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Desafíos en formación en la edificación chilena

Fecha: 19/03/2020

Por Marcos Brito, gerente de Construye2025

En los cinco años de existencia de Construye2025, programa estratégico impulsado por Corfo para enfrentar los desafíos de la construcción, en productividad y sustentabilidad, hemos constatado que la voluntad para avanzar es alta.

Y sin duda, para ello es necesario incluir un eslabón importante de la cadena: los trabajadores de las obras. Por ello, el Día del Maestro Obrero Constructor es una excelente instancia para hablar del desarrollo del capital humano en la industria.

El Organismo Sectorial de la Construcción (entidad tripartita, cuyo objetivo es definir las prioridades a nivel sectorial a través del levantamiento y validación de productos), desarrolló un Marco de Cualificación para el sector construcción, subsector edificación. Éste se materializó con la ayuda técnica del Área de Estudios del OTIC de la CChC.

El MCTP fue presentado y validado frente a empresas, trabajadores y entidades públicas en enero de 2020 y contempla un catálogo de perfiles laborales que incluye a la mayoría de los oficios presentes en la industria.

En este sentido, la certificación se presenta como la pieza clave para avanzar hacia la especialización y productividad de los trabajadores, puesto que permite identificar lo que cada trabajador domina y lo que necesita incorporar a su conocimiento, dando pertinencia a la capacitación. Así se optimizan los recursos, enseñando sólo lo que cada uno necesita aprender.

En la actualidad, se está certificando a los trabajadores en oficios, midiendo las brechas por capacitar, y se está desarrollando una oferta formativa orientada al cierre de las mismas, liderados por la Escuela Tecnológica de la Construcción (ETC) de la CChC, con su Escuela de Oficios y su Programa de Formación en Obra.

Esta herramienta ya demostró ser muy exitosa en países desarrollados y, localmente, en años de trabajo conjunto entre trabajadores, sector público y sector privado, se han identificado mapas de procesos y validado con mesas técnicas, para llegar a poblar el catálogo de ChileValora con los perfiles del trabajador de la construcción.

El desafío que aún tenemos pendiente es dar el paso a un nuevo sistema y usar la certificación primero y la capacitación después, cuando se necesite. Entender que la certificación no es simplemente el diploma al cierre de un curso, sino la mayor herramienta de gestión de capital humano.

Dado el potencial del Marco de Cualificación, tanto en optimizar recursos de formación como en promover especialización y mejoras en productividad, desde Construye2025 invitamos a todas las empresas del sector y a todos los trabajadores a que se informen y se sumen a este sistema.

La construcción requiere especialistas y el cambio de paradigma en formación está siendo efectivo en prepararlos. El compromiso con la certificación seguramente será recordada como una decisión estratégica de alto impacto en esta década para mejorar la productividad sectorial.

 

 

Cómo asumir el desafío de la seguridad en las obras

Fecha: 26/11/2019

Seguridad, gestión de residuos y productividad son elementos comunes para el buen desarrollo de un proyecto. En el escenario actual, la construcción industrializada se plantea como el camino para una industria más productiva y segura.

En 2018 se registraron 23.356 accidentes de los cuales 38 fueron fatales, según los datos del Reporte Anual de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso). Por ello, no pasó desapercibido el llamado que hizo la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) para sumarse al Día de la Reflexión por la Seguridad, el 5 de noviembre pasado.

“Esta iniciativa nació con el objetivo de hacer una pausa en nuestras labores para reflexionar sobre la seguridad y así avanzar juntos –trabajadores, ejecutivos, empresarios y autoridades– hacia la meta de erradicar los accidentes fatales de nuestras obras, fábricas y empresas”, señaló ese día Patricio Donoso, presidente de la CChC, desde una obra en San Bernardo. Asimismo, explicó que los hechos ocurridos recientemente “no han dejado a nadie indiferente y, por lo mismo, ampliamos nuestro llamado a que nos encontremos y conversemos como sociedad sobre la seguridad laboral, pero también sobre lo que hemos sentido y pensado en estos días y cómo podemos ayudar a que avancemos como país”.

Y es que la seguridad “apunta a una condición mínima que es que el trabajador llegue sano a la obra y regrese sano a su hogar”, a juicio de Jacqueline Galvez, gerente general de la empresa Gestión Urbana y vicepresidenta del Comité de Vivienda de la CChC.

En ese sentido, planteó que la seguridad “es un aprendizaje continuo y sirve para reforzar aquellas materias que son de su competencia, agregando otras áreas de la obra, capaces de generar interacciones en el ambiente laboral y llevarlo a un ambiente controlado”.

Además, se ven beneficios reflejados en distintos ámbitos, entre los que destacan la salud y la calidad de vida de los trabajadores, de acuerdo con Daniel Flores, jefe del Departamento de Prevención de Riesgos de Siena Inmobiliaria. “También se puede identificar un aumento del sentido de pertenencia y, como consecuencia, beneficios en el trabajo en equipo, reducción del número de accidentes y enfermedades profesionales, entregando a las personas una cultura de vida en torno a la seguridad, que no solo se puede aplicar en el trabajo, sino que también en la vida diaria, pudiendo permear incluso a su núcleo familiar más cercano”, confirma Flores.

“La seguridad en el trabajo es muy valorada por los trabajadores de la construcción, ya que los instala como prioridad, privilegiando su cuidado frente a las exigencias de producción. Les entrega entrenamiento permanente en autocuidado y los empodera en la prevención de accidentes laborales”, comenta Marisol Saavedra, subgerente en gestión de calidad e innovación de Axis DC.

Por el contrario, los accidentes sí generan impactos en la productividad, paralizaciones por accidentes graves, la generación de un ambiente de inseguridad y desmotivación que afecta a los trabajadores.

Seguridad & productividad

Otro factor considerable dentro de la obra es la productividad, a la que la seguridad impacta de manera positiva, al entregar las herramientas necesarias para que la faena se planifique anticipadamente y de buena forma. Para el gerente general de SK Capacitación, es necesario hablar de productividad cuando no haya accidentes, “cuando el maestro sepa usar las herramientas, eso es lo que tenemos que mostrar al público”.

Porque con la seguridad “se evitan incidentes y accidentes que podrían paralizar la obra. Con estas medidas estamos generando una mayor productividad al tener un trabajador sano, informado, con mayor compromiso con la obra”, precisa la gerente general de Gestión Urbana.

