Tags

Más de 200.000 oportunidades de negocio se podrían generar con los residuos de las empresas en región de Valparaíso

Fecha: 23/09/2024

A partir del diagnóstico generado por Valparaíso Industria Circular, se establece que menos del 2% de las empresas de la región declara sus residuos, debido a varios factores, como la poca fiscalización, desconocimiento de estrategias de valorización, beneficios de éstas, falta de capacitación, lo que conduce a una inadecuada gestión de estos recursos y, por tanto, mala disposición final, entre otros, por lo que una Hoja de Ruta de Economía Circular para Valparaíso deberá recoger estas brechas para alcanzar el potencial de negocios de significan en recursos sub-utilizados.

 Más de 200.000 posibles oportunidades de negocios, a través de la valorización de residuos de las empresas de la región de Valparaíso como materias primas secundarias, determinó el diagnóstico de Valparaíso Industria Circular, que fue difundido en la ceremonia de cierre del proyecto “Conformación y activación del ecosistema regional de economía circular, y bases para una hoja de ruta”, ejecutado por la Universidad de Valparaíso y financiado por el Gobierno de Valparaíso, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad 2022.

Dicha proyección se generó en base a las empresas existentes según la información del Servicio de Impuestos Internos (SII; 2022). Sin embargo, si se consideran sólo a las empresas que declaran sus residuos en RETC, la cifra se reduce drásticamente a sólo 2.380 conexiones.

Hoy, hay un consenso en que “la región ha ido reduciendo año a año su productividad material o tasa metabólica (consumo de recursos per cápita), en gran medida por una economía lineal, lo que ha generado impactos ambientales por la extracción de recursos, producción, y mala gestión de residuos y emisiones. A su vez, esta economía no ha aumentado su productividad ni generación de empleos de calidad”, de acuerdo con Patricia Martínez, directora de Valparaíso Industria Circular.

Pese a ello, persisten brechas como “la poca fiscalización, el bajo nivel de declaración de residuos, mala disposición final, lentitud y contradicción en la tramitación de permisos, además la informalidad del sector del reciclaje dificulta el cumplimiento, y poca claridad de cómo la Ley REP puede afectar los modelos de gestión actuales”, según la investigadora de la Universidad de Valparaíso. Y eso sólo en materia de regulación y fiscalización.

En este contexto, el ecosistema de economía circular de Valparaíso valoró la ceremonia realizada el 10 de septiembre y la difusión que se ha hecho a través de Valparaíso Industria Circular, admitiendo de manera unánime que “en la industria tenemos mucho que desarrollar y este proyecto permite ese acercamiento con una nueva relación con la industria y sus residuos”, como señaló el vicerrector de Vinculación de la Universidad de Valparaíso, Carlos Lara, en representación del rector Osvaldo Corrales, quien también agradeció al Gobierno Regional de Valparaíso.

En ese sentido, Hernán Ramírez, seremi de Medio Ambiente de Valparaíso, aseguró que frente a “los más de veinte millones de toneladas al año de residuos generados, de acuerdo al Reporte del Estado del Medio Ambiente 2023, del Ministerio del Medio Ambiente, que en su mayoría terminan en vertederos, es misión de todos exigir un cambio de conducta y de la forma de hacer negocios. Cómo podemos darle una nueva vida a esos residuos y envases”, haciendo un llamado a todas las industrias de la región.

Por su parte, Camila Bolados, jefa de la División de Fomento e Industria del Gobierno Regional de Valparaíso, reveló que “nunca es fácil decidir qué iniciativas apoyar en términos de inversión, porque las necesidades son múltiples, diversas y complejas”. Sin embargo, añadió que hay proyectos estratégicos para la región y “este es uno de ellos, puesto que la circularidad es una aspiración colectiva, no de un solo territorio sino que de todo el país y global”.

Y es que, precisamente, ésa es otra de las brechas detectadas en el trabajo realizado en cinco territorios durante 15 meses: Rapa Nui, Casablanca, San Antonio, Aconcagua y el Gran Valparaíso: la falta de financiamiento e incentivos, en particular para aumentar la oferta de servicios para la valorización de grandes volúmenes y para residuos complejos de valorizar, e instalar la infraestructura necesaria localmente para ello. Se suma la baja oferta de insumos o materiales con contenido reciclado y bajo nivel de asociatividad. En otros ámbitos, Patricia Martínez mencionó brechas en la baja educación en reciclaje y circularidad, tanto en capacidades técnicas como gerenciales y que superen la resistencia al cambio, y baja difusión de casos destacados y avances, así como en baja capacidad tecnológica para valorizar los residuos, y falta de infraestructura pública, centros de acopia y transferencia, lo que aumenta costos y genera la pérdida de oportunidades.

