La llegada del coronavirus nos dio lecciones a todos, pero también despertó nuestra resiliencia y capacidad de innovación. Mandatada por Construye2025, con apoyo del Instituto de la Construcción, la consultora In-Data dio con cinco soluciones clave para la reactivación y la productividad tras “tomarle el pulso” a la industria.
Cada industria ha experimentado los cambios de manera distinta y ha tenido que vivir sus propios aprendizajes. Con el fin de levantar información y entregar propuestas para el sector construcción, mandatada por Construye2025 y con apoyo del Instituto de la Construcción, la consultora In-Data ha estado trabajando en un completo reporte, que recoge soluciones de corto, mediano y largo plazo.
¿Cómo acercar la empresa al trabajador? ¿Cómo evitar la escasez y/o retraso en la entrega de insumos y productos? ¿Cómo bajar los impactos en los tiempos y productividad en obra? ¿Cómo se incorporan tecnologías e innovaciones en el rubro? Han sido algunas de las preguntas que Cristián Yañez, gerente general, y Eva Sánchez, investigadora de In-Data, buscaron responder mediante su investigación.
“Como conclusión, el escenario actual de pandemia dejó una serie de aprendizajes, con foco en ámbitos como recursos humanos y organización; necesidad de planificación y mantención de la cadena de abastecimiento en el rubro; acelerar la implementación de procesos de digitalización y automatización; acelerar soluciones industrializadas en la construcción; y re impulsar la construcción sustentable, tanto en el sector público como privado”, explican los especialistas.
De esta manera, mediante el trabajo participativo de una serie de talleres, In-Data logró priorizar cinco soluciones, que asoció a cinco fichas resumen, que detallan el alcance y/o objetivos específicos a los que responde cada propuesta, el periodo de implementación determinado, el desglose de las actividades específicas requeridas para dar cumplimiento los objetivos y los actores responsables de liderarlas y llevarlas a cabo. Éstas son las cinco propuestas macro:
Algunas recomendaciones de In-Data, en el ámbito de las competencias laborales fueron: elaborar una hoja de ruta de capacitación tecnológica, levantar diagnósticos periódicos del estado del capital humano, mirar la experiencia nacional y tomar el desafío de introducir metodologías de innovación a nivel organizacional.
En tanto, en abastecimiento, uno de los consejos clave es considerar el uso de software y aplicaciones móviles para el control de gestión e integración de información terreno. Por el lado del BIM, los consultores invitaron a revisar experiencias internacionales, como el caso del uso de escaneo 3D y modelos BIM, en New Jersey, para reemplazar totalmente el daño causado por un incendio en tiempo récord.
Respecto de la promoción de la industrialización, en In-Data, valoraron las iniciativas desarrolladas por el Consejo de Construcción Industrializada y Construye2025. Mientras que, en el último punto, los consultores apuntaron a la generación de incentivos para el desarrollo de una construcción sustentable.
Por Mónica Álvarez de Oro, presidenta de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).
En marzo se cumplió un año desde que se detectó el primer caso de covid-19 en Chile, una pandemia que ha afectado nuestra forma de vivir, con cambios que serán permanentes en nuestros hogares, trabajos y ciudades.
Las viviendas se volvieron oficinas, colegios, comercios, además de acoger el diario vivir, mientras que a la luz de las cuarentenas, las ciudades se replegaron y vieron vacías sus calles.
A futuro, las urbes se proyectarán diferentes, con más espacios públicos, mejor transporte y viviendas más amplias. El teletrabajo ha promovido la migración hacia lugares menos poblados, que permitan contactar con la naturaleza; las dimensiones de las oficinas se han reducido y la tendencia indica que serán cada día más eficientes, ya que el trabajo será flexible y los horarios, escalonados. La ciudad ya no será como antes y será nuestro trabajo aprender de lo que la pandemia ha dejado.
Arquitectura chilena hacia el mundo
Durante la crisis, las tecnologías han ayudado trabajar en forma remota, optimizando el tiempo y los recursos, haciendo más competitiva nuestra labor. Las fronteras se han difuminado y es más sencillo generar asociaciones estratégicas con oficinas en otros países. Ya no son necesarios los viajes, las reuniones presenciales o estar en otra región para poder exportar servicios profesionales.
La arquitectura chilena es exportable en su totalidad: es austera, racional, de gran belleza y elegancia, sin aspavientos ni elementos innecesarios.
El ser un país sísmico y con excelentes resultados en nuestra edificación para enfrentar terremotos, nos destaca a nivel mundial. Por otro lado, tenemos un territorio con una gran diversidad de climas y condiciones geográficas, por lo que entendemos y sabemos cómo enfrentar estos desafíos.
Chile es un mercado limitado para la arquitectura, por eso es importante buscar en el extranjero nuevos espacios, donde podamos llevar nuestra experiencia, generar nuevos ingresos y un nuevo y enriquecedor aprendizaje.
Cambios constitucionales
Para Chile y sus profesionales, el desafío no está solo en acoger esta nueva realidad. Con décadas proyectándose como un país seguro, políticamente estable, con gran desarrollo económico y atractivo para la inversión, desde el estallido social se ha hecho evidente una gran brecha social en la que es urgente trabajar.
Los grandes desafíos naturales y problemas sociales, deben ser resueltos de la misma forma responsable como desarrollamos nuestras políticas internas, sin caer en demagogias. Sin duda, la resiliencia es un atributo país.
Hoy se acerca el proceso constituyente y todos los profesionales estamos llamados a participar, formulando propuestas y visibilizando la relevancia de la arquitectura y el urbanismo en la calidad de vida de las personas.
4º Seminario Internacional de Construcción Industrializada: Industrialización en tiempos de reactivación, organizado por Construye2025 y el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), con el apoyo de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT).
