El presidente de nuestro consejo directivo, Pablo Ivelic, en entrevista con Radio Pauta, comentó que la industrialización de faenas es un aspecto central para revertir este severo problema de la industria.
Mayor rapidez, optimización de recursos, menor accidentabilidad de los trabajadores, aumentos de la productividad y reducción de los traslados horizontales y verticales de materiales y del personal. Disminuir la generación de residuos y generar labores más sustentables. El rubro de la construcción vive un punto de quiebre hacia la transformación de sus procesos y, en ese contexto, la industrialización aparece como un camino que hay que tomar.
Esa es al menos la visión que entrega Pablo Ivelic, presidente del consejo directivo de Construye2025, en conversación con el programa Plaza Pauta, de Radio Pauta.
De acuerdo con cifras de Construye2025, comparando el levantamiento de obras tradicionales con las industrializadas, se requiere entre 34 y 50% menos de trabajadores en estas últimas.
Para contextualizar, el programa Construye2025 nació en 2016 como una alianza público-privada financiada por Corfo. “Lo que busca es articular a todos los actores, como empresas privadas, entes públicos, academia y trabajadores, para transformar la industria de la construcción en una industria más productiva y sustentable. Tenemos varios ejes estratégicos de trabajo, entre ellos la industrialización, la gestión de residuos de demolición y de construcción, la innovación y la digitalización”, dijo Ivelic.
El diagnóstico, según Ivelic, es negativo. “Lamentablemente, en términos de productividad no es muy auspicioso. Desde 2000 a 2018 la economía en Chile aumentó su productividad en un 20% y la construcción, durante ese mismo período, estuvo estancada. Es decir, no generó mayor valor por hora hombre trabajada. Nuestro rubro ha estado caracterizado por procesos más tradicionales, un quehacer un poco más artesanal y nos vemos en la obligación de transformar nuestro sector en uno más productivo y sustentable”.
Con industrialización, Pablo Ivelic, se refiere a la incorporación de maquinaria para producir grandes volúmenes de estructuras. “La industria ha sufrido, en el buen sentido de la palabra, procesos de industrialización antaño. Hoy el gran paso, el clave, y que nos puede generar un aporte significativo en productividad es la industrialización, entendida como trasladar la mayor cantidad de partidas que se ejecutan en una obra a una fábrica y, con eso, trasladamos el problema no a un sitio que es complejo de administrar, que tiene poco espacio y que es dinámico, sino a un ambiente de mayor control. Y transformamos el problema de construcción en uno de logística y de montaje”.
¿Y el empleo?
Retomando las cifras de menor mano de obra que calcula Construye2025 en un escenario industrializado, Ivelic apuntó a que ese porcentaje es de menos trabajadores en obra. “Si se trasladan las partidas, si se traslada la ejecución, parte, no el 100%, de esos trabajadores, tienen un puesto laboral en las fábricas. La gracia de trasladar las partidas es que al disminuir la cantidad de personas en obras tienes menos supervisión que contratar, menos instalaciones de faena, menos consumo en obra y, súper relevante, menos exposición al riesgo”.
¿Habría impacto laboral? “Sí hay una reducción de empleo. Ya que el ambiente de una fábrica tiene mayor control, se eliminan muchos traslados horizontales, pero sobre todo verticales de los materiales y del personal, por lo que los rendimientos son mejores, ya que en una fábrica todo es en el plano. Y tienes la posibilidad real de automatizar los procesos, es decir, incorporar maquinaria o robotizar ciertos procesos constructivos gracias a la producción en serie. En virtud de lo anterior, es por todo eso que la productividad mejora. Un rendimiento por hora-hombre trabajado es mucho mayor. Se producen más elementos -baños, tabiques, cocinas, elementos modulares completos- con menor necesidad de mano de obra”.
