El trabajo colaborativo permitió establecer seis ejes para una estrategia que guiará el tránsito de la industria de la construcción hacia una nueva cultura, más sostenible tanto en los aspectos económicos como en los sociales y ambientales.
Con la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), el programa Construye2025, la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción lanzaron la “Estrategia de Economía Circular 2025”, que promoverá el desarrollo social, ambiental y económico de la industria. Todo esto, con la visión de establecer una cultura de economía circular.
En el proceso de co-construcción participaron más de 800 profesionales que identificaron las iniciativas prioritarias a 2025. De esta manera, nació una estrategia basada en seis ejes que generará herramientas habilitantes para la innovación, el avance en la reducción de impactos ambientales y la mejora en la productividad.
“Esta es una poderosa aliada, que abre múltiples oportunidades de innovación y nuevos modelos de negocio para todos los sectores productivos, permitiendo un uso más eficaz de los recursos y minimizando los residuos e impactos ambientales”, comentó Pedro Plaza, vicepresidente de la CChC y presidente del Consejo de Sostenibilidad del gremio, quien agregó que la sostenibilidad es “creación de valor”.
En tanto, el presidente del Instituto de la Construcción (IC), Ricardo Fernández, recordó que al firmarse el convenio para iniciar la elaboración de la estrategia -en agosto de 2020- se planteó el desafío de utilizar los recursos de manera más eficiente y de validar la circularidad como principio de diseño. “La transformación desde una economía lineal a una circular requiere inversiones, cambios regulatorios y conductuales y el convencimiento de que es imprescindible el cuidado y buen uso de los recursos naturales”, afirmó.
En este ámbito, Ricardo Fernández, destacó también el trabajo del Instituto de la Construcción en la elaboración, implementación y administración de la Certificación Edificio Sustentable (CES); y la colaboración con Certificación Vivienda Sustentable (CVS).
“Estamos frente a una oportunidad única para impulsar un cambio en la industria, que favorezca el mejoramiento de los procesos de producción, hacia una circularidad en nuestras obras y un manejo responsable de residuos durante la operación y demolición de edificios”, enfatizó el presidente del IC.

Impacto medioambiental
Por su parte, el presidente de Construye2025, Pablo Ivelic, afirmó que obtener una ganancia no puede significar un impacto negativo en el entorno. Por el contrario, hizo hincapié en que “debe convivir el beneficio económico con el beneficio social y medioambiental”.
Además, el máximo representante del programa impulsado por Corfo hizo una dura observación: el rubro se comporta mal. “El 40% de las materias primas que se generan son consumidas por la industria de la construcción y, al mismo tiempo, el 35% de los residuos que se generan a nivel mundial provienen de la construcción y demolición de infraestructura. En adición, el 30% de los gases de efecto invernadero son producidos por nuestra industria”, sostuvo.
Por lo anterior, Pablo Ivelic, llamó a transformar a la industria para llevarla a pasar desde la economía lineal hacia la economía circular. “A partir de hoy tenemos una hoja de ruta para esta transición”, dijo.
Enseguida, la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, se refirió al rol del programa en la aceleración de la transformación de la construcción. “Para ello hemos trabajado promoviendo la innovación, acercando soluciones circulares a las empresas para facilitar la incorporación de nuevos modelos de negocios, lo que se hizo a través de un estudio que desarrolló tres modelos con su factibilidad económica y técnica”, afirmó.
Además, la ejecutiva recordó que Corfo hizo un gran esfuerzo al apoyar la economía circular en construcción llamando a un reto al sector a disminuir la pérdida de recursos a través de soluciones tecnológicas, en una convocatoria donde resultaron ganadores ocho proyectos. Junto con ello, adelantó que se está trabajando en un reglamento al alero de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 para generar un marco jurídico con énfasis en valorización y foco en economía circular.
Finalmente, Paola Molina, presidenta del Subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción, recordó que la estrategia incluye a todo el ecosistema de la industria de la construcción. “Mientras más representantes tengamos, tendremos una visión más amplia para levantar todas estas acciones. En el comité hemos podido ver cómo el trabajo colaborativo genera el impulso para poder desarrollar esto de manera acelerada y poder responder a todos los desafíos que tenemos por delante”, dijo.

Los ejes de la estrategia
La Estrategia de Economía Circular en Construcción está disponible para su descarga AQUÍ.
Por Marisol Cortez Villanueva, presidenta CChC Valparaíso
La semana pasada, con la presentación por parte de la Cámara Chilena de la Construcción, el Instituto de la Construcción y el programa Construye2025 de Corfo, de la Estrategia de Economía Circular en Construcción 2025, la carta de navegación que nos permitirá como país transitar de un modelo lineal de producción hacia una construcción sustentable y una industria más sostenible, dimos un paso decisivo hacia una nueva manera de construir para Chile.
Una transición ineludible, pensarán muchos. Pero lo cierto es que no son tiempos fáciles para los empresarios de la construcción y lo sabemos. Múltiples presiones afectan la operación de las empresas, desde los riesgos sanitarios hasta el estallido social y la crisis económica. Sin embargo, hoy también somos testigos de los esfuerzos que emprendedores y empresarios de distintos tamaños, han realizado con el objetivo de mejorar sus procesos a todo nivel y desarrollar una construcción más sustentable y que cumpla mejor con las nuevas exigencias que la sociedad les hace a las empresas.
En este contexto, como CChC Valparaíso, en conjunto con la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo y autoridades, instituciones y empresarios del sector, el 12 de enero lanzamos oficialmente la etapa de Implementación de nuestro Acuerdo de Producción Limpia (APL) del sector Construcción de la Región de Valparaíso, el primero de su tipo en el país y al que ya han adherido una treintena de empresas, instituciones y organismos públicos de nuestra región, y que además cuenta con el apoyo técnico de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la CChC.
Por todo esto me parece que esta es una buena una oportunidad para destacar los esfuerzos que a nivel nacional y regional se están realizando en pos de estos objetivos compartidos y para agradecer a todos quienes nos han acompañado en este proyecto tan trascendental para nuestra industria, nuestro gremio, la región y la comunidad, como es nuestro APL.
Quiero aprovechar también este espacio para agradecer el trabajo desinteresado e intenso de nuestros socios y equipo profesional, liderados por el presidente de la Comisión de Desarrollo Sustentable, Christian Morales. Y también agradecer nuevamente la cooperación de nuestros compañeros de ruta en este viaje hacia la Economía Circular en el que estamos comprometidos, como son la Agencia de Sustentabilidad y la CDT.
Estamos contentos y orgullosos. Como presidenta de la CChC Valparaíso, valoro especialmente el esfuerzo, valentía y convicción de nuestros socios, por hacer frente con seriedad y sentido ético, a este tremendo desafío que es la gestión de los Residuos de la Construcción, considerando que nuestro sector es el principal productor de desechos sólidos en el país (35%).
Y más aún, valoro el haber formalizado este compromiso desde una visión de largo plazo, que apunta hacia la sostenibilidad de nuestra industria. Y que busca avanzar con acciones concretas hacia una economía circular, que es la misión que tenemos como gremio.
Quiero destacar que este proyecto de APL no fue de generación espontánea. Responde a nuestros desafíos estratégicos como Cámara nacional y, además, se enmarca en nuestro proyecto gremial nacional Compromiso PRO, en el que aporta reforzando los pilares Medio Ambiente y Comunidad.
Junto con ello, es importante destacar que éstos no son esfuerzos aislados. En nuestra región desde hace un par de años y con la participación del sector privado, el mundo público, las universidades y organizaciones civiles, se ha generado un círculo virtuoso en torno a la construcción sustentable, con iniciativas y experiencias sectoriales de gran valor, entre las que es necesario mencionar a la empresa local Revaloriza, dedicada al reciclaje de residuos de industria y construcción con el objetivo de evitar los impactos ambientales.
Y Plataforma Industria Circular para la Región de Valparaíso, iniciativa de la Universidad de Valparaíso financiada con aportes del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de Valparaíso y que busca diseñar e implementar una plataforma de facilitación y seguimiento de iniciativas de simbiosis industrial para la región, apuntando a transacciones y reutilización de residuos y subproductos industriales no peligrosos, entre empresas de la región.
Finalmente, quiero contarles que nuestro APL ha impactado fuerte en la Cámara. Tanto, que con gran alegría les puedo informar que acabamos de constituir la Mesa Interregional de APL, en la que ya estamos trabajando para implementar esta herramienta con las Cámaras regionales de Antofagasta y Punta Arenas. Y a las que se sumarán en el corto plazo Temuco y Puerto Montt.
A esta Mesa llevaremos nuestra experiencia desarrollando y gestionando el proyecto de APL en Valparaíso, y especialmente nuestra experticia en la gestión público – privada y en el trabajo colaborativo que requiere para ser implementado con éxito.
En este punto lamentablemente debemos reconocer que nuestro actual modelo de desarrollo no es amigable con el medio ambiente y claramente está precipitando el cambio climático. Por eso es sumamente importante que apoyemos este APL, porque aquí comenzamos a cambiar las cosas.
Así, en la Cámara hoy nos sentimos orgullosos, porque estamos avanzando juntos las empresas, el sector público, las universidades y las organizaciones civiles, hacia la economía circular. Y lo hacemos con el liderazgo de las regiones.
Más 50 speakers estarán presentes el próximo martes 9 de noviembre en el congreso de Expo Construye que se transmite en directo desde el estudio de la Cámara Chilena de la Construcción.
Expo Construye 2021, el primer evento online, tecnológico y sustentable del rubro de la construcción contará con la presencia del Ministro de Vivienda, Felipe Ward, y del Ministro de Trabajo y Previsión Social, Patricio Melero, en su apertura el día martes 9 de noviembre.
Luego tendremos las presentaciones de Javier Hurtado, Gerente de Estudios de la CChC; Hernán de Solminihac, director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la UC, y de Luis Fernando Alarcón, del Depto. de Ingeniería de la Universidad Católica de Chile.
Más tarde, se dará paso a los conversatorios donde miembros del gobierno, academia y empresas privadas conversarán sobre temas como:
Expo Construye se desarrollará durante los días 9, 10 y 11 de noviembre, en una innovadora plataforma virtual que tendrá un Recinto Ferial 3D, Rueda de Negocios, Talleres y Charlas Técnicas de Información público/privada (10 y 11 de nov).
Este evento nace para expandir las redes de contactos, generar nuevas alianzas comerciales e impulsar la reactivación económica a lo largo de todo Chile, donde destaca la Rueda de Negocios que, en 1 día y medio, convocará a 1.500 reuniones de networking, donde se podrá generar nuevos contactos y negocios reales, haciendo match con empresas de todo Chile.
Expo Construye 2021 busca aportar al rubro y a la reconstrucción de nuestro país, en un entorno post pandemia, desde una mirada digital y sostenible que permite llegar a todo Chile con un sólo clic.
También se contará con la presencia de empresas del rubro como: Midea Carrier, Gexa Construcción, Vinilit, Easy, Bekron, Aceros Aza, Curumi Juegos Infantiles, TDG Tecnologías de Gestión, Melón, Pizarreño Romeral, Briggs, Bath Center, Fiberpole, CVA Capacitación, Grupo TX, Rhenatec, Obra Digital.
Y con el patrocinio de: Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Serviu, Ministerio del Trabajo, Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Ministerio de Energía, Cámara Chilena de la Construcción, Instituto de la Construcción, Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTeC), Comisión Nacional de la Productividad (CNP), Mujeres en la Construcción (MUCC), Colegio de Arquitectos de Chile, Construye2025, Do SmartCity, Fourd Plan, Expo Inclusión, Catálogo Arquitectura, Fermat, Calidad Cloud y Certificación Edificio Sustentable.
Para mayor información, ingresa a www.expoconstruye.cl o en redes sociales.
El consultor y constructor civil Boris Naranjo, está experimentando los beneficios de incorporar elementos constructivos prefabricados en el proyecto Jardines de la Reserva en Chicureo. Pronto, reducirá los tiempos pasando de 17 a 12 meses.
Con más de 20 años de trayectoria en la gestión y desarrollo de proyectos constructivos, el constructor civil y director general de Xpande Consultores, Boris Naranjo, tiene mucho que contar sobre productividad e industrialización de la construcción. Esta vez, ahonda en el proyecto modelo “Jardines de la Reserva”, en la comuna de Colina, con el que busca conservar el ambiente nativo del lugar mediante la incorporación de amplios jardines, pero también mostrar un buen componente de innovación, gracias al uso de estructuras de hormigón prefabricadas.
El condominio de Chicureo contempla la construcción de town houses de 120 metros cuadrados, ampliables a 140 m2 en tres niveles, en bloques de 10 unidades especializadas. Pero, para ello, el director de Xpande Consultores, considera indispensable integrar las especialidades en torno a una visión de industrialización y optimización de procesos. “Hay áreas y sectores que optimizamos de diversos modos. Por ejemplo, en esta construcción se ha generado un mix, en el cual tenemos construcción tradicional, tenemos prefabricados de hormigón armado Baumax que integramos en la primera etapa”, comenta.
El proyecto de industrialización se inició cuando la arquitectura estaba en un 85%, lo que permitió su adaptación y conexión con los distintos proveedores de forma temprana. “Con Tensocret incorporamos cajas de ascensores hasta el cuarto piso pensando en la circulación vertical y agregando un módulo para la caja escala. De esta manera, se genera un núcleo central levantado, donde se ubica la escala, permitiendo la circulación por las escaleras y el trabajo con los ascensores”, relata Naranjo, quien detalla que para la caja escala de cuatro pisos diseñaron moldajes especiales para minimizar las actividades exteriores.
De esta manera, la obra gruesa del proyecto se hizo en un plazo de 3 a 4 meses, a pesar de la contingencia sanitaria. Para el siguiente proyecto, la meta es clara: optimizar el tema de las fundaciones. “En el edificio hay un sector muy pequeño que es tradicional, queremos prefabricar con hormigón armado, losa de fundación, para ahorrar tiempo y actividad en el radier con las velocidades que tiene Baumax”, dice Boris Naranjo.
En este ámbito, ya existe una planificación para un proyecto similar que, de manera tradicional estaba planificado en 17 meses, pero que fue optimizado a 15 meses. “Nosotros queremos hacerlo en 12 meses. Hay posibilidades de optimización, bajar de 17 a 15 y a 12. Puede ir mejorando de etapa en etapa. Por el momento están trabajando en la optimización del diseño con la optimización a través de paneles y ahora estamos agregando esos elementos a la segunda etapa”, destaca.
Desafío capital humano
Uno de los obstáculos que ha enfrentado la construcción y, especialmente, la industrializada es la falta de personal especializado. En este aspecto, Boris Naranjo cuenta que en su equipo hay personas de diversas edades, desde recién salido de la universidad, con apenas 26 años, hasta el jefe de obras que tiene 70 años. “Con él realizamos un proyecto de industrialización desde el 2010 a 2014. Él incluso tuvo una apertura a nuevos sistemas y nuevas formas mucho mayor a la que tiene el personal joven recién integrado. No es un tema generacional, es un tema de cómo cuestiono lo que hay”, afirma.
¿Cómo enfrentar el desafío entonces? Lo óptimo, según el consultor, sería tener gente preparada en este ambiente. “Pero, eso lamentablemente no está disponible, entonces hay que partir con gente de acá que es capaz de cuestionar lo que hace y de ahí crear distintas metodologías. La competencia a mi juicio es que hay que desarrollar para las personas”, concluye.
Por Luis Bass, gerente de Suministros de la Cámara Chilena de la Construcción.
La industria de la construcción, frente al gran reto de mejorar su productividad para hacer de ella una industria más sustentable, requiere intensamente de innovación.
Esta no llega por sí sola y si espontáneamente lo hace, al no estar soportada por una estrategia robusta, se diluye fácilmente y más aún, se dificulta cuando se hace solo, sin el enriquecimiento que otorga la vinculación colaborativa con una visión y propósito que vaya más allá de la visión individual de cada empresa.
Desde hace cinco años, nos decidimos a instalar las nuevas tendencias tecnológicas y la innovación en el centro de nuestro quehacer gremial y la experiencia ha sido enriquecedora y de alto impacto, convencidos de que esta sería una herramienta que facilitaría el aumento de la productividad en la industria, ha sido el eje central de nuestro V Encuentro Nacional de Suministros, ENASUM 2021.
El mejorar la calidad de vida de las personas nos aseguró un propósito, un problema que resolver y desde esa mirada de una industria desafiada a resolver el creciente déficit de viviendas, inspiró una conversación junto a Techo, para sumarnos a resolver un desafío país. Frente a crudas cifras que develan un dramático aumento de las familias que habitan en campamentos y que han llegado a más de 80.000 en el último catastro nacional, un 74% mas que en la medición anterior, urge tener una industria que acelere la incorporación de metodologías constructivas que ya son parte del estándar en países desarrollados.
A la velocidad en que construimos hoy, sabíamos que no lo podríamos resolver, sin embargo, orientando la mirada a la industrialización y conociendo a Bryden Wood, empresa de diseño e ingeniería de Reino Unido, pudimos visualizar el nivel de profundidad con el que se desarrolla el diseño de sus proyectos, dando luces al motivo de la falta de masificación a nivel nacional de estas soluciones constructivas, conocimos como en las etapas tempranas, se juega en gran medida los elementos clave que definirán la perfomance de productividad con que se desarrollará la ejecución de una solución habitacional o un proyecto de infraestructura.
Diseñar para industrializar, considerando sistemas constructivos como partes y piezas, solo es factible si esta opción es considerada desde la génesis de un proyecto, lo que es, sin duda, el camino que debe iniciarse con la integración temprana de todos los actores de la cadena de valor, pues el trabajo colaborativo ayuda a lograr una mayor perspectiva de las alternativas disponibles e innovaciones listas para ser implementadas, y también para ser piloteadas y testeadas. Oportunidades de innovación que generalmente se pierden muchas veces por desconocimiento o falta de información relevante para su adecuada implementación.
El segundo desafío que quisimos profundizar para resolver como industria, al que nos enfrentamos como planeta, tiene directa relación con el impacto de la construcción en el medioambiente y el rol que tenemos entre todos de desarrollar una construcción más sustentable, que impacta desde el consumo energético en un horizonte de largo plazo, hasta la gestión de los residuos que debiesen gestionarse con una mirada circular, donde cobra mayor relevancia la asertiva frase: “los residuos son un error de diseño”, con una mirada de principio a fin, con un fin que se inicia en el principio de un nuevo proyecto en un modelo ideal, en el que las piezas de un edificio que cumplió su vida útil, pueden ser reutilizados en una nueva construcción.
Por último, como una herramienta amplificadora, que ya no debemos ver como una amenaza, nos enfrentamos a una acelerada transformación digital de todo nuestro entorno, lo que puede ser un nuevo frente de incertidumbre en las organizaciones tradicionales, para las nuevas empresas es el punto de partida, solo nos queda elegir en que lado queremos estar.
Traspasada esa incertidumbre, la tecnología nos permitirá acceder a una fuente inagotable de datos e información de nuestros clientes y usuarios, quienes esperan que no existan barreras tecnológicas para implementar nuevas soluciones, pues al hacerse masivas y de fácil acceso, son las personas dentro de las empresas las que deben cambiar su forma de pensar y visualizar que la trasformación es en realidad cultural.
Como humanos, somos por esencia creativos, pero eso no asegura que nuestras empresas sean sosteniblemente innovadoras, para lograr una adaptación ágil o los vaivenes de este mundo cambiante, se requiere un ecosistema innovador e intensamente comunicado entre sí.
Diseñar nuestro futuro, nos traerá grandes beneficios, si construimos más rápido y mejor, resolveremos el déficit de vivienda y viviremos en mejores ciudades.
Los integrantes del Comité Consultivo Público: MMA, MOP, Minvu, Corfo y Construye2025, se han preocupado especialmente de avanzar colaborativamente, para lograr las metas trazadas que buscan convertir a la construcción en una economía circular.
Tanto en el mundo público como en el mundo privado, la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 ha sido bien acogida. Cuando los servicios públicos demandaban una guía para mejorar la sustentabilidad de las obras y adoptar rutas hacia la circularidad, el sector privado respondió con la elaboración de una Estrategia de Construcción Circular 2025, a corto plazo que trazó los ejes y acciones de la Hoja de Ruta.
“Nuestra ministra ha mostrado gran entusiasmo con el desafío de la circularidad para el sector construcción y derivado de ello ha sostenido un activo apoyo al desarrollo de las gestiones y avances, a través de la participación en todas las actividades a las que le hemos convocado, junto con un respaldo a las acciones intersectoriales”, comenta Rubén González, encargado de RCD en la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente.
En este ámbito, los temas referidos al avance en la circularidad para el sector construcción como acciones en la Hoja de Ruta Nacional para un Chile Sin Basura al 2040, acción que permite reforzar desde el instrumento rector de mayor escala en la materia las definiciones de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035.
“Además de la agenda multisectorial en la que se trabaja colaborativamente con otros ministerios desde el nivel central, ya sea en el marco del convenio interministerial de construcción sustentable, como en mesas bilaterales o multilaterales con servicios como MDSF, Minvu, MOP, Minsal, Subdere; a nivel regional se participa activamente en los Consejos Regionales de Construcción Sostenible, los Corecs, en las que se ha priorizado materias de economía circular y RCD, en la mayoría de las regiones del país”, añade González.
Además, el especialista del Ministerio del Medio Ambiente, hace hincapié en que las Secretarías de Residuos (SER) se han preocupado de posicionar la temática y de promover instancias de planificación regional, esto es la bajada de las guías de la hoja de ruta, así como de los lineamientos de nuevas áreas metropolitanas. “Asimismo, se ha prestado apoyo para circularizar proyectos emblemáticos en algunas regiones como el proyecto de master plan para el Morro de Arica”, indica.

Trabajo colaborativo
En materia de articulación gremial del sector privado, el Ministerio del Medio Ambiente participa activamente del APL actualmente en el desarrollo en la Región de Valparaíso para una economía circular en construcción. “Se ha impulsado la articulación con municipios, y convocado al sector privado, y mundo académico a sumarse a los desafíos de la hoja de ruta”, comenta el encargado de RCD en la Oficina de Economía Circular.
Igualmente, destaca la iniciativa de formar una alianza para crear una academia e industria circular. Para ello, se formalizarán convenios de cooperación con Sofofa y con distintas universidades e institutos técnicos, para impulsar una agenda común tanto con la industria como con las unidades de investigación y desarrollo en el mundo académico.
Desde el punto de vista normativo, el MMA ha participado activamente en la elaboración de la NCh3562 “Gestión de residuos — Residuos de construcción y demolición (RCD) – Clasificación y directrices para el plan de gestión” y ha encargado al INN el desarrollo de una nueva norma técnica en el ámbito de las demoliciones, que por primera vez incorpora lineamientos para procesos de deconstrucción y un manejo ambientalmente racional de residuos en demoliciones.
Asimismo, en el aspecto regulatorio la Oficina de Economía Circular ha propuesto en las instancias ministeriales la elaboración de ajustes al DS40, que esclarecen y facilitan la tramitación de proyectos de valorización de RCD en el SEIA; ha participado en la elaboración del Reglamento sanitario para el manejo de los residuos de la construcción y demolición – RCD, en conjunto con los demás ministerios del consejo consultivo, y Construye2025, que recientemente fue sometido a consulta pública, y ha avanzado en la definición y articulación con Minsal, para definir una reglamentación con foco en economía circular, que complementará, desde el punto de vista ambiental y sanitario, a la reglamentación existente y en curso.
En materia de fortalecimiento del capital humano para la valorización de RCD, el ministerio se encuentra levantado financiamiento privado, en alianza con Construye2025, para el desarrollo de un proyecto de certificación de competencias laborales para los actores en la cadena de valorización de RCD, el que será prontamente comunicado toda vez que se postule, así mismo se encuentra activamente buscando financiamiento en el sector retail para abordar el desarrollo de competencias laborales en materia de economía circular en el sector relacionado al diseño industrial y de BTL.
Plan de gestión
Por su parte, para el Ministerio de Obras Públicas, el primer gran avance para este fue la elaboración de un Plan de Gestión de RCD homologado para todas las obras MOP, el cual se instruyó en diciembre de 2020 para implementar paulatinamente en nuevas obras MOP a partir de enero 2021. “Este plan de gestión, además de ser una herramienta para conocer de manera sistematizada los residuos que generan nuestras obras, nos permitirá en el corto plazo conocer datos respecto de los residuos generados por cada tipo de obras ejecutadas por este ministerio, conociendo la trazabilidad y destino final de estos”, señala el director general de Obras Públicas, Carlos Guzmán.
Lo anterior, según la autoridad del MOP, será información relevante para futuras metas de reducción, reutilización e incluso de generación de nuevos mercados de productos derivados de los residuos generados.
La mirada al futuro
Uno de los desafíos es el desarrollo de un plan de acción ministerial en materia de economía circular y sustentabilidad en construcción, que vaya más allá de la Oficina de Economía Circular y que permita definir una agenda propia. Esto implica impulsar una agenda regulatoria y legislativa para incorporar la economía circular en el quehacer cotidiano de la construcción pública y privada desde una arista centrada en el control del riesgo ambiental de los residuos, la reducción de estos, las garantías de ecodiseño, durabilidad y reciclabilidad de componentes y partes constructivas, y de maximizar los beneficios ambientales de los proyectos.
Otro de los desafíos, en lo relativo a la implementación de medidas, constituye el desarrollo de una infraestructura para la calidad en torno a la economía circular del sector construcción; lo que implica nuevos desarrollos de normas técnicas, sobre todo, en lo referido a la definición de estándares para distintas aplicaciones de material valorizado, respecto la composición de materiales para facilitar la valorización, para el desarrollo de partes, piezas y componentes constructivos reutilizables, reversibles, durables (entre otras características); pero también la elaboración de sistemas de auditoría, acreditación, certificación de productos, servicios, procesos y personas, sistemas de inspección y evaluación de conformidad, la implementación de capacidades de ensayo, laboratorios, y sistemas de muestreo. Con este objetivo, el MMA está evaluando el desarrollo de un convenio con INN, para abordar estas materias.
Complementariamente y dado el desafío financiero y de recursos humanos que significa avanzar en todas estas materias, se trabaja actualmente en la elaboración de un proyecto para conseguir financiamiento de organizaciones multilaterales, sobre el que podremos contar más adelante.
Para Paola Valencia, secretaria ejecutiva de Sustentabilidad y Cambio Climático del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), los avances desde su cartera han sido de preparación y, teniendo como horizonte el próximo año, lo sintetiza así.
En tanto, el director general de Obras Públicas, Carlos Guzmán, plantea el desafío de crear incentivos en las licitaciones de obras, para que los contratistas cuenten con criterios sustentables como, por ejemplo, reutilización de material, cálculo de huella de carbono, compromisos con la comunidad, certificaciones, etc. Esto lo resume en los siguientes compromisos futuros: avanzar en la eliminación de barreras en la regulación y normativas que impidan la valorización, reciclaje de residuos, RCD, y la producción de materias primas secundarias para productos de la construcción; incentivar compras públicas y licitaciones de proyectos de infraestructura y edificación, que traicionen el desarrollo de la economía circular en construcción; promover las ventajas y oportunidades de una prevención y gestión sustentable de los RCD en obra y, en consecuencia, las mejoras en productividad, seguridad.
Además, Guzmán, hace hincapié en otros dos retos: participar activamente en procesos que generen herramientas, políticas públicas, iniciativas y acciones que fomenten mercados circulares en construcción, que incluyan criterios de economía circular en la evaluación de la inversión pública y permitan contar con información para mercados circulares; y, finalmente, coordinar entre los distintos servicios, el uso de material RCD.
“A partir del liderazgo y visión del programa Construye 2025, como país estamos siendo pioneros en materia de economía circular en el sector construcción a nivel latinoamericano. La hoja de ruta recientemente lanzada promueve a cambiar el paradigma de los residuos de la construcción y demolición (RCD) hacia la sustentabilidad”, complementa Elizabeth Zapata, directora de Desarrollo Tecnológico de Corfo.
La ejecutiva también comenta que a través de la convocatoria “Reto de Innovación: Economía circular en el sector construcción” buscan conectar a la industria de la construcción con el ecosistema de emprendimiento, innovación y desarrollo tecnológico, para que este pueda aportar en la generación de soluciones tecnológicas innovadoras que disminuyan la pérdida de recursos y las externalidades negativas, en ámbitos tales como nuevos materiales, uso eficiente de recursos o gestión de residuos. “Esperamos que los proyectos ganadores representen un impulso relevante para promover la circularidad en el sector, acorde a las brechas y desafíos plasmados en la hoja de ruta”, sostiene.
En tanto, ha sido “fundamental el rol de articulador y coordinador que tiene el programa para avanzar y lograr las metas propuestas en la ambiciosa hoja de ruta”, destaca la coordinadora de Sustentabilidad Alejandra Tapia. En las temáticas lideradas por Construye2025, destaca el proyecto “Portafolio de Modelos de Negocio en Economía Circular en Construcción”, cuyo objetivo es disponer información a emprendedores e innovadores para implementar nuevos negocios, y por otra parte, desde el punto de vista regulatorio, pronto se dará inicio a la consultoría “Propuesta para un marco regulatorio integrado y fomento a la valorización de los residuos de la construcción y demolición, RCD”, cuyo propósito es contribuir a acelerar los cambios en el marco regulatorio y fomento, que se requieren para implementar actividades productivas relacionadas a la valorización de residuos de construcción y demolición, entregando una orientación a los distintos servicios públicos.
Fotos gentileza Constructora Viconsa, Joaquín Cuevas.
Los interesados podrán sumarse al concurso hasta el próximo 6 de septiembre.
Corfo y Construye2025 -a través de un webinar- explicaron el concurso “Reto de Innovación: Economía Circular en Sector Construcción”, que está dirigido a aquellos innovadores y emprendedores –tanto personas naturales y jurídicas- que desarrollen proyectos para reducir los residuos de la construcción y que cuenten con un prototipo validado en entornos relevantes o simulados.
En este ámbito, Carolina Muñoz, facilitadora de innovación y ejecutiva de concursos y programas de Economía Circular de Corfo, explicó que la iniciativa “apunta a disminuir la pérdida de recursos en el sector construcción y las externalidades negativas mediante soluciones tecnológicas aplicadas a modelos de negocios, productos y servicios que incorporen la economía circular”.
Por su parte, el gerente de Capacidades Tecnológicas de la corporación estatal, Fernando Hentzschel, indicó que “Corfo ha venido impulsando las metodologías y las prácticas de economía circular como uno de los elementos claves de desarrollo sustentable en Chile”. En cuanto a los retos de innovación en construcción, la autoridad precisó que “son instrumentos de innovación abierta en torno a una problemática específica: ¿Cómo reducimos la gran cantidad de residuos que produce la actividad de la construcción?”.
Los interesados deberán presentar un prototipo de producto, proceso o servicio validado en un entorno real y tendrán plazo hasta el mediodía del 6 de septiembre para inscribirse en la iniciativa. De ese proceso serán seleccionados hasta 12 equipos, que dispondrán de un plazo de 6 meses para ejecutar la “Etapa 2, Validación en entorno real”, adjudicándose un subsidio de hasta $32,5 MM por proyecto.
Posteriormente, tres de esos 12 equipos serán escogidos para ejecutar la “Etapa 3, Diseño plan de escalabilidad” para la implementación de soluciones tecnológicas. En este caso contarán con 10 meses para la ejecución y podrán adjudicarse un subsidio de hasta $45,3 MM por proyecto.
Mientras que los beneficiarios deberán realizar un aporte de un 30% pecuniario o efectivo.
Los interesados podrán acceder a las bases del concurso AQUÍ.
Tasa de circularidad
En el evento participó la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, quien profundizó en la economía circular en el rubro, aseverando que “la construcción tiene enormes oportunidades de duplicar la tasa de circularidad”, por sobre otras cinco industrias claves, tales como el transporte, alimentación, moda, salud y comunicaciones.
En esa línea, destacó que, a partir de un trabajo coordinado entre la industria de la construcción, la academia y el sector público lograron concordar tres soluciones tecnológicas para impulsar la economía circular en el rubro: nuevos materiales y sistemas constructivos sustentables con atributos circulares; soluciones tecnológicas para el uso eficiente de recursos, materiales, energía y agua; y gestión sustentable de residuos de la construcción y demolición.
La arquitecta detalló que la construcción es uno de los mayores consumidores de materias primas y genera el 35% de los residuos sólidos. Dicho rubro al año consume un 50% de la producción mundial de acero y 3 mil millones de toneladas de materias primas. En ese contexto, ejemplificó que un edificio residencial de 20.000 m² genera un volumen desechado de 26 viviendas de 200m³.
Portafolio Construcción
En tanto, la directora de Innovación Sostenible en la Gerencia de Innovación de Corfo, Carolina González, indicó que –a partir de información obtenida desde el portal de datos de InnovaChile Corfo Data Innovación– entre 2010 y 2020, un 45,5% del total de los proyectos presentados en el Portafolio Construcción de Corfo consideró la innovación sostenible. Finalmente, la profesional agregó que al desglosar ese porcentaje sólo un 28% de esas iniciativas consideró la economía circular, en materias relacionadas con la recuperación de recursos. Cabe considerar que el 72% restante no incluyó dicho ámbito.
El webinar está disponible AQUÍ.
Aunque la industria de la construcción ha sido tradicionalmente dominada por hombres, las mujeres han ido ganando terreno. Dos innovadoras seleccionadas para participar en el Mapa Construtech comparten su experiencia.
Carolina Uribe y Sonia Reyes son dos de las mujeres que están destacando por su experiencia y talento en la industria de la construcción. Ellas postularon a las empresas que representan para sumarlas al Mapa Construtech, iniciativa de Construir Innovando de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y Construye2025, que fue creada para identificar a las mejores soluciones tecnológicas del sector.
Buscando dar visibilidad a su startup, a través de una vitrina validada por expertos para potenciar su crecimiento, la socia fundadora deJetBrokers.io, Carolina Uribe, llenó el formulario de postulación al Mapa Construtech, donde logró destacar inmediatamente. Luego de haber trabajado por más de cinco años para una de las empresas de brokers inmobiliarios más grandes de Chile y aprovechando su conocimiento sobre el mercado inmobiliario chileno, Carolina Uribe creó -junto a su socio- una moderna plataforma de gestión de ventas inmobiliarias.
Su idea fue profesionalizar el área del bróker que, según dice, no está bien reglamentada. “Mi socio ve la parte de informática y con él fuimos desarrollando este software para poder ir apoyando a otras empresas”, relata. Según la socia fundadora de JetBrokers.io, Chile tiene mucho que mostrar y enseñar al resto de la región y, en parte, eso la motivó a postular al mapa Construtech. “En inversiones inmobiliarias estamos siendo punteros”, dice con convicción.
Asimismo, Sonia Reyes, cofundadora de BIMetriX, quiso que su empresa fuera parte del Mapa Construtech. “Nacimos en 2019. Pero el proyecto se fortaleció cuando participamos en el desafío Construye Innovando, iniciativa de la Cámara Chilena de la Construcción que buscaba proyectos innovadores. Buscamos modernizar la forma de planificar para que ya no se siga haciendo en papel, sino usando las herramientas tecnológicas mediante metodología BIM. Yo soy administradora de empresa y en la academia BIM mi rol es de gestión operativa y proyectos”, explica.
Para Sonia Reyes, resultó muy interesante sumarse al Mapa Construtech, porque cree que a las startups lo que más les cuesta es llegar a empresas grandes. “Uno tiene las soluciones, pero que nos conozcamos y podamos comunicarnos siempre es un desafío. En el Mapa Construtech está ese espacio o vitrina, para que las empresas cuando tengan un desafío o necesiten de alguna tecnología tengan donde buscar”, señala.
Con BIMetriX, una herramienta BIM de data analytics basada en modelos BIM, los BIM Managers, BIM Leads, jefes de proyecto y afines, pueden gestionar en tiempo real toda la información generada en un modelo BIM. Así, esta startup quiso ayudar a que todo el personal, aún sin conocimientos previos de BIM pudiera hacer planificaciones en base a modelos 3D de forma rápida e intuitiva.
Viviendas de calidad, sustentables y eficientes es el anhelo de quienes impulsan la construcción industrializada, una metodología que podría cambiar el rumbo de las viviendas sociales, si continúa masificándose.
Aunque cambiar las políticas públicas no es un proceso sencillo, según el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Erwin Navarrete, mejorarlas es el camino, generando incentivos, acortando los tiempos y diversificando los programas habitacionales. “Ha sido un tema que ha cobrado mucha fuerza en la discusión que ha habido en los últimos meses, no solo por el déficit de vivienda, sino porque hay más de 90 mil viviendas en campamentos”, reconoce el gerente de Construye2025, Marcos Brito, quien valora los procesos más rápidos y más costo eficientes de la industrialización.
“Una misma inversión permite construir más unidades habitacionales, con un mejor estándar y en un menor plazo. Se ve que esta es la alternativa que tenemos para poder paliar este déficit y los campamentos, dado que con las metodologías tradicionales no se ha podido disminuir, sino que, por el contrario, van en aumento”, enfatiza Brito.
En este contexto, Erwin Navarrete recuerda el trabajo que convocó a más de 50 actores a nivel nacional y que fue bautizado como ‘Diálogo Nacional de Vivienda y Ciudad’, que arrojó 20 medidas concretas para disminuir el déficit habitacional vinculadas a aspectos económicos, técnicos, administrativos y normativos.
Para construir viviendas de calidad, sustentables y energéticamente eficientes, en el Minvu ya están buscando alternativas y soluciones constructivas innovadoras que permitan llegar a más familias. “Sabemos que la industrialización en la construcción reduce los tiempos en los que se ejecutan las obras, permiten un mejor control de calidad y reduce los desechos de construcción, lo que nos da el gran potencial de entregar viviendas de calidad y sostenibles en menor tiempo a más familias”, indica Erwin Navarrete.
De hecho, el ministerio cuenta con un banco de proyectos de ‘vivienda tipo’ de alto estándar con componentes industrializados, que -según el jefe de la Ditec, son opciones atractivas para que las familias vean en la construcción en madera una buena alternativa. En esta línea, se han desarrollado metodologías para la acreditación de sistemas constructivos no tradicionales para el desarrollo de proyectos habitacionales.
“Dentro del universo de proyectos aprobados, el 80% son con base en construcción industrializada. Hoy existe La Casa Que Quiero (https://www.minvu.gob.cl/la-casa-que-quiero/) una plataforma abierta a la ciudadanía que consolida estos proyectos aprobados y que pone a disposición de los usuarios un catálogo de soluciones de viviendas tipo, que permite agilizar el proceso de construcción de proyectos, al contar con diseños previamente revisados y aprobados” dice el jefe de la Ditec, consciente de que, con este tipo de iniciativas, la arquitectura se acerca a los sectores más vulnerables.
Procesos más rápidos y seguros
Junto con lo anterior, Navarrete destaca el impulso a la incorporación de nuevas metodologías de gestión y tecnologías digitales para agilizar los procesos y hacerlos más seguros, además de invitar a aumentar la trazabilidad, la transparencia y generar ahorros en los costos de producción. “Una de las iniciativas más relevantes es la implementación de BIM en programas Minvu, cuyo objetivo es mejorar la productividad y sustentabilidad de los programas ministeriales, por medio de una metodología basada en trabajo colaborativo y transformación digital”, indica.
En 2020, el Serviu Metropolitano hizo un llamado especial del D.S. 19 con BIM, lo que resultó ampliamente exitoso en términos de la respuesta del sector privado, incluso, más allá de las expectativas del Minvu, señala el jefe de la Ditec, ya que casi el 90% de las entidades desarrolladoras presentaron sus proyectos con BIM, aun cuando estaba siendo solicitado de forma voluntaria.
Para el mundo privado, la construcción industrializada también se ha convertido en una solución a muchas problemáticas. La presidenta del Comité de Vivienda de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Jacqueline Gálvez, está convencida del potencial de esta herramienta sostenible y de alto estándar que, además, respeta a los diferentes tipos de familias. “Es lo que necesitamos masificar para que se entienda que la industrialización hace la versatilidad. De bajo impacto ambiental, nos permite hacer el mismo trabajo en menos tiempo y es más segura para los trabajadores. Estamos perdiendo tiempo en no usarla lo antes posible para atacar el déficit habitacional”, señala.
Por su parte, el presidente del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Sebastián Fourcade, destaca que, en terrenos más complejos, la construcción industrializada permite planificar soluciones diversas que ayudan a enfrentar de mejor manera las complejidades.
“La industrialización en general, en otros lugares se produce como resultado a mayor costo de vida. A medida que hay más restricciones para la construcción o la mano de obra se vuelve más cara, las empresas constructoras se reinventan y eso hace que aparezca la construcción industrializada, pero promover a nivel país estas soluciones hacia una construcción 2.0”, comenta el presidente del CCI.
En etapa de curatoría se encuentra la iniciativa que dará visibilidad a las mejores soluciones tecnológicas de la industria de la construcción.
Identificar las mejores soluciones tecnológicas para el sector de la construcción, darles visibilidad a través de una vitrina validada y ayudar con ello a potenciar su crecimiento, es la misión que la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y Construye2025, le encomendaron al jurado de la iniciativa Mapa Construtech.
Un comité de especialistas está deliberando para elegir a las mejores 50 empresas tecnológicas en Chile que serán parte de esta vitrina. “Reunir en un solo espacio a un grupo importante de empresas de base tecnológica para el sector construcción es un tremendo aporte, pues contribuye a generar alianzas y visibilización, al mismo tiempo que se difunden capacidades y conocimiento de las empresas, que existen en el ecosistema y a veces son poco conocidas”, afirma Yasna Pardo, gerente de Asuntos Corporativos del Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTeC).
Según Ignacio Peña, coordinador de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Construye2025, la plataforma será una herramienta clave para dar a conocer las ofertas tecnológicas existentes. “Una vitrina para promover emprendimientos y startups de base tecnológica, organizaciones que son un pilar fundamental para mejorar la productividad de la industria. Con este proyecto, esperamos que cada vez se vayan sumando nuevas empresas intensivas en tecnologías que contribuyan a fortalecer nuestro sector”, complementa Yasna Pardo.
Otros países ya han demostrado el éxito de este tipo de iniciativas y, hoy, Chile hace lo suyo, para conectar a grandes empresas con startups que están totalmente preparadas para solucionar sus problemas, mejorar su productividad y ayudarles a ser más sustentables. “En Construye2025, estamos muy entusiasmados con esta iniciativa, que venimos desarrollando desde el año pasado, a través del Comité Gestor de Desarrollo Tecnológico de nuestro programa, por el impacto que, sin duda, será significativo”, sostiene Marcos Brito, gerente de Construye2025.
El Mapa Construtech estará disponible el lunes 9 de agosto en https://cchc.cl/mapaconstrutech/
Aprovechando un desecho recurrente en la industria de la construcción y acuícola, un emprendimiento de la Región de Los Lagos logró fabricar recubrimientos y pinturas, entregando valor al residuo, sumándose a la tendencia de economía circular.
La historia de Poliestirec comenzó con su participación en un concurso de innovación abierta que hizo Axis Desarrollos Constructivos, mientras buscaba la reducción de los contaminantes de la construcción y de la industria acuícola para impactar positivamente en la región. Entonces, se hicieron cuatro talleres para aterrizar ideas y Poliestirec, que tomó el poliestireno expandido, “plumavit”, para transformarlo en resina para hacer pinturas, quedó finalista.
Hoy, la empresa de economía circular gestiona y trata los RCD en la línea del poliestireno expandido residual (plumavit), transformándolo en recubrimientos y pinturas, entregando valor a este residuo y logrando así reducir grandes cantidades de desechos. En un principio, el foco de la empresa era el reciclaje. Pero, ahora, la venta de pintura es su objetivo principal.