Por Carolina Briones, directora ejecutiva del CTeC
Si hay algo que nos caracteriza como chilenos y nos llena de orgullo, es esa tremenda resiliencia que tenemos para reaccionar a las catástrofes naturales que cíclicamente nos golpean, apelando a la caridad de nuestros compatriotas para ir en ayuda de los más necesitados, y así, una y otra vez volver a levantarnos. Sin embargo, esta crisis no es igual ni comparable a las anteriores. Esta vez, tenemos a nuestro favor los meses de conocer con anticipación los efectos de la pandemia, lo que hoy nos permite mirar hacia Europa y Asia para entender sus procesos, extraer lecciones aprendidas, idealmente no cometer los mismos errores, pero, por sobre todo, tener algo de tiempo para planificar de manera proactiva lo que será la reactivación del país.
El sector de la construcción ha sido fuertemente golpeado, se han paralizado todo tipo de obras a lo largo del país, se proyectan bajas importantes en las inversiones, altas tasas de desempleo y tendremos que aprender a lidiar con las nuevas medidas sanitarias y de distanciamiento social en las obras. Dadas las actuales circunstancias, hemos escuchado voces desde diferentes sectores apelando a que nuestra industria debe migrar rápidamente hacia la transformación digital, y avanzar hacia la industria 4.0, mensajes que ya se venían escuchando tiempo atrás, pero que hoy calan hondo y se hacen necesarios.
De algún modo u otro, cada uno de nosotros ha vivido estos cambios, adoptando de forma no planificada y a veces un tanto atolondrada la modalidad de teletrabajo, donde hemos visto un aumento de procesos que usualmente requerían muchos trámites y tiempo, a ser digitales y sorprendentemente eficientes. Y entonces nos dimos cuenta de que sí lo podíamos hacer, pero ¿esto, es todo lo que había que hacer?, lamentablemente la respuesta es no. Para que la industria viva realmente este proceso de renovación, debemos dejar de pensar en el business as usual y reconocer que éste, es un cambio de paradigma donde todos los actores deben ser partícipes.
Tanto para las grandes empresas como para las Pymes, los desafíos se enmarcan dentro de los siguientes ámbitos:
Todas estas temáticas, ya sean trabajando juntas o por sí solas, generan grandes beneficios al permitir: mejorar la gestión de plazos y costos, mejorar la calidad de los proyectos, reducir la cantidad de desperdicios, aumentar las medidas de seguridad, permitir entornos más controlados y con mayores medidas de higiene, disminuir riesgos y externalidades, reducir emisiones de C02 y ruido, mejorar las condiciones laborales de la mano de obra, entre otras muchas cosas.
Sin embargo, transitar de un modelo de desarrollo de proyecto tradicional a uno de construtech, requiere de un nuevo pensar digital, y demanda que planifiquemos los proyectos de manera interdisciplinaria y desde etapas tempranas, y no solamente centrado en el proyecto sino que también en las partes y piezas que se puedan industrializar, lo que requiere que migremos con nuestros obreros desde el terreno a construir en fábricas siguiendo un modelo offsite, y en paralelo derribar ciertos mitos, como que lo prefabricado no es de óptima calidad.
A pocos meses de retomar una “nueva normalidad”, vale la pena preguntarnos si estamos listos para ello. Lamentablemente, si previo a esta crisis la industria no lo estaba, tampoco lo está ahora. Las grandes brechas siguen siendo, la fragmentación tanto de los procesos como de las etapas en el desarrollo de los proyectos, y la falta de formación de capital humano. Para ello, se requerirá mayor tecnificación de la mano de obra, pero también conocimiento avanzado de las capas gerenciales, junto a planes de entrenamiento especializados en conceptos como: planificación temprana, LEAN, BIM, automatización, fabricación digital, control numérico, gemelo digital, robótica, inteligencia de datos, etc.
Se debe dar el salto hacia la digitalización, pero de manera ordenada y de la mano de un “plan de reconstrucción”, que nos permita avanzar y salir de la parálisis en esta fase de emergencia. Y para ello, nuestro sector necesita con urgencia una comisión de trabajo público-privada y multisectorial, que, reconociendo las brechas y limitaciones de la industria, defina líneas de acción y trace una hoja de ruta soportada y traccionada por políticas públicas. En esta comisión y en su gobernanza, debe haber un fuerte liderazgo femenino, ya que, una de las grandes lecciones que nos ha dejado la pandemia y las gobernantes mujeres, ha sido la toma de medidas en base a modelos sistémicos y accionar colaborativo, dando clase mundial con los resultados obtenidos.
Paola Valencia, encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu.
Cruzamos una crisis global que está impactando todos los aspectos de la existencia humana sobre este planeta. La pandemia de Covid-19 no sólo está generando un lamentable récord de mortalidad a nivel mundial y el colapso de los sistemas de salud, sino que está produciendo serios efectos en otras esferas como la social, económica y medioambiental.
Claramente esto afectará los procesos de desarrollo a nivel mundial, especialmente considerando que la meta de los países ONU al 2030 era alcanzar globalmente un modelo de crecimiento sostenible para las sociedades.
Cabe recordar que en 2015 los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos, en el marco de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) consideran acciones en áreas sensibles de la humanidad y el planeta, que se integran e interrelacionan, por lo que la afectación de una tiene repercusiones en las otras definitivamente.
En este nuevo escenario de crisis, más que nunca tenemos la certeza de lo imperativo que resulta ejercer una mirada sostenible del desarrollo de las sociedades, que considere las vulnerabilidades de nuestros sistemas y propenda al cuidado de la vida en todas sus formas. Entonces, los compromisos país que hemos adquirido en materia de desarrollo humano y sostenible, deben estar presentes y modelar las decisiones y acciones que se definan para avanzar desde hoy en adelante, considerando las condiciones sociales, económicas y medioambientales que tendremos que enfrentar luego de esta pandemia. En definitiva, debemos asumir esta crisis como una oportunidad para impulsar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de manera de avanzar en la reducción de desigualdades de todo tipo.
