CATEGORIA

CATEGORIA

CATEGORIA

Laboratorio de infraestructura modular alista operaciones para junio de 2021

Como antesala, este año abrirá sus puertas el Laboratorio de Prototipado Físico a Escala Piloto (PEP), que apoyará la investigación para el desarrollo de nuevos sistemas constructivos.

El Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (Cipycs), impulsado por Construye2025 y Corfo, es una plataforma interdisciplinaria conformada por siete universidades y varios aliados estratégicos nacionales e internacionales, entre ellos, la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción (CDT), que ya está dando frutos.

La gerente de esta innovadora entidad tecnológica, Tania Romero, adelantó que este año, entrará en funcionamiento el laboratorio PEP, de prototipado físico a escala piloto. “Este laboratorio está enfocado en el apoyo a emprendedores, empresas y grupos de investigación para desarrollar nuevos sistemas constructivos y mejorar los existentes, además de apoyar el diseño y mejoramiento de los procesos de producción de estos nuevos sistemas y elementos de construcción”, detalló.

Asimismo, el Cipycs, se prepara para abrir el Laboratorio de Infraestructura Modular Adaptable (IMA), que entrará en funcionamiento en junio de 2021, para ayudar a emprendedores, empresas y grupos de investigación que necesitan hacer pruebas a escala real y en condiciones reales de sistemas constructivos. “Las pruebas que se podrán hacer aquí son de desempeño térmico, de humedad, lumínico, de ventilación, etc., siempre relacionadas con el bienestar de los usuarios o habitantes”, acota Tania Romero.

Según la gerente del Cipycs, la evolución del centro ha ido de la mano de sus propias necesidades: foco en generar la nueva infraestructura y, luego, servicios y productos que mejoren la productividad y sustentabilidad del sector de la construcción y, además, aseguren su sustentabilidad económica.

El proyecto, que es parte del Programa de Fortalecimiento y Creación de Capacidades Tecnológicas Habilitantes para la Innovación de Corfo, también ha ido avanzando de la mano de las necesidades de la industria, que, según la ejecutiva, han estado marcadas por la coyuntura. “Tuvimos que evolucionar para adaptarnos a las normas de distanciamiento social, pasando de hacer muchas actividades presenciales a hacerlas virtualmente”, afirmó.

Con la mirada puesta en la construcción sustentable, los sistemas de construcción en madera, la productividad, la calidad, la resiliencia estructural, los nuevos materiales, los sistemas constructivos y los productos sustentables, el Cipycs ha debido re enfocarse hacia los servicios y productos que hoy son más necesarios. “Hemos dado mayor prioridad a lo relacionado con la industrialización y la digitalización de la construcción, como apoyo al mejoramiento de la productividad y a cumplir las normas de cuidado de la salud de los trabajadores. Esto, desde las capacidades de nuestro Laboratorio de Experiencias Virtuales Inmersivas (EVI)”, comentó Tania Romero.

De esta manera, este referente de la industria nacional y latinoamericana, ha tenido que apurar sus procesos de cambio y adaptación, lo que, sin duda, enriquecerá la relación con los clientes y con la industria en general, manteniendo siempre un claro objetivo: “satisfacer las necesidades con la mejor calidad y en el menor tiempo posible”, puntualizó la gerente de Cipycs.


Hoja de Ruta RCD acelerará la productividad y la sustentabilidad de la construcción en Chile

El trabajo colaborativo de toda la cadena de valor permitirá mejorar la gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD), para abrir paso al reciclaje, la productividad, la eficiencia en el uso de recursos y el cuidado del medio ambiente.

Durante el Summit “Construcción Circular: de los desafíos a la acción”, se lanzó la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en la Construcción, resultado del trabajo participativo que encabezaron los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente y Obras Públicas, además de Corfo y Construye2025, a través de un Comité Público Consultivo en el contexto de la Estrategia RCD.

El instrumento, elaborado con miras a 2035- ayudará a Chile a impulsar políticas, prácticas y metas orientadas a facilitar la transición hacia cadenas de valor más sustentables y eficientes en el uso de los recursos. “Este documento sienta las bases para una gestión sustentable de los residuos de construcción y demolición y nos permite adentrarnos en este nuevo modelo de economía circular”, afirmó la asesora sectorial de construcción y economía circular de Corfo, Helen Ipinza.

En el encuentro, los ministros de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward; de Obras Públicas, Alfredo Moreno; de Medio Ambiente, Carolina Schmidt; el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas; el presidente del Instituto de la Construcción, Miguel Pérez; el presidente de la Cámara de la Construcción, Patricio Donoso; e Yves Besançon, representante del Consejo Directivo de Construye2025, valoraron el trabajo multisectorial que busca cambios reales frente al impacto que la economía lineal ha provocado en los ecosistemas.

Cinco ejes estratégicos conforman la hoja de ruta: Planificación territorial e infraestructura para la gestión de los RCD y la economía circular; Coordinación pública para el marco regulatorio y fomento a la economía circular en construcción; Ecosistemas y cadenas de valor para mercados de economía circular en construcción; Información e indicadores para el desarrollo de mercados políticas públicas e innovación; y Restauración de Pasivos Ambientales y de Riesgos.

Nuevos retos, nuevos hábitos

“Partimos de la visión de soñar con un país que gestiona en forma eficiente los recursos en el ciclo de vida de los proyectos de edificación e infraestructura, involucrando a todos los actores de la cadena de valor, en el marco de una economía circular con el objetivo de alcanzar una gestión ambientalmente racional de los residuos, impactando positivamente en los ámbitos social, ambiental y económico”, explicó la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, quien invitó a renovar liderazgos y asumir los nuevos retos a través de nuevos hábitos.

Durante el summit, se abordaron los desafíos y acciones que propone la hoja de ruta, en un panel compuesto por la directora general de Obras Públicas del MOP, Mariana Concha; el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu, Erwin Navarrete; y el jefe de la Oficina de Economía Circular del ministerio de Medio Ambiente, Guillermo González.

“Estamos trabajando ya para generar términos de referencia que incluyan exigencias de porcentajes mínimos de materiales reciclados, en todas aquellas cosas en que sea factible”, señaló Mariana Concha. Igualmente, la autoridad de la Dirección de Obras Públicas, recordó que, muchas veces, es posible reutilizar material de las excavaciones y también modificar las ordenanzas para favorecer el desarrollo de la economía circular en la construcción.

Asimismo, la directora general de Obras Públicas del MOP, Mariana Concha; el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional, Erwin Navarrete; y el jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente, Guillermo González, compartieron un panel que abordó los desafíos y acciones que propone la hoja de ruta.

La mirada sistémica

En el Summit Construcción Circular expuso también Katherine Martínez, subgerente de Desarrollo Sustentable de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) y secretaria ejecutiva del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, quien resaltó la importancia del pensamiento sistémico en los proyectos constructivos. “La generación del residuo se puede evitar desde etapas tempranas. El modelo de circularidad aplicado al sector de la construcción tiene que ver con la posibilidad de retener los principios de diseño relacionados con edificación por capa”, señaló.

En este aspecto, la arquitecta valoró el rol del diseño en la adaptabilidad y la flexibilidad de los edificios. “La industrialización nos permite pensar de esta forma, por capas, retener los materiales y componentes el mayor tiempo posible. Asimismo, el diseño modular permite mapear y tener la trazabilidad de partes y piezas. Tenemos que conectar diseño y manufactura pensando en la logística y el montaje”, afirmó.

 

Revisa la “Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción” aquí: http://construye2025.cl/rcd/hoja-de-ruta/

Además, te invitamos a revivir el Summit Construcción Circular: de los desafíos a la acción”, en nuestro canal: https://www.youtube.com/c/ProgramaConstruye2025

 

 


La reactivación verde en el ADN estatal y empresarial

Con una visión sustentable plasmada en sus estrategias, Chile busca construir mejores ciudades, con edificaciones y espacios que favorezcan el bienestar y el equilibrio.

Poco a poco, la sustentabilidad se ha ido impregnando en el ADN de las industrias y el sector construcción no ha estado ajeno a esta tendencia. De hecho, Chile está preparando su Plan Nacional de Construcción Sustentable como parte de la Política Nacional de Desarrollo Urbano. Por eso, en medio de las dificultades económicas que enfrentamos, como consecuencia de la pandemia, el concepto está más presente que nunca en el rubro.

Para Paola Valencia, secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), la sustentabilidad busca un equilibrio en el desarrollo humano, para velar por la calidad de vida de hoy y mañana, cuidando el medio ambiente y propiciando un modelo económico donde la equidad y la sostenibilidad se mantengan en el tiempo. “En el caso del sector construcción, la visión sustentable nos permite construir ciudades donde las personas puedan vivir en forma digna, ofreciendo edificaciones y espacios que permitan una buena salud mental y física, y promuevan un equilibrio ambiental y la mitigación de impactos de la construcción”, explicó.

En este sentido, Paola Valencia cree que la crisis abre una oportunidad para impulsar la incorporación del desarrollo sostenible en todas las esferas de la vida, de manera de avanzar en la reducción de desigualdades de todo tipo y asegurar un mejor estándar de vida a las personas.

