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La urgente necesidad de contar con un protocolo de manejo de residuos de emergencias

Fecha: 28/03/2024

Alrededor de 85.000 toneladas retiradas por el Ministerio de Obras Públicas solo en la primera etapa de la remoción de escombros en la emergencia de los incendios en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, se suman a los grandes volúmenes de residuos generados tras las catástrofes, más de 20 millones de toneladas se generaron para generadas para el 27F, sin considerar otras catástrofes ocurridas en Chile. Un protocolo que ponga de acuerdo a las autoridades, coordine a los funcionarios públicos y capacite a la ciudadanía en el adecuado manejo y gestión de dichos residuos aparece como idea fuerte tras esta última emergencia.

Para fines de febrero, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas (MOP) informaban que se había terminado la primera etapa de remoción de escombros tras los incendios en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. Fueron un total de 85.000 toneladas las recogidas, de acuerdo a lo señalado en Radio Pauta por el seremi del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Valparaíso, Yanino Riquelme. Esta cifra significaba solo el 70% de la tarea total, según datos del gobierno, y fueron destinados el relleno sanitario El Molle.

Más allá de la respuesta que tuvo el MOP y sus direcciones, cabe analizar que, de acuerdo a lo informado, tal cantidad de toneladas equivale a 56.000 buses vertidos en el relleno sanitario. Por ello, es necesario pensar en la necesidad de contar con un protocolo de manejo de residuos de emergencias, sobre todo considerando que en Chile las emergencias son recurrentes: incendios, terremotos, temporales, etc.

De hecho, en 2021, el Ministerio del Medio Ambiente estimó la generación de residuos ocurrida en el terremoto 27F, “llegando a la conclusión que solo por la afectación a vivienda con la información levantada nacional, se pudieron haber generado más de 20 millones de toneladas de residuos derivados del desastre”, precisa Rubén González, profesional de la Oficina de Economía Circular del MMA.

En 2023, la Oficina de Economía Circular del MMA junto con el Departamento de Gestión Interinstitucional de SENAPRED desarrollaron una propuesta de ficha para levantar información sobre residuos en momentos de desastre y catástrofes, que permita a los servicios locales incorporar estos aspectos en las solicitudes de recursos de forma complementaria al formulario ALFA, y así ayudar a identificar situaciones de riesgo con residuos y solicitar apoyo especializado. 

“Este instrumento se encuentra a nivel de borrador a espera de validaciones internas en los servicios para su pilotaje, mejora y luego su instauración como un procedimiento, cuestión que es necesario coordinar con el Ministerio del Interior”, explica González.

Y en la actualidad, el MMA en conjunto con Fundación Chile y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA postulan un fondo GEF para abordar distintos aspectos de economía circular en el sector construcción, fondo que consultará recursos para apoyar el desarrollo de la guía señalada y para desarrollar contenidos de un curso para sensibilizar y educar en estas materias a funcionarios municipales.

Lucas Bracho, CEO de Reduciclo y asesor de Plataforma Industria Circular, cree que es “crucial implementar un protocolo específico para la gestión de residuos derivados de demolición en situaciones de emergencia, como los recientes incendios en la región de Valparaíso”.

La misma opinión tiene Karen Aguilera, fundadora de Revaloriza, empresa de revalorización de residuos de la construcción de la región de Valparaíso: “Sí, es necesario, no tan sólo a raíz de los incendios en particular, sino que basados en los Planes Locales de Cambio Climático, en donde existen variados tipos de emergencias que podemos sufrir. Cada municipio del país debe contar con planes y protocolos que indiquen las forma de actuar ante situaciones que lamentablemente serán más recurrentes, tales como: remociones en masa, derrumbes, demoliciones, incendios, entre otros”, explica.

Aguilera destaca el actuar de la Municipalidad de Quilpué, cuyos profesionales ejecutaron el acopio temporal de residuos en canchas, “al igual que los otros municipios, pero realizando la diferencia entre lo que debe ir a disposición final directamente y lo que sí es posible de valorizar”. 

La fundadora de Revaloriza añade que en 1984 “sufrimos en la región de una remoción en masa producto de residuos de construcción dispuestos de manera ilegal en la zona alta del Estero de Reñaca, situación que sigue repitiéndose en varias quebradas de la región, siendo un riesgo latente”. Sobre todo considerando que los incendios han sido reiterativos en la región de Valparaíso desde 2014, y “lamentablemente, con niveles de crudeza altísimos y a esto hay que sumar que somos un país sísmico, en donde no hay que omitir que debemos contar con infraestructura crítica para hacernos cargo de los residuos post desastre”, opina la profesional. 