Uno de los ámbitos relevantes en los ODS se relaciona con la carbono neutralidad, que es un factor preponderante en las condiciones de vida de las sociedades, dado que el calentamiento global y el cambio climático están directamente relacionados con el aumento sostenido de los gases de efecto invernadero, en especial del CO2.
Chile, en el marco del Acuerdo de París, se comprometió a alcanzar el carbono neutralidad al año 2050 y llegar a un peak de emisiones de gases de efecto invernadero en 2027. Para alcanzar estas metas se considera que una de las estrategias más costo-efectivas es descarbonizar el sector de la edificación, dado que las ciudades ocupan solo el 3% de la superficie del planeta, pero representan el 75% de las emisiones de carbono y consumen entre el 60 y 80% de la energía.
Por otra parte, se estima que el 36% del uso de energía primaria en el mundo, y casi el 40% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) estuvieron asociadas al sector edificación durante el 2018. De estas emisiones, un 28% proviene de la operación del edificio y un 11% del carbono incorporado de sólo tres productos de construcción: cemento, acero y aluminio.
En el caso de Chile, existe un importante vacío de información respecto de este tema, ya que sólo tenemos el dato que entrega el Balance Nacional de Energía (BNE) sobre el consumo energético del sector construcción durante la operación, del cual se desprende que el 22% de la energía total consumida se utiliza en la operación de edificaciones. Lamentablemente, no contamos con información objetiva a la fecha para la estimación de la huella de carbono del ciclo completo del sector construcción.
Sumado a lo anterior, tenemos que el sector construcción, a nivel global, es una de las industrias que mayor cantidad de recursos naturales utiliza, y Chile no escapa a esta realidad. Hace pocos días el organismo internacional Global Footprint Network, publicó que la huella ecológica del país es mayor a su biocapacidad de reserva, siendo el con mayor déficit de la región. Las categorías que presentan mayor déficit son: Terreno edificado, tierras de absorción de carbono, tierras de cultivo y tierras de pastoreo.
Es por esto que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo ha implementado hace varios años una agenda de construcción sustentable que tiene varios principios, entre los que destacan: Promover la reducción de impactos ambientales del sector, gestionar en forma responsable los recursos naturales, aportar con una mejor calidad de vida a las personas y construir ciudades más amigables con el medio ambiente y las personas.
Es fundamental en este trabajo levantar información sobre los impactos del sector ya que, como menciono anteriormente, hay escasez de estos datos en el país. Respondiendo a esta necesidad es que el Minvu ha creado un comité público-privado, cuyo objetivo es desarrollar e implementar una estrategia nacional para la gestión de la huella de carbono de la construcción.
El objetivo de esta mesa es acordar una planificación estratégica y metodológica durante 2020 y, a partir de 2021, comenzar con un fuerte trabajo de levantamiento de datos, creación de plataformas de difusión e implementación de calculadoras, además de implementar un sistema de monitoreo reporte y verificación de huella del sector. Todo esto debe estar articulado con los sistemas de certificación vigentes, y enlazado con instrumentos de fomento financiero que aporten incentivos a la industria y a los usuarios que utilicen productos más sustentables y de baja huella ecológica y de carbono.
Para nuestro ministerio esta tarea es crucial, pues sabemos que gestionar la huella nos va a permitir reducir impactos ambientales, hacer más eficientes los procesos y utilizar menos recursos naturales, lo que traerá, además, beneficios para el medioambiente y la productividad del sector.
Toda crisis ofrece oportunidades y en la construcción las encontraron rápidamente. La necesidad de contar con soluciones eficientes y rápidas desencadenó ideas tan creativas como cabinas sin contacto para tomar exámenes y hospitales modulares que pueden levantarse en solo unas semanas.
La infraestructura de salud es muchísimo más que “una caldera con una serie de camas alrededor”. Así lo cree Jaime Sáez, socio en Swarq Arquitectos S.A. y miembro del Comité de Arquitectura para la Salud del Colegio de Arquitectos de Chile. “Habemos muchos que estamos enfocados en diseñar establecimientos de salud como agentes de regeneración urbana, donde el desarrollo del proyecto trae consigo una responsabilidad social respecto del lugar/comunidad donde se emplaza, aprovechando la inversión para cubrir brechas, por ejemplo, de espacio público y áreas verdes”, explica.
De hecho, en Chile las obras que ponen la recuperación del paciente en el centro de las decisiones de diseño van en aumento y proliferan también los parques, jardines, espacios y ambientes interiores diseñados “saludablemente” para sus usuarios. En este aspecto, Jaime Sáez destaca el avance que ha experimentado la madera a nivel internacional, gracias a su contribución como material renovable y a la avanzada tecnología que ha abierto sus posibilidades a: construcción en serie, laminación, contrachapado, etc. Esto, según el arquitecto especialista en hospitales, permite proyectar edificaciones públicas con estructura principal de madera, replanteando normativas sísmicas/estructurales y aproximándonos -cada día más- al momento en que se erija el primer hospital chileno diseñado y construido en madera.
¿Qué nos falta para abrirle camino a la industrialización y aprovechar sus ventajas? “Madurar y crecer como sociedad, profundizar y seguir avanzando en la ética empresarial de responsabilidad social que, sin duda, está muy golpeada, pero a la vez en estado de reflexión constante, desde octubre de 2019. Ahora, en lo inmediato, no sería para nada descabellado aumentar el gasto que el Estado genera en I+D, sin desmerecer que se han venido haciendo esfuerzos, pero aún falta mucho”, afirma Sáez.
Y es que, si bien los chilenos somos muy creativos, al menos se necesitan políticas orientadas al desarrollo en vivienda y obras públicas que se planteen desde la metodología de la industrialización en todo el proceso, vale decir, desde la formulación de la idea/requerimiento hasta la materialización de la obra y su operación, concluye el socio de Swarq Arquitectos.
