En la ocasión, el histórico expresidente del CNC y representante del Colegio de Ingenieros, Sergio Contreras, repasó la trayectoria del Consejo de Normalización de la Construcción, desde su génesis en el Colegio de Ingenieros, pasando por sus principales hitos hasta su rol consultivo actual.
En el marco de la reciente celebración de las 200 sesiones y los 20 años del Consejo de Normalización de la Construcción (CNC), se realizó una sesión especial en la CDT de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), durante la cual los asistentes pudieron escuchar una revisión histórica para recordar su origen y evolución a lo largo del tiempo.
El principal orador de la jornada fue Sergio Contreras, vicepresidente del Colegio de Ingenieros y fundador del CNC, quien relató a los presentes una serie de recuerdos y anécdotas sobre los hitos y desafíos que han marcado la trayectoria del CNC. Fue la necesidad de establecer una institucionalidad más definida, en el ámbito de la normalización de la construcción en Chile, la que sembró la semilla de su creación.
Su origen se remonta a una iniciativa en el Colegio de Ingenieros, impulsada por Elías Arce, quien, en palabras de Contreras, era un “fanático por las normas”. Esta comisión, que inicialmente tuvo un borrador de norma sin consulta pública, experimentó un declive y fue posteriormente trasladada al Instituto de la Construcción (IC). En el IC, la ingeniera Erika Vélez asumió la presidencia de una comisión especial de normas, y el trabajo conjunto llevó a la conclusión de que se requería una institucionalidad más formal. De esta discusión surgió la idea de crear un “Consejo Nacional de Normalización de la Construcción”.
Conformación y propósito inicial
El Consejo fue concebido como una entidad transversal, con la participación de diversos sectores, siguiendo el modelo del IC. Sus integrantes originales incluían:
Esta conformación original “se mantiene más o menos hasta hoy”, destacó Contreras. La idea fundamental era coordinar las iniciativas de normas existentes, ya que en sus inicios se detectaron duplicidades, como el caso de INN y otras instituciones trabajando en el mismo tema. Además, buscaba ser un apoyo para el INN en el sector de la construcción.
Evolución y logros
Inicialmente, el Consejo aspiraba a un rol más ejecutivo en la elaboración de normas, pero con el tiempo, su papel evolucionó hacia un enfoque “mucho más consultivo”, detalló el ingeniero.
Entre las acciones y logros destacados del Consejo se encuentran:
Liderazgo y cambios internos
El primer presidente del Consejo fue Blas Bellolio, quien era gerente general de la Cámara Chilena de la Construcción y ocupó el cargo por aproximadamente cinco años. Por su parte, Sergio Contreras fue vicepresidente “desde el principio, desde la creación”. Tras la renuncia de Bellolio, Sergio Contreras asumió la presidencia, cargo que ocupó alrededor de 10 años.
Luego de esa década, asumió la presidencia Lucio Ricke, director del Instituto de la Construcción en representación de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE). Al cierre de la sesión especial, el actual presidente destacó que “pudimos seguir compartiendo un poco la historia y relevar a las personas que han estado en este consejo. Seguiremos trabajando en las tareas diarias que tenemos dentro de nuestro plan estratégico, orientado al día a día de las instituciones y a relevar la difusión y el buen uso de la normativa dentro de nuestra industria”.
Futuras colaboración
A pesar de su decisión, el actual vicepresidente del Colegio de Ingenieros se mantuvo como representante titular de dicha entidad. En este rol, se gestó un acuerdo con el Instituto Nacional de Normalización para “poner a disposición las normas de los del INN a disposición con algún tipo de acuerdo” de los socios del Colegio. Este convenio también abrió la posibilidad de que el Colegio de Ingenieros, a través de su Comisión de Normalización (reactivada por Sergio Contreras), participara en la elaboración de anteproyectos de normas “muy en conjunto con INN”.
Esta comisión ha trabajado en la norma de viento, cuya actualización está “saliendo este mes”, y tiene en carpeta otras normas, como la de nieve, la de estructuras patrimoniales y la de monitoreo de estructuras. Este trabajo no duplica las funciones del Consejo de Normalización, ya que el Colegio de Ingenieros abarca “11 especialidades de la ingeniería” y no solo la construcción, explicó Contreras, añadiendo que se busca mantener una estrecha coordinación entre el Colegio y el Consejo.
Finalmente, se señaló la importancia de la accesibilidad a las normas para los estudiantes de pregrado, una iniciativa que el INN y el Consejo han discutido, reconociendo la necesidad de la academia de acceder a estos documentos.