Ivelic citó el caso de Singapur. “En diez años, aplicando procesos de industrialización, aumentó su productividad en un 20%”. El ejecutivo recordó que Singapur llevó adelante un programa de industrialización en la construcción con el único objetivo de disminuir las tasas de accidentalidad.
Factores medioambientales
Pablo Ivelic sumó otro factor determinante para avanzar en la industrialización de la construcción: la sustentabilidad de los procesos y la disminución en la generación de residuos. “El 35 % de todos los residuos que se generan en el mundo provienen de la construcción y de la demolición, y Chile tiene una tasa de generación de residuos un 50% más alta que la de los países desarrollados. La industrialización de la construcción, que permite incluso realizar hasta el 100% de los trabajos en un sitio de mayor control, reduce la generación de residuos“.
Fuente: Radio Pauta
A poco más de seis meses de asumir su cargo, el vicepresidente ejecutivo de Corfo detalla su ruta de trabajo para impulsar un desarrollo sostenible y en línea con la meta de alcanzar la carbononeutralidad el año 2050. Un objetivo, dice, que “requiere de grandes dosis de innovación”. En esa línea, adelanta cuáles son los objetivos que se buscan con la creación de un centro de electromovilidad en Chile, y afirma que sí es posible crear una industria manufacturera en torno al litio -como baterías o celdas- a través del desarrollo de un ecosistema local para proyectos en el país, “sin tener que depender del extranjero para poder funcionar”. También habla el rol que tendrá la economía circular en el camino a un desarrollo sostenible. “Para avanzar en esta materia se necesita una innovación continua, y como Corfo disponemos de varias herramientas que incentivan la creación de un ecosistema virtuoso”, afirma.
A pocas horas de ser nombrado en el cargo en agosto pasado, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas, se reunió con los trabajadores de la entidad para entregar los primeros lineamientos de su gestión, señalando que uno de sus principales objetivos sería “seguir promoviendo el emprendimiento, la innovación y el desarrollo sostenible a lo largo de todo Chile”. Y aunque el estallido de octubre obligó a este abogado y magister en derecho ambiental a enfocarse de lleno en ayudar a las pymes frente a la crisis, con el paso de los meses ha entregando un fuerte impulso al desarrollo y financiamiento de iniciativas que promueve un desarrollo sostenible.
Una señal de ello la dio en enero pasado, durante el lanzamiento de la hoja de ruta del Pacto de los Plásticos, donde afirmó que “el modelo económico no es un fin en sí mismo sino una herramienta que debemos saber utilizar para solucionar los problemas que tiene Chile. En este sentido, lo que estamos haciendo con la economía circular, es utilizar un modelo de desarrollo económico en beneficio del medio ambiente. Esta iniciativa toca el corazón de lo que es Corfo: mayor productividad, mayor eficiencia y más innovación.
Hoy, ha dicho en varias oportunidades, uno de los ejes de su gestión es contribuir a alcanzar la carbononeutralidad en 2050, meta fijada por el gobierno en el marco de los preparativos para la COP25 y propuesta en el proyecto de ley de cambio climático que se tramita en el Congreso.
Un objetivo donde serán claves el desarrollo tecnológico, la innovación y el surgimiento de nuevos modelos de negocios cumplen, así como el impulso a las tecnologías limpias y a modelos como la economía circular. “No nos cabe duda de que en nuestro rol de fomento de la economía y de diversificar la matriz productiva, el desarrollo sostenible es prioritario, y para alcanzar la meta que nos impusimos como gobierno requeriremos de grandes dosis de innovación”, afirma Pablo Terrazas.
En esa línea, hoy Corfo impulsa, por ejemplo, la ceración del Instituto de Tecnologías Limpias y el Centro de Economía Circular, y fomenta nuevos tipos de energía como el hidrógeno verde. También realizan concursos para iniciativas sustentables que apuntan a contribuir a un Chile más limpio, como “Únete al Ecodiseño”, “Instala Innovación”, “Innova Sostenible”, “Consolida y Expande”, “Huella”, entre otros. Al mismo tiempo, Corfo impulsa las energías limpias e iniciativas de sustentabilidad a través de dos comités.
