las mujeres somos científicas en esencia, muchas veces sin siquiera darnos cuenta de ello. Diestras en químicas desde la infancia, capaces de transformar simples alimentos en comidas de sabores exquisitos, en sustancias nutritivas que se convertirán en la energía que nos permitirá vivir. Diosas de la física cuántica, capaces de producir cambios tangibles en los seres que nos rodean tan solo a través de una sonrisa, de una palabra amable, de un gesto acogedor o de una mirada animosa. Biólogas por naturaleza, capaces de curar las heridas de todo tipo de criaturas. Expertas en ciencias aplicadas, capaces de construir un refugio inexpugnable ante las leyes de la física con el solo objeto de abrigar nuestros tesoros y convertirlo en un hogar para los que amamos, ya sea en un árbol o incluso bajo una mesa. Entonces, ¿por qué no hacer de las ciencias nuestra profesión? Está ahí, en nuestro interior y al alcance de nuestra mano. Una puerta abierta para aquellos que desean aprender y aportar con su conocimiento, explorar nuevos horizontes y expandir el saber humano.
Mi formación estuvo marcada por la ciencia, desde el colegio, en donde gozaba con las clases de física y química, de biología, y las matemáticas que me acompañaban en todo momento. Y luego en la universidad pude profundizar mi conocimiento en diversas ramas de la ingeniería, desde hidráulica hasta electricidad, para finalmente darme cuenta que era en el área de las estructuras en donde mejor podía aprovechar mis habilidades e intereses. Los ingenieros estructurales nos encargamos de diseñar todo tipo de infraestructura, usualmente tomando como base un proyecto de arquitectura y generando los documentos de construcción con los cuales se podrá materializar una obra. En ese proceso de diseño se realizan análisis complejos, se usan herramientas tecnológicas y se trabaja en equipo con profesionales de diversas áreas. Así he podido contribuir al desarrollo de proyectos habitacionales, comerciales, hospitalarios, educativos y también algunos proyectos inusuales. Ha estado en mis manos diseñar parte de aquellos lugares en donde las personas habitarán, trabajarán y realizarán múltiples actividades. Y esto es una gran responsabilidad, pero también una gran motivación para hacer bien mi trabajo, mantenerme siempre al día en conocimiento, en tecnología y en transferir a otros mi experiencia.
Si sientes ese gusto por la ciencia, explora el camino con decisión y entusiasmo, hasta que encuentres tu verdadera pasión.
Por Ian Watt, presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).
El llamado a un mundo sustentable es cada vez más fuerte en todos los ámbitos y el rubro de la construcción no es una excepción. Como una de las industrias motoras de la economía nacional, es de vital importancia que reduzcamos lo más posible el impacto de nuestra actividad sobre el medio ambiente.
Hasta ahora, nuestro rol principal como ingenieros ha sido buscar estructuras seguras, resistentes y funcionales, haciendo un uso eficiente de los recursos. Y nuestra misión no ha variado con el tiempo, sino que ahora tenemos que agregarle el reto de incorporar nuevos materiales, procesos y tecnologías para enfrentar este singular desafío. En un mundo con recursos naturales finitos, debemos considerar la sustentabilidad económica, social y ambiental de nuestros proyectos dentro de las variables de diseño.
Es tiempo de analizar cómo podemos impactar en cada una de las etapas del ciclo de vida de un proyecto, impulsando una transformación conceptual de cómo enfrentamos estos desafíos. Ya no podemos concentrarnos solo en el costo inicial, sino que debemos incorporar todos los otros costos asociados. Por ejemplo, en el caso de puentes, los presupuestos de mantención y demolición pueden exceder muchas veces el costo de construcción inicial, pero esto muy pocas veces se toma en consideración. Asimismo, es importante que aumentemos el uso de sistemas de protección sísmica como la aislación basal y la disipación de energía, de manera de reducir el potencial de daños frente a una de las fuentes principales de amenaza a nuestras estructuras, como son los terremotos.