Poliestirec es una empresa que vende pintura para poder reciclar, porque sin lo primero, no es posible lo segundo. Además, existe una segunda línea de negocios: asesorías de gestión de residuos; y una tercera: gestión del EPS, que consiste en recibir este insumo en la planta.
“Tenemos la capacidad de hacer reciclaje local, significa que no gastamos grandes cantidades de carbono en poder generar este tratamiento del residuo, transformándolo normalmente en un producto con un valor agregado. Es decir, que nosotros -desde el residuo- que se genera en el espacio, en la zona, y en el mismo lugar nosotros lo tratamos y vendemos el producto. Entonces, tenemos una economía de reciclaje local que nos permite tener una diferenciación con respecto al modelo, que es mucho menos amigable con el medio ambiente”, comenta Antonio Vial, gerente general de Poliestirec.
Educando nuevas generaciones
Otra de las acciones que está haciendo brillar a este emprendimiento es el conocimiento y experiencia que sus líderes están traspasando a las nuevas generaciones. Hoy, la empresa está en la última etapa de trabajo con un colegio donde han tenido contacto directo con los niños, a quienes han podido explicarles que el lugar donde estudian está siendo pintado con “productos reciclajados”. “Esa enseñanza va a quedar para todos los niños de todas las generaciones por el resto de la historia de ese colegio. Va a trascender. Y para los padres de los niños también, va a ser un ícono muy importante para nosotros”, afirma Vial.
Asimismo, la empresa fue proveedora de un estacionamiento cuya techumbre tiene poliestireno expandido. “Lo gracioso de ese proceso es que van a pintar sobre el elemento que nosotros utilizamos para generar la resina para hacer la base de la pintura. Entonces, técnicamente hablando, se está logrando tener un producto que, una vez terminado, no daña el material que se diluyó para hacer el producto”, acota el gerente general.
Pero de todos los proyectos, el proyecto más interesante ha sido el del colegio porque además se ha incluido la participación de los niños, el que más les apasionan, tanto a Vial como al gerente de Operaciones, Carlos Santibañez. Según dicen, debido a que incorporan elementos sociales y culturales. “Además, se trabaja con los colores con sentido, es decir, no se pinta solo blanco y amarillo, sino que cada sala tiene un color específico que busca cierto novel sensorial de los niños según su ciclo de educación. Entonces es un desafío y un entrenamiento técnico y de aprendizaje para nosotros, como empresa que también diseña colores”, señala el gerente de Poliestirec.
Con sus máquinas, la empresa puede utilizar tanto el poliestireno expandido que viene con residuos, adherido a un bloque de hormigón, como el que viene con paneles SIP, junto a la madera y con pegamento. Al obtener la materia prima, la empresa puede fabricar desde esmaltes al agua hasta una gama de látex, además de recubrimientos técnicos, como sellos de piso, que son solventes.

El público objetivo de Poliestirec son las constructoras, principalmente, aunque los productos también están disponibles para particulares en poliestirec.cl. “Las empresas salmoneras también compran, pero de a poquito nos estamos metiendo en ese rubro”, explica Antonio Vial, quien también trabaja con algunos contratistas especializados en la aplicación de sus productos.
El proceso completo de Poliestirec fue diseñado para no generar residuos. De hecho, en dos años, solo se ha llenado un tambor y medio de residuos líquidos, cuya capacidad es de 200 litros. “De todos los miles de litros, hemos tenido eso porque tratamos de no tener residuos. ¿Cómo lo hacemos? Uno: por ejemplo, la resina tiene otros fines, otros usos. Con la resina uno puede hacer moldes, distintas cosas. Y, lo otro, es que la pintura que va sobrando la vamos juntando. Generalmente, el blanco es el que manda en el mercado de las pinturas. Entonces, vamos juntando y llega gente que necesita pintar un muro de su casa, toma, aquí te regalamos una pintura”, detalla Vial.

Crisis sociales, estrés por pérdida de empleo, la crisis del estallido social y la pandemia han evidenciado las dificultades en el acceso a la vivienda, cuya demanda ha crecido sostenidamente, llegando a marcar un déficit país de 700 mil hogares. Para dar solución a esta problemática, se congregó a un “Diálogo Nacional por la Vivienda y la Ciudad”.
Más de 30 representantes de universidades y centros de estudios, asociaciones gremiales, municipios, sociedad civil, fundaciones, dirigentes y consultores, del Congreso Nacional y del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, incluido el presidente de Construye2025, Pablo Ivelic, aportaron su mirada al “Diálogo Nacional por la Vivienda y la Ciudad”. Dicha instancia busca abordar en los próximos 60 días medidas concretas para enfrentar las urgencias en materia habitacional y urbana.
La mesa de trabajo estableció tres objetivos principales: generar un diálogo nacional por la vivienda y la ciudad; aplicar medidas concretas a corto plazo para favorecer el acceso a la vivienda y resolver el hacinamiento y los campamentos; y establecer una agenda de largo plazo para asegurar continuidad y sostenibilidad en el desarrollo de la vivienda y de la ciudad.
El objetivo del Ministerio de Vivienda fue trabajar colaborativamente para solucionar una problemática que requería de múltiples miradas. “Primero, la pandemia visibiliza y afecta la precariedad habitacional. Este aumento del déficit habitacional en el país en los últimos años obedece a un factor de migración vulnerable, también a la pérdida de empleos; segundo, la baja en los ingresos familiares también es un factor; y, la tercera parte, es el Estado, el ministerio. Las comunas donde más ha aumentado el déficit son aquellas donde al Estado le ha costado construir viviendas de interés social. Tiene que ver, en parte, con la poca gestión en la búsqueda de suelo”, explicó el subsecretario de Vivienda y Urbanismo, Guillermo Rolando.
De ahí nació la instancia de diálogo, por acuerdo unánime en el Senado, como primer paso para fijar un plan de acción con medidas de corto y largo plazo que respondan a las necesidades de los 700 mil viviendas que hoy no tienen casa. “Se conformó un programa realista, que dio como fruto al menos 20 medidas principales. En esto, los municipios, especialmente, las direcciones de obra tienen una capacidad de ejecución que no tiene otra unidad. Algunas tenemos implementados sistemas para determinar rápidamente las demandas a partir de los datos del registro social de hogares e implementar soluciones que atiendan con rapidez el déficit de vivienda local”, explica Yuri Rodríguez, director de Obras Municipales de Casablanca.
Demanda vs oferta
Según el especialista, cada municipalidad debería determinar la tipología de demanda y el universo de demanda para tener claridad de hacia dónde ir. Asimismo, el arquitecto valora la participación del mundo académico en estas instancias e invita a las escuelas de arquitectura a extender la enseñanza sobre políticas públicas.
Quienes han podido aprovechar las ventajas de DOM en Línea cuentan con un sistema de información geográfico que permite tener a la vista un catastro que garantiza más de un 99% de asertividad, porcentaje que se compara con el de comunas cuyo catastro no llega ni al 60%. “Ir incorporando la tecnología nos ha permitido ir acortando las brechas. Cuando tenemos nuestro catastro actualizado, lo más probable que suceda es que haya justicia tributaria en las cargas de contribuciones que reciben las personas. La totalidad de la tramitación debe ser electrónica”, comenta Yuri Rodríguez.
En tanto, la gerente de la inmobiliaria social Techo de la Fundación Techo, Loreto Wahr, destaca la discusión en torno a cómo impulsar de mejor forma el parque de vivienda pública para renta, es decir, facilitar el acceso a la vivienda. “Se requiere una acción estatal para avanzar más decididamente. Es lo que me ha parecido más relevante, que existan concursos para hacer más competitivas y de mejor calidad las soluciones de proyectos habitacionales. Tenemos que ver también cómo hacemos para que el Estado tenga más terrenos públicos para poder ofrecer soluciones; generar incentivos para facilitar el acceso a la vivienda y al financiamiento para los sectores medios”, señala.
Y es que, según Loreto Wahr, hay una parte de la población que no está bancarizada, algunas por ingresos y otras por informalidad de la actividad. En este ámbito, cree que deben abrirse posibilidades para hacer más expedito y flexible el acceso. “Armar un banco de suelo a través de glosas, flexibilizar condiciones”, afirma. Pero, además, del problema de falta de acceso al sistema bancario -que se traduce también en falta de acceso a la vivienda- la ejecutiva ve falencias normativas, institucionales y de gestión.
“Para nosotros como representantes de la sociedad civil fue interesante poder participar, pero nos preocupa que se cumplan las medidas. Esperamos que no se queden solo en buenas intenciones. Un buen gobierno necesita una buena fiscalización también y ahí las organizaciones de la sociedad civil juegan un rol importante”, dice Loreto Wahr.
Desde el 28 de mayo, las empresas que buscan digitalizar la construcción en Chile están inscribiéndose, buscando convertirse en una de las 50 seleccionadas para estar en la vitrina que lideran la CChC, Construye2025 y Construir Innovando.
La Cámara Chilena de la Construcción, Construye2025 y Construir Innovando se unieron para dar con las mejores 50 empresas tecnológicas vinculadas al sector Construcción en Chile, que tendrán el privilegio de sumarse a la nueva plataforma “Mapa Construtech”. Dicha iniciativa, identificará las mejores soluciones tecnológicas que podrían mejorar diversos aspectos de la industria, para darles visibilidad y ayudarlas a potenciar su crecimiento en una verdadera vitrina, organizada por categorías, para recibir al público objetivo de quienes figuren en este mapa.
“Estamos muy contentos, ya que, en el difícil contexto de la pandemia, surgió este proyecto cuya convocatoria tiene la finalidad de buscar e identificar las mejores soluciones tecnológicas para la construcción y darles el reconocimiento que corresponde”, señala Conrad von Igel, gerente de Innovación de la Cámara Chilena de la Construcción.
En la selección, participarán representantes de entidades especialistas en innovación y tecnología, tales como Startup Chile, Socialab, UDD Ventures, Brinca, Centro de Innovación UC, Open Beauchef, CIPYCS y CteC. Inscribirse es muy fácil, ya que cualquier representante, fundador, socio o gerente de la empresa puede presentar las soluciones. Las bases y requisitos están publicados en Mapa Construtech, sitio en el cual los usuarios podrán navegar a través de distintas categorías para acceder a cada empresa de forma rápida y simple.
“Queremos hacer una invitación abierta a todas aquellas empresas que quieran aportar con soluciones, a participar de esta iniciativa, que lo que busca es, sin lugar a dudas, lograr transformar la industria de la construcción en Chile”, añade el gerente de Innovación de la Cámara Chilena de la Construcción.
Algunas de las claves para postular al “Mapa Construtech” son: identificar qué hace que la solución propuesta agregue un valor único a sus clientes a nivel tecnológico, operativo y de modelo de negocios; tener claridad respecto a cuáles son los competidores y sustitutos de la solución y cómo la empresa se diferencia de ellos; y mostrar qué resultados concretos y tangibles han obtenido con clientes y/o usuarios.
Según el coordinador de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Construye2025, Ignacio Peña, esta iniciativa ya se ha hecho en otros países, donde ha conseguido importantes resultados. “Lo que queremos para Chile es que los tomadores de decisiones y los gerentes o encargados de innovación en una compañía, puedan encontrar las empresas tecnológicas del país que están listas para dar soluciones a sus problemas, pudiendo entender de mejor manera cuál de esas soluciones les sirve, qué tipo de solución es y en qué parte de su cadena de valor entra”, detalla.
La convocatoria se amplió en dos semanas y las nuevas fechas son:
Puedes postular si tienes una empresa tecnológica, y estas en alguna de estas categorías:
Tipo de servicio
Tipo de tecnología
Etapa del proceso
https://www.pauta.cl/programas/cafe-de-la-construccion/cafe-de-la-construccion-26-de-junio-de-2021
En el programa Café de la Construcción, del 26 de junio de 2021 de Radio Pauta, el coordinador de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Construye2025, Ignacio Peña, abordó la nueva plataforma Mapa Contech.
El objetivo es validar las acciones propuestas para lograr la neutralidad del carbono en el 2050.
El sector de la construcción genera cerca del 40% del total de emisiones de gases de efecto invernadero globales. Por esto, para dar cumplimiento a los desafíos en materia de carbono neutralidad al 2050, es crucial la definición de una estrategia de descarbonización para el sector.
En este escenario, en el año 2019, se formalizó el Comité de Huella de Carbono para el Sector Construcción en el Instituto de la Construcción (IC), al alero de su Convenio de Colaboración con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y que está conformado por instituciones relacionadas al sector que, de manera voluntaria, ofrecen el conocimiento para redactar y poner en marcha una Estrategia Nacional para la reducción de las emisiones de carbono de todo el sector construcción (edificaciones e infraestructura), a lo largo de todo su ciclo de vida.
A la fecha, ya se han definido los lineamientos principales de una hoja de ruta y desarrollado un completo estudio de análisis del estado de arte en huella de carbono a nivel nacional e internacional.
En base a estos productos, se desarrolló una consultoría para elaborar la primera propuesta de la “Estrategia Nacional de Huella de Carbono para el Sector Construcción”, cuyo documento será lanzado para consulta pública el próximo miércoles 16 de junio a las 11:00 horas, con el objetivo de validar las acciones propuestas para lograr la neutralidad del carbono en el 2050.
En este evento online, se expondrá el Estado del Arte Nacional e Internacional en Huella de Carbono del Sector Construcción, presentación que estará a cargo de Pía Wiche, de la empresa consultora EcoEd.
Asimismo, se presentará la Propuesta de Estrategia Nacional de Huella de Carbono para el Sector Construcción, que estará a cargo de Mauricio Villaseñor de la empresa consultora EBP.
Cabe señalar que representantes del sector privado, proveedores de materiales de construcción y gremios profesionales, han planteado compromisos muy importantes para el desarrollo y aplicación de la estrategia, tales como certificados de huella de carbono contenida (cuna a puerta) de materiales de construcción, desarrollo de calculadoras para productos específicos, medición de huella en construcción de edificios, actividades de capacitación y difusión.
Dada la relevancia de estas acciones, es que es fundamental la participación de todos los actores en este proceso de consulta publica.
No te pierdas el lanzamiento e inscríbete aquí https://bit.ly/2Tlolph
Las primeras investigaciones para el desarrollo de viviendas sociales están demostrando la factibilidad técnica de la tecnología, su competitividad y el enorme aporte medioambiental, social y económico que puede alcanzar.
Hoy, los nuevos sistemas constructivos y las soluciones arquitectónicas eficientes y sustentables se están robando todas las miradas. La impresión 3D, por ejemplo, está revolucionando la construcción de viviendas sociales gracias a la reducción de los costos, la mayor rapidez en faena y la reducción de desechos en obra, entre otras ventajas.
Marianne Küpfer, socia directora de Proyectos de René Lagos Engineers, y Fernando Marín, director de Proyectos e Iniciativas Globales de la Vicerrectoría de Desarrollo y Gestión de la Universidad Mayor, han sido fieles representantes de la tecnología, que podría cambiarle la cara a las viviendas sociales chilenas, gracias a un proyecto respaldado por Corfo que favorece la impresión 3D de hormigón.
“El principal objetivo del proyecto es crear y validar una metodología que permita que la tecnología de impresión 3D de gran escala (2 o 3 pisos) se pueda desarrollar en Chile, enfrentando nuestras particulares condiciones sísmicas reflejadas en las estrictas normas chilenas. La tecnología ya está desarrollada en varios países del mundo, pero con condiciones sísmicas mucho menos exigentes que las nuestras”, señala el investigador.
La idea de esto sería validar que todas las ventajas de esta nueva manera de construir sean aprovechables en Chile y que las modificaciones estructurales mantengan la tecnología en niveles competitivos, tanto para vivienda social como para otros segmentos de vivienda.
¿Cómo se evaluó la factibilidad de construcción con tecnología H3D para viviendas sociales en Chile? La ingeniera Marianne Küpfer recuerda que el primer paso fue elaborar una propuesta arquitectónica que se ajustara a los estándares Minvu para viviendas sociales y que, al mismo tiempo, se pudiera materializar de manera eficiente con tecnología de impresión 3D. El segundo paso fue verificar la factibilidad técnica de la propuesta en cuanto a un diseño estructural sismorresistente acorde a la normativa chilena; mientras que, el tercero, fue realizar una comparación del prototipo propuesto, con alternativas más tradicionales de construcción en la zona central de Chile, como son la albañilería confinada y el hormigón armado convencional.
Según la especialista de René Lagos Engineers, construir con esta tecnología genera beneficios como la reducción considerable de mano de obra, la eliminación del uso de moldajes, la reducción de residuos de construcción, la ejecución con un alto control de calidad, la versatilidad de formas que se pueden lograr y la flexibilidad de usos que se le puede dar a la tecnología de impresión 3D. Igualmente, Fernando Marín, de la Universidad Mayor, valora la velocidad de construcción y la calidad y precisión de la obra automatizada, lo que permite adelantar en fabrica muchas otras terminaciones que, finalmente, también redundan en los plazos. “Si bien hemos apuntado esta investigación a la vivienda social como objeto de estudio y ya habiendo validado el cumplimiento de la normativa sísmica chilena, la tecnología tiene también muchas otras aplicaciones, tales como paneles, mobiliario urbano y casi cualquier obra de arquitectura de hasta tres pisos por ahora”, argumenta.
Junto con evaluar esta tecnología en su condición actual, los investigadores están trabajando en modificar y mejorar su uso, incorporando en la mezcla de impresión otros materiales como la nanocelulosa, para reducir la cantidad de cemento. “Desde la Universidad Mayor, estamos trabajando ya en ensayos de laboratorios en nuestro Centro de nanotecnología aplicada, para alcanzar esta nueva meta que tributa a los objetivos país en temas medioambientales”, cuenta Fernando Marín.
Si bien los cambios en el rubro de la construcción son difíciles de implementar, toman tiempo y requieren demostrar un beneficio económico, aspectos complementarios como el bajo impacto ambiental y la economía circular han ido abriéndose camino. “El mercado poco a poco va entendiendo lo que esto implica y va exigiendo soluciones habitacionales alineadas con estos aspectos. Para RLE es importante participar en la evaluación de estos nuevos sistemas constructivos, pues la seguridad estructural de las viviendas, ante la alta sismicidad que afecta frecuentemente a nuestro país, debe ser considerada una variable fundamental”, argumenta Marianne Küpfer.
Manufactura aditiva
Para certificar la impresión 3D en hormigón como sistema constructivo no tradicional y masificar su uso en la industria de la construcción, nació el proyecto “Anaquel de manufactura aditiva, hacia un nuevo lenguaje arquitectónico”, que lidera la arquitecta Verónica Arcos. Mediante la fabricación de prototipos arquitectónicos a escala real, se ha ido construyendo un catálogo de piezas que pretende validar la tecnología frente a postulaciones de financiamiento mayores y de más largo aliento.
El proyecto tiene cinco etapas y en este momento están en la segunda. “La meta final del proyecto es certificar la impresión 3D en hormigón como un sistema constructivo no tradicional, para comenzar a masificar su uso en la industria de la construcción, tanto en Chile como en el resto de la región”, señala Verónica Arcos, quien cree que dadas las condiciones de crisis social, sanitaria, económica, política y ambiental, es fundamental operar con sistemas tecnológicos más económicos, sustentables, seguros y eficaces.
La impresión 3D en hormigón, en este sentido, ofrece muchas ventajas que la destacan sobre los métodos convencionales. Por ejemplo, el hecho de que no requiere moldajes, se traduce en la eliminación total de escombros, acelera los tiempos de la obra gruesa y reduce la cantidad de mano de obra en la faena. Además, la arquitecta destaca que el mayor control permite reducir en un porcentaje alto el riesgo como parte del presupuesto y brinda más seguridad a los trabajadores, ya que son los robots los que hacen la faena. “Ofrece una libertad formal nunca antes vista en nuestro campo, dando pie a un nuevo lenguaje arquitectónico: un lenguaje basado en la forma resistente tanto en el proceso de impresión como después del fragüe”, puntualiza Arcos.
Según la especialista, quien es Master of Architecture del Berlage Institute en Rotterdam, la tecnología de punta se traducirá necesariamente en una reducción de costos, procesos más sustentables, mayor rapidez en la faena y en la oportunidad de personalizar las viviendas o edificaciones de los usuarios. “Si se construye un conjunto de 30 viviendas sociales, se podrán tener 30 fachadas distintas, sin alterar los costos de manera significativa. Esos costos serán más bien marginales. Esto permitirá tener barrios más amigables, donde la gente pueda sentirse más identificada con sus casas. Además, pienso que al bajar los costos de construcción, si hablamos de vivienda social, eventualmente se podrían obtener viviendas de mayor superficie que las actuales. Lo que después de la pandemia que estamos viviendo sabemos que es imprescindible”, afirma.
La planta de tratamiento y valorización de residuos de la construcción y demolición logró financiarse gracias a Doble Impacto, una plataforma que opera como crowdfunding, pero que pronto podría convertirse en banco para impulsar proyectos con sentido que no encajan en la banca tradicional.
Convencer a otros de financiar proyectos sostenibles es la noble misión de Doble Impacto, la plataforma de inversiones que logró hacer match con Revaloriza, la empresa que instalará la primera planta en Chile que se dedicará a la valorización de residuos de la construcción y demolición (RCD), en la Región de Valparaíso. El proyecto -que lidera Karen Aguilera- pretende reciclar y valorizar 120.000 toneladas de residuos de la construcción y demolición procedentes de la Región de Valparaíso en un plazo de tres años, generando un beneficio económico, social y ambiental.
Revaloriza fue la respuesta de un grupo de empresas constructoras e inmobiliarias que, junto a un equipo multidisciplinario, optó por tomar la iniciativa respecto al manejo de residuos, promoviendo la economía circular en la Región de Valparaíso y la recuperación de pasivos ambientales.
Un terreno de más de 21 mil metros cuadrados, ubicado en el sector industrial de Viña del Mar, fue el elegido para edificar la planta. “Como empresa estudiamos las ciudades que más residuos generan dentro de la región y las que más pasivos ambientales generan son Viña y Concón. Los RCD quedan dispuestos en quebradas y son un peligro por las potenciales remociones en masa”, explica la ingeniera ambiental.
Actualmente, la Región de Valparaíso genera del orden de 896.000 toneladas anuales de estos residuos, lo que la convierte en la segunda región con mayor generación a nivel nacional y, por lo mismo, foco de interés de Revaloriza que quiso tomar un rol proactivo en la solución de ese problema. “Nuestra idea es vincular a todos los actores de la cadena: constructoras, transportistas, recicladores de base, comunidad y autoridades, incluso, a la academia para poder desarrollar nuevos productos e impulsar la innovación regional, buscando ser referentes a nivel nacional”, explica la gerente general de la empresa, Karen Aguilera.
El modelo Revaloriza
En Revaloriza enseñan y capacitan a las constructoras para que logren reducir en 30% el volumen de los desechos que generan, ayudándoles a segregar en origen y a distribuir a plantas de reciclaje. Además, esta pyme ha logrado recuperar antiguos pozos de extracción de áridos (desde 2018) con tierras de excavación que, usualmente, se iban a los fondos de las quebradas.
Con su modelo de negocio triple impacto, la empresa se apega a la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035, que lanzó Construye2025 en 2020 junto a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente y Corfo, y busca solucionar un problema transversal en la industria de la construcción que, además, espera contribuir a la disminución de incendios causados por la presencia de microbasurales clandestinos o mala disposición de residuos.
Algunos de los objetivos de Revaloriza son: fomentar la reutilización de residuos, disminuir el volumen de RCD en puntos de segregación; y, por supuesto, reducir el uso del transporte, el consumo en materias primas, los costos de limpieza y los riesgos laborales. Asimismo, a Karen Aguilera la motiva la disminución de la huella de carbono, lo que espera lograr disminuyendo el tránsito de camiones, impulsando la valorización de residuos entendidos como recursos, y el uso de materias primas secundarias.
¿Por qué Doble Impacto creyó en Revaloriza? Porque, tal como explica, Gerardo Wijnant, subgerente de Impacto en Doble Impacto, la plataforma de inversiones apuesta por empresas y personas que buscan generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. “Buscamos proyectos con sentido y en el camino nos hemos ido encontrando con diversas iniciativas, de inclusión social, turismo sostenible, eficiencia energética, consumo y producción sostenible, una de ellas fue Revaloriza”, señala el ejecutivo.
Doble Impacto es sinónimo de banca ética, como se conoce a las instituciones financieras que apuestan por una economía centrada en las personas y el planeta. Estas organizaciones se diferencian de la banca tradicional porque invierten en proyectos de economía real y no en instrumentos especulativos, pero también porque sus criterios de inversión se ajustan a los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” definidos por la ONU en 2015.
Por otra parte, la entidad plantea que la mayoría de las las empresas tradicionales se consideran una posición exclusivamente maximizadora de beneficios y con una visión a corto plazo, sin embargo, cada vez más se valora a las que se enfocan en otros modelos de economías que consideren el valor compartido, replanteando el sentido que las empresas tienen en la sociedad y su impacto en el medio ambiente.
Asimismo, la entidad para asegurar el control de los dineros que reciben, manejan una cuenta en un banco nacional, y no aceptan dinero en efectivo, sino solamente transferencias de cuentas nacionales, dado que la banca chilena está regulada.
Por Francisco López, subsecretario de Energía.
En Chile nos hemos puesto la meta de ser un país Carbono Neutral al 2050. Es por eso que estamos impulsando decididamente una serie de iniciativas.
Entre ellas, están el plan de cierre de centrales a carbón, el fomento de las energías renovables, el desarrollo de una industria de hidrógeno verde, y la electromovilidad.
Todos estos pilares estratégicos son necesarios y están siendo abordados de manera sistemática por el Ministerio de Energía. Pero sabemos que es la eficiencia energética la que más contribuye a esa meta: representa más de 35% de las reducciones de gases de efecto invernadero proyectadas al 2050.
A mediados de enero, el presidente Sebastián Piñera promulgó la primera Ley de Eficiencia Energética (N°21.305), que promoverá el uso eficiente de la energía que hoy nos conecta, nos ilumina y nos abriga.
Con su puesta en ejecución, lograremos al 2030 una reducción de la intensidad energética del 10%, un ahorro acumulado de US$15.200 millones y una reducción de 28,6 millones Toneladas de CO2: lo anterior equivale a evitar el recorrido anual de 15,8 millones de vehículos livianos o a la absorción anual de 1,8 millones de hectáreas de bosque nativo.
Esta ley exigirá a los grandes consumidores que implementen sistemas de gestión de la energía. Con ello, reducirán sus consumos de manera sistemática, bajando también sus costos económicos y aumentando la productividad.
Se exigirá también nuevos estándares de eficiencia energética para el parque vehicular nuevo, promoviendo la electromovilidad. Esta ley, además, declara al hidrógeno, expresamente como combustible.
Las edificaciones nuevas tendrán un etiquetado como el que hoy tienen los electrodomésticos o vehículos. ¿Por qué esto es importante? Porque las edificaciones consumen casi un cuarto de la energía total del país, y parte importante de ésta se destina a calefacción.
De esta manera, la ley de Eficiencia Energética establece que edificaciones nuevas, como viviendas, edificios de uso público, edificios comerciales y edificios de oficinas, cuenten con una Calificación Energética para obtener la recepción final o definitiva.
Esta etiqueta deberá incluirse en toda publicidad de venta que realicen empresas. La norma es aplicable a empresas constructoras e inmobiliarias y a Servicios de Vivienda y Urbanismo. Además, la ley crea el registro de evaluadores, quienes realizarán las calificaciones energéticas de las edificaciones.
Desde lo práctico, creemos que esta indicación de la ley será muy positiva para las personas, pues este etiquetado -por ejemplo- permitirá a las familias tomar una decisión informada a la hora de comprar una vivienda y así optar por la que represente un mayor confort térmico, que considere por ejemplo el uso de equipos eficientes, o energías renovables no convencionales; permitiendo así un mayor ahorro en calefacción, enfriamiento, iluminación y agua caliente sanitaria.
En concreto, la etiqueta de eficiencia energética mostrará cuál es el porcentaje de ahorro en la demanda de energía para lograr calefacción, enfriamiento e iluminación apropiados para la vivienda, y el nivel de eficiencia energética en función del porcentaje de disminución de la demanda de energía. Gracias a ello, las viviendas contarán con una etiqueta con colores, porcentajes y letras, que van desde la A+ a la G, siendo esta última la menos eficiente, mientras que la letra E representa el estándar actual de construcción.
La Ley de Eficiencia Energética es un gran paso, y nos abre grandes posibilidades de acción a todos para reducir nuestra huella de carbono, para ahorrar en costos económicos, para lograr nuestra meta de carbono neutralidad, y mejorar además de manera considerable nuestra calidad de vida.
La llegada del coronavirus nos dio lecciones a todos, pero también despertó nuestra resiliencia y capacidad de innovación. Mandatada por Construye2025, con apoyo del Instituto de la Construcción, la consultora In-Data dio con cinco soluciones clave para la reactivación y la productividad tras “tomarle el pulso” a la industria.
Cada industria ha experimentado los cambios de manera distinta y ha tenido que vivir sus propios aprendizajes. Con el fin de levantar información y entregar propuestas para el sector construcción, mandatada por Construye2025 y con apoyo del Instituto de la Construcción, la consultora In-Data ha estado trabajando en un completo reporte, que recoge soluciones de corto, mediano y largo plazo.
¿Cómo acercar la empresa al trabajador? ¿Cómo evitar la escasez y/o retraso en la entrega de insumos y productos? ¿Cómo bajar los impactos en los tiempos y productividad en obra? ¿Cómo se incorporan tecnologías e innovaciones en el rubro? Han sido algunas de las preguntas que Cristián Yañez, gerente general, y Eva Sánchez, investigadora de In-Data, buscaron responder mediante su investigación.
“Como conclusión, el escenario actual de pandemia dejó una serie de aprendizajes, con foco en ámbitos como recursos humanos y organización; necesidad de planificación y mantención de la cadena de abastecimiento en el rubro; acelerar la implementación de procesos de digitalización y automatización; acelerar soluciones industrializadas en la construcción; y re impulsar la construcción sustentable, tanto en el sector público como privado”, explican los especialistas.
De esta manera, mediante el trabajo participativo de una serie de talleres, In-Data logró priorizar cinco soluciones, que asoció a cinco fichas resumen, que detallan el alcance y/o objetivos específicos a los que responde cada propuesta, el periodo de implementación determinado, el desglose de las actividades específicas requeridas para dar cumplimiento los objetivos y los actores responsables de liderarlas y llevarlas a cabo. Éstas son las cinco propuestas macro:
Algunas recomendaciones de In-Data, en el ámbito de las competencias laborales fueron: elaborar una hoja de ruta de capacitación tecnológica, levantar diagnósticos periódicos del estado del capital humano, mirar la experiencia nacional y tomar el desafío de introducir metodologías de innovación a nivel organizacional.
En tanto, en abastecimiento, uno de los consejos clave es considerar el uso de software y aplicaciones móviles para el control de gestión e integración de información terreno. Por el lado del BIM, los consultores invitaron a revisar experiencias internacionales, como el caso del uso de escaneo 3D y modelos BIM, en New Jersey, para reemplazar totalmente el daño causado por un incendio en tiempo récord.
Respecto de la promoción de la industrialización, en In-Data, valoraron las iniciativas desarrolladas por el Consejo de Construcción Industrializada y Construye2025. Mientras que, en el último punto, los consultores apuntaron a la generación de incentivos para el desarrollo de una construcción sustentable.
Con Sebastián Fourcade a la cabeza y Tatiana Martínez como vicepresidenta, el CCI continuará impulsando el trabajo colaborativo para acortar las brechas en capital humano, tecnología y normativa, que ayudarán a las soluciones constructivas.
Apasionado por la construcción industrializada, Sebastián Fourcade, asumió feliz la presidencia del directorio del CCI, para hacer frente múltiples desafíos de corto y largo plazo. “Creo que la primera tarea era difundir correctamente lo que significa construcción industrializada. Esto educa y, además, siembra curiosidad por la innovación. Luego, habrá que preocuparse de asesorar y apoyar a todos aquellos que quieran sumarse. Pero, es importante que estos intentos no sean opacados por los fracasos (que siempre hay)”, dijo.
Y es que el proceso de industrialización no es binario, sino de una mejora constante, según el nuevo presidente del CCI. Además, Fourcade considera necesario crear las bases en el mercado, es decir, eliminar barreras preestablecidas para este tipo de construcciones, crear alianzas con instituciones educacionales, que ayuden a formar/capacitar, entre otras. Por último, aspira a generar las herramientas y/o índices que permitan validar cada mejora en el proceso de industrialización, lo cual facilita la claridad y alcance de los objetivos.
En este sentido, en 2021 los comités continuarán trabajando en varios proyectos para resolver desafíos diversos. Asimismo, el CCI seguirá convocando socios motivados que se sientan desafiados a pensar “fuera de la caja” , tal como plantea el nuevo titular del Consejo.
Por su parte, Tatiana Martínez, recién electa vicepresidenta del CCI, aspira a fomentar la confianza para trabajar de forma colaborativa en equipos multidisciplinarios, con el fin de evolucionar en el ámbito constructivo. “Es indispensable pensar como equipo, para que todos quieran navegar por la zona de aprendizaje en nuevas metodologías de trabajo, gestión de proyectos, implementación de tecnología y que estén preparados para aprender sobre industrialización y desaprender algunas cosas”, dice.
A romper paradigmas
Según la vicepresidenta del CCI, la construcción industrializada en Chile tiene un gran potencial de crecimiento. No obstante, éste dependerá, principalmente, de quienes toman decisiones al interior de las empresas que construyen cualquier tipo de edificación o instituciones que licitan proyectos de infraestructura pública, vivienda u obras civiles; ya que para hacer que las cosas pasen, los líderes tienen la responsabilidad de romper viejos paradigmas, acortar las brechas, levantar restricciones y estar abiertos al cambio, visualizando siempre que el objetivo común es el desarrollo sostenible de las ciudades, para el bienestar de las personas que las habitan. “Creo que el CCI tiene mucho donde aportar”, comentó.
En este contexto, Tatiana Martínez destacó el liderazgo, profesionalismo y la calidad humana de la presidenta saliente del CCI, Francisca Cruz, quien logró posicionar al Consejo en eventos nacionales e internacionales. “Sin duda, su forma de transmitir desde la experiencia en el desarrollo de proyectos, la importancia que tuvo la industrialización en el logro de mejores resultados en productividad; ayudó a evidenciar la necesidad de impulsar la implementación y medición de indicadores en obra que permitan visualizar las ventajas de realizar importantes cambios en la forma tradicional de construir. Participar en el directorio liderado por Francisca fue una experiencia muy enriquecedora en estos años y estamos muy agradecidos por la dedicación y el empuje que le dio al consejo en diversos ámbitos”, afirmó.
Para este año junto a los socios del CCI, la nueva vicepresidenta espera continuar trabajando en los grupos de técnicos y comités, donde la activa participación ha permitido avanzar en el posicionamiento de la industrialización en el sector construcción. “En muy poco tiempo ya pondremos a disposición los trabajos y la documentación que permitirá acortar las brechas que existen en normativa, desarrollo del capital humano, implementación de metodologías y también se podrá contar con indicadores de medición de soluciones constructivas industrializadas”, aseguró.
De esta manera, 2021 será un año para convocar a más profesionales de la construcción a participar de encuentros técnicos, seminarios y otras actividades que para interactuar, levantar inquietudes y analizar proyectos destacados por las soluciones utilizadas, mediante casos que sirvan de referencia en nuevos proyectos o inversiones futuras. “Es importante destacar el crecimiento que ha tenido el CCI en este último año, ya que se han asociado diversos profesionales y empresas de distintas regiones del país, que tanto individual como colectivamente son un gran aporte y ponen de manifiesto la necesidad de trabajar de forma colaborativa para co-construir un ecosistema que permita el desarrollo de la construcción industrializada en Chile”, concluyó Tatiana Martínez.
Las empresas chilenas podrán medir el grado de industrialización con que trabajan, analizando costos y variables medioambientales y sociales para tomar mejores decisiones.
Con la finalidad de medir el grado de industrialización en la construcción, Construye2025, programa impulsado por Corfo y administrado por el Instituto de la Construcción, encomendó en 2020 a la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), un estudio para levantar indicadores clave de los proyectos que se desarrollan en Chile. Hoy en etapa de calibración, dicho trabajo será una herramienta para determinar qué tan industrializada está una empresa o sus proveedores.
Según el presidente del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Sebastián Fourcade, a lo largo del camino, fue posible establecer que una obra o un producto contiene muchas variables, por lo que el índice tenía que integrarlas. “Esta matriz nos entrega un coeficiente y una consultoría externa nos permitió ver cómo se aplicaba la fórmula en cada proyecto. Ahora, queda aterrizar esa calibración”, explica.
El índice se descompuso en las siguientes grandes variables: Costos, que es el indicador sobre el cual hay más información, porque incluye productividad y mano de obra, por ejemplo; otro más relacionado con el Medioambiente y, un tercero vinculado al tema Social. “Creemos que tener las variables en la mesa va a motivar a las empresas a medirse”, afirma Sebastián Fourcade.
Por qué medir
De esta manera, tal como sucede en Singapur, país donde cuentan con los edificios industrializados más altos del mundo, los planes reguladores podrían permitir, eventualmente, construir solo a las constructoras con una mayor calificación, al menos en ciertas zonas. “Eso puede suceder a medida que este índice se internalice. Por ahora, es importante que la mayoría de las empresas se auto midan, para saber dónde mejorar”, añade el presidente del CCI.
Asimismo, la subgerente de Gestión de Proyectos de la CDT, Carolina Tapia, cree que el estudio de indicadores de industrialización permitirá sentar una base para comparar proyectos con distinto grado de implementación de soluciones modulares o industrializadas. “En la medida que se pueda probar este indicador en la mayor cantidad de obras, se podrá ir calibrando para entregar un resultado que permita tomar decisiones como, por ejemplo, determinar cuánto incidirá en mis resultados, el hecho de industrializar mi proyecto”, argumentó.
En Construye2025, se espera que este índice sea de motivación para las empresas que valoren la nueva forma de construir y busquen mejorar sus procesos. En este sentido, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, señala que “contar con una metodología de medición estándar, que permita comparar resultados de obras, de una misma empresa o bien contra promedios del sector entre distintas empresas, permitirá mejorar la competitividad del sector. Lo cierto es que podremos saber qué sistemas constructivos, qué aspectos de coordinación temprana y qué beneficios se puede obtener al industrializar partidas o proyectos completos de edificación. Con esto, buscamos evidenciar los beneficios de la industrialización y facilitar una herramienta que pueda ser utilizada para todo tipo de obras, privadas y públicas”. Así, una vez consolidado será posible desarrollar nuevas herramientas y manuales para que los constructores y personas que hacen productos para la industria puedan mejorar su productividad y la sustentabilidad de sus obras.
Más de 80 trámites simplificados le están diciendo “adiós” al trabajo análogo que se realizaba en las direcciones de obra, para dar paso a un nuevo ecosistema digital que hace más rápidos y sencillos los trámites.
Permisos de edificación, subdivisión, urbanización, regularizaciones y certificados, entre otros trámites podrán realizarse en forma remota gracias al trabajo mancomunado que comenzó hace poco más de dos años, para el desarrollo de DOM en Línea. “Ha sido una relación de trabajo colaborativo que ha sido importante para avanzar y terminar con la sensación de desamparo en algunas zonas. Podemos ser socios estratégicos para nuestro usuario en común”, comentó el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward, en el “Taller de Transformación Digital DOM en Línea”, realizado en marzo.
Estas instancias partieron en marzo, con encargados de DOM de cada municipio, ADOM y Colegio de Arquitectos, para actualizarlos de los avances de la pltaforma y su importancia de implementación en cada comuna, según cuenta Enrique Matuschka, jefe de la División de Desarrollo Urbano (DDU). “Nuestra meta es tener el segundo trimestre de este año, a lo menos 100 comunas adscritas. Los invito a todos a fortalecer este espacio y trabajar con el objetivo de mejorar la gestión en cada región, para juntos ir encaminados hacia la modernización del Estado y la reactivación económica”, señala el jefe de la DDU.
Desde enero de 2019, el avance ha sido sustancial, según la arquitecta Liliane Etcheberrigaray, coordinadora nacional de DOM en Línea, que ha liderado el desarrollo de una plataforma transparente y gratuita, al alcance de todas las municipalidades que deseen implementarla. Hoy, diversos módulos hacen posibles las integraciones con Clave Única, Pago en línea a través de Transbank y Tesorería General de la República, Firma Electrónica Avanzada de SEGPRES, seguimiento de solicitudes, gestión de plazos y derivación de trabajo al interior de las DOM.
“De los tres certificados iniciales, hemos potenciado la herramienta hasta contar con 80 trámites, en las fases de anteproyecto, permiso, modificación y recepción, los que actualmente se pueden solicitar por internet en las 92 comunas que se encuentran habilitadas”, explica la coordinadora nacional de DOM en Línea, quien detalla que este año se inició un plan de acompañamiento y capacitación nacional, que significó disponer de profesionales altamente capacitados en regiones. Éstos se encuentran trabajando para apoyar la implementación de esta importante herramienta, para contribuir a la realización de un diagnóstico nacional de la situación de las Direcciones de Obras Municipales en todo el país, de cara a una transformación digital y a un proceso de mejora de los servicios que actualmente se entregan a la ciudadanía.
“Durante 2021 se planteó el desafío de llegar a la mayor cantidad de comunas, teniendo como meta implementar la plataforma en 100 comunas durante el primer semestre, capacitar a 3.000 funcionarios municipales en el uso de la plataforma y en temáticas relacionadas al urbanismo y la construcción, y seguir creciendo con las integraciones del sistema en sus trámites más complejos, en paralelo con la interoperabilidad de la plataforma con organismos del Estado en vías de digitalización, como SII, INE, MINECON; MTT y con municipalidades que cuenten con plataformas propias”, detalla Liliane Etcheberrigaray.
Reactivación económica
Lo anterior ha sido fruto de la alianza público-privada que se ha fortalecido para avanzar hacia la modernización estatal, agilizando procedimientos, evitando trámites presenciales y realizando el seguimiento en línea de los mismos. En este sentido, DOM en Línea es un proyecto de futuro. Así lo cree la coordinadora nacional de la plataforma, que espera que una vez que se encuentre implementado e interoperando con otros organismos, reduzca los plazos de tramitación de las solicitudes, otorgue certezas y contribuya a mejorar la productividad y fomentar la reactivación económica.
En los próximos dos años, la plataforma ya debería integrar tecnología BIM, disponer de herramientas de revisión, mejorar los estándares de aplicación normativa y, en definitiva, convertirse en la plataforma base, sobre la cual, se tramiten todos los permisos a nivel nacional. “Esta iniciativa, de origen público privado, gracias al apoyo de los socios de la Mesa Público Privada, se perfila como una herramienta clave, a través de la cual el Ministerio de Vivienda contribuye a la modernización del Estado, al fortalecimiento de los gobiernos locales y a la equidad territorial y digital”, concluye Liliane Etcheberrigaray.
Para realizar un trámite en DOM en Línea, simplemente, los usuarios deben ingresar su Clave Única, verificar que su municipio está utilizando este sistema y comenzar a vivir la experiencia de la transformación digital.


Iniciativa pionera busca -en línea con los principios de la economía circular- lograr un retiro minucioso y óptimo de la mayor cantidad de los materiales que componen un inmueble, reduciendo residuos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Reciclaje, reutilización, revalorización son conceptos que cada vez están más presentes en la sociedad y los distintos sectores de la economía, pues existe conciencia de que detrás de ello existe generación de valor económico y medioambiental.
Por ello, Demoliciones H y L decidió estar a la vanguardia, incorporando el concepto de deconstrucción a sus procesos, de manera de valorizar y dar trazabilidad a los residuos de una demolición. Todo con un objetivo claro: añadir una mirada verde a los procesos, para agregar valor al derribamiento de inmuebles.
“Con la guía de Nicolás Behar de Recylink, en Demoliciones H y L vimos una posibilidad de trabajar con una visión verde, en el sentido de realizar ciertas modificaciones en los procesos de demoliciones para incorporar conceptos de economía circular”, afirma Felipe Lira, ingeniero constructor y gerente Técnico y de Administración de Proyectos en Demoliciones H y L.
Si bien la deconstrucción es un proceso que demora y encarece un poco la ejecución de demolición convencional, sus beneficios son claros: reutilizar la mayor cantidad de material posible (y certificar con Recylink, para así asociar a una reducción de CO2 y, con ello, el impacto ambiental), considerando que en Chile no existe una normativa que facilite la comercialización de escombros sólidos reciclados asociados al proceso de demolición.
Así, en la actualidad, el análisis de qué materiales son susceptibles de recuperar y reutilizar es “caso a caso”. En esta labor, la trazabilidad es clave, pues es la única forma de cuantificar dónde y qué tipo de residuos genera una demolición y en qué lugar serán dispuestos.
El proceso comienza con una auditoría de predemolición, que identifica qué componentes tiene un inmueble que se demolerá, lo que permite armar un plan de gestión ambiental. Para el éxito del proceso, explica Nicolás Behar, constructor civil asesor en este proyecto de Demoliciones H y L y CEO de Recylink, generaron una estrategia con cuatro aristas: una estructura de deconstrucción, un plan de gestión ambiental, procedimiento y programa de educación ambiental. “Todo debe ser firmado por las partes, porque establece objetivos, cómo se lograrán, quiénes estarán involucrados en cada parte del proceso”, comenta el especialista.
Este material –manuales, fichas técnicas hasta certificados de faenas y autorizaciones- son ingresados a una plataforma que guarda todo el historial del proyecto, lo que facilita encontrar la información y procesos a seguir, así como ver en gráficas los aportes de la deconstrucción.
Cómo opera
En un proyecto realizado en La Florida y que dio el “vamos” a esta nueva mirada, por ejemplo, un punto relevante era dar nueva vida a los árboles que estaban en los terrenos. Ello se logró gracias a una máquina chipeadora, que permite procesar material de diferentes diámetros, reduciendo los desechos y entregando como resultado chips de madera, los cuales fueron valorizados y reutilizados).