“Como Corfo -agrega Pablo Terrazas- disponemos de múltiples herramientas, pero alcanzar esta meta depende del compromiso de todos, públicos y privados, y por eso hacemos un llamado a la comunidad completa, empresas, emprendedores, innovadores, académicos, entre otros, a contribuir con el objetivo de hacer de Chile un país carbono neutral desde cada ámbito de acción”.
Un ámbito clave para disminuir emisiones y alcanzar la carbono neutralidad es atacar el 24% de emisiones de GEI que corresponden al sector Transporte, un escenario que además es complejo porque depende finalmente de decisiones personales, de los dueños de los autos ¿Ve posible un recambio de automóviles a la electromovilidad en las ciudades?
La electromovilidad es una tendencia mundial de la cual Chile no está ajeno. Así como hace algunos años nadie pensó que la energía solar tomaría tanto vuelo, lo mismo pasa con la electromovilidad. Las tecnologías que permiten la electromovilidad han ido avanzando a pasos acelerados, y con ello, han caído los costos de los vehículos eléctricos, lo que pareciera ser la mayor barrera de entrada. A la fecha, varias de las principales automotoras a nivel mundial han anunciado sus fechas de cierre de las líneas de fabricación de vehículos a combustión interna, por lo que la transformación ya no tiene vuelta atrás. En Chile, el gobierno ha hecho un gran esfuerzo para transformar nuestro sistema de transporte público a la electricidad, y también hemos visto un crecimiento del transporte eléctrico particular. En Corfo estamos comprometidos con la electromovilidad, y para acelerar su implementación, estamos en pleno proceso de convocatoria para formar un Centro de Electromovilidad, que, gracias a la colaboración público-privada, esperamos que sea una plataforma que permita el despliegue masivo de esta tecnología amigable con el medioambiente.
¿Cómo ayudará este centro a acelerar concretamente este cambio hacia un transporte sustentable?
Al mismo tiempo que los costos y precios de los vehículos eléctricos tienden a la baja, en Chile debemos prepararnos para acoger estas nuevas tecnologías y facilitar la implementación eficiente de la infraestructura y estándares necesarios para su correcto despliegue. A través de este centro estamos promoviendo el desarrollo e implementación de metodologías para la interoperabilidad del sistema nacional de electromovilidad y su integración a nivel regional, promoviendo soluciones estandarizadas e interoperables. También, queremos potenciar el desarrollo tecnológico de aplicaciones especiales para la electromovilidad -enfocados en su mayoría en la cadena de servicios de vehículos de transporte público y en flotas de uso intensivo, tales como vehículos de carga-, y el desarrollo de capital humano especializado en el uso de electromovilidad a nivel nacional.
¿Qué productos concretos esperan obtener, qué tipo de tecnología esperan que se potencie a nivel nacional?
El Centro para la Electromovilidad tendrá la misión de generar desarrollos tecnológicos locales para producir herramientas de apoyo a la toma de decisiones en planificación de infraestructura de carga pública y privada; transformar vehículos de combustión interna en vehículos eléctricos para funciones específicas; incorporar sistemas de gestión de demanda residencial y balances de energía incorporando generación residencial; y en levantar información para la creación de regulaciones sobre electromovilidad y creación de estándares, para el funcionamiento compatibles de distintos sistemas.
Además, y en paralelo a esta convocatoria, tenemos abierto un proceso para que productores especializados se instalen en el país y generen valor agregado accediendo a un valor preferente al litio producido por SQM en las dependencias de Corfo en el Salar de Atacama. Hay varias empresas interesadas en invertir, pero dadas las características de nuestro mercado, esta vez nos hemos situado en un escenario más realista y buscamos desarrollar un mercado de litio que genere nuevas capacidades y más desarrollo con soluciones específicas a necesidades existentes, como por ejemplo, desarrollando baterías estacionarias de almacenamiento y otras aplicaciones, baterías para scooters, bicicletas, y manufactura de algunos componentes de otro tipo de baterías, entre otros.