Es un desafío también que como especialistas nos abramos a nuevas tecnologías de materiales. Chile cuenta con el potencial de ser un experto en el diseño y construcción en madera, un material sustentable por esencia. El hormigón del futuro será desarrollado principalmente con materiales reciclados, pilar básico de una economía circular, y nuestro país ya cuenta con varias iniciativas explorando estas soluciones. Y con constantes avances en investigación de materiales, no sabemos qué nuevas maravillas tecnológicas estarán a nuestra disposición en las próximas décadas.
Pero la ingeniería sustentable no solo involucra nuevas estructuras, sino que también debemos trabajar en cuidar las construcciones existentes. Y para ello es necesario estudiar cómo mantenemos y reforzamos lo previamente construido, protegiendo nuestro patrimonio. Podemos aportar a la sustentabilidad directamente al aumentar la vida útil de las estructuras existentes, ayudando a darles nuevos usos, aprovechando de repararlas y reforzarlas. Nuestros edificios e industrias, en muchos casos, no requieren ser demolidos, ya que contamos con las herramientas, tecnologías y conocimientos necesarios para que perduren en el tiempo.
Y aún tenemos otros desafíos. Si queremos ser activos partícipes de esta revolución ambiental, es necesario que eduquemos al país sobre la realidad de nuestra práctica. Hasta la fecha, nuestros proyectos están basados en diseños prescriptivos, que no pueden garantizar el desempeño de nuestras construcciones. Actualmente, nuestra filosofía de diseño busca que estas tengan daños limitados para sismos moderados, y que no colapsen en eventos severos. Pero no hemos transmitido esta realidad a los usuarios finales y las nuevas demandas de la sociedad están enfocadas en que tengamos desempeños aún superiores a los que históricamente hemos alcanzado. Es por eso que es esencial impulsar el diseño por desempeño y educar a la ciudadanía sobre el resultado real que pueden esperar. Debe quedar claro para nuestros mandantes el nivel de riesgo al que quieren optar. Existen ya los conocimientos para que estas técnicas se apliquen en el día a día.
No podemos desconocer que el trabajo realizado en el pasado y presente nos ha permitido ser líderes en el diseño sismorresistente, pero debemos seguir avanzando hacia un mejor futuro, está en nuestras manos como ingenieros estructurales tomar el desafío de ser líderes en el diseño sustentable.
Por Ian Watt, presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE).
Si bien la ingeniería estructural hoy está visibilizada, tanto dentro como fuera de Chile y hemos dado grandes pasos en los últimos años, es necesario seguir trabajando en ello. Somos un eslabón importante dentro de la cadena de valor, al diseñar los proyectos que más tarde verán la luz y, en ese sentido, tenemos que ponernos en sintonía con las nuevas necesidades que va pidiendo el mercado y también las que van impulsando instancias en las que participamos, como el Construye2025, el Instituto de la Construcción, el Consejo de Construcción Industrializada y BIM Forum Chile.
Desde fuera de nuestro país somos destacados por el nivel de nuestra ingeniería. Pero si queremos mantener esa posición, necesitamos avanzar en temas tan relevantes como el diseño por desempeño, así como acelerar la periodicidad con que se revisa nuestra normativa. A más de 10 años de ocurrido el último gran terremoto en Chile, aún no contamos con la normativa actualizada, si bien se han hecho grandes esfuerzos con los decretos y otras normas.
Otro punto pendiente como país es dar un paso sostenido hacia la instrumentación de nuestros edificios, si contamos con un laboratorio natural, estamos desaprovechando información valiosísima que nos podría permitir mejorar cada vez más nuestros diseños y con ello, posicionarnos de una vez por todas, en Chile y el mundo, con el nivel que hemos trabajado por tener y que ha llevado a algunos grandes ingenieros nacionales a salir a otros países y continentes con su trabajo e ideas.