La seguridad laboral promueve la productividad y es parte integral de ella, asegura el jefe del Departamento de Prevención de Riesgos de Siena Inmobiliaria. “Esta tiene la ventaja de abarcar múltiples tareas y áreas de una faena de construcción, lo cual permite entregar beneficios que se reflejarán en una mejor productividad, debido al control del orden y aseo, y como derivada, una mejor cadena de abastecimiento de materiales e identificación con claridad de los avances en productividad y sus desviaciones”, asegura. A ello se suma que los trabajadores sin enfermedades del trabajo se pueden enfocar mejor en sus actividades, alcanzando rendimientos constantes y sostenibles en el tiempo.

De manera similar opina Lorenzo Constans, presidente de la Mutual de Seguridad, quien señala que “no hay certificación sin seguridad, no hay productividad sin seguridad y no hay tranquilidad para la familia sin seguridad”. Por ello, a su juicio, si se quiere dar una buena capacitación a los trabajadores, “la primera cosa que debemos tomar en cuenta es que la seguridad es la que permite hacer todas las actividades”.

Y va más allá: “Tomando conciencia de la seguridad a nivel país tendremos mayor productividad, mayor eficiencia, sobre todo hoy que estamos discutiendo una hora más o una hora menos de jornada laboral”.

En una obra industrializada

Los riesgos asociados a la construcción tradicional han generado una serie recursos adicionales en horas de participación en charlas de seguridad y elementos de protección personal que encarecen la producción, afectando la productividad de la industria, de acuerdo con la ejecutiva de Axis DC.

Por el contrario, “los procesos industrializados en ambientes controlados disminuyen los recursos asociados a este tema por la especialización de los trabajadores, generando espacios más seguros y de confianza que mejoran sus rendimientos y motivación, lo que finalmente mejora el desempeño de los procesos”, opina Saavedra.

Se ha visto que cuando la obra incorpora partidas de construcción industrializada, “se minimizan varios riesgos y muchas formas de incidentes”, dice Jacqueline Galvez.

El actor clave es la planificación que se requiere para generar un flujo continuo de actividades, al industrializar los procesos constructivos. “Tanto las soluciones constructivas y métodos como los recursos que se requieren se encuentran estudiados y optimizados, evitando la improvisación, tan característica de nuestra industria y que tantos accidentes genera”, especifica Marisol Saavedra.

En ello coincide Daniel Flores, quien ve que una mayor industrialización de sus procesos puede significar menor intervención e interacción en la etapa de fabricación, modulación e interacción de los materiales por parte del trabajador en obra, “por lo tanto condiciones y acciones fuera de estándar de seguridad más controlados y como resultado de esto reducción de la tasa de accidentabilidad (acompañado con sus respectivos procedimientos de trabajo seguro), además la industrialización permite trabajos en ambientes controlados en donde a supervisión en general de las actividades es más eficiente”.

En este escenario, “claramente se tiene un mejor control en los indicadores de accidentabilidad, ya que al industrializar los procesos el trabajador puede desenvolverse en ambientes controlados, donde los recursos están disponibles, sabe qué hacer y qué estándares se deben lograr, lo que disminuye los riesgos de accidentes”, agrega la subgerente de Axis DC.

Pese a ello, sí es necesario estar atentos a nuevos riesgos, como los izajes en altura de gran tonelaje, que visualiza Galvez. “La diferencia se marca en capacitar a las personas constantemente y siempre hay riesgos más allá de la forma de construir”, considera.

El factor residuos

El volumen de residuos que genera una obra está directamente asociado a la gestión integral del proyecto. “Es así como una buena planificación y optimización de recursos, con la logística adecuada generará menos residuos”, opina Marisol Saavedra.

En ese sentido, la buena gestión de residuos es claramente una herramienta para bajar incidentes y, con ello, la probabilidad de accidentes. “Se debe generar una política de trabajo donde un trabajador de una partida precedente debe entregar limpio su puesto de trabajo a la siguiente, eso es social, respeto por el otro. La ejecución de elementos en fábrica disminuye la cantidad de elementos particulados, con lo cual se evitan incidentes que pueden derivar en accidentes”, comenta la vicepresidenta del Comité de Vivienda de la CChC.

Mejorar el orden y el aseo de las áreas de trabajo y con ello los flujos de circulación de todo el proyecto son elementos que permite manejar la gestión de residuos valorados y no valorados. Con ello se aumenta el estándar, se evita la cercanía de los equipos pesados con los trabajadores, se disminuyen los riesgos de caída al mismo nivel, cortes y punzamientos, además de no bloquear señaléticas de seguridad y equipos de emergencia, según enumera el jefe del Departamento de Prevención de Riesgos de Siena.

“Al gestionar los residuos desde la prevención, reduciendo al máximo su generación, identificando los residuos que podamos reutilizar dentro de la misma obra y segregando desde el origen aquellos que puedan ser reciclados fuera de ella, generamos una obra ordenada, con menos residuos y menos materiales en terreno, mejores vías de circulación, disminuyendo los riesgos de accidentes y mejorando los indicadores de accidentabilidad”, añade Saavedra.

Y concluye: “A mi juicio, claramente seguridad, gestión de residuos y productividad están directamente relacionados y son cruciales para el buen desempeño de un proyecto. En este sentido, la construcción industrializada es nuestro desafío y el camino que nos permite proyectarnos hacia una industria más productiva y segura para nuestros trabajadores”.

 

La certificación para mejorar la productividad y la empleabilidad de los trabajadores del sector

Fecha: 30/09/2019

En el Seminario Formación en Construcción se realizó un llamado a las empresas a utilizar la evaluación y la certificación para avanzar en el cierre de brechas de capital humano del sector.

Si bien la construcción representa alrededor de 8% de la fuerza de trabajo del país, sólo 2,4% de la capacitación vía franquicia tributaria es realizada en el área de la construcción. En ese sentido, Patricia Aranda, gerenta del Área Social de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), ve un problema, como señaló en el Seminario Formación en Construcción, organizado por Construye2025, puesto que “no tenemos tanta participación de las empresas en este tipo de herramientas”.

A estas cifras se suman otras, como que en el sector, 70% de los trabajadores no tiene más estudios que enseñanza media, y que en 2018 se registraron 23.356 accidentes, de los cuales 38 fueron fatales, de acuerdo con Claudio Valenzuela, gerente de Competitividad y Redes de Corfo, según datos del Reporte anual de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso).

En este marco, las iniciativas que buscan mejorar la competitividad y productividad del rubro se encuentran con que esta realidad es una brecha y un desafío por superar. “El sector privado quiere trabajadores certificados”, afirma Joaquín Díaz, coordinador de Formación de Construye2025.