¿Cómo visualiza el transporte en las ciudades de aquí a 10 años?
Hoy el desarrollo sostenible y el respeto al medioambiente es un deber, y la única forma de generar un crecimiento equilibrado y duradero. Estoy convencido que nuestros modelos de transporte cambiarán a un paso acelerado –de hecho, ya lo están haciendo-, y probablemente en 10 años gozaremos de una matriz de transporte con infraestructuras compartidas tanto de carga como de vehículos propiamente tales, y existirá una gran proporción de vehículos eléctricos, propulsados por batería de litios, celdas de combustible de hidrogeno o una combinación de ambas. Para esto debemos prepararnos como país, y subirnos a este carro lo antes posible, motivo por el cual estamos llamando como gobierno a actores de toda la sociedad a participar en el centro de electromovilidad, porque avanzaremos a un paso más acelerado si unimos el mundo público y privado para encontrar soluciones que aporten al bien común.
El futuro del litio en Chile
Las baterías no solo cumplirán un rol importante en la electromovilidad, sino principalmente en el almacenamiento de energía, uno de los principales problemas hoy para la masificación de las energías renovables en la matriz. ¿Qué oportunidades tiene Chile en esta materia?
Efectivamente, esta ecuación de transporte sustentable no estaría completa sin considerar el aumento de la energía renovable de nuestra matriz de energía eléctrica. En estas materias, Chile ha sabido sacar ventajas de su potencial de recursos naturales, ha hecho incrementar su proporción de energías renovables de forma inédita, y ha tomado compromisos de descarbonización de los más altos estándares.
Es un hecho que el desafío en gran parte hoy es buscar formas de disminuir la intermitencia de la mayoría de estas energías limpias y trabajar en tecnologías de almacenamiento. Como Corfo, estamos en plena convocatoria del Instituto Chileno de Tecnologías Limpias, que estará ubicado en Antofagasta y será el mayor centro de I+D en esta materia, orientándose a catalizar el desarrollo, escalamiento y adopción de soluciones tecnológicas en energía solar, minería sustentable y materiales avanzados de litio y otros minerales. Asimismo, y tal como ya explicamos anteriormente, como Corfo estamos convocando a productores especializados para darle valor agregado al litio, y uno de los focos que buscamos impulsar, es la creación de baterías, entre otros, de almacenamiento.
¿Qué resultados concretos esperan del trabajo del instituto al cabo de 10 años?
El Instituto se va a enfocar en tres principales áreas de trabajo. Primero, en materiales avanzados basados en litio y otros minerales estratégicos para avanzar en la cadena de valor de la electromovilidad; segundo, en tecnologías de producción y almacenamiento de energía solar bajo distintas formas como eléctrica, térmica e incluso combustibles solares tal como el hidrógeno; y tercero, en tecnologías y procesos mineros de baja emisión.
Estas tres áreas tienen por lo menos un punto en común en cuanto a los desarrollos del centro: las condiciones ambientales extremas del desierto de Atacama en las cuales tendrán que operar las nuevas tecnologías. Esperamos poner en marcha una dinámica de I+D en la industria, desarrollar las capacidades para proveer servicios tecnológicos a las empresas proveedoras y usuarias finales, aumentar el capital humano especializado y fomentar el emprendimiento tecnológico en las áreas ya mencionadas, transfiriendo conocimiento y tecnologías.
Una de las aspiraciones iniciales era el desarrollo de alta tecnología en el país en base al litio, e incluso se pensaba en una alianza con Tesla o Samsung, por ejemplo. Hoy eso se ve muy lejano. ¿Cuál es la estrategia hoy para darle valor al litio en Chile, cuáles son las principales propuestas o ideas, y las posibles alianzas?