En este proyecto, cerca de 50 metros cúbicos de madera/ramas se convirtieron en 6 metros cúbicos de chips, que fueron entregados a un vivero de la comuna de La Reina para su reutilización en compost. Los troncos de pinos, en tanto, fueron cortados y entregados como insumos para la fabricación de tablas para piso. El mismo proceso se realizó con otros componentes como plástico, puertas, ventanas, fierro y cobre, que fueron entregados en distintos depósitos o bien, entregados directamente a personas para su reutilización.
Por ejemplo, las cerchas fueron entregadas a una persona que estaba ampliando su casa y las botellas plásticas a puntos de reciclaje específicos. “Así lo tratamos de hacer con todos aquellos materiales a los que se le pudiera dar una segunda vida. Lamentablemente, en Chile no está aún la tecnología ni la reglamentación para procesar los escombros inertes y haber obtenido un producto final comercializable nuevo, porque con eso, no me cabe la menor duda, de que del 100% de los escombros, se podría haber llegado a un 60% o 70% adicional al 20% que se valorizó”, agregó Felipe Lira.

Impacto en cifras
Una productividad estancada por más de tres décadas, bajos niveles de digitalización, alta fragmentación en las diferentes etapas del proyecto, un bajo nivel de especialización de sus trabajadores, son algunas de las problemáticas que enfrenta la industria de la construcción en la actualidad.
De acuerdo al artículo “The next normal in construction: how disruption is reshaping the world’s largest ecosystem”, desarrollado por McKinsey & Company en junio de 2020, la crisis del COVID-19 está acelerando la transformación del sector, por lo que se hace necesario innovar y buscar alternativas que permitan desarrollar proyectos más eficientes, sustentables y productivos.
Según el reciente estudio publicado por la consultora Matrix “Impulsar la productividad de la industria de la Construcción en Chile a estándares mundiales”, las industrias más digitalizadas y con mayor grado de industrialización son más productivas. Por lo que la transformación digital y la construcción fuera de sitio parecen ser el camino por el cual se debe transitar.
A partir de lo anterior, es que hoy la construcción tiene la necesidad de mejorar la gestión de plazos, costos y calidad de los proyectos, fomentar el desarrollo de entornos más controlados y con mayores medidas de seguridad, disminuir riesgos y externalidades y por sobre todo, fortalecer la fuerza laboral, a través de una mejor formación, educación y capacitación de sus colaboradores, esto último alineado con las nuevas metodologías y tecnologías emergentes.
Para ello, es crucial entender que el cambio no se puede lograr sin invertir en la reestructuración de una fuerza laboral, que por cierto año a año se va volviendo más escaza y longeva (menos del 10 por ciento de la fuerza laboral actual tiene menos de 25 años, Emily Peiffer “El principal desafío de la fuerza laboral de la industria de la construcción y 3 posibles soluciones”, Construction Dive , 12 de octubre de 2016). Por lo que, tanto las empresas como los programas de estudios, deben enfocarse en desarrollar nuevas competencias y habilidades para los desafíos que conlleva la construcción 4.0, que permitan a los profesionales utilizar la tecnología a su favor, reconvirtiendo la actual forma de trabajar a un nuevo modelo, con una actitud de apertura hacia el cambio, la innovación y la mejora continua.
Con el propósito de contribuir en esa transición, CTeC lanzará el próximo 11 de marzo “Campus CTeC”, plataforma de cursos e-learning, que busca fortalecer las capacidades de profesionales y estudiantes en áreas como la industrialización, la sustentabilidad y la transformación digital, aspectos claves para transitar de un proyecto tradicional a uno construtech.
El lanzamiento consistirá una actividad online, que contará con la participación de destacados expertos de Zaha Hadid, importante oficina de arquitectura de carácter mundial y Arup, una de las más destacadas empresas de ingeniería, quienes expondrán la importancia de incorporar en los proyectos tecnologías y cómo la transferencia de conocimiento, la formación de capital humano y la colaboración temprana, resultan claves para lograr resultados exitosos.
La plataforma contará inicialmente con tres cursos, los cuales fueron desarrollados junto a Eurecat, asociados a la transformación digital con temáticas como: Gestión de la TD en empresas de la construcción, IoT y Sensorización, para posteriormente ampliar la oferta de cursos disponibles.
La industrialización, es otra línea de trabajo en la cual CTeC está centrando sus esfuerzos. Para ello, el Centro participa de forma activa en el subcomité de “Educación, sensibilización e investigación sobre construcción industrializada de Capital Humano”, liderado por el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), a través del cual se encuentran desarrollando una matriz de roles que busca definir las capacidades teóricas y técnicas sobre industrialización, las que se suman a las competencias de cada disciplina (arquitectura, construcción e ingeniería). Esta matriz, permitirá:
Si bien la industria de la construcción se ha visto muy afectada a partir de la crisis sanitaria, también es cierto que permitió acelerar el proceso de transformación del sector, donde la adopción de tecnología nunca ha sido más fuerte y necesaria. Hoy se hace imprescindible correr la frontera de lo posible, donde el sector de la construcción tiene el beneficio de aprender de muchas otras industrias que ya han experimentado esa transición, aumentando su ventaja competitiva, lo que sin duda debe ir acompañado con el desarrollo de nuevas capacidades y estructuras organizativas dispuestas a “pensar fuera de la caja” asumiendo riesgos de innovación.
Fuente: CTeC
Para dar cumplimiento a los compromisos establecidos en la hoja de ruta que llevará a la industria a gestionar sus residuos en forma eficiente, el Ministerio de Obras Públicas incluirá un plan de gestión en todas las obras.
El MOP, a través de la Dirección General de Obras Públicas (DGOP), dio el puntapié inicial para la implementación de los compromisos establecidos en la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, que la Dirección General de Obras Públicas (DGOP) del MOP ha impulsado fuertemente. “Este plan de gestión, además de ser una herramienta para conocer de manera sistematizada los residuos que generan nuestras obras, nos permitirá -en el corto plazo- conocer datos respecto de los residuos generados por cada tipo de obra ejecutada por este ministerio, conociendo la trazabilidad y destino final de éstos”, explica Mariana Concha, directora general de Obras Públicas del MOP.
Dicha información será fundamental para futuras metas de reducción, reutilización e incluso para abrir nuevos mercados de productos derivados de los residuos que se generan en la industria. “Como DGOP esperamos que esta información sea un gran aporte para la innovación y la reutilización de materiales en las obras públicas y para cambiar el paradigma. Residuo no es igual a desecho”, añade la autoridad del MOP.
La incorporación del plan de gestión de residuos en los Términos de Referencia y Bases de Licitación del MOP nació de un proceso participativo derivado de la creación de la Mesa MOP de Economía Circular impulsada por la DGOP, en 2019. Una de las primeras metas trazadas en esa instancia fue contar con el plan, que fue trabajado y consensuado con todas las direcciones operativas del MOP. “Este proceso contó con la colaboración permanente del programa Construye 2025, entregando directrices y ejemplos de otros países en estas materias”, comentó Mariana Concha.
La incorporación del plan será paulatina. Sin embargo, se ha comprometido la exigencia en más del 80 % de los nuevos contratos de este año. “Para 2022, en el 100% de los contratos nuevos se estarán implementando. No se contemplan salvedades o excepciones, sólo que la exigencia regirá para contratos nuevos”, aclara la directora general de Obras Públicas.
El plan de gestión considera medidas y procesos sistematizados para el adecuado manejo y la trazabilidad de residuos, en cumplimiento con la normativa ambiental vigente y apunta a favorecer su reducción, reutilización o reciclaje. Antes del plan se imponía la disposición en sitios autorizados, pero sin incentivos a la reducción o revalorización.
En este sentido, Mariana Concha, valora contar con una línea base de información de los residuos generados por tipo de obra y por región, pensado en la economía circular. Además, mejorando la trazabilidad de los residuos se evitará la eventual disposición ilegal de estos materiales, dice Mariana Concha.
El rol de la SEMAT
La Secretaría de Medio Ambiente y Territorio de la DGOP juega un gran papel en la implementación de esta nueva instrucción. Ella entrega lineamientos y asesoría que facilitan la gestión en materias ambientales y de asuntos indígenas a las direcciones, a las seremi y a las autoridades superiores del Ministerio de Obras Públicas. Éstos son replicados a nivel regional por las Unidades de Gestión Ambiental y Territorial (UGAT).
Asimismo, la SEMAT ha tenido un rol clave en la participación del convenio interministerial que construyó la Hoja de ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, razón por la cual lidera su implementación en el MOP, lo que no hubiera sido posible sin el compromiso de la DGOP y sus departamentos.
Los desafíos
Disponer de la información en línea y de forma oportuna es uno de los retos por delante. Por eso, la directora explica que se trabajará con los profesionales a cargo del Libro de Obra Digital (LOD) de las obras MOP, trabajo que también es desarrollado por la DGOP como parte del plan de mejora de la gestión, digitalización y transparencia que impulsa la dirección general. De todas maneras, en las actuales fiscalizaciones que realiza la DGOP, tanto de contratos como ambientales, se verifica el cumplimiento de todas las exigencias y estándares.
Para los ejecutores de proyectos (contratistas) el desafío será conocer la nueva normativa y adaptarse al cambio y seguimiento de los residuos. En tanto, las empresas de diseño tendrán que incorporar nuevos materiales; mientras que otras empresas podrán desarrollar oportunidades de negocios aprovechando los residuos generados. “Sin duda, este es también un cambio cultural, ya que significa empezar a ver a los residuos como subproductos o insumos en el ciclo de economía circular de la construcción y, para eso, debemos cambiar las filosofías de diseño y constructivas”, argumenta Mariana Concha.
Finalmente, otro de los grandes retos para la implementación de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 es avanzar hacia la creación de incentivos en las licitaciones de obras, para los contratistas que cuenten con criterios sustentables como, por ejemplo, reutilización de material, cálculo de huella de carbono, compromisos con la comunidad y/o certificaciones. Esto sumado a la promoción de la innovación y los nuevos acuerdos de producción limpia (APL).
“Unos de los ejes de la Hoja de Ruta RCD es desarrollar estándares para el diseño y metodologías de la evaluación de proyectos públicos que incorporen criterios de economía circular, reparación, reutilización, remanufactura, entre otros, incorporando nuevos pilotos y ensayos con materiales reciclados en las obras públicas para fomentar su utilización, incluyendo estas alternativas en nuestro manual de carreteras y/o trabajando en las modificaciones normativas que corresponda. Para esto existe un gran compromiso de los Departamentos de la DGOP, donde destacan la SEMAT y SIT (Secretaría de Innovación Tecnológica)”, puntualiza la directora.
Ya en este camino, la aspiración de las autoridades del MOP es que iniciativas como ésta se repliquen y masifiquen para seguir avanzando hacia obras que se ejecuten con criterios de economía circular.
Chile contará con un gran incentivo para mejorar la eficiencia de los edificios públicos y privados, el que también dará más rentabilidad a los actores del rubro inmobiliario con foco en el reacondicionamiento térmico.
Luego de dos años de tramitación en el Congreso, el proyecto de Ley de Eficiencia Energética, al fin es una realidad. Dicha iniciativa promueve el uso racional y eficiente de los recursos energéticos, lo que contribuiría a mejorar la productividad, la competitividad y la calidad de vida de las personas. De aplicarse adecuadamente las medidas contempladas a 2030, el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, estima una reducción de intensidad energética del 10%, un ahorro acumulado de US$15.200 millones y una reducción de 28,6 millones Ton CO2.
Pero, además, la nueva ley afectará a la industria de la construcción tanto de manera directa como indirecta, según el director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), Ignacio Santelices. “De manera directa, estableciendo que todas las edificaciones nuevas: viviendas, departamentos, oficinas, etc., deberán contar con una calificación energética, salvo algunas excepciones que establece la ley”, detalla.
En este contexto, los consumidores podrán acceder a edificaciones nuevas de manera más informada respecto de su consumo de energía, lo que está muy relacionado con la forma en que se construyen las edificaciones. En tanto, las inmobiliarias tendrán el incentivo de construir con mayores estándares de eficiencia energética y así contar con una etiqueta más eficiente al momento de la venta, destaca Santelices.
Ahora, indirectamente, la Ley de Eficiencia Energética establece que todas las empresas intensivas en el consumo de energía tienen que implementar Sistemas de Gestión de Energía e impone la obligatoriedad a todos los servicios públicos de contar con gestores energéticos capacitados y medir el consumo de sus edificaciones. “Esperamos que con esto se genere un incentivo importante para mejorar la eficiencia energética de los edificios públicos y también de los privados y así se genere una mayor actividad económica en el sector inmobiliario con foco en temas como el reacondicionamiento térmico”, señala el director ejecutivo de la AgenciaSE.
La meta que establece el proyecto de ley es generar un 10% de reducción de la intensidad energética a 2030 y, además, se estima que esta nueva Ley de Eficiencia Energética podría contribuir en más de un 7% a la meta de carbono neutralidad a 2050.
Calificación energética de edificaciones
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Más encuentros uno a uno, más innovación y más tecnología allanarán el camino hacia la productividad de una industria que poco a poco comienza a cambiar su cultura y visión de futuro.
En tiempos de incertidumbre, la masificación de la cultura de la innovación es más que necesaria. El Ranking C* de Creatividad e Innovación -elaborado por la consultora Brinca y la Universidad del Desarrollo- reveló que la innovación cobra cada vez mayor interés en las organizaciones.
Asimismo, a fines de 2020 se creó el Comité Gestor I+D, que impulsa Construye2025, el cual se propuso hacer un calendario para promover el I+D en la construcción durante 2021, especialmente a través de la Ley I+D, administrada por Corfo. “Estamos convencidos de que Construye2025 es un espacio ideal, ya que tenemos una triada potente: la participación de Corfo, la Gerencia de Innovación de la Cámara Chilena de la Construcción y los centros tecnológicos de construcción”, explica Ignacio Peña, quien lidera este comité al interior del programa.
Aunque el año pasado fue incierto, debido a la pandemia, la industria pudo adaptarse y comenzó a evaluar nuevas opciones de tecnología e innovación para ser más productiva. El director de I+D+i de Brinca Global Consultores, Andrés Blake, explica que, en 2020, hubo investigación y desarrollo, pero de manera incipiente. Sin embargo, dice que hay un amplio espacio para crecer en el futuro.
“Transformación digital, innovación, el BIM como metodología de trabajo y Data Science, van a ir permeando la industria. Es una necesidad clara incorporar más data a la gestión de las empresas para obtener mejor resultado y mayor productividad por hora trabajada. Va a ser un primer paso”, señala Andrés Blake. No obstante, habrá que dar un segundo paso que es cultural. “La gestión de empresas aún sigue siendo un poco ochentera. No se ha incorporado del todo la visión de innovación. Pero, esto debiera consolidarse, girar hacia nuevas formas de trabajar”, comenta.
De hecho, en eso trabaja Brinca, midiendo la cultura de innovación y tomándole la temperatura al grado de madurez, para que a partir de ese diagnóstico puedan definirse indicadores de gestión para adoptar esto desde su mindset. Así, será posible evolucionar hacia un trabajo vinculado a la innovación y la transformación digital, elementos que son cruciales para lograr una empresa más productiva. “El Ránking de Creatividad e Innovación lleva ocho versiones con la UDD. Ahí se muestra en qué etapa está la industria. Hacemos un benchmark. Las mayores debilidades están relacionadas con el uso de la tecnología y todo lo que tiene que ver con cultura, como instalar procesos de innovación”, señala Andrés Blake.
En este sentido, Ignacio Peña, de Construye 2025, afirma que 2021 será un año en el que Chile contará con tecnologías habilitantes para testear probar y monitorear tecnologías y abrirse a un nuevo campo de innovación en I+D. “Nosotros estaremos enfocados en ofrecer talleres a distintos gremios para mejorar la tasa de aceptación de los proyectos. Además, articularemos a los actores mediante actividades de networking, para que los nuevos desarrollos tecnológicos y de innovación puedan responder a los desafíos del sector”, concluye.
Propuestas en economía circular, reforestación e inspección de obras podrán acceder a campos de prueba y apoyo del MOP para desarrollar sus prototipos.
En un entorno colaborativo, el Ministerio de Obras Públicas está convocando, por segunda vez en menos de seis meses, al ecosistema innovador del país para que presente propuestas en la construcción que hayan ideado nuevas soluciones para los desafíos que hoy enfrenta la industria. Los seleccionados podrán acceder a una serie de facilidades que les permitirán prototipar sus soluciones.
“En febrero, queremos presentar tres problemáticas. Una está relacionada con economía circular, que incluye, por ejemplo, reutilización de materiales de construcción, gestión de los desechos de la construcción, recuperación de espacios destinados a vertederos de desechos de construcción, etc. Todo eso lo estamos redactando y detallando para que el ecosistema los conozca y nos ofrezca soluciones”, explica el jefe de la Secretaría Ejecutiva de Innovación Tecnológica de la Dirección General de Obras Públicas (DGOP) del MOP, Reynaldo Cabezas.
Otra necesidad es la de reforestar los entornos de infraestructuras que hace el MOP, incluso en las laderas de los embalses o en un nudo vial, no sólo para hermosear sino porque se requiere hacer compensación de vegetación nativa reforestando. “No es sólo por un tema estético, sino además normativo”, señala el especialista en innovación.
Finalmente, para el MOP es relevante el reto de utilizar tecnología para hacer inspección de avance de obras de manera remota y lograr que con la información que se captura se optimicen los procesos del MOP. “Cuando lanzamos los desafíos lo que ofrecemos como ministerio es campos de prueba. A veces hay startup que no han podido probar su tecnología. En este proceso voluntario, el MOP colabora con los campos de prueba y los profesionales”, detalla Reynaldo Cabezas.
De esta manera, el MOP espera impulsar la innovación para hacer obras que favorezcan el desarrollo integral de la comunidad. El llamado se realizará las primeras semanas de febrero, en los canales del ministerio.
Para el rubro -que aporta el 10% del empleo es Chile- la eficiencia es un punto crítico. Por eso, la Comisión Nacional de Productividad identificó las brechas y las nueve palancas necesarias para que el país pueda dar el salto que necesita.
A nivel mundial, la productividad en la industria de la construcción exhibe un rezago respecto al resto de la economía en general y Chile no está ajeno a esa realidad. Entre 2000 y 2018 el incremento de la productividad laboral de nuestra economía país aumentó en un 20%, mientras que la de la construcción prácticamente no experimentó variación. Con esa premisa, la Comisión Nacional de Productividad (CNP) asumió uno de los mayores estudios de productividad nacional, con el apoyo de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y Matrix Consulting.
La investigación -que se presentó a fines de noviembre en la “Semana de la Productividad”- expuso la trascendencia que tiene la productividad en la industria como vía de crecimiento sostenido, tanto para la industria como para sus trabajadores. “La construcción es importante porque representa cerca del 7% del PIB y el 10% del empleo”, afirmó Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la CNP al exponer los resultados.
La meta para dar un primer paso y alcanzar a países referentes sería multiplicar la productividad agregada del sector por 1,65 veces, es decir, dar un salto desde los US$19.760 millones a US$32.600 millones en el PIB de la industria. Una meta ambiciosa que requiere de la articulación de toda la industria, para impulsar la adopción de tecnologías y desarrollar a proveedores de alto estándar, junto con generar un marco que entregue sostenibilidad de largo plazo, según el estudio.
Además, la investigación apunta a un esfuerzo coordinado por involucrarse en la formación técnica y profesional de modo que puedan desarrollarse las competencias requeridas por el sector. En las iniciativas a nivel país, la industria considera necesaria la formación de capital humano de excelencia y los mecanismos para su capacitación. Por último, el documento propone mejoras para alinear a la institucionalidad y contar con una regulación, que sea realmente aliada de la productividad.
Para el presidente de la CNP, Raphael Bergoeing, la construcción juega un rol fundamental en las recuperaciones económicas. “Es cuantitativamente relevante porque tiene un rol fundamental en el empleo”, argumentó. Por eso, se hicieron más de 400 reuniones con actores públicos y privados nacionales y extranjeros, en el contexto del estudio, que ayudaron en la identificación de procesos críticos para el desarrollo de obras. Esto, teniendo en cuenta que el rubro de la construcción es el sexto empleador a nivel nacional, con 728 mil ocupados y que concentra el 63% de la inversión nacional. Por ello, ocuparse de la productividad del sector es sumamente relevante.
El potencial de la productividad
“Lo que no se mide, no se gestiona. Necesitamos tener KPIs que se midan de forma estándar en la industria, de productividad, de sostenibilidad, de plazos, etc”, señaló la presidenta del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Francisca Cruz, sobre este documento. En ese sentido, su llamado fue enfático: “no hipotequemos el avance en industrialización y en productividad, sin tener una etapa de diseño colaborativo que la habilite”, dijo.
Asimismo, el presidente de la CChC, se refirió a la necesidad de generar un impacto en el corto plazo para generar un cambio. Para ello, mencionó elementos como “la excelencia en la cadena de valor, la formación de capital humano y la confianza”.
Si se proyecta un escenario de productividad media alta en la construcción, tal como ocurre en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, Chile podría aumentar su PIB en US$12.850 millones adicionales a los US$19.760 millones actuales, aproximadamente, según estimaciones de la OCDE y el Banco Central. Este crecimiento podría generar un impacto significativo para la calidad de vida de los chilenos, ya que, utilizando los mismos recursos que la construcción emplea actualmente, sería como construir adicionalmente más de 52 mil viviendas para 155 mil personas y 1.500 km de rutas pavimentadas por año.
Pero, para dar el salto, una sola medida sería insuficiente. Por eso, el diagnóstico propone 73 medidas, que se sostienen en 9 palancas: excelencia en la cadena de valor, integración y colaboración, digitalización, industrialización, adopción de tecnologías y desarrollo de proveedores, marco para la sostenibilidad, desarrollo de competencias claves, formación de capital humano de excelencia e institucionalidad alineada más regulación eficiente.
Alineamiento con Construye2025
Desde Construye2025, se analiza que, sin duda, este trabajo que se ha hecho público y será entregado a la Presidencia, viene a respaldar y complementar el trabajo que por más de cinco años ha venido desarrollando el programa impulsado por Corfo. La hoja de ruta que el programa ha venido implementando desde 2015 identificó previamente más de 40 brechas del subsector de la edificación, que debían ser cerradas para lograr mejoras sustanciales en productividad y sustentabilidad en el sector.
Por ello, para Marcos Brito, gerente de Construye2025, “el informe de la CNP y Matrix, es un hito esencial en el camino para transformar definitivamente el sector de la construcción hacia una industria más productiva, eficiente y sustentable. Nos estamos jugando gran parte del potencial de crecimiento del país en esto y nuestra propia calidad de vida, al lograr edificaciones más confortables, y con menor impacto al entorno en sus procesos de desarrollo. Desde Construye2025, seguiremos trabajando en articular iniciativas que incorporen nuestra hoja de ruta con las recomendaciones aquí señaladas”.
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Jornada de trabajo encabezada por la directora general de Obras Públicas, Mariana Concha, repasó los nuevos modelos de negocio y los alcances de la recién lanzada “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción”, de la cual el ministerio tuvo un importante rol.
Para introducir a los profesionales del Ministerio de Obras Públicas (MOP), sus distintas direcciones, en los conceptos de economía circular y avanzar en planes de acción para implementar la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción” y sus ejes, impulsada por Construye2025, se realizó el workshop “Introducción de la economía circular en obras MOP”.
La jornada de trabajo la abrió la directora general de Obras Públicas del MOP, Mariana Concha, quien destacó el lanzamiento de dicho documento, el cual presenta importantes desafíos para los gestores de la construcción, y, en general, a quienes participan del mundo de la infraestructura pública. “Si no avanzamos como entes públicos en la ‘economía circular’, difícilmente el sector privado va a poder hacerlo, por un tema de escala y de mercado. Nosotros tenemos que generar las redes logísticas y la tecnología a través de la demanda”, señaló.
En este ámbito, la autoridad del MOP, explicó que la demanda impulsará al sector privado a utilizar los servicios que se crean en torno a la economía circular de la construcción. “Nuestro foco final es que no hablemos de residuos, sino que de insumos intermedios”, afirmó.
Posteriormente, el académico de la Escuela de Construcción Civil de la Universidad Católica Felipe Ossio, compartió una serie de conceptos vinculados a la economía circular en construcción que, según dijo, se contrapone a los orígenes de la industria, cuya operación ha sido tradicionalmente lineal. Sin embargo, su visión apunta a nuevos modelos de negocio.
“Cuando construyen un colegio o un hospital no compran una grúa y la botan; la arriendan y el propietario quiere que esa grúa tenga todas sus mantenciones al día para tenerla el mayor tiempo posible. La economía circular tiende a los servicios y nuevos modelos de negocios, porque a ti no te interesa tener una ampolleta sino la iluminación”, explicó Ossio.
Incentivo en el sector público
Enseguida, la jefa de la Unidad de Gestión Ambiental de la Secretaría Ejecutiva de Medio Ambiente y Territorio (SEMAT), Evelyn Galdames, detalló los alcances de la “Hoja de ruta RCD y Economía Circular en Construcción y compromisos MOP”. “Como ministerio nos toca incentivar los mercados en los programas públicos, que fomenten el uso de materiales de origen valorizado. El país cuenta con plataformas de trazabilidad en materiales y residuos para la economía circular”, afirmó.
Enseguida, expuso la coordinadora de Construye2025, Alejandra Tapia, quien se refirió a la problemática lineal y los impactos RCD, pero también a la importancia de contar con un plan de gestión de residuos, que se traduce en generar un tratamiento, diseñar un proceso, clasificar por tipo, disponer, trazar y establecer responsabilidades. “En las obras hacemos pretratamiento, que tiene que ver con operaciones como la separación el desembalaje la compactación, empaque, trituración para reducir el volumen del residuo, lo que nos puede generar ahorros económicos”, señaló Alejandra Tapia, quien cerró su presentación con un didáctico video sobre las ineficiencias en obras.
Finalmente, el jefe del Departamento de Medio Ambiente de la Constructora Viconsa, Joaquín Cuevas, se refirió a la importancia de generar conciencia y trabajar en conjunto por la sustentabilidad. Enseguida, compartió su experiencia gestionando residuos en obra. “Sin el apoyo de la gerencia, de los dueños de la empresa esto no es posible. Las cabezas que dirigen los trabajos tienen que estar convencidas porque el paso que viene a continuación es aumentar la productividad. A mayor cantidad de residuos, menos productividad”, aseguró.
Al cierre del workshop, el secretario ejecutivo de Medio Ambiente y Territorio del MOP, Mauricio Lavín, recordó que el Ministerio de Obras Públicas es parte del ciclo en el que busca colaborar y agradeció tanto a los participantes como a quienes hicieron posible su realización. “Como ministerio tenemos un plan de gestión que vamos a incorporar en las licitaciones, basado siempre en la norma, donde se va a poder ver -en los contratos nuevos- la solicitud de un plan de gestión”, afirmó.
Especialistas internacionales y representantes locales de la industria abordaron los disruptivos cambios de la construcción en el “4º Seminario Internacional de Construcción Industrializada”, organizado por el Consejo de Construcción Industrializada y Construye2025 de Corfo.
Con el apoyo de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) se realizó la cuarta versión del “Seminario Internacional de Construcción Industrializada: industrialización en tiempos de reactivación”, que tradicionalmente han organizado el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y el programa Construye2025 de Corfo.
En formato virtual, debido a la contingencia sanitaria, el encuentro fue inaugurado por el vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Zeppelin, quien se refirió a los desafíos sanitarios, económicos, sociales y ambientales que enfrenta la industria y el rol que juega la industrialización frente a ellos. “La construcción industrializada es una muy buena herramienta, que reduce impactos en obra y minimiza los residuos de la construcción. La invitación es a que las acciones se implementen ya, buscando la eficiencia y los mejores estándares, a confiar y construir confianza, trabajando en equipo”, afirmó.

En ese contexto, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, llamó a ampliar la mirada sobre la industrialización, la que va mucho más allá de prefabricar. “Es un concepto mucho más amplio, que involucra la coordinación temprana de actores y el secuenciamiento de procesos productivos y con ello, una manera de producir mucho más eficiente”, señaló.

Por su parte, la presidenta del CCI, Francisca Cruz, hizo hincapié en lo complejo que ha sido el año para un rubro “tremendamente expuesto a la mano de obra in situ, que ha tenido dificultades muy grandes para poder mantener la continuidad operacional”. Por eso, es que la industrialización -según dijo- no es solo una tendencia, sino una necesidad. “Cuando el ambiente es más controlado, hay más certidumbre y seguridad”, acotó.
Pero la industrialización también responde a la necesidad de reducir los residuos, un punto al que las empresas están poniendo cada vez más atención. Asimismo, la presidenta del CCI, valoró el rol de la innovación y la digitalización en la oferta y la estrategia de negocios.

Las tendencias mundiales
Una de las invitadas al seminario fue la socia de McKinsey & Company en Madrid, Maria Joao Ribeirinho, quien reafirmó el enfoque industrial que está tomando la industria en un escenario en que los requisitos de sostenibilidad son cada vez más amplios. En este ámbito, las tendencias de futuro son, al menos, tres, en su opinión: la industrialización, la digitalización y la entrada de nuevos actores.

“En diferentes lugares del mundo hablamos de industrialización: unidades individuales, a veces paneles; unidades volumétricas; o estructuras completas. Podemos tener diferentes constructos para lo que es modular y aunque el término módulo es cada vez más popular, no hay una sola solución para todos los proyectos. Pero, lo más importante es que estamos viendo una mentalidad más modular en la industria: paneles 2D, 3D o estructuras modulares completas”, afirmó.
Según la especialista de McKinsey & Company, lo importante es pensar con una “mentalidad modular”, para poder dividir el producto en componentes. “Una construcción modular puede ayudarnos a disminuir tiempos y tiene menor variabilidad en los resultados, que son competitivos y sustentables, porque el proceso genera menos contaminación y menos materiales sobrantes”, indicó.
En este sentido, el camino apuntaría a aumentar la escala y sofisticar la fabricación de módulos, hacer modelamiento 3D, gestionar la colaboración digital aumentada y mejorar la programación de los proyectos y la ejecución offsite. “Las herramientas digitales nos pueden ayudar con la eficiencia en la gestión de la mano de obra”, argumentó Maria Joao Ribeirinho.
Respecto a la irrupción de nuevos actores, la invitada internacional comentó que, en el espacio modular, ya existen muchas empresas que hacen la estandarización en la producción de módulos y otras que se mueven en el e-commerce. “Esto genera mucha más competencia y transparencia de los precios”, afirmó.
Finalmente, compartieron sus puntos de vista Scott Fisher, CEO de PrefabNZ en Nueva Zelandia; y Johann Betz, fundador de Offsite Design. Este último, puso énfasis en el desafío de construir viviendas asequibles y de buena calidad; mientras que el primero aseguró que el Lean Manufacturing debiera ser la piedra angular de la industria, ya que la construcción offsite está por sobre esta base. “La producción limpia sin desperdicios debiera ser un requerimiento fundamental”, señaló Fisher.

Tras el lanzamiento de la “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción”, y la “Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular”, en desarrollo, la industria se comprometió a realizar acciones concretas para cambiar la forma en que desarrolla nuevos negocios.
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Instituto de la Construcción (IC) y el programa Construye2025, impulsado por Corfo, con la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), iniciaron su proceso colaborativo para generar un plan de acción público-privado. Con miras a 2025, se lanzó la “Estrategia de Economía Circular en Construcción” que busca dar continuidad a la “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035” y en concordancia con la “Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular 2040” liderada por el Ministerio de Medio Ambiente.
En una jornada a la que asistió la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, los principales actores de la industria hicieron hincapié en el trabajo articulado y colaborativo para impulsar medidas orientadas a disminuir el uso de recursos, minimizar el impacto ambiental y proteger el patrimonio natural. “A nivel global, la industria de la construcción genera prácticamente el 40% de los gases de efecto invernadero y el 40% de los consumos de materia prima”, recordó Juan Carlos León, director del proyecto de Estrategia Economía Circular y gerente de la CDT.
Por eso, al abrir el encuentro, el ejecutivo destacó la necesidad de hacerse cargo de los impactos que genera la industria. “La pandemia ha significado tener que llevar adelante algunas iniciativas de cambio como la transformación digital, pero también tenemos que pensar cómo vamos a recuperarnos y cuál va a ser la nueva economía que vamos a desarrollar. La resiliencia va a estar muy ligada a la economía circular”, dijo.
En agosto de este año Construye2025 junto a los ministerios de Medio Ambiente, Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas y Corfo, lanzó la “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción”, sin embargo se hacía necesaria una bajada específica para iniciativas aún más concretas desde el sector privado. “Queremos ser el primer sector económico que -de manera potente y con un compromiso completo- pueda avanzar en la manera de pensar la forma en que desarrolla nuevos negocios”, añadió Juan Carlos León.
Un compromiso de todos
Por su parte, el vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Zeppelin, llamó a avanzar rápido y con fuerza por una cultura de construcción circular, que permita nuestro desarrollo sostenible en la industria a largo plazo. “Esa es la razón porque estamos impulsando en conjunto esta iniciativa multisectorial que establece nuestro compromiso como industria de articularnos frente a un desafío común y transformador, que implica construir pensando futuro, aumentar la productividad del sector, reducir la dependencia de los recursos naturales, controlar la cantidad de residuos generados y generar mayor crecimiento en la economía, así como también en los ámbitos social y ambiental”, explicó.

Esta tarea de largo aliento requiere de una colaboración permanente y de la articulación de los esfuerzos de la cadena de valor, en torno a una estrategia sectorial de economía circular en nuestra industria. “Es fundamental cambiar el paradigma de cómo construimos. Buscamos poder visualizar oportunidades y desafíos, consensuar una visión compartida para crear acciones y difundir e inspirar el compromiso de todos: sector público, sector privado, academia y ciudadanía”, comentó Zeppelin.
En tanto, el presidente del Instituto de la Construcción (IC), Miguel Pérez, hizo hincapié en que esta fue la primera actividad que hace público el trabajo que están realizando el Instituto de la Construcción, la Cámara Chilena de la Construcción y el programa Construye2025. “Realizar una estrategia sectorial de economía circular en construcción es, sin duda, un tremendo desafío que convoca a todos quienes formamos parte de la cadena de valor de la industria”, afirmó.

En este sentido, el titular del IC, recalcó la importante misión que significa coordinar y articular esfuerzos públicos y privados para colaborar en el desarrollo de la sustentabilidad, calidad y productividad de la construcción, fomentando políticas, normas y mejores prácticas. “Nuestro desafío es que todos contribuyan con una amplia diversidad de ideas, opiniones y enfoques que nos permitan pasar de una economía lineal a una economía circular. Estableciendo así el carácter colaborativo y global que implica esta propuesta de economía circular en la que cada sector es importante para la materialización de un desarrollo sustentable efectivo”, argumentó.
Derribando mitos
Durante el encuentro, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, celebró que la construcción sea la primera industria en generar una estrategia sectorial en el marco de la “Hoja de Ruta Nacional”. Según la autoridad medioambiental, el gobierno ha buscado derribar el mito de que el cuidado del medioambiente y el crecimiento económico se oponen. “Esto no es así: un desarrollo sustentable e inclusivo potencia nuestro crecimiento y abre enormes oportunidades para el desarrollo de nuestro país y desde el ministerio estamos trabajando para que, en conjunto con el sector privado, podamos avanzar hacia la economía circular”, puntualizó.

El sector de la construcción no es solo el principal consumidor de materias primas a nivel global, sino que genera más del 35% de los residuos que actualmente se producen en nuestro país. “Se estima que, en Chile, se generan pérdidas del orden de US$315 millones anuales por mermas en materiales. Estos residuos son altamente aprovechables pero terminan en residuos o escombros”, afirmó la ministra Schmidt.
En este contexto, con la incorporación de la economía circular en el mundo de la construcción se abrirían innumerables posibilidades para la optimización y el ahorro de recursos, así como también para la innovación y el emprendimiento. “Por ello, en conjunto con los ministerios de Obras Públicas y de Vivienda y el programa Construye2025, presentamos la ‘Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción’, que fue desarrollada con una amplia participación ciudadana. Este documento será la guía para desarrollar las políticas, acciones y metas hacia un desarrollo circular y sostenible”, recordó la secretaria de Estado.
A continuación, la coordinadora de Sustentabilidad del Programa Construye2025 de Corfo, Alejandra Tapia, llamó a las personas a liderar el cambio, empujando e implementando acciones que nos ayuden a avanzar hacia una construcción más circular y sostenible. Finalmente, el presidente de la CChC de Punta Arenas, Carlos Braun, invitó a los actores clave de la industria a trabajar de forma colaborativa y responder a las preguntas más complejas sobre nuestro futuro, abriendo un proceso histórico de innovación para la industria.

