La metodología aplicada por la constructora les permitió conseguir una construcción más limpia, mayor seguridad para los trabajadores, ahorros desde un 24% en el presupuesto, reduciendo los volúmenes destinados a disposición final, y por supuesto, disminuyendo el impacto en el entorno de la obra.
La empresa constructora Claro Vicuña Valenzuela, CVV, ha tomado el liderazgo a partir de un modelo de gestión integral, donde pensar constantemente en la optimización de procesos y el uso racional de los recursos disponibles, es parte de su cultura organizacional. Si bien, la organización venía trabajando varios años en la gestión de los residuos, no había sido implementada en profundidad, siendo el proyecto Costa Brava-Costa Dorada, en Pingueral (Tomé), la experiencia que marcó precedentes.
El administrador de la obra, Eduardo Reyes, comentó que “como resultado de la metodología implementada, conseguimos una construcción más limpia, mayor seguridad para los trabajadores, un ahorro de hasta un 15% en el presupuesto, y por supuesto, reducción en el impacto ambiental”.
Reyes enfatiza en que lo fundamental fue la inversión inicial. “Durante los primeros dos meses hubo un gasto de entre el 30% y el 40% del presupuesto que consideró principalmente compra de equipamiento, charlas de capacitación más extensas y horas profesionales, lo que en un principio se puso en duda, ya que se asumían gastos que anteriormente no existían. Sin embargo, esto permitió medir el impacto de la implementación en la obra a través del análisis de costos, actividades, equipos, personas, entre otros aspectos”.
Considerando que el rol del administrador es poner a disposición los recursos que entrega la empresa para la construcción de la obra, se planteó la pregunta, ¿cómo se podría reducir este monto destinado a residuos? En un principio, la organización era escéptica a los resultados. Sin embargo, en la obra de Lomas Verdes, el indicador base se redujo de 0,3 m3/m2 a 0,16 m3/m2.
María José Medina, de oficina técnica, a casi cuatro años de la implementación de Planes de Manejo de los Residuos en obra, que tienen como base la cuantificación de los residuos, definir sus tratamientos, indicadores y metas, declara que hoy CVV ha obtenido ahorros desde un 24% del presupuesto destinado a esta materia. Medina consideró el ciclo óptimo para disminuir los residuos, el cual considera cuatro puntos, la construcción, infraestructura o demolición en donde se determinan los residuos a obtener, separación y reciclaje primario de los residuos, así como el transporte hacia empresas recicladoras o plantas de tratamiento donde se les dé un manejo responsable para su eliminación.
Por otra parte, Reyes destaca, que a pesar de que en la cotidianeidad está integrado el concepto del reciclaje, en la práctica no es un hábito que se ejecute, por ello, se planteó una estructura con directrices claras, roles y responsabilidades. Así, de a poco, comenzaron a desarrollar distintas ideas respecto a los subcontratos y a buscar soluciones tecnológicas.
En cuanto a las directrices de la empresa en la VIII región, el Gerente de Proyectos de Edificación Zonal, Marcos León, ha gestionado un convenio con la Universidad de Bíobío, para conseguir tecnologías en ciertas especialidades de la obra donde existan oportunidades de desarrollo. Esto, pensando en que la construcción aún es artesanal, y hay mucho por hacer, sobre todo en base a la experiencia en Lomas Verdes en donde la demora en el retiro de residuos, les significó por un momento una indeseada acumulación de éstos.
Sin duda, CVV es un precedente que aporta valor al sector y constituye un referente en cuanto a la implementación de planes de manejo y gestión sustentable de los residuos de la construcción y demolición. Además, destaca la responsabilidad de la empresa en contribuir al medio ambiente y la comunidad, disminuir la contaminación en obra, continuar con el ciclo de vida de los materiales y dar un valor agregado a las construcciones de CVV. Y en este sentido, el programa Construye2025 es un actor clave para apoyar a las acciones que están realizando las empresas en esta materia, y a la hora de articular a actores públicos y privados para mejorar la sustentabilidad de la construcción y reducir el impacto de la misma.
