A través de un proceso de Design Thinking, la constructora decidió convertir un proyecto de demolición de veredas en uno que aportara valor a la comunidad, evitando que cerca de 300 m3 de residuos fueran al vertedero, así como ahorros asociados al pago del traslado y disposición de cerca de 2.000 m2 de veredas que fueron reutilizadas.
Tradicionalmente, un proyecto de reposición de aceras y veredas se ejecuta demoliendo los elementos y luego re pavimentando. Ante la oportunidad de un proyecto de este tipo en Punta Arenas – y como es habitual cada vez que inician un nuevo trabajo- en la empresa Desarrollos Constructivos Axis realizan reuniones de innovación bajo la metodología Design Thinking, para detectar desafíos, las que se llevan a cabo en cinco etapas: empatizar, definir, idear, prototipar y testear.
Y en este caso, evidenciaron grandes desafíos, como cuenta Mikel Fuentes, líder de Innovación y Economía Circular de la compañía. “Si ejecutábamos el proceso de manera tradicional, la demolición de veredas terminaría en un vertedero, junto con todos los problemas asociados a la ejecución, como ruido, polvo, maquinaria, camiones en tránsito y costos de disposición final. Junto con esto, detectamos que las viviendas colindantes al proyecto presentaban barro en sus entradas, debido a la falta de radier o pastelones en el patio de sus casas”, señala.
Es así como “considerando los ‘dolores’ detectados en la etapa de empatizar, nos planteamos el desafío de repensar el proceso de reposición de veredas para generar menos residuos y aportar valor en el entorno”, sostiene el profesional.
De esta manera, generaron ideas de manera colaborativa, con la participación de Gerencia, el área de Innovación de Axis y el equipo del proyecto. “Surgieron diversas ideas y una fue la ganadora: en vez de demoler, cortar las veredas para transformarlas en pastelones, útiles para los vecinos y para nuestras propias instalaciones”, dice Fuentes.
Fue así como “transformamos un residuo en un producto en el marco de la economía circular. Realizamos prototipos de los pastelones e involucramos a la comunidad, la que validó la solución y recibió estos pastelones, junto con un tríptico informativo sobre el cuidado del medioambiente y nuestro plan de gestión de residuos. Transformamos un proceso de demolición, que genera inconvenientes y malos ratos para los vecinos, en un proceso que aporta y entrega valor a la comunidad”, precisa el líder de Innovación y Economía Circular de Axis.
Beneficios para todos
Mikel Fuentes comenta que no tuvieron inconvenientes desde el punto de vista normativo, puesto que su idea estuvo enfocada en la R de Reusar, es decir, “darle un uso similar a las veredas, pero en formatos más pequeños y no como materia prima para otro proceso productivo (Reciclar)”.
Al ser consultado por los resultados, el constructor civil sostiene que en términos medioambientales, los beneficios son claros, ya que al cortar las veredas y reusarlas, evitaron que aproximadamente 300 m3 de residuos terminaran en un vertedero. “Esto equivale a cerca de 2.000 m2 de veredas reutilizadas. Lo anterior se traduce en menores costos para la empresa, pues evitamos el pago asociado al traslado y disposición de estos cerca de 300 m3 de residuo. Cabe destacar que el proceso fue pensado para que los pastelones fueran cortados cerca de los vecinos que finalmente recibirían el producto, por lo que los costos de traslado fueron prácticamente cero”, añade.
Sobre los beneficios sociales, a su juicio, éstos son más bien cualitativos, “pero todo se traduce en que nos transformamos en un buen vecino. Dimos solución a una necesidad en la comunidad y aprovechamos de generar conciencia en los trabajadores y los vecinos con respecto al cuidado del medioambiente, mediante un ejemplo concreto y práctico de economía circular. Además, si consideramos camiones de 8m3, disminuimos la circulación de cerca de 38 camiones por el barrio”.
Dado el éxito de esta idea y gracias al impulso de haber ganado el Premio Cero Basura 2022, en la categoría Cambio Cultural, la empresa ha replicado esta práctica en los nuevos proyectos que están construyendo. Por ejemplo, en Puerto Natales, en un proyecto de construcción de una plaza, “reutilizamos el pavimento existente en formatos de pastelones más grandes que los que ya habíamos utilizado, además de reusar cerca de 300 m2 de pasto sintético para la comunidad”, cuenta. Por su parte, en un proyecto que está comenzando en Puerto Varas, “estamos prototipando medidas aún más grandes, en formatos de 2x2m, para poder reutilizar el pavimento en nuestras instalaciones de faenas y en el entorno, creando un producto izable, montable y reutilizable, en el marco de la industrialización de nuestros procesos”, asegura Fuentes.