“Esta estrategia es la oportunidad que tiene la construcción para inspirar al país y a otras industrias, asumiendo un compromiso basado en la acción. Esta invitación es a ser parte de la reinvención de nuestra industria, dejando un legado que enorgullezca a Chile”, indicó Braun. Para cerrar, el representante del gremio en la ciudad más austral de Chile, se refirió a la nueva estrategia de economía circular en la construcción como una oportunidad para generar una reactivación económica verde posterior al COVID-19 y también para cuidar las bases de nuestro desarrollo.
Por Harrison Mesa, académico Escuela Construcción Civil Pontificia Universidad Católica de Chile y miembro del Comité Gestor de Modernización de Marcos Contractuales de Construye2025.
El sector de la arquitectura, ingeniería y construcción (AIC) atraviesa por un cambio en la cultura de cómo desarrollar sus proyectos. Mientras que el project delivery system (método de desarrollo) de Diseño – Licitación – Construcción continúa siendo la alternativa más común; en la que el mandante primero contrata a una empresa de arquitectura/ingeniería para preparar los diseños y luego, a través de un proceso de licitación, selecciona a un constructor para que ejecute el proyecto; existe una necesidad y un alto interés del sector de la AIC en modernizar los métodos tradicionales e implementar nuevos métodos para mejorar la coordinación, integración y colaboración de los participantes, y, por ende, el desempeño del proyecto (p. ej., costo, tiempo, calidad y sustentabilidad).
En términos generales, el método de desarrollo (project delivery system) define los roles y las relaciones entre los participantes (estructura organizacional); la secuencia de los eventos y las técnicas de gestión (sistema operacional); y las responsabilidades contractuales para definir, diseñar, construir y operar un proyecto (relación contractual)[1]. Los métodos tradicionales más comunes en el sector de la AIC son Diseño – Licitación – Construcción (DBB, por sus siglas en inglés), Diseño – Construcción, Ingeniería – Adquisiciones – Construcción (EPC, por sus siglas en inglés). Finalmente, los nuevos métodos son Integrated Project Delivery (IPD), Lean Project Delivery (LPD), Project Alliancing (PA), Asociaciones Público – Privadas (p. ej., DBFOM, por sus siglas en inglés).
Esta gran diversidad de métodos representa, a su vez, un gran desafío a la hora de decidir cuál de ellos usar. Muchos de los problemas del sector de la AIC tienen sus orígenes en la aplicación del método de desarrollo debido a la forma en que los participantes de los proyectos toman las decisiones para su diseño y selección. El proceso de toma de decisiones sigue siendo intuitivo y se basa en la experiencia previa. En la cultura tradicional, todavía prospera, por ejemplo, que el mandante resuelva los problemas basándose en su ingenio y sus creencias.
El mandante, inicialmente, debe diseñar un método de desarrollo apropiado para cada proyecto. Es decir, un método en particular, por ejemplo, DBB, no es adecuado para todos los proyectos. Un desempeño deficiente de un proyecto no siempre radica en la aplicación de métodos tradicionales, ni un mejor desempeño radica en la aplicación de nuevos métodos. Pero sí radica en la comprensión y el conocimiento para diseñar y seleccionar un método apropiado para un proyecto en específico. Es necesario tomar una decisión racional para la selección y aplicación de un tipo de método, según las características del proyecto y de su mandante.
El diseño y selección de un método de desarrollo no solo implica la negociación del tipo de contrato, que normalmente estipula cláusulas que definen principalmente cómo ejecutar los procesos; sino que también hay que considerar cómo los participantes del proyecto se deben comportar y relacionar, y qué herramientas y metodologías (p. ej., BIM, Lean) van a utilizar para realizar el proyecto.
El diseño y selección debe enfocarse en un marco que integre los elementos de la estructura organizacional, sistema operacional, y la relación contractual de acuerdo con las características del proyecto. La optimización solo de una parte, por ejemplo, BIM como sistema de gestión, sin considerar el todo, probablemente no dará los resultados esperados.
Desde el programa Construye2025 se está trabajando en la articulación de diferentes iniciativas para lograr esta integración, entre ellas: Construcción Industrializada, Estrategia RCD, Comité Gestor de I+D y el Comité Gestor de Modernización de Marcos Contractuales. Este último comité, que está conformado por diferentes actores del sector de la AIC y la academia, busca contribuir en la generación y difusión de conocimiento para modernizar los marcos contractuales que se usan en la construcción en Chile, y así alcanzar un nuevo estándar de contratos, que disminuya los conflictos en proyectos de construcción, para mejorar la productividad en la industria y transformarla en un referente internacional.
Asimismo, el Comité está trabajando en forjar una alianza con el Grupo Institucional de Relaciones Contractuales Justas y Equilibradas de la CChC. El propósito es aunar fuerzas entre las instituciones para impulsar y consolidar una cultura de relaciones contractuales más justas, equilibradas y colaborativas en toda la cadena de valor del sector de la construcción.
[1] Thomsen, D.,.J., Dunne, D., Lichtig, W.A., 2009. Managing integrated project delivery.
A pesar de la pandemia, el programa que impulsa la productividad y la sustentabilidad en la construcción presenta, a la fecha, un positivo balance. La articulación, la vinculación y la digitalización se han abierto paso, mientras que el compromiso de públicos y privados se ha fortalecido.
Una inesperada pandemia quiso poner en jaque muchas cosas. Pero Chile, está saliendo adelante y Construye2025 no se ha quedado atrás. Con más fuerza que nunca ha impulsado la digitalización, la articulación y la vinculación entre todos los actores que se relacionan con la industria de la construcción, apoyando así la reactivación. “La construcción es un sector relevante para los gobiernos y para reactivar la economía, dado que es intensiva en mano de obra y genera muchos empleos. Por lo tanto, la apuesta contra cíclica es impulsar licitaciones públicas para infraestructura y edificación”, explica Helen Ipinza, sectorialista de Construcción y Economía Circular de la Gerencia de Capacidades Tecnológica de Corfo.
A pesar del confinamiento, el equipo de Construye2025 ha continuado trabajando con la misma pasión, apoyado en plataformas digitales. De hecho, según su gerente, Marcos Brito, han podido ganar una cierta agilidad en los procesos de coordinación, reunión y seguimiento de compromisos, al disminuir tiempos de traslados y la coordinación de reuniones presenciales. “Se ha logrado adaptar el trabajo a esta nueva realidad y mantener los objetivos programados para el año, efectuando pequeños ajustes que han permitido trasladar actividades presenciales a virtuales, dando cumplimiento -en la medida de lo posible- a los resultados comprometidos”, complementa Gustavo Cortés, jefe de Proyecto de Construye2025.
Al igual que Marcos Brito, la coordinadora de Sustentabilidad del programa, Alejandra Tapia, valora el fortalecimiento de la articulación y la coordinación pública y privada. “Las gestiones realizadas se han visto favorecidas con una mayor participación, y las actividades desarrolladas, entre las que destaca el Summit de Construcción Circular, en el que se llevó a cabo el lanzamiento de la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción, han sido beneficiadas a través de una mayor participación con representación desde las distintas regiones del país”, sostiene.
El avance de la industrialización
En el ámbito operacional, el programa ha logrado importantes avances junto al Consejo de Construcción Industrializada (CCI), la Hoja de Ruta de RCD y Economía Circular en Construcción y el nuevo Comité Gestor de I+D. “Con respecto al CCI, este ha demostrado un crecimiento más rápido de lo que pensábamos en cuanto a la incorporación de miembros, lo que ha permitido contar con más casos y una visión más amplia de cómo está cambiando la construcción en Chile”, detalla Marcos Brito. En efecto, el CCI cuenta con tres grupos de trabajo que, coordinados por la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), han ido masificando la industrialización en la edificación pública.
“El hito más significativo del año ha sido el lanzamiento de la Hoja de Ruta de RCD, producto de un gran esfuerzo conjunto de nuestro programa con el Convenio Interministerial de Construcción Sustentable y su Comité Consultivo Público de RCD. Con este hito se sienta un importante precedente que, además, se vio reforzado por el convenio entre la CChC, el IC y Construye2025, para trabajar en una estrategia de largo plazo de economía circular en el sector”, afirma Brito, refiriéndose a la Estrategia Sectorial de Economía Circular en Construcción 2040, la cual será desarrollada por la CDT como entidad facilitadora.
Además, un nuevo grupo de trabajo está articulando iniciativas de desarrollo tecnológico, junto a los Centros CTeC y CIPYCS, para dar una mayor velocidad a iniciativas de I+D para la construcción. “El mayor dinamismo en cuanto a la interacción con personas, reuniones y presentaciones masivas, sin duda, ha contribuido a poder aumentar la frecuencia y flexibilidad de estas actividades, con lo que se ha podido lograr un mejor posicionamiento del programa. En cuanto a otras iniciativas, con gobernanzas propias, como Centros Tecnológicos, DOM en Línea, Planbim, también las comunicaciones han sido bastante fluidas en este esquema virtual”, dice el gerente de Construye2025.
En tanto, Helen Ipinza, destaca el firme avance de DOM en Línea y que la pandemia no ha hecho más que demostrar lo primordial de la digitalización en la tramitación de permisos y recepciones de obra. Planbim, por su parte, se ha hecho notar incentivando la inclusión de la metodología de trabajo BIM. “Y cómo el CCI ha avanzado en posicionar los temas de industrialización de las obras y la coordinación temprana de actores, con la participación del sector público y vemos con optimismo que la licitación de Villa Panamericana da un puntaje adicional, para sistemas constructivos industrializados”, dice Ipinza.
Acortando brechas
El equipo de Construye2025 identificó una brecha en productividad relacionada con la eficiencia de los procesos productivos que, ahora más que nunca, es necesario acortar. “La pandemia nos ha forzado a que aumentemos la productividad de las obras al máximo, ya que ni siquiera tenemos una certeza cierta de cuándo poder trabajar en obra y cuándo no. Se requiere contar con procesos mucho más eficientes, rápidos y limpios a la vez, para avanzar aceleradamente en tiempos de desconfinamiento, disminuir al máximo las probabilidades de contagio (y accidentabilidad en general)”, enfatiza Marcos Brito.
De ahí la urgencia de tramitar permisos en forma remota y digital; coordinar elementos de diseño y obra en forma virtual y remota; incorporar sistemas constructivos prefabricados en plantas industriales; disminuir la generación de RCD; y gestionar en forma experta la disposición de RCD.
Lo que viene
En los siguientes meses, Helen Ipinza espera aprovechar el poder de compra del Estado para posicionar los temas de industrialización y BIM. Igualmente, aspira al desarrollo de la Estrategia de Economía Circular que está impulsando la CChC, basándose en la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción.
Respecto a dicha línea de trabajo, la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, rescata el compromiso del Ministerio de Vivienda y Urbanismo con la implementación, a través del oficio n°193 dirigido al presidente del programa, firmado por el ministro Felipe Ward y el jefe de la Ditec, Erwin Navarrete. Además, destaca el compromiso anunciado por el Ministerio de Obras Públicas, en relación con la incorporación de materiales reciclados en las próximas licitaciones. “Estos compromisos constituyen un logro para el programa, en el posicionamiento de sus iniciativas para el cierre de brechas y su validación sectorial”, señala.
En lo que resta del año se ejecutarán cuatro consultorías que recogerán información para compartir y articular iniciativas de fortalecimiento para el sector. Además, nos esperan el Encuentro Anual de Construcción Industrializada y varios talleres relacionados con desarrollo I+D en Construcción. Eso, sin contar la participación de Construye2025 en la Estrategia Sectorial de Economía Circular en Construcción 2040 y en el comité de anteproyecto de norma para construcción industrializada.
Como desafío pendiente, el gerente de Construye2025, Marcos Brito apunta a fortalecer la gobernanza. “En esto, el propio Instituto de la Construcción nos está ayudando, buscando alternativas para robustecer las instancias directivas y ejecutivas del programa, con una mirada experimentada en este ámbito”, comenta.
Mientras que la coordinadora de Sustentabilidad, Alejandra Tapia, añade el reto de fomentar, articular y coordinar liderazgos para generar alianzas conducentes a proyectos concretos, que impulsen la innovación en economía circular, industrialización y transformación digital en el sector construcción.
Habiendo visto los frutos de Construye2025, la sectorialista de Corfo, Helen Ipinza, destaca la madurez alcanzada y el liderazgo del programa en la resolución de desafíos. “El que hoy esté alojado en el Instituto de la Construcción, le ha dado mayor robustez y nos ha permitido avanzar con más rapidez, de la mano de esta gran organización”, concluye.
Corfo apoya a Construye2025 desde hace cinco años, pero este tipo de programas requieren ser fortalecidos con recursos frescos, que le permitan no solo continuar, sino también crecer al alero de una institución. “En nuestro caso, la más indicada es el Instituto de la Construcción, con el que compartimos objetivos y estructura, el que nos acompaña como entidad administrativa y con el que estamos en proceso de estrechar lazos, tanto en lo operacional como en lo humano”, comenta Brito.
Estos recursos son indispensables, para que actividades como el Summit de Construcción Circular en el que se lanzó Hoja de Ruta RCD puedan ejecutarse y continuar articulando, vinculando y promoviendo los beneficios de la industrialización, tanto en la productividad como en la sustentabilidad de la industria.
Por Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Productividad (CNP).
La actividad de la construcción puede afectar, en distintas dimensiones, la vida de las personas: la asequibilidad y calidad de la vivienda, disponibilidad de infraestructura pública adecuada, integración urbana, sustentabilidad en la construcción y uso de las obras, son algunos de los aspectos más importantes del desempeño de esta industria de cara a la ciudadanía. Por ello, las políticas públicas que tienen efectos sobre el sector, deben ser examinadas con evidencia dura y desde diversos puntos de vista.
Uno de los ángulos desde donde se puede examinar el desempeño de los actores involucrados, detectar problemas y proponer soluciones para esta industria, es la productividad. Durante los últimos 11 meses, la Comisión Nacional de Productividad (CNP) ha estado investigando en profundidad al sector de la construcción, poniendo foco en la búsqueda de políticas que permitirían mejorar el uso de los recursos productivos, tanto en el sector público como en el privado. Si bien la conexión entre políticas y resultados es más directa, probablemente, cuando se trata del desempeño de nuestro sistema de obras públicas, encontramos problemas sistémicos, que clasificamos en seis categorías:
Dentro de los próximos meses, la CNP publicará el informe final de este estudio, describiendo en detalle cada uno de los hallazgos y recomendando una serie de medidas para hacerse cargo de los desafíos enumerados.
Durante la Semana de la Madera se reunieron autoridades de diversos ministerios, quienes abordaron las ventajas de los sistemas industrializados y los desafíos que se presentan para su masificación.
En el Seminario “Oportunidades sector público y privado”, de la Semana de la Madera, que fue moderado por los gerentes de los programas de Corfo Madera de Alto Valor y Construye2025, José Pablo Undurraga y Marcos Brito, respectivamente, la industrialización fue protagonista. Cuatro exponentes del sector público abordaron el espacio que se abre tanto para la madera, cuyo uso en la construcción ha sido fuertemente promovido por dichos programas.
Para Construye2025, las metas son claras: masificar las edificaciones industrializadas y, al mismo tiempo, incorporar elementos de la economía circular en todas las licitaciones públicas. El espacio para ello es amplio. El Director Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), Raul Irarrázabal, recordó que el plan de recuperación del Gobierno considera una cartera de al menos 32 proyectos de edificación pública por 133 mil millones de pesos a 2022, dentro de los cuales se encuentran nueve comisarías, nueve edificios sectoriales del MOP y tres dependencias para el Servicio Nacional de Aduanas.
En este ámbito, la autoridad explicó que el MOP presenta solamente un diseño referencial, no el definitivo, lo cual permite incorporar en el proyecto todos los sistemas que la constructora estime, de industrialización y, ojalá, en madera, según dijo. “Se abre la oportunidad a todos los proveedores y constructoras de incluir estructuras, revestimientos, o lo que estimen, en madera. Obviamente, pueden existir otros sistemas de industrialización, pero esta es una buena oportunidad para la madera”, puntualizó.
No obstante, hay una piedra de tope. “La edificación pública está muy mal estandarizada en todo Chile. Hay diferencias muy grandes en cómo la entendemos: una municipalidad entiende una cosa, otra institución pública entiende otra y, nosotros, como Dirección de Arquitectura, tenemos otro estándar y tenemos, de alguna manera, un desorden ahí. Por eso, estamos desarrollando una Política de Edificación Pública, para que la ocupen todas las unidades técnicas del país”, señaló Raúl Irarrázabal.
Certificación CES
Para el Gobierno, los principales focos son: la calidad de la arquitectura, la eficiencia de los recursos y la sustentabilidad. En este último aspecto, la Dirección de Arquitectura espera, por ejemplo, implementar la Certificación Edificio Sustentable (CES) en todos los edificios y fomentar la economía circular. “En el ámbito de la eficiencia, se consideran estudios de costo por metro cuadrado y capacitaciones, mientras que en la calidad, serán relevantes, entre otros puntos, la estandarización de bases de consultoría, la implementación BIM y la participación ciudadana en los proyectos”, detalló el Director Nacional de Arquitectura del MOP.
En este contexto, algunos de los proyectos icónicos que expuso en el seminario de la Semana de la Madera fueron: la Biblioteca Municipal de Nueva Imperial, la Escuela G70-Pivadenco, la Escuela Estación Toltén y la Escuela Los Troncos.
Otras obras públicas de edificación
Por su parte, el jefe del Área Arquitectura del Departamento de Infraestructura Escolar del Ministerio de Educación, Esteban Montenegro, destacó a la Escuela Cantino en Vilcún, en la Región de La Araucanía; y a la Escuela Roberto White en Palena, en la Región de Los Lagos. “En todos los proyectos de reposición, desde 2015, hemos establecido como requisito la Certificación CES, bajo el convencimiento de que la sustentabilidad es vital, pero también porque nos interesa contar con certificaciones que aseguren las condiciones de confort en los espacios educativos”, comentó.
Luego, la arquitecta del Departamento de Proyectos Hospitalarios del Ministerio de Salud (Minsal), Ana María Barroux, que prepara estándares y lineamientos técnicos, guías metodológicas, orientaciones y criterios, para el diseño de proyectos de establecimientos de salud, se refirió a la amplia cartera de proyectos del Minsal. “Desde marzo de 2018 se han construido 75 proyectos CESFAM, CECOSF y SAR, que se han sumado a la red asistencial y otros 72 se están construyendo o licitando, además, de 257 postas de salud rural, con una superficie de unos 250 m2 cada una, programadas entre 2020 y 2027”, dijo.
Según la arquitecta, es muy factible que los proyectos de atención primaria se puedan acoger a algún sistema de construcción industrializado, aunque, hasta ahora no se ha dado mayormente, salvo en construcciones menores. Esto, “principalmente, debido a los criterios de seguridad hospitalaria del ministerio, con altos indicadores de resistencia al sismo, lo que ha hecho que se optara por estructuras de hormigón armado. Pero es algo que se debe revisar en los establecimientos de atención primaria”, afirmó.
Enseguida, el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Ministerio de Vivienda, Erwin Navarrete, recordó que, al menos, en viviendas, la construcción industrializada es un 33% más rápida, en comparación con las materialidades. “La manera de construir con madera debe ser industrializada para que haya un valor agregado y mucho tiene que ver con el diseño”, puntualizó. En este contexto, Navarrete se refirió a la inminente licitación de la Villa Panamericana de Cerrillos, en la que se premiará el uso de industrialización y BIM por primera vez, proyecto que albergará a los deportistas de los Juegos Panamericanos de 2023, pero además quedará como infraestructura habitacional, aportando 1.100 unidades habitacionales.
El Director Nacional de Arquitectura, Raúl Irarrázabal, representará al organismo estatal en el programa de Corfo, mientras que el jefe de la División de Edificación Pública será quien lo subrogue.
El Director Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, Raúl Irarrázabal, agradeció la invitación a formar parte del Comité Ejecutivo del Programa Estratégico Nacional de Productividad y Construcción Sustentable, Construye2025, impulsado por Corfo, en una misiva dirigida al presidente del Consejo Directivo, Vicente Domínguez.
Asimismo, informó que él mismo representará a la Dirección de Arquitectura-MOP como titular, mientras que el arquitecto Rodolfo Rojas, jefe de la División de Edificación Pública de la misma Dirección será subrogante en el Comité.
La incorporación de este nuevo organismo público fortalece el rol articulador de Construye2025, que persigue la participación de actores relevantes, la provisión de bienes públicos, la generación de iniciativas innovadoras y las mejoras regulatorias necesarias, para aumentar la productividad y la sustentabilidad en la industria de la construcción.
Según comenta Marcos Brito, “la incorporación de la DA-MOP al Comité Ejecutivo de Construye2025 es, sin duda, un paso importante y un gran aporte, dada la naturaleza de esta instancia de nuestra gobernanza. Nuestro Plan Trianual de Acción está enfocado en instalar mejoras de productividad y sustentabilidad en la obra pública, de tal modo se produzca un efecto traccionante hacia los privados”. La incorporación de MOP a esta instancia se produce en paralelo a su incorporación también al CCI y su participación en la hoja de ruta RCD Economía Circular en Construcción, lo que complementa a este esfuerzo estratégico.
Innovación, creatividad y tecnología marcarán la pauta de los próximos meses, la cual incluirá al Encuentro de Construcción Industrializada en noviembre.
A pesar del confinamiento que se ha extendido durante la mayor parte del año, debido a la pandemia del coronavirus, para Construye2025, el año ha sido fructífero. Una serie de charlas, conferencias y encuentros, tanto nacionales como internacionales, en formato virtual, han sido la tónica y aún queda mucho por hacer.
Para el próximo mes, por ejemplo, está programado un Encuentro de Gamificación en la Construcción, organizado por Construye2025 junto a Chile Creativo, en el que se abordarán experiencias en la construcción, aplicaciones de realidad aumentada, realidad mixta y realidad virtual, que son herramientas que toman cada vez más fuerza en la digitalización de procesos.
Además, edificación en madera, economía circular e industrialización serán parte de los temas a tratar en los encuentros tipo networking preparados por el Comité Gestor en Investigación Aplicada y Desarrollo. Este evento tendrá como objetivo la generación de redes entre las empresas y el sector público con la academia, laboratorios y centros tecnológicos, para acelerar los procesos de proyectos, ayudándolos a abrir puertas a nuevos conocimientos.
Finalmente, el Encuentro de Construcción Industrializada, a realizarse durante la primera semana de noviembre, coronará el cierre del año con una serie de temáticas clave para la productividad y la sustentabilidad de la industria, además de espacios para el intercambio de experiencias y exposiciones virtuales sobre innovadores soluciones constructivas.
Por otra parte, la Estrategia de Economía Circular para la Construcción, instancia en la que participan CChC, IC y Construye2025, articulados por la CDT, generará una serie de talleres durante el último trimestre del año, para recoger inputs del sector en ámbitos de sustentabilidad y economía circular. Sus fechas serán anunciadas prontamente.
Los principales actores de la industria trabajarán en conjunto por una estrategia sectorial de economía circular, mediante un proceso participativo y colaborativo, que promoverá el desarrollo sustentable del sector.
Conscientes de que la circularidad de la economía se relaciona con la forma en que se crean y operan las ciudades, bajo una mirada sistémica del ciclo de vida, representantes del Instituto de la Construcción (IC), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el programa Construye2025, impulsado por Corfo, valoraron la alianza que les permitirá asumir desafíos como el uso eficiente de los recursos y la gestión de residuos de construcción. “Éstos se reconocen como herramienta de mitigación de los gases de efecto invernadero que produce la actividad y frente a ello, la economía circular representa un cambio que favorece la resiliencia de los sistemas y cadenas de suministro”, destacó el presidente del IC, Miguel Pérez.
En este ámbito, el timonel de la corporación valoró la apertura de nuevas oportunidades de negocio e innovación, tales como diseño libre de residuos, industrialización, prefabricación y digitalización. “Nosotros apadrinamos y nos involucramos en la economía circular desde un principio, porque creemos que es una necesidad imperiosa y su futuro depende de ello. Es una responsabilidad iniciar el lanzamiento de este convenio que convoca a colaborar en la elaboración de la propuesta de una estrategia sectorial para la economía circular de la construcción, con la participación de las principales instituciones del sector”, afirmó.
El convenio -ratificado durante la segunda jornada del Summit Construcción Circular- busca articular los esfuerzos de la cadena de valor para realizar una estrategia sectorial de economía circular en la industria de la construcción, mediante un proceso participativo y colaborativo en todo Chile, que permita promover el desarrollo sustentable del sector, en el contexto de la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular, Chile 2020-2040.
“Este esfuerzo contará con el apoyo de la CDT como entidad facilitadora y ejecutora, acorde a su misión. Los invitamos a participar de forma activa, convencidos de que la economía circular es una oportunidad de desarrollo ineludible que, además, generará muchos empleos de calidad, nuevos modelos y oportunidades de negocio de la mano de un menor impacto en el medioambiente”, explicó Pérez.
Cambio cultural
Asimismo, el presidente del Consejo de Productividad, Innovación y Construcción Sustentable de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Bascou, puso énfasis en que el desafío del cambio climático es tan grande, que no es posible abordarlo si no es en conjunto: actores públicos, privados y academia. “Estamos felices de poder aportar desde el gremio. Las empresas son fundamentales, porque es donde se alberga a muchos trabajadores que ya han iniciado este cambio cultural. Trabajaremos con mucho entusiasmo y compromiso en el desarrollo de esta hoja de ruta”, señaló.
Enseguida, Marcos Brito, gerente de Construye2025, en representación del presidente del Comité Directivo del programa, Vicente Domínguez, y de todos sus integrantes, comentó que este es un cambio de paradigma que no será fácil. “Es una manera distinta de mirar las cosas, de hacer industria, estamos muy entusiasmados de poder colaborar y sacar adelante este trabajo”, dijo.
Tras la ratificación del acuerdo tripartito, en el segundo día del Summit Construcción Circular, en el que se habló de la cadena de valor y nuevos modelos de negocio, se desarrolló el panel “Oportunidades de economía circular en la construcción”, en el que participaron Guillermo Molina, gerente de MÁSMAR; Marisol Saavedra, subgerente de Gestión de Calidad e Innovación de Desarrollos Constructivos Axis; Karen Aguilera, gerente general de Revaloriza; Patricia Martínez, académica de la Escuela de Ingeniería en Construcción de la Universidad de Valparaíso.
Posteriormente, Carlos Bascou de la CChC, compartió los alcances del estudio “El sector construcción ante el desafío climático global”, que plantea los retos para las empresas del sector de la construcción en los ejes de mitigación y adaptación al cambio climático.
Como antesala, este año abrirá sus puertas el Laboratorio de Prototipado Físico a Escala Piloto (PEP), que apoyará la investigación para el desarrollo de nuevos sistemas constructivos.
El Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (Cipycs), impulsado por Construye2025 y Corfo, es una plataforma interdisciplinaria conformada por siete universidades y varios aliados estratégicos nacionales e internacionales, entre ellos, la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción (CDT), que ya está dando frutos.
La gerente de esta innovadora entidad tecnológica, Tania Romero, adelantó que este año, entrará en funcionamiento el laboratorio PEP, de prototipado físico a escala piloto. “Este laboratorio está enfocado en el apoyo a emprendedores, empresas y grupos de investigación para desarrollar nuevos sistemas constructivos y mejorar los existentes, además de apoyar el diseño y mejoramiento de los procesos de producción de estos nuevos sistemas y elementos de construcción”, detalló.
Asimismo, el Cipycs, se prepara para abrir el Laboratorio de Infraestructura Modular Adaptable (IMA), que entrará en funcionamiento en junio de 2021, para ayudar a emprendedores, empresas y grupos de investigación que necesitan hacer pruebas a escala real y en condiciones reales de sistemas constructivos. “Las pruebas que se podrán hacer aquí son de desempeño térmico, de humedad, lumínico, de ventilación, etc., siempre relacionadas con el bienestar de los usuarios o habitantes”, acota Tania Romero.
Según la gerente del Cipycs, la evolución del centro ha ido de la mano de sus propias necesidades: foco en generar la nueva infraestructura y, luego, servicios y productos que mejoren la productividad y sustentabilidad del sector de la construcción y, además, aseguren su sustentabilidad económica.
El proyecto, que es parte del Programa de Fortalecimiento y Creación de Capacidades Tecnológicas Habilitantes para la Innovación de Corfo, también ha ido avanzando de la mano de las necesidades de la industria, que, según la ejecutiva, han estado marcadas por la coyuntura. “Tuvimos que evolucionar para adaptarnos a las normas de distanciamiento social, pasando de hacer muchas actividades presenciales a hacerlas virtualmente”, afirmó.
Con la mirada puesta en la construcción sustentable, los sistemas de construcción en madera, la productividad, la calidad, la resiliencia estructural, los nuevos materiales, los sistemas constructivos y los productos sustentables, el Cipycs ha debido re enfocarse hacia los servicios y productos que hoy son más necesarios. “Hemos dado mayor prioridad a lo relacionado con la industrialización y la digitalización de la construcción, como apoyo al mejoramiento de la productividad y a cumplir las normas de cuidado de la salud de los trabajadores. Esto, desde las capacidades de nuestro Laboratorio de Experiencias Virtuales Inmersivas (EVI)”, comentó Tania Romero.
De esta manera, este referente de la industria nacional y latinoamericana, ha tenido que apurar sus procesos de cambio y adaptación, lo que, sin duda, enriquecerá la relación con los clientes y con la industria en general, manteniendo siempre un claro objetivo: “satisfacer las necesidades con la mejor calidad y en el menor tiempo posible”, puntualizó la gerente de Cipycs.
El trabajo colaborativo de toda la cadena de valor permitirá mejorar la gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD), para abrir paso al reciclaje, la productividad, la eficiencia en el uso de recursos y el cuidado del medio ambiente.
Durante el Summit “Construcción Circular: de los desafíos a la acción”, se lanzó la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en la Construcción, resultado del trabajo participativo que encabezaron los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente y Obras Públicas, además de Corfo y Construye2025, a través de un Comité Público Consultivo en el contexto de la Estrategia RCD.
El instrumento, elaborado con miras a 2035- ayudará a Chile a impulsar políticas, prácticas y metas orientadas a facilitar la transición hacia cadenas de valor más sustentables y eficientes en el uso de los recursos. “Este documento sienta las bases para una gestión sustentable de los residuos de construcción y demolición y nos permite adentrarnos en este nuevo modelo de economía circular”, afirmó la asesora sectorial de construcción y economía circular de Corfo, Helen Ipinza.
En el encuentro, los ministros de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward; de Obras Públicas, Alfredo Moreno; de Medio Ambiente, Carolina Schmidt; el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas; el presidente del Instituto de la Construcción, Miguel Pérez; el presidente de la Cámara de la Construcción, Patricio Donoso; e Yves Besançon, representante del Consejo Directivo de Construye2025, valoraron el trabajo multisectorial que busca cambios reales frente al impacto que la economía lineal ha provocado en los ecosistemas.
Cinco ejes estratégicos conforman la hoja de ruta: Planificación territorial e infraestructura para la gestión de los RCD y la economía circular; Coordinación pública para el marco regulatorio y fomento a la economía circular en construcción; Ecosistemas y cadenas de valor para mercados de economía circular en construcción; Información e indicadores para el desarrollo de mercados políticas públicas e innovación; y Restauración de Pasivos Ambientales y de Riesgos.
Nuevos retos, nuevos hábitos
“Partimos de la visión de soñar con un país que gestiona en forma eficiente los recursos en el ciclo de vida de los proyectos de edificación e infraestructura, involucrando a todos los actores de la cadena de valor, en el marco de una economía circular con el objetivo de alcanzar una gestión ambientalmente racional de los residuos, impactando positivamente en los ámbitos social, ambiental y económico”, explicó la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, quien invitó a renovar liderazgos y asumir los nuevos retos a través de nuevos hábitos.
Durante el summit, se abordaron los desafíos y acciones que propone la hoja de ruta, en un panel compuesto por la directora general de Obras Públicas del MOP, Mariana Concha; el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu, Erwin Navarrete; y el jefe de la Oficina de Economía Circular del ministerio de Medio Ambiente, Guillermo González.
“Estamos trabajando ya para generar términos de referencia que incluyan exigencias de porcentajes mínimos de materiales reciclados, en todas aquellas cosas en que sea factible”, señaló Mariana Concha. Igualmente, la autoridad de la Dirección de Obras Públicas, recordó que, muchas veces, es posible reutilizar material de las excavaciones y también modificar las ordenanzas para favorecer el desarrollo de la economía circular en la construcción.
Asimismo, la directora general de Obras Públicas del MOP, Mariana Concha; el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional, Erwin Navarrete; y el jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente, Guillermo González, compartieron un panel que abordó los desafíos y acciones que propone la hoja de ruta.

La mirada sistémica
En el Summit Construcción Circular expuso también Katherine Martínez, subgerente de Desarrollo Sustentable de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) y secretaria ejecutiva del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, quien resaltó la importancia del pensamiento sistémico en los proyectos constructivos. “La generación del residuo se puede evitar desde etapas tempranas. El modelo de circularidad aplicado al sector de la construcción tiene que ver con la posibilidad de retener los principios de diseño relacionados con edificación por capa”, señaló.
En este aspecto, la arquitecta valoró el rol del diseño en la adaptabilidad y la flexibilidad de los edificios. “La industrialización nos permite pensar de esta forma, por capas, retener los materiales y componentes el mayor tiempo posible. Asimismo, el diseño modular permite mapear y tener la trazabilidad de partes y piezas. Tenemos que conectar diseño y manufactura pensando en la logística y el montaje”, afirmó.


Revisa la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción” aquí: http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/
Además, te invitamos a revivir el Summit Construcción Circular: de los desafíos a la acción”, en nuestro canal: https://www.youtube.com/c/ProgramaConstruye2025

Con una visión sustentable plasmada en sus estrategias, Chile busca construir mejores ciudades, con edificaciones y espacios que favorezcan el bienestar y el equilibrio.
Poco a poco, la sustentabilidad se ha ido impregnando en el ADN de las industrias y el sector construcción no ha estado ajeno a esta tendencia. De hecho, Chile está preparando su Plan Nacional de Construcción Sustentable como parte de la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Por eso, en medio de las dificultades económicas que enfrentamos, como consecuencia de la pandemia, el concepto está más presente que nunca en el rubro.
Para Paola Valencia, secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), la sustentabilidad busca un equilibrio en el desarrollo humano, para velar por la calidad de vida de hoy y mañana, cuidando el medio ambiente y propiciando un modelo económico donde la equidad y la sostenibilidad se mantengan en el tiempo. “En el caso del sector construcción, la visión sustentable nos permite construir ciudades donde las personas puedan vivir en forma digna, ofreciendo edificaciones y espacios que permitan una buena salud mental y física, y promuevan un equilibrio ambiental y la mitigación de impactos de la construcción”, explicó.
En este sentido, Paola Valencia cree que la crisis abre una oportunidad para impulsar la incorporación del desarrollo sostenible en todas las esferas de la vida, de manera de avanzar en la reducción de desigualdades de todo tipo y asegurar un mejor estándar de vida a las personas.
La coyuntura no solo ha estado marcada por una pandemia, sino también por el calentamiento global, que ha llevado a Chile a comprometerse con los lineamientos internacionales que entregan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los compromisos de Cambio Climático y Gestión de Riesgo de Desastres. “En particular, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo ha estado trabajando con la Política de Nacional de Desarrollo Urbano que está basada en los Ejes de la Sustentabilidad Urbana, el Plan de Adaptación al Cambio Climático de Ciudades, la Política de Gestión de Riesgo de Desastres y la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable”, detalló la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu.
Agenda sostenible
Además, Paola Valencia, destaca la conformación de una comisión de sustentabilidad y cambio climático ministerial, que tiene como función construir una agenda clara a mediano y largo plazo en estos temas. Al igual que Valencia, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas -que estuvo conversando sobre la reactivación sostenible en el podcast “Cable a Tierra”- ve a la pandemia como una oportunidad.
“Uno siempre debería partir por las cosas que tiene más a mano para acelerar la transformación. Si bien hemos sido un país pobre en combustibles fósiles, somos muy ricos en la energía limpia. Algo que antes era una desventaja, hoy es una ventaja. Tenemos que aprovechar eso. El norte de Chile tiene la mayor radiación solar del mundo y en la Patagonia tenemos récords de viento para producir energía eólica”, afirmó Terrazas.
Asimismo, el vicepresidente de Corfo recordó que el año pasado se adjudicó el consorcio de economía circular en el norte, justamente, para prepararle el camino a los desechos que puedan provenir de la energía solar. “Estamos adelantándonos al futuro. Hemos visto cómo se llena de paneles todo nuestro territorio y creemos que tenemos un potencial para seguir creciendo gigantesco. Tenemos que prepararnos ambientalmente para toda esa capacidad. Eso estamos haciendo con este centro, que uno de sus propósitos es ver cómo reutilizar, reciclar o hacernos cargo de los desechos que produzcan los paneles solares”, señaló.
Según el presidente del Consejo de Productividad, Innovación y Construcción Sustentable de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Bascou, la sustentabilidad ha jugado un rol protagónico. Así lo han destacado distintos líderes internacionales, e incluso, fue parte del mensaje de la cuenta pública. “Todo lo que hemos vivido como sociedad, el estallido social y la posterior pandemia, hace que miradas más equilibradas de los modelos de funcionamiento de las empresas y la sociedad deben perseverar. Sostenibilidad es mantener un equilibrio entre crecimiento económico, aspectos sociales y medioambientales. Debe jugar su debido rol en este equilibrio”, explicó.
En este contexto, Bascou recordó que la CChC definió una propuesta que considera el desarrollo sostenible en sus ejes estructurales. “Lo fundamental en los desafíos del cambio climático sector construcción, aborda aspectos tanto de adaptación, como de mitigación. Cada uno de ellos tiene acciones concretas, propuestas y compromisos para hacer que el sector construcción tenga una recuperación sostenible”, concluyó.
Por Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo
La reducción del riesgo y la precisión en la estimación de costos y plazos son algunas de las ventajas, para algunos desconocidas, que ofrece la construcción industrializada. En el mundo, la construcción estandarizada -que pone por delante la digitalización, la especialización del capital humano y la innovación- ha ido ganando terreno, mejorando la competitividad de la industria.
Aunque la pandemia fue una sorpresa para todos, también aceleró un proceso que venía gestándose lentamente en la industria de la construcción. La escasez de recursos, la baja inversión y la capacidad productiva de alto estándar que se encuentra ociosa se hicieron más visibles en medio de la crisis que ha movilizado a todos los sectores productivos en la búsqueda de una pronta reactivación.
Ser más eficientes en nuestros procesos, aumentando la productividad al máximo posible, equivale a eliminar completamente los tiempos muertos en obra, secuenciar partidas, integrar especialidades e intensificar el uso de herramientas digitales. Para ello, las tecnologías de información, la manufactura avanzada y los procesos de certificación de mano de obra especializada son grandes aliados.
La estandarización en cada eslabón de la cadena de valor se presenta como uno de los firmes puntales de la reactivación. Asimismo, la tramitación digital de permisos de obra, la planificación, la coordinación con proveedores y la logística de obras, además de nuevos factores a considerar en higiene y seguridad laboral allanan el camino al despegue económico tras el duro golpe que nos dio el coronavirus.
Empresas e instituciones públicas y privadas -que hoy forman parte del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, están remando en este sentido. De hecho, en CCI y Construye2025, estamos trabajando para eliminar barreras, derribar mitos, resaltar ventajas y difundir casos de éxito, junto con desarrollar metodologías de control y medición, que nos permitan ser más autoexigentes en los resultados de nuestras obras.
Por eso, es tan importante contar con una normativa acorde, que establezca estándares y favorezca la interoperabilidad de sistemas constructivos, para lograr obras híbridas con foco en la calidad y la eficiencia. En un ambiente cada vez más competitivo y exigente, es fundamental innovar y adaptarse y qué mejor vehículo para ello que la construcción industrializada, que beneficia a todos los que intervienen en el proceso, sin tiempo perdido y con recursos utilizados de manera óptima.
La eficiente gestión de residuos en los aeropuertos de Iquique y Arica abrió la puerta para la incorporación del ítem RCD en futuras licitaciones, como la del Aeródromo de Tobalaba. Allí, se espera lograr la reutilización de hasta un 85% del material que suele terminar en un botadero.
El árido es el segundo recurso más utilizado después del agua. Para la construcción es un bien preciado y muy necesario, pero genera mucho residuo y, además, podría agotarse. Por eso, la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha tomado cartas en el asunto. En el aeropuerto de Iquique, importantes volúmenes de material se iban al botadero, pero hoy, se reutilizan. Lo mismo sucedió en Arica, donde se utilizó material fresado reutilizado.
“Lo que hicimos con ese material fue ponerlo de una cierta forma, con una cierta técnica y en la resa que es una zona que está posterior al umbral, donde el avión, en caso de tener un aterrizaje largo, tiene la oportunidad de frenar y que el material de allí no esté tan compactado, para que no pueda seguir hacia al infinito”, explica el jefe del Departamento de Proyectos de la División de Infraestructura Aeroportuaria de la Dirección de Aeropuertos del MOP, Walter Kaempfe.
La gestión de residuos en el terminal aéreo implicó sacar la carpeta asfáltica y reutilizar todo el material que iba a ir a botadero, inyectándole un estabilizador. Los resultados fueron alentadores: “Se deformó la mitad, lo que nos ratifica que la técnica de reciclar material, además de un componente ambiental, puede tener una componente técnico muy fuerte”, detalla Kaempfe.
Una técnica constructiva se divide en parámetros ambientales que, al final, son desechos: formación de ozono, contaminación del agua y del aire, y va comparando un patrón. Luego de haber medido una nueva técnica por tres años, que fue aprobada por la Dirección de Aeropuertos, entre el 17 de enero y el 17 de febrero de 2020, se licitó la conservación del Aeródromo de Tobalaba, donde la autoridad espera que toda la pista, las calles de rodaje, se hagan sin tener que llevar material al botadero.
Menos áridos, menos basura
“Vamos a ahorrar un 86% de material, que vamos a reutilizar, evitando que el 85% se vaya al botadero. Y vamos a disminuir la producción de árido, de la carpeta a intervenir, del orden del 31%. Eso es lo que respecta al paquete estructural de un pavimento, ya sea de hormigón o de asfalto”, asegura el jefe del Departamento de Proyectos de la División de Infraestructura Aeroportuaria de la Dirección de Aeropuertos del MOP.
Cuando el terreno es de mala calidad, los especialistas deben estabilizar y, luego, construir para evitar reemplazar todo el material que termina siendo desecho. Pero, la reutilización de material con técnicas de economía circular está cambiándolo todo. “El tramo de prueba que hicimos en Iquique, lo realizamos hace tres años. Es muy temprano para poder sacar esa conclusión, pero tenemos expectativas sobre lo que hicimos, estamos colocando una base”, afirma Walter Kaempfe.
El gerente del programa de Corfo, Marcos Brito, participó en dos conferencias sobre construcción industrializada. En ellas, destacó los avances en optimización de la construcción, que ya está aumentando la productividad, reduciendo plazos y mejorando calidad, valor y sustentabilidad.
A cinco años del nacimiento del Programa Estratégico Nacional “Productividad y Construcción Sustentable” de Corfo, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, fue invitado a dos eventos online en los que expuso, tanto los desafíos del sector como las tendencias vinculadas a la reactivación económica tras la pandemia del coronavirus.
El miércoles 22 de julio, se realizó la conferencia “Construcción Industrializada: desafíos para el sector”, organizada por la Dirección de Egresados (Alumni) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), que tuvo a Brito como protagonista. Luego, el viernes 24, el ejecutivo fue invitado por la Cámara Chileno Alemana de Comercio e Industria (Camchal), a conversar sobre el sector construcción y la pandemia, ocasión en la que hizo un análisis histórico y abordó la situación de los permisos de edificación.
“La construcción en Chile aún es artesanal, se improvisa mucho. Pero, nos queremos convertir en una industria más sustentable y competitiva. Para eso, hay que incorporar innovación y fortalecer el capital humano. Este programa crea una gobernanza y un capital social, que se compone de muchas empresas e instituciones, donde hay cuatro ministerios, gremios, oficinas de ingeniería y universidades”, detalló el gerente de Construye2025 en la conferencia de la UNAB.
Según el ejecutivo, en los últimos 25 años, la construcción ha estado estancada debido a la baja coordinación entre los distintos agentes, lo que juega en contra de la productividad. Asimismo, la industria ostenta un bajo nivel de capacitación y certificación de capacidades de los trabajadores en obra y, adicionalmente, el marco regulatorio y normativo no ha evolucionado con la velocidad necesaria para hacer frente a las necesidades actuales. Otro de los problemas que detecta Brito es que la industrialización y prefabricación de productos es baja.
Una ambiciosa visión
“Muchos residuos de construcción se disponen sin ninguna certificación, sin ningún cuidado y, finalmente, no hay una regulación para ello. Hoy estamos lanzando una hoja de ruta que se va a hacer cargo de este tema y vamos a ver no solo cómo evitar el residuo, sino también cómo aprovecharlo en torno al concepto de economía circular”, señala el gerente de Construye2025.
Con la visión de convertir a la industria en la más productiva de Chile, el ejecutivo recordó que se crearon -con el apoyo de Corfo- dos centros tecnológicos: el Centro Interdisciplinario de Productividad y Construcción Sustentable (CIPYCS), en el que participan la Universidad Católica y la Universidad del Biobío -más otros actores-; el Centro Tecnológico de la Construcción (CTeC), impulsado principalmente por la Universidad de Chile, que tiene presencia en todo el país; Planbim, una iniciativa totalmente independiente; y DOM en Línea, proyecto impulsado desde la Cámara Chilena de la Construcción que se aloja en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cuyo objetivo es disponer más de 30 trámites en línea. Además, Marcos Brito, valoró la existencia de dos centros de extensionismo tecnológico y del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), que nació de un comité de trabajo.
“Estamos planteando un cambio de paradigma, pasando de la construcción manual a la construcción industrializada, para poder producir más con los mismos recursos, ganar en calidad y valor agregado, disminuyendo los reclamos en postventa; mientras que en sustentabilidad, buscamos mejorar los estándares de seguridad, disminuir los residuos y hacer una construcción más confortable”, comenta el gerente de Construye2025.
La llamada “Cuarta Revolución Industrial” ha sido extremadamente rápida. Gracias a ella, todo se almacena en la nube; se manejan grandes volúmenes de información; y existen modernos sistemas de ciberseguridad, fabricación aditiva, robótica colaborativa y realidad aumentada. “Esta última permite visualizar dónde va a estar un muro que aún no ha sido montado. En Chile ya estamos en eso”, reconoce Brito.
En esta senda, no queda más que seguir empujando el carro, tal como hizo ver en estas magistrales exposiciones, hacia desafíos como: estimular la demanda de sistemas prefabricados, mejorar estándares y normativas, desarrollar marcos contractuales, mejorar la calidad de la mano de obra, masificar el uso de BIM, mejorar la coordinación temprana con los proveedores y aumentar las exigencias para la reducción y gestión de residuos.
Menos consumo de energía, emisiones de CO2 y residuos. Estos son los objetivos clave de las certificaciones chilenas para la industria de la construcción.
Durante el proceso colaborativo para la elaboración de la hoja de ruta del Construye2025, programa impulsado por Corfo, se propuso el logro de un market share de edificaciones nuevas sustentables del 20% para 2025. Con esa meta puesta enfrente, existe una serie de herramientas que están impulsando en cada eslabón de la industria, incorporando la sustentabilidad como factor adicional de competitividad. A nivel nacional, estas son: Certificación Edificio Sustentable (CES), Certificación Vivienda Sustentable (CVS) y Calificación Energética de Viviendas (CEV). También están presentes en Chile el sistema estadounidense LEED y el alemán PassivHaus.
De esta manera, Chile busca optimizar el valor de sus activos inmobiliarios, reducir los costos de operación y dar paso a edificaciones de mejor estándar, fortaleciendo la cadena de valor desde una perspectiva holística. El país va por buen camino: “En el caso de la Certificación Edificio Sustentable, lanzada el año 2014, hay a la fecha más de 330 edificios en proceso y más de 50 certificados. En Certificación de Vivienda Sustentable, lanzada en mayo del presente año tenemos 40 proyectos registrados y un proyecto precertificado”, comenta la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Paola Valencia.
Sin embargo, la especialista reconoce que aún estamos alejados del cumplimiento del compromiso original de 20% de edificios sustentables, que fijó la hoja de ruta del programa “Productividad y Construcción Sustentable”. “Sabemos que el 6% de los edificios no residenciales cuenta con certificación CES, pero en vivienda sólo 20.000 tienen una óptima calificación energética hasta la fecha, lo que es menos del 1%”, señala.
El sistema CES, que preside Ricardo Fernández y cuyo jefe es Hernán Madrid, gracias a un convenio entre los ministerios de Energía, Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, ha podido actualizar el modelo técnico de la certificación, lo que ha llevado a potenciar ciertos materiales y productos, en línea con la economía circular. Ahora, la colaboración público-privada hará posible obtener una certificación específica para edificios existentes. “Hoy todos los edificios nuevos buscan cumplir con un determinado estándar, pero para los existentes se basará en demostrar mejoras”, explica el jefe de CES, Hernán Madrid.
Certificación Vivienda Sustentable
La Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) es una herramienta pensada para mejorar la calidad de vida de las personas a través del cuidado del desempeño de los proyectos de vivienda a nivel nacional. Para ello, utiliza como base los Estándares de Construcción Sustentable para Viviendas, publicados en 2016 por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Esta herramienta ayudará a definir los mínimos requerimientos para catalogar una vivienda como “sustentable” y, además, para poner en valor experiencias de edificación residencial que incorporen parámetros de eficiencia energética, hídrica, uso de materiales sustentables, gestión de residuos, medidas de mitigación de impacto ambiental, mejor calidad ambiental para las personas y medidas de respeto al entorno urbano y cultural, durante todo el ciclo de vida del proyecto, es decir, desde el diseño y construcción hasta la operación.
Calificación Energética de Viviendas
Entre las importantes herramientas orientadas a optimizar el consumo de energía, está la Calificación Energética de Viviendas (CEV), instrumento diseñado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto con el Ministerio de Energía, que inició sus funciones en 2012 para promover el atributo de eficiencia energética en las edificaciones de uso residencial.
Desde este año, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está trabajando en los documentos reglamentarios necesarios para la implementación de la obligatoriedad de la CEV (Reglamento de la CEV y Reglamento del Registro de Evaluadores Energéticos). Además, los equipos regionales del ministerio se concentran en fortalecer las capacidades instaladas y aumentar el número de evaluadores y fiscalizadores.
Recientemente, el Minvu abrió por segunda vez en 2020, la convocatoria para postular al llamado nacional de profesionales interesados en acreditarse como evaluadores energéticos de la CEV, el que estará abierto hasta el 28 de agosto.
Por Carlos Zeppelin, presidente Comité de Obras de Infraestructura Pública de la CChC.
Hoy nos enfrentamos a un gran desafío: recuperar el empleo y la inversión ante los devastadores efectos de la crisis sanitaria, económica y social. Por eso, el sector político acordó un marco de entendimiento para el “Plan de emergencia por la protección de los ingresos de las familias y la reactivación económica y del empleo”, con un impulso fiscal significativo.
En la fase de reactivación plena se debe implementar un potente plan de inversión pública, principalmente a través de los Ministerios de Obras Públicas y Vivienda y Urbanismo, en infraestructura hídrica, en logística y en viviendas. Este plan debe ser de rápida ejecución, con cobertura regional, con cronograma e identificación de territorios que permita su monitoreo y con énfasis en sustentabilidad y mitigación del cambio climático (embalses, agua potable rural, obras de regadío, entre otros).
Evitemos que este nuevo y necesario plan de inversiones incurra en los errores del pasado, como los que deja entrever la publicación conjunta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) “Evaluaciones del desempeño ambiental CHILE 2016”, que señala: “en líneas generales, los programas de inversión pública no toman en cuenta de manera sistemática los componentes ambientales y climáticos, ni los indicadores o los criterios de sostenibilidad”.
Entre las acciones para dar cumplimiento a este acuerdo de manera sostenible y rápida, destaco las siguientes:
A. Implementar políticas públicas, iniciativas y acciones a través de las compras públicas y licitaciones de proyectos de infraestructura y edificación, que traccionen el desarrollo de la economía circular en construcción.
La compra y contratación pública, representa un instrumento importante para conseguir la implantación de este nuevo modelo productivo y de consumo más sostenible, por su impacto y poder tractor sobre el mercado, y el abandono del adictivo modelo lineal
Nuestros sistemas de licitación y adjudicación se basan, fundamentalmente, en el precio, lo que supone una grave dificultad para todos estos nuevos desarrollos. La Comisión Europea desarrolló el documento “Compra y contratación pública verde”, de momento de carácter voluntario, el cual consiste en que los organismos gubernamentales adquieran productos, servicios y obras con un impacto ambiental reducido durante su ciclo de vida. La aplicación de criterios ambientales en la contratación pública supone no solo beneficios ambientales, sino también económicos y sociales tanto para la administración, como para el sector privado y la sociedad.
Entre los beneficios para la administración está el incrementar la transparencia y eficiencia, lo que permite lograr metas ambientales asumidas y reducir impactos ambientales y fomenta el ahorro al considerar los costos del ciclo de vida. Además, favorece al sector privado, al dar incentivos para innovar y ser más competitivo; y a la comunidad, al mejorar la calidad de vida de la ciudadanía por la reducción de impactos ambientales.
B. Generar herramientas que incluyan criterios de economía circular en la evaluación de inversión pública, fomenten mercados y faciliten información para la trazabilidad de los RCD.
C. Desarrollar infraestructura adecuada para la disposición final y valorización de los RCD, y un marco regulatorio único y claro para su implementación.
En la actualidad y con miras al cumplimiento de los compromisos del Acuerdo de París, en materia de sostenibilidad, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y las acciones necesarias para la adaptación y mitigación al cambio climático, el Ministerio de Obras Públicas, en un convenio de cooperación técnica con el BID y la Universidad de Harvard, se encuentra evaluando un sistema de calificación y una guía orientadora que introduce consideraciones de sostenibilidad en los proyectos de infraestructura, asumiendo una postura integral mediante la evaluación de los proyectos en función del valor que tiene para las comunidades, el uso eficiente de fondos y la contribución a las condiciones de sostenibilidad. El sistema abarca todas las etapas del ciclo de vida de un proyecto: planificación, diseño, construcción, operaciones y deconstrucción y evalúa 60 criterios de sostenibilidad estructurados en 5 categorías: calidad de vida, liderazgo, distribución de recursos, mundo natural y clima y riesgo.
Para el logro de este objetivo es necesario incorporar -al momento de planificar, financiar y construir la infraestructura pública- una nueva mirada en materia de calidad, una coordinación intersectorial e integrada entre la provisión de la infraestructura y el modelo deseado de desarrollo territorial, y un nuevo enfoque en criterios de priorización de las inversiones para un desarrollo sostenible.
Además, es necesario incluir aspectos de sustentabilidad en las obras de infraestructura tales como: cambio climático, eficiencia energética, eficiencia hídrica, el uso sustentable de recursos naturales, entre otros. Los principales recursos naturales utilizados son los llamados inertes, por lo cual existe un enorme margen para reconvertir el sector hacia la economía circular.
Asimismo, los inspectores de obra juegan un importante papel, especialmente a la hora de aprobar cambios que permitan reutilizar materiales generados en la misma obra, evitando así su transporte a plantas de tratamiento para su posterior incorporación y reduciendo, por tanto, el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.
Los modelos de economía circular no sólo tienen sentido desde la perspectiva ambiental y cuidado de los recursos naturales, sino que también desde la perspectiva económica, ya que son drivers de innovación y de replantear, una y otra vez, nuevas maneras de llevar a cabo los distintos procesos. Por lo mismo, favorecen el desarrollo sostenible de Chile.
Hoy los desafíos van por el lado de una colaboración integral, tanto de lo público como de lo privado, donde los emprendedores no pueden quedar fuera, ya que deben empaparse del concepto y ver la oportunidad de crear nuevos modelos de negocio, generar empleos de calidad, combatir el cambio climático y revolucionar la forma de hacer las cosas.
La tentación de “acelerar la marcha” en pos de una recuperación rápida puede tener un impacto profundo en la continuidad de las acciones, avances y desarrollos que se estaban realizando en materia de sostenibilidad y relacionamiento con el entorno. Este es el momento de poner a prueba la coherencia y fortaleza del propósito de nuestras organizaciones.
Salir de esta crisis no será fácil, pero tampoco se trata de salir de cualquier manera, sino que con coherencia, para que podamos transformar esta crisis en una verdadera oportunidad.
Dada su velocidad de respuesta, los sistemas constructivos industrializados podrían mejorar la eficiencia y competitividad del sector. Además, estas técnicas revolucionarias optimizarían el uso de materiales, la mano de obra y los tiempos de entrega.
Plantas industriales con la última tecnología para la fabricación de viviendas, materiales de alta tecnología y un mejor diseño de ingeniería le están cambiando la cara a la construcción chilena. Según Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo, existen varios casos de éxito que reflejan las ventajas que ofrece la industrialización para la edificación. Y es que el país ha ido avanzando en su aprendizaje, “gracias a los esfuerzos conjuntos entre quienes tienen más experiencia, quienes están invirtiendo y quienes se están transformando hacia este nuevo paradigma”, señala.
Del mismo modo, el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Erwin Navarrete, cree que la industrialización ha despertado especial atención en el sector construcción, que ha ido reconociendo beneficios como: mejoras en la calidad de la construcción al incorporar procesos repetitivos con equipos y mano de obra especializada; optimización en la velocidad de construcción y montaje; y, principalmente, en la sustentabilidad de los proyectos, gracias a la disminución en la generación de residuos. “Incluso considerando el escenario actual a nivel mundial respecto de la pandemia, donde es aún más relevante el cuidado y control en la interacción de los trabajadores, cobra más sentido pensar en esta forma de llevar adelante la construcción”, explica.
Según Jacqueline Gálvez, presidenta interina del Comité de Vivienda de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), como país hemos avanzado mucho en los últimos años, ya que han ido en aumento las empresas que están utilizando industrialización, tanto en vivienda pública como en privada, aún cuando representan una pequeña parte del mercado. Pero, ese es el desafío: “seguir avanzado en su utilización de forma masiva. Esto requiere un trabajo mancomunado de empresas, proveedores de estos sistemas y sector público”, sostiene.
Además, para la representante de la CChC es importante capacitar a los trabajadores y apoyarlos en el proceso para que no se queden atrás. También destaca el rol de la academia en la educación de los distintos profesionales que intervienen en el sector construcción, que se van a enfrentar a los avances asociados a la industrialización. En opinión del gerente de Construye2025, se trata de integrar toda la cadena de valor, actuando con un mayor nivel de coordinación entre los actores que intervienen, sumando tecnología y planificando en forma industrial, para maximizar eficiencia y calidad, mientras se minimizan los errores.
En este sentido, Ignacio Hernández, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) tiene la convicción de que, al igual que otras tendencias que se han visto reforzadas y aceleradas producto de la pandemia, como el teletrabajo y economía digital, se acelerará también la penetración de la industrialización en la construcción.
La madera se abre paso
La prefabricación en hormigón, que incluye paneles pretensados, postensados, módulos prearmados, así como paneles simples y dobles, ya tiene su historia. Pero, en madera también existen sistemas constructivos marco-plataforma, módulos estructurales prefabricados y elementos en CLT (Cross Laminated Timber). Este material, según Hernández, está avanzando muy fuertemente y con ventaja, puesto que Chile tiene industria maderera de clase mundial, una masa de bosques muy abundantes en relación a nuestra población, e ingeniería y arquitectura de excelencia.
Igualmente, en Chile han aparecido sistemas constructivos no tradicionales, que ya en su génesis han incorporado la industrialización. “Dentro de ellos podemos mencionar los distintos tipos de paneles SIP (Structural Insulation Panel), algunos sistemas de ferrocemento o los sistemas de madera contralaminada”, comenta el jefe de la Ditec, Erwin Navarrete.
¿Es la industrialización el camino para enfrentar el déficit de viviendas? Según el Past President de la AOA, definitivamente sí. Incluso, Ignacio Hernández, cree posible una industrialización “personalizada”, que no implique renunciar a la identidad de cada barrio y características de los usuarios. Además, ésta podría hacer un aporte significativo en calidad y sostenibilidad, pero también en términos de volumen y plazos, lo cual es urgente debido a los déficits habitacionales crecientes.
De hecho, en Canadá, potencia forestal al igual que Chile, se propusieron solucionar el déficit habitacional social basado íntegramente en madera. “Creo que Chile, por su diversidad climática y geográfica, puede hacer lo mismo con la suma de las alternativas disponibles, pero con la condición de reforzar fuertemente la capacidad industrial instalada de madera, hormigón y estructuras metálicas, puesto que son todas perfectamente combinables todas entre sí”, señala Hernández.
Por su parte, la presidenta interina del Comité de Vivienda de la CChC, Jacqueline Gálvez, cree necesario repensar la construcción a partir de las nuevas tecnologías más allá del sistema constructivo: “desde su diseño; financiamiento; normativas aplicables; programas de vivienda, en el caso de vivienda pública; que internalicen estos procesos”, afirma.
Para el jefe de la Ditec, Erwin Navarrete, el déficit de vivienda exige sumar y, en este aspecto, reconoce el aporte que los sistemas de construcción in situ han hecho a la disminución del déficit. “La industrialización llega como una buena alternativa que presenta excelentes atributos para ser competitiva en el mercado de la edificación. Es importante destacar la posibilidad de que la industrialización, no sólo permite de forma eficiente resolver los problemas de déficit presentes en condiciones normales, sino que, dada su velocidad de respuesta, permite resolver déficits generados frente a distintos tipos de catástrofes naturales, permitiendo enfrentar más rápidamente los procesos de reconstrucción de viviendas”, sostiene.
Casos de éxito
Los socios del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) han desarrollado los siguientes proyectos de viviendas:
E2E ha llevado adelante dos proyectos con la constructora Convissa y Gestión Urbana. El primero, “Doña Paula” en Santa Cruz, cuyo primer piso fue industrializado con Baumax y, el segundo, con paneles SIP. “El hormigón iba más o menos rápido, pero el panel SIP, uniendo estos paneles de 1,20×1,20 m2, iba un poco más lento. Y eso estaba afectando a toda la obra y también a Baumax”, precisa Felipe Montes, gerente general de E2E Chile. De esta manera, la Inmobiliaria Gestión Urbana y Baumax, pidieron a E2E incrementar la velocidad y mejorar la coordinación de esta obra.
Luego de cumplir con los desafíos propuestos en el piloto de “Doña Paula”, siguió el proyecto “Casablanca”. Desde el inicio, dos industrializadores trabajaron juntos: Baumax en el primer piso, hecho en hormigón armado prefabricado y E2E con estructura industrializada en madera para el segundo piso, con un total de 394 viviendas de un proyecto con el Subsidio de Integración Social y Territorial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (DS19).

