Por Carlos Guzmán, Director General de Obras Públicas
La experiencia internacional muestra que existe un gran volumen de residuos valorizables que pueden volver a ser usados como insumos para la construcción. En Chile, las tasas de reciclaje de RCD no superan el 4%. Es por eso que le damos la importancia a este tipo de medidas, que a través de la demanda son capaces de impulsar el cambio hacia una economía circular en la construcción, a partir de licitaciones y proyectos de edificación e infraestructura que incorporan inversión pública.
El Plan de Gestión de Residuos en Obra del Ministerio se alinea con los objetivos que se establecen en la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035. Esto es un puntapié inicial para la implementación de los compromisos que como Ministerio tenemos establecidos y que la Dirección General de Obras Públicas (DGOP) ha impulsado fuertemente. Si bien, su implementación es un proceso paulatino, esperamos que para el 2022 el 100% de los contratos nuevos estén implementados.
En sintonía con lo anterior, en este Ministerio continuamos generando estrategias público-privadas para avanzar en aquellos lineamientos; destacando recientemente la firma como Dirección General de Obras Públicas en el Acuerdo de Producción Limpia (APL) hacia la Economía Circular en la Construcción con la Región de Valparaíso. Aquí nuestro objetivo es impulsar un enfoque de economía circular en la gestión de los residuos entre los distintos actores de la cadena de valor del sector construcción en la región, en donde como MOP estamos presentes.
La reutilización de material que actualmente se desecha es un desafío que nos permite avanzar en un trabajo colaborativo con nuestros compromisos ministeriales de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, donde se busca fomentar y promover la gestión sustentable de los residuos.
Es por esto que tenemos el gran desafío de incorporar material reciclado y reutilizado como insumo para la construcción de obras públicas, tarea en la que ya hemos avanzado con pruebas y estudios para así poder usar nuevos materiales que hasta hace unos años eran considerados desechos. Esto es posible con tecnologías de reciclaje de materiales en terreno, que logran reducir la necesidad de transportar áridos de otros sectores y así disminuir la huella de carbono.
Como Ministerio nuestro compromiso es impulsar obras más sustentables que permitan, no sólo mejorar la calidad de vida de las familias chilenas, sino también proteger y preservar el medioambiente en el que viven.
Por Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025
Iniciativas como el Proyecto de reglamento sanitario sobre manejo de residuos de actividades de la construcción y demolición, y el Comité Consultivo Público “RCD y Economía Circular en Construcción” van sentando las bases para una gestión responsable.
La economía circular “da valor a las cosas por el mayor tiempo posible”, a diferencia de una desechable, donde los productos están diseñados para perder su utilidad rápidamente, con el fin de ser reemplazados por nuevos. Claramente, es la lógica de nuestro sistema lineal que ha operado en forma miope, pasándose por alto los costos que deben absorber otros, sin considerar principios como “el que contamina paga”, definición base de las políticas públicas de la Unión Europea, ya su vez subestimando miles de oportunidades. Chile está en proceso de habilitar las condiciones necesarias para la economía circular. Un gran avance ha sido la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, en la que se sientan las bases para avanzar en una gestión sustentable de los residuos de la construcción y demolición (RCD), y economía circular en construcción, con metas como: “El país cuenta al 2035 con infraestructura para la valorización, plantas y estaciones de transferencias de RCD en todas sus regiones”. Sin embargo, esta meta cuenta con barreras como la falta de definiciones en cuerpos legales y una baja coordinación pública en los permisos para proyectos, su construcción y operación.
En ese sentido, se ha dado dos grandes pasos: la propuesta de “Proyecto de reglamento sanitario sobre manejo de residuos de actividades de la construcción y demolición”, en consulta pública, el cual se elaboró de acuerdo a las facultades que le entrega el Código Sanitario al Ministerio de Salud, en colaboración con la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, y el Comité Consultivo Público “RCD y Economía Circular en Construcción”, conformado por los Ministerios de Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas y Medio Ambiente, Corfo y Construye2025. Y un segundo avance, relacionado a la gestión de los residuos en obra, a fines de 2020 la Dirección General de Obras Públicas del MOP dio instrucciones de incorporar planes en todas sus obras, considerando la norma NCh3562:2019, que entrega las directrices para su diseño y ejecución.
El reglamento sanitario define qué son los RCD, su manejo y las responsabilidades para todos los actores en la cadena, desde los mandantes, constructoras, transporte y gestores. Identifica a la autoridad sanitaria competente encargada de la autorización y fiscalización de las instalaciones de valorización y disposición final, que serían las Seremis de Salud. Define los requisitos para las instalaciones antes mencionadas, en cuanto a su diseño, construcción y operación, donde es fundamental el control de los tipos de residuos que se gestionan, y contar con personas capacitadas.
Es indispensable avanzar y dar valor a los residuos, permitiendo la diversificación del mercado de la construcción y crecimiento económico. Con el desarrollo de este sub-sector, se estima que solo la producción de áridos reciclados y gestión de RCD, podría generar ventas anuales por más de MM$14.000 y 2.000 empleos.
Fuente: La Tercera
Para dar cumplimiento a los compromisos establecidos en la hoja de ruta que llevará a la industria a gestionar sus residuos en forma eficiente, el Ministerio de Obras Públicas incluirá un plan de gestión en todas las obras.
