Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP), analiza la evolución reciente de la productividad en la construcción, destacando avances atribuibles a la digitalización, la industrialización parcial y una mejor gestión de proyectos.
Desde 2015, la productividad en el sector construcción en Chile ha mostrado una tendencia de creciente estancamiento, con niveles incluso decrecientes hasta 2020. No obstante, a partir de 2021 se ha evidenciado un cambio importante: “en 2024 el sector es el segundo más dinámico en términos de crecimiento de Productividad Total de Factores (PTF)”, afirma Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la CNEP.
Entre los factores que explican este repunte, Krell identifica la “incipiente adopción acelerada de tecnologías digitales, especialmente en grandes empresas, la industrialización parcial de ciertos procesos constructivos, como el uso de prefabricados”, así como una “mejor gestión de proyectos y efectos de recomposición post-pandemia, que habrían eliminado cuellos de botella o prácticas menos eficientes”.
Pese a estos avances, el fenómeno aún está bajo análisis. “No hay aún claridad total sobre las causas del repunte”, señala el ejecutivo, mencionando que las principales hipótesis apuntan a “efectos estadísticos transitorios, como la salida de empresas menos productivas durante la pandemia; aceleración de tendencias preexistentes y al impacto de políticas públicas y colaboración sectorial, como el trabajo de Construye2025”. Aunque precisa que “la CNEP enfatiza la necesidad de monitorear si estas mejoras son sostenibles o meramente coyunturales”.
Krell también destaca el impacto de la industrialización y la transformación digital: “la evidencia preliminar muestra que la industrialización (como el uso de elementos prefabricados y procesos repetitivos en obras) ha permitido reducir tiempos de ejecución y errores”, en tanto la transformación digital, incluyendo BIM, planificación en tiempo real y sensores, ha mejorado la coordinación, reduciendo pérdidas y sobrecostos. No obstante, advirtió que “la adopción sigue concentrada en grandes empresas”.
Entre las barreras que persisten para alcanzar mejoras sostenidas en productividad, el secretario ejecutivo de la CNEP menciona la “baja capacitación del capital humano, especialmente en oficios técnicos; la falta de estandarización de procesos sobre todo entre pymes; la fragmentación de la cadena productiva y débil coordinación entre actores; los obstáculos regulatorios y permisología, que afectan la eficiencia de los proyectos”.
Consultado por el rol de la colaboración público-privada y la academia, Krell valoró positivamente experiencias como Construye2025, “que ha impulsado una agenda común para la transformación del sector”, aunque reconoció que “el desafío sigue siendo escalar estas experiencias y lograr un mayor involucramiento de los mandantes públicos”.
Rodrigo Krell subraya que el principal aprendizaje es que la productividad en construcción sí puede mejorar con esfuerzos coordinados. Y para consolidar los avances, el sector debe “invertir sostenidamente en capital humano, impulsar una agenda de estandarización y digitalización en toda la cadena, mejorar el diseño de políticas públicas, incluyendo las normativas y procesos de aprobación, fomentar alianzas entre grandes empresas y pymes para difundir buenas prácticas”, a su juicio.
Sobre la importancia del capital humano, el profesional dice que su rol es central. “La adopción de tecnologías, el trabajo colaborativo y la industrialización requieren nuevas competencias técnicas y de gestión. Los desafíos incluyen: baja escolaridad promedio en el sector, dificultades para atraer jóvenes, necesidad de actualizar la formación técnica en función de nuevas exigencias productivas”, dice.
En ese sentido, “una política activa de formación y recalificación laboral es clave para sostener la mejora agenda común para la transformación del sector”, concluye.
El recientemente creado Consejo Ampliado de Relaciones Contractuales del Instituto de la Construcción tiene por objetivo promover propuestas que busquen mejorar las relaciones contractuales de todos los integrantes de la cadena de valor en un contrato de construcción.
En los últimos años, han aumentado los niveles de divergencia contractual, tanto así que actualmente se encuentran en torno al 50%, es decir, que uno de cada dos contratos de construcción presenta algún tipo de controversia que impacta en los plazos y costos del proyecto.
Por ello, frente al aumento de las controversias en los contratos de construcción, que afectan directamente la productividad, el Instituto de la Construcción -a solicitud de la Cámara Chilena de la Construcción– decidió crear el Consejo Ampliado de Relaciones Contractuales, que integra a los distintos actores del área para trabajar en propuestas de mejora a la productividad, sostenibilidad, calidad y ejecución de los proyectos, incluyendo a toda la cadena de valor.
“El Consejo se ha creado a fin de aunar criterios, tanto para enfrentar la actual crisis del sector como para impulsar proyectos a futuro, que impacten en una mejor asignación y ejecución de los recursos públicos y privados”, comenta Catherine Cumming, secretaria ejecutiva del Consejo Ampliado Relaciones Contractuales IC y profesional de CyF Abogados.
Y su objetivo “es promover propuestas de carácter nacional, tanto en el ámbito público como privado que busquen mejorar las relaciones contractuales de todos aquellos que son parte de la cadena de valor en un contrato de construcción (mandantes, contratistas, subcontratistas, proveedores etc.)”, cuenta.
En ese sentido, “el Consejo no sólo busca cambios normativos, sino que también apunta a un cambio cultural que requiere tiempo y se logra de manera gradual”, de acuerdo con la profesional. De esta manera, “dicho cambio busca crear conciencia de la importancia de la colaboración en los contratos, dar a conocer los beneficios que tiene para toda la cadena de valor una relación basada en la buena fe, confianza, y, por ende, en la colaboración”, añade.
Hoy, este Consejo está conformado por representantes a nivel nacional del sector de la construcción: presidente del Instituto de la Construcción, vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción, presidente del Colegio de Abogados de Chile, presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, presidente de Construye2025, vicepresidenta de la Sociedad Chilena del Derecho de la Construcción, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), junto con destacados profesionales del área, como Jeannette Von Wolfersdorf, Gerhard Von Borries y Daniel Weinstein.
Además, como invitados al Consejo se encuentran los ministerios de Obras Públicas y de Vivienda y Urbanismo como mandantes públicos.
Como desafíos, este Consejo tiene el de incentivar la colaboración, transparencia y confianza entre las partes del contrato de construcción. “mediante propuestas que estén orientadas a promover el diseño y la implementación de políticas, tanto públicas como privadas, que mejoren la gestión contractual y productividad, promoviendo las buenas prácticas en la línea de la colaboración y el diálogo”, asegura la abogada.