Con una ceremonia que se realizará el 9 de enero, en Concepción, en la Universidad del Bío-Bío se inaugurará el esperado Laboratorio de Prototipado Experimental Piloto (PEP Lab), un hito del CIPYCS que permitirá habilitar un ecosistema de producción de innovación basado en ciencia, prototipado y experimentación para la industria de la construcción.
El Laboratorio de Prototipado Experimental Piloto (PEP Lab), que se inaugurará el próximo 9 de enero de 2024 en el Campus de Experimentación de la Universidad del Bío-Bío en la ciudad de Concepción, es un hito del Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (CIPYCS). “Pero no es solamente eso, significa también un avance considerable y seguro en los objetivos de alto nivel del programa Construye2025, en cuanto a impulsar el desarrollo de la industria de la construcción y del país “a través de la incorporación de innovación, nuevas tecnologías y fortalecimiento del capital humano, teniendo como foco el bienestar de los usuarios y el impacto a lo largo del ciclo de vida de las edificaciones”, como bien se señala en la visión del Construye2025, programa que inspiró e impulsó la iniciativa y bajo cuyo alero se desarrolló”, comenta el Dr. Luis Ariel Bobadilla, profesor titular de la Universidad del Bío-Bío, secretario técnico del Comité Ejecutivo Programa UBB Sustentable 2023-2050.
En ese sentido, el académico cree que el PEP Lab viene a llenar “una sentida necesidad del colectivo de la industria y es un verdadero sueño cumplido para sus impulsores”.
Y es que el PEP Lab permite estructurar y habilitar por primera vez en Chile, en un mismo espacio físico, un Ecosistema de Producción de Innovación basado en ciencia, prototipado y experimentación, denominado (Eco PI UBB CIPYCS). Como explica el doctor Bobadilla, éste es un sistema dotado de facilidades experimentales para cubrir niveles de maduración tecnológica de productos en el rango TRL1-TRL8. Esto equivale a hablar desde su concepción científica básica hasta su materialización como producto tecnológico en la forma de primeras unidades prototípicas a escala uno a uno real, para pruebas finales de conformidad antes de su puesta en el mercado y comercialización.
“PEP Lab viene a cerrar así la brecha que nos faltaba para llegar a TRL 8, para cubrir las ‘últimas millas’, el tramo entre TRL5 hasta TRL8 que los estudios de base que fundaron el programa Construye2025 identificaron en su momento como una falla crítica que limitaba la capacidad para generar innovación, que motivó precisamente la formulación del proyecto CIPYCS”, detalla el investigador.
Aunque reconoce que ésta una brecha que no se cierra simplemente disponiendo del espacio para prototipar, sino que con mucho más: con capacidades para prototipar a escala real en ambientes industriales controlados y, más importante aún, con capacidad para comprobar y acreditar que los productos poseen las funcionalidades requeridas. “Armar un sistema con esas características en nuestro país es difícil, costó tiempo e importantes otros nuevos recursos económicos, que se tuvieron que apalancar y disponer, en especial para contar con infraestructura de nivel para prototipar a escala real, pero valió la pena todo el esfuerzo”, considera Bobadilla, quien también participa del Consejo Estratégico de la Construcción.
Más innovación para el sector
Así, Eco PI UBB CIPYCS, es, además, un lugar de encuentro entre la industria y la universidad, apropiado para codesarrollar y ejercitar la cooperación, la innovación asociativa, crear redes y construir capital social.
“Eco PI UBB CIPYCS responde a una carencia histórica, una falla que explica en gran parte la baja tasas de innovación en la industria de la construcción. Las capacidades disponibles en las universidades, sirven para producir y probar prototipos a escala reducida, resulta por lo mismo muy riesgoso escalar de ahí a producción industrial y al mercado”, sostiene el académico.
Por ello, con este nuevo laboratorio se espera poder fabricar a escala experimental piloto, primeras unidades como probetas para realizar pruebas de conformidad y/o como modelo para la fabricación masiva. “La unidad está habilitada para replicar condiciones industriales controladas y fabricar, evaluar y producir innovación a costos más convenientes, sean de primeros lotes de producción de nuevos productos en madera, hormigón, elementos reciclados o productos híbridos más complejos. Reduce, por lo mismo, los riesgos inherentes a cualquier proceso de innovación, con lo que crea mejores condiciones para generar desarrollo tecnológico, productivo y social”, asegura.
El Ecosistema lo conforman PEP Lab, la unidad dispuesta para prototipar que se está inaugurando, más 20 otros laboratorios satélites llamados Laboratorios de Control de Conformidad (LCC), que la Universidad del Bío-Bío dispuso se arreglen y utilicen para conformar el Ecosistema de Producción de Innovación. Los LCC son unidades instaladas por la UBB en las últimas dos décadas para apoyar sus procesos de formación e investigación en las áreas de control térmico, higrotérmico, acústico, estructural, biótico, entre otros, y la mayoría son Laboratorios Oficiales de Control Técnico del Ministerio de Vivienda (Minvu). “En estos laboratorios está previsto que se realicen las pruebas de verificación de conformidad y las finales de acreditación y certificación de estándares de desempeños. Una labor cardinal toda vez que hoy no basta decir que un producto es de calidad, la calidad debe acreditarse a través de medios y los organismos que la ley prevé para ello”, dice el ingeniero.