Pero no podemos quedarnos en eso, tenemos que seguir apuntando a mejorar y para ello, solo la unión y el apoyo de todos los profesionales que estamos involucrados en la ingeniería estructural, podemos avanzar.
Por Lucio Ricke G., presidente de AICE.
Desde hace tiempo, se ha estado discutiendo en relación con los bajos índices de productividad que tiene la industria de la construcción en Chile, a lo cual se suman las complejidades operacionales que ha traído esta pandemia y, en ambos sentidos, la idea de industrializar los procesos constructivos parece una buena solución, considerando que se asume que tiene virtudes como optimización de procesos y uso de recursos, aumento de calidad y disminución de plazos.
Pasos importantes se han dado con el surgimiento del hormigón premezclado, las armaduras fabricadas en maestranzas, entre otros, todos procesos que han aumentado la productividad y también la calidad de las obras, porque tienen mayores controles de fabricación, considerando la normativa de cada material utilizado.
Pero cuando hoy hablamos de industrialización de la construcción, estamos pensando en el proceso completo, desde su diseño hasta el término de la obra, y para ello se requiere avanzar en planificación temprana de las obras, incorporando a todos los profesionales que intervienen en el proyecto, en capacitación de mano de obra y en definición de protocolos y normativa que establezca estándares mínimos para toda la cadena productiva que interviene en el proceso y así alcanzar la eficiencia que se está buscando.
Por ello, es muy importante la incorporación de las tecnologías BIM en la administración de los proyectos, pero aquí también es necesario avanzar en normativa que estandarice su uso y definiciones, para lograr mayor transversalidad y amplitud de aplicación.
En este sentido, es muy importante el trabajo que se está realizando en el Instituto de la Construcción, a solicitud del Minvu, en el comité que está desarrollando el “Anteproyecto de norma industrialización – Principios y definiciones generales”, donde participa una amplia gama de instituciones que aportan sus distintas miradas en la redacción de un documento que establecerá los conceptos mínimos que requiere una innovación tan importante como esta para nuestra industria.
Ahora, en nuestro caso, de manera muy especial, se requiere la incorporación del ingeniero estructural en las etapas de anteproyecto, para que desde el principio pueda aportar soluciones estructurales acordes a las demandas propias de la naturaleza de nuestro entorno y que sean eficientes en el proceso industrial de construcción.
Adicionalmente, cuando la industrialización de la construcción también alcanza elementos estructurales de una obra, se requiere que dichos elementos tengan comportamiento sísmico certificado y compatible con los requerimientos de la estructura y que sus patentes comerciales permitan al ingeniero responsable y al revisor independiente de cálculo, si es que corresponde, validar estos elementos de acuerdo a las responsabilidades que la ley exige al ingeniero estructural responsable, temas que también deben ser parte del desarrollo normativo pendiente.
En este sentido, es una muy buena noticia que recientemente el MOP oficializara la norma NCh 3417 Requisitos para Proyectos de Cálculo Estructural, que define los alcances y complejidades de los servicios profesionales de cálculo estructural, la estandarización de los procesos para quienes ejercen la profesión, indicando el estándar de servicio y la forma en que se relacionan las distintas subespecialidades o áreas de especialización del cálculo estructural, e incluye expresamente los conceptos de elementos estructurales con ingeniería previa, que serían todos los elementos que una industria externa puede proveer a la estructura resistente.
Desde la ingeniería estructural, consideramos que las estructuras en Chile han tenido un muy buen comportamiento frente a los requerimientos de sus usuarios y la naturaleza, y eso se debe a buenos procedimientos de diseño y construcción, lo cual debemos cuidar y avanzar en productividad y eficiencia, sin sacrificar en lo más mínimo la calidad y respuesta dúctil de las estructuras.