Precisamente el capital humano es una de las principales brechas que busca cerrar el programa impulsado por Corfo. “Estamos disponibles para colaborar en las cuestiones centrales que una industria como esta se plantea, respecto de la mejora de competitividad, de hacer de este un buen sector para trabajar, porque estamos seguros que el país lo necesita y genera gran impacto desde el empleo y la calidad de vida de los chilenos”, dice Claudio Valenzuela.

Y es que “la participación de diversos actores en este tipo de iniciativas es fundamental: el centro formativo, el Estado y sobre todo, el mundo empresarial, entregando sus necesidades como sector productivo”, asegura Patricia Aranda.

En ese camino y con el entendimiento de que hay una oportunidad permanente para la formación de trabajadores, la CChC lanzó recientemente el Consejo de Formación de Capital Humano para el Sector Construcción, cuyo desafío es articular los distintos esfuerzos del sistema formativo para atraer a los mejores talentos a la industria. “Para ello también requerimos una industria que pueda ofrecer al trabajador buenas rentas, estabilidad y posibilidades reales de movilidad, lo que solo se puede lograr con espacios de formación pertinentes y de calidad, que se asocien a mejor empleabilidad del trabajador y a un crecimiento en sus trayectorias laborales”, comenta Aranda.

Seguridad para la productividad
“La franquicia tributaria para la capacitación es una herramienta que las empresas pueden ir ocupando para formar a sus trabajadores o a sus futuros trabajadores a través de pre contrata, por ejemplo”, señala Ricardo Ruiz de Viñaspre, subdirector del Sence.

La autoridad del Sence también anuncia que el servicio está a pasos de una reforma legal que impactará de manera importante en el uso de las franquicias: “nosotros vemos que los incentivos no están 100% en capacitar, creemos que necesitamos ciertas mejoras legales para así tener un incentivo fuerte por parte de esas OTEC y OTIC para capacitar a los trabajadores del país”.

Y es que “no buscamos la capacitación por un fin en sí mismo, sino como un medio para encontrar empleo o acceder a uno mejor, por eso la conexión que se tenga con el sistema productivo y las empresas es vital, son ellas las que nos pueden ayudar a decidir y evaluar si la capacitación que está en el mercado hoy es de calidad o no”, comenta Ruiz de Viñaspre.

De acuerdo con Martín Contreras, gerente general de SK Capacitación, “la visión del sistema actual es perfectible y proyectable en la medida que ponemos los incentivos correctos y también en la forma que logramos mostrarle a las empresas del rubro, en este caso la construcción, los que van a ser los beneficiarios, el aporte que la formación, capacitación y certificación, representa en las empresas”.

Como ejemplo, cuenta que en 2014 hicieron obligatoria la capacitación en altura básica, porque se dieron cuenta que estaban teniendo una alta tasa de accidentabilidad por caída de distinto nivel. “Desde esa fecha hasta entonces, hemos construido más de 45 millones de horas hombre (HH) y hemos tenido accidentes, pero ninguno de altura. Lo único que cambió fue que en nuestras obras había personal capacitado, es lo que tenemos que mostrar a las empresas, hay una relación directa entre capacitación, accidentabilidad y productividad”, asegura Contreras.

Y es que para el gerente general de SK Capacitación, es necesario hablar de productividad cuando no haya accidentes, “cuando el maestro sepa usar las herramientas, eso es lo que tenemos que mostrar al público”.

A ello añade que tampoco existe una certificación o inspección de calidad para las OTEC, “y las echamos de menos. Existe en el mercado una gran distorsión y desorden respecto de la calidad de las OTEC que prestan servicios de capacitación y si me preguntan, el encargado y quien debería ayudarnos a mejorar y subir la vara son los organismos como el Sence”.

De manera similar opina Lorenzo Constans, presidente de la Mutual de Seguridad, quien señala que “no hay certificación sin seguridad, no hay productividad sin seguridad y no hay tranquilidad para la familia sin seguridad”. Por ello, a su juicio, si se quiere dar una buena capacitación a los trabajadores, “la primera cosa que debemos tomar en cuenta es que la seguridad es la que permite hacer todas las actividades”.

Y va más allá: “Tomando conciencia de la seguridad a nivel país tendremos mayor productividad, mayor eficiencia, sobre todo hoy que estamos discutiendo una hora más o una hora menos de jornada laboral”.

Certificación y evaluación
Aún falta mucho por trabajar en este anhelo. Por una parte, existe una alta rotación, debido al tipo de contrato característico del sector y, por la otra, en regiones hay escasez de mano de obra más calificada, lo que afecta la productividad, de acuerdo con Patricia Aranda.

Por esta razón, el Consejo de Formación de Capital Humano está priorizando a los trabajadores de obra, que a juicio de gerenta del Área Social de la CChC, son aquellos con empleabilidad general más precaria. “El desafío está en que podamos atraer, retener y desarrollar a nuestros trabajadores. El objetivo es prepararnos para la inclusión de las nuevas tecnologías y los nuevos puestos de trabajo que ello nos generará”, añade.

En ese sentido, “la certificación de competencias laborales, sin duda, es una herramienta muy útil, que bien usada puede contribuir tanto a trabajadores como empleadores, porque este tipo de credenciales ayuda a fortalecer la empleabilidad de los trabajadores y representa una mejora en todos los procesos de reclutamiento y selección de las personas en las empresas”, asegura Aranda.

Y es que, como señala Joaquín Díaz, hace mucho más sentido apoyar la adopción de un sistema que permita accionar el desarrollo del capital humano y “ChileValora entrega la fórmula para avanzar colaborativamente en pos de lograr este desarrollo con un sistema que se basa en los perfiles ocupacionales generados por el sector, a través del Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL) de Construcción, con la participación del gremio, los trabajadores y el sector público”.

En términos simples, este sistema identifica cuál es el quehacer correspondiente al sector y propone, además, una herramienta de evaluación de estos perfiles que permita hacer gestión como uso de herramientas de capacitación, en pos de contribuir a la formación y especialización de los trabajadores, y que todos los conocimientos y aprendizajes puedan ser incorporados e integrados de forma alineada con el Marco de Cualificaciones.

Así, el OSCL, con apoyo de ChileValora, ha logrado levantar y validar 59 perfiles en las principales áreas del sector construcción, como la edificación y la industria, según asegura Francisco Silva, secretario ejecutivo de ChileValora, junto con planes y rutas formativo-laborales, “que son las que alimentan y logran centrar el marco de cualificaciones técnico profesional nacional”.

