En el último Consejo Directivo de 2019 se dio la oportunidad de analizar distintos aspectos de la contingencia y los cambios necesarios en el rubro.
Si bien todos los sectores productivos se han visto afectados con la crisis social que vive Chile en la actualidad, es muy relevante identificar cómo las industrias pueden aportar en una solución para sacar adelante al país y reconstruir la confianza perdida en las instituciones.
Ese fue el mensaje central que marcó el último Consejo Directivo de Construye2025, el pasado viernes 6 de diciembre, en el que, además, se dio cuenta de los resultados del trabajo realizado durante 2019 en torno a la revisión de la hoja de ruta del programa impulsado por Corfo.
Marcos Brito, gerente del programa, también hizo énfasis en el especial momento que viven hoy: “Estamos cambiando de etapa y no nos queremos quedar afuera de la discusión de todo lo que estamos viviendo día a día con las familias, colegas y entorno, para poder tener nuestra propia idea de lo que podemos hacer sobre lo que está pasando”.
La encargada de presentar un análisis de la contingencia y hacer un llamado a reflexionar sobre la crisis social y cómo es posible hacer un aporte desde la construcción fue Helen Ipinza, asesora sectorial en construcción y logística en Corfo.
Para Elías Arce, CEO de ARA WorleyParsons y representante del Instituto de Ingenieros de Chile, todo este movimiento tiene relación con la falta de equidad. “Hasta hace dos meses atrás se hablaba del milagro chileno, el que se derrumbó y la razón fue la inequidad, se había avanzado mucho económicamente, pero no se habían solucionado los problemas de inequidad social”.
Tanto José Pedro Campos, director ejecutivo del Instituto de la Construcción, como Enrique Loeser, consejero de la Cámara Chilena de la Construcción y gerente general de Desarrollos Constructivos AXIS, coinciden en que se está viviendo un momento de total desconfianza. “Para que haya comunidad, es fundamental la confianza, y para ello, es necesaria la generación de confianza. Se desconfía del mundo público, privado, academia, etc. Estamos en momento enorme y de infinita desconfianza, que tiene múltiples fundamentos, quizás una de las tareas más importantes es cómo nosotros re constituimos la confianza”, reflexionó Campos.
Asimismo, Loeser confiesa ser más optimista, a pesar de reconocer que la crisis ha sido muy dura. “La desconfianza nos nubla la razón. En el caso de las inmobiliarias, si se hiciera un análisis de cuál era la calidad de una vivienda o departamentos de hace 20 años atrás y la comparamos con las de hoy: esta es mucho mejor, pero en el proceso de compra y venta se produce una desconfianza, en el que se pierde todo el avance que se ha logrado en confort y estándar de la vivienda que es muy importante”, complementó.
En el caso de Rodrigo Becerra, jefe de Vinculación con el Medio de la Escuela de Ingeniería en Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, tiene una relación cercana con los estudiantes, y cree que “hay un factor común relacionado con los jóvenes, lo que vimos en las primeras semanas, antes del 18 de octubre eran jóvenes, y los pocos que quedan hoy en las calles son jóvenes, ellos han estado antes, durante y después. No tienen miedo, estamos ante una generación que no solo no vio la dictadura, sino que no vio el crecimiento difícil de Chile de los 90. Si la respuesta que ha ofrecido el gobierno hasta ahora, va a ser la misma de siempre, no será exitoso”.
Reflexión desde la CChC
Luis Bass, representante de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el Consejo Directivo, comentó las conclusiones obtenidas desde el día de la reflexión por la seguridad, realizada el 5 de noviembre, instancia que debido a la contingencia, se abrió a analizar la crisis social. En total, se sumaron 1.327 empresas y 488.000, pudiendo identificarse “los principales dolores de los trabajadores, que eran temas de salud, endeudamiento, vivienda y pensiones”, de acuerdo con Bass.
Estas conversaciones continuaron desarrollándose entre la semana del 11 al 18 de noviembre, a partir de talleres en los que se abordaron los principales ámbitos reflejados por los trabajadores, incorporando a 400 socios y 4.000 trabajadores. Debido a este trabajo se generaron propuestas que fueron presentadas en el Consejo Nacional de la CChC, por lo que en la actualidad la entidad se encuentra “en la etapa de desarrollar programas e iniciativas vinculadas a esos dolores”, contó Bass.
