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Consejo Directivo de Construye2025 inició trabajo colectivo para actualizar su hoja de ruta

Fecha: 28/10/2021

En una serie de talleres que se extenderán hasta el 19 de noviembre, el Consejo trabajará en la co-construcción de la revisión y actualización de la hoja de ruta del programa, como segunda etapa luego de varios meses de trabajo diagnóstico.

Centrados en el propósito del programa Construye2025, trabajaron todos los asistentes al primero de los tres talleres convocados para el Consejo Directivo, que se realizó el pasado viernes 22 de octubre. Luego de varios meses de trabajo en los diagnósticos sectoriales, de análisis de los resultados del trabajo con la Comisión Nacional de Productividad y la Consultora Matrix, de hacer Focus Group y de recoger aprendizajes, era necesaria esta segunda etapa de implementación, que continuará los días 5 y 19 de noviembre.

“Las organizaciones se movilizan en base a un propósito. En Construye2025, ese propósito, estoy seguro, está en la cabeza de todos y si unimos ese pensamiento vamos a tener muchas convergencias. Tenemos asociada la existencia del programa a un desafío país o de nuestra industria y eso es súper positivo. Nos va a costar poco llegar a esto. Pero, no lo tenemos declarado”, comentó Pablo Ivelic, presidente del programa impulsado por Corfo y administrado por el Instituto de la Construcción.

El objetivo de la actividad fue ayudar a los miembros del Consejo de Directivo a alinear de mejor manera los esfuerzos que hoy se realizan, invitándolos a preguntarse por el propósito de Construye2025 para construirlo colectivamente, con miras a iniciar la actualización de su hoja de ruta.

Explicitando el propósito

“Hay organizaciones donde cuesta definir el propósito, porque no hay una claridad colectiva de qué se busca pero el ejercicio de escribirlo y explicitarlo es relevante para que todo nuestro accionar esté alineado con lo que buscamos en conjunto”, comentó Pablo Ivelic durante la sesión.

Según Antonio Iturra, consultor senior y facilitador visual de la Consultora Matrix, que dirigió la jornada de trabajo, explicó que definir el propósito colectivo es clave para que emerja el alto rendimiento organizacional. “Aquí van a surgir varios propósitos que van a aglutinarse para resumirse en un gran propósito colectivo para que todos se sientan parte”, afirmó.

En entornos de alta incertidumbre, el propósito es el pilar de una organización productiva. Además, si las personas no se conectan con el propósito ni despliegan su fortaleza para conectarlas se pierde la efectividad. Así lo cree Antonio Iturra, que fue invitado especialmente a este primer taller.

Revisión y actualización de hoja de ruta

Durante el segundo semestre de 2021, con el apoyo de la CDT, quien adjudicó la consultoría para llevar a cabo este proceso, el programa ha estado trabajando en la revisión de nuevos antecedentes, diagnósticos y el contexto en que se encuentra hoy el sector, para así actualizar las iniciativas de su hoja de ruta. El trabajo tiene por objetivo: Revisar, actualizar y reeditar los contenidos del documento que contiene la Hoja de Ruta del Programa Construye2025, recogiendo los diagnósticos sectoriales realizados en 2020 por la Comisión Nacional de Productividad – CNP y Matrix Consulting, los avances en las iniciativas del programa y los lineamientos estratégicos del Instituto de la Construcción, en un trabajo colaborativo con la gobernanza actual, para así obtener una versión actualizada, que a su vez recoja el aprendizaje, el avance de su implementación desde los años 2016 a 2020, junto con plantear un modelo de sostenibilidad y propuesta de gobernanza para el futuro desarrollo del programa.

Este trabajo se enmarca especialmente con miras a la tercera etapa de implementación de Construye2025, que comenzará en enero de 2023, para así llegar al 2025 con resultados concretos de transformación sectorial, tal cual fue planteado ya en 2015. Como parte de este proceso, se trabajará en replantear parte de los indicadores del programa, definiendo las que serán las metas a concretar. Asimismo, se trabaja en plantear un modelo de sostenibilidad para el programa y una propuesta de institucionalidad para la continuidad de su hoja de ruta, toda vez se cumpla el plazo inicial establecido por Corfo para su impulso.

Industrializar hoy para surfear la ola que se viene en la construcción

Fecha: 29/07/2021

Por Pablo Ivelic, presidente del Consejo Directivo de Construye2025. 

Nuestra industria está muy al debe en productividad con respecto a otros países y a otras industrias. Por ello, la primera pregunta que surge es ¿cómo avanzamos? Hay muchas palancas que se pueden activar, varias de ellas se mencionan en el estudio de Matrix Consulting sobre productividad, por lo que los invito a leerlo.

