En 10 años, quien ha sido la única mujer a la cabeza de Construye2025, llega al final de un liderazgo marcado por la relevancia del trabajo colaborativo entre los sectores público, privado y la academia, la integración femenina en el rubro y la producción sostenible.
Carolina Garafulich es ingeniera comercial, directora de PopEstate y gerenta general de la empresa de tecnología Plan OK, roles que ha sabido conjugar con su cargo de presidenta en Construye2025. Conversamos con ella, ad portas de terminar su periodo y convertirse en Past President, nos cuenta cómo ha sido la experiencia de ser la única mujer a la cabeza de esta institución en una década.
Desde el ámbito personal, la líder explica que pudo conectar con el impacto que genera el rubro de la construcción en el país, tanto en lo económico como en lo social. “La palabra construcción tiene una tremenda energía: construir es levantar, edificar, crear posibilidades, posibilidades de desarrollo, de empleo, de vivienda, de conexión y de tantas cosas más. Cuando conectas con eso los tiempos y la energía se multiplican, porque cada avance en este rubro es un grano de arena que podemos entregar y una huella que podemos dejar”.
Desde lo profesional, para ella “fue muy enriquecedor, por una parte, ver la entrega del equipo ejecutivo, movido por sus convicciones, con una capacidad multiplicadora para estar presente en la mayor cantidad de instancias posibles que permitieran acelerar la transformación del rubro, y por otra parte, ver el interés de todos aquellos que participaban directa o indirectamente en la existencia de este programa con un rol articulador entre el mundo público, privado y la academia, logrando conexión y colaboración entre las partes”, precisa. Con esta experiencia, puede ratificar que “la colaboración es el puente para construir un mejor futuro para las siguientes generaciones”.
¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste al asumir la presidencia del programa y cómo lo superaste?
Creo que el mayor desafío es elegir desafíos y priorizar. Hay mucho que hacer todavía y dan ganas de abordarlo todo, pero no es posible, por lo que siempre hay que estar identificando dónde se puede generar más valor. Por otra parte, hay una gran necesidad de diálogo y de visibilizar acciones, iniciativas e información en general; hay muchas iniciativas que a veces se toman en paralelo desde distintas instancias y siempre es un desafío mantener un mapeo actualizado de acciones en marcha para articularlas de manera de unir esfuerzos y de esa forma, traccionar de forma más rápida y eficiente los resultados esperados. Creo que una buena comunicación y generar instancias de diálogo e interacción han sido clave para generar conexiones que permitieran avanzar en la hoja de ruta.
En estos años, ¿qué hitos destacarías como los más relevantes en la transformación del sector?
Construye2025 ha sido clave en instalar conceptos como la industrialización, la productividad, la innovación, la economía circular y la sostenibilidad en el sector de la construcción. Hoy, parecen conceptos cercanos y presentes en los titulares, comisiones de trabajo, gerencias, etc., pero hace 10 años no tenían la fuerza de hoy. Por supuesto que queda mucho por avanzar, pero ya logramos lo más importante: instalarlos como un tema relevante para el país, para las mallas curriculares y para la alta dirección en las empresas del rubro. Una iniciativa es, por ejemplo, el Sello Pro de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que permite iniciar un camino hacia la sostenibilidad de proyectos y empresas del sector a través de pilares concretos.
Construye2025 ha sido un referente en productividad y sustentabilidad en la construcción. ¿Cómo crees que ha cambiado la industria gracias a este programa?
Dentro de las iniciativas dentro de estos ámbitos, es clave destacar la creación del Consejo de Construcción Industrializada, con el fin de promover la industrialización como una estrategia que permite apoyar el desarrollo de la industria, favoreciendo su avance en productividad y sustentabilidad. En el ámbito de la sustentabilidad, destaco la creación de la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035, iniciativa para fomentar y promover la gestión sustentable de residuos, bajo el foco de economía circular.
En ese sentido, ¿qué rol ha tenido la sustentabilidad en la evolución del programa y cómo se proyecta a futuro?
La sustentabilidad ha sido uno de los temas centrales del programa, tanto así que es uno de los cinco pilares estratégicos de la Hoja de Ruta y el que ha contemplado la mayor cantidad de acciones (ocho). Cada día, el mundo está más consciente del impacto que hemos dejado en el planeta. Como país tenemos el desafío de ser carbono neutral y resiliente al clima para 2050 y el sector de la construcción es uno de los que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), por esto ha sido y es un aspecto clave a movilizar.