Repensar el sector
En ese sentido, Marcos Brito, gerente de Construye2025, comentó a los asistentes que están frente al desafío de lograr dignificar el trabajo de la construcción, que los jóvenes quieran ser parte del sector y proyectarse laboralmente en éste.
Para Carolina Soto, directora ejecutiva de Plan BIM, hoy los jóvenes se ven más atraídos gracias a la digitalización del rubro, pero muchas veces no tienen tiempo para especializarse, porque deben trabajar. “Hay que mover a la digitalización a los maestros de la construcción, para que no se pierdan empleos con estos avances, tenemos que mirar qué se está haciendo afuera para hacer más atractivo el sector para los jóvenes”, consideró.
Desde el punto de vista de los trabajadores del sector, Raúl Letelier, gerente técnico del Centro de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales CECC SIMOC, ve desde más cerca la problemática que se está viviendo en la industria: “hay mucha desigualdad, tenemos compañeros que aún almuerzan en las plazas o que no tienen cómo llegar a sus puestos de trabajo, de qué me sirve certificarme si no mejora mi sueldo”. Por ello, opina que hay sus hijos no quieren estar en el sector de la construcción, porque ven las frustraciones de sus padres para llegar a fin de mes. “Hoy está la responsabilidad de poner énfasis en los problemas que la gente está viviendo”, insistió.
En tanto, para Alberto Anguita, jefe de la División de Edificación del Ministerio de Obras Públicas, “hoy hace falta analizar desde adentro, qué he hecho yo como institución para mejorar las condiciones. Las instituciones tenemos responsabilidad, nos ha faltado transmitir adecuadamente y de forma más amplia las cosas que se están haciendo, el sentido de lo que se está haciendo. Cómo logro que el trabajador de la obra diga y sienta que está construyendo una catedral y no picando piedras, ese es nuestro desafío”.
Desde el sentido humano, esto “nos llama a hacer cosas distintas”, aseguró Carlos Marambio, jefe de la División de Políticas Habitacionales del Minvu. En su momento, a juicio de Marambio, fue construir con un desarrollo sustentable, aprender a cuidar el medio ambiente y hoy los jóvenes tienen más incorporada esta conciencia ambiental. Por ello, de esta crisis se aprenderá mucho más rápidamente sobre un trato digno. “Tenemos que trabajar desde lo que cada uno hace, arreglar lo que yo hago, mi trabajo, cómo me relaciono mejor con el vecino, con quien trabaja conmigo”, opinó.
A juicio de Luis Bass, toda la revolución tecnológica y digital que comenzamos a vivir en las últimas décadas y este nivel de desarrollo del país hizo que nos alejáramos mucho como sociedad, que no hubieran espacios de conversación, por lo que “estas instancias como los Consejos Directivos de Construye2025, hoy son instancias virtuosas. Hoy muchas otras entidades, muchas otras personas se están mezclando, este es un grupo que se junta en torno al ámbito de la construcción, es virtuoso y tenemos que seguir fortaleciendo”. Ello contribuirá a generar un acercamiento entre los trabajadores y los líderes de las empresas, cree el gerente de Suministros de la CChC.
Luego de estos análisis, como reflexión final, Marcos Brito visibilizó la oportunidad que tienen hoy como programa para trabajar en los diferentes frentes, “el programa es un espacio de conversación, donde podemos aportar ideas y avanzar en temas puntuales, para lograr resultados de alto impacto en el sector”.
Asimismo, se hizo hincapié en la estrategia del valor compartido presentada por Helen Ipinza, mediante la cual se invita al mundo empresarial a renovar sus procesos y actividades de negocio, tomando en cuenta el entorno social en el que se desempeñan, sin sacrificar la búsqueda y obtención de utilidades, pero sí teniendo conciencia de las necesidades existentes y los beneficios que se pueden alcanzar, tanto en temas sociales y ambientales.