Hospitales modulares
Según Heriberto Hildebrandt, presidente de la Asociación Gremial de Arquitectura y Especialidades Hospitalarias (Aarqhos), la arquitectura hospitalaria está preparada para enfermedades contagiosas individuales. “Recintos de aislación con esclusa, barrera sanitaria, sistema de climatización deprimido, incluso estaciones completas de aislación, todo esto existe y se utiliza para la seguridad del paciente y del personal”, aclara.
No obstante, la aparición del Covid-19 produjo un cambio dramático, por lo masivo de su ataque y sus consecuencias. “Estaciones UTI han debido reestructurarse para aumentar camas críticas UCI; estaciones de hospitalización MQ han debido transformarse para aumentar camas intermedias UTI; otras estaciones han tenido que modificarse como estaciones de aislación, etc. Muchos cambios repentinos en la infraestructura hospitalaria han sido necesarios, incluso, fuera de ella. Estadios como hospital de campaña, centros de exposiciones como modernas salas Nightingale, hoteles como residencias sanitarias y escuelas como centros de salud coadyuvantes”, explica.
En este contexto, Hildebrandt cree que en Chile podríamos aplicar desde ya la coordinación modular en proyectos de infraestructura hospitalaria, duplicar la producción industrial de módulos sanitarios, de fachadas modulares, de redes modulares de piping, de módulos hospitalarios, etc. Podríamos iniciar de una vez la industrialización de la infraestructura hospitalaria, primero de elementos estructurales, luego de componentes no estructurales”, sostiene.
¿Podemos dar soluciones tan eficientes y rápidas como las que dio Wuhan en su momento? Seguro que sí, pero no a la manera china, que en menos de diez días logró coordinar preparación, transporte y montaje. El país asiático tiene un enorme stock de módulos prefabricados, dispuestos como existencia para armar y desarmar según sus requerimientos. Pero, eso no significa que no podamos desarrollar y ejecutar infraestructura hospitalaria modular de emergencia. “Ya hay en Chile licitaciones en desarrollo. Por ejemplo, módulos para 24 y 48 camas críticas en Illapel y La Serena. Pero con plazos muy distintos a los de China”, dice el presidente de Aarqhos.
Asimismo, Jaime Sáez, quien también es parte del gremio de especialidades hospitalarias, cree que en Chile se pueden dar soluciones rápidas a requerimientos urgentes que surgen de la contingencia. “Así me lo ha demostrado el trabajo que han desarrollado múltiples equipos de salud, diversos emprendedores, organizaciones e instituciones, que en el escenario actual han estado a la altura de las expectativas y que, dicho sea de paso, no han contado con la fuerza, los recursos y el apoyo que un país industrializado como China les podría entregar. Lo anterior me obliga a concluir que un Estado robusto y una cultura milenaria poseen un peso específico imposible de comparar en igualdad de condiciones con democracias occidentales y, mucho menos, sudamericanas”, señala.
Alianzas con la academia
Junto con levantar las alarmas, el Covid-19 despertó el espíritu colaborativo que llevó a personas de diversas disciplinas a diseñar y proyectar soluciones. “Al día de hoy hemos consolidado desarrollos de proyectos en alianzas con la academia, el mercado productivo y todo tipo de proveedores, experiencias internacionales, etc. Sin ir más lejos, desarrollamos un modelo de dispositivos de toma de muestras que hemos postulado, con el patrocinio de la Universidad de Talca, a fondos concursables de innovación de Corfo”, destaca Jaime Sáez.
El arquitecto se refiere a unas cabinas que eliminan el contacto físico entre el proveedor de atención médica y el paciente, dejando a un lado la necesidad de cambio de ropa protectora. El test se hace a través de unos guantes de caucho y toma alrededor de seis minutos. En el proyecto participan: el Comité de Arquitecturas para la Salud, el Colegio de Arquitectos de Chile, la Universidad de Talca, Olimpos Consultores Interior Designer y BIM S.A.
Igualmente, movido por la necesidad de protección que generó la pandemia, el constructor civil asociado al Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Rafael Garay, combinó las experiencias internacionales, nacionales y la propia, para diseñar el módulo sanitizador MS, que sanitiza personas y objetos y que puede utilizarse en diversos establecimientos, adaptándose a las condiciones de cada lugar.
Destaca también el trabajo conjunto entre el Centro de Innovación en Madera CIM UC Corma y la empresa E2E para el desarrollo de módulos hospitalarios en madera altamente industrializados. Estos fueron diseñados para la estancia de pacientes con Covid-19, tomando en consideración los requerimientos normativos para el diseño de instalaciones UTI, con muros perimetrales con resistencia al fuego F60 y techumbres F30. El proyecto incorpora tabiquerías divisorias entre cubículos (unidad del paciente) y tabiques frontales, permitiendo una visión clara hacia el paciente, pero con divisiones que favorecen la privacidad visual y la aislación acústica a cada módulo. Además, estos módulos cumplen con toda la normativa térmica, por lo que pueden ser instalados en cualquier parte de Chile.
La construcción industrializada en nuestro país está lista para tomar el lugar que le corresponde, según sus promotores. De hecho, una infraestructura hospitalaria funcionaría bien sometida a condiciones sísmicas. “Hoy, por ejemplo, desarrollamos un proyecto en un área urbana próxima a sectores industriales, compuesta de 3.380 losas de 63 m2 (particionables); 5.520 pilares de H = 4,50 m y 8.750 vigas de 8,00 m c/u. Este volumen potencial de elementos industrializados de H.A. permitiría disminuir en un año o más el plazo de construcción del hospital”, detalla Heriberto Hildebrandt, quien lamenta que en Chile no se impulse la infraestructura hospitalaria, como parte de la industria 4.0, con fuerza.
Prototipos para suplir déficit de ventiladores
En otro ámbito, al menos 26 prototipos de ventiladores mecánicos de emergencia buscan dar respuesta al déficit de equipos, a través de la convocatoria liderada por los ministerios de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y de Economía. Las iniciativas son impulsadas por diferentes equipos de emprendedores, instituciones académicas, centros de investigación, empresas y las Fuerzas Armadas, que se inscribieron en la plataforma “Un Respiro para Chile”, impulsada por Sofofa Hub, el BID y Socialab.