A su juicio, este incendio evidencia lo que por años ha sido una dura realidad: “ser expertos en implementar planes reactivos y no preventivos. Es necesario que nuestros planes preventivos sean conociendo lo que existe en el territorio y que los protocolos sean claros en cómo actuar para que el nivel de incertidumbre sea mucho menor”.

El protocolo

Para Rubén González, un aspecto clave a entender en el caso de desastres en los que se generan escombros, es que entre ellos existen materiales que pueden ser peligrosos y que se suman a los riesgos ya existentes en la zona afectada, y a situaciones posibles como derrumbes, presencia de cadáveres, hasta de la lucha con delincuentes. 

En palabras simples, “lo que no debería ocurrir es que las personas, sin debida preparación, sin equipamiento de protección personal adecuado comiencen a retirar escombros, a entregarlos a chatarreros o a acumularlos en las calles para comenzar inmediatamente el proceso de reconstrucción sobre las cenizas o escombros húmedos de su antiguo hogar”, advierte el profesional del MMA. 

Al respecto, efectivamente, cree que se hacen necesarios mejorados protocolos de carácter intersectorial que posibiliten dicha diagnosis y es por ello que los distintos agentes del Estado se encuentran promoviendo dicha interacción. 

“Como comenté antes, el Ministerio del Medio Ambiente se encuentra coordinado con SENAPRED, así también se realizaron gestiones con MOP, para asegurar que el retiro de escombros que esa entidad ejecuta considere aspectos específicos referidos a gestión de residuos de demolición. Cabe señalar que la NCh 3727:2021 Gestión de residuos – Consideraciones para la gestión de residuos en obras de demolición y auditorías previas a obras de demolición, ya es un primer protocolo que permite tener consideraciones sobre la gestión de residuos en momentos de desastre o catástrofe”, argumenta. 

Gentileza ATON
Gentileza ATON

Información a la ciudadanía

Dentro de las múltiples imágenes de los incendios en centros urbanos, es posible ver a los habitantes que han perdido sus viviendas y enseres, levantando con sus propias manos los residuos, lo que abre la pregunta de si se requiere difundir contenidos e información sobre riesgos a la ciudadanía.

Para Rubén González está claro que sí: “mientras más información tenga la ciudadanía sobre los potenciales riesgos referidos a su acción en momentos de desastre y sobre cómo proceder ante el desafío de la remoción de escombros y sobre los efectos de determinado tipo de desastres sobre la habitabilidad de los entornos afectados; es mejor”. 

Esto puede ayudar a evitar situaciones en las que la ciudadanía o incluso el personal público o privado, maneje residuos sin adecuados implementos de protección personal, acordes a la peligrosidad de los mismos, así como que se puedan identificar adecuadamente situaciones de riesgo las que se deben notificar a la autoridad.

Lucas Bracho sostiene que “es esencial que se difunda este protocolo entre la ciudadanía para garantizar una respuesta coordinada y eficiente. Crear material educativo, realizar campañas de concientización y organizar talleres comunitarios pueden ser estrategias efectivas para informar a la población sobre lo crucial que es clasificar y desechar apropiadamente los desechos de demolición, reduciendo al mínimo los impactos ambientales y en la salud.

De hecho, el profesional proveniente de la región de Valparaíso que ha desarrollado una carrera en torno a la gestión y valorización de residuos de la construcción y demolición, entrega algunos tips para una situación de emergencia:

  • Separación inmediata: Es esencial clasificar los desechos en distintas categorías como madera, metal, plástico y escombros, inmediatamente después de la emergencia. Esto hará más fácil la gestión y el reciclaje en el futuro.
  • Zonas de acopio temporal: Asegurar que las áreas designadas para la disposición temporal de residuos estén ubicadas lejos de fuentes de agua y áreas sensibles.
  • Colaboración con recicladores: Promover la colaboración con recicladores locales para aumentar al máximo la recolección de materiales reciclables. Designar lugares concretos para la entrega de los artículos.
  • Monitoreo de sustancias peligrosas: Es importante identificar y manejar correctamente los desechos que podrían contener sustancias dañinas, como productos químicos del hogar o materiales de construcción tóxicos.