Por ello, “desde 2017 comenzamos a ser parte de la solución con el desarrollo de Plataforma Industria Circular (PIC), una plataforma de facilitación de la colaboración entre organizaciones para enfrentar este desafío”, afirmó la Dra. Martínez, quien también señaló que todas esas brechas detectadas son insumos para el planteamiento de la Hoja de Ruta en Economía Circular para la región de Valparaíso, que deberá construirse prontamente.

Casos destacados

En el desarrollo del proyecto “Conformación y activación del ecosistema regional de economía circular, y bases para una hoja de ruta”, el equipo de trabajo identificó modelos de trabajo en variados sectores: empresas e instituciones públicas, grandes y pequeños, las que son un ejemplo a seguir para toda la región.

Así, destacan Orito, la planta de reciclaje de la Ilustre Municipalidad de Rapa Nui, construida sobre lo que fue originalmente un vertedero. Hoy trabajan con variados tipos de residuos, acopiando, comprimiendo y gestionando envíos hacia Valparaíso y Santiago (falta de valorización local, o volúmenes muy elevados para ello), además tienen programas de capacitación; Kombu-Life en Aconcagua, que realiza procesos de fermentación para la producción y comercialización de Kombucha, Chukrut y Kimchi. Actualmente con cobertura en Los Andes y comunas aledañas, con un modelo de circularidad para el reuso de envases.

También está Kallvü en el Gran Valparaíso, moda circular de alta gama, con diseño textil en dos líneas: fieltro amasado para abrigos sin costura e impresión botánica, todo a mano, junto con Actitud Vinicyma, empresa con enfoque sostenible a base de la revalorización de residuos bioactivos agroalimentarios de Chile para el mundo y que en la actualidad ocupa los descartes vegetales del proceso de la vinificación para realizar nuevos productos a partir de los orujos (cáscaras y pepitas de las uvas) haciendo con ello economía circular.

En tanto, en Casablanca, destacan CAIMI, que con el lema “Ideas que mejoran al mundo”, no sólo innova en la oferta de recubrimientos técnicos (llamado usualmente cuero sintético), sino que lo hace con gran calidad y pensando siempre en la sostenibilidad, y la Ilustre Municipalidad de Casablanca, donde el equipo de reciclaje trabaja en la gestión de los puntos verdes y la operación y gestión del Centro de Tratamiento Intermedio.

Por último, en la Provincia de San Antonio, se detectó a la Comunidad Logística San Antonio (COLSA), que une a públicos y privados, de forma de promover las buenas prácticas en la industria y están en el proceso de desarrollar un Acuerdo de Producción Limpia con 16 empresas, tanto portuarias como extraportuarias, con metas relacionadas a la medición de la huella de carbono, el reciclaje, la eficiencia energética, educación ambiental, entre otras. Por su parte, Reinventa, es una empresa de gestión de reciclaje de aceite de cocina usado, que acopia y vende el aceite, además de realizar educación ambiental, y Sitrans, empresa logística con más de 40 años de historia, parte de Ultramar. Cuenta con una amplia red de depósitos e instalaciones, prestando apoyo a importadores y exportadores de diversas industrias en todo el país.

En la oportunidad, los asistentes también pudieron conocer más de iniciativas en torno a la economía circular en la región de Valparaíso, como las que está implementando la Municipalidad de Viña del Mar, que genera 410 toneladas de residuos al día, las que se van al relleno sanitario El Molle, por lo que Carolina Redondo, coordinadora de la Ley REP del municipio, aseguró que están ocupándose de esta materia para responder el interés de la ciudadanía por reciclar. A juicio de Redondo, un puntal importante de este trabajo es dar a conocer a la ciudadanía que los recicladores de base son un eslabón primordial de la cadena.

Felipe Ossio, director Escuela de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, comentó el impacto de los residuos de demolición y construcción RCD en Chile y la situación de la disposición de éstos en sitios ilegales.

Asimismo, Javier Mora, coordinador del Programa Territorio Circular de Corfo, Sofofa Hub y Ministerio de Medio Ambiente, entregó los aspectos destacados de la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular 2040, aportando datos locales de la región de Valparaíso.

 

 

“Navegando hacia la circularidad”: conociendo las normas para una transición efectiva

Fecha: 29/08/2024

Conocer de cerca las normas es fundamental para la evolución de la cultura de la calidad en nuestra sociedad. Los documentos normativos aportan al crecimiento y la globalización de los mercados, por lo que contribuyen enormemente a los procesos productivos y a generar una infraestructura para la calidad. De ahí la importancia de familiarizarse con ellos.

La necesidad de transitar de una economía lineal a una economía circular en un marco normativo claro, transversal y regulado por expertos fue el tema que convocó el webinar “Navegando hacia la circularidad”, un seminario-conversatorio enfocado en las nuevas normas internacionales. Esta iniciativa fue organizada por el Instituto Nacional de Normalización (INN) y contó con el apoyo de Corfo y del programa Territorio Circular de Sofofa.

