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El aumento de la productividad del sector construcción sigue siendo un gran desafío público y privado

Fecha: 31/07/2025

Guido Sepúlveda, presidente de la Comisión de Productividad de la Cámara Chilena de la Construcción, analiza los avances, barreras y desafíos para una industria más eficiente y competitiva.

Desde 2015, el sector construcción ha mostrado avances puntuales en productividad, principalmente impulsados por la adopción de nuevas metodologías y tecnologías, en particular asociados a un impulso relevante para la adopción de BIM como eje de la transformación digital del sector, así como la materialización de una adopción creciente de construcción industrializada en los últimos años.

Sin embargo, según Guido Sepúlveda, presidente de la Comisión de Productividad de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), “a nivel agregado, los incrementos han sido modestos y aún por debajo de otros sectores productivos. Nuevas exigencias normativas, criterios poco claros y discrecionales para la aprobación de permisos, largos plazos de tramitación asociados a hallazgos arqueológicos o paleontológicos, otras restricciones regulatorias y las consecuencias asociadas al estallido social, la pandemia y la posterior inflación de costos de materias primas, han afectado muy fuertemente su desempeño”.

Por lo tanto, a pesar de los esfuerzos realizados, “el aumento de la productividad del sector construcción sigue siendo un gran desafío público y privado, y desde la Comisión de Productividad estamos ocupados en ello”, ratifica.

Caminos posibles

El experto destaca mejoras claras en los proyectos que implementan industrialización y transformación digital, especialmente en reducción de tiempos y errores. “La industrialización permite, entre otras ventajas, un mayor control y eficiencia operativa junto con una disminución de plazos de ejecución y menor generación de residuos. Por su parte, la transformación digital (BIM, plataformas colaborativas) ha mejorado la coordinación y planificación de los proyectos, más aún cuando va de la mano con la integración de actores en etapas tempranas, y se ha constituido como un habilitante para la incorporación de nuevas tecnologías”, explica Sepúlveda, aunque también advierte que “no obstante, su adopción todavía es desigual y poco masiva”.

 ¿Las razones? “Las principales barreras son culturales, pero también existen otras que son propias de la estructura de la industria”, explica.

Así, entre las primeras, el diagnóstico habla de una cierta resistencia al cambio frente a lo que se ha hecho siempre, sumado a una ausencia de estandarización y escasa coordinación natural entre actores claves, ya sea a nivel público, privado y académico.

“Por otra parte, existe una alta fragmentación en la industria y su cadena de valor, donde prevalece una perspectiva proyecto a proyecto, lo que redunda en bajas tasas de capacitación y certificación de competencias de quienes trabajan en el sector, con pocos incentivos para la innovación e introducción de nuevas tecnologías”, argumenta Sepúlveda.

En este escenario, el presidente de la Comisión de Productividad CChC asegura que la colaboración público-privada y la academia ha sido clave para visibilizar el problema, generar diagnósticos, desarrollar estándares y generar acciones. “Iniciativas como Construye2025, que ha propiciado la creación del CTEC, CIPYCS, del Plan BIM en su momento, más el impulso industrializador que generó el MINVU por parte del Estado, y la creación de la Comisión de Productividad de la Cámara Chilena de Construcción, su apoyo a la fundación del Consejo de Construcción Industrializada CCI, la generación de la Aceleradora BIM, sucesivos Retos de Innovación promovidos por la CChC junto con programas de formación desde la Academia, han impulsado y dado soporte a la transformación del sector”, sostiene.

Por ello, insiste en que “falta profundizar esta colaboración para que las soluciones escalen y se implementen de forma más masiva”. Como aprendizaje, Sepúlveda menciona la necesidad de que los avances incorporen una mayor articulación efectiva de los distintos actores para que los resultados tengan mayor impacto, participando todos con una actitud y visión colaborativa e integradora.

“Debe promoverse también la formación continua y estructurada, así como el desarrollo de liderazgos movilizadores, tanto en el ámbito público como privado. De esa forma, el sector podrá profundizar la adopción de estas nuevas tecnologías, fortalecer la capacitación de las personas que trabajan en el sector para hacerlo más atractivo a los nuevos talentos, promover contratos más colaborativos entre las partes involucradas e impulsar políticas que generen condiciones para la innovación”, manifiesta.

Finalmente, destaca el rol del capital humano como fundamental para la innovación la adopción efectiva de las nuevas tecnologías y sostenes las mejoras en productividad. “Entre los desafíos está resolver la escasez de mano de obra calificada, la actualización continua de competencias y la incorporación de nuevas generaciones con habilidades digitales y técnicas más modernas, más aún cuando la inteligencia artificial es ya una realidad que hay que internalizar en nuestros procesos”, opina.

En ese sentido, comenta que “en la Cámara Chilena de la Construcción existe una permanente atención a este tema, con instancias como el Consejo de Formación y la propia Comisión de Productividad, uno de cuyos ejes estratégicos es éste”.