La consejera del CNC, Marlena Murillo, resaltó que “el tema normativo siempre va a estar vigente, nunca va a perder vigor, y en la medida de que vayamos relevando los temas importantes, iremos marcando ciertos objetivos y visualizando ciertas temáticas. Por ejemplo, el tema medioambiental, que tiene que ver con el reciclaje o con la economía circular en la construcción llevan menos tiempo y aún no tienen la potencia que queremos visualizar. Entonces, todo lo que tiene que ver con las tecnologías de materiales y el uso y reutilización de las cosas van a ser temas importantes a normar”.
Fuente: Instituto de la Construcción
El presidente del Consejo de Normalización de la Construcción del Instituto de la Construcción llama a la industria a reconocer los problemas, pero también a unirse para poder mejorar la normativa chilena.
Sergio Contreras, presidente del Consejo de Normalización de la Construcción del Instituto de la Construcción y miembro del Consejo Directivo del Programa Construye2025, en representación del Colegio de Ingenieros, invitó al sector construcción a reconocer los problemas y a “unir fuerzas” para plantear y lograr, soluciones que mejoren, sensiblemente, y “con profundidad” la normativa en el país.
Actualmente, el Consejo que encabeza el ingeniero civil contempla una actuación más directa en el ámbito normativo que va desde la reunificación de información, urgencias para la industria y la regulación en beneficio de los usuarios hasta su incorporación en el debate, donde el Estado juega su papel regulador, mientras los institutos técnicos salvaguardan la precisión y correcto contenido de las normas.
¿Cuál es su evaluación sobre el estado normativo del sector construcción?
El estado normativo adolece de falencias importantes, en especial en la cantidad de normas que incluye y que representan las necesidades del sector y también la obsolescencia de ellas, dado los recursos de que se disponen para mantenerlas actualizadas.
En Chile, no hay un compromiso real y tangible tanto del sector privado como del Estado para darle al cuerpo normativo la consistencia que necesita para cumplir con las expectativas y necesidades de la industria, de los usuarios y, de esta manera, de la sociedad. Además, la organización jurídica de la construcción en el país tiene serias falencias e inadecuaciones que no siempre están resueltas de la manera más efectiva, lo cual genera una descoordinación global que dificulta un desarrollo eficiente de la normativa.
¿Cómo avanzar en la normativa del sector?
El avance en la normativa del sector está íntimamente ligado a lo anterior. Es de vital importancia generar los recursos necesarios, ya sea a través de políticas públicas adecuadas y bien planificadas; o de aportes reales y consistentes del sector privado. Es difícil, por ejemplo, entender que usuarios de la importancia y capacidad económica como la gran minería del cobre sean uno de los grandes beneficiarios de normas como la de diseño sísmico de estructuras industriales y hayan mantenido una actitud de indiferencia absoluta frente a los esfuerzos realizados por un puñado de especialistas y al aporte, siempre deficitario, de instituciones como el Minvu y el Instituto de la Construcción, para poder completar una tarea de esa magnitud.
Otro gran problema que dificulta el avance es la falta de aporte y comprensión para mejorar la aproximación jurídica a los temas normativos. En una gran cantidad de casos en que estos sectores han hecho oídos sordos ante la recomendación de las entidades técnicas que proponen una conceptualización moderna de los textos normativos. Esto en aras de un cumplimiento de preceptos anticuados que no están acordes a la realidad del siglo XXI.
¿Cuáles son los desafíos del sector en temas normativos?
Los desafíos normativos del sector se centran fundamentalmente en vencer estas condicionantes negativas y poder lograr un escenario acorde con lo que hoy vive el mundo en materia normativa. Para ello, es necesario entender que la construcción no está detenida en la pura solución política del tema de la vivienda, sino que abarca un sinnúmero de otros desafíos técnicos que debemos resolver de manera conjunta. No olvidemos que el gran desafío del futuro es lograr una construcción sustentable.
Por: Sergio Contreras, Presidente Consejo de Normalización de la Construcción, Instituto de la Construcción
En el actual ordenamiento jurídico y técnico de la construcción en la organización de la sociedad contemporánea, el cumplimiento de la normativa tiene un rol fundamental ya que de ello depende una oferta de calidad adecuada y alcanzar un nivel de seguridad aceptable tanto para los fabricantes, los constructores y los usuarios.
Las construcciones de acero utilizan este material producto de un proceso de fabricación estrictamente controlado y que a su vez cuenta con la posibilidad de llevar una buena trazabilidad; sin embargo ello per se no garantiza un cabal cumplimiento normativo que es requerido para asegurar esa calidad. Desde este punto de vista, es de gran importancia contar con un cuerpo normativo sólido, actualizado y vigente según el conocimiento tecnológico de hoy.