La coyuntura no solo ha estado marcada por una pandemia, sino también por el calentamiento global, que ha llevado a Chile a comprometerse con los lineamientos internacionales que entregan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los compromisos de Cambio Climático y Gestión de Riesgo de Desastres. “En particular, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo ha estado trabajando con la Política de Nacional de Desarrollo Urbano que está basada en los Ejes de la Sustentabilidad Urbana, el Plan de Adaptación al Cambio Climático de Ciudades, la Política de Gestión de Riesgo de Desastres y la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable”, detalló la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu.

Agenda sostenible

Además, Paola Valencia, destaca la conformación de una comisión de sustentabilidad y cambio climático ministerial, que tiene como función construir una agenda clara a mediano y largo plazo en estos temas. Al igual que Valencia, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas -que estuvo conversando sobre la reactivación sostenible en el podcast “Cable a Tierra”- ve a la pandemia como una oportunidad.

“Uno siempre debería partir por las cosas que tiene más a mano para acelerar la transformación. Si bien hemos sido un país pobre en combustibles fósiles, somos muy ricos en la energía limpia. Algo que antes era una desventaja, hoy es una ventaja. Tenemos que aprovechar eso. El norte de Chile tiene la mayor radiación solar del mundo y en la Patagonia tenemos récords de viento para producir energía eólica”, afirmó Terrazas.

Asimismo, el vicepresidente de Corfo recordó que el año pasado se adjudicó el consorcio de economía circular en el norte, justamente, para prepararle el camino a los desechos que puedan provenir de la energía solar. “Estamos adelantándonos al futuro. Hemos visto cómo se llena de paneles todo nuestro territorio y creemos que tenemos un potencial para seguir creciendo gigantesco. Tenemos que prepararnos ambientalmente para toda esa capacidad. Eso estamos haciendo con este centro, que uno de sus propósitos es ver cómo reutilizar, reciclar o hacernos cargo de los desechos que produzcan los paneles solares”, señaló.

Según el presidente del Consejo de Productividad, Innovación y Construcción Sustentable de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Bascou, la sustentabilidad ha jugado un rol protagónico. Así lo han destacado distintos líderes internacionales, e incluso, fue parte del mensaje de la cuenta pública. “Todo lo que hemos vivido como sociedad, el estallido social y la posterior pandemia, hace que miradas más equilibradas de los modelos de funcionamiento de las empresas y la sociedad deben perseverar. Sostenibilidad es mantener un equilibrio entre crecimiento económico, aspectos sociales y medioambientales. Debe jugar su debido rol en este equilibrio”, explicó.

En este contexto, Bascou recordó que la CChC definió una propuesta que considera el desarrollo sostenible en sus ejes estructurales. “Lo fundamental en los desafíos del cambio climático sector construcción, aborda aspectos tanto de adaptación, como de mitigación. Cada uno de ellos tiene acciones concretas, propuestas y compromisos para hacer que el sector construcción tenga una recuperación sostenible”, concluyó.


Industrializar y estandarizar: el secreto de una reactivación temprana y competitiva

Por Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo

La reducción del riesgo y la precisión en la estimación de costos y plazos son algunas de las ventajas, para algunos desconocidas, que ofrece la construcción industrializada. En el mundo, la construcción estandarizada -que pone por delante la digitalización, la especialización del capital humano y la innovación- ha ido ganando terreno, mejorando la competitividad de la industria.

Aunque la pandemia fue una sorpresa para todos, también aceleró un proceso que venía gestándose lentamente en la industria de la construcción.  La escasez de recursos, la baja inversión y la capacidad productiva de alto estándar que se encuentra ociosa se hicieron más visibles en medio de la crisis que ha movilizado a todos los sectores productivos en la búsqueda de una pronta reactivación.

Ser más eficientes en nuestros procesos, aumentando la productividad al máximo posible, equivale a eliminar completamente los tiempos muertos en obra, secuenciar partidas, integrar especialidades e intensificar el uso de herramientas digitales. Para ello, las tecnologías de información, la manufactura avanzada y los procesos de certificación de mano de obra especializada son grandes aliados. 

La estandarización en cada eslabón de la cadena de valor se presenta como uno de los firmes puntales de la reactivación. Asimismo, la tramitación digital de permisos de obra, la planificación, la coordinación con proveedores y la logística de obras, además de nuevos factores a considerar en higiene y seguridad laboral allanan el camino al despegue económico tras el duro golpe que nos dio el coronavirus.

Empresas e instituciones públicas y privadas -que hoy forman parte del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, están remando en este sentido. De hecho, en CCI y Construye2025, estamos trabajando para eliminar barreras, derribar mitos, resaltar ventajas y difundir casos de éxito, junto con desarrollar metodologías de control y medición, que nos permitan ser más autoexigentes en los resultados de nuestras obras.

Por eso, es tan importante contar con una normativa acorde, que establezca estándares y favorezca la interoperabilidad de sistemas constructivos, para lograr obras híbridas con foco en la calidad y la eficiencia. En un ambiente cada vez más competitivo y exigente, es fundamental innovar y adaptarse y qué mejor vehículo para ello que la construcción industrializada, que beneficia a todos los que intervienen en el proceso, sin tiempo perdido y con recursos utilizados de manera óptima.


Economía circular: reutilización de pavimentos en los aeropuertos

La eficiente gestión de residuos en los aeropuertos de Iquique y Arica abrió la puerta para la incorporación del ítem RCD en futuras licitaciones, como la del Aeródromo de Tobalaba. Allí, se espera lograr la reutilización de hasta un 85% del material que suele terminar en un botadero.

El árido es el segundo recurso más utilizado después del agua. Para la construcción es un bien preciado y muy necesario, pero genera mucho residuo y, además, podría agotarse. Por eso, la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha tomado cartas en el asunto. En el aeropuerto de Iquique, importantes volúmenes de material se iban al botadero, pero hoy, se reutilizan. Lo mismo sucedió en Arica, donde se utilizó material fresado reutilizado.

“Lo que hicimos con ese material fue ponerlo de una cierta forma, con una cierta técnica y en la resa que es una zona que está posterior al umbral, donde el avión, en caso de tener un aterrizaje largo, tiene la oportunidad de frenar y que el material de allí no esté tan compactado, para que no pueda seguir hacia al infinito”, explica el jefe del Departamento de Proyectos de la División de Infraestructura Aeroportuaria de la Dirección de Aeropuertos del MOP, Walter Kaempfe.

La gestión de residuos en el terminal aéreo implicó sacar la carpeta asfáltica y reutilizar todo el material que iba a ir a botadero, inyectándole un estabilizador. Los resultados fueron alentadores: “Se deformó la mitad, lo que nos ratifica que la técnica de reciclar material, además de un componente ambiental, puede tener una componente técnico muy fuerte”, detalla Kaempfe.

Una técnica constructiva se divide en parámetros ambientales que, al final, son desechos: formación de ozono, contaminación del agua y del aire, y va comparando un patrón. Luego de haber medido una nueva técnica por tres años, que fue aprobada por la Dirección de Aeropuertos, entre el 17 de enero y el 17 de febrero de 2020, se licitó la conservación del Aeródromo de Tobalaba, donde la autoridad espera que toda la pista, las calles de rodaje, se hagan sin tener que llevar material al botadero.

Menos áridos, menos basura

“Vamos a ahorrar un 86% de material, que vamos a reutilizar, evitando que el 85% se vaya al botadero. Y vamos a disminuir la producción de árido, de la carpeta a intervenir, del orden del 31%. Eso es lo que respecta al paquete estructural de un pavimento, ya sea de hormigón o de asfalto”, asegura el jefe del Departamento de Proyectos de la División de Infraestructura Aeroportuaria de la Dirección de Aeropuertos del MOP.

 Cuando el terreno es de mala calidad, los especialistas deben estabilizar y, luego, construir para evitar reemplazar todo el material que termina siendo desecho. Pero, la reutilización de material con técnicas de economía circular está cambiándolo todo. “El tramo de prueba que hicimos en Iquique, lo realizamos hace tres años. Es muy temprano para poder sacar esa conclusión, pero tenemos expectativas sobre lo que hicimos, estamos colocando una base”, afirma Walter Kaempfe.


Los avances Construye2025 hacia el cambio de paradigma en la construcción

El gerente del programa de Corfo, Marcos Brito, participó en dos conferencias sobre construcción industrializada. En ellas, destacó los avances en optimización de la construcción, que ya está aumentando la productividad, reduciendo plazos y mejorando calidad, valor y sustentabilidad.

A cinco años del nacimiento del Programa Estratégico Nacional “Productividad y Construcción Sustentable” de Corfo, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, fue invitado a dos eventos online en los que expuso, tanto los desafíos del sector como las tendencias vinculadas a la reactivación económica tras la pandemia del coronavirus.