Hasta el momento, también ChileValora ha logrado evaluar a 125.000 personas y de ellas, 16.000 son del rubro de la construcción y lo ha hecho a través de nueve centros de evaluación y certificación avalados por este organismo.

“La evaluación es la herramienta clave, es la instancia que me permite lograr dos posibles resultados: identificar al trabajador que conoce su empleo para poder certificarlo y saber que esa persona ya sabe un oficio o perfil, o bien, voy a identificar las brechas de aquello que le falta por aprender en relación a ese oficio”, explica Joaquín Díaz.

Por ello, Francisco Silva hace un llamado a que más empresas crean en el sistema de certificación y a que los perfiles y oficios que necesite el sector sean más específicos.

 

La certificación de competencias conduce la capacitación y da pertinencia a la formación laboral

Fecha: 28/08/2019

En los últimos dos años, se han certificado más de 6 mil trabajadores en el sector construcción, demostrando el valor real de la herramienta en los sectores productivos.

Los trabajadores de todos los sectores productivos son una pieza clave para el desarrollo y la productividad del país y, por lo tanto, su preparación en el nuevo contexto del mercado laboral es fundamental. “La OIT dice claramente en el Informe de la Comisión Mundial Sobre el Futuro del Trabajo: “Trabajar Para un Futuro Más Prometedor”, que los avances tecnológicos marcados por la automatización y la Robótica generarán nuevos puestos de trabajo y quienes tiene más posibilidades de perder sus trabajos son quienes estén menos preparados para aprovechar las nuevas oportunidades”, señala Francisco Silva, secretario ejecutivo de ChileValora.

Es por ello que desde ChileValora, “asumimos nuestro rol articulador entre el mundo laboral y el de la formación, recogiendo las necesidades de los sectores productivos y generando estándares que permitan reconocer las competencias de los trabajadores en distintos oficios, detectar brechas y, por tanto, orientar su capacitación para reforzar aquellas habilidades que realmente se requieren, promoviendo la formación a lo largo de la vida”, comenta el secretario ejecutivo.

En ese sentido, la certificación y capacitación se han vuelto cada vez más importantes para las empresas y los trabajadores y así lo demuestran las cifras. Si en 2010 se lograron poco más de 550 certificaciones, solo en los últimos dos años se han certificado más de 6 mil trabajadores en el sector construcción, según cifras de ChileValora. “Y eso nos indica que existe una real valoración por el certificado, particularmente en los subsectores de edificación e instalaciones eléctricas, de gas y climatización”, dice Francisco Silva.

Y agrega: “La participación de ChileValora en el programa Construye2025, impulsado por Corfo, ha permitido poner a disposición nuestra metodología, para el levantamiento de perfiles, planes formativos, mapas de procesos y para la nivelación en base al Marco de Cualificaciones Técnico Profesional, entre otros aspectos”.

¿Cómo evaluaría usted los avances de la certificación en el sector?
Hay señales muy importantes que nos permiten asegurar que la formación a los trabajadores del sector es un tema relevante para la industria. En primer lugar, el compromiso y trabajo permanente del Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL), constituido en el 2012, conformado por representantes de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), de sindicatos, empresas y de la academia del sector, que no solo han sido parte de los proyectos de levantamiento de perfiles ocupacionales de la construcción, sino que además, han promovido e impulsado procesos de evaluación y certificación de trabajadores.

En este sentido, la CChC, a través de la Escuela Tecnológica de la Construcción (ETC), ha ejecutado un Plan de Formación en Oficios que permite optar a la certificación de competencias laborales y, por otra parte, la Corporación Educacional de la Construcción (COREDUC), ha impulsado la certificación de técnicos egresados de sus liceos y ha comprometido para los próximos años ampliar las especialidades de certificación.

Debemos considerar también nuestra participación en Construye2025, que es una muestra de la relevancia que la certificación tiene para el sector construcción. A través de esta instancia, hemos logrado articular el uso de los perfiles ocupacionales, planes formativos y rutas formativo laboral con las que cuenta el sistema en el cierre de brecha de capital humano, identificadas en la hoja de ruta del programa.

¿Cuáles son los beneficios y ganancias de usar el marco de cualificación y la certificación?
La certificación de competencias no solo permite reconocer las habilidades, conocimientos y conductas de los trabajadores, sino que constituye una herramienta importante para conducir la capacitación y darle pertinencia a la formación laboral.

Un marco de cualificaciones organiza los aprendizajes en niveles, de acuerdo a su complejidad y autonomía, de manera que el trabajador puede ir avanzando de nivel en la medida en que se prepara para ello, esto facilita el desarrollo de trayectorias laborales de las personas y puede promover el reconocimiento de aprendizajes previos a través de la certificación de competencias.

Por ejemplo, en el caso del Marco de Cualificaciones Técnico Profesional recientemente lanzado por el Ministerio de Educación, se entrega información importante a los sectores productivos respecto de los tipos de competencias que se encuentran disponibles en el mundo del trabajo y la oferta de las instituciones formativas, la que, a su vez, debiera estar más sintonizada a las necesidades sectoriales. En el mismo sentido, el Consejo de Competencias Laborales para la Construcción anunciado este año, orientará su quehacer en articular a los actores relevantes del mundo público y privado para promover la formación de trabajadores en lo que la industria requiere, tomando en consideración los cambios tecnológicos que se están produciendo.

Seminario Formación en Construcción
Para presentar el sistema formativo basado en los perfiles ocupacionales identificados por el sector (catálogo ChileValora), alineado con el Marco de Cualificación Técnico Profesional, Construye2025, en conjunto con ChileValora y Sence, invita al Seminario “Formación en Construcción”, patrocinado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
La evaluación de competencias da pertinencia a la capacitación para el cierre de brechas y permite reconocer a los trabajadores competentes con la certificación en oficios, favoreciendo así la especialización de los trabajadores en uno o más oficios y aumentando la capacidad productiva del sector.

El Seminario Formación en Construcción contará con la participación de la CChC; Francisco Silva, secretario ejecutivo de ChileValora; Juan Manuel Santa Cruz, director de Sence; Martín Contreras, gerente general de Sigdo Koppers Capacitación, y Lorenzo Constans, presidente de la Mutual de Seguridad. En la moderación, estará Gabriela Navarro, directora del Programa de Formación Técnico Profesional de Fundación Chile.