A diferencia de lo que se tiende a creer, el contar con ese cuerpo y tener como objetivo cumplirlo cabalmente origina un comportamiento mejorado en la obtención de productos de más alta calidad, de la aplicación realista de la tecnología asegurando la seguridad, habitabilidad, el comportamiento de las construcciones y, en definitiva, la calidad de vida en la sociedad.
Para obtener estos logros, este comportamiento de la industria debe estar debidamente incorporado en las políticas públicas de manera que exista una consistencia real en toda la cadena, desde el proyectista que concibe una obra hasta el último de los ejecutores, es así como la aplicación de la normativa cobra su importancia real y se despoja de esa carga que equivocadamente se considera como obstáculos al desarrollo de la labor profesional y productiva.
En Chile, en el último tiempo se ha trabajado intensamente en diversas instituciones para mejorar este entorno normativo, de esta manera hoy tenemos normas como la NCh427/1 y NCh427/2 que son una poderosas herramientas para los ingenieros estructurales pues mejoran el marco en el cual debe situarse el correcto diseño de las estructuras de acero.
De la misma manera, el control de la calidad de los aceros queda claramente determinado en las normas NCh3518 para perfiles cerrados conformados en frío y, consecuentemente, la NCh3576 para perfiles abiertos conformados en frío. Esta tipología de perfiles es ampliamente usada en el país para las construcciones en acero.
De esta manera el país avanza en un camino definido para lograr la calidad que requieren los productos y construcciones de acero y, también así, podemos pensar que estamos sentando bases sólidas para mejorar el bienestar de las personas.
Fuente: Instituto de la Construcción
Por Sergio Contreras A., representante del Colegio de Ingenieros de Chile en el Consejo Directivo de Construye2025.
Sólo cuando construimos el futuro tenemos derecho a juzgar el pasado
Nietzsche
Esta es una certeza del mundo que hoy vivimos. Estamos destinados a enfrentar un escenario complejo y esencialmente distinto. El mundo y nosotros sus habitantes, nos enfrentamos a una condición distinta a lo conocido en todos los últimos tiempos. Un virus mortal ha modificado la condición más íntima del ser humano y de su entorno, y este entorno incluye todas las actividades que puede abarcar, sociales, familiares y económicas.
La construcción, ligada íntimamente a los seres humanos y a su vida, se inserta también en el quehacer del homo faber y, por lo tanto, en el mundo global, es en este sentido en el cual debe avanzar con paso tranquilo, pero seguro, en los desafíos que plantea el mundo actual.
Estos desafíos incorporan nuevas técnicas, no solamente para mejorar la construcción de de las obras, sino también para incorporar al ser humano como entidad fundamental en ellas. Sin embargo en este último tiempo una variable nueva y altamente disruptiva ha aparecido en la faz de la tierra, una pandemia que ha cambiado la interacción entre los seres humanos y, por lo tanto, su manera de actuar y la manera de ejecutar las obras. La interacción entre los seres humanos se ha centrado de manera generalizada en los computadores con softwares dedicados: pero la construcción es esencialmente material, por lo tanto, una parte importante de ella necesariamente ha de llevarse a cabo in situ, sin mediar tecnologías intangibles. Es en este ámbito entonces, donde debemos encontrar un punto de equilibrio adecuado a la necesidad planteada. Las obras de construcción son variadas; podemos tener edificios, obras industriales, obras viales y todas ellas presentan desafíos y características distintas, por lo tanto su futuro debe considerar, como una cuestión fundamental, su planificación, con conceptos y herramientas que salven de manera definitiva las brechas que se presentan.
La actual pandemia nos ha mostrado, de manera abrupta, un escenario nuevo y distinto donde la construcción ha de llevar a cabo su cometido. Es aquí donde esa planificación finamente elaborada debe cumplir un papel fundamental en el desarrollo de las obras, no podemos dejar al azar la realización de las tareas normales en una faena, por nimias que ellas parezcan. Aquí las técnicas y herramientas actuales tienen un papel preponderante, como los entornos BIM que pueden predecir con claridad y certeza la representación virtual de los elementos físicos, incluso con su desarrollo en el tiempo.
Todas las nuevas tecnologías deben estar debidamente incorporadas en la ejecución de los nuevos proyectos para avanzar con paso definido en la inserción en una nueva realidad hacia la cual avanzamos con una velocidad mayor a la esperada, impulsada por la realidad despiadada que hoy invade nuestro entorno universal. En ella es también evidente que la estandarización y la construcción industrializada juegan un papel primordial en el desarrollo.