“Vemos grupos de trabajo multidisciplinarios que están haciendo esfuerzos para tener un prototipo en muy poco tiempo. Pero también tenemos que vincularlos con el sector público porque estos diseños deben seguir los lineamientos y requerimientos técnicos del ISP y la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva. Luego tenemos que validarlos para finalmente tener una certificación de emergencia del Ministerio de Salud y el ISP. Ahí es donde la coordinación pública se vuelve muy relevante”, explicó el ministro de Ciencia, Andrés Couve.
Por Ignacio Hernández, presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA)
Crisis tan extremas y globales como el COVID-19, nos sumergen en una incontrolable e inmanejable cantidad de información, que nos presentan muchas hipótesis y dudas, aunque también nos otorgará muchas certezas.
La ciudad, el presente y especialmente el futuro de nuestra especie seguirá siendo fundamentalmente de carácter urbano, aunque esta pandemia de seguro dejará huellas en nuestra conducta y forma de interactuar en las ciudades.
La gigantesca cantidad de datos que maneja hoy la inteligencia artificial y la coordinación internacional para procesar y difundir en tiempo real, las estadísticas de esta pandemia, sin duda nos pone de manifiesto que el manejo coordinado y virtuoso de una enorme cantidad de información disponible al servicio de los ciudadanos, las denominadas Smart Cities, tendrán cada vez mayor relevancia. Estas serán mejores ciudades, las que elegirán las futuras generaciones para desarrollar sus vidas.
La ciudad nunca ha sido “un problema” a lo largo de la historia, pues ha sido virtuosa en proveer mejores condiciones de salubridad a la población; los sistemas de recolección y tratamiento de aguas servidas, redes de potabilización y distribución de agua, distribución eléctrica, de datos, de energía, todos son ejemplos de la virtud de vivir en ciudad. Es en las ciudades donde se concentra también la mejor red hospitalaria y los centros de formación de los especialistas de la salud y los centros de investigación de todas las especialidades.
Esto no significa que la ciudad no genera dificultades y problemas potencialmente nocivos para la salud: la contaminación atmosférica, acústica, el hacinamiento e inequidad territorial, todos aspectos que tenemos presentes en nuestro quehacer cotidiano los arquitectos y urbanistas, son temas que seguirán siendo relevantes, pero algunas certezas se pueden aventurar.
El acceso y la distancia a parques, plazas y espacios abiertos de calidad, suele ser abundante en los barrios de mejor estándar y mejores ingresos, en circunstancia que debiera ser más abundante para los segmentos de la población menos privilegiados, pero confiamos en que se corregirá rápidamente en el futuro. Equidad territorial e integración social, ambos temas muy conocidos por quienes planificamos las ciudades siempre han sido imperativos; ya el estallido social nos hablaba de ello, pero esta pandemia lo denuncia con más elocuencia.
La mejora en calidad y extensión de los sistemas de transporte público también será imperativo en el futuro post crisis.
Otro tanto ocurrirá con los edificios residenciales, de servicios o comerciales, aunque concentra personas en mucho menor grado respecto del transporte público, pero que resulta ser igualmente relevante. Los proyectos hiperdensos, que literalmente aglomeran a sus habitantes en ascensores y pasillos, en ocasiones tanto o más que el metro, van a desaparecer; pero ello no debe llevarnos a demonizar la densificación, la edificación en altura y la proliferación de proyectos mixtos, en los que la vivienda, el trabajo y el comercio cohabiten armónicamente, pues todos ellos son parte de la solución, no del problema.
Tenemos la convicción de que muchas cosas cambiarán a consecuencia de esta crisis epidémica, pero tenemos también la confianza en que todas las voces expertas serán mejor escuchadas y valoradas, de tal modo que la ciencia y las disciplinas saldrán fortalecidas; los científicos y expertos del entorno de la salud evidentemente, pues sabemos que esta no será la última epidemia que nos afecte.
El desarrollo de los sistemas digitales y tecnológicos seguirá potenciando el teletrabajo, la educación a distancia, el comercio electrónico a niveles difíciles de predecir hoy, pero nunca reemplazará el reunirnos y congregarnos.
Los urbanistas y arquitectos también seremos mejor escuchados y valorados, lo que nos alienta a permear con más fuerza en la planificación de nuestras ciudades, interactuando con las autoridades para mejorar las políticas, leyes y reglamentos que definen la ciudad y el territorio cotidianamente, además de la contribución específica que cada proyecto nos demanda.
La ciudad nace a la historia como el lugar en el que por la aglomeración de personas, se fomenta el intercambio y con ello, crece la interacción intelectual, se fomenta y sostiene el progreso material y espiritual de la humanidad, así como las economías de escala y localización. La ciudad, su concentración y extensión, está para quedarse.
El desafío del desarrollo urbano ha sido siempre el mismo: construir sistemas de residencia, trabajo, recreación, seguridad e intercambio, con buenos niveles de calidad ambiental, de acceso a oportunidades y, en particular hoy, de sanidad y mutuo cuidado.
Con una circular dirigida a todos los Directores de Obras Municipales (DOM) de Chile, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo informó sobre las facilidades y flexibilización -como la postergación y suspensión de algunos trámites- para la construcción de viviendas, en el marco de la situación que se vive a raíz del Covid-19.
“El estado de Catástrofe decretado en el país debido a la emergencia sanitaria, producto de una situación de caso fortuito, nos permite al Minvu tomar algunas definiciones con el fin de garantizar la continuidad del servicio público, resguardando la vida y salud de las personas”, señaló el Ministro Cristián Monckeberg.