2. Viviendas RC Tecnova
RC Tecnova combina materiales de alta calidad técnica, como el acero galvanizado y el poliestireno expandido (EPS), para el desarrollo de sus paneles modulares, además, crea revestimientos sostenibles, como morteros elastómeros y corcho proyectado orgánico para fachadas y techo. La combinación de estos materiales es el “Metalpol”, producto que ofrece una mayor resistencia, menor peso y que no tiene puentes térmicos. Con él se fabrican paneles para muros, losas y techos, con los que se pueden realizar ampliaciones, construir casas, conjuntos habitacionales e incluso, tabiques y fachadas para edificios de gran altura.
En el proyecto Valle Noble de Concepción, se entregaron 184 casas prefabricadas en dos meses, las que -gracias a este material- son 80% más eficientes energéticamente si se comparan con las que levanta el sistema constructivo tradicional. La “receta” del Metalpol y las máquinas de RC Tecnova se exportaron a Ecuador y, próximamente, la empresa podrían llegar con sus soluciones a Perú y Colombia.

3. Obras DS19 de BauMax
Baumax es responsable de 180 departamentos DS19 distribuidos en 11 torres de 3, 4 y 5 pisos, en Rancagua, cuyo plazo de ejecución de obra estaba estimado en 5,8 meses. Con su sistema constructivo, la programación bajó a 3,7 meses, esto es, casi un 35% menos de tiempo en obra gruesa. La obra incorporó, por primera vez, la aislación térmica directamente en los muros.
En Talca, en tanto, 11 torres de 5 pisos debían ser montadas en 7,5 meses, solo con una grúa y un equipo de montaje compuesto por 4 montajistas más un coordinador, un prevencionista y un Ito. La empresa pudo montar un promedio de 1.100 m2 a la semana.
La empresa destaca también las estaciones de bombeo de Icafal, en Ovalle, un proyecto con muros de más de 3 mts de altura. Las restricciones de acceso a la obra eran tan altas que el montaje lo ejecutó la constructora con el apoyo de un coordinador en obra.

4.E2E en media-altura
La búsqueda de una solución rápida de construcción para edificios de mediana altura, llevó al mandante del proyecto “Horizonte del Pacífico” de la Región del Biobío, a optar por la industrialización. E2E tenía que lograr departamentos de excelente comportamiento térmico, evitando instalar EIFS (sistema de aislamiento térmico exterior). Éstos debían ser sustentables y rápidos de construir, sin faenas húmedas dentro de la obra. Fueron, de hecho, los primeros edificios habitacionales en madera construidos en Chile de manera industrializada, en un proyecto de 80 departamentos distribuidos en 5 edificios de cuatro pisos.

5. Fourcade & Co, Los Naranjos
Este es un innovador proyecto inmobiliario adjudicado bajo el DS19, que combina distintos materiales aprovechando sus virtudes e introduciendo la construcción industrializada a la vivienda en altura. Acero y hormigón para la parte estructural, una piel de madera en los muros perimetrales, para controlar humedad y temperatura, y hormigón en divisiones entre departamentos, con beneficios acústicos, de fuego y control de temperatura interior (masividad térmica).
Con una arquitectura de vanguardia, que no sólo entrega luz natural a los departamentos por ambos costados, sino que además tiene baños y cocinas con ventilación natural y control pasivo de temperaturas por medio de ventilación cruzada.
Los edificios están compuestos por vigas y pilares de acero rellenos en hormigón + losas colaborantes en su estructura de obra gruesa. Las partes y piezas llegan prefabricadas a terreno, listas para montar.
El muro perimetral exterior se fabrica bajo un proceso industrial seriado en terreno que culmina con el proceso de montaje, evitando acopio y traslados innecesarios. Duración de producción y montaje: 1 mes, 15 hombres por edificio.

6. Martabid Empresas + Canada House
En el holding están convencidos de que la construcción industrializada es el camino para generar rápidamente una vivienda óptima, en base a control de calidad en fábrica y montaje mecanizado. “Durante la emergencia por COVID-19, junto al Minvu, el Serviu y cada municipalidad, hemos acelerado la entrega de conjuntos habitacionales en varias comunas, lo que viene a descomprimir en parte el hacinamiento de miles de personas”, afirma José Miguel Martabid Razazi, director ejecutivo de Martabid Empresas.

Incentivos tributarios, pero también la oportunidad de ampliar sus horizontes y de generar vínculos para trabajar de forma colaborativa, cautivan a las empresas que se acogen a la ley I+D, que administra Corfo.
En sus 12 años de existencia, la ley I+D ha experimentado positivos cambios. Estos han llevado a cerca de 800 empresas a aprovechar los incentivos tributarios que aporta el Estado para quienes invierten en soluciones innovadoras. Cuando se creó en 2008, los beneficios sólo podían aplicarse contratando los servicios de centros de investigación inscritos en el registro Corfo. “Uno de los objetivos era poder vincular a las empresas con las unidades generadoras de conocimiento, como universidades y centros de investigación”, recuerda la directora de Promoción y Desarrollo I+D+I de Corfo, María Isabel Salinas.
Luego, en 2012, la ley se hizo más flexible, permitiendo que las empresas pudieran aplicar beneficios tributarios no solo por la contratación de terceros, sino también por las actividades que realizaban internamente. De esta manera, el país buscaba aumentar la inversión e investigación y desarrollo, que apenas alcanza el 0,37% del PIB, una cifra seis veces menor al promedio de inversión de los países OCDE en este ítem.
Y así fue. Más empresas fueron interesándose en crear soluciones tecnológicas novedosas, que las diferenciaban de su competencia y les permitían ingresar a exigentes mercados globales. “El desafío es sumar la mayor cantidad de empresas para que hagan uso de estos beneficios tributarios, porque, además la ley permite sistematizar los procesos”, afirma María Isabel Salinas.
Según la ejecutiva de Corfo, hoy, las empresas pueden descontar -en impuestos- un 35% del gasto anual efectivo asociado a investigación y desarrollo, respecto de uno o más proyectos certificados por el organismo estatal. “No obstante, el 65% -gasto necesario para producir la renta- también tiene un efecto tributario porque disminuye la base sobre la cual se calcula el impuesto. Por lo tanto, hablamos de un beneficio tributario total de un 52%”, señala la directora de Promoción y Desarrollo I+D+I de Corfo.
Trabajo colaborativo
Pero eso no es todo. Naturalmente, la ley permite sistematizar los procesos de investigación y desarrollo en las empresas que son innovadoras y están constantemente planteándose desafíos. Además, abre la posibilidad de vincularse con terceros para trabajar de forma colaborativa. “No es algo que exija la ley, pero permite mejores conocimientos al sumar capacidades expertas”, acota María Isabel Salinas.
Actualmente, las empresas que postulan a la ley I+D disfrutan de un proceso totalmente organizado, en el cual se les presta un apoyo muy cercano que permite a sus ejecutivos entender cómo funciona el proceso y encontrar el foco para la adecuada formulación de sus proyectos. “Si una empresa necesita acceder a un crédito lo contactamos con la banca o si necesita contactar a ProChile, hacemos el vínculo. No solo entregamos beneficios tributarios, también hacemos un aporte para la llegada al mercado -lo antes posible- de las innovaciones que están llevando a cabo las empresas”, explica la directora de Promoción y Desarrollo I+D+I de Corfo.
Frente a ello, Ricardo Fernández, gerente Técnico y Desarrollo Sostenible de Volcán, cree que la aprobación de los proyectos debe contemplar reorientaciones y cambio de las partidas presupuestadas inicialmente, ya que, frecuentemente, el diagnóstico no es el adecuado o el mercado cambia rápidamente, dejando obsoletos los supuestos iniciales del proyecto. “Es fundamental la capacitación a las distintas áreas de la empresa, previo a la postulación de proyectos, con el fin de tener claras las obligaciones y recursos administrativos requeridos para el desarrollo de actividades e informes”, señala.
Además, Fernández piensa que es fundamental que el lenguaje entre empresas, consultores y autoridad sea el mismo. “A veces, los consultores, con el fin de asegurar el éxito de la postulación para tener el incentivo tributario, terminan perdiendo el objetivo del proyecto y haciendo menos precisa la información. Asimismo, los formularios para presentación y rendición de proyectos deben estar estandarizados y ser más simples de completar”, concluye.
En tanto, Claudio Gahona, Jorge Villarroel y Mario Castillo, profesionales que son parte del equipo de René Lagos Engineers, explican que si el proyecto está bien armado y cumple con los requisitos de I+D, la revisión de Corfo se vuelve muy expedita. Sin embargo, la jugada es agresiva. “No se sabe hasta el final, realmente, cuánto te están aprobando”, afirma Gahona, gerente general de la empresa.
Casos de éxito
La ingeniería estructural requiere un alto nivel de detalle. Asimismo, el ambiente BIM exige buenas dosis de tecnología para trabajar la información. A pesar de ello, en René Lagos Engineers, observaron que las herramientas carecían de la productividad deseada. Para resolver este problema, el equipo liderado por Jorge Villarroel desarrolló un paquete que se acomodaba a los nuevos software.
“Ese proyecto nos ha permitido hacer una plataforma única, donde se gestiona toda la información, lo que ha significado un ahorro de tiempo de producción de entre 25% y 30%”, explica el director de I+D de René Lagos Engineers sobre el proyecto de generación automatizada de armaduras en modelos BIM.
Igualmente, Volcán ha aprovechado los beneficios de la Ley I+D, en los siguientes proyectos:
Cuatro especialistas estudiaron el manejo de los residuos de construcción y demolición e hicieron propuestas orientadas a la construcción sustentable, en línea con los desafíos actuales.
Para elevar los estándares ambientales y favorecer una construcción centrada en el medio ambiente, cuatro investigadores se unieron para trabajar en el capítulo IX del Concurso de Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica “Políticas municipales estandarizadas para el manejo sustentable de residuos de construcción y demolición”.
Felipe Ossio y Juan Molina de la Escuela de Construcción Civil; Homero Larraín de la Escuela de Ingeniería y Cristián Schmidt de la Escuela de Arquitectura fueron los responsables de abordar la problemática de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD), desde un enfoque interdisciplinario, considerando sus impactos ambientales, sociales y económicos.
“Nos dimos cuenta que la alta generación de RCD y su inadecuada disposición final es un problema multifactorial, que involucra a todos los actores en el ciclo de vida del proyecto y al cuadro normativo, regulatorio y legal respectivo. Sin embargo, este último se encuentra atomizado y fragmentado, lo que puede apreciarse en la cantidad de instrumentos asociados a diferentes actores”, explica Felipe Ossio.
De hecho, para el caso específico de los RCD existen más de 20 tipos de normativas dependientes de diferentes organismos públicos. Según el estudio, lo anterior dificultaría su conocimiento y aplicación, dejando al Estado una capacidad limitada de fiscalización en materias sanitarias y ambientales, algo que agudiza el problema. En efecto, el 60% de las empresas constructoras en Chile declara no conocer leyes, reglamentos, normativas ni manuales sobre gestión de residuos.
El equipo interdisciplinario de la UC se propuso contribuir proponiendo una política pública que lleve a las municipalidades a ser un agente de cambio y aportar al cumplimiento reglamentario ante las instituciones de nivel regional y nacional. Al mismo tiempo, su trabajo apuntó a elevar los estándares ambientales y permitir así una construcción centrada en el medio ambiente que responda a los desafíos que hoy exige la humanidad.
Disparidad normativa
El estudio reveló que los municipios en Chile presentan un dispar nivel de exigencias en materia de gestión de RCD, desde la nula consideración hasta una serie de normativas no necesariamente bien enfocadas. “Pero, principalmente, pudimos identificar comunas generadoras y receptoras de RCD. Las primeras se caracterizan por generar una alta proporción de los residuos a nivel de su región y no poseen sitios de disposición legal de residuos. Por su parte, las receptoras no producen una gran proporción de RCD a nivel regional y, en general, son comunas que poseen sitios de disposición final legal en su jurisdicción y/o deben hacer frente a sitios de disposición ilegal como micro basurales o vertederos ilegales”, detalla Ossio.
Luego de que el estudio reconociera dos tipos de comunas: generadoras y receptoras de RCD, los investigadores establecieron recomendaciones de acción que, si bien son vinculadas a un tipo de comuna, no son excluyentes para las otras. Asimismo, hicieron sugerencias generales que toda comuna, independiente de si es generadora o receptora de RCD, debería adoptar. “Estas 15 propuestas tienen por objetivo avanzar en la minimización de la generación de RCD y la disminución de sus impactos socioambientales, basados en los principios de la justicia ambiental (Hervé, 2010) y siguiendo la jerarquía de manejo de los residuos”, acota el profesor de la Escuela de Construcción Civil de la UC.
De este modo, las propuestas para las comunas generadoras se asociarán a los primeros eslabones de esta jerarquía, es decir, se centrarán en reducir la generación de RCD en origen y fomentar la valorización de los RCD mediante su reutilización, recuperación o aprovechamiento para otras aplicaciones. Mientras que las propuestas asociadas a las comunas receptoras buscarán asegurar el correcto destino de los residuos no valorizados que son llevados a un botadero.
Y es que, según la investigación, las municipalidades son actores clave dentro de la cadena de instituciones encargadas, tanto en la definición de reglas para la adecuada disposición de RCD como en la supervisión de su cumplimiento en el territorio comunal.
El estudio puede ser descargado desde AQUÍ.
Fotografía gentileza Plataforma Industria Circular + Viconsa.
Cuando la cuarentena termine, el mundo no será el mismo. En la industria de la construcción lo tienen muy claro: industrialización y estandarización irán de la mano, para dirigirnos hacia un camino más productivo, con menos errores y plazos conocidos.
Solo en el área de viviendas, más de 800 proyectos se han visto paralizados debido al confinamiento, poniendo en jaque la rentabilidad de las empresas. El escenario es incierto, pues el coronavirus no parece ir en retirada. Frente a ello, muchos actores de la industria pusieron el pie en el acelerador, impulsando cambios en diversas áreas: en temas comunicacionales, tecnológicos, de conectividad y automatización de procesos, que sin esta condición habrían tomado décadas en implementarse, según Carolina Tapia, subgerente de Gestión de Proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
La pandemia puso a prueba la creatividad, la flexibilidad y la rapidez para abordar nuevos modelos de negocio, especialmente, porque parte relevante del proceso constructivo viene definido por el diseño de los proyectos, donde no se considera estandarización ni modulación de unidades. “No están pensados para la prefabricación de elementos o partes del proceso y, actualmente, son intensivos en uso de mano de obra directa en la faena”, explica Carolina Tapia.
Sin embargo, Luis Bass, representante de la CChC en el Comité Ejecutivo de Construye2025, cree que esta es una gran oportunidad para las empresas, ya que al estar paralizadas han podido hacer una pausa para planificar mejor el futuro. “En este sentido, todas las herramientas tecnológicas de integración temprana como el BIM son una oportunidad si la empresa junto con el ecosistema de contratistas y proveedores las adoptan y empiezan a provocar un cambio cultural en la industria”, señala.
Según el ejecutivo, intensificar un trabajo de diseño más detallado permitirá incorporar elementos prefabricados o industriales que impactan directamente en la productividad y disminución de residuos. “Todas las obras en etapa de diseño, tienen espacio para evaluar nuevos sistemas constructivos, que son factibles de incorporar en etapas tempranas. Hay en ese espacio, una oportunidad para replantear la utilización de sistemas industrializados, prefabricados y modulares, que permitirían aumentar la productividad de la industria. Orquestar estos elementos digitalmente puede ser un camino para articular una rápida reactivación de la economía”, enfatiza Luis Bass.
Procesos más eficientes
Y aunque las inmobiliarias que vendieron unidades en verde no podrán modificar las especificaciones de la edificación de ningún modo, sí podrán hacer ajustes en algunos procesos. Por ejemplo, incorporando preensamblado o prefabricación de elementos como escaleras, muebles u otros, pero sin modificar las características de la unidad como las adquirió el cliente final, comenta Carolina Tapia. “En el caso de los proyectos que se encuentran en diseño, es altamente probable que sean analizados para considerar procesos más eficientes, de menor plazo de ejecución y que requieran menor cantidad de trabajadores interviniendo en el proceso constructivo, lo cual fomentará la prefabricación o industrialización de procesos”, añade la ejecutiva.
En la integración temprana de proyectos, gran parte del mundo nos lleva la delantera. Diseñadores (arquitectura, cálculo y especialidades), constructores, proveedores y todos aquéllos que intervienen en el proceso desde el diseño hasta la puesta en marcha del proyecto han cambiado el foco hacia el “diseño para manufactura”, planificando los procesos y la logística para montaje en sitio.
Por su parte, Yves Besançon, Past President de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y representante en el Consejo Directivo de Construye2025, la emergencia sanitaria nos llevará a optimizar al máximo todo lo concerniente a manejo de residuos y velocidad en la construcción. “Además de lo anterior, la industrialización asegurará la capacitación de mano de obra especializada para la construcción, lo que es fundamental para mejorar la productividad en el rubro que es el menos eficiente, productivamente hablando”, afirma.
Otro efecto que la pandemia podría producir en la arquitectura es la consolidación de la madera como un material sofisticado para edificación en mediana y gran altura que, según Ignacio Hernández, Past President de la AOA, tiene un enorme potencial en Chile. “Pero, también el acero y el hormigón tienen grandes espacios para progresar en la alta industrialización y tenemos profesionales e industria avanzando en esa dirección”, agrega.
La digitalización también tendrá un rol trascendental en el mundo pospandemia, especialmente, en aspectos como revisión, modelación y coordinación a distancia, según el representante de la CChC en Construye2025, Luis Bass.
Junto a la construcción industrializada, la economía circular irá abriéndose camino. “Los volúmenes de desperdicios que produce una obra tradicional; el bajo control de calidad que supone construir en ambientes no controlados y sus consecuentes problemas de post venta; la contaminación ambiental; el manejo de plazos y costos más controlados; y la eficiente explotación y operación de estos proyectos son muy elocuentes al acreditar que una mayor industrialización en esta industria es necesaria y urgente”, enfatiza Ignacio Hernández.
Ventajas de la industrialización
La subgerente de Gestión de Proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la CChC, Carolina Tapia, resume las ventajas que la construcción industrializada ofrece, en desmedro de la tradicional:
El plan de reactivación de la CChC
La Cámara Chilena de la Construcción presentó su “Plan de Empleo y Reactivación”, que implica la creación de 600.000 puestos de trabajo directos e indirectos en un período de tres años. Su propuesta busca satisfacer demandas sociales asociadas a vivienda, equipamiento urbano e infraestructura básica y abordar problemáticas urgentes, como la crisis hídrica. Todo esto a través de un impulso a la inversión y un estrecho trabajo colaborativo entre el sector público y el privado.
Adicionalmente, el gremio planteó la necesidad de asegurar la continuidad de los proyectos en ejecución y de crear un Plan Nacional de Infraestructura para la Reactivación, así como la urgencia de impulsar el sistema de concesiones, que es clave en el actual escenario. La propuesta en infraestructura considera una inversión total de US$ 13.000 millones, con US$ 4.810 millones de inversión privada y US$ 8.190 millones de inversión pública.
En este sentido, la directiva de la CChC destacó la importancia de la política pública para reducir la insolvencia de las empresas, el perfeccionamiento de las relaciones contractuales, la certeza jurídica para el desarrollo de inversiones, la eliminación de trabas regulatorias y de burocracia, una política de estímulos a la inversión privada y a la contratación. Pero, también la elaboración de una “Agenda Digital” y un plan de retorno para iniciar la reactivación basado en protocolos sanitarios, como el que ya ha puesto en marcha la industria de la construcción.
Fotogragías gentileza de Empresas Martabid, Icafal y E2E.
Desde nuevas ideas para reactivar la construcción hasta los desafíos técnicos de la construcción industrializada fueron abordados, tanto en el último encuentro técnico como en la conferencia internacional que lideró la CDT.
El Encuentro Técnico del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), que se realizó el 11 de junio, puso sobre la mesa las oportunidades que el coronavirus le abre a la construcción industrializada. Pese al complejo escenario que enfrentamos como país, la presidenta del CCI, Francisca Cruz, valoró la capacidad de la industria de reinventarse y continuar operando, mediante sistemas de turnos, con nuevos elementos de protección personal.
“Todo lo que estamos viviendo, desde el CCI lo vemos como una tremenda oportunidad para dar un giro en materia de industrialización. Esto va a permitir acelerar la transformación digital, aprovechar las tecnologías digitales para que podamos adaptarnos a los desafíos del futuro y también poder innovar”, afirmó.
Según la líder del Consejo, la diferenciación una vez terminada la pandemia, la generación de alianzas y la apertura a nuevas importaciones serán pilares importantes para la industria. “Las empresas que salieron de la crisis de 2008 tomaron decisiones audaces en digitalización y productividad para diferenciar su oferta”, recordó. Por eso, llamó a los actores del rubro a identificar a los nuevos clientes, sectores y tendencias; a fortalecer los canales de comunicación, reduciendo la burocracia organizacional; y a establecer modelos colaborativos para generar más resiliencia.
Asimismo, el director del Centro Interdisciplinario para la Productividad y la Construcción Sustentable (CIPYCS), Luis Fernando Alarcón, hizo hincapié en la necesidad de lograr una progresiva industrialización de los procesos productivos, implementando y estandarizando metodologías constructivas basadas en procesos industrializados en sitio y en la prefabricación y modularización. “Lo anterior, apoyado en diseño, tecnologías digitales como BIM, simulación y vehículos aéreos no tripulados como los drones”, dijo Alarcón.
De ahí que el investigador pidiese centrarse en una planificación basada en ubicación, que permitiría una visión más general del proyecto en forma simple e intuitiva y la optimización continua del flujo de trabajo sin interrupciones, para lograr una ejecución más rápida del proyecto.
Asimismo, el director del CIPYCS le dio un papel preponderante a la ingeniería de resiliencia, que toma fracasos y éxitos como aprendizaje. “Partió aplicándose en la aviación, pero se ha extendido a otras áreas y se está usando mucho en prevención de riesgos”, dijo Alarcón.
Por su parte, Jorge Massiel, gerente técnico de Desarrollos Constructivos de Axis DC, destacó la resolución de problemas mediante Design Thinking y compartió la experiencia de su compañía en la fabricación de casetones, con un programa basado en principios Lean, con trenes de producción, flujo de trabajo balanceado, sectores de producción diferenciados y distribución de material en cada piso y área específica. La metodología de Axis DC, según el ejecutivo, ayudó a pasar de 45 a 14 actividades seriadas e industrializadas, lográndose una reducción de 50% en los plazos y de 22% en los costos.
El hospital modular de Wuhan
El Hospital de Emergencia Huoshenshan, en China se levantó, en solo 10 días, para responder a la pandemia causada por el coronavirus. Para dar a conocer esta experiencia, la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) junto con el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional de la Provincia de Hubei, la Cámara de Comercio Internacional de la Provincia de Hubei en Chile y Asia Reps Chile organizaron una conferencia internacional, a la que fue invitada la presidenta del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Francisca Cruz.
“Para responder en el más breve plazo con la infraestructura requerida para los distintos países, necesitamos avanzar y dar un salto en productividad, subir el estándar de nuestra industria, disminuir la variabilidad, aumentar el nivel de estandarización, de prefabricación, mejorar las condiciones de seguridad de nuestros trabajadores y, en definitiva, poder responder de mejor manera a los desafíos de hoy y del mañana”, comentó la presidenta de CCI durante la conferencia “Innovación Tecnológica en Construcción Industrializada Chile-China”.
El proyecto chino fue organizado en forma de “ele”, con unidades médicas dispuestas en forma de “espina de pescado”, en base a un diseño modular en el que cada espina correspondía a una unidad médica independiente. “El personal médico y los pacientes se dividen en distintas áreas de actividades y rutas de tráfico para cumplir con los requisitos de diseño funcional del hospital”, detalló el ingeniero jefe de diseño y construcción del hospital, Yu Di Hua.
Las salas hospitalarias se desarrollaron sobre una estructura modular de contenedores estándar de 3×6 metros, ensambladas en el sitio; mientras que las salas de equipamiento médico y las UCI, adoptaron la forma estructural de combinación de marco y chapa laminada de acero.“Analizamos las condiciones del sitio, para optimizar el diseño general y seleccionar el esquema para el despliegue de la construcción y el flujo de proceso de mano de obra, asegurando que el hospital se pueda construir y entregar a tiempo”, añadió el ingeniero chino.
La Conferencia Internacional “Innovación Tecnológica en Construcción Industrializada Chile – China, fue patrocinada por el CCI y la Compañía General de Contratación del Grupo China Construction Third Engineering Bureau (CCTEB) Co, LTD. y contó el apoyo de Axis Desarrollos Constructivos.
Juan Carlos de la Llera, decano de Ingeniería UC.
El sector construcción es muy amplio e involucra múltiples actores y campos. En esta actividad hay algunos conceptos relevantes que tienen directa relación con la innovación y la mejora continua en la industrialización y digitalización, así como en el mercado laboral, la sustentabilidad y productividad, entre otras.
La industrialización y digitalización son dos claros ejemplos en los que el rubro requiere avanzar e innovar. En este desafío, la llamada Cuarta Revolución Industrial nos fuerza a ir un poco más allá en el conocimiento y desarrollo de tecnologías.
Lo anterior puede tener algunas aristas negativas, pero la pandemia que estamos viviendo nos fuerza a ser cada vez más eficientes en lo que hacemos, principalmente en la construcción. El caso de las edificaciones de recintos hospitalarios con módulos prefabricados son resultado de procesos de innovación previos, que requieren un sinnúmero de mejoras.
La sustentabilidad es otro ejemplo que requiere el esfuerzo del sector. El avance del cambio climático, no sólo debe considerar la implementación de nuevas normas térmicas o de gestión de residuos, sino que también necesita de procesos constructivos y de operación basados en la economía circular, con el propósito de hacer un uso eficiente de los recursos disponibles.
Otra área importante a trabajar en la gestión de procesos de construcción, dice relación con el concepto de Lean Construction o construcción sin pérdidas, que es un ejemplo de mejora continua. Esta innovación incremental muchas veces proviene de múltiples actores, como son los mandantes públicos o privados, consultoras, contratistas y subcontratistas, proveedores, entre otros.
Actualmente, es posible la inclusión de conceptos de constructibilidad en el diseño de los proyectos, para que puedan ser materializados en forma eficiente, efectiva y cuidando el medio ambiente, lo que demuestra que la ingeniería aplicada a la construcción ha evolucionado rápidamente.
Hace algunos años era difícil imaginar que se podría imprimir una casa completa con una impresora de hormigón 3D, que podríamos usar hormigones livianos o que podríamos mitigar el impacto sísmico en estructuras mediante el uso de sistemas de aislamiento y de disipación de energía.
Muchos de los avances expuestos en la ingeniería de construcción nacen y cruzan desde las universidades. Sin embargo, estos desarrollos solo cobran sentido cuando se enfrentan a la realidad y resuelven grandes desafíos.
De ahí la importancia de la colaboración entre la academia, el sector público y privado. En este esfuerzo conjunto, clave para el desarrollo del país, cada uno aporta a la generación de ideas más eficientes en el uso de los recursos y más seguras frente a las distintas amenazas de origen natural para entregar una mayor calidad de vida a las personas.
Expertos y representantes del mundo público y privado trabajan en un sistema que se integrará a las certificaciones existentes (CES y CVS), considerando todas las emisiones de gases de efecto invernadero, en el ciclo de vida completo de la edificación.
Hace casi un año se instauró la Mesa Huella de Carbono Sector Construcción, gracias al convenio de colaboración entre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto de la Construcción, con la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, Paola Valencia, a la cabeza. En primera instancia, un comité conformado por expertos de carácter técnico y representantes directivos del sector público y privado, definió ciertos aspectos básicos, previos al desarrollo de una estrategia nacional, tales como objetivos, alcance, actividades necesarias, plazos disponibles, actores, posibles fuentes de financiamiento y resultados esperados.
Esa primera fase terminó a fines de abril de este año, con significativos avances, según Rodrigo Narváez Sotomayor, secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, quien explicó que la mesa organizó a las instituciones públicas y privadas, buscando consensos en favor de la creación, desarrollo y fortalecimiento de una base de datos, línea base, calculadora simplificada de huella de carbono y metodología de monitoreo, revisión y verificación, para el ciclo de vida completo de la edificación, en línea con normativas internacionales.
Paola Valencia, encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentabie del Minvu, enfatiza que “el trabajo de levantamiento de información sobre los impactos del sector que se desarrolla a través de este comité es crucial, ya que hay escases de estos datos en el país y, por sobre todo, porque sabemos que gestionar la huella nos va a permitir reducir impactos ambientales, hacer más eficientes los procesos y utilizar menos recursos naturales, lo que traerá, además, beneficios para productividad del sector, el medioambiente y la calidad de vida de las personas”.
El trabajo mancomunado permitió establecer un plan de trabajo a tres años para el proyecto “Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción”. En esta etapa, el grupo definió las bases técnicas para el estudio sobre estado del arte nacional e internacional de alternativas metodológicas para levantamiento de datos, monitoreo, reporte y verificación y calculadoras de huella de carbono.
“A partir del trabajo desarrollado por el comité, en 2019, se definieron lineamientos básicos para la Estrategia Nacional de Huella de Carbono para el sector construcción. Esta deberá ser profundizada y terminada durante 2020 en el comité constituido en el Instituto de la Construcción por mandato del Minvu”, explica Rodrigo Narváez.
Carbono neutralidad 2050
Para que el sector construcción tienda a la carbono neutralidad, con miras a 2050, se identificaron tres niveles de trabajo:
a) Sectorial: información de utilidad para actores como el gobierno y la academia. Se consideran los requerimientos de diferentes ministerios y la identificación de la calidad de información necesaria para satisfacer sus requerimientos.
b) Edificación (Certificaciones): información de utilidad para los actores relacionados con acciones de planificación, diseño, construcción, operación y ocupación de edificaciones (residenciales, no residenciales) e infraestructura. El sector tiene requerimientos de información asociados al alcance de certificaciones de edificios y esquemas para demostrar la sustentabilidad de los proyectos en su ciclo completo o parcial. De esta manera, se espera que se integre con CES y CVS, fortaleciendo la línea de huella de carbono en las certificaciones nacionales.
c) Productos (Ecodiseño): la huella de carbono de los materiales, productos, equipos y sistemas utilizados en el sector construcción afecta directamente el carbono incorporado a las construcciones.
Finalmente, se establecieron tres ejes de trabajo:
a. Levantamiento de base de datos de huella para el ciclo completo de la edificación, definiendo sistemas constructivos y tipologías de edificios a evaluar.
b. Una metodología de monitoreo, reporte y verificación de huella de carbono para el ciclo de vida completo de la edificación.
c. Definición de una metodología para calculadora de huella de carbono para estimar impactos desde la etapa de diseño.
Según el secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, la construcción es clave en la reducción de la huella de carbono del país, en alianza con otros sectores económicos. Sin embargo, no existe hasta ahora un sistema de certificación de huella de carbono de productos (incluyendo edificios) que considere todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el ciclo de vida completo de la edificación, que permita levantar información sobre la huella del sector.
Por eso, a nivel macro, los sistemas para la medición de la huella de carbono cubiertos en esta revisión conjunta tienen dos grandes objetivos: el análisis de las decisiones de diseño para apoyar el diseño más sustentable de edificaciones y la certificación del desempeño ambiental de un producto de construcción o una edificación en su ciclo completo o parte de él.
Hoja de ruta
Para gestionar de forma efectiva la huella de carbono en el ciclo de vida de la edificación e infraestructura nacional, la mesa de trabajo propuso ocho acciones críticas:
Entre las instituciones participantes en la mesa se cuentan: el Minvu, el MOP, el Ministerio de Energía, el Ministerio de Medio Ambiente, Chile Green Building Council, ADDERE – International EPD System, la Asociación Chilena del Vidrio y Aluminio, la Cámara Chilena de la Construcción, Certificación Edificio Sustentable, la Corporación Chilena de la Madera, la consultora ECOEd, EDGE Chile, el Instituto del Cemento y del Hormigón, la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Andrés Bello, la Universidad de Chile, Volcán, WSP Chile y, por supuesto, el Instituto de la Construcción.
Fuente: CES
Se debería incorporar en el marco de la formulación de los proyectos un enfoque de Economía Circular donde los recursos invertidos sean aprovechados, y los residuos se conviertan en recursos valorizables posibles de ser reintegrados al flujo económico. Con esto evitaríamos la demanda de nuevos recursos naturales y al mismo tiempo se ahorra dinero, energía y tiempo.
Construcción sustentable e industrializada, manejo de residuos de construcción y los proyectos que el Ministerio del Medio Ambiente está desarrollando en estas áreas, fueron los tópicos de la entrevista que revista “Negocio & Construcción” realizó al Seremi del Medio Ambiente de la Región Metropolitana, Diego Rivaux Marcet.
Puedes leer la entrevista completa AQUÍ.
Con modelos escalables, innovación y nuevas tecnologías, las startups están conquistando a la industria que, al aliarse con ellas, ha visto mejoras significativas en su productividad y eficiencia.
Construcción es el sector con menor nivel de madurez y evolución en la incorporación de herramientas y prácticas digitales en empresas y pymes en Chile, según el Índice de Transformación Digital (ITD) nacional para 2019. El estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Santiago, PMG Business Improvement y el Comité de Transformación Digital de Corfo, le asignó a la industria apenas 33 puntos de un total de 100 en el ítem “Transformación cultural y digital”. Sin embargo, las empresas del rubro ya están haciendo algo al respecto.
Si bien, no ha sido fácil incorporar innovación y tecnología en los procesos constructivos, nuevos aliados estratégicos están acelerando la adaptación de la industria a los nuevos tiempos: las startups. A fines de 2018, Corfo lanzó un programa semilla orientado a resolver desafíos en digitalización y economía circular en la construcción, que conformó la potente comunidad de emprendimientos “Construir Innovando”, apoyada por la Cámara Chilena de la Construcción y que tiene a Masisa, Echeverría Izquierdo y Melon como empresas fundadoras.
A mediados del año pasado, se hizo la selección de 17 ideas innovadoras de negocio, que prometían ayudar a las empresas del sector a transformarse y ascender en la escala de digitalización que exige la cuarta revolución industrial. Rodrigo Sánchez, gerente de Planificación y Procesos de Echeverría Izquierdo (EI), ha visto a la comunidad consolidarse y hacer aportes relevantes, por lo que espera que este espacio de vinculación con startups se perpetúe. “Hay soluciones que resuelven variadas problemáticas, algunas basadas en BIM que automatizan ciertos procesos; marketplace para hacer el link con proveedores que arriendan maquinaria; otras orientadas a las ventas”, explica.
Para el ejecutivo, mejorar la productividad de la mano de obra, encontrar oportunidades de trabajo colaborativo y coordinarse son acciones indispensables para la industria, por lo que participa en el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y otras instancias que promueven nuevas tecnologías y nuevas formas de hacer las cosas.