Entendimos que traer a compañías como Tesla era muy difícil dada las condiciones requeridas por el mercado objetivo de esas empresas, la lejanía con los centros de consumo, laboratorios y fábricas de baterías, y la falta de insumos necesarios para el desarrollo de las tecnologías que utilizan esas empresas. Esto debilitó las opciones de Chile como polo de desarrollo de autos eléctricos de alta gama. Sin embargo, estamos apostando a diversificar la matriz de potenciales productos a desarrollar, y aprovechar las ventajas comparativas que ofrece el mercado chileno.
A diferencia del llamado anterior, en el cual se hizo énfasis más que nada en la electromovilidad, ahora se agregaron nuevos ejes prioritarios. Buscamos el desarrollo tecnológico en almacenamiento eléctrico, dado el alto potencial de Chile para la instalación de energías renovables intermitentes; y empresas de manufactura de tecnologías en base a litio que produzcan herramientas menos sofisticadas, como baterías de celulares u otros equipos electrónicos, baterías para medios de transportes como scooters o bicicletas eléctricas, entre otros. Asimismo, estamos apostando por el desarrollo de nuevas tecnologías para la obtención de litio metálico, que creemos puede ser una gran apuesta a futuro para el desarrollo de nuevas baterías con tecnología más avanzada para la electromovilidad.
Además, para asegurarnos la investigación y desarrollo sobre los ejes antes mencionados, establecimos por bases que el consorcio que se adjudique el Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) -que contempla un aporte de US$ 193 millones en 10 años desde Corfo con las platas provenientes del contrato con SQM-, deberá utilizar un 10% de estos fondos para realizar I+D en proyectos solicitados por los productores especializados de materiales en base a litio, en caso de que estos así lo requieran.
¿Es objetivamente posible crear una industria manufacturera -o al menos de valor agregado- en torno al litio en Chile?
Creemos que sí, y es por eso que estamos promoviendo las iniciativas antes mencionadas. Es más, en Chile ya existen empresas que utilizan tecnologías de litio para el desarrollo de su negocio. Por ejemplo, la empresa AndesVolt de Valdivia desarrolla buffers de celdas de baterías en base a litio que se utilizan como respaldo en la red eléctrica (tiene proyectos con Saesa en Valdivia que han sido exitosos). Ellos desarrollaron la electrónica que permite que las baterías se descarguen al mismo tiempo y que el buffer sea estable en su conjunto. Sin embargo, las celdas que utilizan para sus proyectos provienen desde China, lo que les puede generar problemas para el abastecimiento. Entonces, ¿por qué no promover el desarrollo de estas celdas en Chile? Eso es lo que buscamos con los productores especializados y el ITL, desarrollar un ecosistema local que permita que proyectos como este sean desarrollados completamente en Chile, sin tener que depender del extranjero para poder funcionar.
¿Qué rol tendrá la minería -no solo litio, también cobre- en el desarrollo de una economía sostenible para el país?
La mayoría de las nuevas tecnologías para la descarbonización de la matriz, electromovilidad, y energías renovables, dependen de recursos mineros como el cobre, litio, níquel y cobalto, entre otros. Todos los minerales son cada vez más puestos a prueba según su trazabilidad ambiental y social, por lo que las mineras deberán ser capaces de certificar sus operaciones para cumplir no sólo con los estándares locales, sino que mundiales.
En Corfo hay varias iniciativas para avanzar hacia una minería más verde, tales como la aplicación de la Ley REP, el Programa Tranque que involucra recursos de Corfo, los distintos estudios encargados para determinar la sostenibilidad en los salares, y la participación en distintas instancias como la Corporación Alta Ley, Política Minera 2050, programas de Fundación Chile para una minería más sustentable, entre otros. Además, el Instituto de Tecnologías Limpias incorporará dentro de sus ejes de acción la Minería Sustentable. Otros temas como el desarrollo del Centro de Economía Circular en Iquique y el Centro para la Electromovilidad, permitirán ahondar más en los temas de sustentabilidad en la minería y otras industrias.
