Tags

MOP desarrollará nueva política de sustentabilidad

Fecha: 10/12/2023

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) dio inicio al desarrollo de la nueva política de sustentabilidad de la cartera, en un encuentro encabezado por la ministra de Obras Públicas, Jessica López, y el ministro de Medio Ambiente (s), Maximiano Proaño.

Según las autoridades, el objetivo de esta nueva política es avanzar en forma integral en diversas dimensiones de la sustentabilidad -ambiental, económica, social e institucional-, contribuyendo en términos de equidad e inclusión, con enfoque transversal de género y transparencia, acorde a los desafíos que plantea la crisis climática y de biodiversidad. La idea -se explicó- es ser congruente con la normativa y directrices de sustentabilidad, contando con herramientas de cuantificación, seguimiento y verificación.

En la reunión se planteó además que se quiere lograr la implementación y monitoreo de la sustentabilidad del MOP, tanto en su gestión interna como en la ejecución de edificación e infraestructura pública y gestión hídrica.

Al respecto, la ministra de Obras Públicas, Jessica López, afirmó que “la actual política ambiental del Ministerio fue aprobada en 2016, por lo que una serie de nuevos criterios de sustentabilidad y de indicadores para su medición y seguimiento deben ser recogidos. Por esa razón, estamos comenzado el desarrollo de una nueva Política de Sustentabilidad, que sea transversal a todo el ministerio y que integre al mundo de la construcción, a las universidades y a organizaciones no gubernamentales. Este es uno de los focos fundamentales de nuestra gestión, en la que tenemos como prioridad proyectar obras que recojan los desafíos del cambio climático”.

De esta manera, se podrán establecer criterios que permitan minimizar los impactos ambientales, económicos y sociales, contando con indicadores para su seguimiento, con el objetivo de contribuir a un desarrollo armónico y equilibrado con el medio ambiente, con beneficios en eficiencia y eficacia operativa.

En el marco de esta política, las autoridades anunciaron que se realizarán talleres donde los diversos actores participarán con sus miradas.

A la firma de este compromiso por la sustentabilidad concurrieron los ministros de Obras Públicas y de Medio Ambiente, junto a los directores generales de Obras Públicas, Concesiones y Aguas del MOP, junto con los directores nacionales de Obras Portuarias, la Fiscalía Nacional, de Contabilidad y Finanzas, Vialidad, Obras Hidráulicas, Planeamiento, Instituto Nacional de Hidráulica y el presidente del Cosoc del ministerio. A ellos se suman los representantes de la Cámara Chilena de la Construcción; el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería; el Banco Interamericano de Desarrollo; Open Contracting Partnership; el Observatorio del Gasto Fiscal y el Construye2025.

 

Fuente: CPI

Industrialización de la construcción: clave para el desarrollo

Fecha: 17/06/2021

Por Elías Arze Cyr, representante AIC en Consejo Directivo Construye2025.

Una de las razones de nuestro subdesarrollo es la baja productividad del país y, particularmente, de la construcción. En efecto, en su último informe, la Comisión Nacional de Productividad menciona que la productividad en obras de edificación en altura, medida en términos de m2/persona-día es un 53% mayor en países como Alemania, Canadá, Japón y Estados Unidos y agrega que eliminar las brechas en edificación y en obras de infraestructura vial implicaría un aumento de la contribución al PIB del sector en 12.850 millones de dólares al año, equivalente a construir anualmente 52.000 viviendas y 1.500 Km rutas pavimentadas.

Por otra parte, la construcción, que representa un 7% del PIB, se estima que es responsable de un 35% de los desechos sólidos que se generan en el país.

Mirando estos dos aspectos, productividad y sustentabilidad, la industrialización de la construcción, consistente en la producción en fábrica de sus componentes, aparece como una gran oportunidad para mejorar en forma sustantiva estos dos aspectos. Es obvio, las fábricas, al dedicarse a un determinado tipo de productos deben estandarizar sus procesos, optimizar sus rendimientos y minimizar sus pérdidas para mantenerse competitivas. La industrialización conlleva además una mejora en la certeza de cumplir plazos y presupuestos al depender más de procesos controlados que de las incertidumbres del trabajo en obra, amén de reducir el riesgo de accidentes laborales tema en el cual la construcción no es un ejemplo.

Cabe preguntarse por qué, comparado con otros sectores de la economía, la construcción se nos fue quedando atrás. Las razones son, a mi juicio, tanto históricas como de naturaleza de la actividad:

– Históricas, porque siendo el acero el material que le dio el mayor impulso a la industrialización de la construcción en el mundo, Chile recién pudo contar con producción de acero en los años 50 y su importación era prohibitiva por su política de protección de la industria a través de altos aranceles. Ello favoreció la construcción en hormigón. Cabe hacer presente que si bien la prefabricación en hormigón existe, su desarrollo se vio restringido por las condiciones sísmicas del país, que limitaron su desarrollo. 

– De naturaleza de la actividad, porque siendo ésta no transable (no compite con productos importados), la construcción no se vio sometida a la competencia internacional, lo que le permitió desarrollarse sin necesidad de tener estándares internacionales de productividad.

Cabe hacer presente también que a lo largo del tiempo ha habido destacables esfuerzos de personas y empresas por avanzar en la industrialización y que tenemos ejemplos a la vista, como son algunos edificios metálicos y varios que incorporaron elementos prefabricados, pero el grueso de la construcción de edificios en Chile fue de hormigón puesto en obra, situación ha ido cambiando gracias a los esfuerzos del programa Construye2025 (ex Productividad y Construcción Sustentable o PYCS) y de las organizaciones que participan en él (CChC, CORMA, AIC, varias universidades y otros). 

Nos encontramos probablemente al inicio de un proceso de cambios que conlleva varias etapas y grados de sofisticación. Efectivamente, una primera etapa de la industrialización de la construcción es la prefabricación de elementos (vigas, columnas, losas, paneles, etc), una segunda es el preensamblaje, consistente en el armado en fábrica de componentes de la edificación y la tercera, la más sofisticada, es la modularización, en que se prearman en fábrica módulos completos, incluyendo toda la electrificación, cañerías, etc. Ejemplos de construcción modular de edificios son cada vez más frecuentes en el mundo. 

Recientemente hemos visto cómo en China se levantaron hospitales en 10 días con ocasión del COVID y probablemente el caso más espectacular sea el del edificio Mini Sky City, también en China, de 57 pisos, que se levantó en sólo 19 días. La modularización exige abordar los proyectos con ese concepto desde su fase conceptual y aquí hago un llamado a los arquitectos y empresas de ingeniería ya que resulta evidente que mientras antes en el desarrollo de un proyecto se contemple el uso de elementos prefabricados mayor será el provecho que se haga de esta técnica.