Durante el encuentro, el grupo europeo destacó los pasos que está tomando el país respecto a la industria gracias a programas como Construye2025.
La delegación Eraikune Cluster Vasco de la Construcción, además de algunos empresarios de esa nacionalidad que ya trabajan en Chile se reunieron este miércoles con el equipo de Construye2025 -el gerente Marcos Brito, la coordinadora técnica Alejandra Tapia y el coordinador de formación, Joaquín Díaz- y la asesora sectorial de construcción de Corfo, Helen Ipinza.
Durante el encuentro, se habló del trabajo de Construye2025 desde su creación en 2015 y los planes que se pondrán en acción durante este año, partiendo por el próximo lanzamiento del sitio web dedicado a la correcta gestión de Residuos de la correcta gestión de Residuos de Construcción y Demolición (RCD), además de las labores que se están generando en relación con la construcción industrializada con la creación del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y las mejoras que se buscan respecto al capital humano al desarrollar un marco de cualificación para los trabajadores del área.
El grupo visitante comentó que tienen mucho que aprender de Chile, tanto en temas como la implementación hecha en el caso del Plan BIM, como en construcción sísmica, ademas de destacar lo que Construye2025 está trabajando en lograr en cuanto a cambios positivos para la industria.
El director de la división de tecnología de la Fundación de Investigación y Desarrollo Tecnalia, Javier Urreta (PhD), dijo que contar con un programa de este tipo es un hito y aseguró que lo que se ha hecho en Chile, con una visión integral a largo plazo, no se ve en todos lados. Además, dijo se trata de un modelo en comparación a otros países de la región o incluso con algunos países de Europa.
La innovación y la tecnología difícilmente pueden generar mejoras en una obra sin un equipo que conozca cómo se usan y para qué sirven. Por lo tanto, es necesario poner énfasis en la certificación y la capacitación.
Una de las principales labores del programa estratégico Construye2025 es mejorar la productividad. Algo que no sólo va de la mano de la tecnología y la innovación, sino que de una mejora en la preparación del capital humano de una organización.
El desarrollo del capital humano “es la herramienta con la que la empresa puede mejorar la capacidad productiva de sus colaboradores, junto con motivarlos y estimularlos a lograr su mejor rendimiento, sentando el compromiso e interés mutuo en las bases de la relación laboral. Este desarrollo de capacidades para la construcción no ocurre en otros contextos”, dice el coordinador de formación de Construye2025, Joaquín Díaz.
Y es que una empresa se define por sus trabajadores y su capacidad de generar valor, “es la suma de las capacidades de sus equipos”, considera Díaz.
Sin embargo, en la construcción la idea de formar al capital humano no tiene la misma acogida, ya que este no es considerado parte estable de la empresa. “Con una rotación promedio en obra cercana al 10% mensual, la probabilidad de que un empleado permanezca en un proyecto un año completo es muy baja en la mayoría de los casos. Esto, sumado al comportamiento de muchos trabajadores, que dejan un trabajo sin terminar cuando encuentran otro, hace que la sensación de la empresa normalmente sea de que ‘no vale la pena invertir en formar, ya que ese esfuerzo lo capitaliza otro’”, precisa el profesional.
Y esto vuelve a poner relevancia sobre “quién” es el que tiene acceso al uso de los bienes públicos para destinar a formar capital humano.
Por ello, para este 2019 la gran prioridad es instalar el marco de cualificaciones para el sector construcción. Para conseguirlo, Díaz explica que “se definió como estrategia del Comité Gestor Certificación, Capacitación y Registro (CCR) realizar una profundización y actualización del diagnóstico sobre certificación y capacitación en el sector construcción para identificar por qué no se ha avanzado en la instalación del marco de cualificación y desde ahí decidir la forma más efectiva de apoyar su proceso de instalación”.
Dentro de este plan, es importantísimo conseguir el poblamiento e instalación de un marco de cualificación, como sistema de gestión y desarrollo de capital humano, puesto que “esta figura ha dado buenos resultados en diferentes partes del mundo”.
Esto se sumaría a los avances logrados en 2018, como el levantamiento de mapas de procesos que incluyen sistemas industrializados de construcción, para ampliar la mirada a los nuevos perfiles y capital humano que requerirá el sector cuando estos sistemas constructivos se masifiquen, aunque el Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL) del sector construcción mantiene su foco en los procesos tradicionales.
Por Joaquín Díaz, coordinador de Formación Programa Construye2025.
En Chile se construye distinto. De todo el mundo vienen a aprender por qué este país sigue en pie después de los terremotos. Hemos aprendido a considerar en el diseño de los proyectos y la normativa, las características y calidad que necesitan las edificaciones en Chile. Pero en productividad el aprendizaje no ha sido el mismo.
El oficio de construcción se ha aprendido por transmisión directa informal, de alguien que lo conoce -a quien llamaremos “maestro”- a alguien que no lo domina -a quien denominaremos “aprendiz” o “ayudante”-. Común era ver a familias completas dedicadas a un mismo oficio, como tradición familiar, alcanzando altos niveles de especialización.
La capacitación formal falló en su rol de apoyar a este proceso en el sector construcción y tampoco ha funcionado como una alternativa a este sistema informal, capaz de preparar especialistas.
La buena noticia es que hoy está disponible en Chile el Marco de Cualificación, desarrollado por ChileValora en colaboración con representantes de los trabajadores, del sector público y del sector privado, con un catálogo de perfiles laborales que dan cuenta de la mayoría de los oficios del sector.
El primer paso es la evaluación, distinguir a los trabajadores competentes (que reciben su certificación) de los “aún no competentes” (a quienes se les identifica las brechas) para luego capacitar solo lo que necesita aprender y cerrar así las brechas.
La certificación “da pertinencia” a la capacitación. Identifica la demanda por cursos y la alinea con la oferta formativa. Permite el desarrollo de sistemas complejos como la formación dual y el reconocimiento de aprendizajes previos, para atraer el talento a un sector que ofrece desarrollo de carreras.
Y lo más importante: identifica a nuestros maestros, quienes vuelven a ocupar un rol clave en todos estos procesos formativos.
El Marco de Cualificación ya está disponible. ¡Demos otro paso a la productividad!