Con todo ello, el consultor de Plataforma Industria Circular, señala que el manejo de desechos se vuelve fundamental para la recuperación y reconstrucción sostenible en este tipo de emergencias. “Es esencial promover una cultura de responsabilidad ambiental en la comunidad, aparte de llevar a cabo medidas prácticas. La clave para enfrentar los desafíos ambientales y sociales derivados de la emergencia será la colaboración entre autoridades locales, organizaciones no gubernamentales y la ciudadanía”, piensa, así como también ve como fundamental “tener una planificación a largo plazo, brindar educación continua y fomentar la participación de la sociedad para construir una comunidad más resiliente y sostenible en el futuro”.

Por último, en cuanto a la educación de la ciudadanía, la coordinadora de sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, sostiene que una de las acciones claves a implementar en catástrofes en el manejo de residuos, es proveer a los habitantes de información para la identificación de residuos peligrosos y la protección personal para evitar daños a la salud de las personas.

Uno de los materiales peligrosos que se encuentran en general en las demoliciones de construcciones previas al 2001 es el asbesto, que en caso de encontrarse friable, es decir, en condiciones de desmenuzarse, es altamente peligroso debido a que al respirar sus fibras puede producir enfermedades respiratorias, incluso cáncer. Cabe señalar que el asbesto es un material cuyo uso se prohibió en Chile en el año 2001. Este se puede encontrar presente en cañerías, material aislante, pegamento de palmetas de piso vinílico, entre otros, pero lo más común en nuestro país son las planchas de  revestimiento para techumbre. 

La arquitecta recomienda revisar el video que se realizó para el manejo de residuos de la demolición, basado en la NCh3727:2021 donde se explican estos aspectos.

La industria comienza a avanzar hacia la gestión circular de la demolición 

Fecha: 30/05/2023

A través del webinar Gestión Circular de la Demolición se dejó planteado el interés del sector por avanzar hacia la economía circular en el subrubro de la demolición. Tres especialistas en la materia comentaron buenas prácticas y de casos de éxito, generando un alto interés y adhesión del público.

Gran interés generó el webinar “Gestión Circular de la Demolición”, organizado por Construye2025, el pasado 25 de mayo y que hasta el momento tiene más de 800 visualizaciones.

Esta actividad estuvo enmarcada en la “Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035” y en la “Estrategia de Economía Circular en Construcción 2025”, esta última impulsada por nuestro programa, la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción, y que cuenta con la facilitación de la CDT. Asimismo, la actividad contó con el patrocinio de la Escuela de Construcción Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la moderación de Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.

Marcos Brito, gerente de Construye2025, dio unas palabras de bienvenida, en las que recordó que Chile está en sobregiro ecológico, es decir, que ha gastado ya sus recursos naturales sustentables del 2023. “La economía circular nos ofrece enormes oportunidades en toda la cadena de valor, desde la formulación de proyectos hasta el fin de vida de las construcciones. Hoy, lo que nos convoca es cómo podemos dar un uso más eficiente a los recursos, reduciendo la extracción de materias primas vírgenes y avanzar así hacia una gestión circular de los residuos de la demolición, a través de nuevos modelos de negocios y empleos verdes”, señaló Brito. 

La gestión circular consiste en planificar y ejecutar obras de demolición, considerando principios y estrategias que permitan mantener el valor de materiales y recursos por el mayor tiempo posible, reducir impactos en el medio ambiente y evitar el daño a la salud de las personas.

“En esta instancia, queremos mostrar casos donde se abordarán los desafíos de la economía circular, mediante iniciativas y buenas prácticas”, destacó Brito.

En representación del Ministerio de Medio Ambiente, Rubén González, profesional de la oficina de implementación legislativa y economía circular del MMA, compartió el contexto de la NCh3727 “Gestión de residuos – Consideraciones para la gestión de residuos en obras de demolición y auditorías previas a obras de demolición”: “Los procesos de normalización permiten definir términos y estándares. Desde el Ministerio de Medio Ambiente vimos que era necesario definir un ámbito normativo para el sector de la demolición en su avance hacia la economía circular”, afirmó.

Tras la visión de lo público, Alejandra Tapia se refirió a la importancia de implementar la economía circular en la demolición. Comenzó con una reflexión sobre el impacto de la producción y el consumo y lo devastador que es para el planeta. “Tenemos que replantear este modelo que vemos que genera tremendos impactos”, dijo.

Se refirió también al marco regulatorio, señalando que éste está basado en el modelo de la economía lineal, por lo que no considera la economía circular. Por ello, se explica el “tremendo aporte de la norma técnica NCh3727 impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente donde define el término gestión circular”, señaló agregando que “hay oportunidades en la transformación, y en diversificar servicios, como vamos a ver en nuestros expositores”.