Eco PI UBB CIPYCS dispone de dos líneas de producción: una en Madera y productos derivados y otra en Hormigón y productos reciclados, ambas dotadas de avanzada tecnología de producción, como la primera impresora industrial 3D disponible en Latinoamérica inaugurada recientemente, un Brazo Robótico Industrial, CNC Router, Centro de Armado de Componentes, entre otros. Asimismo, dispone de un Laboratorio de Diseño Integrado para Construcción Aditiva dotado de tecnología BIM de Revit-Autodesk, Cascos EEG y otras facilidades para realizar diseño virtual paramétrico y trabajos en las líneas de Neuroarquitectura, más salas de clases en el mismo lugar, para apoyar procesos de formación y capacitación. “Todas estas facilidades nos ayudarán a producir innovación y potenciar la construcción industrializada y sustentable en Chile”, precisa Bobadilla.
¿Cómo opera PEP Lab?
Ariel Bobadilla describe el siguiente esquema técnico y administrativo: “A través de sus líneas de producción se fabrican prototipos de materiales y elementos a escala real, los que se someten a un proceso iterativo de prueba – verificación de hipótesis – ajustes y modificación – prueba, hasta que la solución alcance el nivel de conformidad establecido o se declare no viable. El prototipo que pasa por ese proceso es normalmente el mejor prospecto resultado de evaluaciones previas realizadas a diversas soluciones alternativas, teóricas y conceptuales con el apoyo de técnicas de simulación numérica y virtuales”.
Importante es señalar también que PEP Lab y el Ecosistema de Producción de Innovación Eco PI UBB CIPYCS, son facilidades que se disponen como bienes públicos, su modelo de negocio, que administrará el Centro de Investigación en Tecnologías de la Construcción de la Universidad del Bío-Bío (CITEC UBB), considera el libre acceso a su uso por parte de la industria y de otras instituciones, salvo solamente los costos de operación y mantención.
Los interesados en asistir a la inauguración pueden inscribirse en este LINK.
Tras cinco años desde su creación, los centros tecnológicos de la construcción: CIPYCS y CTeC, nacidos bajo el alero de Construye2025, con financiamiento de Corfo, comienzan a mostrar señales de consolidación y de trabajo cercano y estratégico junto a la industria.
Corría el año 2017, cuando Construye2025 apalancó fondos de Corfo para la creación de dos centros tecnológicos para la construcción, licitación en la que resultaron finalistas el Centro Interdisciplinario de Productividad y Construcción Sustentable (CIPYCS) y el Centro Tecnológico para la Innovación en Productividad y Sustentabilidad en la Construcción (CTeC).
De esta manera, durante cinco años y junto con el programa impulsado por Corfo, ambos centros han recorrido un camino de apertura hacia la innovación, la sustentabilidad, la tecnología y la productividad en la industria.
Por una parte, “el CTeC ha logrado transitar de una etapa de conformación y posicionamiento hacia un ciclo de consolidación, demostrando ser un aporte para la industria. Gracias al conocimiento aportado por su equipo, junto al trabajo desarrollado con las universidades socias y la experticia internacional, el Centro se ha convertido en una institución apreciada en el ecosistema nacional”, considera Carolina Briones Lazo, directora ejecutiva del CTeC.
En los últimos años, el CTEC ha puesto el foco en ayudar a levantar una industria golpeada por una fuerte recesión, y que enfrenta desafíos como el déficit de vivienda y la crisis climática, por medio del desarrollo de iniciativas bajo un enfoque de innovación abierta y colaborativa. “Estos han sido aspectos claves y diferenciadores en la búsqueda de ofrecer soluciones robustas y conectadas con las necesidades actuales de las empresas e instituciones del sector”, asegura Briones.
Y algo parecido ocurre con el CIPYCS, que vio el año 2022 como el de su consolidación, a juicio de su gerente general, Miguel Mora. “Pudimos terminar la construcción de IMA, el primer laboratorio de infraestructura modular de Latinoamérica, lo cual nos permitió comenzar a posicionarnos como un centro no solo con capacidad de conocimiento, tecnología para innovar, sino también como uno con infraestructura para innovar”, cuenta. Si bien Mora reconoce que les gustaría avanzar más rápido en el trabajo en conjunto con la industria, a su juicio, “las condiciones del mercado mundial durante 2022 no fueron las más favorables para la industria de la construcción. Sin embargo, hemos logrado generar espacios de trabajo con empresas que esperamos puedan generar proyectos de I+D+i durante 2023”.