  El miércoles 22 de julio, se realizó la conferencia “Construcción Industrializada: desafíos para el sector”, organizada por la Dirección de Egresados (Alumni) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), que tuvo a Brito como protagonista. Luego, el viernes 24, el ejecutivo fue invitado por la Cámara Chileno Alemana de Comercio e Industria (Camchal), a conversar sobre el sector construcción y la pandemia, ocasión en la que hizo un análisis histórico y abordó la situación de los permisos de edificación.

 “La construcción en Chile aún es artesanal, se improvisa mucho. Pero, nos queremos convertir en una industria más sustentable y competitiva. Para eso, hay que incorporar innovación y fortalecer el capital humano. Este programa crea una gobernanza y un capital social, que se compone de muchas empresas e instituciones, donde hay cuatro ministerios, gremios, oficinas de ingeniería y universidades”, detalló el gerente de Construye2025 en la conferencia de la UNAB.

Según el ejecutivo, en los últimos 25 años, la construcción ha estado estancada debido a la baja coordinación entre los distintos agentes, lo que juega en contra de la productividad. Asimismo, la industria ostenta un bajo nivel de capacitación y certificación de capacidades de los trabajadores en obra y, adicionalmente, el marco regulatorio y normativo no ha evolucionado con la velocidad necesaria para hacer frente a las necesidades actuales. Otro de los problemas que detecta Brito es que la industrialización y prefabricación de productos es baja.

Una ambiciosa visión

“Muchos residuos de construcción se disponen sin ninguna certificación, sin ningún cuidado y, finalmente, no hay una regulación para ello. Hoy estamos lanzando una hoja de ruta que se va a hacer cargo de este tema y vamos a ver no solo cómo evitar el residuo, sino también cómo aprovecharlo en torno al concepto de economía circular”, señala el gerente de Construye2025.

Con la visión de convertir a la industria en la más productiva de Chile, el ejecutivo recordó que se crearon -con el apoyo de Corfo- dos centros tecnológicos: el Centro Interdisciplinario de Productividad y Construcción Sustentable (CIPYCS), en el que participan la Universidad Católica y la Universidad del Biobío -más otros actores-; el Centro Tecnológico de la Construcción (CTeC), impulsado principalmente por la Universidad de Chile, que tiene presencia en todo el país; Planbim, una iniciativa totalmente independiente; y DOM en Línea, proyecto impulsado desde la Cámara Chilena de la Construcción que se aloja en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cuyo objetivo es disponer más de 30 trámites en línea. Además, Marcos Brito, valoró la existencia de dos centros de extensionismo tecnológico y del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), que nació de un comité de trabajo.

“Estamos planteando un cambio de paradigma, pasando de la construcción manual a la construcción industrializada, para poder producir más con los mismos recursos, ganar en calidad y valor agregado, disminuyendo los reclamos en postventa; mientras que en sustentabilidad, buscamos mejorar los estándares de seguridad, disminuir los residuos y hacer una construcción más confortable”, comenta el gerente de Construye2025.

  La llamada “Cuarta Revolución Industrial” ha sido extremadamente rápida. Gracias a ella, todo se almacena en la nube; se manejan grandes volúmenes de información; y existen modernos sistemas de ciberseguridad, fabricación aditiva, robótica colaborativa y realidad aumentada. “Esta última permite visualizar dónde va a estar un muro que aún no ha sido montado. En Chile ya estamos en eso”, reconoce Brito.

  En esta senda, no queda más que seguir empujando el carro, tal como hizo ver en estas magistrales exposiciones, hacia desafíos como: estimular la demanda de sistemas prefabricados, mejorar estándares y normativas, desarrollar marcos contractuales, mejorar la calidad de la mano de obra, masificar el uso de BIM, mejorar la coordinación temprana con los proveedores y aumentar las exigencias para la reducción y gestión de residuos.


La evolución de la edificación certificada en Chile

Menos consumo de energía, emisiones de CO2 y residuos. Estos son los objetivos clave de las certificaciones chilenas para la industria de la construcción. 

Durante el proceso colaborativo para la elaboración de la hoja de ruta del Construye2025, programa impulsado por Corfo, se propuso el logro de un market share de edificaciones nuevas sustentables del 20% para 2025. Con esa meta puesta enfrente, existe una serie de herramientas que están impulsando en cada eslabón de la industria, incorporando la sustentabilidad como factor adicional de competitividad. A nivel nacional, estas son: Certificación Edificio Sustentable (CES), Certificación Vivienda Sustentable (CVS) y Calificación Energética de Viviendas (CEV). También están presentes en Chile el sistema estadounidense LEED y el alemán PassivHaus.

De esta manera, Chile busca optimizar el valor de sus activos inmobiliarios, reducir los costos de operación y dar paso a edificaciones de mejor estándar, fortaleciendo la cadena de valor desde una perspectiva holística. El país va por buen camino: “En el caso de la Certificación Edificio Sustentable, lanzada el año 2014, hay a la fecha más de 330 edificios en proceso y más de 50 certificados. En Certificación de Vivienda Sustentable, lanzada en mayo del presente año tenemos 40 proyectos registrados y un proyecto precertificado”, comenta la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Paola Valencia.

Sin embargo, la especialista reconoce que aún estamos alejados del cumplimiento del compromiso original de 20% de edificios sustentables, que fijó la hoja de ruta del programa “Productividad y Construcción Sustentable”. “Sabemos que el 6% de los edificios no residenciales cuenta con certificación CES, pero en vivienda sólo 20.000 tienen una óptima calificación energética hasta la fecha, lo que es menos del 1%”, señala.

  El sistema CES, que preside Ricardo Fernández y cuyo jefe es Hernán Madrid, gracias a un convenio entre los ministerios de Energía, Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, ha podido actualizar el modelo técnico de la certificación, lo que ha llevado a potenciar ciertos materiales y productos, en línea con la economía circular. Ahora, la colaboración público-privada hará posible obtener una certificación específica para edificios existentes. “Hoy todos los edificios nuevos buscan cumplir con un determinado estándar, pero para los existentes se basará en demostrar mejoras”, explica el jefe de CES, Hernán Madrid. 

Certificación Vivienda Sustentable

La Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) es una herramienta pensada para mejorar la calidad de vida de las personas a través del cuidado del desempeño de los proyectos de vivienda a nivel nacional. Para ello, utiliza como base los Estándares de Construcción Sustentable para Viviendas, publicados en 2016 por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

Esta herramienta ayudará a definir los mínimos requerimientos para catalogar una vivienda como “sustentable” y, además, para poner en valor experiencias de edificación residencial que incorporen parámetros de eficiencia energética, hídrica, uso de materiales sustentables, gestión de residuos, medidas de mitigación de impacto ambiental, mejor calidad ambiental para las personas y medidas de respeto al entorno urbano y cultural, durante todo el ciclo de vida del proyecto, es decir, desde el diseño y construcción hasta la operación.

Calificación Energética de Viviendas

Entre las importantes herramientas orientadas a optimizar el consumo de energía, está la Calificación Energética de Viviendas (CEV), instrumento diseñado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto con el Ministerio de Energía, que inició sus funciones en 2012 para promover el atributo de eficiencia energética en las edificaciones de uso residencial. 

Desde este año, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está trabajando en los documentos reglamentarios necesarios para la implementación de la obligatoriedad de la CEV (Reglamento de la CEV y Reglamento del Registro de Evaluadores Energéticos). Además, los equipos regionales del ministerio se concentran en fortalecer las capacidades instaladas y aumentar el número de evaluadores y fiscalizadores.

Recientemente, el Minvu abrió por segunda vez en 2020, la convocatoria para postular al llamado nacional de profesionales interesados en acreditarse como evaluadores energéticos de la CEV, el que estará abierto hasta el 28 de agosto.


Hacer de la crisis una oportunidad, actuando con coherencia

Por Carlos Zeppelin, presidente Comité de Obras de Infraestructura Pública de la CChC.

Hoy nos enfrentamos a un gran desafío: recuperar el empleo y la inversión ante los devastadores efectos de la crisis sanitaria, económica y social. Por eso, el sector político acordó un marco de entendimiento para el “Plan de emergencia por la protección de los ingresos de las familias y la reactivación económica y del empleo”, con un impulso fiscal significativo. 

En la fase de reactivación plena se debe implementar un potente plan de inversión pública, principalmente a través de los Ministerios de Obras Públicas y Vivienda y Urbanismo, en infraestructura hídrica, en logística y en viviendas. Este plan debe ser de rápida ejecución, con cobertura regional, con cronograma e identificación de territorios que permita su monitoreo y con énfasis en sustentabilidad y mitigación del cambio climático (embalses, agua potable rural, obras de regadío, entre otros).

Evitemos que este nuevo y necesario plan de inversiones incurra en los errores del pasado, como los que deja entrever la publicación conjunta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) “Evaluaciones del desempeño ambiental CHILE 2016”, que señala: “en líneas generales, los programas de inversión pública no toman en cuenta de manera sistemática los componentes ambientales y climáticos, ni los indicadores o los criterios de sostenibilidad”.

Entre las acciones para dar cumplimiento a este acuerdo de manera sostenible y rápida, destaco las siguientes:

A. Implementar políticas públicas, iniciativas y acciones a través de las compras públicas y licitaciones de proyectos de infraestructura y edificación, que traccionen el desarrollo de la economía circular en construcción.