Y así, cada vez son más las iniciativas que Axis está desarrollando en la línea de economía circular, “ya que estamos convencidos de que es el camino”, declara el profesional. Por lo mismo, un hito importante en Axis fue crear el cargo “Profesional de Innovación y Economía Circular”, para poner foco e impulsar aún más la innovación y el trabajo colaborativo en torno a este importante tema. “Es así como seguimos desarrollando iniciativas que buscan transformar los residuos en recurso y agregar valor en la comunidad. Por ejemplo, en un proyecto que involucra el roce de árboles, transformaremos dichos residuos en compostaje”, añade.
La constructora pretende continuar por esta vía, puesto que “la economía circular nos invita a cuestionar y repensar los procesos tradicionales. Es una gran oportunidad para innovar y generar cambios que aporten al cuidado del medioambiente. Vivimos en un mundo donde los recursos son limitados, pero nuestra creatividad no. De manera colaborativa debemos avanzar para tener un futuro sostenible”, concluye.
Por Lucio Ricke G., presidente de AICE.
Desde hace tiempo, se ha estado discutiendo en relación con los bajos índices de productividad que tiene la industria de la construcción en Chile, a lo cual se suman las complejidades operacionales que ha traído esta pandemia y, en ambos sentidos, la idea de industrializar los procesos constructivos parece una buena solución, considerando que se asume que tiene virtudes como optimización de procesos y uso de recursos, aumento de calidad y disminución de plazos.
Pasos importantes se han dado con el surgimiento del hormigón premezclado, las armaduras fabricadas en maestranzas, entre otros, todos procesos que han aumentado la productividad y también la calidad de las obras, porque tienen mayores controles de fabricación, considerando la normativa de cada material utilizado.
Pero cuando hoy hablamos de industrialización de la construcción, estamos pensando en el proceso completo, desde su diseño hasta el término de la obra, y para ello se requiere avanzar en planificación temprana de las obras, incorporando a todos los profesionales que intervienen en el proyecto, en capacitación de mano de obra y en definición de protocolos y normativa que establezca estándares mínimos para toda la cadena productiva que interviene en el proceso y así alcanzar la eficiencia que se está buscando.
Por ello, es muy importante la incorporación de las tecnologías BIM en la administración de los proyectos, pero aquí también es necesario avanzar en normativa que estandarice su uso y definiciones, para lograr mayor transversalidad y amplitud de aplicación.
En este sentido, es muy importante el trabajo que se está realizando en el Instituto de la Construcción, a solicitud del Minvu, en el comité que está desarrollando el “Anteproyecto de norma industrialización – Principios y definiciones generales”, donde participa una amplia gama de instituciones que aportan sus distintas miradas en la redacción de un documento que establecerá los conceptos mínimos que requiere una innovación tan importante como esta para nuestra industria.
Ahora, en nuestro caso, de manera muy especial, se requiere la incorporación del ingeniero estructural en las etapas de anteproyecto, para que desde el principio pueda aportar soluciones estructurales acordes a las demandas propias de la naturaleza de nuestro entorno y que sean eficientes en el proceso industrial de construcción.
Adicionalmente, cuando la industrialización de la construcción también alcanza elementos estructurales de una obra, se requiere que dichos elementos tengan comportamiento sísmico certificado y compatible con los requerimientos de la estructura y que sus patentes comerciales permitan al ingeniero responsable y al revisor independiente de cálculo, si es que corresponde, validar estos elementos de acuerdo a las responsabilidades que la ley exige al ingeniero estructural responsable, temas que también deben ser parte del desarrollo normativo pendiente.
En este sentido, es una muy buena noticia que recientemente el MOP oficializara la norma NCh 3417 Requisitos para Proyectos de Cálculo Estructural, que define los alcances y complejidades de los servicios profesionales de cálculo estructural, la estandarización de los procesos para quienes ejercen la profesión, indicando el estándar de servicio y la forma en que se relacionan las distintas subespecialidades o áreas de especialización del cálculo estructural, e incluye expresamente los conceptos de elementos estructurales con ingeniería previa, que serían todos los elementos que una industria externa puede proveer a la estructura resistente.
Desde la ingeniería estructural, consideramos que las estructuras en Chile han tenido un muy buen comportamiento frente a los requerimientos de sus usuarios y la naturaleza, y eso se debe a buenos procedimientos de diseño y construcción, lo cual debemos cuidar y avanzar en productividad y eficiencia, sin sacrificar en lo más mínimo la calidad y respuesta dúctil de las estructuras.
Fuente: Instituto de la Construcción