La actividad se llevará a cabo el miércoles de septiembre, en el Auditorio de la CChC (Av. Apoquindo 6750, Las Condes), a partir de las 8:30 horas. Los interesados pueden inscribirse en este link: https://forms.gle/KwTKvc1FKqjgf7B67

 

 

Construye2025 organiza su primer Seminario de Formación en Construcción

Fecha: 14/08/2019

La actividad se realizará el 11 de septiembre, con patrocinio de la CChC y el apoyo de Sence y ChileValora.

Las deficiencias de capital humano continúan siendo la brecha número uno en el sector construcción y uno de los factores importantes que afecta directamente la productividad. Por ello, una de las principales labores de Construye2025, programa estratégico de Corfo, es mejorar la productividad, pero no sólo va de la mano de la tecnología y la innovación, sino que de una mejora en la preparación del capital humano de una organización.

En este contexto, Construye2025 está organizando su primer Seminario “Formación en Construcción”, patrocinado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y apoyado por el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y ChileValora, Comisión Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, con el objetivo de presentar el sistema formativo basado en la evaluación de competencias por perfiles ocupacionales, la capacitación para el cierre de brechas y la certificación en oficio e instalar la importancia que tiene para el sector este sistema alineado con el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional.

“Presentar a todos los actores alineados con este sistema y el trabajo realizado hasta la fecha serán clave para generar confianza en el sector privado, que tendría un rol clave en el uso de este sistema por su acceso a la utilización de recursos públicos como franquicia tributaria”, señala Joaquín Díaz, coordinador de formación de Construye2025.

Y es que el desarrollo del capital humano “es una de las principales herramienta con la que la empresa puede mejorar la capacidad productiva de sus colaboradores, junto con motivarlos y estimularlos a lograr su mejor rendimiento, sentando el compromiso e interés mutuo en las bases de la relación laboral”, afirma Díaz.

El Seminario Formación en Construcción contará con la participación de Patricia Aranda, gerente del Área Social de la Cámara de la Construcción (CChC); Claudio Valenzuela, gerente de Competitividad y Redes de Corfo; Francisco Silva, director ejecutivo de ChileValora; Juan Manuel Santa Cruz, director nacional de Sence; Lorenzo Constans, presidente de la Mutual de Seguridad, y Martín Contreras, gerente general de Sigdo Koppers Capacitación.

En la instancia conversarán sobre las “Oportunidades para la formación en el Sector Construcción: Una mirada público – privada”, con la moderación de Gabriela Navarro, directora del Programa de Formación Técnico Profesional de Fundación Chile.

La actividad se llevará a cabo el miércoles 11 de septiembre, en el Auditorio de la CChC (Av. Apoquindo 6750, Las Condes), a partir de las 8:30 horas.

Programa

08:30 Acreditación y Café

09:00 Bienvenida – Cámara Chilena de la Construcción y Corfo

09:15 Bienvenida – Construye2025

09:20 Presentación de Contexto: La importancia de la Formación en el Sector Construcción – Construye 2025 Joaquín Díaz – Coordinador Formación

09:45 Conversatorio: Oportunidades para la formación en el Sector Construcción: Una mirada público – privada.

ChileValora: Francisco Silva – Secretario ejecutivo
SENCE: Juan Manuel Santa Cruz – Director nacional
SK Capacitación: Martín Contreras – Gerente general
Mutual de Seguridad: Lorenzo Constant, presidente

Moderación: Fundación Chile – Gabriela Navarro – Directora de Programa de Formación Técnico Profesional

11:20 Preguntas asistentes

11:50 Video testimonios

12:00 Palabras de cierre Construye 2025 Joaquín Díaz – Coordinador Formación

Inscripciones aquí.

 

 

El gran dilema de la construcción: ¿Automatizar destruirá empleos?

Fecha: 09/08/2019

El problema es que si abre la puerta a la tecnología, podría destruir puestos en uno de los rubros que ofrece más trabajo.

Hay una historia entre constructores de que cuando Henry Ford cambió el mundo con la cadena de producción moderna, también puso una fábrica de casas, pero la terminó cerrando al poco tiempo. A la gente no le gustaban los productos, así que siguió usando el proceso manual de construcción que, Ford además sabía, era una de las mayores fuentes masivas de trabajo que le quedaban a Norteamérica.

La historia es un reflejo de lo que pasa hasta el día de hoy en el rubro de la construcción, uno que lucha por remontar en una carrera tecnológica donde otras industrias lo dejaron atrás. ¿Pero será bueno que esta industria, que en el mundo emplea al 7% de las personas en edad de trabajar y en Chile al 8,4%, le abra la puerta a la automatización, que muchos creen podría destruir hasta millones de empleos?

“La destrucción de empleos por el avance de la automatización es una amenaza que no se puede desconocer. Y si bien aún no se constata en forma masiva, podría suceder principalmente por la industrialización y montaje in situ de distintos componentes de las obras”, comenta el gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Javier Hurtado.

El problema es que la construcción necesita urgentemente ser más eficiente y la tecnología, con automatización y más, podría ser una de las soluciones. Según Clapes UC, la productividad total de factores de la construcción en Chile cayó 46,6% entre 1997 y 2017, lejos de la baja de 0,3% de la economía total, mientras que la productividad de un trabajador llegó a US$37 mil en 2016, lo que representa un crecimiento medio anual nulo en dos décadas.

Y para ser justos, el problema no es de Chile. En el mundo, la situación es solo un poco mejor. Según la consultora McKinsey, la productividad del sector en el mundo creció solo 1% en las últimas dos décadas, versus un 2,8% del total de los sectores productivos. Pero es la misma consultora la que cree que la automatización podría destruir 800 millones de trabajos en el mundo a 2030. Y según Clapes, para los empleos en construcción, la probabilidad promedio de automatización es de 42,3%, por sobre el comercio.

¿Qué pasa con los robots?

Un vistazo al futuro de la automatización en la construcción quizá lo da la empresa de construcción modular Tecno Fast, que utiliza robots para producir las diferentes partes de un edificio de hasta 6 pisos, que después se arman in situ.

“Sin duda que hay un impacto en el trabajo cuando uno comienza a operar así”, comenta el gerente de Ingeniería de Tecno Fast, Mario Yáñez. La empresa comenzó a automatizarse en marzo de 2018, cuando tenían 480 trabajadores.

Yáñez admite que se despidieron personas mientras las máquinas reemplazaban tareas que antes realizaban manos humanas. Pero también hubo reconversión. “En seis meses tuvimos un proceso de selección interno para ver quiénes cambiaban de tareas. La gente con labores físicas pasó a nuevas áreas que crecían, como logística, y otros con más capacitación técnica, que eran más flexibles o sabían de tecnología, se capacitaron en robótica”, cuenta Yáñez.