Pedro Ibarra, jefe de la División de Normas del Instituto Nacional de Normalización, destacó la contribución realizada desde nuestro país con la creación de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) y la Hoja de Ruta de Economía Circular, publicada en 2021, con miras a hacer de Chile un país circular hacia el año 2040. “El amplio uso de las normas es un precursor necesario para la evolución de la cultura de la calidad en nuestra sociedad, y los documentos normativos, principalmente las normas, aportan al crecimiento y la globalización de los mercados, siendo clave en el desarrollo de los procesos productivos”, destacó. 

En palabras de Ibarra, “el trabajo normativo de la ISO es una contribución siempre muy positiva para ayudar a las organizaciones a evaluar los impactos del cambio climático y a implementar los planes para una acción efectiva”.

La participación de los expertos comenzó con el gerente del programa Territorio Circular, Javier Obach, quien explicó que la Hoja de Ruta de Economía Circular se elaboró en “un proceso muy participativo, con más de 144 personas de 33 sectores involucrados, mesas temáticas ubicadas en distintas localidades de nuestro país, lo que conduce a un documento unificado de muchas miradas al 2021, que se somete una consulta pública, con más de 500 observaciones”. La versión aprobada permitió establecer un programa estratégico de Corfo, Territorio Circular, de carácter público y privado “que va a ayudar a generar acciones habilitantes, empujar a que otros actores empiecen a articularse en torno a esta hoja de ruta así como a poder monitorear y generar muchas acciones que vayan al alero del cumplimiento de este documento”. 

La segunda intervención estuvo a cargo de Ana María Alvarado, coordinadora de Normas y coordinadora del Comité Espejo Economía Circular del INN. Ella explicó el funcionamiento, en términos generales, de las normas ISO en su calidad de organización internacional independiente, que reúne a una red de organismos nacionales de normalización y el rol de nuestro país en la elaboración de las tres primeras normas de economía circular publicadas al alero del Comité 323.

“Nosotros, como comité nacional, participamos a través de los comités espejos, donde conformamos el Comité 323 nominando expertos en los diferentes grupos de trabajo, pero también aparte de estos expertos hay otros miembros del comité espejo que participaron en las reuniones a nivel nacional, donde hicieron sus aportes a la elaboración de estos documentos”, detalló. 

Entre esos expertos estuvieron Alex Godoy, director del Centro de sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo; Cristian Zegers, consultor senior en Economía Circular y fundador de Social Renovable; y Cristian Morales, ingeniero civil químico de la Universidad de Concepción y MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez. Todos ellos participaron en el webinar, aportando elementos técnicos que permiten comprender el rol de las normas ISO en la implementación de una economía circular.

Alex Godoy puso énfasis en la necesidad de integrar los procesos de producción, entendiendo que el cambio de una economía lineal a una circular es un paradigma que llegó para quedarse. “Tenemos que transitar a una economía más bien circular, reducir la extracción de recursos naturales y obviamente utilizar las vías de residuos para que otras compañías puedan usarlos”. Para esto, continuó, es clave que todos los actores del sistema se eduquen, compartan un lenguaje técnico común, porque “a veces incluso forzar la economía circular es peor, y esta es la gracia de esta la normativa, que nos ordena”.

En la misma línea, Cristian Zegers se refirió a la importancia de acelerar esta transición porque “no tenemos tiempo, eso es algo que es bueno dejar muy claro, como uno de los mitos de la economía circular”. Así, la necesidad de instalar un modelo circular se torna urgente; y la norma ISO 59010, enfocada a las compañías, fue diseñada para “crear e intercambiar valor, pero un valor no pensado exclusivamente de forma lineal, sino que con impactos socioambientales”. Asimismo, resaltó que “lo que necesitamos ahora es una colaboración que acelere la transición del modelo de negocio de cada una de las organizaciones, no hay un modelo que nos haga a todos, esto debe ser un traje a la medida de cada organización, entonces generamos esta metodología para entender el modelo de negocio actual, la esfera de influencia dentro de la cadena de valor, cuáles son las alternativas y oportunidades”. 

Por su parte, Cristian Morales entregó algunos detalles de la norma 59020, que se centra en la medición y evaluación de la circularidad. “El objetivo de este documento es la recolección de la información necesaria y realizar los cálculos para permitir las prácticas de economía circular que minimicen el uso de recursos y optimicen el flujo circular de recursos, contribuyendo al mismo tiempo al desarrollo sostenible”, señaló. 

Tras las presentaciones, se dio inicio al conversatorio que fue moderado por Ana María Alvarado y Javier Obach, espacio en el cual los invitados dieron respuestas a muchas de las inquietudes planteadas por el público.