Los especialistas de este webinar mostraron cómo reusan materiales, innovación y emprendimiento, cómo el diseño toma estos conceptos, se generan empleos verdes y nuevas oportunidades de negocios en torno a la recuperación de materiales, componentes y productos de construcción. Asimismo, se expuso sobre “la necesidad de contar con un marco regulatorio integrado que facilite la valorización”, contó Tapia.

A continuación, la arquitecta mostró un video basado en la NCh 3727, el cual quedó alojado en el sitio web del Construye2025, disponible para todo el público: 

Buenas prácticas y casos

María Eugenia Ubilla, gerenta de Medio Ambiente de Flesan, presentó buenas prácticas basadas en los más de 40 años de la empresa siendo líder de las demoliciones en Chile, dando soluciones profesionales para la ejecución de proyectos en cumplimiento con la normativa ambiental y comprometidos con avanzar en la industria de construcción hacia una economía circular, mediante la mejora continua, la innovación y alianzas estratégicas para la gestión de residuos.

“El poder trabajar la norma nos ha permitido permear nuestros dolores y que la demolición deje de ser un oficio y sea un subrubro profesional que merezca el detalle, el manejo y el control que se merece”, manifestó Ubilla.

La siguió Reynaldo del Pozo, director ejecutivo y CEO de Reusamaterial, una empresa familiar que partió el 2016 con proyectos de arquitectura enfocados a la sustentabilidad, al confort térmico y lumínico, y que luego le fueron encargando algunos proyectos de construcción, donde se encontraron con la problemática de los residuos. “En una primera casa que construimos, nos encontramos con 140 m2, donde sacamos cuatro camiones de 8 m3 cada uno de puros residuos. Eso nos llevó a plantear una nueva metodología como empresa, y tras un trabajo de estudio e investigación, nos encontramos que sólo se reutiliza un 1% del material del activo construido. Frente a esa situación, nosotros cambiamos nuestros métodos”, compartió. 

Especificó que, en Reusamaterial, pasaron de una construcción lineal a una circular en la que los nuevos principios son el diseño, la deconstrucción y la reutilización. Además, en la empresa generaron la primera plataforma marketplace, con el fin de conectar empresas y comunidad. De esta forma, se puede conectar el material saliente de las obras con el que ingresa. La plataforma www.reusamaterial.cl es georreferencial y se adjudicó un fondo Corfo y un fondo de O’Higgins Lab.

Para finalizar, Anamaría De León, consultora en Economía Circular y Académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, conversó sobre las cualidades de diseño circular, presentadas a través del libro inspiracional “Diseño circular de viviendas para Chile: estrategias y ejemplos de inspiración”, que desarrolló con Felipe Ossio en colaboración con dos académicos de Bélgica. 

Asimismo, profundizó en los aspectos que se deben considerar desde la etapa de diseño, tanto para incorporar materiales y componentes reutilizados como para asegurar que en etapas futuras estos sean reutilizables, a través de ejemplos en Chile y el mundo.

 

El webinar completo está disponible aquí:

MMA impulsa siete normas técnicas para la economía circular en construcción

Fecha: 31/03/2023

Luego de una serie de avances impulsados por el Comité Consultivo Público de la Hoja de Ruta RCD y ECC 2035, el Ministerio de Medio Ambiente solicitó al INN el desarrollo de siete normas técnicas para definir atributos de circularidad e indicadores de desempeño circular en la construcción.


Dada la relevancia de la economía circular para la construcción, en 2020 se lanzó la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción (ECC) 2035, cuya elaboración fue liderada por el Comité Consultivo Público conformado por los Ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y Construye2025. En dicho instrumento de política pública, hay 5 ejes, siendo el “Eje 2 Coordinación pública para el marco regulatorio y fomento a la economía circular en construcción” de particular relevancia, dado que plantea importantes desafíos en los ámbitos legales, regulatorios, y también en el desarrollo normativo, específicamente en su lineamiento 7 plantea: “Desarrollar reglamentación, normativa y herramientas habilitantes para el desarrollo de una economía circular en construcción”, contexto en el que se enmarcan varias iniciativas actualmente en curso. 

Comenta Rubén González Aguayo, profesional de la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente, que “el ámbito de las normas técnicas, se considera uno de los que juega un rol fundamental en el avance para el desarrollo de economía circular del sector, ​​ya que éstas son un instrumento de apoyo eficaz para lograr consensos necesarios en el sector, previos a la regulación”. 