La compra y contratación pública, representa un instrumento importante para conseguir la implantación de este nuevo modelo productivo y de consumo más sostenible, por su impacto y poder tractor sobre el mercado, y el abandono del adictivo modelo lineal 

Nuestros sistemas de licitación y adjudicación se basan, fundamentalmente, en el precio, lo que supone una grave dificultad para todos estos nuevos desarrollos. La Comisión Europea desarrolló el documento “Compra y contratación pública verde”, de momento de carácter voluntario, el cual consiste en que los organismos gubernamentales adquieran productos, servicios y obras con un impacto ambiental reducido durante su ciclo de vida. La aplicación de criterios ambientales en la contratación pública supone no solo beneficios ambientales, sino también económicos y sociales tanto para la administración, como para el sector privado y la sociedad.

Entre los beneficios para la administración está el incrementar la transparencia y eficiencia, lo que permite lograr metas ambientales asumidas y reducir impactos ambientales y fomenta el ahorro al considerar los costos del ciclo de vida. Además, favorece al sector privado, al dar incentivos para innovar y ser más competitivo; y a la comunidad, al mejorar la calidad de vida de la ciudadanía por la reducción de impactos ambientales.

B. Generar herramientas que incluyan criterios de economía circular en la evaluación de inversión pública, fomenten mercados y faciliten información para la trazabilidad de los RCD.

C. Desarrollar infraestructura adecuada para la disposición final y valorización de los RCD, y un marco regulatorio único y claro para su implementación.

En la actualidad y con miras al cumplimiento de los compromisos del Acuerdo de París, en materia de sostenibilidad, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y las acciones necesarias para la adaptación y mitigación al cambio climático, el Ministerio de Obras Públicas, en un convenio de cooperación técnica con el BID y la Universidad de Harvard, se encuentra evaluando un sistema de calificación y una guía orientadora que introduce consideraciones de sostenibilidad en los proyectos de infraestructura, asumiendo una postura integral mediante la evaluación de los proyectos en función del valor que tiene para las comunidades, el uso eficiente de fondos y la contribución a las condiciones de sostenibilidad. El sistema abarca todas las etapas del ciclo de vida de un proyecto: planificación, diseño, construcción, operaciones y deconstrucción y evalúa 60 criterios de sostenibilidad estructurados en 5 categorías: calidad de vida, liderazgo, distribución de recursos, mundo natural y clima y riesgo.

Para el logro de este objetivo es necesario incorporar -al momento de planificar, financiar y construir la infraestructura pública- una nueva mirada en materia de calidad, una coordinación intersectorial e integrada entre la provisión de la infraestructura y el modelo deseado de desarrollo territorial, y un nuevo enfoque en criterios de priorización de las inversiones para un desarrollo sostenible. 

Además, es necesario incluir aspectos de sustentabilidad en las obras de infraestructura tales como: cambio climático, eficiencia energética, eficiencia hídrica, el uso sustentable de recursos naturales, entre otros. Los principales recursos naturales utilizados son los llamados inertes, por lo cual existe un enorme margen para reconvertir el sector hacia la economía circular.

Asimismo, los inspectores de obra juegan un importante papel, especialmente a la hora de aprobar cambios que permitan reutilizar materiales generados en la misma obra, evitando así su transporte a plantas de tratamiento para su posterior incorporación y reduciendo, por tanto, el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.

Los modelos de economía circular no sólo tienen sentido desde la perspectiva ambiental y cuidado de los recursos naturales, sino que también desde la perspectiva económica, ya que son drivers de innovación y de replantear, una y otra vez, nuevas maneras de llevar a cabo los distintos procesos. Por lo mismo, favorecen el desarrollo sostenible de Chile.

Hoy los desafíos van por el lado de una colaboración integral, tanto de lo público como de lo privado, donde los emprendedores no pueden quedar fuera, ya que deben empaparse del concepto y ver la oportunidad de crear nuevos modelos de negocio, generar empleos de calidad, combatir el cambio climático y revolucionar la forma de hacer las cosas.

La tentación de “acelerar la marcha” en pos de una recuperación rápida puede tener un impacto profundo en la continuidad de las acciones, avances y desarrollos que se estaban realizando en materia de sostenibilidad y relacionamiento con el entorno. Este es el momento de poner a prueba la coherencia y fortaleza del propósito de nuestras organizaciones.

Salir de esta crisis no será fácil, pero tampoco se trata de salir de cualquier manera, sino que con coherencia, para que podamos transformar esta crisis en una verdadera oportunidad.


¿Puede la industrialización paliar el déficit de viviendas en Chile?

Dada su velocidad de respuesta, los sistemas constructivos industrializados podrían mejorar la eficiencia y competitividad del sector. Además, estas técnicas revolucionarias optimizarían el uso de materiales, la mano de obra y los tiempos de entrega. 

Plantas industriales con la última tecnología para la fabricación de viviendas, materiales de alta tecnología y un mejor diseño de ingeniería le están cambiando la cara a la construcción chilena. Según Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo, existen varios casos de éxito que reflejan las ventajas que ofrece la industrialización para la edificación. Y es que el país ha ido avanzando en su aprendizaje, “gracias a los esfuerzos conjuntos entre quienes tienen más experiencia, quienes están invirtiendo y quienes se están transformando hacia este nuevo paradigma”, señala.

Del mismo modo, el jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Erwin Navarrete, cree que la industrialización ha despertado especial atención en el sector construcción, que ha ido reconociendo beneficios como: mejoras en la calidad de la construcción al incorporar procesos repetitivos con equipos y mano de obra especializada; optimización en la velocidad de construcción y montaje; y, principalmente, en la sustentabilidad de los proyectos, gracias a la disminución en la generación de residuos. “Incluso considerando el escenario actual a nivel mundial respecto de la pandemia, donde es aún más relevante el cuidado y control en la interacción de los trabajadores, cobra más sentido pensar en esta forma de llevar adelante la construcción”, explica.

Según Jacqueline Gálvez, presidenta interina del Comité de Vivienda de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), como país hemos avanzado mucho en los últimos años, ya que han ido en aumento las empresas que están utilizando industrialización, tanto en vivienda pública como en privada, aún cuando representan una pequeña parte del mercado. Pero, ese es el desafío: “seguir avanzado en su utilización de forma masiva. Esto requiere un trabajo mancomunado de empresas, proveedores de estos sistemas y sector público”, sostiene. 

Además, para la representante de la CChC es importante capacitar a los trabajadores y apoyarlos en el proceso para que no se queden atrás. También destaca el rol de la academia en la educación de los distintos profesionales que intervienen en el sector construcción, que se van a enfrentar a los avances asociados a la industrialización. En opinión del gerente de Construye2025, se trata de integrar toda la cadena de valor, actuando con un mayor nivel de coordinación entre los actores que intervienen, sumando tecnología y planificando en forma industrial, para maximizar eficiencia y calidad, mientras se minimizan los errores.

  En este sentido, Ignacio Hernández, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) tiene la convicción de que, al igual que otras tendencias que se han visto reforzadas y aceleradas producto de la pandemia, como el teletrabajo y economía digital, se acelerará también la penetración de la industrialización en la construcción. 

La madera se abre paso

La prefabricación en hormigón, que incluye paneles pretensados, postensados, módulos prearmados, así como paneles simples y dobles, ya tiene su historia. Pero, en madera también existen sistemas constructivos marco-plataforma, módulos estructurales prefabricados y elementos en CLT (Cross Laminated Timber). Este material, según Hernández, está avanzando muy fuertemente y con ventaja, puesto que Chile tiene industria maderera de clase mundial, una masa de bosques muy abundantes en relación a nuestra población, e ingeniería y arquitectura de excelencia. 

Igualmente, en Chile han aparecido sistemas constructivos no tradicionales, que ya en su génesis han incorporado la industrialización. “Dentro de ellos podemos mencionar los distintos tipos de paneles SIP (Structural Insulation Panel), algunos sistemas de ferrocemento o los sistemas de madera contralaminada”, comenta el jefe de la Ditec, Erwin Navarrete. 

¿Es la industrialización el camino para enfrentar el déficit de viviendas? Según el Past President de la AOA, definitivamente sí. Incluso, Ignacio Hernández, cree posible una industrialización “personalizada”, que no implique renunciar a la identidad de cada barrio y características de los usuarios. Además, ésta podría hacer un aporte significativo en calidad y sostenibilidad, pero también en términos de volumen y plazos, lo cual es urgente debido a los déficits habitacionales crecientes. 

De hecho, en Canadá, potencia forestal al igual que Chile, se propusieron solucionar el déficit habitacional social basado íntegramente en madera. “Creo que Chile, por su diversidad climática y geográfica, puede hacer lo mismo con la suma de las alternativas disponibles, pero con la condición de reforzar fuertemente la capacidad industrial instalada de madera, hormigón y estructuras metálicas, puesto que son todas perfectamente combinables todas entre sí”, señala Hernández. 