¿Qué rol jugará en esto el hidrógeno verde, donde Chile -según los expertos- tiene grandes oportunidades a nivel global?
Chile posee un gran potencial en el desarrollo del hidrógeno verde gracias a los bajos costos de energía solar en el norte, y de energía eólica en el sur, y por eso desde Corfo fomentamos el desarrollo de esta industria que es promisoria a nivel mundial, y donde nuestro país tiene ventajas evidentes. Uno de los temas a desarrollar en el ITL es la energía solar, donde las propuestas que se presenten en el RFP deberán considerar el desafío denominado “combustibles solares”, entre ellos el hidrógeno. Asimismo, hoy apoyamos dos consorcios tecnológicos para la implementación de soluciones de hidrógeno en la minería, uno para la combustión dual hidrógeno-diésel para camiones mineros de alto tonelaje, y el otro para adaptar la operación de equipos móviles mineros de diésel a hidrógeno por medio de celdas de combustibles.
El rol de la economía circular y del emprendimiento
En materia de desarrollo sostenible, un aspecto que ha tenido un importante desarrollo en Chile es la economía circular, principalmente de la mano de la Ley REP y del Pacto por los Plásticos. Corfo ha tenido un rol activo en esto, tanto en la formación de profesionales como en el financiamiento de proyectos. Crear una masa crítica, ha dicho, es fundamental para su avance. ¿Cómo se seguirá trabajando en esta área, y por qué es tan importante?
Este será uno de los grandes desafíos este año. Claramente, la brecha es importante, en cuanto al valor agregado que estamos generando en relación a nuestros materiales consumidos. Chile ha suscrito numerosos acuerdos regionales de comercio, la mayoría de los cuales contienen disposiciones ambientales de algún tipo. Los acuerdos suscritos con Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea cuentan con estrictas exigencias ambientales, lo que genera mayores exigencias para las exportaciones.
Dado lo anterior, debemos apoyar esta transición de un modelo lineal a uno circular si queremos alcanzar el desarrollo sostenible del país. Para ello, contamos con tres líneas de acción para seguir posicionando la innovación sostenible y la economía circular al interior de las empresas chilenas.
La primera tiene relación con el financiamiento con foco sostenible, donde las empresas tiene la oportunidad de contratar asesorías para lograr identificar brechas y oportunidades en el marco de este modelo. Este es el caso de la nueva convocatoria “Únete al Ecodiseño” que se lanza próximamente en marzo, y donde la idea es generar colaboraciones entre quienes poseen esas capacidades e infraestructura, y las empresas que obtengan el fondo. En segundo lugar, está el apoyo que brindamos como Corfo para activar el ecosistema, invitando a diferentes instancias de difusión a todos los actores relevantes que quieran sumarse a la economía circular, con o sin experiencia, pero generando espacios de conexión y motivarlos a trabajar en conjunto. Por último, nuestros beneficiarios cada vez solicitan mayor conocimiento para potenciar su negocio, y en eso debemos poner a disposición herramientas de formación, por lo que debemos generar empaquetamientos de módulos innovadores de formación relativos a economía circular, tanto con profesionales propios como con expertos en la materia, que logren transferir los conocimientos a todo el que quiera participar de estas instancias a nivel nacional.
¿Cómo se impulsará el ecodiseño, la economía circular, la creación de nuevos materiales, en la academia o en otros circuitos fuera de las empresas?
Todas las temáticas serán abordadas en primera instancia a través de módulos de formación, en el marco de la Academia Corfo donde ya existe una metodología denominada Circular Design Thinking, así como también de ecodiseño. El objetivo de ambos apunta justamente a trabajar con los emprendedores apoyándolos en el diseño de sus modelos de negocios con patrones circulares. Comprende el proceso lineal y circular para co-crear productos y servicios innovadores. En tanto, también se está trabajando con diversas agrupaciones de grandes empresas de manera de apoyarlos en esta transición ejecutando talleres de trabajo e invitándolos a innovar a partir de los modelos circulares.