Sin duda, la industrialización juega un rol relevante y hemos tenido avances muy importantes hace varios años; sin embargo, la industrialización incorporando tecnología en los procesos en obra hoy está bastante agotada. Por cierto podemos seguir avanzando, pero donde de verdad podemos generar cambios radicales es trasladando a una fábrica la mayor cantidad de partidas que hoy se ejecutan en el sitio del proyecto.

¿Por qué? La fábrica es, fundamentalmente, un ambiente de mucho mayor control. En una fábrica no solamente eliminamos el desplazamiento vertical, sino que también los desplazamientos horizontales son mucho menores; es factible, de manera real, generar una programación rítmica y por tanto automatizar los procesos.

Si nosotros como industria avanzamos hacia esa industrialización que traslada una cantidad importante de partidas del sitio a la fábrica, lo que hacemos es transformar el problema constructivo a un problema logístico y de montaje.

Los beneficios de este cambio son diversos, como lograr menor cantidad de trabajadores en obra. Un estudio hecho por Construye2025 comparando obras tradicionales con industrializadas, concluyó que se utilizan entre 34% y 50% menos cantidad de trabajadores en las partidas industrializadas, lo que conlleva un beneficio colateral tremendamente importante: la disminución de la exposición al riesgo. Singapur se planteó hace mucho tiempo atrás lograr una tasa de accidentabilidad grave igual a 0 y lo hizo industrializando sus procesos. La industrialización fue el puente, el mecanismo para lograr reducir de manera relevante las tasas de accidentabilidad.

Por supuesto, se reducen los plazos, puesto que en el minuto en que ejecuto partidas en un lugar distinto al sitio de la obra, puedo traslapar los procesos que en obra deben ser secuenciales, mejoro los rendimientos (HH) y costos, tengo menores pérdidas de materiales y menor generación de residuos. En Chile, se genera el doble de los residuos de los países más desarrollados, y según el mismo estudio de Construye2025, en una obra industrializada se puede llegar a generar entre 3 a 3,5 veces menos residuos que en una obra tradicional. A ello se suma la calidad en la ejecución, dado que los reprocesos en obras industrializadas son entre un 8% y un 27% menos que en obras tradicionales.

Entonces, ¿por qué seguimos ejecutando obras de manera tradicional? Por cierto que hay costos asociados, como la logística del transporte, mayores costos eventuales por sobre estructuración de elementos prefabricados, inversión en nuevas tecnologías, así como los costos y barreras culturales para su implementación. Minimizar este último punto es un error, dado que este es un cambio cultural, que implica procesos adaptativos, razón por la cual los colaboradores que participan en estos procesos tienen que estar efectivamente convencidos de lo que se está haciendo.

Con todo, en la ecuación entre los beneficios y los costos podemos decir que con la industrialización se pueden ejecutar los proyectos con mayor velocidad, menor mano de obra y mayor calidad, pero con costos bastante similares a un proceso tradicional (entre 1 a 2% de reducción de los costos según estudio de Matrix Consulting). Sin embargo, eso es desde la mirada del constructor, puesto que desde la visión del mandante, esto es mucho más beneficioso porque el menor tiempo implica menor costo financiero y un adelanto en los flujos de ingreso, y en las obras industriales esta variable es tremendamente.

A ello se suma que si bien hoy los costos y beneficios del proceso constructivo son bastante equivalente, esto irá migrando a un contrapeso mayor de los ahorros, dado que el costo de mano de obra de la construcción sigue incrementándose por sobre el resto de las industrias, razón por la cual el beneficio que otorga la mejora de los rendimientos cada vez va a ser mayor. A ello debemos sumar la cada vez menor disponibilidad de mano de obra: al 2015, se estimaba la relación de 4 trabajadores activos por cada trabajador retirado, en tanto, se estima que al 2050, vamos a tener 2 trabajadores activos por cada retirado. En adición, es necesario mencionar que es cada vez menos “sexy” trabajar en la construcción y hoy hay menos disponibilidad, lo que encarece el valor de la mano de obra.

Por ello, quienes hoy no se suban a este proceso, cuando la transformación sea una obligación, pasarán serios apremios. En cambio, habrá otros que tienen incorporada la industrialización en sus procesos, y estarán surfeando la ola, mientras el resto estará recién aprendiendo a nadar.

Estudio propone 73 medidas para elevar la productividad de la construcción

Fecha: 30/11/2020

Para el rubro -que aporta el 10% del empleo es Chile- la eficiencia es un punto crítico. Por eso, la Comisión Nacional de Productividad identificó las brechas y las nueve palancas necesarias para que el país pueda dar el salto que necesita.