El titular de Vivienda explicó que “habrá prórrogas en plazos cuando algún DOM, justificadamente, no pueda dar esa continuidad al trabajo. También se suspenden plazos en casos como para corregir observaciones a anteproyectos, otorgamiento de permisos de construcción o de la modificación de un proyecto y la vigencia de estos”.
Monckeberg agregó que “además solicitamos a los DOM que puedan reforzar o implementar algunos trámites por vía electrónica. La idea es facilitar las cosas y ayudar a quienes más lo necesitan, sobre todo ante esta emergencia sanitaria. En el Minvu y el Gobierno redoblaremos esfuerzos para salir de esta situación y mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas”.
Fuente: EMBConstruccion.cl
Para apoyar a los emprendedores, dar valor y aumentar productividad, Corfo abrió la primera convocatoria del año de sus programas de Innovación. Incluso, financiará proyectos orientados a proteger al personal de salud.
“En tiempos de crisis, como los actuales, la innovación se transforma en una ventaja competitiva que permite sobrevivir, y en una opción importante para sacar a una empresa adelante. Muchas innovaciones claves en la historia han surgido en tiempos de crisis, y eso es lo que queremos fomentar más que nunca”, afirma Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de Corfo.
Por eso, las postulaciones a cualquier tipo de fondo serán online, al igual que las reuniones con los ejecutivos del organismo. Solo basta con ingresar a www.corfo.cl y seguir los pasos que ahí se indican. Para dudas o consultas, se habilitó un canal de chat, además de la atención vía correo: contacto@corfo.cl y el por teléfono: 600 586 8000. En caso de requerir una reunión virtual, se dispuso el correo difusioninnova@corfo.cl para solicitarla.
Los programas de innovación abiertos son:
A estos programas podrán postular personas jurídicas constituidas en Chile y/o personas naturales, mayores de 18 años que cuenten con inicio de actividades en primera categoría, sin importar su tamaño y ni límites de antigüedad.
En este llamado, también se incluye el programa “Centros Fortalece Pyme”, que apoya con hasta $200 millones, la operación de centros que ayuden a las pymes a mejorar sus niveles de productividad, a través de transformación digital, la adopción y utilización de tecnologías.
Reto de Innovación Covid-19
El Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y Corfo destinarán $800 millones al financiamiento de proyectos que protejan del contagio al personal de salud. Podrán acceder a estos fondos soluciones como mascarillas, escudos faciales, trajes de protección u otras iniciativas innovadoras con el citado objetivo. Las postulaciones a este concurso de innovación se harán a través del sitio web de Corfo y estarán abiertas hasta el 10 de abril a las 16:00 horas.
Tecnologías para diagnosticar Covid-19
Como el Ministerio de Ciencia y el Instituto de Salud Pública (ISP) están ampliando la red de diagnóstico, en colaboración con Corfo, llaman a hacer un catastro de tecnologías para diagnosticar el Covid-19. En esta convocatoria, que operará como ventanilla abierta en el sitio web de Corfo, se evaluará cada iniciativa y se estudiarán las propuestas, para luego probar aquellas que tengan factibilidad técnica en laboratorios de prueba certificados, todo coordinado con el ISP y el Ministerio de Salud.
Start-Up Chile abre convocatoria Seed
Emprendedores de Chile, y de todo el mundo, podrán postular al programa de Start-Up Chile Seed hasta el 8 de abril. Los emprendedores que resulten seleccionados obtendrán, entre otros beneficios, un fondo de 25 millones de pesos de libre disposición, espacio de trabajo y la participación en un proceso de aceleración para hacer crecer su negocio. Este año, se incluirán las iniciativas orientadas a la contención de la propagación del COVID-19.
La convocatoria busca proyectos con menos de 3 años de desarrollo y de cualquier país, los que podrán postular para ser parte de una de las comunidades de emprendimientos más grandes del mundo. También exige que el equipo base sea 100% dedicado al proyecto, y que cuenten con un producto funcional y en validación temprana. Es necesario que el emprendimiento tenga una mirada global y con una estrategia clara de expansión.
El programa dura 6 meses, periodo en el cual los participantes podrán compartir con empresas de más de 80 países. Los negocios seleccionados recibirán un fondo libre de participación y un proceso completo de aceleración, que incluye mentorías, y entrenamientos de pitch y workshops, entre otras actividades. Los extranjeros, además, recibirán una visa de trabajo por un año, para que puedan hacer crecer su negocio desde nuestro país. Los interesados deben ingresar al sitio web de Start-Up Chile http://startupchile.org, donde podrán encontrar las bases e instrucciones para postular.
El Centro UC de Innovación en Madera y la startup E2E están preparados para ofrecer al Estado módulos flexibles que pueden ser montados rápidamente en todo el país, lo que evitaría que personas de regiones tengan que trasladarse en caso de que la emergencia se complique en invierno.
El modelo de innovación de triple hélice no sólo puede fomentar el desarrollo económico y social, sino también responder a una crisis sanitaria como la que hoy enfrenta el mundo debido a la expansión del agresivo y contagioso COVID-19. Al igual que China, nuestro país podría levantar módulos hospitalarios que pueden instalarse rápidamente en cualquiera de sus regiones, si fuese necesario.
Mientras en Europa, la pandemia colapsa los recintos de salud, en Chile, ciencia y empresa se unen para diseñar módulos hospitalarios industrializados que podrían ser de gran ayuda para las personas que requieran tratamiento urgente, debido al Coronavirus. “Como E2E creemos que la mejor forma de trabajar es en un ecosistema donde cada uno aporte lo que mejor sabe. Por eso, nos unimos al proyecto del CIM UC, para crear módulos hospitalarios que pueden hacer frente a esta pandemia que está impactando fuertemente a Chile y a todo el mundo”, explica Felipe Montes, gerente general de E2E, convencido de que su sistema constructivo E2E, puede levantar soluciones rápidas y de muy buena calidad y habitabilidad para los pacientes.