Fuente: Instituto de la Construcción
Con más de 40 años de carrera, René Lagos Contreras dedicó su vida al desarrollo de su pasión: la ingeniería estructural, diseñando algunos de los edificios más altos de Chile y Sudamérica, como las torres Costanera Center y Telefónica, y otros edificios de gran altura en el resto del mundo. Fue parte del Consejo Directivo de Construye2025, en representación del Colegio de Ingenieros.
René Lagos Engineers anunció el fallecimiento de su fundador, René Lagos Contreras. Con más de 20 millones de metros cuadrados construidos, el ingeniero -víctima de un agresivo cáncer- debió alejarse, hace varios meses, de la pasión que lo hizo destacar en Chile y el mundo: la ingeniería civil estructural.
El ingeniero civil estructural de la Universidad de Chile fue reconocido por su experiencia en el diseño de edificios de gran altura, como la Torre Costanera, que con sus 300 metros de altura, es, actualmente, el edificio más alto de Sudamérica. A este se suman los edificios Telefónica y Territoria 3.000, junto con el Centro de Justicia de Santiago; la Cruz del Tercer Milenio, en Coquimbo e importantes edificios de altura en Perú y países de latinoamérica. Fuera del continente participó en destacados proyectos como Sky Fort (201 m de altura), en Sofía, Bulgaria; y en Al Raha Beach Development, en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos y DYL Complex en Miami, Estados Unidos. Internacionalmente, René Lagos Engineers inició su experiencia internacional hace 20 años y, a la fecha, ha participado en más de 100 proyectos, ubicados en 14 países y tres continentes.
Con pasión, dedicó los últimos años de su carrera a la difusión de la ingeniería más allá de las fronteras del país, internacionalizando la experiencia chilena en diseño sismorresistente y aportando así al reconocimiento a nivel mundial a través de sus obras. Líder innato, con una mente inquieta y soñadora, buscó siempre mantenerse a la vanguardia en excelencia técnica, innovando y abriéndose siempre a explorar nuevas ideas.
Después de un año de intercambio en Nueva York, a fines de los 60, despertó su curiosidad por los edificios altos, como recordó en 2013, al recibir el “Premio al Ingeniero por Acciones Distinguidas 2013”, otorgado por el Instituto de Ingenieros de Chile.
Dos años más tarde, fue también reconocido por la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), de la cual fue presidente en dos períodos (2011- 2014), con el “Premio Ingeniero del Año”. Y desde 2017, también se desempeñaba como miembro del distinguido Consejo Asesor del Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), con sede en Chicago, Estados Unidos. Asimismo, fue director de la CDT de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y socio fundador de BIM Forum Chile.
En 2019, la torre Costanera fue incluida en la lista hecha por el CTBUH, que destaca los 50 edificios altos más influyentes de los últimos 50 años (https://ctbuh2019.com/other-info/50-influential-buildings/)
“Durante estos años como ingeniero me he dedicado con pasión al ejercicio de la ingeniería estructural y siento que el tiempo ha pasado muy rápido. Al mirar hacia atrás, me doy cuenta de que he recorrido un largo camino, lleno de interesantes desafíos, con muchos logros y alegrías, pero también no exento de dificultades. Sumando y restando, el saldo es positivo: en el trayecto he podido acumular experiencias y aprender lecciones”, comentó René Lagos durante la ceremonia de premiación de la AICE, en 2015.
Su trayectoria
Oriundo de Talca, René Lagos contribuyó en la formación de varios ingenieros, mientras fue profesor part time de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Físicas de la Universidad de Chile, donde estudió y conoció a grandes mentores como Tomás Guendelman: “mi gran maestro y ahora asesor”, según dijo, hace unos años. En vida, hizo ver también lo bien que lo pasaron haciendo lo que les gustaba. “La pasión es la energía que nos mueve”, explicó.
A finales de los 70, fue uno de los fundadores de la oficina de cálculo que dio origen a la actual René Lagos Engineers, donde formó a varios colaboradores y aportó desde su expertise al desarrollo del país, la sociedad y la profesión.