Tecnología de precisión
En el camino a la digitalización, las startups se han convertido en un verdadero puntal para los actores con trayectoria en el rubro. “La empresa tiene un proceso que está corriendo y compromisos que cumplir, entonces no es tan simple pivotar. Una constructora, a lo mejor tiene mucho que decir en construcción industrializada, pero en tecnología una startup puede tener un mejor know-how”, sostiene Rodrigo Sánchez.
En este ámbito, destaca un emprendimiento que logró establecer un sistema de control de maquinaria pesada: un dispositivo GPS se instala en el gancho de las grúas torres, alimenta un software en tiempo real y genera información de posicionamiento y alertas de riesgo. “Al detectar la ubicación precisa del gancho de la grúa, el sistema previene colisiones, ya que permite activar un freno antes de que se produzca un accidente y hoy están viendo cómo medir la productividad que tiene la grúa y evidenciar los tiempos muertos”, detalla el gerente de Planificación y Procesos de EI.
Otra herramienta es BIMetriX, que permite identificar en tiempo real el desempeño y la productividad de los equipos de modeladores, así como detectar automáticamente vicios o errores en modelos y verificar el cumplimiento de los estándares BIM.

Menos residuos
Según Nicolás Behar, director ejecutivo de Recylink, la mayor brecha en la construcción es la cultural. “Hay que cambiar la mentalidad de que las cosas se han hecho así desde siempre, la principal barrera es no atreverse a hacer cambios radicales que impliquen transformar la forma en que trabajan, innovar y dar un giro a la mentalidad de la industria”, enfatiza.
Buscando saldar parte de la deuda que el sector mantiene con el medio ambiente, Behar creó Recylink, cuando el 34% de los residuos del país provenía de la construcción. “El problema era tan grande que sentí que era necesario hacer algo para ayudar a resolverlo, era una responsabilidad ayudar al medio ambiente haciendo algo donde pudiéramos tener un impacto y un aporte significativo”, recuerda.
La recepción en el rubro ha sido buena, pues, el fundador de Recylink logró vincularse con personas que compartían el mismo interés ambiental en distintas empresas constructoras. “Con estas mujeres y hombres sustentables comenzamos a trabajar en la gestión de residuos de diferentes proyectos”, señala. Para ello, la tecnología ha sido fundamental, ya que ha hecho a la plataforma intuitiva y fácil de utilizar. No obstante, el factor clave, según Behar, es que el desarrollo de software es interno, lo que ha permitido mejorar e incluir nuevas prestaciones de forma rápida y dinámica.

Trazabilidad en la construcción
El control de los procesos constructivos hoy tiene una mano amiga y se llama Nubix PRO, una plataforma integrada que persigue la calidad en cada etapa de uno o varios proyectos. “Puede ser la enfierradura del muro de hormigón, para ver que tenga el diámetro correcto, que tiene las amarras que corresponden, que la altura sea la adecuada, etc. Es como tener todas las listas de chequeo siempre disponibles en terreno, lo que le va dando trazabilidad al control del proceso productivo, permitiendo gestionar en forma oportuna las desviaciones”, explica Roberto Puga, gerente general de Nubix PRO.
El registro de cada proceso queda almacenado en la nube, favoreciendo la trazabilidad para apoyar las estrategias de cada inmobiliaria o constructora. “Antes la información llegaba de manera poco oportuna, porque pasaba del papel a una planilla, para generar un reporte. Luego, había que centralizar ese reporte y podía pasar hasta un mes para vincularlo a la calidad de la obra. Ahora, la información está disponible en cuanto se sincronizan los dispositivos al conectarse a la red wifi. Así, una empresa que tiene 5, 10 o más obras, cuenta con información instantánea para visualizar sus avances”, comenta el fundador de Nubix PRO.
Esta herramienta, que ahorra tiempo y horas hombre destinadas a corregir errores, es fácil de usar e incluso tiene la capacidad de integrarse con BIM. Pero, como la innovación no se detiene, Nubix PRO se prepara para entregar trazabilidad certificada de la calidad de la obra, de los protocolos de seguridad implementados y del cuidado medioambiental. “Manejo de residuos y huella de carbono son indicadores diferenciadores, que van a ser relevantes para los compradores”, señala Roberto Puga, que ya tiene a Blockchain en la mira.

Las startups se han convertido en las grandes anclas de la innovación. Por eso, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, comentó el décimo aniversario de, Start-Up Chile, que la política pública ha sido exitosa, ya que ha generado grandes retornos para el país. “Pero, sobre todo, ha logrado impulsar un cambio de mentalidad en los chilenos y les ha permitido creer en sus capacidades, atreverse a innovar, a crear, y a competir en mercados que antes podían parecer inaccesibles. Esta aceleradora nos ha permitido como chilenos soñar en grande y, por eso, creemos que es relevante seguir potenciándola, para que muchos más compatriotas puedan acceder a más oportunidades, confiar en sus talentos, y darle valor agregado a nuestra economía”, argumentó.
De las startups que se encuentran activas, el 73,7% mantiene operaciones en territorio nacional y de esa cifra 43,3% son locales y 56,7% extranjeras. Su existencia es, sin duda, un aporte a la economía local, pues ellas contribuyen de manera importante a la generación de ventas y empleo.
Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Minvu.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) ha asumido, desde su ámbito, un importante compromiso con el cuidado del medio ambiente, de los recursos naturales y la calidad de vida de los chilenos, y por ello hemos impulsado una serie de políticas y estrategias que consideran la sustentabilidad como eje transversal.
Estas acciones responden a una agenda sustentable que considera iniciativas, tanto ministeriales como colaborativas, con otros organismos públicos y del sector privado, que buscan optimizar la calidad de la construcción en términos de eficiencia energética y sustentabilidad, con el objetivo de mejorar las condiciones de las viviendas y su entorno, y así cuidar las condiciones de habitabilidad y de salud de las personas que las habitan, sobre todo considerando la situación actual que estamos viviendo a nivel global.
En este contexto, surge la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), iniciativa que hemos presentado al público técnico hace unos días en un evento online organizado por Chile GBC, instancia en la que compartimos con la Certificación Edificio Sustentable (CES), un proyecto homólogo que coincide en sus líneas estratégicas con la CVS.
Ciertamente, agradecemos y valoramos la oportunidad de haber participado con éxito en este webinar que, junto con responder a los desafíos comunicacionales que plantea esta contingencia mundial, tuvo un alcance masivo que nos permitió dar a conocer, no sólo el sistema, sino también sus beneficios y logros a la fecha, además de su preponderancia dentro de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable que hemos estado impulsando.
Creo necesario enfatizar que con la CVS nos hemos propuesto aportar una herramienta que valore los atributos que hacen de una vivienda un espacio amigable, tanto para sus habitantes, como para el ambiente y el entorno en el que se emplaza, y que permita informar de manera fidedigna cuán sostenible es una edificación, considerando todo su ciclo de vida, desde su diseño, hasta su etapa de operación. Estamos apostando a que la ciudadanía, en un futuro cercano, pueda acceder a modelos de viviendas con un mejor estándar y más sustentables en forma masiva, cuyos beneficios se verán reflejados en la reducción de sus gastos y en un incremento en la durabilidad de las viviendas.
Asimismo, debo destacar que, desde el inicio del período de marcha blanca del sistema, que comenzó en febrero del presente año, se han registrado 43 proyectos que están próximos a iniciar su precertificación, lo que se traducirá en la evaluación de más de 8 mil viviendas a nivel nacional. Uno de estos proyectos denominado “Goycolea 100” ya ha logrado la precertificación en nivel Sobresaliente, el máximo que ofrece la certificación, dado que reúne más del 60% de los atributos que la CVS exige.
Junto con lo anterior, y fundamental para para velar por la sustentabilidad de nuestros proyectos, es que estamos trabajando en incorporar esta certificación en el Programa de Integración Social D.S. N° 19, que cumple hasta el 92% de los requerimientos mínimos de la CVS. Esto nos permitirá poner en valor el estándar de sustentabilidad que tiene este programa, y lo importante que es darlo a conocer, pues es una muestra de que las viviendas sociales también pueden ser sustentables.
Creo necesario agradecer a todas las instituciones que han colaborado en la concreción de esta iniciativa, entre ellas, a los ministerios de Energía y de Medio Ambiente, al Colegio de Arquitectos, la Asociación de Oficinas de Arquitectura, el Instituto de la Construcción, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, la Corporación de Desarrollo Tecnológico, la Cámara Chilena de la Construcción y el Centro Tecnológico para la Innovación, entre otras entidades públicas y privadas.
Gracias a su aporte hemos logrado hacer posible este proyecto que nos posiciona en un lugar de liderazgo en materia de certificación de edificación habitacional a nivel latinoamericano, y que contribuye a generar una mejora sustancial en el estándar constructivo nacional, lo que permite finalmente elevar la calidad de vida de las familias de nuestro país.
Seguridad y sustentabilidad fueron los principales ejes del último encuentro del Consejo de Construcción Industrializada, en el cual diversos grupos de trabajo expusieron brechas y necesidades en regulación e investigación para mejorar el desempeño del sector.
La pandemia provocada por el COVID-19 podría ser una oportunidad para la construcción industrializada. Esa fue una de las primeras conclusiones recogidas en la última sesión plenaria del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), realizada el jueves 14 de mayo, en la cual el director Ricardo Fernández, gerente general de la empresa Volcán, afirmó que las restricciones de reunión de grandes grupos de personas acelerarán la penetración de esta forma de construir.
“Las obras van a tener tiempos muy distintos, y se va a buscar pre construir ciertas cosas. Hoy los sistemas tradicionales se están ralentizando, por lo que creo que es muy relevante lo que se está haciendo en el CCI, que en estos meses ha sido muy productivo: ya hay temas de indicadores, brechas y normas que trabajar, así como entregar el conocimiento a los distintos actores de la industria. En la medida que trabajemos todos juntos, estos sistemas de construcción industrializada deberían penetrar fuertemente”, afirmó Fernández.
Para ello, se hacía necesario el desarrollo de un anteproyecto de norma que entregue definiciones de construcción industrializada. El jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Erwin Navarrete, destacó el interés por sacar adelante este anteproyecto de norma. “El año pasado tuvimos reuniones con el director del Instituto Nacional de Normalización y creo que en el último semestre se agilizaron varias normas, se pudo avanzar”, dijo.
Por su parte, Yasmila Herrera, ingeniero civil representante del Minvu, valoró la posibilidad de desarrollar un anteproyecto de norma al alero del Instituto de la Construcción, que acoja a la mayor cantidad de integrantes, incluyendo a la academia, las empresas y los proveedores, para sentar las bases de lo que se entiende por industrialización. “Hacer un glosario que permita un entendimiento claro contractual”, puntualizó.
A continuación, Sebastián Varas, socio de VMB Ingeniería Estructural y miembro del Grupo Técnico “Brechas, Normativa y Regulación para la Construcción Industrializada” -que, gracias a la gestión de Marcos Brito, gerente de Construye2025, participó en una reunión con autoridades de la Dirección de Arquitectura del MOP- se refirió a la necesidad de “evangelizar” sobre la construcción industrializada, demostrando que ésta logra productos más económicos.
Los énfasis tras la pandemia
¿Por qué industrializar? Esta reflexión fue el centro del Grupo Técnico “Educación, sensibilización e investigación sobre construcción industrializada”, liderado por el coordinador de Innovación de Axis DC, Mikel Fuentes, quien hizo hincapié en el rol de las empresas pioneras en industrialización como promotores ante las demás constructoras. “Consideramos importante planificar de otra forma, con líneas de balance, que uno sepa a diario dónde están los recursos”, recalcó. Además, el profesional apuntó a la necesidad de generar desafíos de innovación abierta e ingeniería de resiliencia, la que podría tener un impacto significativo en medio de la pandemia.
En Construye2025, existe un eje de innovación y transformación digital en el cual se está poniendo especial énfasis este año, según el gerente del programa impulsado por Corfo, Marcos Brito. “Vamos a incorporar al CCI, a los centros tecnológicos, Construir Innovando y otras entidades que están generando potentes resultados. Tenemos la intención de, por lo menos, congregarlos a todos para tener una mesa de trabajo que nos permita enterarnos qué está haciendo cada uno y cómo podemos potenciarnos”, detalló.
Para la asesora sectorial en construcción y economía circular de Corfo, Helen Ipinza, un punto relevante para la industrialización -considerada como estrategia de los países desarrollados para lograr la carbono neutralidad- es el diseño. En este ámbito, uno de los temas que puso sobre la mesa es: “cómo a través de la economía circular y del diseño correcto, reducimos la generación de residuos”.
Más tarde, Diego Mellado, gerente general de Tensocret y socio de CCI, pidió abordar más profundamente los KPI de sustentabilidad que, en su opinión, son muy distintos a los de productividad. “Hay muy poco material, es difícil encontrar cosas significativas”, dijo al respecto.
En tanto, para el arquitecto y socio del CCI, Francis Pfenniger, la seguridad tendrá una nueva mirada debido al panorama que impuso el coronavirus. “No solo la forma de construir, también la forma de proyectar y de hacer seguimiento de obras van a sufrir algún cambio a propósito de lo que estamos viviendo. Las casas van a tener que tener una nueva forma de organizarse, para que las personas se puedan sanitizar a la entrada, en lugar de tener que recorrer toda la casa para llegar a un baño que está en el otro lado de la vivienda. Esto debiéramos tenerlo presente en la industrialización”, apuntó.
En tiempos de COVID-19 el regreso a las obras será distinto. En este sentido, reducir la presencia de trabajadores u ordenarlos para garantizar la seguridad de todos será uno de los temas de debate. Por eso, el CCI elaboró una encuesta destinada a recoger las opiniones de los participantes de la sesión plenaria sobre la parrilla de contenidos para los próximos eventos sobre industrialización, tecnología y nuevas formas de producción.
Por encargo del Minvu, se iniciará la preparación de un anteproyecto de norma que incorporará las definiciones de la construcción industrializada, con miras a estándares claros que favorezcan su desarrollo.
En el contexto de un nuevo convenio entre el Instituto de la Construcción -institución designada como entidad gestora de Construye2025- y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que actualmente está en la definición de los últimos detalles, se espera comenzar en junio el trabajo para el desarrollo de un anteproyecto de norma sobre definiciones de construcción industrializada, que ha generado mucho interés de distintos representantes de la industria, entre ellos el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y Construye2025, que serán parte del comité que prepare este trabajo.
“El Minvu propuso este año a solicitud del CCI este anteproyecto de norma y nosotros lo acogimos de muy buena manera, nos parece súper bueno que se realice este trabajo”, señala José Pedro Campos, director ejecutivo del IC.
Calidad normativa
Una norma chilena es, según Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), entidad socia del Instituto de la Construcción y del CCI, el soporte técnico de entendimiento común entre los diversos actores que participan en la construcción, entre ellos, diseñadores, proveedores, contratistas, constructores e inspectores, para avanzar desde la construcción tradicional hacia los sistemas de construcción industrializada.
“A principios del año 2020, el CCI conformó el grupo técnico denominado ‘Brechas, Normativa y Regulación CCI’, en el que se identificó la necesidad y el poder de integración de una norma chilena que establezca las definiciones técnicas involucradas en la construcción industrializada”, recuerda Gutiérrez.
Así fue como la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu solicitó al IC su colaboración en el desarrollo de un anteproyecto de norma que incluyera un glosario de definiciones técnicas para la construcción industrializada. “La calidad de un anteproyecto de norma es fundamental para un desarrollo normativo efectivo. Para esto, el Instituto de la Construcción dispone de la experiencia, la capacidad de articulación del conocimiento público – privado y la elaboración de documentos técnicos”, argumenta el director ejecutivo del ICHA.
El desarrollo del anteproyecto de norma es un paso crucial para alcanzar una propuesta de norma que pueda abrirse a consulta pública y la meta del organismo es presentarlo este mismo año, para iniciar el proceso de consulta y conformar un comité técnico.
Para Marcos Brito, gerente de Construye2025, asumir el desafío en conjunto es urgente, pues la construcción necesita una mejor normativa, con definiciones claras y un estándar para que las nuevas formas de construir aceleradamente se masifiquen, haciendo a la industria chilena más eficiente, productiva y competitiva.
“Avanzar en una normativa que nos ayude a entender a la industrialización desde el diseño de un proyecto, nos ayudará a estandarizar procesos y aumentar la competitividad. La regulación debe abrir el camino para que más empresas construyan de forma industrializada, contribuyendo a un uso más eficiente de los recursos y, con ello, una mayor productividad y sostenibilidad de la edificación”, afirma Brito.
Nuevo miembro del CNNC
En otro ámbito, el Consejo Nacional de Normalización del Sector Construcción (CNNC), que funciona bajo el alero del Instituto de la Construcción articulando la demanda normativa en Chile, invitó al equipo técnico de Construye2025 a trabajar en conjunto para mejorar la productividad y sustentabilidad de la industria.
“Queremos iniciar la convergencia de la colaboración entre el Construye2025 y el Instituto de la Construcción, para que en algún momento de los próximos años el programa se integre derechamente al IC. En ese contexto, algunas de las iniciativas que está abordando Construye2025 tienen que ver con la necesidad de algunos reglamentos y normas, por lo que se hacía natural la invitación al CNNC, en cuanto el objetivo central de este Consejo es la articulación de los requerimientos normativos sectoriales”, comenta José Pedro Campos, director ejecutivo del IC.
De esta manera, se tendrá una visibilidad mayor de todas las iniciativas que lidera el programa estratégico de Corfo, sus grupos de trabajo técnico y los requerimientos que puedan surgir que requieran desarrollos desde el ámbito normativo.
Fotografía gentileza E2E.
El Comité Consultivo Público RCD revisó 226 observaciones, provenientes principalmente del sector privado.
Un total de 226 observaciones recibidas para el documento Hoja de Ruta para la Gestión Sustentable de los recursos y residuos, RCD, para una Economía Circular en Construcción”, son las que ha revisado el Comité Consultivo Público RCD -conformado por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y Construye2025-, luego de la consulta pública realizada entre el 1 de octubre y el 21 de noviembre de 2019.
“La etapa de revisión de las observaciones resultó muy interesante, porque tuvimos una buena participación y todas fueron muy constructivas, lo cual enriquece el proceso, además de la representación de regiones”, señala Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.
La totalidad de las observaciones se concentró en 20 respuestas correspondientes a profesionales de las siguientes instituciones: EstudioVE8 Arquitectura & Construcción, Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (Apeco), Pontificia Universidad Católica de Chile, Aparcadero Custodias Nacionales, Seremi MOP Región de Coquimbo, Madera21 de Corma, Ebco S.A., Aceros AZA S.A, Polpaico, Constructora Aísla BioBio Ltda, Inversiones Manacor SPA, Construcciones Héctor Aquilino San Martín Valenzuela EIRL, Echeverría Izquierdo Ingeniería y Construcción, Renova2 Servicios e Inversiones SpA, Lepanto, Economía del Bien Común Valparaíso, Invitta, Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción (CTeC), Universidad de Valparaíso y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Las instituciones participantes representan a seis regiones (Valparaíso, Atacama, Metropolitana, Coquimbo, Ñuble y del Biobío) y siete ciudades (Santiago, La Serena, Chillán, Viña del Mar, Valparaíso, Los Ángeles y Copiapó).


El sector privado fue el que más participó en esta consulta pública, con 16 respuestas, continuando con dos respuestas desde la academia, una del sector público y otra de la sociedad civil.

En relación con la profesión/especialidad de quienes respondieron, se encuentran cinco constructores civiles y tres ingenieros civiles, dos arquitectos, dos gestores de residuos, entre otras, las que se concentran construcción y montaje y cadena de suministro, proveedor, en la etapa de cadena de valor.

“Estamos contentos con la participación de diferentes actores de la cadena de valor, lo que demuestra que la gestión de los residuos de la construcción y demolición y la economía circular, son temas transversales y de interés multisectorial”, considera Tapia.
La coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025 comenta que las observaciones correspondían en su mayoría a la implementación y a las metas que se plantearon en el documento, “las que se consideraban poco ambiciosas, por lo que las revisamos y las bajamos de 2045 a 2035, lo que de todas maneras se deberá trabajar en los planes sectoriales de cada ministerio”.
Además, se demuestra en las observaciones que hay una gran preocupación por el cambio climático y el impacto del sector. Y por último, “nos queda la conclusión de que debemos generar una gobernanza para la implementación de esta Hoja de Ruta. En cuanto a los avances, un fruto temprano ha sido la formación de una mesa pública para el desarrollo de un reglamento sanitario para el manejo de los RCD, valorización y disposición final, liderado el Ministerio de Salud, más la participación de la Subdere y el Comité Consultivo Público, conformado por MOP, Minvu, MMA, Corfo y Construye2025”, precisa.
Se espera que el lanzamiento de esta Hoja de Ruta se realice en julio, lo que dependerá de la contingencia sanitaria, con la presencia del sector público, privado y la academia, junto con las instituciones que lideran esta iniciativa.
Las respuestas pueden ser descargadas aquí: http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/
Fotografía gentileza Plataforma Industria Circular y Viconsa.
El Comité Consultivo Público RCD revisó 226 observaciones, provenientes principalmente del sector privado.
Un total de 226 observaciones recibidas para el documento Hoja de Ruta para la Gestión Sustentable de los recursos y residuos, RCD, para una Economía Circular en Construcción”, son las que ha revisado el Comité Consultivo Público RCD -conformado por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y Construye2025-, luego de la consulta pública realizada entre el 1 de octubre y el 21 de noviembre de 2019.
“La etapa de revisión de las observaciones resultó muy interesante, porque tuvimos una buena participación y todas fueron muy constructivas, lo cual enriquece el proceso, además de la representación de regiones”, señala Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.
La totalidad de las observaciones se concentró en 20 respuestas correspondientes a profesionales de las siguientes instituciones: EstudioVE8 Arquitectura & Construcción, Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (Apeco), Pontificia Universidad Católica de Chile, Aparcadero Custodias Nacionales, Seremi MOP Región de Coquimbo, Madera21 de Corma, Ebco S.A., Aceros AZA S.A, Polpaico, Constructora Aísla BioBio Ltda, Inversiones Manacor SPA, Construcciones Héctor Aquilino San Martín Valenzuela EIRL, Echeverría Izquierdo Ingeniería y Construcción, Renova2 Servicios e Inversiones SpA, Lepanto, Economía del Bien Común Valparaíso, Invitta, Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción (CTeC), Universidad de Valparaíso y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Las instituciones participantes representan a seis regiones (Valparaíso, Atacama, Metropolitana, Coquimbo, Ñuble y del Biobío) y siete ciudades (Santiago, La Serena, Chillán, Viña del Mar, Valparaíso, Los Ángeles y Copiapó).


El sector privado fue el que más participó en esta consulta pública, con 16 respuestas, continuando con dos respuestas desde la academia, una del sector público y otra de la sociedad civil.

En relación con la profesión/especialidad de quienes respondieron, se encuentran cinco constructores civiles y tres ingenieros civiles, dos arquitectos, dos gestores de residuos, entre otras, las que se concentran construcción y montaje y cadena de suministro, proveedor, en la etapa de cadena de valor.

“Estamos contentos con la participación de diferentes actores de la cadena de valor, lo que demuestra que la gestión de los residuos de la construcción y demolición y la economía circular, son temas transversales y de interés multisectorial”, considera Tapia.
Se espera que el lanzamiento de esta Hoja de Ruta se realice en julio, lo que dependerá de la contingencia sanitaria, con la presencia del sector público, privado y la academia, junto con las instituciones que lideran esta iniciativa.
Las respuestas pueden ser descargadas aquí: http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/
Representantes del mundo público y privado valoraron la digitalización, el trabajo en gestión de residuos y el potencial de la industrialización en la construcción, debido a sus múltiples ventajas.
Un participativo encuentro virtual constituyó la reunión número 35 del Consejo Directivo del programa Construye 2025, en el que se congregaron representantes de: Corfo, la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), el Instituto de la Construcción, el Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción, el Idiem de la U. de Chile, la Agencia de Sostenibilidad Energética, el Centro Interdisciplinario para la Productividad y la Construcción Sustentable, y los ministerios de Obras Públicas, de Energía, de Vivienda y Urbanismo, además de Planbim y Colegio de Ingenieros, entre otros.
A propósito de la contingencia, los participantes destacaron el valor de la digitalización, no solo en la interacción de las personas, sino también para el avance de los proyectos constructivos. En este sentido, el libro de obras digital es percibido como la salvación para muchas obras, aún cuando no ha sido fácil que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo lo acepte como documento único. En este ámbito, los asistentes al encuentro virtual valoraron la incorporación de las plataformas DOM en Línea y DOM Digital que ya se están usando en algunas comunas de Chile.
En esta ocasión, la directora ejecutiva de Planbim, Carolina Soto, se refirió a los avances del proyecto que busca incrementar la productividad y sostenibilidad de la industria de la construcción. “Se están incorporando al trabajo el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, la Subdere y estamos armando un ciclo de trabajo con el BID, planificando el desarrollo de una guía para uso de BIM en los proyectos que financia el banco”, explicó.
Asimismo, la ejecutiva comentó sobre el ciclo de charlas virtuales en las que se compartirá contenido explicativo para el uso de BIM y destacó el interés de los profesionales chilenos por conectarse con redes BIM en otros continentes. Además, detalló que se han entregado cerca de 200 becas para familiarizar a los profesionales con esta metodología de trabajo. “Celebro que hayan entregado estas becas y estos cursos virtuales, porque no hay suficientes especialistas”, comentó Yves Besançon, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) e integrante Comité Directivo de Certificación Vivienda Sustentable.
Por su parte, Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye 2025, abordó los avances en gestión de residuos. “En enero se formó la Mesa de Economía Circular en el MOP, liderada por la Secretaría Ejecutiva de Medio Ambiente y Territorio (SEMAT), cuyo objetivo es la incorporación de la gestión de residuos en los términos de referencia de futuras licitaciones y otros cuerpos legales. Estamos en la etapa de hacer un plan de gestión homologado para, luego, ver las distintas particularidades”, dijo.
Además, Tapia celebró la formación de una mesa pública para el desarrollo de reglamento sanitario sobre el manejo de los residuos para actividades de la construcción y demolición, liderado por el ministerio de Salud, en conjunto con los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, la Subdere y Construye2025, valorando así la coordinación entre las distintas instituciones públicas.
Crisis y oportunidad
En tanto, Marcos Brito, gerente de Construye2025, quien lideró y moderó la conversación, inevitablemente debió abordar la crisis sanitaria y económica que está afectando a Chile, especialmente, tras los últimos comunicados de la Cámara Chilena de la Construcción. “Estamos en una crisis severa, con fuerte impacto en el empleo, la inversión y la realización de los proyectos públicos y privados. No solo en Santiago hay obras paralizadas, sino que, en todo el país hemos visto muchos proyectos impactados. También se ha visto afectado el negocio inmobiliario, que es el que tira el carro de la construcción”, recordó.
En este contexto, el arquitecto Yves Besançon reforzó los estragos que ha causado la pandemia: disminución de personal, en obras y oficinas de constructores e ingenieros. “Espero que esto sea lo más corto posible. El rubro va a retomar esto con más fuerza, pero no olvidemos que hemos vivido problemas de regulación y demoras en los proyectos. Ahora, uno se demora más en aprobar un proyecto que en construirlo y después de lo que ocurrió el 18 de octubre se desincentivaron muchas inversiones. No va a ser fácil recuperarse”, afirmó.
En este sentido, el presidente del Consejo Directivo de Construye 2025, Vicente Domínguez, hizo una profunda reflexión sobre los efectos colaterales de la pandemia. “Creo que hay un tema real y es que somos más pobres. La Bolsa está subiendo pero sobre niveles más bajos. Las personas que tenían ahorros en valores y depósitos hoy tienen menos dinero. Pero eso no es grave para la gente que tiene, sino para los más pobres, que ya contando con muy poco, van a tener menos. Pienso que eso es un llamado de atención, porque cada uno tiene gente que depende de uno y no la puede dejar botada. No es humano dejarla botada”, señaló.
Junto con esto, el empresario y consultor aseguró que en la industria de la construcción las empresas están concentradas en generar flujo de caja, para poder pagar a su gente y solventar sus costos fijos. “Ya nadie está preocupado de la rentabilidad, sino de cómo se resuelven los meses que vienen”, apuntó.
A pesar de todo, el director ejecutivo del Instituto de la Construcción, José Pedro Campos, llamó a aprovechar la oportunidad de profundizar la industrialización. “Hay empresas con experiencia muy antigua, Chile exportó casas prefabricadas de madera a Centroamérica. La prefabricación implica menos tiempo en terreno y mucho menos riesgo de contaminarse”, puntualizó.
Finalmente, se concluye que el trabajo de Construye 2025, bajo esta emergencia cobra aún más urgencia, siendo sus cuatro ejes estratégicos hoy de primera prioridad para el sector.
Especialistas llamaron a impulsar los sistemas industrializados para aumentar la productividad, disminuyendo el uso de mano de obra, de recursos y el tiempo invertido en cada proyecto.
El jueves 9 de abril, en modalidad online, se realizó el Encuentro Técnico del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) titulado “¿Qué oportunidades ofrece la industrialización para la infraestructura pública?”, al que se conectaron más de cien participantes de distintas regiones de Chile y también de otros países.
La jornada la comenzó Tatiana Martínez, directora del CCI y gerente general de Hormipret, quien destacó las ventajas de la industrialización y propuso un formato híbrido para iniciar el camino hacia una construcción que requiere menos mano de obra, menos tiempo y menos recursos. “Tenemos que transformar las cosas que sabemos hacer, de cara al ciudadano que exige que todo sea más sustentable. Pasar de una construcción llena de procesos a una mucho más limpia”, señaló.
En este sentido, la representante del CCI recordó que la reducción de acero y de hormigón en obra, disminuye las emisiones de CO2, debido a que el número de camiones circulando se reduce.
Si bien la infraestructura puede llegar a demandar una planificación inmediata cuando ocurren desastres naturales; también es necesario hacer una de largo plazo, en aquella que es crítica para cualquier país, como las cárceles y los hospitales. No obstante, Tatiana Martínez, cree que en este ámbito las licitaciones están en una zona de confort. “Con un sistema integrado, donde todas las disciplinas interactúen podría haber una evolución mucho más rápida. Un edificio puede tener todas sus partes prefabricadas, como ya se hace en Europa”, dijo.
Finalmente, la gerente general de Hormipret citó algunas experiencias industrializadas exitosas, como el proyecto Hospital Biprovincial Quillota Petorca, en el que cinco personas trabajaron a una velocidad de 1.250 m2 por semana; y las combinaciones de las líneas 5 y 6 de en la Estación Ñuble del Metro de Santiago, que fue adjudicada a Ferrovial. “Trabajamos con Hormisur. Ellos hacían las vigas y nosotros las losas, en superficie de 2.092 m2 de alveolo”, recordó la directora del CCI.
Rigideces normativas
Las bases de diseño 2020 señalan que elementos estructurales como pilares, muros y losas, deberán fabricarse in situ no permitiéndose elementos prefabricados en la súper y subestructura, un tema que expuso con preocupación Ian Watt, director de VMB Ingeniería Estructural. En este ámbito, el ingeniero civil destacó que una prelosa puede funcionar como moldaje, lo que ahorra piezas y plazos en la construcción. “Al menos, avancemos en que las losas podamos prefabricadas”, enfatizó.
Según Ian Watt, en Chile debemos impulsar la solución modular, la prefabricación y la estandarización en viviendas sociales, pues debido al déficit habitacional, aumentar la productividad es urgente.
Módulos hospitalarios
El director del Centro de Innovación en Madera CIM-UC CORMA, Pablo Guindos, abordó la innovación en módulos hospitalarios en madera. “La industrialización no es una opción en la madera. Este es un material extremadamente ligero, fácil de transportar y que requiere de fachadas complejas”, explicó para argumentar la importancia de industrializar. Además, recalcó que desde el punto de vista sísmico no existe ninguna diferencia.
A propósito de la pandemia que impacta al mundo, Guindos expuso el diseño de un módulo hospitalario en madera altamente industrializado para zonas donde no hay infraestructura crítica. “Una contingencia de estas características debiera llevar a varias empresas a utilizar esto, porque cuando se aglomeran tantos pacientes es un riesgo inmenso. Llevar módulos a regiones puede resultar una estrategia mucho más efectiva que hacer grandes hospitales en núcleos”, comentó el director del CIM-UC CORMA.
A continuación, el gerente de Ingeniería de Tecno Fast, Mario Yáñez, se refirió a la construcción del hospital modular de Wuhan en China, en la que participaron 300 personas en turnos de 24 horas. “La construcción modular es tan rápida de instalar como de desinstalar”, destacó el ejecutivo, quien valoró los proyectos hospitalarios modulares instalados en Chile.
El Hospital Salvador, que atiende a gran parte de la población de Santiago, por ejemplo, requirió de cinco edificios de dos pisos, que se instalaron transitoriamente con todos sus sistemas de clima y recirculación de aire. “Espacios de alta especialización, con recubrimientos de pisos, muros y cielos sanitarios, que son certificados, pues requieren de un aseo clínico intensivo”, detalló Mario Yáñez.
El video del primer Encuentro Técnico online del CCI está disponible aquí: https://youtu.be/qxHBCFWf0Is
Contar con un instrumento robusto, transparente, representativo y participativo a nivel nacional es indispensable para avanzar en la implementación del plan que busca mejorar la habitabilidad y la equidad territorial, incorporando el concepto de economía circular en la construcción.
En 2012 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) impulsó la firma de un convenio constituido por cuatro ministerios: de Obras Públicas, Medio Ambiente, Energía, y Vivienda y Urbanismo para sentar las bases de la implementación de la construcción sustentable. Hoy, se están incorporando los ministerios de Desarrollo Social y de Economía, Fomento y Turismo, junto a 16 comisiones regionales.
La Estrategia Nacional de Construcción Sustentable, que data de 2013, fue el primer producto de este convenio y se convirtió en uno de los seis instrumentos de Mitigación para el proceso de implementación y seguimiento a la Contribución Nacional Determinada de Chile en el Acuerdo de París (NDC). Como la estrategia vence este año, se actualizará por medio de la metodología de Evaluación Ambiental Estratégica, con miras a la neutralidad de carbono de la construcción para 2050.
Ahora, Chile contará con un Plan Nacional de Construcción Sustentable (PNCS) de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), que incorpora la metodología de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) con enfoque de sustentabilidad. Esto permite construir un instrumento robusto, transparente, representativo y participativo a nivel nacional. Al mismo tiempo, vela por la incorporación de las consideraciones ambientales en el desarrollo del sector construcción, además de fortalecer la gobernanza necesaria para la futura implementación del plan, ya que será validada por los diferentes actores vinculados.
“En diciembre, se presentó y aprobó la solicitud de desarrollar el PNCS con Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) en el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad. En enero de 2020 se envió a Presidencia y, actualmente, se está a la espera de la aprobación. Paralelamente, se trabaja en los términos de referencia para la contratación de la consultoría”, detalla Paola Valencia, secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).
La evaluación medirá parámetros ambientales, sociales, económicos y gobernanza y contará con una amplia participación ciudadana. Mientras que toda la estrategia buscará incorporar el concepto de economía circular en el sector construcción, para reducir el consumo de recursos y promover un modelo económico sostenible.
Cambio climático
Además, Estrategia Nacional de Construcción Sustentable perseguirá el fortalecimiento de la gobernanza de construcción sustentable del sector público, la reducción de efectos ambientales, en ecosistemas y espacios naturales, derivado del consumo de recursos naturales y por las distintas etapas de la edificación y mejorará los estándares de habitabilidad de las personas y la equidad territorial, considerando medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
Lo anterior es concordante con la contribución nacional al Acuerdo Climático de París 2015. La meta de carbono neutralidad fijada para 2050 le asigna un rol clave a la construcción, pues un 17% de ella correspondería a la edificación sostenible. ¿Cómo fijamos una hoja de ruta para lograr un Chile carbono neutral? Según el director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaS), Ignacio Santelices, hay una serie de acciones que tienen que ver con temas energéticos, como factores sociales, el sector forestal, áreas protegidas, entre otros.
Dentro de los compromisos del sector energía, la descarbonización de la matriz energética es uno de los más relevantes, ya que implica eliminar las centrales a carbón antes de 2040. En esa línea, Chile debiera disminuir el consumo de combustibles fósiles en calefacción, climatización, transporte y procesos industriales. “Esto se va a lograr a través del impulso de la introducción de nuevas energías renovables y también siendo más eficientes en el uso de la energía, a través de formación e información, a través de los Sistemas de Gestión de la Energía, del recambio de equipos, y también a través de la eficiencia pasiva. Tiene que ver con cómo estamos construyendo nuestras edificaciones. Es aquí donde entra el tema de la edificación sostenible”, enfatiza Santelices.
Hoy día en Chile la climatización en hogares y en empresas está más centrada en subir la temperatura en invierno. “No obstante, el desafío de tener climatización en verano, va en la línea de bajar los consumos de energía, y por eso es importante abordar esta problemática de manera más integral”, concluye el director ejecutivo de la Agencia SE.
Toda crisis ofrece oportunidades y en la construcción las encontraron rápidamente. La necesidad de contar con soluciones eficientes y rápidas desencadenó ideas tan creativas como cabinas sin contacto para tomar exámenes y hospitales modulares que pueden levantarse en solo unas semanas.
La infraestructura de salud es muchísimo más que “una caldera con una serie de camas alrededor”. Así lo cree Jaime Sáez, socio en Swarq Arquitectos S.A. y miembro del Comité de Arquitectura para la Salud del Colegio de Arquitectos de Chile. “Habemos muchos que estamos enfocados en diseñar establecimientos de salud como agentes de regeneración urbana, donde el desarrollo del proyecto trae consigo una responsabilidad social respecto del lugar/comunidad donde se emplaza, aprovechando la inversión para cubrir brechas, por ejemplo, de espacio público y áreas verdes”, explica.
De hecho, en Chile las obras que ponen la recuperación del paciente en el centro de las decisiones de diseño van en aumento y proliferan también los parques, jardines, espacios y ambientes interiores diseñados “saludablemente” para sus usuarios. En este aspecto, Jaime Sáez destaca el avance que ha experimentado la madera a nivel internacional, gracias a su contribución como material renovable y a la avanzada tecnología que ha abierto sus posibilidades a: construcción en serie, laminación, contrachapado, etc. Esto, según el arquitecto especialista en hospitales, permite proyectar edificaciones públicas con estructura principal de madera, replanteando normativas sísmicas/estructurales y aproximándonos -cada día más- al momento en que se erija el primer hospital chileno diseñado y construido en madera.
¿Qué nos falta para abrirle camino a la industrialización y aprovechar sus ventajas? “Madurar y crecer como sociedad, profundizar y seguir avanzando en la ética empresarial de responsabilidad social que, sin duda, está muy golpeada, pero a la vez en estado de reflexión constante, desde octubre de 2019. Ahora, en lo inmediato, no sería para nada descabellado aumentar el gasto que el Estado genera en I+D, sin desmerecer que se han venido haciendo esfuerzos, pero aún falta mucho”, afirma Sáez.
Y es que, si bien los chilenos somos muy creativos, al menos se necesitan políticas orientadas al desarrollo en vivienda y obras públicas que se planteen desde la metodología de la industrialización en todo el proceso, vale decir, desde la formulación de la idea/requerimiento hasta la materialización de la obra y su operación, concluye el socio de Swarq Arquitectos.
Hospitales modulares
Según Heriberto Hildebrandt, presidente de la Asociación Gremial de Arquitectura y Especialidades Hospitalarias (Aarqhos), la arquitectura hospitalaria está preparada para enfermedades contagiosas individuales. “Recintos de aislación con esclusa, barrera sanitaria, sistema de climatización deprimido, incluso estaciones completas de aislación, todo esto existe y se utiliza para la seguridad del paciente y del personal”, aclara.
No obstante, la aparición del Covid-19 produjo un cambio dramático, por lo masivo de su ataque y sus consecuencias. “Estaciones UTI han debido reestructurarse para aumentar camas críticas UCI; estaciones de hospitalización MQ han debido transformarse para aumentar camas intermedias UTI; otras estaciones han tenido que modificarse como estaciones de aislación, etc. Muchos cambios repentinos en la infraestructura hospitalaria han sido necesarios, incluso, fuera de ella. Estadios como hospital de campaña, centros de exposiciones como modernas salas Nightingale, hoteles como residencias sanitarias y escuelas como centros de salud coadyuvantes”, explica.
En este contexto, Hildebrandt cree que en Chile podríamos aplicar desde ya la coordinación modular en proyectos de infraestructura hospitalaria, duplicar la producción industrial de módulos sanitarios, de fachadas modulares, de redes modulares de piping, de módulos hospitalarios, etc. Podríamos iniciar de una vez la industrialización de la infraestructura hospitalaria, primero de elementos estructurales, luego de componentes no estructurales”, sostiene.
¿Podemos dar soluciones tan eficientes y rápidas como las que dio Wuhan en su momento? Seguro que sí, pero no a la manera china, que en menos de diez días logró coordinar preparación, transporte y montaje. El país asiático tiene un enorme stock de módulos prefabricados, dispuestos como existencia para armar y desarmar según sus requerimientos. Pero, eso no significa que no podamos desarrollar y ejecutar infraestructura hospitalaria modular de emergencia. “Ya hay en Chile licitaciones en desarrollo. Por ejemplo, módulos para 24 y 48 camas críticas en Illapel y La Serena. Pero con plazos muy distintos a los de China”, dice el presidente de Aarqhos.
Asimismo, Jaime Sáez, quien también es parte del gremio de especialidades hospitalarias, cree que en Chile se pueden dar soluciones rápidas a requerimientos urgentes que surgen de la contingencia. “Así me lo ha demostrado el trabajo que han desarrollado múltiples equipos de salud, diversos emprendedores, organizaciones e instituciones, que en el escenario actual han estado a la altura de las expectativas y que, dicho sea de paso, no han contado con la fuerza, los recursos y el apoyo que un país industrializado como China les podría entregar. Lo anterior me obliga a concluir que un Estado robusto y una cultura milenaria poseen un peso específico imposible de comparar en igualdad de condiciones con democracias occidentales y, mucho menos, sudamericanas”, señala.
Alianzas con la academia
Junto con levantar las alarmas, el Covid-19 despertó el espíritu colaborativo que llevó a personas de diversas disciplinas a diseñar y proyectar soluciones. “Al día de hoy hemos consolidado desarrollos de proyectos en alianzas con la academia, el mercado productivo y todo tipo de proveedores, experiencias internacionales, etc. Sin ir más lejos, desarrollamos un modelo de dispositivos de toma de muestras que hemos postulado, con el patrocinio de la Universidad de Talca, a fondos concursables de innovación de Corfo”, destaca Jaime Sáez.
El arquitecto se refiere a unas cabinas que eliminan el contacto físico entre el proveedor de atención médica y el paciente, dejando a un lado la necesidad de cambio de ropa protectora. El test se hace a través de unos guantes de caucho y toma alrededor de seis minutos. En el proyecto participan: el Comité de Arquitecturas para la Salud, el Colegio de Arquitectos de Chile, la Universidad de Talca, Olimpos Consultores Interior Designer y BIM S.A.