De hecho, la startup ya lo está haciendo con la filial que adquirió recientemente en Brasil, Tecverde, la cual está entregando más de 100 camas en apenas 40 días. Según los especialistas del Centro UC de Innovación en Madera (CIM UC Corma), la flexibilidad de la madera permite utilizar tecnologías mucho más desarrolladas que las que existen para otros materiales de construcción, lo que ha convertido a la industrialización en madera, en una de las tendencias de construcción sostenible a nivel global.
Gracias a esta moderna técnica constructiva, es posible hacer una mejor planificación de la obra, automatizando las plantas o “módulos”, para llegar a la obra y realizar montajes rápidos y sencillos. Así, CIM UC y E2E podrían cumplir de manera inmediata con los requerimientos normativos para el diseño de instalaciones UTI, usando muros perimetrales con resistencia al fuego y tabiquerías divisorias entre cubículos (unidad del paciente).
Este tipo de divisiones favorecería la privacidad y aislación acústica en cada módulo y podrían instalarse rápidamente en cualquier zona de nuestro país, como ya se está haciendo en conjuntos habitacionales y edificios. Así pacientes de localidades más pequeñas no necesitarán ser trasladados a centros hospitalarios en otras regiones, lo que al mismo tiempo descongestionaría el sistema. “Como Centro, apuntamos a que estos módulos se distribuyan a lo largo de nuestro territorio nacional y especialmente a localidades con menores recursos, pudiendo ser utilizados en forma posterior a la crisis por estas mismas comunidades, explica Felipe Victorero, subdirector de Transferencia del CIM UC Corma.
Los proyectos hospitalarios industrializados y de alta calidad, como los que Chile podría levantar, incluso, podrían replicarse en otros países que se vean enfrentados a la falta de infraestructura en escenarios de emergencia, gracias a la facilidad con que este tipo de módulos se trasladan por vía terrestre a otros países de la región, como Argentina, Perú o Bolivia.
Por Marcos Brito A., gerente de Construye2025
China es hoy, sin lugar a dudas, un referente mundial en desarrollo industrial, contando con diversos avances, desde la producción masiva de todo tipo de productos hasta viajes al espacio. Uno de los ámbitos en los que se ha venido destacando durante los últimos años es el de la edificación acelerada, alcanzando importantes récords, como el de levantar un edificio de 57 pisos (dos tercios la altura del Costanera Center, en Chile), en solo 19 días corridos.
Ante la rápida expansión del COVID-19, que se origina en Wuhan, China, la ciudad decide construir dos hospitales de emergencia en tiempos extremadamente acotados, además de habilitar otros recintos de emergencia. Es así como solo en 10 días logran edificar dos hospitales en la ciudad; Houshenshan, con 1.000 camas en 25.000 m2, y Leishenshan, con 1.600 camas adicionales en 36.000 m2. Ambos concluidos entre el 20 de enero y 5 de febrero de 2020.
El mundo entero quedó impresionado por este gran logro humano, que fue gracias a un gran empuje y esfuerzo de coordinación, pero que, según diversos expertos, no requirió de mayor innovación, sino que fue fruto de procesos de planificación y experiencia previos, capacidad productiva industrial, y un especial esfuerzo humano y empresarial en lograr exitosamente la meta.
¿Cómo se logra edificar 2 hospitales en 10 días?
Lo primero es considerar que ambos recintos fueron basados en un diseño y planificación previos, que se desarrollaron para construir en solo siete días el hospital Xiaotangshan, en Beijing (2003), para afrontar la emergencia sanitaria del virus SARS. Desde entonces, los modelos pudieron ser mejorados en cuanto a sus procesos de logística y suministros, además de corregir elementos de funcionalidad, en base a la experiencia de haber operado el primer modelo.
Además, se consideraron factores concretos de aceleración en obra, como el uso intensivo de maquinarias, incluyendo 100 equipos de trabajo para lograr nivelar el terreno en solo 48 horas. Para esto, se organizaron turnos 24/7 con una alta participación de técnicos especialistas en montaje, que a pesar del mayor costo (150USD/día), logran importantes ahorros en tiempo gracias a su experiencia.
Por otra parte, hay que considerar que los hospitales modulares de Wuhan son hospitales provisorios de campaña, por lo que no consideran en su diseño prácticamente ningún aspecto ornamental. De esta manera, su estructura fue diseñada con propósitos funcionales, incluyendo iluminación natural en pasillos y otras áreas comunes. En fotografías interiores se puede apreciar que todos los ductos de climatización y eléctricos están sobrepuestos a las paredes o bien colgantes de los cielos, a la vista.
En cuanto a la cimentación y obra gruesa, una vez nivelado el terreno, se utilizaron capas de recebo y geotextiles de ancho extendido, para una instalación en menor tiempo, cubiertas con una losa de concreto de secado rápido. Sobre la losa se instalaron perfiles metálicos, para la fijación de estructuras compuestas por marcos prefabricados de acero, unidos mecánicamente por tornillos en sus esquinas (cada uno de 10 m2 de superficie interior). Las paredes y sobrelosas, similares a paredes frigoríficas de metal y aislante inyectado, fueron prefabricadas también, incorporando ventanas y puertas, de acuerdo con las dimensiones de las estructuras. Los edificios fueron diseñados en dos plantas.
Finalmente, se logra según lo planificado, erguir ambos hospitales en menos de dos semanas, comenzando su operación en forma inmediata, con un costo final de USD43MM, lo que podría equivaler a 19UF/m2 en infraestructura aproximadamente (sin considerar equipos ni habilitación).
Este ejemplo nos ilustra en forma concreta como hoy es posible lograr capacidades de respuesta que pueden llegar a ser impactantes, pero que en realidad son fruto de procesos de planificación muy bien elaborados, en forma previa a la ocurrencia de la necesidad de ejecución. Vale decir, cuando la tecnología existe, así como también la capacidad productiva adecuada, grandes logros son factibles gracias a una adecuada coordinación, planificación y la voluntad humana de colaborar para la ayuda de quienes requieren ayuda urgente.