Como presidente de la AICE, impulsó con fuerza el diseño por desempeño, metodología que se enfoca en proteger el contenido de las estructuras; los sistemas de protección sísmica y a Chile como un laboratorio natural, sobre todo luego del terremoto del 27 de febrero de 2010.
“Los ingenieros calculistas tenemos una responsabilidad muy grande cuando tenemos que diseñar edificios, porque estos tienen que soportar terremotos fuertes”, afirmó en una entrevista, en 2012.
Pese a que reconocía que el buen desempeño de la ingeniería estructural chilena, dado que luego del terremoto del 27F, el nivel de daños, o de edificios colapsados o para demolición fue inferior al 2% del total de edificios construidos, dejó claro que: “siempre los terremotos nos enseñan lecciones, que hay algo que pudimos haber hecho mejor”. Por eso, durante los años en que fue parte del directorio de la AICE lideró cambios normativos, como los producidos después del terremoto de 2010, que hicieron más estricta la norma sísmica de edificios, a través de los decretos supremos 60 y 61.
También participó en los comités que comenzaron las actualizaciones de las normas NCh433.Of1996 Mod. 2009 “Diseño Sísmico de Edificios” y NCh430.Of2008 “Hormigón Armado”, trabajos aún en desarrollo.
René Lagos Contreras, casado con Elena Calvo Sánchez, tuvo dos hijos, ambos ligados a la compañía y uno de los cuales siguió sus pasos en la ingeniería estructural, como socia de RLE Engineers.
La incorporación de tecnología en planificación, diseño, edificación y operación está llevando a la industria chilena a otro nivel. Por eso, los ingenieros chilenos están a la vanguardia, avanzando hacia una construcción cada vez más sustentable y productiva.
La transformación digital es mucho más que conversión de datos. La información requiere estudio y, por supuesto, una aplicación práctica para generar buenos resultados. Según Cristián Delporte, gerente general de Delporte Ingenieros, para poder analizar los proyectos de construcción, es importante dividir el proceso en fases, ya que la transformación digital no está presente en todas o, al menos, no en el lugar que merece. “En un proyecto de construcción podemos distinguir cuatro fases principales: planificación, diseño, construcción y operación. Nuestro ámbito de acción, como empresa de ingeniería, claramente está en el diseño, donde a mi entender y, por la naturaleza de nuestro trabajo, la digitalización ha penetrado desde hace bastante tiempo”, afirma el ejecutivo.
De hecho, en Delporte Ingenieros ya se utilizan planos CAD, además de un centenar de softwares de diseño que han facilitado y agilizado todos los procesos. Junto con esto, la firma de ingeniería ha hecho esfuerzos para trabajar la interoperatividad, creando sus propios sistemas para generar un mejor flujo de información. Pero, lejos de conformarse, el también Past President de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) piensa en una infinidad de cosas por hacer. “Cada vez que avanzamos se abren nuevas oportunidades. En nuestra oficina estamos constantemente pensando en qué debemos hacer para mejorar nuestros procesos, y con ello me refiero a qué sistema nuevo debemos crear”, explica.
Según Delporte, en la fase de construcción aún existen muchos procesos manuales, tanto en el control de las obras como en la planificación. Sin embargo, cree que en este ámbito falta capacitación, compromiso y, por sobre todo, inversión en nuevos procesos digitales. A pesar de ello, el ingeniero destaca el gran esfuerzo que ha hecho Chile en la ejecución de Planbim, que impulsa una verdadera digitalización de la industria. “BIM ha sido la estrella del último tiempo, pero no es solo hacer un modelo virtual para decir que trabajamos en BIM. Esto es mucho más que eso. La ‘I’ de información es fundamental, y ella debe fluir entre los participantes del proyecto. Modelar prácticamente todo el ciclo de vida de una obra y, además, reunir toda la información, facilitará el desarrollo y el manejo de la misma”, detalla.
