Con la primera presidenta de AICE, el gremio de los ingenieros estructurales avanza en difundir el rol de las mujeres en esta disciplina. Se trata de Francisca Pedrasa, quien busca promover la sustentabilidad en el rubro de la construcción y la colaboración con otras instituciones.
Justo en el año de su aniversario número 25, la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) eligió por primera vez en su historia a una presidenta. Se trata de Francisca Pedrasa, ingeniera civil mención Estructuras y Construcción de la Universidad de Chile.
La profesional, con más de trece años de experiencia en el diseño estructural y gerenciamiento de proyectos de edificaciones hospitalarias, habitacionales y comerciales en Chile, y en dirección de equipos de trabajo, es socia de AICE desde 2011 y desde 2018 ha participado activamente en subcomités como AICE Mujer, que tiene como objetivo difundir la ingeniería civil como carrera de interés para niñas y adolescentes.
En 2022 asumió como directora, “con gran alegría de colaborar activamente en el fortalecimiento de la institucionalidad de nuestra asociación como, por ejemplo, impulsando la certificación ISO 9001 que estamos ad-portas de cumplir”, comenta Pedrasa.
Paralelamente, la ingeniera señala que “seguiremos fomentando la mejora continua en el equipo de administración, en busca de lograr una asociación robusta, que permita asegurar su continuidad”.
Dentro de los desafíos para este nuevo periodo, la primera presidenta de AICE señala que “hoy la sostenibilidad es primordial y nos brinda una gran oportunidad para promover la colaboración entre instituciones a través de convenios formales, como las que mantenemos con CCI e IC, entre otros. Éstas son parte de las actividades que seguiremos promoviendo el 2023. Asimismo, junto al subcomité gremial, consideramos aumentar nuestro aporte y estrechar relación con instituciones de primera relevancia, tales como MINVU, MOP y Construye2025”.
Antes de Francisca Pedrasa, la ingeniera estructural María Jesús Aguilar marcó un hito al convertirse en la primera mujer en ingresar al directorio de AICE, en 2019; y Marianne Küpfer, actual vicepresidenta, fue la segunda mujer directora y la primera en recibir el Premio Ingeniero del Año, en 2020.
La ingeniera comercial y gerente general de PlanOK Latam asumió la presidencia de Construye2025, con el objetivo de impulsar una gestión con sello colaborativo, con miras a llevar a la industria a un siguiente nivel.
Ligada al mundo de la construcción a través de Francisco Garafulich, su padre, Carolina cuenta que era oyente de la realidad de las obras, del manejo de los equipos de distintos niveles, lo complejo y mágico de levantar un edificio de 20 pisos, de construir un túnel en medio de un cerro, de construir en lugares lejanos donde el clima deja aislados a los equipos: “Conocí los sueños y esfuerzos de muchas personas por transformar la industria inmobiliaria y de construcción impulsados por el impacto en el desarrollo del país, en la vida de miles de colaboradores y sus familias y en la vida de miles de personas que querían y necesitaban cumplir el sueño de la casa propia”, afirma.
Luego tuvo la posibilidad de trabajar en empresas inmobiliarias y constructoras, lo que la ayudó a vivir de cerca eso que había compartido como espectadora. “Después, en PlanOK, tuve la posibilidad de estar cerca no de una, sino de muchas empresas en distintos países que me vuelven a inspirar por su convicción de transformar la industria, conscientes del impacto del rubro en las personas y el medio en general”, precisa.
Si bien ya en la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) había participado en distintas instancias ligadas a impulsar la sostenibilidad en la industria, con los distintos pilares que ésta impacta, como personas, medio, comunidad, entre otras, “todo esto hace crecer en mí ese sueño que muchos tenemos de cambiar el mundo, de ser parte, motor y canal de un mundo mejor. Creo que la transformación es más valiosa que el concepto del cambio, porque tomar lo que hay para hacer algo mejor permite valorar la ruta caminada y tomar los aprendizajes que nos lleven a otro nivel de una manera más empática, respetuosa y humilde”, cree Carolina Garafulich, la nueva presidenta de Construye2025.
Por todo lo anterior, cuando le presentaron la posibilidad de asumir este rol, liderado hasta el 10 de marzo de 2023 por Pablo Ivelic, con quien había tenido la oportunidad de compartir otras instancias de trabajo en la CChC “y a quien le tengo mucha admiración por lo que ha hecho en EI y en la industria”, le fue imposible decir que no. “Creo que el trabajo que ha realizado Construye2025 ha sido un tremendo aporte para la industria que no puede detenerse y espero que se siga visibilizando a todo nivel, porque cumple con mi compromiso de aportar a mejorar la calidad de vida de las personas a través del rubro inmobiliario, de la construcción y de la tecnología. Así, quedo al servicio de apoyar a materializar la hoja de ruta para los próximos años y a seguir transformando el sector construcción desde la productividad y la sustentabilidad, impactando positivamente en el ámbito social, económico y medioambiental”, sostiene Garafulich.