Y aunque en un principio el neto de la automatización de Tecno Fast fue una reducción de trabajadores, hoy la empresa tiene 40 empleados más de los que tenía antes de empezar el proceso. ¿Cómo? Se volvieron más eficientes gracias a la tecnología, lo que les permitió abrir nuevas líneas de negocio y crecer.

“Existe considerable evidencia que muestra que cada revolución tecnológica ha generado sostenidos crecimientos en productividad y mejora de calidad de vida de las personas, así como generación de nuevos empleos”, comenta el director de Clapes UC, Hernán de Solminihac.

“Empiezan a aparecer pequeños nuevos roles en la construcción que antes no se veían en el rubro, como en la programación de línea, personal de mantención de obra y otros”, explica el socio fundador de BauMax, Alexis Berczely.

BauMax, una empresa chilena apoyada por Corfo, construye viviendas prefabricadas utilizando impresión 3D con hormigón. Aunque aún no es 100% automatizado, una parte relevante de la línea de producción no tiene humanos, como la lectura de planos, que son digitales, y los trazados.

Según un estudio de 2017 de McKinsey, integrar a la construcción un sistema de producción industrial con algunas máquinas autónomas podría aumentar su productividad entre 5 y 10 veces. En Tecno Fast dicen que se demoran solo 3 meses en tener una casa lista desde cero, mientras que en BauMax comentan que el proceso requiere un 30% menos de tiempo que la construcción tradicional.

Recuadro
8,4% de las personas en edad de trabajar en Chile emplea la construcción.
800 millones de trabajos podría destruir la automatización en el mundo.
46,6% ha caído la productividad total de los factores en esta industria en dos décadas en Chile.

El límite que existe hoy

¿Qué no puede hacer un robot?

Según Yáñez, de Tecno Fast, hoy las máquinas no pueden hacer cosas como instalar puertas o ventanas, colocar los pisos y pintar. ‘Lo más difícil de automatizar, creo que será la encerradura, que es como los huesos de la estructura, y en general, lo que requiera mucha destreza’, agrega Berczely, de BauMax. En cuanto a las capacidades para el futuro, los dos empresarios concuerdan en que la flexibilidad, la capacidad para enfrentar cambios y los conocimientos de softwares serán habilidades importantes.

 

Fuente: La Segunda

Construye2025 organiza su primer Seminario de Formación en Construcción

Fecha: 31/07/2019

La actividad se realizará el 11 de septiembre, con el apoyo de la CChC, Sence y ChileValora.

Las deficiencias de capital humano continúan siendo la brecha número uno en el sector construcción y uno de los factores importantes que afecta directamente la productividad. Por ello, una de las principales labores de Construye2025, programa estratégico de Corfo, es mejorar la productividad, pero no sólo va de la mano de la tecnología y la innovación, sino que de una mejora en la preparación del capital humano de una organización.

En este contexto, Construye2025 está organizando su primer Seminario “Formación en Construcción”, en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y ChileValora, Comisión Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, con el objetivo de presentar el sistema formativo basado en la evaluación de competencias por perfiles ocupacionales, la capacitación para el cierre de brechas y la certificación en oficio e instalar la importancia que tiene para el sector este sistema alineado con el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional.

“Presentar a todos los actores alineados con este sistema y el trabajo realizado hasta la fecha serán clave para generar confianza en el sector privado, que tendría un rol clave en el uso de este sistema por su acceso a la utilización de recursos públicos como franquicia tributaria”, señala Joaquín Díaz, coordinador de formación de Construye2025.

Y es que el desarrollo del capital humano “es una de las principales herramienta con la que la empresa puede mejorar la capacidad productiva de sus colaboradores, junto con motivarlos y estimularlos a lograr su mejor rendimiento, sentando el compromiso e interés mutuo en las bases de la relación laboral”, afirma Díaz.

El Seminario Formación en Construcción contará con la participación de Patricio Donoso, presidente de la CChC; Francisco Silva, director ejecutivo de ChileValora; Juan Manuel Santa Cruz, director de Sence; y Martín Contreras, gerente general de Sigdo Koppers Capacitación, entre otros.

La actividad se llevará a cabo el miércoles 11 de septiembre, en el Auditorio de la CChC (Av. Apoquindo 6750, Las Condes), a partir de las 8:30 horas.

Inscripciones aquí.

 

Certificación en el sector construcción, una tarea pendiente

Fecha: 03/07/2019

Por Raúl Letelier, gerente técnico de Centro de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales (CECC SIMOC).

El llamado es a aunar esfuerzos para certificar al “viejito” que ya está en obra, pero que aún es joven; aquellos que ya tienen familia y les quedan largos 35 años para jubilar, ahí hay que poner las fichas, como dicen los viejos de la “constru”, porque ellos ya están cautivos y ninguno ha recibido formación para el trabajo y mucho menos una certificación. Y si los hay, son los menos. 

Sin embargo, hoy estamos frente a un escenario poco optimista cuando hablamos de certificación para los maestros de la construcción, ya que debido al bajo porcentaje de maestros certificados, hoy no es un beneficio a la hora de emplearse. También hay desconocimiento por parte de las empresas sobre el sistema de capacitación y evaluación de competencias laborales y, en especial, de la ley 20.267 que es la que crea y da forma al sistema.

El trabajador certificado tiene la seguridad de que la labor que está desempeñando la sabe hacer y la hace bien. Pero por ahora no existe ninguna trazabilidad para identificar si con ese conocimiento tendrá más movilidad laboral, mejores expectativas económicas y, por último, si es más productivo o no. Todas estas interrogantes las tenemos a casi siete años de instalado el sistema.

Si avanzamos hacia la implementación de un sistema de formación basado en la certificación, los nuevos trabajadores contarían con conocimientos adquiridos en seguridad, materiales y maquinarias usadas en los diferentes perfiles ocupacionales. De esta manera, los tiempos de inducción y adaptación en obra serían mucho más acotados, más simple y la capacitación sería más técnica y dirigida, solo para marcar y cerrar brechas de conocimientos.

Para llegar a esto, es importante identificar cuál es el mejor proceso de aprendizaje. Hoy se han perdido los oficios de la construcción, en especial los de edificación que se aprendían en obras y, por lo general, eran transmitidos en forma verbal por los padres a hijos y familiares, o algún maestro con años de experiencia, así el trabajador aprendía lo bueno y lo malo de estos clanes o cuadrillas en las que le tocaba trabajar. Los oficios aún se aprenden en obra, aunque ya no de forma tan familiar. También existen Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales que imparten carreras relacionadas a la construcción, pero no vemos los cursos básicos, como carpinteros, enfierradores y albañiles, que a pesar de los avances tecnológicos, nunca dejarán de existir en el rubro. Es difícil visualizar que a través de una formación en aula, podremos sacar a un maestro competente y listo para una obra actualmente, por las diferentes condiciones y variables que tienen las diferentes obras o faenas.