El mandato de Corfo
Como cuenta Carolina Briones, desde su creación, el CTeC ha debido reportar a Corfo de manera anual el cumplimiento de KPIs asociados a a gestión administrativa, de posicionamiento, de venta de servicios y el desarrollo de infraestructura, entre otros aspectos, “los cuales hemos podido cumplir pese a los escenarios complejos que ha tenido nuestro sector en los últimos tres años”. Y cita como ejemplo la construcción del Parque de Innovación CTeC, construido en plena pandemia, “donde la movilidad era reducida y existía un grave problema de abastecimiento de la cadena de suministro, sumado al alto costo de los materiales”.
En tanto, Miguel Mora, especifica que “hasta ahora hemos cumplido lo propuesto inicialmente como centro; sin embargo, estamos trabajando en convertirnos en una plataforma que permita generar soluciones y oportunidades en el marco de los objetivos de desarrollo del país. Por lo cual, tenemos desafíos importantes en 2023 en alinear nuestros incentivos de I+D+i a las diferentes hojas de ruta de las industrias y la política pública”.
Los hitos de 2022
En 2022, ambos centros pudieron concretar importantes avances. Estos son los principales hitos:
CTeC
CIPYCS
Los desafíos
Por supuesto, aún hay trabajo por llevar a cabo. De esta forma, durante 2023, Carolina Briones comenta que los esfuerzos del CTeC se concentrarán en el desarrollo de una campaña masiva de digitalización dirigida a los segmentos de clientes identificados por el Centro, con un especial énfasis en PYMEs”. Para su implementación, se elaboró para el Eje de Ecosistemas Digitales de la CChC, material metodológico como la “Guía de adopción de BIM” dirigida a los tomadores de decisiones y la “Guía de 25 pasos de implementación BIM”, desarrollada para quienes deban ejecutar una estrategia de implementación dentro de su organización.
Paralelamente, se están desarrollando acciones de definición de estrategias y planes de trabajo para habilitar y poner en funcionamiento los Nodos Regionales, ubicados en Antofagasta y Temuco. “Estos nodos centrarán su quehacer en fomentar la adopción de capacidades por parte de grandes empresas y contratistas, en aspectos relacionados a la Construcción Industrializada (CI) y la adopción de Métodos Modernos de Construcción (MMC), bajo una lógica de operación de innovación abierta, donde el riesgo y los recursos invertidos pueden ser divididos entre varios colaboradores, los que, a su vez, capturan los beneficios y aprendizajes”, dice la directora ejecutiva del CTeC y agrega que este método de trabajo ya ha sido instalado por el CTeC en el Parque de Innovación, con gran éxito e importantes sinergias por parte de las empresas participantes.
Por otro lado, proyectos como “Modhabitar” en Antofagasta y el “Reto de Vivienda Industrializada” junto al Construir Innovando de la CChC, van por esta misma línea. “Esperamos seguir desarrollando está lógica colaborativa en otras regiones del país, y fortalecer una red de networking, en pos de elevar los niveles de sustentabilidad e industrialización del sector, propiciando la creación de emprendimientos de base tecnológica y disminuyendo el déficit de vivienda social”, proyecta Briones.
Asimismo, han sumado a su cartera de proyectos otro gran desafío: “Construye Zero”, que con una mirada a tres años promueve el desarrollo de 10 proyectos tecnológicos. El proyecto aborda retos asociados a la productividad, eficiencia y sustentabilidad a lo largo del ciclo de vida del entorno construido, e impacta en áreas como eficiencia energética e hídrica; energía renovables y autogeneración; edificios de consumo energético casi nulo; reducción de CO2; economía circular; Métodos Modernos de Construcción (MMC) para la Construcción Industrializada; medición y reporte y digitalización de la información. “Por medio de Construye Zero, CTeC buscan impulsar el desarrollo, adaptación y transferencia de soluciones que contribuyan a la descarbonización de nuestro país bajo un contexto de crisis climática”, precisa la profesional.
Los desafíos para el CIPYCS pasan por la construcción del PEP [lab] en la Universidad del Bío-Bío, “el cual es un laboratorio de prototipado a escala real que permitirá validar la elementos y materiales de construcción a nivel prototipo y que, además, generará infraestructura para innovar en la Región del Biobío”, asegura Mora. Y, por otro lado, está la creación y el desarrollo de nuevos proyectos de I+D+i ,que permitan a las empresas generar ventajas competitivas mediante la mejora de la productividad y la implementación de procesos y materiales más sostenibles.
“Hoy estamos trabajando en ser un aporte real a las empresas de construcción y las de otras industrias relacionadas con construcción, por lo que las invitamos a ponerse en contacto con nosotros para que en conjunto podamos generar soluciones que las ayuden a ser más competitivas en sus mercados”, sostiene Miguel Mora.