Igualmente, movido por la necesidad de protección que generó la pandemia, el constructor civil asociado al Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Rafael Garay, combinó las experiencias internacionales, nacionales y la propia, para diseñar el módulo sanitizador MS, que sanitiza personas y objetos y que puede utilizarse en diversos establecimientos, adaptándose a las condiciones de cada lugar.
Destaca también el trabajo conjunto entre el Centro de Innovación en Madera CIM UC Corma y la empresa E2E para el desarrollo de módulos hospitalarios en madera altamente industrializados. Estos fueron diseñados para la estancia de pacientes con Covid-19, tomando en consideración los requerimientos normativos para el diseño de instalaciones UTI, con muros perimetrales con resistencia al fuego F60 y techumbres F30. El proyecto incorpora tabiquerías divisorias entre cubículos (unidad del paciente) y tabiques frontales, permitiendo una visión clara hacia el paciente, pero con divisiones que favorecen la privacidad visual y la aislación acústica a cada módulo. Además, estos módulos cumplen con toda la normativa térmica, por lo que pueden ser instalados en cualquier parte de Chile.

La construcción industrializada en nuestro país está lista para tomar el lugar que le corresponde, según sus promotores. De hecho, una infraestructura hospitalaria funcionaría bien sometida a condiciones sísmicas. “Hoy, por ejemplo, desarrollamos un proyecto en un área urbana próxima a sectores industriales, compuesta de 3.380 losas de 63 m2 (particionables); 5.520 pilares de H = 4,50 m y 8.750 vigas de 8,00 m c/u. Este volumen potencial de elementos industrializados de H.A. permitiría disminuir en un año o más el plazo de construcción del hospital”, detalla Heriberto Hildebrandt, quien lamenta que en Chile no se impulse la infraestructura hospitalaria, como parte de la industria 4.0, con fuerza.
Prototipos para suplir déficit de ventiladores
En otro ámbito, al menos 26 prototipos de ventiladores mecánicos de emergencia buscan dar respuesta al déficit de equipos, a través de la convocatoria liderada por los ministerios de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y de Economía. Las iniciativas son impulsadas por diferentes equipos de emprendedores, instituciones académicas, centros de investigación, empresas y las Fuerzas Armadas, que se inscribieron en la plataforma “Un Respiro para Chile”, impulsada por Sofofa Hub, el BID y Socialab.
“Vemos grupos de trabajo multidisciplinarios que están haciendo esfuerzos para tener un prototipo en muy poco tiempo. Pero también tenemos que vincularlos con el sector público porque estos diseños deben seguir los lineamientos y requerimientos técnicos del ISP y la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva. Luego tenemos que validarlos para finalmente tener una certificación de emergencia del Ministerio de Salud y el ISP. Ahí es donde la coordinación pública se vuelve muy relevante”, explicó el ministro de Ciencia, Andrés Couve.

Por Vicente Domínguez, presidente de Construye 2025
Hace pocos meses, a principios de este 2020, pusimos en evidencia desde Construye 2025 la importancia que tiene DOM en Línea para lograr -entre otras cosas- una mayor equidad territorial en todas las comunas de Chile, lo que se hacía necesario en el contexto de lo vivido desde octubre de 2019, a raíz del estallido social.
Hoy, tres meses después, en otro escenario, en uno de emergencia sanitaria, provocado por la pandemia Covid-19, este llamado sigue vigente y se hace más urgente que nunca. Sobre todo, si consideramos que en la actualidad sigue habiendo una enorme brecha entre las más de 300 comunas del país, en muchas de las cuales no existe la tecnología ni los equipos necesarios para una buena gestión documental.
De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), la plataforma contempla el desarrollo de más de 80 trámites, de los cuales, 12 han sido habilitados en 20 comunas de distintas escalas, esperándose para este año, la implementación de 34 trámites en 52 comunas. Actualmente, DOM en Línea se encuentra trabajando de manera activa con 120 municipalidades, pudiendo proyectar, para 2020, lanzar la plataforma en 52 comunas, entre las cuales se encuentran Aysén, La Granja, Tortel, Coyhaique, Renca y Recoleta.
Si bien estos son avances importantes, el contexto actual del teletrabajo, donde quedarnos en casa nos lleva a hacer todos los trámites que podamos de manera online, nos invita a gritos a imprimir mayor velocidad a la implementación de la plataforma. Y, en nuestro sector, solo la tramitación de permisos de obra en forma digital permitirá mejorar la productividad del sector y dar mayor equidad a todos los municipios, sin necesidad de pagar un costo adicional por ello.
Este es un gran paso hacia la transformación digital de este trámite ineludible de la construcción, por lo que es fundamental que todos los actores involucrados entiendan la importancia y el alcance de esta plataforma, para lograr mayor productividad, transparencia y equidad en este ámbito.
En Construye 2025, seguimos soñando con que DOM en Línea se consolide pronto y podamos sumarle otros temas, como la gestión sustentable de residuos de construcción y demolición, como se hace en otros países, cuidando nuestro ecosistema.
Desde fines de 2015, venimos hablando de estos “temas de futuro” y, ahora es cuándo, porque el futuro llegó antes de lo esperado y nos obligó a adaptarnos sobre la marcha.
Socios del Consejo de Construcción Industrializada votaron para elegir a los miembros del nuevo Directorio y conocieron los lineamientos y acciones que desarrollan programas como Construye2025 y Planbim.
En la segunda Sesión Plenaria del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), llevada a cabo el 12 de marzo, los socios eligieron a los representantes que integrarán el nuevo directorio de CCI, junto con otros designados por el directorio anterior.
De esta manera, resultaron electos: Tatiana Martínez de Hormipret; Juan Carlos Gutiérrez, del Instituto Chileno del Acero; Fernando Moreno, de Icafal Ingeniería y Construcción ; Sebastián Fourcade, de Fourcade & Co; y Ricardo Fernández, de Volcán.
Adicionalmente, el directorio estará conformado por su past president Francisca Cruz, gerente general de EI; Erwin Navarrete, jefe de la Ditec de Minvu; Marcos Brito, gerente de Construye2025; Juan Carlos León, gerente general de CDT, Enrique Loeser, de CChC, y un profesional destacado de la industria, que será designado en los próximos días.
Transformación digital y BIM
En esta Sesión Plenaria se expusieron los grandes hitos de 2019 y las proyecciones para 2020. En la jornada, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, explicó el posicionamiento del programa y su papel en la articulación de actores clave para impulsar la edificación sustentable en Chile. “Nuestro programa define un plan de acción con 4 ejes estratégicos: construcción industrializada; construcción sustentable; innovación y mejora continua; y transformación digital”, puntualizó.
Por su parte, el subdirector de Planbim de Corfo, Sebastián Manríquez, se refirió a la baja digitalización en la construcción que, según dijo, es inferior a la que se da en el sector pesquero. En seguida, abordó los requerimientos de BIM, estandarizados para instituciones públicas. “Ya hay requerimientos específicos que se están incorporando en las licitaciones y la guía ‘Estándar BIM para proyectos públicos’”, comentó.
En esa línea, el socio de IDGconsult y presidente de BIM Forum Chile, Mauricio Heyermann, hizo hincapié en la necesidad de aumentar la productividad de la industria de la construcción a través de la transformación digital. “BIM Forum Chile es una instancia técnica y permanente, que convoca a los principales profesionales e instituciones relacionadas a BIM”, detalló.
Desde 2015, BIM Forum busca canalizar las inquietudes técnicas, el conocimiento y la información. Además, es una instancia de difusión y buenas prácticas para el desarrollo tecnológico en el sector construcción.
Nuevos procesos y tecnologías están cambiándole la cara al maestro obrero constructor. Hoy la experiencia debe combinarse con la capacidad de adaptarse a herramientas y formas de trabajo que cambian constantemente.
¿Cómo es hoy el maestro de la construcción en Chile? Con la celebración del Día del Maestro Obrero Constructor, cada 19 de marzo, esta pregunta se vuelve necesaria de revisar. Según Rogelio González, presidente del
(OSCL), si bien muchas veces el trabajador cuenta con experiencia y habilidades base, hoy deben desarrollarse destrezas específicas para lograr transformar materiales en productos de calidad. “La incorporación de nuevas tecnologías, en materiales, productos y procesos ha irrumpido con fuerza en algunas especialidades de la construcción”, señala.
En este sentido, Julián Rodríguez, jefe del Área de Estudios, y Francisca Echeverría, investigadora del Área de Estudios de OTIC CChC, recuerdan el estudio que encargó la Corporación de Capacitación de la Construcción a la Dirección de Estudios Sociales de la Universidad Católica (DESUC), en 2019, para hacer una caracterización del maestro de la construcción desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa. “Este arrojó que es diverso, predominando tendencias como que trabajadores más especializados y jóvenes tienen más años de escolaridad”, afirman.
El estudio da cuenta también de la importancia que tiene el sector como generador de movilidad social, considerando que la mayoría de los trabajadores dice ingresar al rubro sin proyecciones, pero una vez dentro muchos hacen carrera. “Además, quienes tienen cargos de mayor responsabilidad sienten mayor cariño por su trabajo ante la sensación de desarrollo laboral”, explican Rodríguez y Echeverría.
Quienes permanecen en el rubro suelen asociarse a personas responsables, trabajadores, principalmente de carácter fuerte y que están dispuestos a enfrentar un trabajo arduo. No obstante, según la investigación de la OTIC CChC, hay un grupo de personas más indecisas, representado por jóvenes y migrantes, quienes suelen estar entrando y saliendo del rubro. Para los primeros, con enseñanza media completa, es más factible encontrar trabajo en otros sectores productivos; mientras que los migrantes se encuentran en búsqueda de oportunidades, lo cual es posibilitado por la oferta laboral de la construcción.
Nuevas tecnologías
Actualmente, hay empresas liderando un cambio en las competencias de los trabajadores, lo que se acentuará debido a las nuevas tecnologías y al escenario laboral que plantea la cuarta revolución industrial. Así lo creen Julián Rodríguez y Francisca Echeverría de la OTIC CChC, que destacan dos aspectos en el cambio de perfil: el fenómeno migratorio y la creciente inserción de la mujer al mercado laboral.
Respecto a la incorporación de trabajadores extranjeros, los desafíos tienen que ver con temáticas que van más allá del aspecto técnico, como por ejemplo comprender las ventajas que la interculturalidad puede traer a los espacios de trabajo, con la comunicación efectiva desde los liderazgos y con hacer frente a posibles situaciones de discriminación en las obras. Frente a la inserción femenina están los estereotipos de género y el reto de que ellas también puedan ocupar cargos de liderazgo.
Muchos procesos constructivos incorporan tecnologías nuevas, principalmente, en las partidas de:
Lo anterior, según Rogelio González, explica la diferencia entre la cantidad de mano de obra y horas hombre en las distintas partidas, que se ve reflejada en la calidad del producto final, en viviendas, edificios y otros, donde las “no conformidades” están principalmente en las terminaciones e impactan en los procesos de postventa.
“Ahora, los muchachos tienen mucha voz y voto dentro del proceso constructivo, pero la construcción ladrillo sobre ladrillo prácticamente no existe. Hoy todo es más modular, más preciso y más técnico”, añade Raúl Letelier, tesorero de SIMOC, sobre el nuevo perfil del “maestro de la construcción”.
Debido a la velocidad de los cambios tecnológicos, es probable que un trabajador de la construcción sea partícipe, a lo menos dos veces durante su vida laboral, de cambios de paradigma en los procesos constructivos, materiales, herramientas, equipos, afirma Rogelio González, quien enfatiza: “los maestros más exitosos serán los que desarrollen la capacidad de aprender y cambiar, ya sea de modo independiente o a través de cursos de capacitación en el rubro”.
Obras industrializadas
Las faenas de construcción tradicional difieren del trabajo que se ejecuta en obras industrializadas, principalmente, en el grado de control sobre las variables que inciden en los costos, los plazos, la calidad y cuidado al medio ambiente. “En las obras industrializadas, para la transformación de los materiales en productos constructivos, el control de las etapas asegura la calidad y la homogeneidad, entre otras. Lo anterior es más complejo de controlar en una obra tradicional”, explica Rogelio González.
En este sentido, las competencias laborales del maestro en proyectos industrializados son similares a las de un trabajador de la industria fabril, que para transformar los materiales en productos utiliza las nuevas herramientas y tecnología. Por lo tanto, el trabajador tradicional debe poder adaptarse para entrar a los mecanismos industrializados.
Las grandes empresas se preocupan de capacitar día a día a sus maestros obreros constructores, pero para las pymes, este ítem tan importante en la mejora de la producción, puede hacerse cuesta arriba. Sin embargo, Rogelio González, comenta que existe una amplia oferta de capacitaciones en diversos organismos, disponibles para ellas: Organismo Sectorial, Sence, ChileValora, Corfo, OTIC, ONGs, OTECs, CFTs, IPs y universidades cuentan con planes de formación para los antiguos y nuevos maestros de la construcción, que les ayudan a adaptarse a las nuevas exigencias que trae la industrialización, donde se tiende a estandarizar para mejorar la calidad y la productividad.
El desafío, en este contexto, es la trazabilidad, algo que se complejiza considerando que, en Sence, por ejemplo, existen más de 800 perfiles de construcción distintos, según Raúl Letelier. En cuanto a la seguridad, dice que falta fiscalización en la obra. “La CChC debiera crear observadores en terreno. Eso dio muy buenos resultado en la minería”, concluye el representante de SIMOC.
En tanto, los especialistas de la OTIC CChC rescatan el espacio del Organismo Sectorial de la Construcción (OSCL), instancia tripartita que dio vida al Marco de Cualificación Técnico Profesional, una herramienta estratégica que vincula la educación formal e informal con el mundo del trabajo y que permite que las personas -los trabajadores y trabajadoras de la construcción- puedan transitar por un camino que busca mejorar su formación, empleabilidad y remuneraciones.
Fotografía gentileza E2E.
Por Marcos Brito A., gerente de Construye2025
China es hoy, sin lugar a dudas, un referente mundial en desarrollo industrial, contando con diversos avances, desde la producción masiva de todo tipo de productos hasta viajes al espacio. Uno de los ámbitos en los que se ha venido destacando durante los últimos años es el de la edificación acelerada, alcanzando importantes récords, como el de levantar un edificio de 57 pisos (dos tercios la altura del Costanera Center, en Chile), en solo 19 días corridos.
Ante la rápida expansión del COVID-19, que se origina en Wuhan, China, la ciudad decide construir dos hospitales de emergencia en tiempos extremadamente acotados, además de habilitar otros recintos de emergencia. Es así como solo en 10 días logran edificar dos hospitales en la ciudad; Houshenshan, con 1.000 camas en 25.000 m2, y Leishenshan, con 1.600 camas adicionales en 36.000 m2. Ambos concluidos entre el 20 de enero y 5 de febrero de 2020.
El mundo entero quedó impresionado por este gran logro humano, que fue gracias a un gran empuje y esfuerzo de coordinación, pero que, según diversos expertos, no requirió de mayor innovación, sino que fue fruto de procesos de planificación y experiencia previos, capacidad productiva industrial, y un especial esfuerzo humano y empresarial en lograr exitosamente la meta.
¿Cómo se logra edificar 2 hospitales en 10 días?
Lo primero es considerar que ambos recintos fueron basados en un diseño y planificación previos, que se desarrollaron para construir en solo siete días el hospital Xiaotangshan, en Beijing (2003), para afrontar la emergencia sanitaria del virus SARS. Desde entonces, los modelos pudieron ser mejorados en cuanto a sus procesos de logística y suministros, además de corregir elementos de funcionalidad, en base a la experiencia de haber operado el primer modelo.
Además, se consideraron factores concretos de aceleración en obra, como el uso intensivo de maquinarias, incluyendo 100 equipos de trabajo para lograr nivelar el terreno en solo 48 horas. Para esto, se organizaron turnos 24/7 con una alta participación de técnicos especialistas en montaje, que a pesar del mayor costo (150USD/día), logran importantes ahorros en tiempo gracias a su experiencia.
Por otra parte, hay que considerar que los hospitales modulares de Wuhan son hospitales provisorios de campaña, por lo que no consideran en su diseño prácticamente ningún aspecto ornamental. De esta manera, su estructura fue diseñada con propósitos funcionales, incluyendo iluminación natural en pasillos y otras áreas comunes. En fotografías interiores se puede apreciar que todos los ductos de climatización y eléctricos están sobrepuestos a las paredes o bien colgantes de los cielos, a la vista.
En cuanto a la cimentación y obra gruesa, una vez nivelado el terreno, se utilizaron capas de recebo y geotextiles de ancho extendido, para una instalación en menor tiempo, cubiertas con una losa de concreto de secado rápido. Sobre la losa se instalaron perfiles metálicos, para la fijación de estructuras compuestas por marcos prefabricados de acero, unidos mecánicamente por tornillos en sus esquinas (cada uno de 10 m2 de superficie interior). Las paredes y sobrelosas, similares a paredes frigoríficas de metal y aislante inyectado, fueron prefabricadas también, incorporando ventanas y puertas, de acuerdo con las dimensiones de las estructuras. Los edificios fueron diseñados en dos plantas.
Finalmente, se logra según lo planificado, erguir ambos hospitales en menos de dos semanas, comenzando su operación en forma inmediata, con un costo final de USD43MM, lo que podría equivaler a 19UF/m2 en infraestructura aproximadamente (sin considerar equipos ni habilitación).
Este ejemplo nos ilustra en forma concreta como hoy es posible lograr capacidades de respuesta que pueden llegar a ser impactantes, pero que en realidad son fruto de procesos de planificación muy bien elaborados, en forma previa a la ocurrencia de la necesidad de ejecución. Vale decir, cuando la tecnología existe, así como también la capacidad productiva adecuada, grandes logros son factibles gracias a una adecuada coordinación, planificación y la voluntad humana de colaborar para la ayuda de quienes requieren ayuda urgente.
Pues bien, en Chile ya contamos con la tecnología, tenemos una creciente capacidad productiva industrial para edificación acelerada, con un alto grado de experiencia particularmente en campamentos mineros, y estamos además generando redes internacionales de colaboración con otras industrias de mayor experiencia. Esto nos hace pensar en la urgente necesidad de conectar este knowhow con los servicios públicos que requieren dar respuesta rápida y eficiente ante eventuales escenarios de catástrofe. El Consejo de Construcción Industrializada, impulsado por Construye2025 de Corfo, está hoy preparado para ser el referente experto -desde la industria y la academia- para asesorar y brindar todo el apoyo que sea requerido para que nuestro país pueda dar una calidad de respuesta de clase mundial para sus urgencias. Es deber, por tanto, de ambas partes, trabajar en conjunto para ser los nuevos referentes mundiales en rapidez y eficiencia ante este tipo de situaciones.
Estandarización en diseño, reducción de mano de obra, optimización de los materiales, disminución de escombros en obra y, sobre todo, la velocidad con que se construyen hacen urgente una normativa que incentive la infraestructura hospitalaria prefabricada.
La construcción acelerada de un hospital en Wuhan, China, fue un verdadero escudo de contención frente al temido Covid-19, que ahora amenaza a Chile. Nuestro país aún no experimenta las frías temperaturas invernales que, como es tradicional, traen consigo un aumento de las enfermedades respiratorias, pero el número de contagios por coronavirus ya tiene a las autoridades pensando en cómo aumentar las camas hospitalarias, en caso de ser necesario.
En este hipotético escenario, Chile cuenta con la tecnología para imitar el ejemplo chino y, bien podría, levantar un hospital en menos de dos semanas. Así lo estima Mario Yáñez, gerente de Ingeniería de Tecno Fast, quien adelanta que, en ciudades como Chillán, es factible instalar un recinto de este tipo en cerca de 12 días.
La empresa de soluciones modulares fue responsable del Hospital Salvador, que ya lleva tres años funcionando y que supera los 7 mil m2 en instalaciones: “Hay dos laboratorios, centro de oftalmología, medicina pediátrica y una serie de otros servicios distribuidos en dos pisos”, explica Mario Yáñez. Además, la compañía levantó dos hospitales psiquiátricos en San Felipe, centros de salud familiar (Cesfam) en la Región de Valparaíso y centros de referencia de salud (CRS) en La Florida y Los Andes.
Actualmente, Tecno Fast cuenta con un stock superior a 1.600 unidades modulares que permitirían levantar hasta cuatro hospitales de 300 camas cada uno, por lo que en la empresa están atentos a la contingencia y al llamado de la autoridad sanitaria. “La infraestructura hospitalaria es totalmente factible y es inmediata prácticamente, pues para levantarla se usan espacios que están disponibles en los mismos recintos de los hospitales. No hay demoliciones ni ruido ni contaminación de polvo, es una solución que se puede entregar de hasta dos y tres pisos”, señala el ejecutivo.
Tecno Fast, incluso, se hace cargo de los sistemas de clima necesarios en los recintos hospitalarios. De hecho, sus especialistas construyeron una morgue en El Salvador con 18 cámaras y también han fabricado pabellones quirúrgicos. Hoy están en conversaciones con Bogotá para levantar un hospital de dos mil camas.



Hospital Quillota-Petorca
Otra solución industrializada es la del Hospital Quillota-Petorca, en el que se utilizaron sistemas de aislación sísmica, losas alveolares y pre-losas colocadas sobre el nivel de aislación. “Los anteproyectos no consideraban el uso explícito de losas prefabricadas, por lo cual para evitar potenciales conflictos contractuales su uso se limitó solo a la losa adicional que se generó al mover el nivel de aislación desde el cielo del subterráneo, a una solución basal de aislación”, explica Ian Watt, gerente de VMB Ingeniería Estructural, empresa socia del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025.
En una superficie de aproximadamente 16 mil m2, jugó un rol crucial la empresa de prefabricados de hormigón pretensado y especialista en losas, Hormipret (también socia del CCI), con dos líneas de productos: AlveoLosa® y PreLosa®. “Este último brindó solución al encuentro losa–capiteles, al no requerir necesariamente una ménsula de apoyo, generándose su unión, por medio de estribos de enlace. Este prefabricado, posee características técnicas importantes para la solución de los entrepisos industrializados pudiendo aportar, ademas, aislación térmica y acústica”, detalla Tatiana Martínez, gerente general de Hormipret.
El proyecto requirió de entregas de entre 1.200 m² y 1.350 m² por semana, además de la disposición para hacer traslado y montaje en horario nocturno. “Esto permitió y favoreció que toda actividad o faena posterior a la instalación de nuestros prefabricados (enfierradura, instalaciones y hormigonado, entre otros) no se viese afectada, generando avances más significativos para la constructora. Para esto fue fundamental la coordinación entre Hormipret y los profesionales del proyecto”, añade la arquitecta.
Módulos de 8×8 en un 90% del proyecto debidamente identificados y marcadas favorecieron el montaje y trazabilidad. En este ámbito, todas las losas de Hormipret fueron fabricadas en anchos estándar de 0.60m , lo que redujo el peso del prefabricado de forma considerable, permitiendo a la obra utilizar las grúas torre del proyecto, sin tener que considerar grúas externas.
Según Ian Watt, la principal complejidad se produjo porque la autorización para considerar el uso de estos elementos se obtuvo tardíamente en el proceso de diseño. “Idealmente, cuando hay construcción industrializada la estructura se acomoda para beneficiar los rendimientos de los elementos prefabricados, para explotar al máximo los aumentos de rendimiento en tiempo y materiales que estos pueden proveer. Pero, en este caso, solo fue posible incorporarlo al final, sin la posibilidad de optimizar las modulaciones estructurales. Como en todo proyecto, se resolvió con una buena coordinación entre el equipo de diseño, el departamento técnico de la constructora y la asesoría de proveedores técnicamente capacitados”, afirma.
En este aspecto, Tatiana Martínez recuerda que cuando el proyecto ya se encontraba en ejecución, hubo que resolver la unión húmeda de las losas y el capitel del sistema de aislación sísmica, donde debido a la cantidad de enfierradura no era posible generar un apoyo para recibir la losa alveolar, por lo que se especificó el uso de PreLosa®, que por su geometría, no necesariamente necesitaba un apoyo, generándose la unión húmeda por medio de estribos de enlace.
Otro punto importante en el uso de losas industrializadas es que se reduce el peso muerto de la losa desde el inicio del proyecto, cuando se realizan los cálculos con menor masa sísmica y peso total de la losa, lo que reduce significativamente las dimensiones de la estructura en general.