El Comité Consultivo Público inició el trabajo con normas para la gestión de residuos, con la NCh3562:2019, encargada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que establece directrices para los planes de gestión de residuos para obras de construcción y demolición. Según González, “tal como ocurrió con el desarrollo de la NCh3562, su desarrollo permitió avanzar en aspectos conceptuales y operativos mínimos que se vuelven básicos para una gestión moderna -en este caso para el manejo de residuos-; acuerdos entre el sector público y privado que quedan plasmados en el texto como normativa voluntaria en primera instancia y que luego al ser estas oficializadas son exigibles de forma obligatoria”. 

Para complementar, señala: “las normas técnicas permiten cambiar progresivamente prácticas y estándares, hacia mejores desempeños, de forma voluntaria. También constituyen una señal del estándar mínimo deseable, anticipándose al posterior desarrollo de reglamentos; e incluso, permiten al Estado directamente impulsar estos cambios, a través de su especificación en compras públicas, generando un aumento práctico en los estándares del sector, en cumplimiento de las políticas públicas. Finalmente, el desarrollo de normas técnicas es la base para la formación de una infraestructura para la calidad que aporta certezas a los mercados de consumidores y estándares a los prestadores de servicios y sector productivo; en el caso de la construcción facilitando la especificación de proyectos”.

Y añade que “es por ello que como MMA secundamos a Minvu con el abordaje de una norma técnica para el subsector menos normalizado del gremio, y encargamos la NCh3727, para demolición selectiva y auditorías previas a la demolición, Norma que esperamos oficializar este año. Y es que como sector público el esfuerzo centrado en la normalización es considerado una semilla, se trata de normas generales y habilitadoras para una economía circular”.

Todo este trabajo ha sido coordinado a través del Comité Consultivo Público en esta materia, “una sub mesa de trabajo derivada del Convenio Interministerial de Construcción Sustentable, cuya orgánica acelera estos cambios”, explica Rubén González.

“A lo anterior se suma que a fines de 2022 como MMA encargamos a Instituto Nacional de Normalización (INN) el desarrollo de siete normas técnicas para definir atributos de circularidad para el sector de la construcción e indicadores generales, y en la actualidad estamos ya en pleno proceso de su elaboración”, puntualiza el profesional del MMA. 

Normativa para demoliciones y gestión de sus residuos

La implementación de la NCh3727:2021 – “Gestión de residuos – Consideraciones para la gestión de residuos en obras de demolición y auditorías previas a obras de demolición”, que el Ministerio de Medio Ambiente encargó al INN, está disponible en este link: https://ecommerce.inn.cl/nch3727202180045

“Es una norma voluntaria complementaria a la NCh3562:2019 (estándar para los planes de gestión de residuos) y ya está siendo ofertada por algunas empresas de demolición como parte de sus estándares. La recomendación al sector es: si diseña, especifíquela; si construye, úsela; si transporta RCD; asegúrese de que se los entregan segregados según los criterios establecidos en la regulación y en la norma técnica. Con ello, todos se aseguran de implementar medidas para no cometer delito de tráfico de residuos peligrosos, penado con cárcel por la Ley 20.920. art 44”, aconseja Rubén González.

Las normas técnicas voluntarias (complementarias a la regulación obligatoria) están para ayudar, no sólo para homologar estándares entre las empresas de cada rubro, sirven para colaborar a tener las consideraciones necesarias para facilitar un cumplimiento legal. En este caso, en materia de residuos de demolición.

Nuevas normas técnicas

A estas normas técnicas era necesario agregar otras que aborden toda la cadena de valor y el ciclo de vida de los activos construidos, y que se enfoquen más allá de materiales y residuos. Por ello, el MMA encargó al INN, al cierre de 2022, el desarrollo de un set de normas técnicas para atributos e indicadores de desempeño circular, “que abarcan desde un marco general, pasando por las diferentes escalas como materiales, recursos, sistemas constructivos, edificaciones e infraestructura, barrios y ciudades, con el fin de preparar al sector hacia la economía circular. Éstas abrirán el marco conceptual para el desarrollo de otras, más específicas, y posibilitará el desarrollo futuro de nuevos estándares en todo el ciclo de vida de los activos construidos. Serán la base de la definición de atributos e indicadores de circularidad para el sector construcción, en toda la cadena de valor y escalas de intervención, desde los materiales a las ciudades, pasando por el diseño y las obras. Se trata de un proyecto muy esperado”, asegura el profesional.