Pues bien, en Chile ya contamos con la tecnología, tenemos una creciente capacidad productiva industrial para edificación acelerada, con un alto grado de experiencia particularmente en campamentos mineros, y estamos además generando redes internacionales de colaboración con otras industrias de mayor experiencia. Esto nos hace pensar en la urgente necesidad de conectar este knowhow con los servicios públicos que requieren dar respuesta rápida y eficiente ante eventuales escenarios de catástrofe. El Consejo de Construcción Industrializada, impulsado por Construye2025 de Corfo, está hoy preparado para ser el referente experto -desde la industria y la academia- para asesorar y brindar todo el apoyo que sea requerido para que nuestro país pueda dar una calidad de respuesta de clase mundial para sus urgencias. Es deber, por tanto, de ambas partes, trabajar en conjunto para ser los nuevos referentes mundiales en rapidez y eficiencia ante este tipo de situaciones.
Por Marcos Brito A., gerente de Construye2025
China es hoy, sin lugar a dudas, un referente mundial en desarrollo industrial, contando con diversos avances, desde la producción masiva de todo tipo de productos hasta viajes al espacio. Uno de los ámbitos en los que se ha venido destacando durante los últimos años es el de la edificación acelerada, alcanzando importantes récords, como el de levantar un edificio de 57 pisos (dos tercios la altura del Costanera Center, en Chile), en solo 19 días corridos.
Ante la rápida expansión del COVID-19, que se origina en Wuhan, China, la ciudad decide construir dos hospitales de emergencia en tiempos extremadamente acotados, además de habilitar otros recintos de emergencia. Es así como solo en 10 días logran edificar dos hospitales en la ciudad; Houshenshan, con 1.000 camas en 25.000 m2, y Leishenshan, con 1.600 camas adicionales en 36.000 m2. Ambos concluidos entre el 20 de enero y 5 de febrero de 2020.
El mundo entero quedó impresionado por este gran logro humano, que fue gracias a un gran empuje y esfuerzo de coordinación, pero que, según diversos expertos, no requirió de mayor innovación, sino que fue fruto de procesos de planificación y experiencia previos, capacidad productiva industrial, y un especial esfuerzo humano y empresarial en lograr exitosamente la meta.
¿Cómo se logra edificar 2 hospitales en 10 días?
Lo primero es considerar que ambos recintos fueron basados en un diseño y planificación previos, que se desarrollaron para construir en solo siete días el hospital Xiaotangshan, en Beijing (2003), para afrontar la emergencia sanitaria del virus SARS. Desde entonces, los modelos pudieron ser mejorados en cuanto a sus procesos de logística y suministros, además de corregir elementos de funcionalidad, en base a la experiencia de haber operado el primer modelo.
Además, se consideraron factores concretos de aceleración en obra, como el uso intensivo de maquinarias, incluyendo 100 equipos de trabajo para lograr nivelar el terreno en solo 48 horas. Para esto, se organizaron turnos 24/7 con una alta participación de técnicos especialistas en montaje, que a pesar del mayor costo (150USD/día), logran importantes ahorros en tiempo gracias a su experiencia.
Por otra parte, hay que considerar que los hospitales modulares de Wuhan son hospitales provisorios de campaña, por lo que no consideran en su diseño prácticamente ningún aspecto ornamental. De esta manera, su estructura fue diseñada con propósitos funcionales, incluyendo iluminación natural en pasillos y otras áreas comunes. En fotografías interiores se puede apreciar que todos los ductos de climatización y eléctricos están sobrepuestos a las paredes o bien colgantes de los cielos, a la vista.
En cuanto a la cimentación y obra gruesa, una vez nivelado el terreno, se utilizaron capas de recebo y geotextiles de ancho extendido, para una instalación en menor tiempo, cubiertas con una losa de concreto de secado rápido. Sobre la losa se instalaron perfiles metálicos, para la fijación de estructuras compuestas por marcos prefabricados de acero, unidos mecánicamente por tornillos en sus esquinas (cada uno de 10 m2 de superficie interior). Las paredes y sobrelosas, similares a paredes frigoríficas de metal y aislante inyectado, fueron prefabricadas también, incorporando ventanas y puertas, de acuerdo con las dimensiones de las estructuras. Los edificios fueron diseñados en dos plantas.
Finalmente, se logra según lo planificado, erguir ambos hospitales en menos de dos semanas, comenzando su operación en forma inmediata, con un costo final de USD43MM, lo que podría equivaler a 19UF/m2 en infraestructura aproximadamente (sin considerar equipos ni habilitación).
Este ejemplo nos ilustra en forma concreta como hoy es posible lograr capacidades de respuesta que pueden llegar a ser impactantes, pero que en realidad son fruto de procesos de planificación muy bien elaborados, en forma previa a la ocurrencia de la necesidad de ejecución. Vale decir, cuando la tecnología existe, así como también la capacidad productiva adecuada, grandes logros son factibles gracias a una adecuada coordinación, planificación y la voluntad humana de colaborar para la ayuda de quienes requieren ayuda urgente.
Pues bien, en Chile ya contamos con la tecnología, tenemos una creciente capacidad productiva industrial para edificación acelerada, con un alto grado de experiencia particularmente en campamentos mineros, y estamos además generando redes internacionales de colaboración con otras industrias de mayor experiencia. Esto nos hace pensar en la urgente necesidad de conectar este knowhow con los servicios públicos que requieren dar respuesta rápida y eficiente ante eventuales escenarios de catástrofe. El Consejo de Construcción Industrializada, impulsado por Construye2025 de Corfo, está hoy preparado para ser el referente experto -desde la industria y la academia- para asesorar y brindar todo el apoyo que sea requerido para que nuestro país pueda dar una calidad de respuesta de clase mundial para sus urgencias. Es deber, por tanto, de ambas partes, trabajar en conjunto para ser los nuevos referentes mundiales en rapidez y eficiencia ante este tipo de situaciones.