Por su parte, la presidenta interina del Comité de Vivienda de la CChC, Jacqueline Gálvez, cree necesario repensar la construcción a partir de las nuevas tecnologías más allá del sistema constructivo: “desde su diseño; financiamiento; normativas aplicables; programas de vivienda, en el caso de vivienda pública; que internalicen estos procesos”, afirma.

Para el jefe de la Ditec, Erwin Navarrete, el déficit de vivienda exige sumar y, en este aspecto, reconoce el aporte que los sistemas de construcción in situ han hecho a la disminución del déficit. “La industrialización llega como una buena alternativa que presenta excelentes atributos para ser competitiva en el mercado de la edificación. Es importante destacar la posibilidad de que la industrialización, no sólo permite de forma eficiente resolver los problemas de déficit presentes en condiciones normales, sino que, dada su velocidad de respuesta, permite resolver déficits generados frente a distintos tipos de catástrofes naturales, permitiendo enfrentar más rápidamente los procesos de reconstrucción de viviendas”, sostiene. 

Casos de éxito

Los socios del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) han desarrollado los siguientes proyectos de viviendas:

  1. Viviendas E2E+BauMax

  E2E ha llevado adelante dos proyectos con la constructora Convissa y Gestión Urbana. El primero, “Doña Paula” en Santa Cruz, cuyo primer piso fue industrializado con Baumax y, el segundo, con paneles SIP. “El hormigón iba más o menos rápido, pero el panel SIP, uniendo estos paneles de 1,20×1,20 m2, iba un poco más lento. Y eso estaba afectando a toda la obra y también a Baumax”, precisa Felipe Montes, gerente general de E2E Chile. De esta manera, la Inmobiliaria Gestión Urbana y Baumax, pidieron a E2E incrementar la velocidad y mejorar la coordinación de esta obra. 

Luego de cumplir con los desafíos propuestos en el piloto de “Doña Paula”, siguió el proyecto “Casablanca”. Desde el inicio, dos industrializadores trabajaron juntos: Baumax en el primer piso, hecho en hormigón armado prefabricado y E2E con estructura industrializada en madera para el segundo piso, con un total de 394 viviendas de un proyecto con el Subsidio de Integración Social y Territorial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (DS19).

2. Viviendas RC Tecnova 

RC Tecnova combina materiales de alta calidad técnica, como el acero galvanizado y el poliestireno expandido (EPS), para el desarrollo de sus paneles modulares, además, crea revestimientos sostenibles, como morteros elastómeros y corcho proyectado orgánico para fachadas y techo. La combinación de estos materiales es el “Metalpol”, producto que ofrece una mayor resistencia, menor peso y que no tiene puentes térmicos. Con él se fabrican paneles para muros, losas y techos, con los que se pueden realizar ampliaciones, construir casas, conjuntos habitacionales e incluso, tabiques y fachadas para edificios de gran altura.

En el proyecto Valle Noble de Concepción, se entregaron 184 casas prefabricadas en dos meses, las que -gracias a este material- son 80% más eficientes energéticamente si se comparan con las que levanta el sistema constructivo tradicional. La “receta” del Metalpol y las máquinas de RC Tecnova se exportaron a Ecuador y, próximamente, la empresa podrían llegar con sus soluciones a Perú y Colombia.

3. Obras DS19 de BauMax 

Baumax es responsable de 180 departamentos DS19 distribuidos en 11 torres de 3, 4 y 5 pisos, en Rancagua, cuyo plazo de ejecución de obra estaba estimado en 5,8 meses. Con su sistema constructivo, la programación bajó a 3,7 meses, esto es, casi un 35% menos de tiempo en obra gruesa. La obra incorporó, por primera vez, la aislación térmica directamente en los muros. 

En Talca, en tanto, 11 torres de 5 pisos debían ser montadas en 7,5 meses, solo con una grúa y un equipo de montaje compuesto por 4 montajistas más un coordinador, un prevencionista y un Ito. La empresa pudo montar un promedio de 1.100 m2 a la semana.

La empresa destaca también las estaciones de bombeo de Icafal, en Ovalle, un proyecto con muros de más de 3 mts de altura. Las restricciones de acceso a la obra eran tan altas que el montaje lo ejecutó la constructora con el apoyo de un coordinador en obra. 

4.E2E en media-altura

  La búsqueda de una solución rápida de construcción para edificios de mediana altura, llevó al mandante del proyecto “Horizonte del Pacífico” de la Región del Biobío, a optar por la industrialización. E2E tenía que lograr departamentos de excelente comportamiento térmico, evitando instalar EIFS (sistema de aislamiento térmico exterior). Éstos debían ser sustentables y rápidos de construir, sin faenas húmedas dentro de la obra. Fueron, de hecho, los primeros edificios habitacionales en madera construidos en Chile de manera industrializada, en un proyecto de 80 departamentos distribuidos en 5 edificios de cuatro pisos.

 

5. Fourcade & Co, Los Naranjos

Este es un innovador proyecto inmobiliario adjudicado bajo el DS19, que combina distintos materiales aprovechando sus virtudes e introduciendo la construcción industrializada a la vivienda en altura. Acero y hormigón para la parte estructural, una piel de madera en los muros perimetrales, para controlar humedad y temperatura, y hormigón en divisiones entre departamentos, con beneficios acústicos, de fuego y control de temperatura interior (masividad térmica). 

Con una arquitectura de vanguardia, que no sólo entrega luz natural a los departamentos por ambos costados, sino que además tiene baños y cocinas con ventilación natural y control pasivo de temperaturas por medio de ventilación cruzada.

Los edificios están compuestos por vigas y pilares de acero rellenos en hormigón + losas colaborantes en su estructura de obra gruesa. Las partes y piezas llegan prefabricadas a terreno, listas para montar. 

El muro perimetral exterior se fabrica bajo un proceso industrial seriado en terreno que culmina con el proceso de montaje, evitando acopio y traslados innecesarios. Duración de producción y montaje: 1 mes, 15 hombres por edificio. 

6. Martabid Empresas + Canada House

En el holding están convencidos de que la construcción industrializada es el camino para generar rápidamente una vivienda óptima, en base a control de calidad en fábrica y montaje mecanizado. “Durante la emergencia por COVID-19, junto al Minvu, el Serviu y cada municipalidad, hemos acelerado la entrega de conjuntos habitacionales en varias comunas, lo que viene a descomprimir en parte el hacinamiento de miles de personas”, afirma José Miguel Martabid Razazi, director ejecutivo de Martabid Empresas.


La ley que incentiva la inversión en I+D para elevar la competitividad

Incentivos tributarios, pero también la oportunidad de ampliar sus horizontes y de generar vínculos para trabajar de forma colaborativa, cautivan a las empresas que se acogen a la ley I+D, que administra Corfo.

En sus 12 años de existencia, la ley I+D ha experimentado positivos cambios. Estos han llevado a cerca de 800 empresas a aprovechar los incentivos tributarios que aporta el Estado para quienes invierten en soluciones innovadoras. Cuando se creó en 2008, los beneficios sólo podían aplicarse contratando los servicios de centros de investigación inscritos en el registro Corfo. “Uno de los objetivos era poder vincular a las empresas con las unidades generadoras de conocimiento, como universidades y centros de investigación”, recuerda la directora de Promoción y Desarrollo I+D+I de Corfo, María Isabel Salinas.

Luego, en 2012, la ley se hizo más flexible, permitiendo que las empresas pudieran aplicar beneficios tributarios no solo por la contratación de terceros, sino también por las actividades que realizaban internamente. De esta manera, el país buscaba aumentar la inversión e investigación y desarrollo, que apenas alcanza el 0,37% del PIB, una cifra seis veces menor al promedio de inversión de los países OCDE en este ítem.

Y así fue. Más empresas fueron interesándose en crear soluciones tecnológicas novedosas, que las diferenciaban de su competencia y les permitían ingresar a exigentes mercados globales. “El desafío es sumar la mayor cantidad de empresas para que hagan uso de estos beneficios tributarios, porque, además la ley permite sistematizar los procesos”, afirma María Isabel Salinas.

Según la ejecutiva de Corfo, hoy, las empresas pueden descontar -en impuestos- un 35% del gasto anual efectivo asociado a investigación y desarrollo, respecto de uno o más proyectos certificados por el organismo estatal. “No obstante, el 65% -gasto necesario para producir la renta- también tiene un efecto tributario porque disminuye la base sobre la cual se calcula el impuesto. Por lo tanto, hablamos de un beneficio tributario total de un 52%”, señala la directora de Promoción y Desarrollo I+D+I de Corfo.

Trabajo colaborativo

Pero eso no es todo. Naturalmente, la ley permite sistematizar los procesos de investigación y desarrollo en las empresas que son innovadoras y están constantemente planteándose desafíos. Además, abre la posibilidad de vincularse con terceros para trabajar de forma colaborativa. “No es algo que exija la ley, pero permite mejores conocimientos al sumar capacidades expertas”, acota María Isabel Salinas.

