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Los desafíos que enfrenta Construye2025 este 2019

Fecha: 09/04/2019

Productividad, sustentabilidad, competitividad,, innovación y tecnología son los temas que siguen siendo prioritarios para el programa, a lo que se suma considerar una actualización de la hoja de ruta y la estrategia del programa.

 

Cinco ejes principales tiene el trabajo de Construye2025 para este año: fortalecer el capital humano, mejorar la productividad y la sustentabilidad, fortalecer el desarrollo de innovación, tecnología e investigación, y reformular la hoja de ruta. El gerente del programa, Marcos Brito, analiza estos puntos y habla de lo que viene durante los próximos 10 meses.

Desafío 1: Productividad

Lograr mejoras en la productividad del sector por medio de fortalecer la formación del capital humano, mejorar los marcos contractuales, hacer más eficiente el uso de los recursos y disponibilizar tecnologías de información para el diseño y tramitación de obras.

“Estas son las temáticas tal vez más críticas que se están abordando hoy en el sector construcción, por cuanto necesitamos torcer la curva de productividad, que está estancada desde hace más de 20 años y, en este sentido, la brecha número uno sigue siendo las deficiencias de capital humano. Pero también tenemos que actuar sobre aspectos contractuales y las maneras en que se relacionan las partes de la construcción y ver cómo incentivamos o propiciamos la transformación digital. Ese es el concepto que está detrás de incorporar tecnologías de información en los procesos constructivos. También debemos disponibilizar tecnologías, metodologías y sistemas para hacer más eficientes las obras de construcción y el uso eficiente de los recursos.

En lo que se refiere a la tramitación de obras, hablamos puntualmente del DOM en Línea, proyecto que está instalado hoy en el Minvu y nosotros como programa participamos en la mesa directiva”.

Desafío 2:  Sustentabilidad y economía circular

Los residuos de la construcción se insertan en un proceso de producción lineal. Su generación, gestión e inadecuada disposición, son un gasto y pérdida de recursos, tanto para el sector público como para el privado. En este sentido, los principales desafíos que presenta el sector son aquellos que se relacionan con la baja productividad y los impactos ambientales de construcción.

En cuanto al sector privado, el desafío es fortalecer la cadena de valor para el desarrollo de la economía circular en construcción. Hay evidencias concretas de ahorros en el presupuesto de la obra, en la seguridad para los trabajadores y en reducir los impactos ambientales en el entorno.

Desde el sector público, se está desarrollando una hoja de ruta de los residuos de la construcción y demolición (RCD), iniciativa multisectorial que busca fomentar y promover la gestión sustentable de los RCD, bajo el foco de Economía Circular. Para ello se ha formado un comité consultivo público, integrado por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y el Construye2025 (ver www.construye2025.cl/rcd).

Desafío 3: Industrialización

Mejoras en competitividad, por medio de fomentar la construcción industrializada, incluyendo sistemas prefabricados lineales, panelizados o modulares, así como el desarrollo de capital humano especializado, son objetivos del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, con la participación de actores públicos y privados.

Por parte de la construcción industrializada, “estamos preparando casos de éxito para difundir, para mostrar que en Chile se están haciendo cosas muy interesantes y competitivas a nivel regional. Y que, por lo mismo, deberían tener mucha más vitrina, para hacer crecer su mercado. Vale decir, que más constructoras contraten a estas empresas que hacen soluciones prefabricadas o industrializadas y también pensar que puedan vender en otros países”, comenta Brito.

Por otra parte, el Consejo de Construcción Industrializada, que ya tiene más de 50 instituciones miembro, está pronto a constituirse como una corporación independiente, para así contar con su propia personalidad jurídica, autonomía operacional y, de esta forma, hacer frente a los desafíos que la construcción industrializada requiere  sortear para promover este tipo de soluciones y mejorar la productividad de la edificación en Chile.

Desafío 4: Innovación y tecnología

Fortalecer el desarrollo de innovación, tecnología e investigación para el sector, por medio del apoyo e involucramiento de los centros tecnológicos y de extensionismo en operación.

“Los centros tecnológicos deben ser el principal instrumento habilitador o plataforma habilitadora para que se desarrollen tecnología y se genere investigación y sistemas innovadores para la construcción. No queremos que sigan prestando desde la academia los servicios que ya han desarrollado anteriormente, se busca una adicionalidad de servicios, producto de la sinergia entre quienes componen estos centros”, especifica.

De esta manera, “queremos que estos centros sean realmente un punto de inflexión en cuanto al desarrollo, tecnología, prototipaje e investigación. Asimismo los centros de extensionismo, por lo menos los dos que están trabajando en construcción, han tenido buenos resultados, como por ejemplo en la zona sur, en el que ya han desarrollado herramientas para la gestión de las empresas. También están haciendo cursos de BIM para pymes y acercando sistemas más avanzados de gestión a estas empresas de menor tamaño”, añade.

Desafío 5: Revisión estrategia

Reformular la hoja de ruta y desarrollar una estrategia para la segunda etapa de implementación de Construye2025, con actividades, actores, plazos y metas específicas, junto con la instalación del programa en el sector, para su continuidad en el largo plazo.

“Con esto no nos referimos a hacer el mismo trabajo que realizamos hace tres años, de construir una hoja de ruta, sino que tener una visión crítica de la actual y qué cosas son las que realmente tienen valor para llevar adelante desde este programa y cuáles deben hacerse desde otras instituciones”, reflexiona el profesional.

En ese sentido, “debemos plantearnos un plan de acción para estos tres años que nos permita todavía darle más valor a este programa, mantenerlo vigente y, sobre todo, seguir levantando apoyo desde el sector privado, porque todavía nos hace falta complementar un apoyo concreto del sector privado al programa, para que pueda lograr los objetivos que se plantea”, sostiene Marcos Brito.