A nivel mundial, la productividad en la industria de la construcción exhibe un rezago respecto al resto de la economía en general y Chile no está ajeno a esa realidad. Entre 2000 y 2018 el incremento de la productividad laboral de nuestra economía país aumentó en un 20%, mientras que la de la construcción prácticamente no experimentó variación. Con esa premisa, la Comisión Nacional de Productividad (CNP) asumió uno de los mayores estudios de productividad nacional, con el apoyo de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y Matrix Consulting.

La investigación -que se presentó a fines de noviembre en la “Semana de la Productividad”- expuso la trascendencia que tiene la productividad en la industria como vía de crecimiento sostenido, tanto para la industria como para sus trabajadores. “La construcción es importante porque representa cerca del 7% del PIB y el 10% del empleo”, afirmó Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la CNP al exponer los resultados.

La meta para dar un primer paso y alcanzar a países referentes sería multiplicar la productividad agregada del sector por 1,65 veces, es decir, dar un salto desde los US$19.760 millones a US$32.600 millones en el PIB de la industria. Una meta ambiciosa que requiere de la articulación de toda la industria, para impulsar la adopción de tecnologías y desarrollar a proveedores de alto estándar, junto con generar un marco que entregue sostenibilidad de largo plazo, según el estudio.

Además, la investigación apunta a un esfuerzo coordinado por involucrarse en la formación técnica y profesional de modo que puedan desarrollarse las competencias requeridas por el sector. En las iniciativas a nivel país, la industria considera necesaria la formación de capital humano de excelencia y los mecanismos para su capacitación. Por último, el documento propone mejoras para alinear a la institucionalidad y contar con una regulación, que sea realmente aliada de la productividad.

Para el presidente de la CNP, Raphael Bergoeing, la construcción juega un rol fundamental en las recuperaciones económicas. “Es cuantitativamente relevante porque tiene un rol fundamental en el empleo”, argumentó. Por eso, se hicieron más de 400 reuniones con actores públicos y privados nacionales y extranjeros, en el contexto del estudio, que ayudaron en la identificación de procesos críticos para el desarrollo de obras. Esto, teniendo en cuenta que el rubro de la construcción es el sexto empleador a nivel nacional, con 728 mil ocupados y que concentra el 63% de la inversión nacional. Por ello, ocuparse de la productividad del sector es sumamente relevante.

El potencial de la productividad

“Lo que no se mide, no se gestiona. Necesitamos tener KPIs que se midan de forma estándar en la industria, de productividad, de sostenibilidad, de plazos, etc”, señaló la presidenta del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Francisca Cruz, sobre este documento. En ese sentido, su llamado fue enfático: “no hipotequemos el avance en industrialización y en productividad, sin tener una etapa de diseño colaborativo que la habilite”, dijo.

Asimismo, el presidente de la CChC, se refirió a la necesidad de generar un impacto en el corto plazo para generar un cambio. Para ello, mencionó elementos como “la excelencia en la cadena de valor, la formación de capital humano y la confianza”.

Si se proyecta un escenario de productividad media alta en la construcción, tal como ocurre en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, Chile podría aumentar su PIB en US$12.850 millones adicionales a los US$19.760 millones actuales, aproximadamente, según estimaciones de la OCDE y el Banco Central. Este crecimiento podría generar un impacto significativo para la calidad de vida de los chilenos, ya que, utilizando los mismos recursos que la construcción emplea actualmente, sería como construir adicionalmente más de 52 mil viviendas para 155 mil personas y 1.500 km de rutas pavimentadas por año.

Pero, para dar el salto, una sola medida sería insuficiente. Por eso, el diagnóstico propone 73 medidas, que se sostienen en 9 palancas: excelencia en la cadena de valor, integración y colaboración, digitalización, industrialización, adopción de tecnologías y desarrollo de proveedores, marco para la sostenibilidad, desarrollo de competencias claves, formación de capital humano de excelencia e institucionalidad alineada más regulación eficiente.

Alineamiento con Construye2025

Desde Construye2025, se analiza que, sin duda, este trabajo que se ha hecho público y será entregado a la Presidencia, viene a respaldar y complementar el trabajo que por más de cinco años ha venido desarrollando el programa impulsado por Corfo. La hoja de ruta que el programa ha venido implementando desde 2015 identificó previamente más de 40 brechas del subsector de la edificación, que debían ser cerradas para lograr mejoras sustanciales en productividad y sustentabilidad en el sector.

Por ello, para Marcos Brito, gerente de Construye2025, “el informe de la CNP y Matrix, es un hito esencial en el camino para transformar definitivamente el sector de la construcción hacia una industria más productiva, eficiente y sustentable. Nos estamos jugando gran parte del potencial de crecimiento del país en esto y nuestra propia calidad de vida, al lograr edificaciones más confortables, y con menor impacto al entorno en sus procesos de desarrollo. Desde Construye2025, seguiremos trabajando en articular iniciativas que incorporen nuestra hoja de ruta con las recomendaciones aquí señaladas”.

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