Debemos destacar que todo esfuerzo que se haga a favor de los obreros en capacitación y certificación es gratificante y que reconozcan tu trabajo nos devuelve la dignidad y así nosotros podemos entregar un trabajo de calidad a la primera. Como organización sindical estamos seguros de que este es el camino a seguir, para dar a nuestro trabajo la dignidad y reconocimiento que merecemos como parte integral del rubro construcción.

Con un sistema de certificación, esperamos que los maestros obtengan lo que sugiere la ley: mayor movilidad, dignidad y, con ello, un aumento en sus remuneraciones, y la seguridad de mejorar la productividad del sector. La sistematización en un futuro nos permitirá contar con trabajadores capacitados y tecnificados de acuerdo a los nuevos tiempos y tecnologías que ya están apareciendo en el mercado, es decir, el paradigma de la construcción de ladrillo sobre ladrillo ya está en retirada y, para eso hay que adecuar la forma en que hoy se imparte la capacitación y enfocarse en la nueva materialidad y trabajabilidad de los mismos.

Preparar a los trabajadores para los oficios del futuro

Fecha: 26/06/2019

Por Joaquín Díaz, coordinador Formación Construye2025

La digitalización ha traído tecnologías de comunicación y datos que permiten que varias personas trabajen en un mismo proyecto de forma simultánea y remota, propiciando un “virtual” encuentro entre personas para colaborar en todo momento.

El impacto de todo esto en las diferentes industrias ha sido considerado como parte de la cuarta revolución industrial, o Industria 4.0, porque día a día siguen apareciendo nuevas soluciones y aplicaciones prácticas de basadas en tecnología digital, que ofrecen nuevas formas de trabajar.

En este escenario, la palabra clave es “colaboración” y el primer ahorro es en tiempo.

Pero todos estos avances no generan valor si no hay personas preparadas para usarlos. La pregunta no es si las tecnologías llegarán ni cuándo lo harán. La pregunta es si cuando lo hagan, contaremos con la capacidad para usarlas. Y todo indica que ya están llegando.

Un primer desafío es entonces contar con un capital humano que pueda usar estos avances. Para esto hay que identificar de qué forma cambiarán los procesos, cuál será el nuevo rol de los trabajadores y qué competencias necesitarán para estos desafíos. Y comenzar a preparar gente en los oficios del futuro, para que cuando el futuro llegue, no tengamos que llevar a cabo las tareas con trabajadores del pasado.

Pero ello no basta: esta era seguirá trayendo cambios y no se trata de aprender a hacer las cosas de una forma distinta, sino que de estar dispuestos y preparados para aprender nuevas formas de hacerlas. No es aprender “un nuevo oficio” (que eventualmente podría quedar obsoleto también), sino aprender a “aprender oficios”.

En Chile, ya existe un instrumento que puede comenzar hoy a apoyar la adopción de los oficios del futuro. Se trata del Marco de Cualificación, una herramienta que tiene como objetivo desarrollar, organizar y reconocer las habilidades y actitudes de los trabajadores chilenos, visibilizando lo que falta por aprender y cuándo se logra dominar un oficio.

Asimismo permite a los trabajadores visibilizar sus posibles trayectorias laborales futuras y rutas de aprendizaje asociadas a ellas, para que se puedan mover dentro de un sector productivo o cambiarse hacia otro rubro. El empleador podrá estar seguro de que el trabajador que contrata sabe hacer su labor.

Diseñado para ser usado tanto por las empresas como por los trabajadores, el Marco de Cualificación es una herramienta construida de forma colaborativa y apoyada en la digitalización, que permitirá al sector construcción responder a estos desafíos.

Mediante esta herramienta podremos ordenar un sistema, que de mejores garantías a trabajadores y empleadores, y ayude a mejorar en términos de productividad el sector. El Marco de Cualificación ofrece un sistema que permite estructurar los oficios del presente, para así poder instalar los oficios del futuro en la construcción.

Fuente: Mundo en Línea

Los desafíos que enfrenta Construye2025 este 2019

Fecha: 09/04/2019

Productividad, sustentabilidad, competitividad,, innovación y tecnología son los temas que siguen siendo prioritarios para el programa, a lo que se suma considerar una actualización de la hoja de ruta y la estrategia del programa.

 

Cinco ejes principales tiene el trabajo de Construye2025 para este año: fortalecer el capital humano, mejorar la productividad y la sustentabilidad, fortalecer el desarrollo de innovación, tecnología e investigación, y reformular la hoja de ruta. El gerente del programa, Marcos Brito, analiza estos puntos y habla de lo que viene durante los próximos 10 meses.

Desafío 1: Productividad

Lograr mejoras en la productividad del sector por medio de fortalecer la formación del capital humano, mejorar los marcos contractuales, hacer más eficiente el uso de los recursos y disponibilizar tecnologías de información para el diseño y tramitación de obras.

“Estas son las temáticas tal vez más críticas que se están abordando hoy en el sector construcción, por cuanto necesitamos torcer la curva de productividad, que está estancada desde hace más de 20 años y, en este sentido, la brecha número uno sigue siendo las deficiencias de capital humano. Pero también tenemos que actuar sobre aspectos contractuales y las maneras en que se relacionan las partes de la construcción y ver cómo incentivamos o propiciamos la transformación digital. Ese es el concepto que está detrás de incorporar tecnologías de información en los procesos constructivos. También debemos disponibilizar tecnologías, metodologías y sistemas para hacer más eficientes las obras de construcción y el uso eficiente de los recursos.

En lo que se refiere a la tramitación de obras, hablamos puntualmente del DOM en Línea, proyecto que está instalado hoy en el Minvu y nosotros como programa participamos en la mesa directiva”.

Desafío 2:  Sustentabilidad y economía circular

Los residuos de la construcción se insertan en un proceso de producción lineal. Su generación, gestión e inadecuada disposición, son un gasto y pérdida de recursos, tanto para el sector público como para el privado. En este sentido, los principales desafíos que presenta el sector son aquellos que se relacionan con la baja productividad y los impactos ambientales de construcción.