El MOP, a través de la Dirección General de Obras Públicas (DGOP), dio el puntapié inicial para la implementación de los compromisos establecidos en la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, que la Dirección General de Obras Públicas (DGOP) del MOP ha impulsado fuertemente. “Este plan de gestión, además de ser una herramienta para conocer de manera sistematizada los residuos que generan nuestras obras, nos permitirá -en el corto plazo- conocer datos respecto de los residuos generados por cada tipo de obra ejecutada por este ministerio, conociendo la trazabilidad y destino final de éstos”, explica Mariana Concha, directora general de Obras Públicas del MOP.
Dicha información será fundamental para futuras metas de reducción, reutilización e incluso para abrir nuevos mercados de productos derivados de los residuos que se generan en la industria. “Como DGOP esperamos que esta información sea un gran aporte para la innovación y la reutilización de materiales en las obras públicas y para cambiar el paradigma. Residuo no es igual a desecho”, añade la autoridad del MOP.
La incorporación del plan de gestión de residuos en los Términos de Referencia y Bases de Licitación del MOP nació de un proceso participativo derivado de la creación de la Mesa MOP de Economía Circular impulsada por la DGOP, en 2019. Una de las primeras metas trazadas en esa instancia fue contar con el plan, que fue trabajado y consensuado con todas las direcciones operativas del MOP. “Este proceso contó con la colaboración permanente del programa Construye 2025, entregando directrices y ejemplos de otros países en estas materias”, comentó Mariana Concha.
La incorporación del plan será paulatina. Sin embargo, se ha comprometido la exigencia en más del 80 % de los nuevos contratos de este año. “Para 2022, en el 100% de los contratos nuevos se estarán implementando. No se contemplan salvedades o excepciones, sólo que la exigencia regirá para contratos nuevos”, aclara la directora general de Obras Públicas.
El plan de gestión considera medidas y procesos sistematizados para el adecuado manejo y la trazabilidad de residuos, en cumplimiento con la normativa ambiental vigente y apunta a favorecer su reducción, reutilización o reciclaje. Antes del plan se imponía la disposición en sitios autorizados, pero sin incentivos a la reducción o revalorización.
En este sentido, Mariana Concha, valora contar con una línea base de información de los residuos generados por tipo de obra y por región, pensado en la economía circular. Además, mejorando la trazabilidad de los residuos se evitará la eventual disposición ilegal de estos materiales, dice Mariana Concha.
El rol de la SEMAT
La Secretaría de Medio Ambiente y Territorio de la DGOP juega un gran papel en la implementación de esta nueva instrucción. Ella entrega lineamientos y asesoría que facilitan la gestión en materias ambientales y de asuntos indígenas a las direcciones, a las seremi y a las autoridades superiores del Ministerio de Obras Públicas. Éstos son replicados a nivel regional por las Unidades de Gestión Ambiental y Territorial (UGAT).
Asimismo, la SEMAT ha tenido un rol clave en la participación del convenio interministerial que construyó la Hoja de ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, razón por la cual lidera su implementación en el MOP, lo que no hubiera sido posible sin el compromiso de la DGOP y sus departamentos.
Los desafíos
Disponer de la información en línea y de forma oportuna es uno de los retos por delante. Por eso, la directora explica que se trabajará con los profesionales a cargo del Libro de Obra Digital (LOD) de las obras MOP, trabajo que también es desarrollado por la DGOP como parte del plan de mejora de la gestión, digitalización y transparencia que impulsa la dirección general. De todas maneras, en las actuales fiscalizaciones que realiza la DGOP, tanto de contratos como ambientales, se verifica el cumplimiento de todas las exigencias y estándares.
Para los ejecutores de proyectos (contratistas) el desafío será conocer la nueva normativa y adaptarse al cambio y seguimiento de los residuos. En tanto, las empresas de diseño tendrán que incorporar nuevos materiales; mientras que otras empresas podrán desarrollar oportunidades de negocios aprovechando los residuos generados. “Sin duda, este es también un cambio cultural, ya que significa empezar a ver a los residuos como subproductos o insumos en el ciclo de economía circular de la construcción y, para eso, debemos cambiar las filosofías de diseño y constructivas”, argumenta Mariana Concha.
Finalmente, otro de los grandes retos para la implementación de la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035 es avanzar hacia la creación de incentivos en las licitaciones de obras, para los contratistas que cuenten con criterios sustentables como, por ejemplo, reutilización de material, cálculo de huella de carbono, compromisos con la comunidad y/o certificaciones. Esto sumado a la promoción de la innovación y los nuevos acuerdos de producción limpia (APL).
“Unos de los ejes de la Hoja de Ruta RCD es desarrollar estándares para el diseño y metodologías de la evaluación de proyectos públicos que incorporen criterios de economía circular, reparación, reutilización, remanufactura, entre otros, incorporando nuevos pilotos y ensayos con materiales reciclados en las obras públicas para fomentar su utilización, incluyendo estas alternativas en nuestro manual de carreteras y/o trabajando en las modificaciones normativas que corresponda. Para esto existe un gran compromiso de los Departamentos de la DGOP, donde destacan la SEMAT y SIT (Secretaría de Innovación Tecnológica)”, puntualiza la directora.
Ya en este camino, la aspiración de las autoridades del MOP es que iniciativas como ésta se repliquen y masifiquen para seguir avanzando hacia obras que se ejecuten con criterios de economía circular.