Desafíos pendientes
La principal barrera para la construcción industrializada de hospitales en Chile, según Ian Watt, es que los elementos frecuentemente están prohibidos en las bases y criterios de diseño. En los pocos casos en que no están directamente prohibidos, la mayoría de los licitantes evitan incluirlos, preocupados de que se rechacen las soluciones posteriormente. Coincide con él Tatiana Martínez, quien llama a impulsar el uso de prefabricados en todas la obras públicas del país. “Las ventajas comparativas sobre sistemas tradicionales están comprobadas y muy utilizadas en países desarrollados, en las distintas materialidades”, apunta la gerente de Hormipret.
Menos acero, menos hormigón a vaciar en obra, menos mano de obra y una considerable rapidez de ejecución sustentan el cambio de paradigma. “La disminución en el presupuesto de construcción en esas partidas significaría ahorros importantes en la construcción de infraestructura y, en el caso de los hospitales, la velocidad de construcción acortaría los plazos en la entrega para la atención a sus pacientes”, añade la arquitecta.
En un escenario como el actual, donde las cifras de contagio por coronavirus aumentan diariamente, se abre la oportunidad de evaluar en profundidad la industrialización en la construcción. “Abrirse a nuevas soluciones como lo han hecho varios países y eso significa que el Estado debe revisar normativas, competencias profesionales, mano de obra calificada e incentivar a las empresas constructoras para que busquen soluciones constructivas innovadoras para el desarrollo de sus proyectos, mejorando así la infraestructura y la edificación del país”, concluye Tatiana Martínez.
En este sentido, ambos especialistas concuerdan en que junto con la disposición a innovar es clave integrar a los profesionales que forman parte de la cadena tempranamente, pues el óptimo desarrollo de los proyectos redunda en soluciones prácticas que mejoran la productividad y la eficiencia en obras de edificación.
Por Vicente Domínguez, presidente Consejo Directivo Construye2025
Construye2025 se ha hecho cargo de la necesidad de enfrentar el incremento de la productividad del sector construcción desde diferentes ángulos: innovación tecnológica, sostenibilidad, industrialización, transformación digital, entre otros. Y, además, evidenció que la productividad de la edificación se va a incrementar en la medida que nos concentremos en todos estos ámbitos y no en uno solo.
Actualmente, existe una serie de iniciativas en desarrollo y hay que mantenerlas funcionando, por el impacto que estas representan, como el DOM en Línea o el Consejo de Construcción Industrializada o la Estrategia RCD.
Seguiremos en los próximos años de la mano del Instituto de la Construcción, algo que se me hizo natural hace tiempo, por la convergencia de esfuerzos públicos y privados que representa el IC. Es un lugar de encuentro técnico y eso es lo que el programa necesita. Por supuesto, Construye2025 tiene la impronta de Corfo, la entidad pública que ha luchado por mejorar el desarrollo empresarial y ha sido un valuarte del Estado en relación con el mundo productivo. En ese sentido, tenemos un panorama bastante positivo: con el apoyo de Corfo, más el Instituto de la Construcción y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
Por ello, a semanas de haber terminado una primera etapa y haber comenzado otra, tengo la sensación de que este programa estratégico de Corfo ha avanzado mucho, ha ido plasmando sus objetivos, sus sueños y la idea original en la que participaron otras personas presididas por Alejandro Gutiérrez.
Por otra parte, tenemos un equipo muy capaz y comprometido, profesionales capaces de avanzar mucho más y de asegurar una extensa. Tengo mucha confianza, tanto de la gente de Corfo como del equipo mismo, que irán surgiendo nuevos logros.
Asimismo, es necesario aprovechar que los organismos vinculados a las empresas, como la CChC, han tomado estas temáticas como una bandera, lo que asegura un mayor fortalecimiento para el programa, en el sentido de que si hubo que sembrar al principio con algo de escepticismo en el ambiente, hoy creo que hay muchas más tierra fértil para obtener resultados. Y la CChC ha dado pasos importantes, además la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) se ha cuadrado mucho con el programa, entonces veo instituciones que han tomado fuerte estos temas y van a ser muy colaboradoras.
A pesar de todo ello, sigo creyendo que el aporte de Corfo es muy valioso, por lo que es necesario que siga por esta senda, sobre todo porque ya cuenta con capital humano instalado en esto.
Esto nos ayudará a que el país llegue a los niveles de países más desarrollados, y a alcanzar una industria de la construcción mucho más productiva, a la que las personas deseen ingresar a trabajar y se vuelva llamativa desde el punto de vista intelectual, laboral, etc.
Hoy tenemos empresas que están mucho más a la vanguardia que otras y son las que llevan la delantera y abren la ruta a experiencias y exigencias que el mercado o la autoridad va a imponer. Por ello, el llamado para el resto es subirse al carro o quedarse fuera. Ya estamos retrasados, por lo que el dolor puede ser fuerte para muchas empresas si no se suben pronto al carro de la productividad.
En este escenario, la labor de Construye2025 seguirá siendo animar a que entremos a esta senda y entregar los elementos que incentivan a ello, a través de expertos extranjeros, seminarios, visitas, programas en los que las personas pueden conectarse y descubrir nuevas y valiosas posibilidades.
DESCRIPCIÓN: Desarrollar una estrategia comunicacional y acciones de difusión del Programa Estratégico, para dar
a conocer las actividades del mismo, instalar conceptos relevantes, junto con apoyar la coordinación
entre actores públicos y privados que conforman el sector de la construcción, con el fin de construir
capital social y con esto lograr generar, consensuar y mantener una visión compartida respecto a
las oportunidades de mejora en productividad y construcción sustentable; mediante la difusión de
imagen corporativa, noticias y contenidos del programa en página web, newsletters, e-mailing y
redes sociales, llegando tanto a socios estratégicos como stakeholders para captar su interés,
instalar temáticas y sumarlos a las iniciativas propuestas.
FECHA APERTURA: Miércoles 15 de enero de 2020.
FECHA RECEPCIÓN DE CONSULTAS (c/hora): Miércoles 22 de enero hasta las 12:00 hrs.
FECHA DE CIERRE (c/hora): Miércoles 29 de enero de 2020 hasta las 1215:00 hrs.
CONTACTO: gcortes@iconstruccion.cl con copia a mbrito@construye2025.cl
Documentos:
En actividades desarrolladas con ambas carteras se destacó la importancia de generar iniciativas públicas para la gestión sustentable de los residuos de la construcción para una economía circular, y de impulsar una normativa.
Como parte de las actividades contempladas después del cierre de la consulta Pública de la Hoja de Ruta “Gestión Sustentable de los recursos y residuos de la construcción y demolición (RCD) para una Economía Circular en Construcción”, los ministerios de Vivienda y Urbanismo y Medio Ambiente realizaron mesas de trabajo con el apoyo de Construye2025.
“A partir de las brechas identificadas, nos planteamos la necesidad de hacer una Hoja de Ruta con la misión de ser un país que gestiona en forma eficiente los recursos, involucrando el ciclo de vida de los proyectos, tanto de edificación como de infraestructura, impactando positivamente en los aspectos social, ambiental y económico”, explicó Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.
Asimismo, destacó la importancia del trabajo colaborativo que se está realizando para asumir los desafíos que hoy existen frente a la sustentabilidad y la economía circular, sobre todo porque “es necesario avanzar no solo desde el punto de vista ambiental, sino también en las oportunidades de una mayor eficiencia en el uso de los recursos, nuevos empleos y mejoras en la competitividad de las empresas, impactando positivamente en los ámbitos ambiental, social y económico”.
Paola Valencia, encargada de Construcción Sustentable de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu, explicó a los asistentes al Taller Hoja de Ruta RCD y Economía Circular, la importancia de estas instancias: “los RCD no existen jurídicamente, no existe la cadena de valor del marco regulatorio de su disposición. Para poder hacer una gestión sustentable de residuos de construcción, necesitamos armar un marco normativo, por eso es importante esta mesa”.
En ese sentido, las principales conclusiones de dicho taller apuntan a levantar la relevancia de la regulación de los residuos de la construcción y demolición y que exista un sistema para declarar los RCD y resolver el marco regulatorio para poder disponer en instalaciones autorizadas los residuos, así como habilitar y fomentar su valorización.
La visión desde el MMA
En taller llevado a cabo en el Ministerio de Medio Ambiente, las principales declaraciones apuntaron a revisar el marco regulatorio.
También se destacó la importancia del desarrollo e implementación de instrumentos de prevención de RCD y de la definición de estándares de calidad para prevenir su generación y para gestionarlos, en caso de la reutilización.
“El trabajo que estamos haciendo como oficina está bastante alineado a los temas conversados, porque uno de los tres objetivos que tenemos es generar un esquema regulatorio para los desechos orgánicos, de la construcción e industriales, por eso es importante poder generar estas instancias de conversación”, señaló Guillermo González, jefe de la Economía Circular del MMA.
En ese sentido, Rubén González, encargado de RCD de la Oficina de Economía Circular, invitó a los asistentes a hacerle seguimiento a estas temáticas: “tenemos que continuar trabajando juntos para abrir posibilidades a aquellos temas que son de su interés y que comulgan con lo que podamos hacer por la Estrategia de Residuos de Construcción y Demolición, por ejemplo, temas de la ley REP y cómo fomentar el uso de materiales reciclados en la construcción y reciclar sus residuos. Entablar conversaciones que abran posibilidades y compartamos intereses mutuos”.
Los asistentes de ambos talleres destacaron la importancia de seguir trabajando en los temas de sostenibilidad y economía circular desde sus propias experiencias, agradecieron este tipo de instancias a los organizadores.
El programa asume su segunda etapa con cambio de institucionalidad y con el logro de ser referente de temas estratégicos del sector.
El Consejo Directivo de Construye2025 llevado a cabo en diciembre estuvo marcado por ser el último de 2019 y el último del trienio. En ese contexto, el gerente Marcos Brito explicó los resultados obtenidos durante esta primera etapa y los desafíos que se están tomando para el próximo período.
Parte de ello pasó por enfocarse en lo que se estaba teniendo éxito y en las iniciativas de las que el programa se puede hacer cargo. Para ello, se priorizaron 10 iniciativas, de las 16 originales que asumió Construye2025.
Al momento de evaluar los primeros tres años de funcionamiento, “lo más importante fue haber posicionado la construcción industrializada, la construcción sustentable con la Hoja de Ruta de RCD y economía circular, y haber accionado estos grupos de trabajo y que tengamos proyectos ya funcionando”, a juicio de Brito.
Asimismo, “hemos logrado ser un referente estratégico para la edificación que plantea temas a largo plazo, gracias al equipo que tenemos detrás”, destacó el gerente.
Y esta etapa también ha significado un cambio para Corfo, entidad que impulsa el programa estratégico, “porque antes Corfo no se involucraba con los temas de construcción y hoy ya tenemos 140 proyectos apoyados por ellos en diferentes áreas que se han ido desarrollando en distintas categorías, aportando más de 25 mil millones de pesos en estas 140 iniciativas”, explica.
Dentro de los casos de éxitos a destacar, para el profesional han sido relevantes la conformación del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), que ya tiene su propio financiamiento y cerca de 30 socios con membresía, y la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular. Planbim tuvo un reconocimiento especial por los logros obtenidos explicados por su directora ejecutiva, Carolina Soto, quien se refirió a los avances en el Estándar BIM para Proyectos Públicos (lanzado en junio de este año), a la Matriz de Implementación BIM, y a las iniciativas e+BIM y Red BIM Latam, que estará presidida por Chile durante 2020.
Próximo trienio
La segunda etapa de implementación de Construye2025, también de tres años, tiene un objetivo general que está enfocado en una producción más sustentable, posicionando la industrialización, las tecnologías digitales, la economía circular y también la innovación, junto con el emprendimiento, por medio de una articulación y una coordinación co creada con la academia, propiciando iniciativas y pilotos de obra, aprovechando el poder de compra del Estado, siendo el principal cliente de la edificación.
Para ello, será muy relevante el proceso de institucionalización que está viviendo el programa, a través del cual el Instituto de la Construcción pasa a ser la entidad gestora. “Necesitamos posicionar el programa, buscar una institución donde alojarnos e impulsarnos con aún mayor fuerza, dar un paso más adelante. Siempre nos llamó la atención el Instituto de la Construcción, por varias similitudes en objetivos, gobernanza y en el propósito de ambas instituciones”, mencionó Brito.
De esta manera, ambas instancias podrían buscar aumentar recursos y consolidar un apoyo desde la industria. “El IC es una institución con más trayectoria y más robusta”, reconoció el gerente de Construye2025. En ese sentido, señaló que el IC no será una entidad solo administrativa, sino más bien es necesario “que nos podamos sentar a trabajar en conjunto para buscar importantes sinergias entre los dos”.
José Pedro Campos, director ejecutivo del Instituto de la Construcción, agradeció a Corfo por la confianza y el interés puesto en esta corporación de derecho privado para ser las entidad gestora de Construye2025. “Nos interesa mucho la convergencia con el programa, sus objetivos y su futuro, no solo administrar sus fondos”, confirmó.
Por lo mismo, los próximos pasos serán el traspaso de entidad gestora, generar una revisión de su gobernanza, así como presentar y designar a un nuevo presidente. Para ello, Vicente Domínguez, actual presidente, tomará el rol de asesor y Past President. Además, se integrará un nuevo profesional al equipo ejecutivo de Construye2025, quien será responsable de llevar el día a día de las operaciones del programa, sumándose a Gustavo Cortés, secretario técnico del IC, quien será el ejecutivo técnico a cargo del programa, por parte de la entidad gestora.
En el último Consejo Directivo de 2019 se dio la oportunidad de analizar distintos aspectos de la contingencia y los cambios necesarios en el rubro.
Si bien todos los sectores productivos se han visto afectados con la crisis social que vive Chile en la actualidad, es muy relevante identificar cómo las industrias pueden aportar en una solución para sacar adelante al país y reconstruir la confianza perdida en las instituciones.
Ese fue el mensaje central que marcó el último Consejo Directivo de Construye2025, el pasado viernes 6 de diciembre, en el que, además, se dio cuenta de los resultados del trabajo realizado durante 2019 en torno a la revisión de la hoja de ruta del programa impulsado por Corfo.
Marcos Brito, gerente del programa, también hizo énfasis en el especial momento que viven hoy: “Estamos cambiando de etapa y no nos queremos quedar afuera de la discusión de todo lo que estamos viviendo día a día con las familias, colegas y entorno, para poder tener nuestra propia idea de lo que podemos hacer sobre lo que está pasando”.
La encargada de presentar un análisis de la contingencia y hacer un llamado a reflexionar sobre la crisis social y cómo es posible hacer un aporte desde la construcción fue Helen Ipinza, asesora sectorial en construcción y logística en Corfo.
Para Elías Arce, CEO de ARA WorleyParsons y representante del Instituto de Ingenieros de Chile, todo este movimiento tiene relación con la falta de equidad. “Hasta hace dos meses atrás se hablaba del milagro chileno, el que se derrumbó y la razón fue la inequidad, se había avanzado mucho económicamente, pero no se habían solucionado los problemas de inequidad social”.
Tanto José Pedro Campos, director ejecutivo del Instituto de la Construcción, como Enrique Loeser, consejero de la Cámara Chilena de la Construcción y gerente general de Desarrollos Constructivos AXIS, coinciden en que se está viviendo un momento de total desconfianza. “Para que haya comunidad, es fundamental la confianza, y para ello, es necesaria la generación de confianza. Se desconfía del mundo público, privado, academia, etc. Estamos en momento enorme y de infinita desconfianza, que tiene múltiples fundamentos, quizás una de las tareas más importantes es cómo nosotros re constituimos la confianza”, reflexionó Campos.
Asimismo, Loeser confiesa ser más optimista, a pesar de reconocer que la crisis ha sido muy dura. “La desconfianza nos nubla la razón. En el caso de las inmobiliarias, si se hiciera un análisis de cuál era la calidad de una vivienda o departamentos de hace 20 años atrás y la comparamos con las de hoy: esta es mucho mejor, pero en el proceso de compra y venta se produce una desconfianza, en el que se pierde todo el avance que se ha logrado en confort y estándar de la vivienda que es muy importante”, complementó.
En el caso de Rodrigo Becerra, jefe de Vinculación con el Medio de la Escuela de Ingeniería en Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, tiene una relación cercana con los estudiantes, y cree que “hay un factor común relacionado con los jóvenes, lo que vimos en las primeras semanas, antes del 18 de octubre eran jóvenes, y los pocos que quedan hoy en las calles son jóvenes, ellos han estado antes, durante y después. No tienen miedo, estamos ante una generación que no solo no vio la dictadura, sino que no vio el crecimiento difícil de Chile de los 90. Si la respuesta que ha ofrecido el gobierno hasta ahora, va a ser la misma de siempre, no será exitoso”.
Reflexión desde la CChC
Luis Bass, representante de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el Consejo Directivo, comentó las conclusiones obtenidas desde el día de la reflexión por la seguridad, realizada el 5 de noviembre, instancia que debido a la contingencia, se abrió a analizar la crisis social. En total, se sumaron 1.327 empresas y 488.000, pudiendo identificarse “los principales dolores de los trabajadores, que eran temas de salud, endeudamiento, vivienda y pensiones”, de acuerdo con Bass.
Estas conversaciones continuaron desarrollándose entre la semana del 11 al 18 de noviembre, a partir de talleres en los que se abordaron los principales ámbitos reflejados por los trabajadores, incorporando a 400 socios y 4.000 trabajadores. Debido a este trabajo se generaron propuestas que fueron presentadas en el Consejo Nacional de la CChC, por lo que en la actualidad la entidad se encuentra “en la etapa de desarrollar programas e iniciativas vinculadas a esos dolores”, contó Bass.
Repensar el sector
En ese sentido, Marcos Brito, gerente de Construye2025, comentó a los asistentes que están frente al desafío de lograr dignificar el trabajo de la construcción, que los jóvenes quieran ser parte del sector y proyectarse laboralmente en éste.
Para Carolina Soto, directora ejecutiva de Plan BIM, hoy los jóvenes se ven más atraídos gracias a la digitalización del rubro, pero muchas veces no tienen tiempo para especializarse, porque deben trabajar. “Hay que mover a la digitalización a los maestros de la construcción, para que no se pierdan empleos con estos avances, tenemos que mirar qué se está haciendo afuera para hacer más atractivo el sector para los jóvenes”, consideró.
Desde el punto de vista de los trabajadores del sector, Raúl Letelier, gerente técnico del Centro de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales CECC SIMOC, ve desde más cerca la problemática que se está viviendo en la industria: “hay mucha desigualdad, tenemos compañeros que aún almuerzan en las plazas o que no tienen cómo llegar a sus puestos de trabajo, de qué me sirve certificarme si no mejora mi sueldo”. Por ello, opina que hay sus hijos no quieren estar en el sector de la construcción, porque ven las frustraciones de sus padres para llegar a fin de mes. “Hoy está la responsabilidad de poner énfasis en los problemas que la gente está viviendo”, insistió.
En tanto, para Alberto Anguita, jefe de la División de Edificación del Ministerio de Obras Públicas, “hoy hace falta analizar desde adentro, qué he hecho yo como institución para mejorar las condiciones. Las instituciones tenemos responsabilidad, nos ha faltado transmitir adecuadamente y de forma más amplia las cosas que se están haciendo, el sentido de lo que se está haciendo. Cómo logro que el trabajador de la obra diga y sienta que está construyendo una catedral y no picando piedras, ese es nuestro desafío”.
Desde el sentido humano, esto “nos llama a hacer cosas distintas”, aseguró Carlos Marambio, jefe de la División de Políticas Habitacionales del Minvu. En su momento, a juicio de Marambio, fue construir con un desarrollo sustentable, aprender a cuidar el medio ambiente y hoy los jóvenes tienen más incorporada esta conciencia ambiental. Por ello, de esta crisis se aprenderá mucho más rápidamente sobre un trato digno. “Tenemos que trabajar desde lo que cada uno hace, arreglar lo que yo hago, mi trabajo, cómo me relaciono mejor con el vecino, con quien trabaja conmigo”, opinó.
A juicio de Luis Bass, toda la revolución tecnológica y digital que comenzamos a vivir en las últimas décadas y este nivel de desarrollo del país hizo que nos alejáramos mucho como sociedad, que no hubieran espacios de conversación, por lo que “estas instancias como los Consejos Directivos de Construye2025, hoy son instancias virtuosas. Hoy muchas otras entidades, muchas otras personas se están mezclando, este es un grupo que se junta en torno al ámbito de la construcción, es virtuoso y tenemos que seguir fortaleciendo”. Ello contribuirá a generar un acercamiento entre los trabajadores y los líderes de las empresas, cree el gerente de Suministros de la CChC.
Luego de estos análisis, como reflexión final, Marcos Brito visibilizó la oportunidad que tienen hoy como programa para trabajar en los diferentes frentes, “el programa es un espacio de conversación, donde podemos aportar ideas y avanzar en temas puntuales, para lograr resultados de alto impacto en el sector”.
Asimismo, se hizo hincapié en la estrategia del valor compartido presentada por Helen Ipinza, mediante la cual se invita al mundo empresarial a renovar sus procesos y actividades de negocio, tomando en cuenta el entorno social en el que se desempeñan, sin sacrificar la búsqueda y obtención de utilidades, pero sí teniendo conciencia de las necesidades existentes y los beneficios que se pueden alcanzar, tanto en temas sociales y ambientales.
Por Marcos Brito, gerente de Construye2025
El Consejo de Construcción Industrializada (CCI) fue el resultado de un profundo análisis realizado por Construye2025 en torno a su iniciativa de hoja de ruta “Prefabricación e Industrialización de Viviendas”, la que luego pasó a integrar el “Plan de Industrialización y Construcción Limpia”, ampliando el concepto hacia la gestión de residuos de construcción y demolición, el desarrollo de marco normativo y el desarrollo de capital humano especializado.
A fines de 2016, se realizaron las primeras reuniones del Comité Gestor de Industrialización, del programa apoyado por Corfo, cuyo primer plan estratégico fue desarrollado durante 2017, pasando a llamarse tal como hasta ahora. Durante 2018, se eligió su primer directorio y se encargó a un equipo experto la profundización de un plan de acción para CCI, a través del cual se definieron sus comités, objetivos, imagen corporativa y primer borrador de estatutos, entre otros.
Ya en 2019, el CCI se consolidó en diversas actividades, participando en la 2ª EXPO Construcción Industrializada, el 3er Seminario Internacional de Construcción Industrializada, y en Enexpro-Edifica. Se encargó, además, la Secretaría Ejecutiva del Consejo a la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción, que asume el desafío de impulsar un modelo de sustentabilidad para que el CCI pueda operar en forma autónoma, contando con comités articulados de trabajo, herramientas de difusión propias y financiamiento para sus actividades.
Así, durante 2019, el CCI se consolidó como una institución independiente, con el gran desafío de impulsar la industrialización de un sector por largo años estancado en el crecimiento de su productividad.
Tanto Construye2025 como la CDT y los miembros del CCI, están convencidos de que la industrialización es un camino directo hacia un sector más productivo, en cuanto a la optimización de recursos, aceleración y cumplimiento de plazos, y con un notablemente mejor control de gastos de obra. Asimismo, representa una oportunidad para aminorar el impacto de los procesos de edificación en el entorno en que se emplazan, disminuyendo residuos, ruidos y emisión de contaminantes directos en obra. Por lo mismo, es que ya cuenta con más de 30 miembros formales, incluyendo importantes entidades patrocinadoras como son la CChC, Minvu, Corfo, AOA, CDT y algunas universidades, entre otras.
A partir de 2020, el CCI tiene el desafío de implementar acciones directas que permitan acelerar el proceso de cambio de paradigma en Chile hacia una producción industrial de edificaciones, poniendo foco en las constructoras, para que se integren hacia nuevos sistemas de diseño, planificación y gestión de proyectos, con procesos productivos secuenciales, bajo mano de obra especializada. Para este propósito, contará con grupos de trabajo integrados por sus propios miembros, para trabajar en iniciativas y acciones que promuevan mejoras en productividad, en iniciativas que vinculen a los actores de la cadena de valor e iniciativas que permitan difundir y comunicar casos de éxito y aprendizajes, para que otros también se vayan integrando a estas alternativas de mejora.
Por otra parte, Chile ha venido presentando diversos casos de manufactura avanzada en edificación, logrando producir elementos para la prefabricación de componentes y volúmenes de edificación con un alto grado de sofisticación. Esto, además, en distintas materialidades e incluso combinando hormigón, madera y acero.
Estas soluciones constructivas ofrecen diversas mejoras en productividad, seguridad y rapidez, que permiten hacer significativamente más eficientes las obras a la hora de evaluar sus resultados finales. Esta oferta también está en manos del CCI, habiendo ya varios de sus principales exponentes entre sus filas. Es, por tanto, un objetivo no solo promover y expandir el uso de estas soluciones, sino que además apoyar que se siga desarrollando tecnología e innovación en los procesos productivos de edificación en Chile.
En consecuencia, siempre con el apoyo de Construye2025, el CCI buscará -entre otros- disminuir barreras de entrada para sistemas industrializados, tanto en obra privada como pública, apoyar el desarrollo de pilotos de edificación pública industrializada y buscar alternativas de mejora para la vivienda y otras edificaciones de mayor envergadura, especialmente cuando se hace urgente mejorar los procesos de edificación pública, para poder avanzar de manera rápida hacia una infraestructura de calidad en servicios tan importantes como la salud y educación.
El CCI es una iniciativa impulsada por Construye2025, pero que hoy cuenta con un respaldo transversal del sector para avanzar hacia procesos más eficientes y de mejor calidad para el usuario final, siendo su financiamiento y operación autónomos, y sus metas cada vez más ambiciosas. Y daremos la bienvenida al 2020, como un año importante para la puesta en marcha de iniciativas y proyectos que hagan de esta una institución relevante y referente para este importante sector de nuestra economía.
Construye2025 ha terminado exitosamente una primera etapa y se apresta a iniciar un segundo proceso de trabajo en pos de la productividad y sustentabilidad en la industria. Esta vez con el apoyo del Instituto de la Construcción.
La construcción en Chile es una industria poco productiva y ha estado estancada durante más de 20 años. “Los indicadores de productividad e innovación en la industria de la construcción señalan que el sector, en estas materias, está prácticamente estancado desde hace bastante tiempo”, ratifica Miguel Pérez, presidente del Instituto de la Construcción.
Y es con ese desafío que en 2016, Construye2025, a través del impulso de Corfo, asumió la tarea de trabajar desde distintas áreas para mejorar este escenario.
Hoy, tres años después y habiéndose cumplido la primera etapa de este programa estratégico de Corfo, algunas voces del sector consideran que el rubro ha cambiado. Si bien lo ha hecho de manera puntual, “se percibe que el sector ha entendido y enfrentado sus brechas, buscando poder cerrarlas en el mediano plazo. Varias empresas privadas ya han implementado cambios estructurales a nivel organizacional y mejoras en sus sistemas productivos, habiendo, además, más información disponible para acceder a nueva tecnología”, a juicio de Marcos Brito, gerente de Construye2025.
A través de “acciones como las del Construye2025, de Planbim, de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), las universidades y otras instituciones, la industria ha empezado a visualizar que tiene estos problemas y que debe mejorar, que hay que incorporar digitalización e innovación”, comenta Carolina Soto, directora ejecutiva de Planbim.
Indudablemente hay casos especiales, de acuerdo con Miguel Pérez, pero si se analiza cómo ha evolucionado esta industria en la mayoría de los países más desarrollados, también se ve un efecto marginal de crecimiento en comparación con otras actividades económicas. “Lo anterior, genera un especial y gran desafío para llevar adelante la transformación de esta industria, buscando el cumplimiento de los objetivos planteados, por lo que se hace cada vez más necesario y relevante que todos los actores, de manera coordinada, confluyan en un esfuerzo conjunto para así producir cambios cuantitativos importantes”, complementa el presidente del IC.
Y es que “los cambios son muy lentos”, a juicio de Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu). “Se requiere fortalecer la profesionalización de la mano de obra por medio de la promoción de la certificación de roles y experiencia, y que esto se vea reflejado en beneficios para los trabajadores”, considera la autoridad.
Desde Corfo, son dos los principales cambios que visualizan. El primero dice relación, precisamente, con la toma de conciencia de más actores. “Lo primero que ocurre en estos procesos cuando avanzan correctamente, es que la conciencia respecto a las brechas que tenemos que cerrar en el propósito a largo plazo, empieza a ser de verdad convergente y común no solamente con un pequeño grupo de actores, sino para la industria en su conjunto, incluyendo al sector público, en este caso, y eso lo fuimos logrando”, analiza Carlos Ladrix, director de los Programas Estratégicos de Corfo.
Y el segundo es que en torno a los procesos de innovación, se ha ido formando una masa crítica de empresas y de instituciones públicas, “que creen tempranamente en esto y van formando grupos de trabajo más especializados, financiando iniciativas de manera conjunta”, explica.
El rol de Construye2025
Para Vicente Domínguez, presidente del Consejo Directivo de Construye2025, el sector ha cambiado sí o sí. La importación de materiales y distintas innovaciones ha permitido mejorar la edificación y las normas son mucho más estrictas en aspectos como estructuras, confort térmico, elementos sanitarios, entre otros, lo que también permite una superación, de acuerdo con Domínguez.
Sin embargo, “hay áreas como son los procesos, la elaboración de los proyectos, el manejo de residuos, etc., que están muy retrasadas en comparación con los mercados internacionales, entonces creo que ahí hay que hacer un esfuerzo mucho mayor”, visualiza.
Y, en ese sentido, para Domínguez el programa es un incentivo para “apoyar, abrir puertas, superar brechas, pero el sector viene cambiando”, aunque sí reconoce que hay que acelerar la dinámica del cambio.
A pesar de que a Corfo le habría gustado alcanzar a más miembros del sector privado en esta primera etapa, hoy ven “con claridad que hay empresas que incluso antes del programa eran bastante líderes y ahora toman más protagonismo y comienzan a liderar grupos, como el Consejo de Construcción Industrializada, un gran logro del programa. Son empresas más innovadoras, pero hoy no están solas, han ido armando una red de trabajo más poderosa”, de acuerdo con Carlos Ladrix.
Nueva casa
Como precisa Vicente Domínguez, hace bastante tiempo él vio una convergencia natural entre el Instituto de la Construcción y Construye2025. “Este programa tiene la impronta de Corfo, que es la entidad pública que ha luchado por el desarrollo empresarial y ha sido un valuarte del Estado en relación al mundo productivo. En ese sentido, tiene un carnet bastante positivo, entonces si es Corfo más el Instituto de la Construcción y con el apoyo de la CChC, no le veo alternativas de fracaso, le veo un camino muy virtuoso”, manifiesta.
Es por ello que “esperamos que el Instituto nos ayude a articular aún mejor a nuestra gobernanza, dotando y atrayendo nuevos socios, convenciendo al MOP, al Minvu, a actores públicos, que acá el esfuerzo público privado da frutos levantando iniciativas”, afirma el ejecutivo Corfo.
Y es precisamente el aporte que ven desde el mismo IC: “Indudablemente tendremos la capacidad de aglutinar y coordinar todos los esfuerzos que se están desarrollando en materias de productividad, sostenibilidad e innovación, con ello ganaremos en eficiencia y eficacia para lograr los objetivos del programa, con el propósito, en definitiva, de aportar a la calidad de vida de los habitantes de nuestro país”, asegura Pérez.
Lo que viene
Lo que se viene para la segunda etapa del programa es la generación de productos y resultados que puedan ser medibles en su impacto en el sector. “Movilizar la industria a través de un plan estratégico que pone énfasis en el poder de compra estatal, para traccionar a los privados hacia una construcción más eficiente y limpia”, dice Marcos Brito.
Asimismo, para Erwin Navarrete es necesario “seguir consolidando las líneas de industrialización y gestión sustentable de residuos, con eso están haciendo un gran aporte a la incorporación de economía circular en el sector”.
Una opinión similar entrega Vicente Domínguez, quien considera relevante mantener el desarrollo de las iniciativas actuales: “Sería absurdo, por ejemplo, en el caso de Planbim, decir hasta acá llegamos, ya que aún falta una etapa grande por consolidar, el impacto de Planbim en la mejora de la productividad. Ni hablar en construcción industrializada, lo que se está haciendo en medio ambiente, con residuos, todavía estamos en niveles primarios del proceso, faltan muchas etapas”.
En ese sentido, para el presidente del Comité Directivo de Construye2025, los próximos tres años deberían ser “la consolidación de muchos de estos programas, y probablemente emerjan otros, que complementen esta mirada y la posibilidad de superar la productividad”.
Desde Planbim, Carolina Soto sostiene que un desafío constante para el programa es “lograr articular y sentar a la mesa incluso a más actores y lograr reincorporar al DOM en Línea”. Por ello, es necesario analizar cómo desde el Construye2025 y desde la industria se apoyará ese proyecto y “cómo se van a cruzar las distintas iniciativas que se están impulsando con los beneficios y las ventajas que va a generar el DOM en Línea, cómo también hacemos que la mayor eficiencia que nos va a dar a todos el DOM en Línea en la industria nos ayude a mejorar otros procesos que van de la mano con procesos de permisos de edificación”, opina Soto.
Y también se abre un nuevo escenario a nivel país. “Las dinámicas sociales que quedaron en evidencia a propósito del conflicto social que se gatillo después del 18 de octubre, creo que apelan a la industria de la construcción que tiene mucho que aportar para poder resolver en parte estas demandas”, analiza Carlos Ladrix.
Por ello, cree necesario “imaginar hoy qué hacer para poder resolver rápidamente el déficit de vivienda social, los temas de construcción industrializada pueden ayudar, pero de la mano del mandante público, tenemos que articularlo bien con el mismo, para construir más rápido, de mejor calidad, de manera más digna, a costo razonable y generando empleo de calidad también, sin duda los desafíos van un poco por allí”.
A juicio de Miguel Pérez, uno de los “desafíos importantes es consensuar en todos los actores de esta importante industria del país, una hoja de ruta general y única para enfocarse en los distintos aspectos sobre los que hay que innovar. Para así ir logrando mejoras sistemáticas e importante en los aspectos fundamentales de productividad y sostenibilidad”.
Y pese a lo lento que ha sido históricamente introducir los cambios de paradigmas en la industria, es importante que “se comiencen a masificar procesos productivos industrializados en la construcción en su amplio significado; integrando modelos de gestión eficiente, capital humano especializado, manufactura avanzada y la gestión integral de recursos”, comenta Brito.
Y esa es precisamente la visión desde Corfo: “es una industria que ha venido muy preocupada con temas de productividad y sustentabilidad; ese camino no lo puede abandonar, pero tiene que ser muy aliado también de una agenda social que va requerir justamente de esos mismos atributos: productividad y sustentabilidad”, plantea el ejecutivo de Corfo.
José Pablo Undurraga, gerente del Programa Madera Alto Valor de Corfo.
Vivimos una etapa de cambios en la industria de la construcción, donde cada vez es más recurrente escuchar los conceptos de productividad y sustentabilidad, como las directrices a seguir para mejorar los estándares de un sector que ha disminuido su competitividad en los últimos años, y que tiene un desafío creciente por demanda de viviendas que atiendan el crecimiento de la población, la mejora en calidad de vida y la migración a las ciudades.
Este escenario se alinea con la tendencia mundial del reposicionamiento de la madera en la construcción, por sus atributos en: secuestro de carbono, menor impacto en el ciclo de vida de los materiales y su disposición final. Asimismo, los profesionales de la arquitectura, diseño, ingeniería y especialidades ya lo advierten, y sólo esperan ver qué más viene en sistemas constructivos avanzados, de rápido montaje, y alto desempeño.
Producto de lo anterior, se advierte un cambio de percepción en los profesionales cada vez más sensibilizados: algunos se mueven por la pasión por la madera, junto a la nueva tendencia del desempeño y la calidad, en tanto otros se mueven por la razón cuando evalúan costo-desempeño. Este trade off llegó para quedarse en la mente de los arquitectos, y está permeando a los consumidores que buscan vivir la experiencia de la madera en sus espacios.
Esta es la oportunidad que venimos gatillando desde Corfo por medio de sus programas integrados: Construye2025, @ChileTimber Madera Alto Valor y Plan BIM, a través de los cuales se ha pretendido activar el ecosistema de la madera en la construcción mediante: inversión en obras icónicas, normativa en madera, e incentivar la inversión pública para edificación en madera –viviendas sociales, jardines infantiles, escuelas modulares, y la última decisión, apoyar el diseño de un edificio de cinco y más pisos en madera-. Esto viene acompañado de la activación de la industria “aguas arriba” para que la cadena productiva pueda agregar “valor” desde el bosque hasta la prefabricación y montaje de viviendas o infraestructura.
Chile posee todas las capacidades y están presentes los actores requeridos para activar en forma seria y constante la demanda por edificación en madera. Sólo falta hacer esfuerzos para asegurar encadenamientos productivos por zonas y el abastecimiento de madera estructural –desafío para la pyme maderera en alianza con la gran empresa-, que permitan cumplir con la exigencia y estándar para los sistemas constructivos intensivos en madera.
El cambio de percepción al uso de la madera y su nexo con el valor es el que nuestro sector debe leer, y aprovechar como una suma de negocios de nicho para un mercado en crecimiento. En esta oportunidad, la seguiremos apoyando de la mano de @ChileTimber con el liderazgo de los gremios madereros, que mueven los negocios del sector donde la construcción tiene un espacio relevante. Los invitamos a ser parte de esta nueva etapa que estamos construyendo para reposicionar la madera en la construcción, en la cual Corfo por medio de sus programas Transforma está haciendo un cambio real para la industria.
El gran potencial que tiene este material en Chile será discutido en un seminario, en el marco de Semana de la Madera 2019, en el que estará presente Construye2025.
Los desafíos globales en materia medioambiental, demográfica, laboral y digital, entre otros, ofrecen grandes oportunidades para dinamizar la industria nacional y, en particular, la de la construcción en madera tiene un importante potencial y grandes oportunidades para capturar el valor que proviene del actual escenario global, entregando soluciones disruptivas que respondan ampliamente a las exigencias en materia de desarrollo sostenible.
Con el objetivo de generar un espacio de discusión con la industria acerca de los avances, desafíos y oportunidades, Madera21 de Corma; el Comité de Transformación Digital de Corfo, con su Programa Estratégico Manufactura Avanzada 4.0; el Programa Estratégico Madera Alto Valor y Construye2025, invitan al Seminario “Manufactura Avanzada, Oportunidades para la Industria de la Construcción en Madera”, que además contará con la participación de importantes representantes de la industria, tales como Tecnofast y E2E, quienes compartirán su visión estratégica sobre la temática propuesta.
Durante el seminario, se llevará a cabo el lanzamiento del estudio “Oportunidades de Manufactura Avanzada para la Industria de la Construcción en Madera”, contando con la presentación de Frane Zilic, director de Polomadera de la Universidad de Concepción, quien también participará en el conversatorio a realizar, oportunidad en la que un panel de expertos entregará su mirada sobre la industria, desde diferentes ángulos.
Para finalizar la actividad, se realizará un cóctel de networking, donde los asistentes podrán compartir con los ejecutivos y expositores.
Fecha: 05 de septiembre de 2019.
Hora: 17:15 a 19:15 hrs.
Lugar: Sala C1 del GAM – Av Libertador Bernardo O’Higgins 227, Santiago.
Inscripciones: www.semanadelamadera.cl
En los últimos dos años, se han certificado más de 6 mil trabajadores en el sector construcción, demostrando el valor real de la herramienta en los sectores productivos.
Los trabajadores de todos los sectores productivos son una pieza clave para el desarrollo y la productividad del país y, por lo tanto, su preparación en el nuevo contexto del mercado laboral es fundamental. “La OIT dice claramente en el Informe de la Comisión Mundial Sobre el Futuro del Trabajo: “Trabajar Para un Futuro Más Prometedor”, que los avances tecnológicos marcados por la automatización y la Robótica generarán nuevos puestos de trabajo y quienes tiene más posibilidades de perder sus trabajos son quienes estén menos preparados para aprovechar las nuevas oportunidades”, señala Francisco Silva, secretario ejecutivo de ChileValora.
Es por ello que desde ChileValora, “asumimos nuestro rol articulador entre el mundo laboral y el de la formación, recogiendo las necesidades de los sectores productivos y generando estándares que permitan reconocer las competencias de los trabajadores en distintos oficios, detectar brechas y, por tanto, orientar su capacitación para reforzar aquellas habilidades que realmente se requieren, promoviendo la formación a lo largo de la vida”, comenta el secretario ejecutivo.
En ese sentido, la certificación y capacitación se han vuelto cada vez más importantes para las empresas y los trabajadores y así lo demuestran las cifras. Si en 2010 se lograron poco más de 550 certificaciones, solo en los últimos dos años se han certificado más de 6 mil trabajadores en el sector construcción, según cifras de ChileValora. “Y eso nos indica que existe una real valoración por el certificado, particularmente en los subsectores de edificación e instalaciones eléctricas, de gas y climatización”, dice Francisco Silva.
Y agrega: “La participación de ChileValora en el programa Construye2025, impulsado por Corfo, ha permitido poner a disposición nuestra metodología, para el levantamiento de perfiles, planes formativos, mapas de procesos y para la nivelación en base al Marco de Cualificaciones Técnico Profesional, entre otros aspectos”.
¿Cómo evaluaría usted los avances de la certificación en el sector?
Hay señales muy importantes que nos permiten asegurar que la formación a los trabajadores del sector es un tema relevante para la industria. En primer lugar, el compromiso y trabajo permanente del Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL), constituido en el 2012, conformado por representantes de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), de sindicatos, empresas y de la academia del sector, que no solo han sido parte de los proyectos de levantamiento de perfiles ocupacionales de la construcción, sino que además, han promovido e impulsado procesos de evaluación y certificación de trabajadores.
En este sentido, la CChC, a través de la Escuela Tecnológica de la Construcción (ETC), ha ejecutado un Plan de Formación en Oficios que permite optar a la certificación de competencias laborales y, por otra parte, la Corporación Educacional de la Construcción (COREDUC), ha impulsado la certificación de técnicos egresados de sus liceos y ha comprometido para los próximos años ampliar las especialidades de certificación.
Debemos considerar también nuestra participación en Construye2025, que es una muestra de la relevancia que la certificación tiene para el sector construcción. A través de esta instancia, hemos logrado articular el uso de los perfiles ocupacionales, planes formativos y rutas formativo laboral con las que cuenta el sistema en el cierre de brecha de capital humano, identificadas en la hoja de ruta del programa.
¿Cuáles son los beneficios y ganancias de usar el marco de cualificación y la certificación?
La certificación de competencias no solo permite reconocer las habilidades, conocimientos y conductas de los trabajadores, sino que constituye una herramienta importante para conducir la capacitación y darle pertinencia a la formación laboral.
Un marco de cualificaciones organiza los aprendizajes en niveles, de acuerdo a su complejidad y autonomía, de manera que el trabajador puede ir avanzando de nivel en la medida en que se prepara para ello, esto facilita el desarrollo de trayectorias laborales de las personas y puede promover el reconocimiento de aprendizajes previos a través de la certificación de competencias.
Por ejemplo, en el caso del Marco de Cualificaciones Técnico Profesional recientemente lanzado por el Ministerio de Educación, se entrega información importante a los sectores productivos respecto de los tipos de competencias que se encuentran disponibles en el mundo del trabajo y la oferta de las instituciones formativas, la que, a su vez, debiera estar más sintonizada a las necesidades sectoriales. En el mismo sentido, el Consejo de Competencias Laborales para la Construcción anunciado este año, orientará su quehacer en articular a los actores relevantes del mundo público y privado para promover la formación de trabajadores en lo que la industria requiere, tomando en consideración los cambios tecnológicos que se están produciendo.
Seminario Formación en Construcción
Para presentar el sistema formativo basado en los perfiles ocupacionales identificados por el sector (catálogo ChileValora), alineado con el Marco de Cualificación Técnico Profesional, Construye2025, en conjunto con ChileValora y Sence, invita al Seminario “Formación en Construcción”, patrocinado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
La evaluación de competencias da pertinencia a la capacitación para el cierre de brechas y permite reconocer a los trabajadores competentes con la certificación en oficios, favoreciendo así la especialización de los trabajadores en uno o más oficios y aumentando la capacidad productiva del sector.
El Seminario Formación en Construcción contará con la participación de la CChC; Francisco Silva, secretario ejecutivo de ChileValora; Juan Manuel Santa Cruz, director de Sence; Martín Contreras, gerente general de Sigdo Koppers Capacitación, y Lorenzo Constans, presidente de la Mutual de Seguridad. En la moderación, estará Gabriela Navarro, directora del Programa de Formación Técnico Profesional de Fundación Chile.
La actividad se llevará a cabo el miércoles de septiembre, en el Auditorio de la CChC (Av. Apoquindo 6750, Las Condes), a partir de las 8:30 horas. Los interesados pueden inscribirse en este link: https://forms.gle/KwTKvc1FKqjgf7B67
La actividad se realizará el 11 de septiembre, con el apoyo de la CChC, Sence y ChileValora.
Las deficiencias de capital humano continúan siendo la brecha número uno en el sector construcción y uno de los factores importantes que afecta directamente la productividad. Por ello, una de las principales labores de Construye2025, programa estratégico de Corfo, es mejorar la productividad, pero no sólo va de la mano de la tecnología y la innovación, sino que de una mejora en la preparación del capital humano de una organización.
En este contexto, Construye2025 está organizando su primer Seminario “Formación en Construcción”, en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y ChileValora, Comisión Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, con el objetivo de presentar el sistema formativo basado en la evaluación de competencias por perfiles ocupacionales, la capacitación para el cierre de brechas y la certificación en oficio e instalar la importancia que tiene para el sector este sistema alineado con el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional.
“Presentar a todos los actores alineados con este sistema y el trabajo realizado hasta la fecha serán clave para generar confianza en el sector privado, que tendría un rol clave en el uso de este sistema por su acceso a la utilización de recursos públicos como franquicia tributaria”, señala Joaquín Díaz, coordinador de formación de Construye2025.
Y es que el desarrollo del capital humano “es una de las principales herramienta con la que la empresa puede mejorar la capacidad productiva de sus colaboradores, junto con motivarlos y estimularlos a lograr su mejor rendimiento, sentando el compromiso e interés mutuo en las bases de la relación laboral”, afirma Díaz.
El Seminario Formación en Construcción contará con la participación de Patricio Donoso, presidente de la CChC; Francisco Silva, director ejecutivo de ChileValora; Juan Manuel Santa Cruz, director de Sence; y Martín Contreras, gerente general de Sigdo Koppers Capacitación, entre otros.
La actividad se llevará a cabo el miércoles 11 de septiembre, en el Auditorio de la CChC (Av. Apoquindo 6750, Las Condes), a partir de las 8:30 horas.
Inscripciones aquí.
Por Marcos Brito, gerente de Construye2025
Lamentablemente para el país, este mes las cifras sobre el Imacec fueron menos que estelares. Es en momentos como este, cuando se vuelve urgente acelerar procesos de cambio y mejora para la industria, echando mano a soluciones que de otro modo sería más difícil adoptar, buscando así alternativas más eficientes de trabajo, de menor riesgo y con resultados a la vista en economías industrializadas.
Es así como la construcción industrializada, cuya masificación está entre las iniciativas estratégicas de Construye2025, aparece como una buena idea desde el momento en que se consideran sus beneficios. A saber, en 2018 el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) creado por este programa estratégico de Corfo, desarrolló un estudio que analizó tres obras. Dos de ellas eran prefabricadas -con tecnología de paneles de hormigón y madera, respectivamente- versus una hecha con albañilería tradicional. Fue ahí que vimos que hay beneficios importantes en relación con el efectivo cumplimiento de plazos, además de calidad y mayor eficiencia en la mano de obra.
Las cifras son contundentes y hablan por sí solas. Al comparar, en las obras que utilizaron la construcción hubo un 92% de reducción horas hombre de ajustes de calidad, 76% menos en tiempo efectivo para la construcción y 13% menos en costos directos de fabricación de obra gruesa. Para coronar esto, hubo tres veces menos generación de residuos.
Es tomando en cuenta seriamente estos datos que la industria puede considerar hoy la debilidad económica del país como una oportunidad para dar un golpe de timón y cambiar el paradigma actual, el mismo que la mantiene con una productividad de la edificación que lleva estancada dos décadas. Algo que, si logra igualar la tasa de crecimiento agregada de la economía local, traería enormes resultados positivos: podría aumentar el PIB nacional en torno a un 2% (Clapes UC, 2018).
Ciertamente, no se trata de un salto fácil de dar. Esto, debido a que aún se suele equiparar la idea de construcción industrializada con viviendas prefabricadas de emergencia, minimizando así su verdadero alcance y potencial. Es por eso que el trabajo al que Construye2025 dio pie en 2016 con su “Plan de Industrialización y Construcción Limpia”, se hace tan importante hoy. El país necesita reforzar sus lazos con este sistema constructivo fomentando el desarrollo y utilización de soluciones industrializadas en la edificación local, a través de la estandarización de componentes, además de la especialización del capital humano y la siempre urgente necesidad de bajar los niveles de generación de residuos de la construcción.
Finalmente, esto trae bondades tanto económicas, de eficiencia, calidad y de menor impacto ambiental, como de abrazar la innovación y lo que implica eso en términos de mejor productividad y reputación para el sector.
El programa impulsado por Corfo dio a conocer esta nueva plataforma online que busca entregar mayor información sobre la gestión sustentable de los residuos de la construcción y demolición en el marco de una economía circular.
En el mundo, la construcción es responsable del 35% de los residuos sólidos. En Chile, la falta de información sobre la generación de residuos de la construcción y demolición (RCD) es una de las tantas brechas, así como el fortalecimiento de la cadena de valor de la economía circular en construcción. Y esto es algo que busca subsanar el sitio dedicado a RCD que Construye2025 acaba de estrenar.
La coordinadora técnica de Construye2025 a cargo de la iniciativa, Alejandra Tapia, explica que el sitio web tiene como fin “acercar a la industria esta estrategia multisectorial que busca promover la gestión de RCD bajo el foco de la economía circular”. Por lo tanto, agrega la arquitecta, “su objetivo es poner a disposición un espacio para tomar conciencia de la problemática de los RCD, y las consecuencias de una economía lineal basada en la extracción de recursos, uso y posterior eliminación, la cual muchas veces es inadecuada”.
De esta manera, los usuarios podrán encontrar información interesante y útil a través de casos, entrevistas y buenas prácticas sobre cómo gestionar correctamente estos residuos. Además, el sitio constituye una plataforma para conocer el desarrollo de una hoja de ruta para la Gestión Sustentable RCD como parte del acercamiento a una economía circular. Esta iniciativa es liderada por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y Construye2025.
En http://construye2025.cl/rcd/ se darán a conocer casos de constructoras que han obtenido importantes beneficios en productividad y sustentabilidad en su gestión, entrevistas, información sobre investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) que se está realizando en Chile en base al reciclaje de materiales y fabricación de nuevos productos, e iniciativas públicas que tienen relación con la economía circular. La plataforma web también contendrá información de mercado sobre empresas dedicadas a esto, información sobre el marco regulatorio chileno para su gestión y presentaciones de expertos que han participado en seminarios de la temática.
La economía circular busca optimizar los recursos mejorando la sustentabilidad, productividad y competitividad de las empresas, así como también impulsar la innovación para la creación de modelos de negocios y servicios que disminuyan la extracción de recursos, constituyendo una oportunidad para ampliar la base de la economía del país.
Si bien se propone un cambio de paradigma, “estamos abordando la gestión de los RCD como una oportunidad para desarrollar una economía circular, más sustentable, donde no existen residuos, todo se aprovecha para nuevos productos y ciclos”, sostiene Tapia.
Sumado al trabajo de la gestión de los RCD y economía circular, las otras grandes áreas de Construye2025 están dedicadas a la construcción industrializada y la certificación del capital humano de la industria de la construcción local.
PROGRAMA CONSentido, impulsado por la Corporación de Desarrollo Tecnológico, CDT, de la Cámara Chilena de la Construcción, busca introducir y dirigir a las empresas del sector hacia el nuevo paradigma de “Economía Circular”.
El martes 12 se realizó la presentación del Programa CONSentido, iniciativa impulsada por la CDT, que busca encaminar a empresas del sector hacia el nuevo paradigma de economía circular.
Este programa nace a partir de las conclusiones del estudio “Diagnóstico del Manejo de Residuos en Construcción” realizado por CDT en 2017 por encargo del Programa Construye2025, que se enfocó en el sector residencial de la Región Metropolitana y que identificó las brechas claves a trabajar en esta temática, tanto del manejo interno de residuos en obra, como en los eslabones del ecosistema puerta afuera.
A partir de ello, en directa relación con la industria y el manejo de residuos en obra, se concluyó que alrededor del 60% de las empresas consultadas no conocían la normativa específica a la gestión de residuos. Por otra parte, otro ítem crítico tiene que ver con la inexistencia de protocolos de trabajo, programas de capacitación y herramientas que permitan caracterizar y cuantificar los residuos generados.
De este modo, el sector no poseería indicadores de generación de metros cúbicos de residuo por metros cuadrados construidos y costos asociados al manejo, traslado, acopio de residuos dentro la obra, según la etapa en que se encuentre.
En consecuencia, del estudio se identificó que aún no se han visibilizado las posibilidades de trabajo conjunto con actores como gestores de residuos, municipios, proveedores de materiales, entre otros. Articulaciones que facilitarían el desarrollo de un sistema de producción lineal a uno circular y más efectivo respecto del uso de materiales.
Programa
En respuesta a este contexto surge el Programa CONSentido que tiene como principal objetivo el articular un grupo de colaboración dispuesto a generar información, estandarizar procedimientos, capacitar e innovar, con el compromiso de aportar al sector y contribuir a la Hoja de Ruta de Economía Circular a nivel País.
Desde ahí, su compromiso es dar bajada de los temas estratégicos, al día día de las empresas de construcción y proveedores de materiales, brindando conocimientos, instalando capacidades y herramientas aplicables.
De este modo, el programa busca cerrar círculos entre eslabones de la cadena, inicialmente, proyectistas, proveedores de materiales, y empresas constructoras, con el fin de avanzar en soluciones concretas enfocadas a la economía circular.
Este año, el programa CONSentido pretende dar los primeros pasos para generar un cambio de paradigma respecto a la generación y manejo de los residuos, dándole un enfoque socioambiental y de responsabilidad extendida al generador de los mismos. Enfoque que trasciende los diferentes espacios físicos de desarrollo personal (espacios laborales, el hogar, actividades en el espacio público, etc.). Para ello, priorizo proyectos de alcance masivo, como la generación de contenido técnico que apoye el mejoramiento de la gestión de los residuos; campañas de difusión y sensibilización al sector y con el municipio; misiones tecnológicas y desarrollo de pilotos 1 a 1 para soluciones puntuales. La mirada del Programa es a mediano y largo plazo y su intensión de crecer el próximo año y expandirse a regiones con todas las actividades.
TALLERES
Una de las iniciativas principales del programa son los “Talleres de fortalecimiento de capacidades en gestión de residuos en obra”, dirigido a profesionales y trabajadores de la construcción.
Los Talleres CONSentido, son parte de un proyecto Social de la Cámara Chilena de la Construcción y buscan fortalecer capacidades vinculadas a la gestión de residuos sólidos generados en obra (subsector edificación), a través de talleres formativos dirigidos a profesionales y trabajadores que son parte del manejo de residuos dentro la obra.
Los Talleres se realizarán durante 2019 a partir de un enfoque de “experiencia piloto” abordando los siguientes objetivos:
· Entregar nuevas competencias.
· Dar un sentido ambiental al capital humano/social de la construcción.
· Generar herramientas que permitan el registro de los residuos.
· Abrir las buenas prácticas de manejo de residuos desde el sector de la construcción hacia la comunidad de la cual, de manera temporal, forman parte y ocupan el territorio.
· Cambiar de mentalidad de “residuos a producto”, abriendo alternativas de innovación o nuevas fuentes de trabajo entorno al reciclaje.
El alcance del proyecto piloto es el siguiente:
· Territorial: Región Metropolitana.
· Total de beneficiarios: 1000 trabajadores de la construcción, actores relacionados directamente con el manejo de residuos.
· Talleres: Total de 50 talleres, máximo de 3 por empresa constructora (diferentes obras), cupo de 20 personas por taller.
· Periodo: Los talleres se impartirán desde mayo a noviembre del 2019.
Para el desarrollo del Proyecto la CDT realizo una alianza estratégica con la Fundación Basura, quienes tienen como propósito generar instancias para conectar y compartir la Cultura Basura Cero a través de una visión integral y reflexiva, recuperando el equilibrio en las relaciones sociales con el entorno y que ya realizaron intervenciones en el sector construcción.
Fuente: Comunicado de prensa
La capacitación se presenta como la pieza clave para avanzar hacia la especialización y productividad de los trabajadores: permite identificar lo que cada trabajador domina y lo que necesita aprender, dando pertinencia a la capacitación.
Marcos Brito, gerente de Construye2025
“Hacer lo mismo esperando resultados distintos”, fue descrito por Einstein como una “mala estrategia”. Ha llegado el momento de intentar un camino distinto en formación para mejorar la productividad.
No hay duda de que existe voluntad de avanzar en productividad y sustentabilidad. Prueba de esto es la existencia de Construye2025, programa estratégico impulsado por Corfo para enfrentar los desafíos del sector en productividad y sustentabilidad.
El Día del Maestro Obrero Constructor es una excelente instancia para presentar los avances en desarrollo de capital humano. En este contexto, ChileValora, creada por los ministerios de Educación y Trabajo, ha desarrollado un marco de cualificación para el sector construcción con la participación activa de la asociación gremial (CChC).
La certificación se presenta como la pieza clave para avanzar hacia la especialización y productividad de los trabajadores: permite identificar lo que cada trabajador domina y lo que necesita aprender, dando pertinencia a la capacitación. Así se optimizan los recursos enseñando sólo lo que cada uno necesita aprender.
Hoy se está certificando trabajadores en oficios, midiendo las brechas por capacitar, y se está desarrollando una oferta formativa orientada al cierre de las mismas, liderados por la Escuela Tecnológica de la Construcción (ETC) de la CChC, con su Escuela de Oficios y su Programa de Formación en Obra.
Este sistema no es un invento local, sino que ya demostró ser muy exitoso en países desarrollados. Han sido años de trabajo conjunto entre trabajadores, sector público y sector privado, identificando mapas de procesos y validando con mesas técnicas, para llegar a poblar el catálogo de ChileValora con perfiles que ya dan cuenta de la mayoría de los oficios del sector construcción.
El desafío es dar el paso a un nuevo sistema y usar la certificación primero y la capacitación después, cuando se necesite. Entender que la certificación no es simplemente el diploma al cierre de un curso, sino la mayor herramienta de gestión de capital humano.
Seguros del potencial de esta herramienta, tanto en optimizar recursos de formación como en promover especialización y mejoras en productividad, es que invitamos a todas las empresas del sector y a todos los trabajadores a que se informen y se sumen a este sistema.
La construcción requiere especialistas y el cambio de paradigma en formación está siendo efectivo en prepararlos. El compromiso con la certificación seguramente será recordada como una decisión estratégica de alto impacto en esta década para mejorar la productividad sectorial.
Por Joaquín Díaz, coordinador de Formación Programa Construye2025.
En Chile se construye distinto. De todo el mundo vienen a aprender por qué este país sigue en pie después de los terremotos. Hemos aprendido a considerar en el diseño de los proyectos y la normativa, las características y calidad que necesitan las edificaciones en Chile. Pero en productividad el aprendizaje no ha sido el mismo.
El oficio de construcción se ha aprendido por transmisión directa informal, de alguien que lo conoce -a quien llamaremos “maestro”- a alguien que no lo domina -a quien denominaremos “aprendiz” o “ayudante”-. Común era ver a familias completas dedicadas a un mismo oficio, como tradición familiar, alcanzando altos niveles de especialización.
La capacitación formal falló en su rol de apoyar a este proceso en el sector construcción y tampoco ha funcionado como una alternativa a este sistema informal, capaz de preparar especialistas.
La buena noticia es que hoy está disponible en Chile el Marco de Cualificación, desarrollado por ChileValora en colaboración con representantes de los trabajadores, del sector público y del sector privado, con un catálogo de perfiles laborales que dan cuenta de la mayoría de los oficios del sector.
El primer paso es la evaluación, distinguir a los trabajadores competentes (que reciben su certificación) de los “aún no competentes” (a quienes se les identifica las brechas) para luego capacitar solo lo que necesita aprender y cerrar así las brechas.
La certificación “da pertinencia” a la capacitación. Identifica la demanda por cursos y la alinea con la oferta formativa. Permite el desarrollo de sistemas complejos como la formación dual y el reconocimiento de aprendizajes previos, para atraer el talento a un sector que ofrece desarrollo de carreras.
Y lo más importante: identifica a nuestros maestros, quienes vuelven a ocupar un rol clave en todos estos procesos formativos.
El Marco de Cualificación ya está disponible. ¡Demos otro paso a la productividad!
Abrirse hacia nuevos mercados o simplemente adquirir habilidades para mejorar el proceso de exportación, son parte de los objetivos que tiene esta nueva convocatoria nacional de Corfo denominada Red Exporta y que estará disponible a partir del 26 de febrero en el sitio web de la institución.
“Como Corfo soñamos con empresas de clase mundial. Queremos que los emprendedores chilenos exporten sus servicios y productos y sean capaces de competir en el mercado global. El emprendimiento no tiene fronteras ni reconoce límites, lo único que necesita es mejorar sus capacidades para lograr sus objetivos”, señaló el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel.
Esta línea de apoyo pondrá énfasis en proyectos que aborden oportunidades y desafíos que la nueva economía y la sociedad exigen y que además, están alineados con los focos estratégicos que Corfo potencia: Industria Creativa, Economía Circular y Transformación Digital.
En efecto, la convocatoria busca abrir oportunidades de mercado en el exterior para la industria audiovisual, del videojuego, la música, artes escénicas, entre otras, lo que demanda adecuar procesos de comercialización, entender e implementar formas más complejas y dinámicas para relacionarse con los mercados internacionales.
A lo anterior se suma el apoyo que Corfo entrega a empresas que abrazan la economía circular como parte de su estrategia productiva. Esto con la idea de que lleguen con sus propuestas de valor de forma eficiente y competitiva a los mercados de exportación.
Por último, la iniciativa permitirá fomentar y facilitar a las empresas que entregan productos y/o servicios en base a tecnologías digitales, que mejoren su oferta y accedan a nuevos mercados y clientes.
Si tienes interés en participar junto a otras empresas para mejorar la competitividad de tus servicios o productos y exportar, a través del programa RED Exporta te apoyamos con asesoría experta para mejorar tus procesos de gestión y productivos, entregarte los conocimientos y requerimientos para adaptar tu oferta e implementar procesos de comercialización hacia y en los mercados de destino.
Postulaciones HASTA EL 5 DE ABRIL DE 2019 A LAS 15:00 HRS.
PARA LA ETAPA DE DIAGNÓSTICO, CORFO OTORGARÁ UN FINANCIAMIENTO DE HASTA $4.000.000.- (CUATRO MILLONES DE PESOS), POR PROYECTO. ESTA CONVOCATORIA ESTÁ ORIENTADA A PROYECTOS QUE POSTULEN A LA ETAPA DE DIAGNÓSTICO.
Encuentra toda la información acá: https://www.corfo.cl/sites/cpp/convocatorias/red_exporta
Fuente: Corfo.
En la instancia, Brito explicó el tema de la edificación en Chile. Según las cifras que entregó, se trata de un sector en el que hay 30.000 empresas relacionadas con el rubro de la construcción, y la edificación comercial, público y residencial (CPR), en el que trabajan 695 mil personas. Donde un 98% son pymes, las que crean el 81% de los puestos de trabajo y aportan el 34% de la facturación; aportando un 7,1% del PIB nacional y concentrando el 8,5% del empleo del país.
Junto con ello, Marcos Brito aseguró que el sector debe enfrentar desafíos, como estimular la demanda de sistemas constructivos industrializados, mejorar estándares y normativas, masificar el uso de BIM y mejorar la coordinación temprana de proyectos, entre otros. Para así, lograr una Industria de la Construcción sustentable y competitiva a nivel global, comprometida con el desarrollo del país a través de la innovación, nuevas tecnologías y fortalecimiento del capital humano; siempre teniendo como foco el bienestar de los usuarios y el impacto a lo largo del ciclo de vida de las edificaciones.
El Programa estratégico tiene como objetivo que al 2025 para la edificación haya un 20% reducción de costos, un 30% menos de emisiones de gases y un 20% incremento de I+D+i. Lo anterior, de acuerdo a la hoja de ruta trazada, que tiene 4 ejes estructurales con 16 iniciativas que apuntan hacia la construcción industrializada.
Por su parte Carolina Briones, Coordinadora de Formación de Capital Humano Plan Bim, actuó como moderadora de la mesa redonda ” BIM y sus proyecciones”, donde distintos profesionales discutieron sobre BIM.
La “Expo Construcción Industrializada 2018”, recibió a distintos profesionales provenientes de grandes y medianas empresas de los sectores de la Arquitectura, Construcción y Minería; y que se desempeñan en áreas tales como planificación, diseño, supervisión, ingeniería, operaciones y coordinación de proyectos entre otras.