Las normas encargadas son:

  1. Marco de trabajo, vocabulario, principios, directrices, consideraciones y metodología para determinar atributos de circularidad y un conjunto de indicadores de economía circular en todo el ciclo de vida de activos construidos.
  2. Directrices y consideraciones para determinar atributos de circularidad y un conjunto de atributos e indicadores de desempeño circular para materiales y productos de construcción.
  3. Directrices y consideraciones para determinar atributos de circularidad y un conjunto de atributos e indicadores de desempeño circular para sistemas constructivos.
  4. Directrices y consideraciones para determinar atributos de circularidad y un conjunto de atributos e indicadores de desempeño circular para diseño y planificación de proyectos de edificación e infraestructura.
  5. Directrices y consideraciones para determinar atributos de circularidad y un conjunto de atributos e indicadores de desempeño circular para la construcción (obra) de proyectos de edificación e infraestructura.
  6. Directrices y consideraciones para determinar atributos de circularidad y un conjunto de atributos e indicadores de desempeño circular para la planificación y diseño de barrios y entornos construidos.
  7. Directrices y consideraciones para determinar atributos de circularidad y un conjunto de atributos e indicadores de desempeño circular para la planificación, diseño y operación de ciudades circulares.

Estos nombres y el alcance de cada una de las normas serán discutidos y finalmente ajustados por el comité. 

“Me siento muy contento de que lográramos esta compra, espero que las normas se desarrollen con un enfoque atrevido y certero, dado que serán normas técnicas pioneras, seguramente referente para varios países de Latinoamérica y también para otras latitudes. A la vez, serán referente para otras más específicas que debería desarrollar el sector privado” (…), “No hay que olvidar que empiezan a correr las metas REP y es buen momento para avanzar en proyectos para materiales valorizados para la construcción. Este escenario, es una tremenda oportunidad para que los emprendedores del sector construcción, los desarrolladores de nuevos materiales y sistemas constructivos, agrupados, propongan a la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) nuevos APL y se pueda profundizar sobre este trabajo, avanzado y en curso, con nuevas normas técnicas”, sostiene González.

El rol del sector privado

Si bien se han realizado importantes esfuerzos para avanzar hacia el cumplimiento de lo señalado en la Hoja de Ruta de Economía Circular del sector construcción al 2035, desde el sector público y también desde el privado, por ejemplo con la “Estrategia de Economía Circular en Construcción 2025” y los Acuerdos de Producción Limpia (APL) del sector; “se requiere implementar más iniciativas concretas referidas a normativa técnica. Ahora es momento de que el sector privado se movilice para financiar y encargar nuevas normas técnicas que le permitirán hacer su parte en la formación de una infraestructura para la calidad en la implementación de economía circular en construcción”, sostiene González.

Avances y desafíos de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, a un año de su implementación

Fecha: 30/08/2021

Los integrantes del Comité Consultivo Público: MMA, MOP, Minvu, Corfo y Construye2025, se han preocupado especialmente de avanzar colaborativamente, para lograr las metas trazadas que buscan convertir a la construcción en una economía circular. 

Tanto en el mundo público como en el mundo privado, la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 ha sido bien acogida. Cuando los servicios públicos demandaban una guía para mejorar la sustentabilidad de las obras y adoptar rutas hacia la circularidad, el sector privado respondió con la elaboración de una Estrategia de Construcción Circular 2025, a corto plazo que trazó los ejes y acciones de la Hoja de Ruta. 

“Nuestra ministra ha mostrado gran entusiasmo con el desafío de la circularidad para el sector construcción y derivado de ello ha sostenido un activo apoyo al desarrollo de las gestiones y avances, a través de la participación en todas las actividades a las que le hemos convocado, junto con un respaldo a las acciones intersectoriales”, comenta Rubén González, encargado de RCD en la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente.

En este ámbito, los temas referidos al avance en la circularidad para el sector construcción como acciones en la Hoja de Ruta Nacional para un Chile Sin Basura al 2040, acción que permite reforzar desde el instrumento rector de mayor escala en la materia las definiciones de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035.

“Además de la agenda multisectorial en la que se trabaja colaborativamente con otros ministerios desde el nivel central, ya sea en el marco del convenio interministerial de construcción sustentable, como en mesas bilaterales o multilaterales con servicios como MDSF, Minvu, MOP, Minsal, Subdere; a nivel regional se participa activamente en los Consejos Regionales de Construcción Sostenible, los Corecs, en las que se ha priorizado materias de economía circular y RCD, en la mayoría de las regiones del país”, añade González.