¿Cómo ha sido la relación y el trabajo conjunto entre el sector público, privado y la academia en estos años?
Es muy destacable que el programa complete diez años, lo que significa que ha perdurado más allá de los cambios políticos, lo que demuestra que este es un desafío país más allá de ideologías u otras diferencias, por el impacto económico, social y medioambiental del sector. Este trabajo conjunto no siempre es fácil, principalmente por los focos y desafíos particulares de cada uno, pero lo valioso es que en cada Consejo Estratégico se veía claramente el interés de colaborar y acceder a información de lo que estaba pasando en el rubro, de manera de generar sinergia, diálogo y avance. Me quedo con el valor que se la ha dado a C2025 desde estos tres sectores como acelerador y articulador, todavía necesario para disminuir las brechas actuales en el sector.
Un liderazgo integrador
Al despedirse de su periodo como presidenta, la hoy Past President espera haber dejado la huella de una líder comprometida con su misión, y espera que quien tome la posta responda a la misma inspiración y anhelo por hacer del sector de la construcción uno cada vez más avanzado y en sintonía con las necesidades del entorno.
¿Cómo te gustaría que se recordara tu gestión en Construye2025?
Espero que se recuerde como un liderazgo integrador, comprometido y con foco en resultados y avances concretos, que nos permitieran una base para un proyección a futuro.
¿Qué consejos le darías a quien tome el relevo en la presidencia del programa de cara a los próximos años?
Espero que quien me suceda se enamore de los desafíos del sector para que se mantenga motivado y en movimiento para abrir permanentemente posibilidades y conexiones para transformar este rubro. Que mantenga la capacidad de diálogo y articulación entre las partes para materializar los avances que nos quedan pendientes.
¿Cuáles son tus próximos desafíos profesionales tras dejar Construye2025?
Mis desafíos se mantienen en seguir aportando a la transformación digital de la industria desde mi rol de gerente general de PlanOK y directora de PopEstate, y mantenerme al servicio del sector como consejera de la CChC y como Past President de Construye2025, para asegurar una proyección del programa que permita seguir acelerando la transformación del sector. Espero también mantener una huella positiva en lo que hago, de manera de ser puente para que más mujeres se sumen al rubro.
Por Pablo Ivelic, Past President de Construye2025
El programa Construye2025 entra en su fase final. A partir de este año enfrenta su último trienio dentro del marco del período que contemplan los programas Transforma de Corfo. Ya han transcurrido seis años de trabajo intenso con el propósito de transformar la industria de la construcción en Chile desde la productividad y la sostenibilidad ambiental y vale la pena repasar algunos hitos relevantes.
A partir de la articulación de diferentes actores ligados a la construcción, desde la empresa privada, los organismos públicos y la academia, se han lanzado e implementado iniciativas, como Planbim, DOM en Línea, los centros tecnológicos CTeC y CIPYCS; se creó el Consejo de Construcción Industrializada, se diseñó la hoja de ruta para avanzar en la reducción y tratamiento de residuos de construcción y demolición, y se elaboró la estrategia de economía circular para la industria, que cuenta hoy con un plan de iniciativas y una gobernanza para su control y seguimiento. Este año estamos lanzando el desafío universitario netzero, que busca imprimir en los futuros profesionales del rubro la necesidad de diseñar infraestructura sostenible.
Pero mirar los avances del período pasa por entender también el contexto en el que nos desenvolvimos. Sin duda, la pandemia, con las cuarentenas, las restricciones a la movilidad y los protocolos sanitarios movieron el tablero de juego. ¿Qué pasó en este periodo? En forma transversal, los procesos de transformación digital se aceleraron y la productividad durante este período se vio mermada. Revisemos algunas cifras para nuestro rubro: la adopción de BIM en la construcción alcanzó un 41% el año 2021, progresando 19 puntos desde 2016. El índice de transformación digital en la construcción se situó a sólo 4 puntos bajo el promedio nacional, lo que considerando lo tarde que se sumó el rubro al proceso de digitalización es un resultado esperanzador. Lamentablemente, en forma paralela, la productividad media laboral disminuyó un 4,2% en septiembre de 2021 y 3,8% en 2022. Si bien otras industrias que normalmente resultaban aventajadas con respecto a la construcción -como la minería y la industria manufacturera- sufrieron caídas mayores (27% y 9%, respectivamente), estos retrocesos deben hacernos tomar acción.