Actualmente, las empresas que postulan a la ley I+D disfrutan de un proceso totalmente organizado, en el cual se les presta un apoyo muy cercano que permite a sus ejecutivos entender cómo funciona el proceso y encontrar el foco para la adecuada formulación de sus proyectos. “Si una empresa necesita acceder a un crédito lo contactamos con la banca o si necesita contactar a ProChile, hacemos el vínculo. No solo entregamos beneficios tributarios, también hacemos un aporte para la llegada al mercado -lo antes posible- de las innovaciones que están llevando a cabo las empresas”, explica la directora de Promoción y Desarrollo I+D+I de Corfo.

Frente a ello, Ricardo Fernández, gerente Técnico y Desarrollo Sostenible de Volcán, cree que la aprobación de los proyectos debe contemplar reorientaciones y cambio de las partidas presupuestadas inicialmente, ya que, frecuentemente, el diagnóstico no es el adecuado o el mercado cambia rápidamente, dejando obsoletos los supuestos iniciales del proyecto. “Es fundamental la capacitación a las distintas áreas de la empresa, previo a la postulación de proyectos, con el fin de tener claras las obligaciones y recursos administrativos requeridos para el desarrollo de actividades e informes”, señala.

Además, Fernández piensa que es fundamental que el lenguaje entre empresas, consultores y autoridad sea el mismo. “A veces, los consultores, con el fin de asegurar el éxito de la postulación para tener el incentivo tributario, terminan perdiendo el objetivo del proyecto y haciendo menos precisa la información. Asimismo, los formularios para presentación y rendición de proyectos deben estar estandarizados y ser más simples de completar”, concluye.

En tanto, Claudio Gahona, Jorge Villarroel y Mario Castillo, profesionales que son parte del equipo de René Lagos Engineers, explican que si el proyecto está bien armado y cumple con los requisitos de I+D, la revisión de Corfo se vuelve muy expedita. Sin embargo, la jugada es agresiva. “No se sabe hasta el final, realmente, cuánto te están aprobando”, afirma Gahona, gerente general de la empresa.

Casos de éxito

La ingeniería estructural requiere un alto nivel de detalle. Asimismo, el ambiente BIM exige buenas dosis de tecnología para trabajar la información. A pesar de ello, en René Lagos Engineers, observaron que las herramientas carecían de la productividad deseada. Para resolver este problema, el equipo liderado por Jorge Villarroel desarrolló un paquete que se acomodaba a los nuevos software.

“Ese proyecto nos ha permitido hacer una plataforma única, donde se gestiona toda la información, lo que ha significado un ahorro de tiempo de producción de entre 25% y 30%”, explica el director de I+D de René Lagos Engineers sobre el proyecto de generación automatizada de armaduras en modelos BIM.

Igualmente, Volcán ha aprovechado los beneficios de la Ley I+D, en los siguientes proyectos:


Investigadores de la UC buscan convertir a las municipalidades en agentes de cambio medioambiental

Cuatro especialistas estudiaron el manejo de los residuos de construcción y demolición e hicieron propuestas orientadas a la construcción sustentable, en línea con los desafíos actuales.

Para elevar los estándares ambientales y favorecer una construcción centrada en el medio ambiente, cuatro investigadores se unieron para trabajar en el capítulo IX del Concurso de Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica “Políticas municipales estandarizadas para el manejo sustentable de residuos de construcción y demolición”.

Felipe Ossio y Juan Molina de la Escuela de Construcción Civil; Homero Larraín de la Escuela de Ingeniería y Cristián Schmidt de la Escuela de Arquitectura fueron los responsables de abordar la problemática de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD), desde un enfoque interdisciplinario, considerando sus impactos ambientales, sociales y económicos. 

“Nos dimos cuenta que la alta generación de RCD y su inadecuada disposición final es un problema multifactorial, que involucra a todos los actores en el ciclo de vida del proyecto y al cuadro normativo, regulatorio y legal respectivo. Sin embargo, este último se encuentra atomizado y fragmentado, lo que puede apreciarse en la cantidad de instrumentos asociados a diferentes actores”, explica Felipe Ossio. 

De hecho, para el caso específico de los RCD existen más de 20 tipos de normativas dependientes de diferentes organismos públicos. Según el estudio, lo anterior dificultaría su conocimiento y aplicación, dejando al Estado una capacidad limitada de fiscalización en materias sanitarias y ambientales, algo que agudiza el problema. En efecto, el 60% de las empresas constructoras en Chile declara no conocer leyes, reglamentos, normativas ni manuales sobre gestión de residuos. 

El equipo interdisciplinario de la UC se propuso contribuir proponiendo una política pública que lleve a las municipalidades a ser un agente de cambio y aportar al cumplimiento reglamentario ante las instituciones de nivel regional y nacional. Al mismo tiempo, su trabajo apuntó a elevar los estándares ambientales y permitir así una construcción centrada en el medio ambiente que responda a los desafíos que hoy exige la humanidad.

Disparidad normativa

El estudio reveló que los municipios en Chile presentan un dispar nivel de exigencias en materia de gestión de RCD, desde la nula consideración hasta una serie de normativas no necesariamente bien enfocadas. “Pero, principalmente, pudimos identificar comunas generadoras y receptoras de RCD. Las primeras se caracterizan por generar una alta proporción de los residuos a nivel de su región y no poseen sitios de disposición legal de residuos. Por su parte, las receptoras no producen una gran proporción de RCD a nivel regional y, en general, son comunas que poseen sitios de disposición final legal en su jurisdicción y/o deben hacer frente a sitios de disposición ilegal como micro basurales o vertederos ilegales”, detalla Ossio.

Luego de que el estudio reconociera dos tipos de comunas: generadoras y receptoras de RCD, los investigadores establecieron recomendaciones de acción que, si bien son vinculadas a un tipo de comuna, no son excluyentes para las otras. Asimismo, hicieron sugerencias generales que toda comuna, independiente de si es generadora o receptora de RCD, debería adoptar. “Estas 15 propuestas tienen por objetivo avanzar en la minimización de la generación de RCD y la disminución de sus impactos socioambientales, basados en los principios de la justicia ambiental (Hervé, 2010) y siguiendo la jerarquía de manejo de los residuos”, acota el profesor de la Escuela de Construcción Civil de la UC.

De este modo, las propuestas para las comunas generadoras se asociarán a los primeros eslabones de esta jerarquía, es decir, se centrarán en reducir la generación de RCD en origen y fomentar la valorización de los RCD mediante su reutilización, recuperación o aprovechamiento para otras aplicaciones. Mientras que las propuestas asociadas a las comunas receptoras buscarán asegurar el correcto destino de los residuos no valorizados que son llevados a un botadero.

Y es que, según la investigación, las municipalidades son actores clave dentro de la cadena de instituciones encargadas, tanto en la definición de reglas para la adecuada disposición de RCD como en la supervisión de su cumplimiento en el territorio comunal.

El estudio puede ser descargado desde AQUÍ.

Fotografía gentileza Plataforma Industria Circular + Viconsa.


Los cambios que la pandemia aceleró en los procesos constructivos

Cuando la cuarentena termine, el mundo no será el mismo. En la industria de la construcción lo tienen muy claro: industrialización y estandarización irán de la mano, para dirigirnos hacia un camino más productivo, con menos errores y plazos conocidos.

Solo en el área de viviendas, más de 800 proyectos se han visto paralizados debido al confinamiento, poniendo en jaque la rentabilidad de las empresas. El escenario es incierto, pues el coronavirus no parece ir en retirada. Frente a ello, muchos actores de la industria pusieron el pie en el acelerador, impulsando cambios en diversas áreas: en temas comunicacionales, tecnológicos, de conectividad y automatización de procesos, que sin esta condición habrían tomado décadas en implementarse, según Carolina Tapia, subgerente de Gestión de Proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

La pandemia puso a prueba la creatividad, la flexibilidad y la rapidez para abordar nuevos modelos de negocio, especialmente, porque parte relevante del proceso constructivo viene definido por el diseño de los proyectos, donde no se considera estandarización ni modulación de unidades. “No están pensados para la prefabricación de elementos o partes del proceso y, actualmente, son intensivos en uso de mano de obra directa en la faena”, explica Carolina Tapia.

Sin embargo, Luis Bass, representante de la CChC en el Comité Ejecutivo de Construye2025, cree que esta es una gran oportunidad para las empresas, ya que al estar paralizadas han podido hacer una pausa para planificar mejor el futuro. “En este sentido, todas las herramientas tecnológicas de integración temprana como el BIM son una oportunidad si la empresa junto con el ecosistema de contratistas y proveedores las adoptan y empiezan a provocar un cambio cultural en la industria”, señala.

Según el ejecutivo, intensificar un trabajo de diseño más detallado permitirá incorporar elementos prefabricados o industriales que impactan directamente en la productividad y disminución de residuos. “Todas las obras en etapa de diseño, tienen espacio para evaluar nuevos sistemas constructivos, que son factibles de incorporar en etapas tempranas. Hay en ese espacio, una oportunidad para replantear la utilización de sistemas industrializados, prefabricados y modulares, que permitirían aumentar la productividad de la industria. Orquestar estos elementos digitalmente puede ser un camino para articular una rápida reactivación de la economía”, enfatiza Luis Bass.