En este contexto, Ian Watt, gerente general de VMB Ingeniería Estructural y director de AICE, afirma que la irrupción de soluciones industrializadas en hormigón armado ha desplazado a otras alternativas tradicionalmente más económicas, como la albañilería, reemplazándolas por soluciones que, según dice, son mucho más confiables, de mejor desempeño y con mejores prestaciones. “Estas soluciones industrializadas también han minimizado la intervención en obra de instalaciones de diferentes especialidades, ya que en muchos casos, las instalaciones vienen resueltas, mediante tecnología BIM y ya en embebidas en los muros”, agrega.
Las tendencias “hot”
La utilización de drones para levantamientos en terreno o en obras facilita el manejo y la comunicación de datos. Asimismo, la realidad virtual, la realidad aumentada y los sensores han ganado terreno. Estos últimos han sido especialmente útiles en la detección de daño o deterioro temprano de infraestructura y en el control de vibraciones provenientes de usuarios, maquinarias, sismos y explosiones. “Hoy, durante el proceso constructivo es posible ubicar diminutos sensores en la estructura que ayudan -durante la construcción y su vida útil- a establecer su desempeño. Estos sensores son la base con la que construiremos una infraestructura inteligente, capaz de identificar lo que le está ocurriendo, cómo está respondiendo ante la acción y hoy en día informar en forma rápida y efectiva si algo se sale de lo normal”, afirma Rubén Boroschek, profesor titular de la Universidad de Chile y CEO de RBA-Global.
Igualmente, la robótica ha hecho su aporte a la construcción. “Obras básicas pueden ser construidas por robots, utilizando materiales tradicionales. En el futuro, podrán utilizarse materiales que no sufran daño o que se autoreparen. Por ahora, lo que se está aplicando, por ejemplo, en sismos, es el uso de dispositivos que evitan que estos ingresen a una estructura (aislamiento sísmico) o dispositivos que una vez que entra la energía del sismo a la estructura la sacan en forma rápida y muchas veces sin generar daño (disipadores de energía)”, comenta Boroschek.
La incorporación de modelos 3D también está cambiando la forma de entender los proyectos, ayudando a visualizar mejor las estructuras para tomar decisiones. “Hoy es posible tener una mejor visualización de lo que desea el arquitecto y comprender la estructura en su conjunto, cosa que antes se debía hacer con maquetas físicas”, complementa Cristián Delporte.
Pero el camino por recorrer es largo. La información debe llegar a la obra en forma digital y la obra debería usarla, según el ingeniero. “Los datos digitales deben ser leídos por las máquinas de corte y doblado de forma automática y no como se hace ahora, con una persona traduciendo los planos para que las máquinas los entiendan. Con esa misma información es posible hacer la trazabilidad completa de las barras, desde que salen de la fábrica hasta su instalación”, añade Delporte.
En un mundo competitivo y complejo, no pensar en innovación y mejora continua, sería suicida, porque la construcción es unos de los centros de desarrollo más importantes del país, según el académico de la Universidad de Chile, Rubén Boroschek, y en ella confluye un gran número de personas con conocimientos y experiencias muy distintas, pero con un objetivo común: la creación de nueva infraestructura. “Estamos en un ambiente que nos presenta muchas oportunidades, pero, a su vez desafíos: ¿Cómo realizamos la construcción con las limitaciones de movilidad, presencia de personal en obra, restricciones en los suministros y transporte? ¿Qué ocurrirá en el futuro con el cambio climático y la sequía? y ¿Cómo incorporaremos nuevas técnicas para el desarrollo y la protección de nuestra infraestructura?”, plantea el profesor y CEO de RBA-Global, que considera indispensable la incorporación de procedimientos que permitan actuar antes.
Por último, Cristián Delporte, afirma que un entorno de trabajo estandarizado en conceptos, prácticas y criterios, como el que proponen las metodologías BIM, además de un conjunto importante de obras digitalizadas adecuadamente, ayudaría a construir una base de datos común. Esto, sumado a técnicas de Inteligencia Artificial optimizaría un sinfín de aspectos del proceso constructivo: predicción de tiempos de ejecución y de costos y optimización del uso de recursos, por citar algunos.