En cuanto al sector privado, el desafío es fortalecer la cadena de valor para el desarrollo de la economía circular en construcción. Hay evidencias concretas de ahorros en el presupuesto de la obra, en la seguridad para los trabajadores y en reducir los impactos ambientales en el entorno.

Desde el sector público, se está desarrollando una hoja de ruta de los residuos de la construcción y demolición (RCD), iniciativa multisectorial que busca fomentar y promover la gestión sustentable de los RCD, bajo el foco de Economía Circular. Para ello se ha formado un comité consultivo público, integrado por los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Obras Públicas, Corfo y el Construye2025 (ver www.construye2025.cl/rcd).

Desafío 3: Industrialización

Mejoras en competitividad, por medio de fomentar la construcción industrializada, incluyendo sistemas prefabricados lineales, panelizados o modulares, así como el desarrollo de capital humano especializado, son objetivos del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, con la participación de actores públicos y privados.

Por parte de la construcción industrializada, “estamos preparando casos de éxito para difundir, para mostrar que en Chile se están haciendo cosas muy interesantes y competitivas a nivel regional. Y que, por lo mismo, deberían tener mucha más vitrina, para hacer crecer su mercado. Vale decir, que más constructoras contraten a estas empresas que hacen soluciones prefabricadas o industrializadas y también pensar que puedan vender en otros países”, comenta Brito.

Por otra parte, el Consejo de Construcción Industrializada, que ya tiene más de 50 instituciones miembro, está pronto a constituirse como una corporación independiente, para así contar con su propia personalidad jurídica, autonomía operacional y, de esta forma, hacer frente a los desafíos que la construcción industrializada requiere  sortear para promover este tipo de soluciones y mejorar la productividad de la edificación en Chile.

Desafío 4: Innovación y tecnología

Fortalecer el desarrollo de innovación, tecnología e investigación para el sector, por medio del apoyo e involucramiento de los centros tecnológicos y de extensionismo en operación.

“Los centros tecnológicos deben ser el principal instrumento habilitador o plataforma habilitadora para que se desarrollen tecnología y se genere investigación y sistemas innovadores para la construcción. No queremos que sigan prestando desde la academia los servicios que ya han desarrollado anteriormente, se busca una adicionalidad de servicios, producto de la sinergia entre quienes componen estos centros”, especifica.

De esta manera, “queremos que estos centros sean realmente un punto de inflexión en cuanto al desarrollo, tecnología, prototipaje e investigación. Asimismo los centros de extensionismo, por lo menos los dos que están trabajando en construcción, han tenido buenos resultados, como por ejemplo en la zona sur, en el que ya han desarrollado herramientas para la gestión de las empresas. También están haciendo cursos de BIM para pymes y acercando sistemas más avanzados de gestión a estas empresas de menor tamaño”, añade.

Desafío 5: Revisión estrategia

Reformular la hoja de ruta y desarrollar una estrategia para la segunda etapa de implementación de Construye2025, con actividades, actores, plazos y metas específicas, junto con la instalación del programa en el sector, para su continuidad en el largo plazo.

“Con esto no nos referimos a hacer el mismo trabajo que realizamos hace tres años, de construir una hoja de ruta, sino que tener una visión crítica de la actual y qué cosas son las que realmente tienen valor para llevar adelante desde este programa y cuáles deben hacerse desde otras instituciones”, reflexiona el profesional.

En ese sentido, “debemos plantearnos un plan de acción para estos tres años que nos permita todavía darle más valor a este programa, mantenerlo vigente y, sobre todo, seguir levantando apoyo desde el sector privado, porque todavía nos hace falta complementar un apoyo concreto del sector privado al programa, para que pueda lograr los objetivos que se plantea”, sostiene Marcos Brito.

Instalar el marco de cualificaciones del sector construcción es prioridad

Fecha: 27/03/2019

La innovación y la tecnología difícilmente pueden generar mejoras en una obra sin un equipo que conozca cómo se usan y para qué sirven. Por lo tanto, es necesario poner énfasis en la certificación y la capacitación.

Una de las principales labores del programa estratégico Construye2025 es mejorar la productividad. Algo que no sólo va de la mano de la tecnología y la innovación, sino que de una mejora en la preparación del capital humano de una organización.

El desarrollo del capital humano “es la herramienta con la que la empresa puede mejorar la capacidad productiva de sus colaboradores, junto con motivarlos y estimularlos a lograr su mejor rendimiento, sentando el compromiso e interés mutuo en las bases de la relación laboral. Este desarrollo de capacidades para la construcción no ocurre en otros contextos”, dice el coordinador de formación de Construye2025, Joaquín Díaz.

Y es que una empresa se define por sus trabajadores y su capacidad de generar valor, “es la suma de las capacidades de sus equipos”, considera Díaz.

Sin embargo, en la construcción la idea de formar al capital humano no tiene la misma acogida, ya que este no es considerado parte estable de la empresa. “Con una rotación promedio en obra cercana al 10% mensual, la probabilidad de que un empleado permanezca en un proyecto un año completo es muy baja en la mayoría de los casos. Esto, sumado al comportamiento de muchos trabajadores, que dejan un trabajo sin terminar cuando encuentran otro, hace que la sensación de la empresa normalmente sea de que ‘no vale la pena invertir en formar, ya que ese esfuerzo lo capitaliza otro’”, precisa el profesional.

Y esto vuelve a poner relevancia sobre “quién” es el que tiene acceso al uso de los bienes públicos para destinar a formar capital humano.

Por ello, para este 2019 la gran prioridad es instalar el marco de cualificaciones para el sector construcción. Para conseguirlo, Díaz explica que “se definió como estrategia del Comité Gestor Certificación, Capacitación y Registro (CCR) realizar una profundización y actualización del diagnóstico sobre certificación y capacitación en el sector construcción para identificar por qué no se ha avanzado en la instalación del marco de cualificación y desde ahí decidir la forma más efectiva de apoyar su proceso de instalación”.

Dentro de este plan, es importantísimo conseguir el poblamiento e instalación de un marco de cualificación, como sistema de gestión y desarrollo de capital humano, puesto que “esta figura ha dado buenos resultados en diferentes partes del mundo”.

Esto se sumaría a los avances logrados en 2018, como el levantamiento de mapas de procesos que incluyen sistemas industrializados de construcción, para ampliar la mirada a los nuevos perfiles y capital humano que requerirá el sector cuando estos sistemas constructivos se masifiquen, aunque el Organismo Sectorial de Competencias Laborales (OSCL) del sector construcción mantiene su foco en los procesos tradicionales.