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Alejandra Tapia: “No estamos acostumbrados a visibilizar cómo nuestro quehacer impacta a otros y al medioambiente”

Fecha: 28/10/2020

Para la coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025 el actual modelo económico no resiste más y se hace urgente desacoplar el crecimiento económico mediante una economía baja en carbono y eficiente en el uso de recursos, mejorando el bienestar del ser humano y la equidad social, y al mismo tiempo reducir el impacto planetario de sus actividades.

A nivel global, la industria de la construcción utiliza un 40% de los recursos naturales, consume el 40% de la energía y emite el 40% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en su ciclo completo, al tiempo que genera sobre el 30% de los residuos sólidos -en Chile esta cifra llega a 35%-, siendo esto último el principal problema ambiental generado por el sector.

Para enfrentar este problema, el programa Construye2025 -impulsado por Corfo- elaboró una Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción, junto a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente y Obras Públicas, la que fue lanzada en agosto tras dos intensos años de trabajo y la participación de distintos actores del mundo público, privado y la academia.

Conversamos con Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, sobre el propósito de esta iniciativa, la experiencia de coordinar a tantos actores, los avances logrados hasta la fecha y cuál será su aporte en la ansiada economía circular que busca la industria.

 

¿Cómo fue la experiencia de generar esta Hoja de Ruta y cuáles fueron los principales aprendizajes durante el proceso?

El trabajo colaborativo es muy importante y, sin duda, la inteligencia colectiva, donde muchos piensan para identificar los problemas y buscar soluciones, permite trabajar desde distintos puntos de vista y disciplinas, y esto, genera una mayor riqueza en las soluciones, sinergias y compromisos para la implementación de iniciativas.

Los principales aprendizajes se relacionan con los esfuerzos para tomar compromisos concretos, escuchar y visibilizar al otro, reconocer su experiencia e integrar las distintas acciones.  Si bien siempre existió un alto compromiso de parte de todos los participantes, el adquirir compromisos institucionales fue uno de los objetivos más difíciles de lograr, así como el posicionamiento de la temática con las autoridades y otras divisiones dentro de los ministerios. Esto, debido a que estamos acostumbrados a trabajar en silos, compartimentos independientes, y desconocemos o no nos interesamos por lo que están haciendo otros.

¿Cuáles son las principales brechas que dificultan hoy una gestión sustentable de recursos y residuos en la construcción?

Las principales brechas en gestión de residuos se deben a un cambio cultural en la forma de pensar y hacer las cosas. Esto involucra a toda la cadena, desde el marco regulatorio y fomento hasta las competencias profesionales y técnicas para la reducción de extracción de recursos, despilfarro, y la gestión de los residuos en obra.

En un taller de co-creación de soluciones en la Asociación de Oficinas de Arquitectos, un importante arquitecto dijo “generalmente diseñamos y construimos hasta la línea de edificación y no pensamos qué pasará con lo que se desecha desde la obra”. Esto refleja claramente, que no estamos acostumbrados a visibilizar cómo nuestro quehacer impacta a otros y al medioambiente. En cuanto al cierre de brechas relacionadas al marco regulatorio, actualmente, se está trabajando en un reglamento para el manejo sanitario de los residuos de la construcción y demolición, el que define aspectos básicos para su plan de gestión, desde su generación hasta los requisitos para instalaciones de valorización y disposición final. Este reglamento ha sido liderado por el Ministerio de Salud quien ha trabajado en una mesa pública con los ministerios de Medio Ambiente, Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Subdere y Construye2025.

¿Cuáles son los ejes y metas concretas de esta Hoja de Ruta?

Se definieron  cinco ejes estratégicos que impulsan la economía circular en construcción: el ordenamiento y planificación sustentable del territorio; la coordinación y articulación pública; ecosistemas y cadenas de valor sustentables y circulares; la necesidad de desarrollar y fortalecer plataformas de datos que entreguen información para el diseño de políticas públicas y creación de nuevos mercados en torno a la economía circular; y la remediación ambiental para los impactos resultantes de la extracción de áridos y disposición inadecuada de los residuos de construcción y demolición (RCD).  En cuanto a las metas, éstas se plantean al 2025 y 2035, algunas de las destacadas son:

EJE 1 – META 2035: El ordenamiento y la planificación del territorio consideran el crecimiento de la edificación e infraestructura y los impactos que genera su construcción, estableciendo instrumentos que fomentan la economía circular y uso eficiente de los recursos en las actividades productivas que se llevan a cabo en la región.