Más sustentabilidad
La doctora en Ingeniería de Materiales, de Aguas y del Terreno y académica de la Universidad de La Frontera (UFRO), Viviana Letelier, lleva mucho tiempo investigando sobre áridos reciclados y mitigación de impactos ambientales. Por ello, puede decir con propiedad que la construcción sustentable no es algo nuevo. Sin embargo, el camino no ha sido fácil. “Al inicio había bastantes trabas, pues la gente pensaba que sustentable era igual a débil, pero creo que de a poco se han ido incorporando nuevos procesos, nuevas formas de gestión y nuevos materiales. De todas maneras, el desafío todavía es enorme y tengo la convicción de que podemos hacer una construcción totalmente sustentable, porque las capacidades y el conocimiento están”, dice la ingeniera.
Al menos en el ámbito académico, la colaboración se ha hecho mucho más estrecha en la construcción. Y es que los investigadores entienden que unir sus fuerzas es el secreto para lograr mejores resultados y en menos tiempo. “No sacamos nada con repetir esfuerzos, sino más bien tenemos que trabajar las necesidades en conjunto. A nivel gubernamental, se está trabajando directamente con algunos ministerios, municipalidades y otros organismos que toman decisiones. Lo que está un poco más atrasado es el tema con las empresas”, afirma Viviana Letelier.
En este aspecto, la académica de la Ufro esperaría que para impulsar la innovación fueran las mismas empresas las que se acercaran a los investigadores para pedirla, pero ese anhelo aún se ve algo lejano. “Tenemos que estarlos buscando y convenciéndolos de que algo nuevo puede funcionar mucho mejor”, señala la especialista.
Fotografía: gentileza Delporte Ingenieros.
Marcos Brito, el gerente del programa Corfo, habló sobre los beneficios que tiene la construcción industrializada y dio ejemplos de cómo se puede edificar utilizando este tipo de soluciones en estructuras como losas, paredes, escaleras y pilares, además de destacar que puede utilizar en distintos tipos de proyectos en términos de funcionalidad y presupuesto.
Bajo el nombre Soluciones Constructivas, la sección de Ediciones Especiales de Medios Regionales de El Mercurio publicó sobre las tendencias actuales en la industria. Parte de estas novedades se plasmaron en el reportaje “Máxima eficiencia y calidad al servicio de los proyectos”, texto del cual participó el gerente de Construye2025, Marcos Brito.
En el artículo -y en conjunto con Cristián Delporte, el presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Industriales (AICE); Phillipo Correa, director de AICE, y el director de la carrera de ingeniería en construcción de DuocUC, Jorge Escalona- Brito se refirió a las distintas soluciones que puede entregar a la industria el uso de la construcción industrializada, como es el alto nivel de precisión durante todo el proceso productivo y la optimización de los recursos.
Si bien el texto explica que es común utilizar a la construcción industrializada en el desarrollo de campamentos mineros, edificios comerciales y hospitales debido a la certeza de sus plazos, entre otros factores, Brito señaló que “sus usos, sin embargo, van desde la construcción de casas sociales definitivas de rápida respuesta (en caso de emergencias) hasta grandes edificio residenciales o para empleo comercial o público”, y agregó sobre este punto: “En Chile ya se desarrollan viviendas industrializadas prácticamente en todo el rango de costos, así como proyectos para estacionamientos, hospitales, colegios, oficinas corporativas y hasta hoteles. Todos con resultados más que positivos en términos de costo final, plazo y calidad”.
El especial acompañó a las ediciones del viernes 22 de febrero de los diarios El Mercurio de Valparaíso, La Estrella de Arica, La Estrella de Iquique, El Mercurio de Antofagasta, El Sur de Concepción, El Austral de la Araucanía y Llanquihue de Puerto Montt.