Procesos más eficientes

Y aunque las inmobiliarias que vendieron unidades en verde no podrán modificar las especificaciones de la edificación de ningún modo, sí podrán hacer ajustes en algunos procesos. Por ejemplo, incorporando preensamblado o prefabricación de elementos como escaleras, muebles u otros, pero sin modificar las características de la unidad como las adquirió el cliente final, comenta Carolina Tapia. “En el caso de los proyectos que se encuentran en diseño, es altamente probable que sean analizados para considerar procesos más eficientes, de menor plazo de ejecución y que requieran menor cantidad de trabajadores interviniendo en el proceso constructivo, lo cual fomentará la prefabricación o industrialización de procesos”, añade la ejecutiva.

En la integración temprana de proyectos, gran parte del mundo nos lleva la delantera. Diseñadores (arquitectura, cálculo y especialidades), constructores, proveedores y todos aquéllos que intervienen en el proceso desde el diseño hasta la puesta en marcha del proyecto han cambiado el foco hacia el “diseño para manufactura”, planificando los procesos y la logística para montaje en sitio.

Por su parte, Yves Besançon, Past President de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y representante en el Consejo Directivo de Construye2025, la emergencia sanitaria nos llevará a optimizar al máximo todo lo concerniente a manejo de residuos y velocidad en la construcción. “Además de lo anterior, la industrialización asegurará la capacitación de mano de obra especializada para la construcción, lo que es fundamental para mejorar la productividad en el rubro que es el menos eficiente, productivamente hablando”, afirma.

Otro efecto que la pandemia podría producir en la arquitectura es la consolidación de la madera como un material sofisticado para edificación en mediana y gran altura que, según Ignacio Hernández, Past President de la AOA, tiene un enorme potencial en Chile. “Pero, también el acero y el hormigón tienen grandes espacios para progresar en la alta industrialización y tenemos profesionales e industria avanzando en esa dirección”, agrega.

La digitalización también tendrá un rol trascendental en el mundo pospandemia, especialmente, en aspectos como revisión, modelación y coordinación a distancia, según el representante de la CChC en Construye2025, Luis Bass.

Junto a la construcción industrializada, la economía circular irá abriéndose camino. “Los volúmenes de desperdicios que produce una obra tradicional; el bajo control de calidad que supone construir en ambientes no controlados y sus consecuentes problemas de post venta; la contaminación ambiental; el manejo de plazos y costos más controlados; y la eficiente explotación y operación de estos proyectos son muy elocuentes al acreditar que una mayor industrialización en esta industria es necesaria y urgente”, enfatiza Ignacio Hernández.

Ventajas de la industrialización

La subgerente de Gestión de Proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la CChC, Carolina Tapia, resume las ventajas que la construcción industrializada ofrece, en desmedro de la tradicional: 

El plan de reactivación de la CChC

La Cámara Chilena de la Construcción presentó su “Plan de Empleo y Reactivación”, que implica la creación de 600.000 puestos de trabajo directos e indirectos en un período de tres años. Su propuesta busca satisfacer demandas sociales asociadas a vivienda, equipamiento urbano e infraestructura básica y abordar problemáticas urgentes, como la crisis hídrica. Todo esto a través de un impulso a la inversión y un estrecho trabajo colaborativo entre el sector público y el privado.

Adicionalmente, el gremio planteó la necesidad de asegurar la continuidad de los proyectos en ejecución y de crear un Plan Nacional de Infraestructura para la Reactivación, así como la urgencia de impulsar el sistema de concesiones, que es clave en el actual escenario. La propuesta en infraestructura considera una inversión total de US$ 13.000 millones, con US$ 4.810 millones de inversión privada y US$ 8.190 millones de inversión pública.

En este sentido, la directiva de la CChC destacó la importancia de la política pública para reducir la insolvencia de las empresas, el perfeccionamiento de las relaciones contractuales, la certeza jurídica para el desarrollo de inversiones, la eliminación de trabas regulatorias y de burocracia, una política de estímulos a la inversión privada y a la contratación. Pero, también la elaboración de una “Agenda Digital” y un plan de retorno para iniciar la reactivación basado en protocolos sanitarios, como el que ya ha puesto en marcha la industria de la construcción.

 

Fotogragías gentileza de Empresas Martabid, Icafal y E2E.


Los encuentros del CCI que incentivaron la colaboración en junio

Desde nuevas ideas para reactivar la construcción hasta los desafíos técnicos de la construcción industrializada fueron abordados, tanto en el último encuentro técnico como en la conferencia internacional que lideró la CDT.

El Encuentro Técnico del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), que se realizó el 11 de junio, puso sobre la mesa las oportunidades que el coronavirus le abre a la construcción industrializada. Pese al complejo escenario que enfrentamos como país, la presidenta del CCI, Francisca Cruz, valoró la capacidad de la industria de reinventarse y continuar operando, mediante sistemas de turnos, con nuevos elementos de protección personal.

“Todo lo que estamos viviendo, desde el CCI lo vemos como una tremenda oportunidad para dar un giro en materia de industrialización. Esto va a permitir acelerar la transformación digital, aprovechar las tecnologías digitales para que podamos adaptarnos a los desafíos del futuro y también poder innovar”, afirmó.

Según la líder del Consejo, la diferenciación una vez terminada la pandemia, la generación de alianzas y la apertura a nuevas importaciones serán pilares importantes para la industria. “Las empresas que salieron de la crisis de 2008 tomaron decisiones audaces en digitalización y productividad para diferenciar su oferta”, recordó. Por eso, llamó a los actores del rubro a identificar a los nuevos clientes, sectores y tendencias; a fortalecer los canales de comunicación, reduciendo la burocracia organizacional; y a establecer modelos colaborativos para generar más resiliencia.

Asimismo, el director del Centro Interdisciplinario para la Productividad y la Construcción Sustentable (CIPYCS), Luis Fernando Alarcón, hizo hincapié en la necesidad de lograr una progresiva industrialización de los procesos productivos, implementando y estandarizando metodologías constructivas basadas en procesos industrializados en sitio y en la prefabricación y modularización. “Lo anterior, apoyado en diseño, tecnologías digitales como BIM, simulación y vehículos aéreos no tripulados como los drones”, dijo Alarcón.

De ahí que el investigador pidiese centrarse en una planificación basada en ubicación, que permitiría una visión más general del proyecto en forma simple e intuitiva y la optimización continua del flujo de trabajo sin interrupciones, para lograr una ejecución más rápida del proyecto.

Asimismo, el director del CIPYCS le dio un papel preponderante a la ingeniería de resiliencia, que toma fracasos y éxitos como aprendizaje. “Partió aplicándose en la aviación, pero se ha extendido a otras áreas y se está usando mucho en prevención de riesgos”, dijo Alarcón.

Por su parte, Jorge Massiel, gerente técnico de Desarrollos Constructivos de Axis DC, destacó la resolución de problemas mediante Design Thinking y compartió la experiencia de su compañía en la fabricación de casetones, con un programa basado en principios Lean, con trenes de producción, flujo de trabajo balanceado, sectores de producción diferenciados y distribución de material en cada piso y área específica. La metodología de Axis DC, según el ejecutivo, ayudó a pasar de 45 a 14 actividades seriadas e industrializadas, lográndose una reducción de 50% en los plazos y de 22% en los costos.

El hospital modular de Wuhan

El Hospital de Emergencia Huoshenshan, en China se levantó, en solo 10 días, para responder a la pandemia causada por el coronavirus. Para dar a conocer esta experiencia, la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) junto con el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional de la Provincia de Hubei, la Cámara de Comercio Internacional de la Provincia de Hubei en Chile y Asia Reps Chile organizaron una conferencia internacional, a la que fue invitada la presidenta del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Francisca Cruz.

“Para responder en el más breve plazo con la infraestructura requerida para los distintos países, necesitamos avanzar y dar un salto en productividad, subir el estándar de nuestra industria, disminuir la variabilidad, aumentar el nivel de estandarización, de prefabricación, mejorar las condiciones de seguridad de nuestros trabajadores y, en definitiva, poder responder de mejor manera a los desafíos de hoy y del mañana”, comentó la presidenta de CCI durante la conferencia “Innovación Tecnológica en Construcción Industrializada Chile-China”.

El proyecto chino fue organizado en forma de “ele”, con unidades médicas dispuestas en forma de “espina de pescado”, en base a un diseño modular en el que cada espina correspondía a una unidad médica independiente. “El personal médico y los pacientes se dividen en distintas áreas de actividades y rutas de tráfico para cumplir con los requisitos de diseño funcional del hospital”, detalló el ingeniero jefe de diseño y construcción del hospital, Yu Di Hua.

Las salas hospitalarias se desarrollaron sobre una estructura modular de contenedores estándar de 3×6 metros, ensambladas en el sitio; mientras que las salas de equipamiento médico y las UCI, adoptaron la forma estructural de combinación de marco y chapa laminada de acero.“Analizamos las condiciones del sitio, para optimizar el diseño general y seleccionar el esquema para el despliegue de la construcción y el flujo de proceso de mano de obra, asegurando que el hospital se pueda construir y entregar a tiempo”, añadió el ingeniero chino.