En este entorno, la participación público privada en todos los ámbitos de la construcción es de gran importancia, de esta manera el aporte del Colegio de Ingenieros y Construye2025 a los procesos actuales, tiene una validez y un valor que no es sustituible.
El Instituto de la Construcción (IC) está cumpliendo 24 años coordinando y articulando esfuerzos públicos y privados para el desarrollo de la sustentabilidad, calidad y productividad de la construcción.
“Durante este año, el instituto ha tenido importantes hitos en el fomento de normativas y mejores prácticas para la industria, siempre con una mirada amplia, que contribuya al crecimiento no solo de nuestra industria, sino también de las personas. Gracias a la colaboración de entidades público y privadas, que conforman la institución, tenemos una amplia diversidad de ideas, opiniones y enfoques, que nos permiten impulsar estrategias para lograr una industria innovadora, industrializada y sustentable”, señala Miguel Pérez, presidente del Instituto de la Construcción.
En este sentido, cabe destacar que el IC está cumpliendo, ahora en diciembre, 1 año como Entidad Gestora del Programa Estratégico de Corfo Construye2025, colaborando en el desarrollo del programa, participando en la planificación estratégica, en la elaboración de los planes de acción, y en mejoras organizacionales y de gestión.
“Dentro de los logros de este año, cabe destacar el lanzamiento de la hoja de ruta de residuos de construcción y demolición, y economía circular; la creación de un Comité Gestor de Investigación y Desarrollo; y el acuerdo de entendimiento para la Estrategia de Economía Circular”, señala Gustavo Cortés, jefe de Proyecto Construye2025.
En el ámbito normativo, el Instituto de la Construcción ha formado varios comités de anteproyectos de norma que han tenido importantes avances. Uno de ellos es el comité “Anteproyecto de norma industrialización” que tiene como misión establecer una mirada común respecto a los términos y definiciones de construcción industrializada, de manera de contar con estándares mínimos para el funcionamiento de los sistemas constructivos.
Otro comité es el de “Anteproyecto de Norma de Requisitos y Ensayos EIFS”, cuyo objetivo es estandarizar procedimientos, métodos, técnicas de ensayos y componentes del sistema EIFS (por sus siglas en inglés Exterior Insulation and Finishing System), estableciendo los requisitos de prestaciones mínimas tanto en sus propiedades físicas, como por ejemplo hermeticidad, conductividad térmica y envejecimiento, así como en sus propiedades mecánicas tales como adherencia y resistencia al impacto.
A lo anterior se suma el comité “Anteproyecto de Norma de Requisitos y Ensayos Planchas de Yeso con Fibras”, que tiene la misión de regular y normar la fabricación de estos productos que se han comenzado a utilizar masivamente en nuestro país, y poder unificar criterios técnicos de evaluación de los tres fabricantes nacionales de este producto, ya que hoy se trabaja bajo diferentes normas.
Por otra parte, junto al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio presentamos la nueva norma chilena para la intervención estructural en construcciones de valor patrimonial y edificios existentes (NCh3389), -desarrollada por nuestra Comisión de Construcción Patrimonial- que establece requisitos, procedimientos y parámetros mínimos sobre cómo actuar y enfrentar un proyecto de intervención estructural en construcciones patrimoniales y edificios existentes.
“Esta norma es resultado de un trabajo largo y complejo dado que reunifica materiales tan diversos como albañilería, acero, hormigón y madera, lo que hace que la tarea de reunificarlos en una sola especificación no sea simple”, señala Sergio Contreras, presidente de la Comisión de Construcción Patrimonial.
En otro ámbito, el Instituto de la Construcción ejerce la secretaría general del Código Modelo Sísmico para América Latina y el Caribe, cuyo objetivo es establecer los contenidos mínimos que debe tener un documento técnico práctico para el diseño estructural ante las diferentes amenazas sísmicas a nivel regional.
En el plano organizacional, se ha avanzado a una iniciativa con un robusto esqueleto organizacional, representatividad de organismos oficiales y mucho compromiso por parte de sus miembros que suman 24 instituciones de 16 países. Asimismo, se ha avanzado en los contenidos del borrador del documento y se ha elaborado un documento sobre Objetivos de Desempeño, que busca avanzar en promover esta metodología del diseño por desempeño en el Código Modelo.
Finalmente, junto a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el programa Construye2025 de Corfo, y con la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), iniciamos el proceso colaborativo para la co-creación de la Estrategia de Economía Circular en Construcción que busca generar un plan de acción público-privado al 2025, como continuidad de la Hoja de Ruta RCD Economía Circular al 2035 y en el marco de la Hoja de Ruta nacional de Economía Circular al 2040.