¿Qué rol tienen hoy las empresas de innovación, las startups, los pequeños emprendimientos, en el cambio hacia un desarrollo sostenible?
Hoy ser sostenible es un deber, y todas las empresas, pymes, startups, tienen un gran rol en este camino. Para avanzar en esta materia se necesita una innovación continua, y como Corfo disponemos de varias herramientas que incentivan la creación de un ecosistema virtuoso, donde vamos haciendo posible la construcción de soluciones innovadoras alineadas con las necesidades cambiantes de la sociedad. Son los emprendedores, a través de la innovación, quienes identifican soluciones a las necesidades, y como Corfo apoyamos la generación de emprendedores, y luego su escalamiento para que el aporte logre un mayor impacto social, económico y medioambiental. Asimismo, incentivamos el uso de la ley de I+D, que a través de beneficios tributarios apoya a que las empresas innoven e investiguen para hacer sus procesos más eficientes y también sostenibles.
¿Qué papel juegan estos emprendimientos, y la innovación que impulsan, en la entrega de soluciones circulares o sostenibles a las grandes empresas?
Efectivamente la innovación es clave para transitar de un modelo lineal a uno circular, pero lo es también el rol de las pymes y start ups en la implementación de estos proyectos. Claramente, son estas últimas las que pueden apoyar e identificar los impactos ambientales causados a lo largo del ciclo de vida del producto y/o proceso o servicio dentro de las empresas, y visualizar estas externalidades negativas como una oportunidad de negocio. No siempre las empresas tienen las capacidades internas instaladas para identificar brechas tales como de costos, calidad, materialidad, disposición final, tipo de energía, entre otros, siendo estos temas una tremenda oportunidad para la creación de nuevas empresas que den solución y apoyen en este cambio cultural.
¿Cómo puede incidir el desarrollo de una economía sostenible, de una minería verde, de la economía circular, en la creación de nuevos empleos en Chile, y qué características tendrán estos empleos?
Innovación y sostenibilidad se encuentran en la economía circular, que no se limita solamente a reciclar y reutilizar, sino que abarca un nuevo paradigma, un nuevo enfoque con el cliente, con los recursos, con el mercado, con la inclusión proactiva de los stakeholders. Es un desafío desde el origen, desde el diseño. Si logramos avanzar en esta materia, logramos mejorar la relación con el medioambiente, la creación de valores compartidos a largo plazo, soluciones tecnológicas y modelos de negocios innovadores y mejoramos la calidad del empleo y la calidad de vida.
Como Corfo nos hemos delineado también como eje involucrarnos en la preparación del capital humano del futuro, en preparar a nuestros profesionales y técnicos para el mercado laboral del futuro, que sin duda será uno distinto al de hoy, por lo que se alza como un desafío país que puede ser enfrentado con más innovación y creatividad.
¿Cuál es la hoja de ruta que se está trazando Corfo para impulsar el desarrollo sostenible en el país en los próximos años?
Estamos trabajando en un plan de acción con objetivos y metas para el 2020 y 2021, que entre otras cosas, incluye múltiples iniciativas que ya hemos mencionado, como el centro de economía circular, de electromovilidad, el Instituto de Tecnologías Limpias, el impulso a nuevas formas de energía, como el hidrógeno verde, entre otros. Esto, sumado a las variadas herramientas que tenemos a disposición del público en la Corfo para avanzar en el desarrollo sostenible, también ya mencionados con anterioridad. Como vicepresidente ejecutivo de Corfo, he instalado el desarrollo sostenible como un eje de mi gestión, y he visto un gran compromiso de los funcionarios y un gran interés de la sociedad para avanzar en esta dirección. Hoy, más que nunca, el desarrollo sostenible, más que una opción, es un deber.
Fuente: País Circular