La Conferencia Internacional “Innovación Tecnológica en Construcción Industrializada Chile – China, fue patrocinada por el CCI y la Compañía General de Contratación del Grupo China Construction Third Engineering Bureau (CCTEB) Co, LTD. y contó el apoyo de Axis Desarrollos Constructivos.


La oportunidad de mejorar, innovar y reconvertirse

Juan Carlos de la Llera, decano de Ingeniería UC.

El sector construcción es muy amplio e involucra múltiples actores y campos. En esta actividad hay algunos conceptos relevantes que tienen directa relación con la innovación y la mejora continua en la industrialización y digitalización, así como en el mercado laboral, la sustentabilidad y productividad, entre otras.

La industrialización y digitalización son dos claros ejemplos en los que el rubro requiere avanzar e innovar. En este desafío, la llamada Cuarta Revolución Industrial nos fuerza a ir un poco más allá en el conocimiento y desarrollo de tecnologías. 

Lo anterior puede tener algunas aristas negativas, pero la pandemia que estamos viviendo nos fuerza a ser cada vez más eficientes en lo que hacemos, principalmente en la construcción. El caso de las edificaciones de recintos hospitalarios con módulos prefabricados son resultado de procesos de innovación previos, que requieren un sinnúmero de mejoras. 

La sustentabilidad es otro ejemplo que requiere el esfuerzo del sector. El avance del cambio climático, no sólo debe considerar la implementación de nuevas normas térmicas o de gestión de residuos, sino que también necesita de procesos constructivos y de operación basados en la economía circular, con el propósito de hacer un uso eficiente de los recursos disponibles.

Otra área importante a trabajar en la gestión de procesos de construcción, dice relación con el concepto de Lean Construction o construcción sin pérdidas, que es un ejemplo de mejora continua. Esta innovación incremental muchas veces proviene de múltiples actores, como son los mandantes públicos o privados, consultoras, contratistas y subcontratistas, proveedores, entre otros.

Actualmente, es posible la inclusión de conceptos de constructibilidad en el diseño de los proyectos, para que puedan ser materializados en forma eficiente, efectiva y cuidando el medio ambiente, lo que demuestra que la ingeniería aplicada a la construcción ha evolucionado rápidamente. 

Hace algunos años era difícil imaginar que se podría imprimir una casa completa con una impresora de hormigón 3D, que podríamos usar hormigones livianos o que podríamos mitigar el impacto sísmico en estructuras mediante el uso de sistemas de aislamiento y de disipación de energía. 

Muchos de los avances expuestos en la ingeniería de construcción nacen y cruzan desde las universidades. Sin embargo, estos desarrollos solo cobran sentido cuando se enfrentan a la realidad y resuelven grandes desafíos. 

De ahí la importancia de la colaboración entre la academia, el sector público y privado. En este esfuerzo conjunto, clave para el desarrollo del país, cada uno aporta a la generación de ideas más eficientes en el uso de los recursos y más seguras frente a las distintas amenazas de origen natural para entregar una mayor calidad de vida a las personas.


Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción fija su plan trianual

Expertos y representantes del mundo público y privado trabajan en un sistema que se integrará a las certificaciones existentes (CES y CVS), considerando todas las emisiones de gases de efecto invernadero, en el ciclo de vida completo de la edificación.

Hace casi un año se instauró la Mesa Huella de Carbono Sector Construcción, gracias al convenio de colaboración entre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto de la Construcción, con la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, Paola Valencia, a la cabeza. En primera instancia, un comité conformado por expertos de carácter técnico y representantes directivos del sector público y privado, definió ciertos aspectos básicos, previos al desarrollo de una estrategia nacional, tales como objetivos, alcance, actividades necesarias, plazos disponibles, actores, posibles fuentes de financiamiento y resultados esperados.

Esa primera fase terminó a fines de abril de este año, con significativos avances, según Rodrigo Narváez Sotomayor, secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, quien explicó que la mesa organizó a las instituciones públicas y privadas, buscando consensos en favor de la creación, desarrollo y fortalecimiento de una base de datos, línea base, calculadora simplificada de huella de carbono y metodología de monitoreo, revisión y verificación, para el ciclo de vida completo de la edificación, en línea con normativas internacionales.

Paola Valencia, encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentabie del Minvu, enfatiza que “el trabajo de levantamiento de información sobre los impactos del sector que se desarrolla a través de este comité es crucial, ya que hay escases de estos datos en el país y, por sobre todo, porque sabemos que gestionar la huella nos va a permitir reducir impactos ambientales, hacer más eficientes los procesos y utilizar menos recursos naturales, lo que traerá, además, beneficios para productividad del sector, el medioambiente y la calidad de vida de las personas”.

El trabajo mancomunado permitió establecer un plan de trabajo a tres años para el proyecto “Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción”. En esta etapa, el grupo definió las bases técnicas para el estudio sobre estado del arte nacional e internacional de alternativas metodológicas para levantamiento de datos, monitoreo, reporte y verificación y calculadoras de huella de carbono.

“A partir del trabajo desarrollado por el comité, en 2019, se definieron lineamientos básicos para la Estrategia Nacional de Huella de Carbono para el sector construcción. Esta deberá ser profundizada y terminada durante 2020 en el comité constituido en el Instituto de la Construcción por mandato del Minvu”, explica Rodrigo Narváez.

Carbono neutralidad 2050

Para que el sector construcción tienda a la carbono neutralidad, con miras a 2050, se identificaron tres niveles de trabajo:

a) Sectorial: información de utilidad para actores como el gobierno y la academia. Se consideran los requerimientos de diferentes ministerios y la identificación de la calidad de información necesaria para satisfacer sus requerimientos.

b) Edificación (Certificaciones): información de utilidad para los actores relacionados con acciones de planificación, diseño, construcción, operación y ocupación de edificaciones (residenciales, no residenciales) e infraestructura. El sector tiene requerimientos de información asociados al alcance de certificaciones de edificios y esquemas para demostrar la sustentabilidad de los proyectos en su ciclo completo o parcial. De esta manera, se espera que se integre con CES y CVS, fortaleciendo la línea de huella de carbono en las certificaciones nacionales.

c) Productos (Ecodiseño): la huella de carbono de los materiales, productos, equipos y sistemas utilizados en el sector construcción afecta directamente el carbono incorporado a las construcciones.

Finalmente, se establecieron tres ejes de trabajo:

a. Levantamiento de base de datos de huella para el ciclo completo de la edificación, definiendo sistemas constructivos y tipologías de edificios a evaluar.

b. Una metodología de monitoreo, reporte y verificación de huella de carbono para el ciclo de vida completo de la edificación.

c. Definición de una metodología para calculadora de huella de carbono para estimar impactos desde la etapa de diseño.

Según el secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, la construcción es clave en la reducción de la huella de carbono del país, en alianza con otros sectores económicos. Sin embargo, no existe hasta ahora un sistema de certificación de huella de carbono de productos (incluyendo edificios) que considere todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el ciclo de vida completo de la edificación, que permita levantar información sobre la huella del sector.

Por eso, a nivel macro, los sistemas para la medición de la huella de carbono cubiertos en esta revisión conjunta tienen dos grandes objetivos: el análisis de las decisiones de diseño para apoyar el diseño más sustentable de edificaciones y la certificación del desempeño ambiental de un producto de construcción o una edificación en su ciclo completo o parte de él.

Hoja de ruta

Para gestionar de forma efectiva la huella de carbono en el ciclo de vida de la edificación e infraestructura nacional, la mesa de trabajo propuso ocho acciones críticas:

  1. Establecer un sistema de medición, reporte y verificación (MRV) que facilite el cálculo de la huella de carbono en la industria.
  2. Definir modelo de gestión sostenible para el sistema de MRV.
  3. Lograr una transformación más rápida del sector hacia la construcción baja en carbono, impulsada por las asociaciones.
  4. Generar incentivos transversales que aceleren la medición de la huella de carbono en todo el ciclo de vida de las edificaciones.
  5. Hacer más transparente el proceso de medición de la huella de carbono.
  6. Estandarizar códigos y prácticas para aumentar la comparabilidad de los resultados.
  7. Crear herramientas de uso masivo que faciliten la medición de la huella de carbono en todo el ciclo de vida de la edificación
  8. Generar más datos de huella de carbono y conectar los resultados de todo el ciclo de vida de las edificaciones

Entre las instituciones participantes en la mesa se cuentan: el Minvu, el MOP, el Ministerio de Energía, el Ministerio de Medio Ambiente, Chile Green Building Council, ADDERE – International EPD System, la Asociación Chilena del Vidrio y Aluminio, la Cámara Chilena de la Construcción, Certificación Edificio Sustentable, la Corporación Chilena de la Madera, la consultora ECOEd, EDGE Chile, el Instituto del Cemento y del Hormigón, la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Andrés Bello, la Universidad de Chile, Volcán, WSP Chile y, por supuesto, el Instituto de la Construcción.

Fuente: CES