Otro punto importante es, junto con la calidad y el tiempo de construcción, “un menor impacto en nuestro entorno, en cuanto a residuos, contaminación acústica y el respeto al medioambiente”, complementa Andrea Galleguillos, Ejecutiva Comercial Pro de Trupanel. Y es que las características de sustentabilidad de este tipo de sistemas industrializados tienen ventajas desde la perspectiva ambiental. Katherine Martínez, Jefe Programa + Industrialización de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), ejemplifica que “hablamos de una reducción de los residuos desde el diseño, lo que cambia el paradigma. Estamos viendo que, gracias a los sistemas prefabricados o de construcción industrializada, hay un alto desarrollo de ingeniería que permite que los procesos de diseño sean controlados, previamente a llegar a etapas de obra. Actualmente, este auge del concepto de industrialización se debe un poco a la importancia que ha tomado la construcción sustentable acompañado de la utilización de BIM, con lo que ambas tecnologías han venido a reforzar la importancia de la sistematización de procesos, del diseño integrado, de favorecer obras que en la práctica no se construyen sino que se montan in situ, lo que ha traído consigo repensar los procesos tradicionales y ver la industrialización como una alternativa complementaria”.
Otra ventaja de la construcción industrializada es que hoy “está llegando a lugares que antes no era posible, como lo es el sector rural, un mercado que siempre estuvo marginado y que hoy en día, con este sistema, puede acceder a buenos productos y servicios, con ahorros y calidad”, indica Cristián Escobar, Gerente General de CCP Modular.
Brechas actuales
Si hace algunos años se pensaba que la principal barrera de las soluciones prefabricadas era el costo, hoy el mercado ofrece soluciones competitivas. Los elementos prefabricados en planta son el principal fruto de esta alternativa, pese a que existen otras soluciones. Aunque la tendencia mundial es industrializar los elementos que constituyen las viviendas, en Chile el sistema tradicional de construcción prevalece y los pasos que se dan para cambiarlo aún son tímidos. Para Aquiles Manhey, Gerente General de Aminfo Ltda., “si bien hay interés, todavía falta la convicción de construir de manera industrializada. La introducción de la metodología BIM va en la misma línea, pero aún no se aprovecha toda la potencialidad que esto ofrece. En este sentido, aunque estamos bien posicionados a nivel latinoamericano, nos falta caminar un poco y lograr que las constructoras vean este tema como una inversión y no como un gasto”. Opinión similar tiene Jorge Adonis, Gerente Técnico de LP Chile, quien señala que para masificar esta metodología hace falta la certificación del sistema. “Si promovemos viviendas con calificación energética, falta esa misma calificación para el sistema constructivo. Lo que ocurre es que quienes ejecutan un proyecto no tienen el incentivo de ir transformando el sistema tradicional, pero en la medida en que el entorno observe que el ente regulador valora y potencia estas alternativas de construcción, habrá un dinamismo mayor”.
Desde el Instituto del Cemento y el Hormigón de Chile (ICH), Sebastián García, Marketing & Comunicación de la entidad, comenta que los paradigmas existen. “Tenemos buenos ejemplos, como el de Baumax, que en base a una tecnología de los años ’80, ha logrado cambiar de a poco la mentalidad de la industria de la construcción”. En la misma línea, Jorge Grez, Socio y Arquitecto de Construtec, comenta que el problema pasa básicamente por un tema cultural. “Lo principal es el mandante, es a él a quien hay que mostrar las virtudes de este sistema industrializado. Si no somos capaces de demostrar que nuestros sistemas industrializados tienen mayor rapidez, economía, o son más eficientes, todo lo demás se pierde en buenas intenciones”.
El consenso hoy en día es que la construcción convencional muestra una deficiencia que, llevada a obra, está representada por las tolerancias, lo cual ha motivado a ciertas empresas a innovar en sus productos y servicios. Miguel Apablaza, Administrador de Obra de Tensocret, indica que mientras la construcción tradicional trabaja las tolerancias en centímetros, lo cual presenta un amplio margen para especular en terreno, en la construcción industrializada estas se trabajan en milímetros, lo que se traduce en mejores terminaciones en la obra gruesa.
Casos de éxito
Las soluciones prefabricadas e industriales se han comenzado a masificar a lo largo del país, existiendo empresas y obras relevantes que van dando cuenta de esta tendencia. Destacan, a modo de ejemplo, proyectos de Baumax -donde se implementa la primera planta robótica de prefabricados de hormigón en Sudamérica- y de Momenta, que desarrolló en Temuco un proyecto social con edificios de cinco pisos íntegramente prefabricados (condominio Lomas de Javiera).
Ejemplo también de este mayor dinamismo es la zona sur del país. Adonis plantea que “hace dos años se pedía la envolvente prefabricada; hoy pasamos a tabiques, lo que significa que la masificación de módulos está creciendo. Otra particularidad es que hoy en día se pinta en planta y se envían los módulos prepintados y en obra se les da una terminación”.
La madera no ha sido la excepción en este desarrollo industrializado. Un proyecto ícono es el Ecobarrio en Chañaral. Otro desarrollo se emplaza en Arauco, un edificio que construye CMPC en madera estructural CLT (Cross Laminated Timber), hasta ahora el proyecto más grande en Sudamérica construido en CLT, combinado con acero y hormigón. Otro caso de mejora de las tecnologías es el de RC Tecnova, que para poder abrirse paso en la industria de la construcción tradicional, ha tenido que mejorar e innovar en sus productos y servicios. Cristián Rivadeneira, Gerente General de esta empresa relata, que “fabricamos un EIFS que pega en acero. Nuestro material se adapta a las exigencias del mandante, de manera de poder competir con el sistema tradicional. Partimos con casas unifamiliares, luego conjuntos habitacionales, y hoy en día estamos en edificios. No obstante, el camino no ha sido fácil, pero creemos que estamos entregando valor agregado a la industria”.