EJE 2 – META 2035: El 50% de la edificación e infraestructura pública nueva de Chile cuenta con criterios y atributos circulares, acreditados a través de certificaciones.

EJE 3 – META 2035: A nivel nacional, el 40% de la oferta de materiales, productos, piezas y componentes para la construcción cuenta con atributos circulares.

EJE 4 – META 2035: El país cuenta con plataformas de trazabilidad de materiales y residuos para la economía circular del sector construcción.

EJE 5 – META 2035: El país cuenta con programas a nivel regional para la remediación, restauración y mitigación de los riesgos generados por la extracción ilegal de áridos y disposición inadecuada de RCD.

¿Por qué la economía circular juega un rol tan relevante para lograr una transformación real en la industria de la construcción?  ¿Cómo lograr que todos los actores de este sector estén convencidos de seguir este camino?

El actual modelo económico no resiste más, no solo desde el punto de vista de la disponibilidad de recursos, sino que también desde el bienestar del ser humano y la equidad social. No es posible que el modelo económico beneficie solo a unos pocos, no solo económicamente, sino que también en desmedro de la calidad de vida de otros, a partir del deterioro del medio ambiente y la inequidad que conlleva todo esto en el ámbito territorial. A raíz de esto, surge la necesidad de desacoplar el crecimiento económico mediante una economía baja en carbono y eficiente en el uso de recursos, mejorando el bienestar del ser humano y la equidad social, y al mismo tiempo reducir el impacto planetario de sus actividades.

Es perentorio avanzar hacia un modelo de economía circular, considerando los desafíos globales vinculados a la disponibilidad de materias primas, agua y energía, movilizar a las empresas hacia un cambio de paradigma, en el que la economía circular y la innovación son una clara oportunidad de creación de valor para adaptarse a los nuevos contextos y exigencias de comunidades más conscientes de su entorno.

¿Qué implicancias tiene esta transformación hacia una economía circular en términos de capital humano?

En la hoja de ruta, en el eje 3 se plantea una serie de acciones conducentes a habilitar el capital humano, por ejemplo, fomentar la economía circular en la formación profesional, técnica y oficios de la cadena de valor, y ecosistema, y la difusión de buenas prácticas. La formación de capital humano puede desempeñar un papel fundamental, al preparar a los futuros profesionales para un nuevo paradigma económico, especialmente para crear la base de competencias que impulsen la innovación circular.

¿Qué oportunidades trae este cambio de paradigma para emprendedores y startups de la industria de la construcción?

La economía circular es un modelo económico que plantea nuevos modelos de negocio a partir de tres principios (Fundación Ellen McArthur 2015), que en síntesis corresponden a preservar y mejorar el capital natural, es decir reducir la extracción de materiales vírgenes; optimizar el rendimiento de los productos, dándole la mayor duración y usos posibles; y diseñar las externalidades negativas de manera de reducirlas, como el cambio climático y efectos dañinos para la salud de las personas.

Bajo este nuevo paradigma, existen muchas posibilidades de innovación para emprendedores y startups, desafíos para formular nuevos modelos de negocios que consideren estos principios, así como la creación de plataformas, tecnologías y la transformación digital para el desarrollo de la economía circular.

¿Cómo proyectas la industria de la construcción en los próximos 10 años?

Sin duda, mi anhelo es un sector de la construcción más sustentable y circular, pero esto no pasa solo por las edificaciones e infraestructura, tiene que ver con una cultura que considera que mi comportamiento y entender que el cómo hago las cosas también impacta en los demás.

Ser responsables de los impactos de nuestras actividades y empatizar, es parte del comienzo. Espero que en 10 años más se haya repensado el diseño y construcción de nuestros edificios e infraestructura, de tal manera de haber reducido la extracción de recursos, que su duración y utilidad sea el mayor tiempo posible, alargando la vida de materiales y haciendo recircular los recursos.

Fuente: Masisa LAB