A ello agrega que “es un honor como mujer tomar este rol para visibilizar los liderazgos femeninos que están surgiendo en la industria”.
¿Cuál será tu sello en la presidencia?
Mi sello, en general, es trabajar de manera colaborativa. Espero ser un canal, un puente, para seguir posicionando a Construye2025 y articulando a distintos actores de la industria, para que en conjunto sigamos materializando iniciativas que lleven a la industria a otro nivel.
¿Piensas darle relevancia a la paridad de género en el programa? ¿Cómo ha sido para ti trabajar en un mundo mayoritariamente masculino?
Como comenté en el Comité, nací rodeada de tres hermanos, tengo dos hijos y me he desempeñado en el rubro de la construcción y de la tecnología, un mundo más masculino imposible, pero esto mismo me ha hecho desarrollarme en este contexto sin mayor problema. La vida me preparó para esto, sin tener que perder mi estilo femenino en todo lo que hago.
En general, no voy con los opuestos, voy por la integración de lo mejor de todos los mundos, por la colaboración. Para mí es la única forma de construir. He tenido la suerte de que mis jefes han sido mis grandes promotores, que han visibilizado y potenciado mis habilidades concretas y blandas que, en su conjunto, me han permitido movilizar los desafíos que me propongo.
Para mí, no ha sido algo traumático, aunque empatizo que para muchas mujeres sí lo ha sido; en general, siempre me he dedicado a dar lo mejor en lo que hago sin intereses posteriores, por lo tanto, el desarrollo de mi carrera se ha movido en torno a la gratitud más que a la frustración.
Hoy espero que el estar en este rol inspire a más mujeres del rubro a sumarse a los desafíos, a construir espacios de desarrollo y a generar espacios para otras mujeres, para que llegue el momento en que hablar de las mujeres como parte de la inclusión no sea un tema, porque ya será parte de la normalidad ver mujeres en cargos directivos y a todo nivel.
¿Hay algún tema de la hoja de ruta que te llame especialmente la atención trabajar? ¿Por qué?
Todas las iniciativas de la hoja de ruta en el ámbito de la industrialización, sustentabilidad y transformación digital me inspiran muchísimo, pero si tuviese que destacar alguno que me llame especialmente la atención quisiera destacar la “Macro-gestión basada en datos”, que es parte del eje Transformación Digital. Es clave poder tener información lo más objetiva posible a la hora de tomar decisiones, el país no necesita que nos movamos por ideologías o colores políticos, sino que necesita que quienes toman decisiones estén preparados y cuenten con la información necesaria para corregir lo necesario para que el país crezca y que quede el bienestar de las personas.
Entre otras cosas, esta iniciativa tiene una serie de aristas que se tendrán que abordar, ya que la clave de que esto funcione es un proceso exitoso de transformación cultural y la transformación digital empieza por las personas. Elegí esta iniciativa, porque la data será el insumo clave para la mejora continua de todas las iniciativas en cualquiera de los ejes.
Conquistar al mundo privado, transmitir el valor de la herramienta y contribuir a la meta de la carbono neutralidad que se propone Chile serán los principales retos para la arquitecta durante su gestión como presidenta de CES.
La arquitecta Paola Molina, que ha formado parte del Comité Directo CES desde 2016, asume a partir de julio la presidencia de la Certificación Edificio Sustentable (CES), en representación del Colegio de Arquitectos, entidad a la que le corresponde este liderazgo durante el período 2021-2023.
Este es un desafío que -según dice la profesional- asume con un alto grado de compromiso. “Conozco la certificación desde antes de que naciera. He visto todas sus etapas y procesos a la fecha y creo que es una herramienta súper valiosa a nivel nacional, que permite levantar competencias vinculadas a la sustentabilidad, un tema puesto en la palestra tanto por la calidad de vida como de cara al cambio climático”, señala la nueva presidenta de CES.
Para Molina, quien también preside el subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción (IC), los mayores retos que enfrenta CES son lograr que se levanten edificios Net Zero y conquistar al sector privado. “Que entiendan que CES es una herramienta muy valiosa, que permite -desde el diseño- disminuir considerablemente las demandas de energía y mejorar la calidad de ambiente interior”, comenta.
Arquitectura y diseño van de la mano, a la hora de responder a las condicionantes relacionadas con el cliente, el clima y otros elementos importantes cuando se toma la decisión de levantar un muro, hacer una ventana o un techo. Paola Molina lo sabe bien y, en este sentido, espera que la reglamentación continúe actualizándose.