 Además, el especialista del Ministerio del Medio Ambiente, hace hincapié en que las Secretarías de Residuos (SER) se han preocupado de posicionar la temática y de promover instancias de planificación regional, esto es la bajada de las guías de la hoja de ruta, así como de los lineamientos de nuevas áreas metropolitanas. “Asimismo, se ha prestado apoyo para circularizar proyectos emblemáticos en algunas regiones como el proyecto de master plan para el Morro de Arica”, indica.

Trabajo colaborativo

En materia de articulación gremial del sector privado, el Ministerio del Medio Ambiente participa activamente del APL actualmente en el desarrollo en la Región de Valparaíso para una economía circular en construcción. “Se ha impulsado la articulación con municipios, y convocado al sector privado, y mundo académico a sumarse a los desafíos de la hoja de ruta”, comenta el encargado de RCD en la Oficina de Economía Circular.

Igualmente, destaca la iniciativa de formar una alianza para crear una academia e industria circular. Para ello, se formalizarán convenios de cooperación con Sofofa y con distintas universidades e institutos técnicos, para impulsar una agenda común tanto con la industria como con las unidades de investigación y desarrollo en el mundo académico.

Desde el punto de vista normativo, el MMA ha participado activamente en la elaboración de la NCh3562 “Gestión de residuos — Residuos de construcción y demolición (RCD) – Clasificación y directrices para el plan de gestión” y ha encargado al INN el desarrollo de una nueva norma técnica en el ámbito de las demoliciones, que por primera vez incorpora lineamientos para procesos de deconstrucción y un manejo ambientalmente racional de residuos en demoliciones. 

Asimismo, en el aspecto regulatorio la Oficina de Economía Circular ha propuesto en las instancias ministeriales la elaboración de ajustes al DS40, que esclarecen y facilitan la tramitación de proyectos de valorización de RCD en el SEIA; ha participado en la elaboración del Reglamento sanitario para el manejo de los residuos de la construcción y demolición – RCD, en conjunto con los demás ministerios del consejo consultivo, y Construye2025, que recientemente fue sometido a consulta pública, y ha avanzado en la definición y articulación con Minsal, para definir una reglamentación con foco en economía circular, que complementará, desde el punto de vista ambiental y sanitario, a la reglamentación existente y en curso.

En materia de fortalecimiento del capital humano para la valorización de RCD, el ministerio se encuentra levantado financiamiento privado, en alianza con Construye2025, para el desarrollo de un proyecto de certificación de competencias laborales para los actores en la cadena de valorización de RCD, el que será prontamente comunicado toda vez que se postule, así mismo se encuentra activamente buscando financiamiento en el sector retail para abordar el desarrollo de competencias laborales en materia de economía circular en el sector relacionado al diseño industrial y de BTL.

Plan de gestión

Por su parte, para el Ministerio de Obras Públicas, el primer gran avance para este fue la elaboración de un Plan de Gestión de RCD homologado para todas las obras MOP, el cual se instruyó en diciembre de 2020 para implementar paulatinamente en nuevas obras MOP a partir de enero 2021. “Este plan de gestión, además de ser una herramienta para conocer de manera sistematizada los residuos que generan nuestras obras, nos permitirá en el corto plazo conocer datos respecto de los residuos generados por cada tipo de obras ejecutadas por este ministerio, conociendo la trazabilidad y destino final de estos”, señala el director general de Obras Públicas, Carlos Guzmán.

Lo anterior, según la autoridad del MOP, será información relevante para futuras metas de reducción, reutilización e incluso de generación de nuevos mercados de productos derivados de los residuos generados.

La mirada al futuro

Uno de los desafíos es el desarrollo de un plan de acción ministerial en materia de economía circular y sustentabilidad en construcción, que vaya más allá de la Oficina de Economía Circular y que permita definir una agenda propia. Esto implica impulsar una agenda regulatoria y legislativa para incorporar la economía circular en el quehacer cotidiano de la construcción pública y privada desde una arista centrada en el control del riesgo ambiental de los residuos, la reducción de estos, las garantías de ecodiseño, durabilidad y reciclabilidad de componentes y partes constructivas, y de maximizar los beneficios ambientales de los proyectos.

Otro de los desafíos, en lo relativo a la implementación de medidas, constituye el desarrollo de una infraestructura para la calidad en torno a la economía circular del sector construcción; lo que implica nuevos desarrollos de normas técnicas, sobre todo, en lo referido a la definición de estándares para distintas aplicaciones de material valorizado, respecto la composición de materiales para facilitar la valorización, para el desarrollo de partes, piezas y componentes constructivos reutilizables, reversibles, durables (entre otras características); pero también la elaboración de sistemas de auditoría, acreditación, certificación de productos, servicios, procesos y personas, sistemas de inspección y evaluación de conformidad, la implementación de capacidades de ensayo, laboratorios, y sistemas de muestreo. Con este objetivo, el MMA está evaluando el desarrollo de un convenio con INN, para abordar estas materias.

