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PRODUCTIVIDAD EN LA CONSTRUCCIÓN: UN DESAFÍO PARA EL CRECIMIENTO

Fecha: 08/08/2017

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Por Vicente Domínguez, Presidente del Programa Estratégico Nacional en Productividad y Construcción Sustentable, Construye2025.

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El concepto de productividad, como ha sido definido por la Comisión Nacional de Productividad, es una medida de cuántos bienes y servicios se producen con un número determinado de factores productivos, por ejemplo, trabajo y capital. En consecuencia, si ésta aumenta es porque se han obtenido más bienes o servicios con los mismos recursos. Una mayor productividad del capital, asimismo, incrementaría los incentivos a invertir, lo que traería consigo una elevación de las remuneraciones del trabajo. Al final el resultado es crecimiento económico y equidad.

En términos generales, hoy asistimos a una baja relevante de los índices de crecimiento de la productividad en un buen número de sectores, por lo que se requiere entrar en un nuevo impulso, si realmente se desea llegar a los niveles de los países desarrollados.

En el sector de la construcción, una respuesta a ello ha sido la creación, bajo el alero de CORFO, del Programa Construye2025, dirigido por un Consejo Directivo compuesto por actores públicos, privados, de la academia y la sociedad civil. La iniciativa busca transformar la industria, emulando lo que ha sucedido en los países más avanzados, todo ello a través de diversas iniciativas muy bien definidas.

En efecto, los resultados del diagnóstico nos han entregado precisión sobre los problemas, restricciones y cuellos de botella que afectan a la industria de la construcción. Las iniciativas que conforman la hoja de ruta de Construye2025 intentan responder a ellos, a través de instrumentos y mecanismos que produzcan cambios en la innovación y la tecnología, en la eficiencia, en la gestión, y en la capacidad y adiestramiento del personal de las empresas e instituciones.

Un par de ejemplos de lo aseverado son los siguientes:

La iniciativa denominada PlanBIM, que busca incrementar la productividad y sustentabilidad mediante la incorporación gradual de BIM -Building Information Modelling-, un conjunto de metodologías y tecnologías avanzadas para el desarrollo y gestión de información que considera todas las etapas de los proyectos desde el diseño hasta la operación, y que fomenta el desarrollo de una industria colaborativa que se comunica con un estándar común. En países como Reino Unido, la aplicación de BIM en proyectos públicos ha generado ahorros de entre un 12 y un 20% en los costos de diseño y construcción de éstos.

No se puede dejar de mencionar a “DOM en Línea”, iniciativa liderada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que permitirá, por medio de una plataforma digital, realizar una serie de trámites ante las Direcciones de Obras municipales a través de internet; con ella queda atrás la necesidad de concurrir con documentos impresos, agilizando la denominada “tramitología”, con las consiguientes mejoras en los plazos y disminución de los costos.

Resumiendo, la tarea es de mediano y largo plazo, pero necesaria. Y si se persevera, puede significar un cambio radical en la productividad del sector, con beneficios para todos, acercándonos a los niveles de eficiencia y bienestar de los países más desarrollados.

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