¿Qué debe esperarse para los próximos años? La dicotomía entre el avance en la transformación digital y el retroceso de la productividad es sólo entendible en un contexto especial como el que vivimos los últimos tres años. Sin las restricciones por la pandemia debiéramos de ser capaces de capitalizar con eficiencia el proceso de digitalización. Si a eso sumamos los esfuerzos multiplicadores que el país en su conjunto (organismos públicos, empresa privada, centros tecnológicos y academia) ha puesto en la industrialización, debiéramos de ser capaces de cosechar cambios positivos en el valor agregado por cada hora hombre trabajada.
Y el trabajo de sostenibilidad ambiental debe redoblarse. La toma de conciencia empieza a apoderarse de los tomadores de decisión en nuestra industria. Una muestra de aquello fue la puesta en escena de la economía circular en el patio de Edifica 2022. También lo es que somos el primer rubro en contar con una estrategia de economía circular sectorial en el país.
Con todo, los desafíos marco por los que existe Construye2025 se mantienen vigentes. Junto con el comienzo del tercer trienio se da inicio también a una nueva presidencia en el programa. Hoy me toca despedir mi periodo, pero por sobre todo, dar la bienvenida al trabajo que asumirá Carolina Garafulich, quien liderará junto al equipo ejecutivo estas últimas millas. Conocedor de las competencias, la calidad humana y profesional y la energía de Carolina, estoy seguro de que al final de este periodo podremos ver los cambios que ha buscado Construye2025 desde sus inicios.
Por Lucio Ricke G., Past President de AICE.
Recurrentemente, nos preguntan si Chile está preparado para volver a vivir un terremoto de la magnitud del que sucedió en 2010. Desde el punto de vista normativo, inmediatamente después del 27F, se reaccionó modificando la normativa de diseño sísmico de edificios mediante decretos emitidos por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en base a las primeras conclusiones del comportamiento de las estructuras en el sismo. Posteriormente, con conclusiones más robustas disponibles, se ha actualizado y/o se están actualizando las normas de cálculo sísmico de edificios y de estructuras industriales, así como las de diseño de los distintos materiales que se utilizan en la construcción, ya sea, hormigón, acero, madera, etc.
Además, se han ido incorporando con mayor fuerza los conceptos de edificios y/o infraestructura resiliente, lo cual ha influido directamente en los diseños y también en la incorporación de dispositivos de aislación basal y/o de disipación de la energía que recibe la estructura, lo cual ha requerido actualizar la normativa vigente y las soluciones técnicas a utilizar.
Por otro lado, en base a la experiencia vivida el 27F, donde varios edificios no sufrieron daños estructurales, pero sí muchos daños de sus componentes internos, como tabiques, cielos falsos, etc., se ha mejorado el diseño de estos componentes y sistemas no estructurales que contiene una estructura, para lo cual el año 2015 el Instituto Nacional de Normalización (INN) publicó una norma y esperamos que pronto sea norma oficial de la República.
A ello se suma que los edificios habitacionales o de oficinas son verificados, de acuerdo con la normativa vigente, cada vez que son modificados estructuralmente o se cambia el uso del inmueble, especialmente cuando las cargas que afectan a la estructura son modificadas. Por otro lado, las estructuras industriales son verificadas cada vez que su propietario lo requiere, habitualmente por un cambio en los procesos productivos que alberga la estructura. En ambos casos, se verifica la estructura para que resista las nuevas solicitaciones de acuerdo con la normativa vigente en el momento de su modificación.
No debemos olvidar que la normativa de diseño estructural en nuestro país es mundialmente reconocida por sus buenos resultados estructurales en los grandes terremotos que nos ha tocado vivir. Hoy se podría decir que tiene un buen estándar técnico para los tipos de estructuras que históricamente se han diseñado en Chile y para los terremotos de subducción que principalmente nos afectan.
En base a lo ya expuesto, creo que estamos mejor preparados para un gran terremoto, aunque no debemos olvidar que todavía tenemos mucho que aprender de estos fenómenos de la naturaleza, y que es necesario seguir estudiando y desarrollando nuevas tecnologías en base a las evidencias que día a día nos revelan los terremotos que se producen en distintas partes del mundo, para estar mejor preparado día a día.
Pero sí se quiere innovar en las tipologías estructurales y/o lograr mejores comportamientos estructurales. Es necesario perfeccionar el proceso de actualización de la normativa en todos sus ámbitos, construyendo una instancia que disponga de recursos económicos y dirija un proceso periódico de actualización de las normas y, además, hay que incorporar instrumentos en las estructuras que permitan obtener datos del comportamiento estructural que respalde dicho proceso de actualización periódica de las normas.