Complementariamente y dado el desafío financiero y de recursos humanos que significa avanzar en todas estas materias, se trabaja actualmente en la elaboración de un proyecto para conseguir financiamiento de organizaciones multilaterales, sobre el que podremos contar más adelante. 

Para Paola Valencia, secretaria ejecutiva de Sustentabilidad y Cambio Climático del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), los avances desde su cartera han sido de preparación y, teniendo como horizonte el próximo año, lo sintetiza así.

  1. Se solicitará para todas las obras del Minvu contar con un Plan de Gestión de Residuos.
  2. Se solicitará a todas las obras del Minvu realizar las declaraciones de residuos y otros contaminantes en la plataforma de MMA denominada RETC.
  3. Además, el año 2022, se comenzará a trabajar en la promoción de etiquetado ambiental de productos de construcción.
  4. Se espera avanzar en circulares o modificaciones regulatorias para promover la creación de centros de valorización.
  5. Se continuará trabajando en forma coordinada con el Comité Consultivo Público para avanzar en forma conjunta en estos temas.

En tanto, el director general de Obras Públicas, Carlos Guzmán, plantea el desafío de crear incentivos en las licitaciones de obras, para que los contratistas cuenten con criterios sustentables como, por ejemplo, reutilización de material, cálculo de huella de carbono, compromisos con la comunidad, certificaciones, etc. Esto lo resume en los siguientes compromisos futuros: avanzar en la eliminación de barreras en la regulación y normativas que impidan la valorización, reciclaje de residuos, RCD, y la producción de materias primas secundarias para productos de la construcción; incentivar compras públicas y licitaciones de proyectos de infraestructura y edificación, que traicionen el desarrollo de la economía circular en construcción; promover las ventajas y oportunidades de una prevención y gestión sustentable de los RCD en obra y, en consecuencia, las mejoras en productividad, seguridad. 

Además, Guzmán, hace hincapié en otros dos retos: participar activamente en procesos que generen herramientas, políticas públicas, iniciativas y acciones que fomenten mercados circulares en construcción, que incluyan criterios de economía circular en la evaluación de la inversión pública y permitan contar con información para mercados circulares; y, finalmente, coordinar entre los distintos servicios, el uso de material RCD.

“A partir del liderazgo y visión del programa Construye 2025, como país estamos siendo pioneros en materia de economía circular en el sector construcción a nivel latinoamericano. La hoja de ruta recientemente lanzada promueve a cambiar el paradigma de los residuos de la construcción y demolición (RCD) hacia la sustentabilidad”, complementa Elizabeth Zapata, directora de Desarrollo Tecnológico de Corfo.

La ejecutiva también comenta que a través de la convocatoria “Reto de Innovación: Economía circular en el sector construcción” buscan conectar a la industria de la construcción con el ecosistema de emprendimiento, innovación y desarrollo tecnológico, para que este pueda aportar en la generación de soluciones tecnológicas innovadoras que disminuyan la pérdida de recursos y las externalidades negativas, en ámbitos tales como nuevos materiales, uso eficiente de recursos o gestión de residuos. “Esperamos que los proyectos ganadores representen un impulso relevante para promover la circularidad en el sector, acorde a las brechas y desafíos plasmados en la hoja de ruta”, sostiene.

En tanto, ha sido “fundamental el rol de articulador y coordinador que tiene el programa para avanzar y lograr las metas propuestas en la ambiciosa hoja de ruta”, destaca la coordinadora de Sustentabilidad Alejandra Tapia. En las temáticas lideradas por Construye2025, destaca el proyecto “Portafolio de Modelos de Negocio en Economía Circular en Construcción”, cuyo objetivo es disponer información a emprendedores e innovadores para implementar nuevos negocios, y por otra parte, desde el punto de vista regulatorio, pronto se dará inicio a la consultoría Propuesta para un marco regulatorio integrado y fomento a la valorización de los residuos de la construcción y demolición, RCD”, cuyo propósito es contribuir a acelerar los cambios en el marco regulatorio y fomento, que se requieren para implementar actividades productivas relacionadas a la valorización de residuos de construcción y demolición, entregando una orientación a los distintos servicios públicos.

 

Fotos gentileza Constructora Viconsa, Joaquín Cuevas.