Mirando los estándares térmicos a nivel internacional, en todas las ciudades de Chile, se han impulsado planes de descontaminación que buscan generar una cultura sustentable, para desarrollar mejores soluciones constructivas. “CES es una manera de validar esas mejoras, de poder mostrarlas. La calidad del ambiente o la iluminación no son factores tan en la conciencia del usuario, ni las posibilidades que ofrece el diseño para manejar eso. Antes se privilegiaban más las terminaciones, pero no la calidad de ambiente interior”, explica la arquitecta.
Ahora, el objetivo es responder con la herramienta CES promoviendo las condiciones que se necesitan para avanzar hacia la carbono neutralidad, valorizando los edificios con balance energético. “La certificación tiene que ir abordando los incentivos, para que se vaya moviendo toda la industria”, señala Paola Molina.
Si bien las certificaciones internacionales han sido valiosas, en este sentido, al ir poniendo temas de sustentabilidad sobre la mesa, los estados de desarrollo de los países que los generan son diferentes. “Los climas son distintos, eso va generando barreras para lograr la eficiencia esperada. En cambio, las certificaciones nacionales están considerando parámetros sociales, ambientales, etc., a nivel local”, acota la nueva presidenta de CES, quien valora poder contar con un directorio que representa a todo el espectro público-privado, a la academia e industria, lo que aporta una visión amplia y vinculada a la realidad país. “Necesitamos certificaciones como CES, que ayudan con eso”, concluye.
Como vicepresidente AOA fue elegido el arquitecto José Ramón Ugarte.
Mónica Álvarez de Oro, socia de MAO Arquitectos y directora de AOA desde el año 2018, logró su reelección para un nuevo periodo en el reciente proceso eleccionario vía voto electrónico desarrollado al interior de la asociación. Durante la primera sesión del nuevo directorio, fue elegida por unanimidad como presidenta en un mandato que se extenderá por dos años.
Sigue avanzando en AOA la conformación de un directorio elegido completamente en forma democrática, en un proceso que se inició el año 2018. Con la más reciente elección, se incorporaron los arquitectos Ángela Delorenzo y Cristián Undurraga, mientras que fueron reelegidos Mónica Álvarez de Oro (presidenta) y José Ramón Ugarte (vicepresidente). Se unen a los directores Juan Sabbagh, Francisca Pulido y Rodrigo Searle, quienes están a mitad de su periodo, mientras que Ignacio Hernández, quien encabezó la AOA entre 2018 y 2020, pasa a adoptar la figura de past president, junto a Pablo Larraín.
De manera histórica, Mónica Álvarez de Oro se convierte en la primera mujer en ser presidenta de la asociación, concretando un importante avance hacia un gremio más representativo, en línea con lo sucedido en el mundo: este año, el premio Pritzker recayó en un equipo femenino, Grafton Architects, que dirigen Yvonne Farrell y Shelley McNamara.
“En estos momentos especiales, queremos fortalecer el trabajo en conjunto para, eventualmente, proponer políticas públicas y acciones privadas, enfrentando lo que viene y la forma en que afectará a nuestras ciudades. Tenemos responsabilidad tanto en ello como con nuestras oficinas asociadas. Se abren muchos escenarios posibles luego del estallido social y la pandemia que nos afecta, por ello es urgente abrir espacios de conversación y reflexión, asumiendo un rol propositivo y no quedándonos como espectadores que esperan soluciones”, sostuvo con motivo de su presentación como presidenta, ante la Asamblea Ordinaria de Socios que en esta ocasión se realizó de manera virtual.
Arquitecta de la Universidad de Chile, magíster en Dirección de Proyectos con Eficiencia Energética de la Universidad Mayor y diplomada en Arquitectura del Paisaje de la Pontificia Universidad Católica, Mónica Álvarez de Oro es socia de MAO Arquitectos, además de socia y directora de Seismic A+E, consorcio de oficinas en formación para exportación de servicios de arquitectura e ingeniería a China, con apoyo de Corfo.
Además de su trabajo orientado a la eficiencia energética y el cuidado del medioambiente en la ejecución de proyectos, como directora AOA se ha desempeñado con éxito encabezando el comité de Globalización y Misiones, instancia que en el último periodo organizó una Misión Tecnológica a Escandinavia, visitando importantes oficinas en Dinamarca, Noruega y Suecia, varias de las cuales participaron luego en Enexpro, feria de exportación de servicios organizada con Prochile. Durante su periodo como presidenta del Comité, AOA también colaboró con el Colegio de Arquitectos y la Bienal de Arquitectura, y realizó una Misión Histórico Cultural a Montevideo.