Con una reducción potencial del 30% en la huella de carbono, la investigación del Laboratorio de Exploración en Materiales Arquitectónicos Ambientales (LEMAA) busca la colaboración de las constructoras y proveedores para definir las necesidades del mercado, superando las barreras del bajo estándar y la falta de financiamiento en la industria del reciclaje en Chile.
La innovación en el sector de la construcción chilena avanza hacia la sostenibilidad , y en este camino, el Laboratorio de Exploración en Materiales Arquitectónicos Ambientales (LEMAA) de la USACH se ha posicionado como un actor clave.
Conversamos con los doctores en Arquitectura Hugo Pérez Herrera, director del LEMAA; y Alexandre Carbonnel Torralbo, investigador del mismo laboratorio, sobre su trabajo pionero en la revalorización de plásticos de descarte para transformarlos en materiales constructivos de alto desempeño. El enfoque no es solo ambiental, sino también económico, buscando fomentar una industria local robusta, en sintonía con los objetivos del programa Construye2025.
Línea de investigación: de residuos a materia prima secundaria
La investigación principal del LEMAA se centra en abordar los residuos industriales, específicamente el plástico, proyectándolos como “materia prima secundaria”, en palabras de Pérez. El objetivo es dar una segunda vida útil al plástico, viendo en el mundo de la construcción un escenario óptimo, ya que los materiales de este sector “tienen que adquirir un compromiso mayor de durabilidad, de desempeño más allá de lo que puede ser una bolsa, una botella”, continúa Pérez.
El concepto que guía su metodología es el upcycling. A diferencia del downcycling (transformar un producto en otro de menor calidad) , el upcycling consiste en “tomar ese residuo y transformarlo en un producto igual o mejor al original”, explica Carbonnel, quien también señala que esto implica aplicar diseño, pero también entender las propiedades del plástico para agregar aditivos y mejorar sus cualidades según el diseño del nuevo componente constructivo. Un ejemplo de esto es la transformación de polipropileno (como el de las tapas de botellas) en un resonador acústico.

El desafío de la trazabilidad y el desempeño
El reciclaje de plásticos en la construcción presenta desafíos técnicos críticos como la durabilidad, el comportamiento estructural y la degradación. Sin embargo, el principal problema que han identificado, y en el que centran sus esfuerzos de mitigación, es la trazabilidad de los plásticos.
El desempeño en el ambiente construido presenta desafíos específicos según la ubicación del producto:

Hugo Pérez resume la situación en la necesidad de que los productos reciclados sean “buenos”. No es la regulación lo que limita, sino que “los productos reciclados aún tienen un bajo estándar. O les falta una certificación apropiada que de alguna manera los pueda hacer competitivos y de alto desempeño”.
Casos de estudio: productos en desarrollo
LEMAA cuenta con dos proyectos principales que están pasando de prototipo a producto actualmente: un revestimiento para exteriores y un resonador acústico para interiores.
Este desarrollo es un revestimiento para exteriores tipo siding, como para vivienda social.
Este es un producto para espacios interiores con foco en el confort acústico, donde el desafío principal es el comportamiento al fuego.
El impacto ambiental y la economía circular
Desde la perspectiva de la economía circular, la integración de plásticos reciclados ofrece una ventaja comparativa significativa.
Pese a que se generan cerca de 1 millón de toneladas de plástico al año , en el mercado chileno solo se recicla cerca del 12% y 13%. El potencial de crecimiento es amplio, ya que en Europa las tasas de reciclaje están alrededor del 25% o 30%.
Barreras y proyección a mediano plazo
Las barreras para la masificación no son primariamente regulatorias. Las normativas como la Ley REP y la Hoja de Ruta de Economía Circular en Chile “dan un marco de apoyo muy claro en ese sentido”, explica Carbonnel. Las barreras son más bien de mercado y de inversión.
Carbonnel establece una analogía con la energía renovable (como la fotovoltaica), que al principio era muy cara y actualmente es competitiva gracias a incentivos y a que se dinamizó el mercado. Él proyecta que “va a pasar lo mismo con el material de reciclado dentro de la industria, particularmente de la construcción”.
A mediano plazo, el LEMAA proyecta concretar la transferencia tecnológica de sus prototipos al mercado.
Además de los proyectos principales, el laboratorio ha participado en interesantes asesorías, como el trabajo en el archipiélago de Juan Fernández con el Centro Circular Tec. En este proyecto se desarrolló un modelo para recuperar residuos de plástico y crear prototipos de anzuelos de pesca y elementos para electricidad, con el objetivo de ser utilizados directamente en la isla, como un modelo a escala local más sostenible.
Mensaje al sector de la construcción
El LEMAA busca impulsar una colaboración más profunda con el sector de la construcción, especialmente ahora con la adjudicación del fondo ANID para desarrollar el centro Cimac, que involucra a 10 laboratorios de diferentes universidades, y cerca de 8 a 10 empresas e instituciones.
El mensaje central para los líderes de la industria se enfoca en cambiar la percepción del plástico.
La proyección es clara: los proyectos impulsados por el centro CIMAC y el LEMAA (www.lemaausach.cl) beneficiarán al sector con productos que tienen una huella ambiental reducida, fomentando la economía circular y la innovación en materiales constructivos en Chile.